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INDICIOS OBTENIDOS MEDIANTE ACTOS DE INVESTIGACIÓN QUE NO REQUIEREN AUTORIZACIÓN

JUDICIAL

Indicios obtenidos mediante actos de investigación que no requieren autorización judicial; Los actos de
investigación, Las Diligencias Preliminares, Plazo para la realización de las Diligencias Preliminares,
Investigación Preparatoria; Indicios obtenidas mediante la inspección de lugares y cosas; indicios obtenidos
mediante inspección de personas; indicios obtenidos mediante inspección de vehículos; el registro en lugares
públicos; examen corporal y mental; Levantamiento, Identificación de Cadáveres y Autopsia, Muerte en
Accidentes de Tránsito.

Indicios obtenidos mediante actos de investigación que no requieren autorización judicial: En la investigación
penal, la búsqueda de la verdad es la finalidad esencial del Estado, que es ejercida por el Ministerio Público
con el auxilio de los órganos auxiliares de investigaciones científicas, penales y criminalísticas, cuya finalidad y
esfuerzo orienta todos los actos de investigación en el transcurso de la fase preparatoria del proceso penal en
los términos establecidos en la ley.

De tal forma, que el órgano de investigación tiene el deber de realizar las diligencias que sean posibles y
necesarias a efectos de hacer constar los elementos activos y pasivos en la comprobación del delito.

Encontrar los indicios y luego establecer su respectiva individualización con el hecho investigado, permitirá
reconstruir todas las peculiaridades en la realización del hecho punible investigado y en especial los agentes de
su comisión, de esta forma concretar la pretensión punitiva del Estado y la expectativa social de justicia.

En principio la actividad persecutoria estatal, se sustenta concretamente, en destruir la presunción de inocencia


del inculpado, mediante el ejercicio del Ius puniendi, como se ha mencionado anteriormente, en ejercicio de
esta persecución esta circunstancia pudiera suponer en muchos casos la afectación de derechos
fundamentales.

Debe entenderse entonces, que en el ejercicio del interés superior del Estado, el cual obliga a conservar la paz
social y el interés colectivo sobre el individual, pudieran afectarse intereses personales, arguyendo la necesidad
de conservar la forma de Estado, sus instituciones y el gobierno instaurado. Por ello serán ilegitimas las
actuaciones ejercidas, por parte de los órganos del Estado en cuanto se pretenda sostener un ideal de justicia
material argumentando el interés social en el ejercicio “legítimo” de persecución del delito, en cuanto a la
búsqueda y castigo de los enemigos del régimen, paradigma sostenido por la tesis esgrimida por Günther
Jakobs en su teoría del derecho penal del enemigo, en contra posición a lo expresamente dispuesto en el
Orden Constitucional y legal.

El respeto al Estado Constitucional de Derecho, no esta por debajo a la aspiración de justicia, todo ello se
encuentra de forma horizontal vinculados unos con otros lo que implica que no existe una autorización expresa
para los órganos que ejercen la persecución penal a desconocer los principios informadores del Estado Social
de Derecho y de Justicia, en la necesidad de establecer valores de justicias que señaló expresamente el
constituyente como límites infranqueables a la persecución penal, dado que los derechos fundamentales, que
llena de contenido axiológico todo el Sistema Jurídico-Estatal, está integrado por bienes que han sido
considerado dignos de protección en un orden democrático de Derecho.

Es así como la legislación penal, especifíca en algunos casos, el ejercicio del control judicial para alcanzar la
autorización suficiente que permita la intervención de derechos fundamentales dentro de la necesidad de
indagación fiscal de un inculpado.

Asimismo la legislación penal venezolana, autoriza libremente el ejercicio de la pesquisa en algunas diligencias
de investigación, en donde es considerado la inexistencia de afectación de derechos o su mínima intervención
dentro del espectro constitucional y legal.

Los actos de investigación: son todas aquellas actuaciones o diligencias de carácter administrativas, técnicas o
científicas realizadas durante la etapa preparatoria del proceso penal, realizadas por el Ministerio Público
directamente o por comisión a un órgano o unidad policial, técnica, científica o criminalística, que tienen por
objeto identificar, resguardar, fijar, colectar, transportar y analizar los elementos de interés criminalístico útiles,
que podrán ser utilizados en forma directa o indirecta en la verificación de las proposiciones o suposiciones que
conforman la hipótesis o teoría del caso, durante la fase preparatoria del proceso penal.

