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UNIVERSIDAD RAFAEL LANDÍVAR

FACULTAD DE CIENCIAS POLÍTICAS Y SOCIALES


SEMINARIO DE COOPERACIÓN INTERNACIONAL

TRABAJO INDIVDUAL AYUDA HUMANITARIA

Fátima Natalia Mérida Garrido – 1163219

LICENCIADA YANIRA GUTIÉRREZ LORENZANA


NUEVA GUATEMALA DE LA ASUNCIÓN, 2022
CAMPUS CENTRAL
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Índice

Contenido
Introducción...........................................................................................................................3
Panorama Humanitario Global 2022....................................................................................4
Apelaciones Interinstitucionales: Guatemala.......................................................................9
Conclusiones........................................................................................................................11
Bibliografía...........................................................................................................................12
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Introducción

Con el objetivo de hacer un balance sobre los aciertos y los retos aún por cumplir
entorno a la ayuda humanitaria global, la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación
de Asuntos Humanitarios elaboró un informe sobre el Panorama Global Humanitario para
el 2022 que tenía como referencia muchas de las acciones emprendidas un año anterior. A
lo largo del documento se realizó una evaluación documentada acerca de las necesidades
del mundo y las acciones realizadas y por realizar para unir esfuerzos en la movilización de
recursos que permitan una asistencia humanitaria más eficiente e integral.

Así, a lo largo de este informe se busca poner en contexto al lector sobre los
problemas más importantes que aquejan al mundo y que necesitan del actuar de las
personas y de su solidaridad para arribar a una solución lo más pronta posible. En ese
sentido, el documento concientiza acerca de los riesgos de la inacción humana,
especialmente en períodos tan devastadores para la economía mundial como lo fue la
pandemia y el cierre de las fronteras entre países que conllevó al recrudecimiento de las
condiciones socioeconómicas de regiones como América Latina en la que problemas como
la inseguridad alimentaria, la desigualdad, la pobreza, el desempleo, etc., se dispararon a
niveles alarmantes.

Al mismo tiempo se pretende resaltar los grandes logros que se ha adjudicado el


sistema humanitario pese a las dificultades que ha enfrentado en los últimos años en los que
las necesidades de las distintas poblaciones del mundo han ido en aumento sostenido. Con
ello se lanza un mensaje de optimismo con respecto al multilateralismo global, pero
asimismo de alerta, especialmente ante aquellos nuevos retos como la crisis climática para
con ello tomar una lógica más preventiva para la defensa de la vida y la creación de medios
de subsistencia para los más vulnerables, de cara al 2022.

De esta manera, la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos


Humanitarios busca por medio de la proyección de las necesidades humanitarias del
próximo año, reconocer que los retos aún son inmensos y que el financiamiento aún sigue
estando por debajo de lo necesario como un llamado a la consciencia y al involucramiento
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de las personas en la construcción de un mundo más humano basada en la acción anticipada


para la mitigación de la vulnerabilidad social.

Panorama Humanitario Global 2022

A raíz de las múltiples problemáticas que ha venido atravesando el mundo en estos


últimos años, tales como la crisis climática, los conflictos inter e interestatales y las
enfermedades de carácter global, las necesidades humanitarias se han disparado poniendo
en riesgo el pleno goce de derechos para las distintas poblaciones, así como la estabilidad
nacional y regional y las décadas de desarrollo que se han ido agotando con el paso del
tiempo.

En ese sentido, la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos


Humanitarios (OCHA por sus siglas en inglés) ha emitido un informe sobre el panorama
global de la ayuda humanitaria tomando en especial consideración las consecuencias
socioeconómicas de la COVID-19 y los confinamientos que fueron empleados por los
Estados para resguardar la salud de sus habitantes.

De acuerdo con la OCHA (2021) las tendencias globales de la ayuda humanitaria se


encuentran marcadas por una pandemia que dejó a su paso a las economías y a los medios
de vida completamente devastados, especialmente por la aparición de nuevas variantes, la
falta de vacunas y la distribución antiigualitaria. Como consecuencia, las necesidades
humanitarias se exacerbaron y los conflictos se intensificaron. Dadas esas condiciones, no
es de extrañar que más del 1% de la población mundial esté desplazada y buscando mejores
oportunidades de vida, de las cuales cerca del 42% son niños.