Estas actuaciones a su vez, permitirán justificar de forma razonable, las resoluciones cautelares que pudiera
dictar el Juez de Control durante la fase preparatoria del proceso penal, a partir de que es dictado el inicio del
proceso mediante la orden fiscal de inicio de la investigación y la autorización legal en los casos de flagrancia,
que permite la actuación policial en cuanto a las diligencias que son consideradas necesarias y urgentes previa
a la audiencia de presentación del aprehendido.

Estas evidencias preliminares obtenidas en la fase preparatoria del proceso penal, constituyen elementos
fácticos que no pueden ser llamados elementos probatorios, ya que se encuentran en una fase incipiente del
proceso penal y eventualmente pudieran ser desvirtuados, sin embargo constituyen elementos de convicción,
que efectivamente pueden ser la base para sustentar la hipótesis fiscal y el sustento de la motivación judicial
que acuerda una medida cautelar.

Por todo ello, no se debe confundir los Actos de Investigación con los Actos de Prueba, ya que su naturaleza es
completamente distinta. Los actos de pruebas son todos aquellos rendidos por las partes ante el Tribunal de
Juicio, con el objeto de incorporar los elementos de convicción y lograr la conformación del conocimiento que
se alcanza en la conciencia del juzgador, con el convencimiento positivo o negativo sobre un hecho examinado,
en este momento se alcanza la prueba. Por tanto, el acto de prueba están destinados a conformar todas las
proposiciones de los hechos durante el juicio oral y público, mediante el ejercicio del debate de las partes que
le permita al juez contrastar los elementos de convicción con los alegatos sostenidos, que construyen la
convicción de las afirmaciones formuladas por las partes, en cambio que los actos de investigación se orientan
a alcanzar los elementos de convicción que sustentan la hipótesis fiscal en el trascurso de la investigación
criminal y que orientará la formación de la acusación fiscal.

Cuando se trata del acto de investigación, su práctica y alcance están determinado por el criterio fiscal, solo
limitado por el cumplimiento de la Constitución de la República, la ley y el control judicial, que en derecho y
justicia podría modificar el criterio fiscal en el ejercicio del control constitucional y legal invocado por la defensa
e inclusive por la víctima.

Por otra parte, los actos de pruebas tienen como finalidad alcanzar la persuasión del Tribunal, con grado
suficiente de certeza, acerca de todo o parte de los extremos de la acusación formulada y el ejercicio de
oposición que realice la defensa, cuya finalidad es cuestionar la certeza sobre uno o más de los extremos de la
imputación fiscal.

Cabe agregar que la importancia que cobra las actas que cursa en la investigación, que recogen los actos de
investigación conforma los recursos empleados en las distintas fases del proceso penal y en especial el juicio
oral y público. Estos están constituido, comúnmente por las actas de investigación y los elementos de
convicción en ellas contenidos, todo ello constituye la versión de los hechos que sostiene la teoría del caso
planteada por el Ministerio Público en su acusación. Muchas veces, al Fiscal del Ministerio Público le es
suficiente la constatación hecha por los órganos de policía o las unidades criminalísticas, para pretender
demostrar sin mayor examen la materialidad del hecho que sostiene la imputación o la acusación fiscal,
dejando a un lado un conjunto de variables que desde el punto de vista procesal, nunca podrá aclarar esa
verdad en el juicio ya que muchas veces de forma parcial sólo refiere el contenido truncado o aparente que
mantiene a un inocente privado de su libertad o a un culpable libre para perpetrar nuevas fechorías.

Lo que más llama la atención es que sin considerar los defectos de estas actuaciones los jueces les otorguen
pleno valor a las actas procesales, con lo cual se ha llegado a erigir estas actuaciones como un “medio de
prueba” autónomo con fuerza suficiente para demostrar de forma anticipada, casi plenamente, la comisión de
un delito durante las distintas fases del proceso penal, o la razón suficiente que forma los elementos de
convicción para estimar una autoría o participación.

Quizás las razones de este equívoco partan de la ignorancia, la confusión o la desidia del órgano judicial o de
los operadores de justicia, a veces guiado por el desconocimiento del carácter instrumental de estos elementos
y de los procedimientos que le permite su conformación, dejando a un lado las premisas que sostiene la
legalidad de las actuaciones procesales.