Asimismo, dentro de los lastres de la COVID-19 se encuentran los efectos que ha


tenido la pandemia sobre los sistemas sanitarios como la disminución de la atención,
diagnostico y tratamiento de otras enfermedades como el VIH, la tuberculosis y la malaria.
La educación se ha visto igualmente afectada por el cierre de escuelas que ha complicado el
aprendizaje de los niños que ya tenían dificultades para acceder a internet, los cuales
representan un aproximado de 2,200 millones.

Por otro lado, la crisis climática se ha pronunciado aún más durante el último año,
haciendo que las catástrofes relacionadas con el clima sean más comunes. Según la OCHA
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(2021) es posible que para el año 2050 hasta 216 millones de personas se vean obligadas a
desplazar a raíz del cambio climático y sus efectos. El hambre y la inseguridad alimentarias
también han alcanzado niveles sin precedentes donde hasta 811 millones de personas entran
en la categoría de la desnutrición.

Por último, también cabe mencionar el recrudecimiento de varios conflictos


políticos con fuertes repercusiones sobre la sociedad civil, siendo lo más vulnerables
quienes se llevan la peor parte. Tanto mujeres como niñas viven en un mayor riesgo de
violencia sexual relacionada con los conflictos. Si a ello se le adiciona el golpe que ha
significado la pandemia para la paridad de género y el empleo femenino se puede
evidenciar la constante vulnerabilidad social en la que vive una gran parte de la población
mundial.

A ese respecto, la inacción seguramente supondría una profundización en las


problemáticas que vienen marcando la tendencia global de la ayuda humanitaria. Sin
embargo, el informe también destaca el papel del sector privado como aliado clave en la
movilización de recursos, especialmente para mitigar los efectos económicos y sociales de
la pandemia. Pese a ello, es indispensable un mayor involucramiento y una colaboración
sistemática de este sector en los sistemas de coordinación humanitaria.

Tomando en consideración una proyección de 274 millones de personas que


necesitarán asistencia y protección humanitaria a lo largo del 2022, las Naciones Unidas se
han fijado como meta asistir a los 183 millones con necesidades más pronunciadas dentro
de 63 países, para lo cual se requerirá cerca de 41,000 millones de dólares. Con ello se
pretende que para el presente año las situaciones de emergencia tengan bien cubiertas sus
necesidades de financiamiento tanto en totalidad como en los plazos correspondientes
puesto que la escasez de fondos ha venido causando el prolongamiento de las crisis.

En ese sentido, la organización ha hecho en esfuerzo de priorización para una


canalización adecuada de recursos. De esta forma, dentro de las necesidades prioritarias
para la ayuda humanitaria del 2022 se encuentra la situación de Afganistán donde según la
OCHA (2021), más de 24 millones de personas requieren de asistencia para evitar una
catástrofe debido a los problemas políticos que atraviesa el territorio, además de una
profunda sequía y los efectos de la COVID-19.
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El informe destaca también la situación de Siria en la que las capacidades de


prestación de servicios básicos siguen siendo sobrepasadas por las necesidades de la
población. Esto, sumado a las pésimas condiciones de la infraestructura dejan al territorio
en una condición de suma vulnerabilidad, junto con Etiopía, en donde problemas como el
cambio climático, los brotes de enfermedades y los efectos negativos de la pandemia en
materia económica han agravado las necesidades humanitarias de 25.9 millones de
habitantes.

La situación alimentaria de Yemen se encuentra también dentro de las prioridades


de Naciones Unidas al ser un país donde cerca del 40% de la población se alimenta de
forma inadecuada. Bastante similar es el caso de Sudán del Sur, país donde se encuentra los
niveles más altos de desnutrición desde que declaró su independencia, con 8.4 millones de
personas requiriendo asistencia humanitaria.