Las Diligencias Preliminares: al inicio de la fase preparatoria del proceso penal, la ley faculta a los órganos de
policía la práctica de diligencias o actos urgentes e inaplazables destinados a determinar:

1. si los hechos tienen o no relevancia penal;


2. asegurar los elementos de su comisión;
3. individualizar a los objetos pasivos y a las personas involucradas en su comisión así como a las
víctimas dentro de los límites que establece la ley;
4. la colección de evidencias dentro de la garantía legal que impone el cumplimiento y aseguramiento de
la cadena de custodia.

Plazo para la realización de las Diligencias Preliminares: el artículo 266 del Código Orgánico Procesal Penal
determina el plazo de doce (12) horas para practicar las diligencias necesarias y urgentes, que estarán dirigidas
a identificar y ubicar a los autores y demás participes del hecho punible, y al aseguramiento de los objetos
activo y pasivo relacionados con la perpetración delictiva, se entiende entonces que dentro de este plano no
necesariamente existe la necesidad de la orden administrativa de inicio de la investigación dictada por el
Ministerio Público y en consecuencia, la ley otorga completa discrecionalidad a los órganos policiales, actuando
en estricto apego al orden constitucional y legal, a fin de realizar en el plazo de doce (12) horas, todas las
diligencias preliminares, que son consideradas necesarias y urgentes para la investigación penal.

Investigación Preparatoria: luego de ser impuesto de las actuaciones, dentro del plazo de doce (12) horas, el
Ministerio Público, dictará la orden de inicio de la investigación, asumiendo así el control de todas las
diligencias preliminares y dictando una serie de actuaciones complementarias de ser necesarias, estableciendo
así el inicio a la fase preparatoria del proceso penal.

En esta fase se profundizan los actos de investigación, para obtener mayor información, lo cual permitirá la
formulación de las hipótesis del caso que permitirá su esclarecimiento.

En cuanto a la forma y contenido, el Código Orgánico Procesal Penal en los artículos 285 y siguientes, regula
de forma extensa los siguientes puntos:

1. formalidad y contenido
2. carácter de las actuaciones
3. proposición de diligencias
4. participación en los actos
5. la prueba anticipada
6. las actas procesales
7. la citación a testigos y su comparecencia
8. la devolución de objetos
9. las cuestiones incidentales
10. la duración de la fase preparatoria

En cuanto a la elaboración e incorporación de experticias durante la fase preparatoria, el Código Orgánico


Procesal Penal, regula en los artículos 223 y siguientes su alcance en cuanto a los siguientes términos:
1. concepto y alcance
2. el perito o experto
3. el dictamen pericial
4. las experticias complementarias
5. la regulación prudencial

Indicios obtenidos mediante la inspección de lugares y cosas: de acuerdo con el artículo 186 del Código
Orgánico Procesal Penal y el artículo 41 de la Ley Orgánica del Servicio de la Policía de Investigación, el
Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas y el Instituto Nacional de Medicina y Ciencias
Forenses, los órganos y entes con competencia en materia de investigación penal y policial comprobarán,
mediante inspecciones, el estado de los lugares públicos, cosas, rastros y efectos materiales que existan y
sean de utilidad para la investigación del hecho, así como garantizar la identificación de las personas, que
pudieran brindar información que contribuya con la investigación.
Los funcionarios que participen en la inspección elaborarán un informe contentivo de lo actuado, donde
describirán los elementos tomados en cuenta a los efectos de la investigación. El referido informe será remitido
al Ministerio Público.

En sí misma, la inspección es una actividad propia de la investigación que puede ser realizada tanto por los
órganos de policía como por el Ministerio Público.

Luego de transcurrida la etapa de investigación preliminar que comprende las doce (12) horas siguientes al
inicio de la investigación, por denuncia o de oficio, por parte de la autoridad policial, el órgano de policía deberá
poner al conocimiento de las mismas al Ministerio Público quien por imperio Constitucional y legal es el director
de la investigación, y luego de este lapso de tiempo, asumirá el debido control, emitiendo el acto administrativo
que comporta la orden de inicio de la investigación.

Dentro de la investigación penal, la inspección constituye el medio por el cual el Fiscal del Ministerio Público, el
funcionario policial o experto, en la fase preparatoria y eventualmente el juez en fase de juicio, perciben la
materialidad de lugares y cosas directamente con sus sentidos, es decir, sin intermediarios, lo cual puede ser
útil para la reconstrucción conceptual del hecho, lugar o cosa sujeto a valoración. La ley exige, que de toda
inspección realizada como acto del proceso, se debe dejar constancia descriptiva material de su realización ya
que la ley exige que su práctica se hará constar por escrito.

La inspección no se limita a constatar una percepción visual, por ello, ha sido inapropiado el término de
inspección ocular, ya que lo constatado se puede obtener mediante la utilización de otros sentidos como el
oído, el tacto e inclusive el olfato, según la naturaleza del hecho o elemento examinado.

En la inspección el órgano que contendrá la actuación sensorial que materializa el hallazgo de las evidencias,
es el funcionario que la realiza. Cuando la inspección es realizada por el juez, en su mente quedará fijada las
circunstancias que integran la verdad que se pretende demostrar, y con ello se formará la prueba en su
práctica, que más tarde deberá ser vertida de conformidad con las reglas de la sana critica, en la sentencia.

En sí mismo, la inspección persigue fijar la materialidad del hecho que se percibe a través de los sentidos,
también es un mecanismo para ubicar hallazgos, pistas o rastros, así como la identificación de evidencias de
interés criminalístico.

Una de las características resaltantes de la inspección como técnica de investigación, es que su aplicación
práctica se justifica solo en los delitos de acción material como homicidio, hurtos, robos, secuestros, sabotajes,
entre otros, por cuanto, la necesidad de observación y pesquisa orientada al examen de la trasformación del
entorno y los elementos o residuos que quedan esparcidos en la perpetración del injusto, se encuentra basada
en el principio de impacto, transferencia material o intercambio. Razón por la cual, con la inspección, el
investigador espera encontrar las huellas dejadas por estos hechos delictivos. Aquellos delitos como desacato
o perjurio, entre otros, son delitos denominados inmateriales, debido a que la perpetración de los mismos
constituye solo meras conductas activas o pasivas las cuales no alteran significativamente ningún medio físico
que pueda ser objeto de interés criminalístico.
También es necesario acotar que el lugar objeto de inspección no solo es aquel en el cual se ha cometido el
delito, sino también toda aquella localidad en la cual pudieran aparecer la sospecha que oriente el hallazgo de
evidencias que permitan, de alguna forma, fijar o determinen alguna circunstancia en la perpetración del hecho
investigado, tales como el sitio de liberación de un cadáver o el lugar presuntamente de planificación del hecho
criminal.

Cuando ha de practicarse la inspección en lugares públicos, los investigadores no necesitarán cumplir


previamente con los requisito legal para el trámite de una autorización judicial, de igual forma no se exige
autorización cuando el dueño o dependiente así lo autorice, circunstancia que deberá ser cuidadosamente
reseñada en el acta que recoja la actuación.

La inspección realizada en sitios o lugares privados, equivalen a un allanamiento, regulado también de forma
especial por el Código Orgánico Procesal Penal, pero en un capítulo aparte, el artículo 196 establece como
excepción lo cual permite su realización prescindiendo de la autorización judicial en los siguientes casos:
1. Para impedir la perpetración o continuidad de un delito
2. Cuando se trate de personas a quienes se persigue para su aprehensión

En todo caso, en esta circunstancias debe cumplirse con los requisitos formales que exige la práctica de las
inspecciones que cuentan con orden judicial, ello es establecer en el acta con precisión absoluta la autoridad
que lo practique, que se haga acompañar de testigos o bien adicionar un registro fílmico, ya que es criterio
jurisprudencial sostenido que el solo dicho de los funcionarios, solo constituye un elemento orientador y no es
suficiente para sostener o convalidar la legalidad de la actuación rendidas por el Ministerio Publico y mucho
menos por los órganos de policía o unidades criminalísticas.

La inspección de las cosas constituye una experticia a fin de determinar y dejar sentado la morfología,
valoración, uso o funcionamiento típico o atípico, así como todo elemento característico útil, necesario y
pertinente a la investigación criminal. Dentro de este examen juega un papel preponderante el cumplimiento de
las reglas que fija la cadena de custodia, para alcanzar la garantía legal en el manejo de las evidencias.

Indicios obtenidos mediante inspección de personas: La inspección de personas se encuentra establecida en el


artículo 191 del Código Orgánico Procesal Penal, donde se prevé que la policía podrá inspeccionar una
persona, siempre que haya motivo suficiente para presumir que oculta entre sus ropas o pertenencias o tiene
adheridos a su cuerpo, objetos relacionados con un hecho punible investigado. En estos casos la norma exige
que antes de proceder a la inspección se advierta a la persona acerca de la sospecha y del objeto buscado
pidiéndole su exhibición.