Por último, la OCHA (2021) señala que los dos últimos años se han producido
grandes aumentos en las necesidades en Asia, el Pacífico, América Latina, el Caribe, y
África meridional y Oriental. A ese respecto, el informe recoge finalmente los casos de
Myanmar y Haití. El primero que está atravesando una crisis política y de derechos
humanos sin precedentes en la que la asistencia humanitaria es fundamental para salvar
vidas. Haití, por su parte, ha visto cómo se ha ido deteriorando su contexto político, social,
económico y de seguridad debido a los últimos acontecimientos como el magnicidio de su
presidente y los efectos de la pandemia de la COVID-19, además del terremoto que afectó a
más de 800,000 personas del país.

Con la intención de brindar una ayuda humanitaria de mayor calidad las Naciones
Unidas han venido trabajando en mejorar la respuesta humanitaria a través de diferentes
acciones como, por ejemplo, las mejoras en la recolección de datos ya que estos permiten
una priorización y respuesta humanitaria más efectiva. Asimismo, la OCHA (2021)
sostiene que se ha trabajo en el fortalecimiento de todo el sistema asistencial para la
protección contra la explotación y abuso sexual. No obstante, se sigue requiriendo de
mayor presencia de mujeres en el liderazgo humanitario.

Sobre la misma línea, las Naciones Unidas y su sistema humanitario han


empoderado el papel de los líderes locales, dándole mayor protagonismo a las comunidades
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en la respuesta a crisis, especialmente en el contexto de la pandemia. Los huracanes Eta e


Iota fueron la evidencia de la importancia que tiene ahora las organizaciones humanitarias
locales para salvar vida ya que su conocimiento de primera mano permitió intervenciones
oportunas y adecuadas.

Finalmente se ha venido implementado ahora una lógica más preventiva para el


abordar de las crisis con la intención de generar una acción anticipada y con ello reducir las
necesidades de asistencia humanitaria, además de mejorar la resiliencia de los territorios y
hacer más eficiente el empleo de los recursos y del financiamiento, contrario a lo que
sucede con estrategias de carácter reactivo.

Aún y con los múltiples retos que ha tenido que enfrentar la ayuda humanitaria, lo
cierto es que a lo largo del 2021 se alcanzaron muchos logros, principalmente entorno a los
estragos de la pandemia en el mundo. De acuerdo con la OCHA (2021), de los 153 millones
de personas a las que iban dirigidos los planes a nivel nacional, se alcanzó a 107 millones.
Es decir, al 70% del total previsto. Se destaca, además, el caso de Afganistán que fue el
país en el que hubo más personas beneficiarias de la ayuda humanitaria con 17,500,000,
llegando así muy cerca de la población meta que se tenía trazada para el 2021 (99%).

Para intervenir en la interrupción que hubo en el 2021 a los servicios de salud, la


respuesta humanitaria se enfocó en proveer de suministros de protección (2 millones de
personas que recibieron equipo de protección personal), artículos de higiene y campañas de
inmunización infantil. Asimismo, en el caso del aumento de la inseguridad alimentaria a
raíz de la COVID-19, cerca de 105 millones de personas recibieron ayuda alimentaria
directa. También se asistió a las personas más vulnerables con agua potable y transferencias
en efectivo (1,600 millones de dólares).

La pandemia dejó en condiciones aún más deplorables a las personas que ya se


encontraban en vulnerabilidad. A ese respecto, las Naciones Unidas brindaron apoyo
psicosocial para 5 millones de niños y sus cuidadores, salud sexual para 29 millones de
mujeres en edad reproductiva y capacitaciones de mitigación y prevención de riesgos. En
cuanto a los refugiados, cuyo número se disparó a consecuencia de la COVID-19 el sistema
humanitario promovió la educación, la administración de campamentos y la protección para
los más vulnerables (4.75 millones de niños beneficiados).
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Por último, el sistema de asistencia humanitaria trabajó en transversalizar la


protección y la violencia de género a través de servicios de protección, asistencia jurídica,
atención y apoyo psicológico para los más vulnerables. Además, se trabajó en asegurar que
las operaciones humanitarias fueran más oportunas y eficientes por medio de servicios
aéreos, artículos de ayuda, preparación y comunicaciones.