Seguidamente, el artículo 192 del Código Orgánico Procesal Penal, exige que las inspecciones se practiquen
separadamente, cuando fueren varios los inspeccionados, respetando el pudor de las personas; y que sea
efectuada por otra persona del mismo sexo. Es necesario entender que la intervención hecha en una
inspección personal, afecta derechos fundamentales relacionados con la intimidad personal, por lo cual el
legislador pretendió dejar claro, en los artículos 191 y 192 de la antes referida norma adjetiva penal, que en tal
actuación se exigen requisitos de fondo y de forma que están vinculados con el debido respeto a la integridad
personal, honor y privacidad del ciudadano, situación que debe respetarse aún en situaciones de flagrancia.
Con referencia a lo anterior, a pesar de la existencia de un marco legal pueden encontrarse en la práctica
ciertas posturas, incluso jurisprudenciales que dejan abierta la puerta a diversas situaciones que hacen a un
lado el respeto constitucional y legal que debería caracterizar a todas las actuaciones del Estado, respecto a la
debida protección de dignidad de la persona.

Sobre este particular, la actuación procesal que corresponde a la inspección de persona, inciden de forma
directa e inmediata en el derecho a la integridad física, psíquica, derecho a la intimidad, al honor, es por ello
que su estricta observancia es garantía de resguardo del debido proceso.

En este orden de ideas, se hace necesario aclarar que la autoridad quien practica la revisión personal, no
requerirá autorización judicial, sin embargo para la práctica de esta diligencia, debe considerarse la sospecha
suficiente, inspirada en motivos validos que hacen necesaria su práctica ya que la sospecha arroja suficientes
motivos para presumir que la persona oculta entre sus ropas o pertenencias objetos relacionados con un hecho
punible que se investiga.

En consecuencia, las actuaciones que recojan la práctica de esta diligencia de investigación, deberá bastarse
por sí misma en el sentido de dejar claro el apego al procedimiento de ley y al resguardo del decoro que obliga
el respeto a los derechos constitucionales de los ciudadanos, preferiblemente tal actuación deberá ser
respaldada por el testimonio de testigos y en todo caso refrendada de forma gráfica mediante una grabación
video fónica.

Indicios obtenidos mediante inspección de vehículos: Según el artículo 193 del Código Orgánico Procesal
Penal, la policía podrá realizar la inspección de un vehículo, siempre que haya motivos suficientes para
presumir que en él se oculten objetos relacionados con un hecho punible. Se dispone allí que para ello deban
cumplirse las mismas formalidades exigidas para la inspección de personas, lo que implica formular las debidas
advertencias al conductor y sus ocupantes, acerca de la sospecha y los objetos buscados, pidiéndole su
exhibición.

En Venezuela, a diferencia de otros países, la legislación penal autoriza la revisión por parte de las autoridades
policiales, sin la necesaria orden judicial, ello en razón a la intensidad de índices delictivos y a otras razones de
orden criminológicos. Todo ello no menoscaba el respeto debido por parte de las autoridades que practica este
tipo de inspección, en el sentido de resguardar el debido proceso y el conjunto de garantías constitucionales y
legales.

El registro en lugares públicos: En referencia al contenido del artículo 194 del Código Orgánico Procesal Penal,
que regula el registros, debe notarse que se torna recurrente respecto a los requisitos establecidos para las
inspecciones.

Ha de observarse que en la primera parte de la norma, se emplea el enunciado “en un lugar público”, cuando el
referido Código no distingue cuáles son estos lugares, pues jurídicamente existen lugares de dominio público:
parques, jardines, plazas, calles entre otros, y lugares de uso público: iglesias, teatros, escuelas,
universidades, oficinas públicas, bancos y comercios en general; tampoco establece de una manera específica
cuando es necesario u obligatorio una orden de allanamiento para el registro de estos lugares.
Es evidente, que los sucesivos cambios legislativos, no han guardado el criterio respecto a los requisitos
necesarios de ley para la realización de un registro en estos espacios en condiciones diurnas o nocturnas, lo
cual abre un margen negativo de interpretación que eventualmente pudiera afectar la integridad del
procedimiento y con ello, el respecto al debido proceso, lo que a nuestro juicio pudiera ser un factor de
promoción de la impunidad o la violación de derechos individuales.

Levantamiento, Identificación de Cadáveres y Autopsia: constituye una actuación primaria de investigación


establecida en el artículo 200 del Código Orgánico Procesal Penal, en donde el órgano de policía científica con
el auxilio o acompañamiento de un médico forense, realiza la inspección técnica a un cadáver con el objeto de
dejar sentado el conjunto de circunstancias que rodean el fallecimiento y determinar preliminarmente si existen
circunstancias que permitan afirmar que el deceso se produce a consecuencia de alguna intervención delictual.