Pese a los logros alcanzados, lo cierto es que, según la OCHA (2021) la escasez de
fonos afectó a las agencias humanitarias durante el 2021. Esto se debió tanto a la escalada
de emergencias en lugares como Afganistán y Etiopía, como por la pandemia que agudizó
los problemas en comunidades altamente vulnerables provocando un aumento global de
hambruna. Por ende, fue necesaria la realización de eventos de movilización de recursos de
alto nivel por parte de la OCHA que permitiera ampliar los recursos para afrontar las crisis
más importantes.

El informe cierra poniendo en consideración que, hasta el momento, 1 de cada 29


personas necesita asistencia humanitaria, lo cual significó un aumento significativo con
respecto a la 1 de cada 45 del año 2019. De esta manera, la OCHA (2021) señala que las
necesidades totales del Panorama Global Humanitario se han duplicado en solo 4 años,
haciendo indispensable el accionar y el fortalecimiento del sistema asistencial para llegar a
todos quienes lo necesitan.
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Apelaciones Interinstitucionales: Guatemala

De acuerdo con la OCHA (2021), Guatemala es un país caracterizado por las


múltiples crisis interpuestas que provocan que gran parte de su población se encuentre en
situación de vulnerabilidad. Se estima que cerca de 8,5 millones de personas viven en
condiciones de pobreza en el país exponiéndolas a un mayor riesgo de subsistencia.

Más allá de las condiciones estructurales, la coyuntura guatemalteca tampoco fue


algo alentadora. Tanto los efectos negativos de la pandemia como los huracanes Eta e Iota
que azotaron al territorio centroamericano recrudecieron las condiciones humanitarias ya
deterioradas. Así, el país atraviesa múltiples problemas, dentro los cuales resalta la
inseguridad alimentaria y nutricional, la vulnerabilidad climática y la migración masiva con
las implicaciones que esta conlleva para quienes se desplazan.

Según la OCHA (2021) los guatemaltecos que se encuentran en inseguridad


alimentaria rondan los3,45 millones y la desnutrición crónica afecta al 47% de los niños
menores de 5 años, siendo esta la tasa más alta en América Latina y el Caribe. Además,
entre enero de 2020 y julio de 2021 más de 235,400 guatemaltecos fueron detenidos en la
frontera entre Estados Unidos y México lo cual les obliga a adquirir el estatus de retornados
quienes tienen que enfrentar riesgos como el reclutamiento forzoso por parte de
organizaciones criminales y diferentes formas de violencia.

Guatemala es también un lugar sumamente peligroso según la condición social de la


persona, habiendo casi 2,4 millones de personas que necesitan de protección urgente. Entre
ellas, las que se encuentran en mayor riesgo son las mujeres, las niñas, niños, adolescentes,
personas con discapacidades o personas LGBTIQ+, así como los migrantes, refugiados,
retornados y personas indígenas y afrodescendientes.

Según el informe que busca proyectar la situación para el 2022 se identificó 3,8
millones de personas que necesitaban asistencia humanitaria, habiendo un aumento del 15%
en comparación al 2020. Por lo tanto, se espera que la situación humanitaria vaya a peor a
raíz de la escasez de oportunidades, los problemas de cosecha por razón de la presencia de
la tormenta “La Niña”, los limitados programas de protección social para la población y la
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ausencia de una vacunación masiva que preste especial atención al caso del área rural y las
ciudades medianas.

La OCHA (2021) prevé que el desplazamiento aumente de 429,000 personas en


2020 a cerca de 578,400 para el año 2023 por el deterioro de las condiciones
socioeconómicas del país la escalada de violencia y la poca garantía de los derechos
humanos al interior del país. Con este aumento descontrolado de la migración, cada vez
más personas se verán en condición de riesgo ante las amenazas que suponen los
desplazamientos como la explotación, el abuso, la trata de personas y la violencia de
género.

En ese sentido, Naciones Unidas busca implementar para 2022 el Plan de Respuesta
Humanitaria (HRP por sus siglas en inglés) que priorice respuesta para Guatemala y su
población en condición de vulnerabilidad. Así, este programa buscará responder las
necesidades más urgentes de 1,68 millones de personas, lo cual represente al 44% de los 3,8
millones que fueron identificados como personas con necesidad de ayuda humanitaria. Para
ello se requiere de unos 210 millones de dólares que serán destinados de forma estratégica
hacia los grupos y áreas geográficas más vulnerables como las zonas afectadas por las
tormentas y las comunidades que se encuentran dentro del corredor seco, donde la
inseguridad alimentaria se encuentra disparada.

La OCHA (2021) señala que los objetivos estratégicos del HRP busca salvar la vida
de las personas afectadas, pero también fortalecer su resiliencia de manera preventiva. De
esa manera, con base en diagnósticos y análisis detallados de las necesidades el plan provee
de una asistencia integral para abordar necesidades multisectoriales de carácter urgente en
las comunidades más afectadas. Dentro de los grupos a quienes se dirigen principalmente
las acciones de HRP se encuentran los niños, adolescentes, mujeres embarazadas y
lactantes, agricultores en subsistencia, trabajadores informales, comunidades indígenas y
afrodescendientes y personas migrantes y con discapacidades.

Así, el HRP que se busca implementar en el país tiene como puntos estratégicos
atender las necesidades de educación y salud, restableciendo la seguridad alimentaria de las
familias a través de transferencias directas y asistencia alimentaria en especie, así como con
la provisión de servicios básicos para la subsistencia de las personas.
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Conclusiones

Tal y como se ha evidenciado a lo largo del informe bajo análisis, el sistema


humanitario de Naciones Unidas es un claro ejemplo de un sistema de cooperación
internacional sumamente efectivo que ha cambiado, e incluso salvado la vida de miles
millones de personas. Hasta el momento ha conseguido actuar con determinación para
promover la equidad, la inclusión y el acceso a oportunidades alrededor del mundo, en
medio de las injusticias del día a día.

Sin embargo, el reto no se acaba ahí. Es necesario una mejora constante en la


estrategia asistencial para llegar a cada vez más personas y proteger a los más vulnerables
de prácticas de abuso, explotación y violencia de todo tipo, especialmente en aquellos
territorios caracterizados por las crisis constantes, los conflictos de todo tipo y las
condiciones estructurales inadecuadas que no proporcionan las herramientas y los servicios
básicos para la superación personal y la supervivencia, tal y como lo ha sido Guatemala a lo
largo de su historia en donde gran parte de la población ha quedado relegada al ostracismo.

A ese respecto, el documento es sumamente valioso puesto que pone sobre la mesa
no solo los grandes retos con lo que ha venido lidiando la humanidad, como la pobreza y la
seguridad alimentaria, sino también aquellos que están avecinándose como bien lo puede
ser la crisis climática que, como todos los problemas que se viene arrastrado, suelen afectar
en mayor medida a los más vulnerables, quienes se encuentran en condiciones de mayor
riesgo frente a sus efectos negativos. Cabe resaltar con ello, la necesidad de ampliar el
financiamiento tal y como se menciona en reiteradas ocasiones, ya que de momento se
sigue empleando un estricto ejercicio de priorización para la canalización efectiva de
recursos hacia las demandas más imperiosas, dejando de lado aún a muchas personas.

Así, es sumamente importante valorar el papel de la cooperación internacional a


través de la labor de estos organismos que además de generar acciones en favor de los
excluidos, también proporcionan información veraz para una toma de decisiones más
efectiva a nivel estatal fomentando a su vez el multilateralismo global y la consecución de
una paz basada en la justicia social.
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Bibliografía

OCHA (2 de diciembre de 2021). Global Humanitarian Overview 2022. Consultado en


https://gho.unocha.org/

OCHA (2 de diciembre de 2021). Inter-Agency Appeals. Guatemala. Consultado en


https://gho.unocha.org/guatemala

OCHA (2 de diciembre de 2021). Panorama Global Humanitario 2022. Informe


Abreviado.

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