Por la naturaleza de la actuación procesal que comporta la identificación y el levantamiento del cadáver, será
practicado de forma multidisciplinaria por un equipo de expertos o peritos, dentro del cual juega un papel
preponderante el médico forense. El cadáver constituye la principal pieza de evidencia de la investigación y el
exhaustivo y minucioso análisis de la escena del crimen proporcionará los elementos de convicción necesarios
para la búsqueda de la verdad.

Finalizada la inspección general de la escena del crimen, se procederá a fijar los elementos de interés
criminalístico y al examen preliminar médico forense del cadáver. Luego de ello, se ordena el levantamiento del
cuerpo y su traslado a la morgue, donde le será practicada una inspección minuciosa y luego será sometido a
un procedimiento técnico y científico de disección anatómica que comprende el estudio morfológico y
fisiopatológico del cadáver, ello comporta la disección sistemática y análisis de los órganos de un cadáver para
determinar cuál fue la causa y la data de la muerte. El conjunto de procedimientos científicos que son
realizados en consecuencia, se conocen como protocolo de autopsia, señalado en el artículo 202 del Código
Orgánico Procesal Penal.

Muerte en Accidentes de Tránsito: El Código Orgánico Procesal Penal establece en el artículo 201, las
características especiales que eventualmente permiten determinar la condición de la muerte violenta a causa
de un accidente de tránsito, que salvo presunción en contrario, puede determinar la causa de muerte de las
víctimas.

Establece la ley, que en los casos de muerte en accidentes de tránsito, las actuaciones preliminares y el
levantamiento del cadáver, podrán ser realizados por las autoridades especializadas del Cuerpo de Control y
Vigilancia de Tránsito Terrestre, con auxilio de los profesionales adscritos al Servicio Nacional de Medicina y
Ciencia Forense, así como podrán gestionar su traslado a la morgue correspondiente, a los fines exigidos por la
ley en relación a la práctica del necesario protocolo de autopsia.

Es evidente que los funcionarios encargados de esta actividad, adscritos al Cuerpo de Control y Vigilancia de
Tránsito Terrestre, deberán contar con la preparación necesaria en el manejo de evidencias, con la finalidad de
garantizar la pulcritud y seguimiento de los pasos descritos en la cadena de custodia y evitar la alteración de
los escenarios de sucesos.
INDICIOS OBTENIDOS MEDIANTE ACTOS DE INVESTIGACIÓN QUE AMERITAN AUTORIZACIÓN
JUDICIAL

Indicios obtenidos mediante actos de investigación que requieren autorización judicial: Facultad coercitiva en la
realización de los actos de investigación; La actividad investigativa que afecta la intimidad y privacidad de las
personas; El allanamiento; El registró nocturno; Diferencia entre inspección y allanamiento; La ocupación e
interceptación de correspondencia y comunicaciones; El vaciado de dispositivos informáticos, telemáticos y de
comunicación; El examen corporal y mental; La exhumación.

Indicios obtenidos mediante actos de investigación que requieren autorización judicial: El Código Orgánico
Procesal Penal establece un conjunto de actuaciones que solo pueden ser llevadas a cabo por el Ministerio
Público o el órgano de policía de investigación penal con la previa autorización del Juez de control. Se entiende
que dentro de la investigación se hace necesario la intervención de la garantía o el derecho constitucional, para
ello será necesario la previa autorización judicial otorgado por el juez de control. Se regulan actuaciones como
el allanamiento, incautación, interceptación de comunicaciones, intervención de la información privada
contenida en los dispositivos y medios electrónicos, la intervención médica o científica corporal o mental de las
personas entre otras.

Facultad coercitiva en la realización de los actos de investigación: de acuerdo a lo expresamente señalado en


el artículo 189 del Código Orgánico Procesal Penal, el fiscal del Ministerio Público o el funcionario policial a
quien se le encomienda la tarea de ejecutar la orden del Juez de Control, esta investido de la autoridad
suficiente para ordenar que todas las personas que se encontrase en el lugar donde se despliega la actividad
investigativa, durante la diligencia practicada, no se ausenten del lugar y contribuyan con su realización.

La facultad coercitiva debe ser interpretada en el sentido estricto del respeto hacia las garantías de libre tránsito
y libertad personal contempladas en la constitución de la república.

La actividad investigativa que afecta la intimidad y privacidad de las personas: a lo largo de la historia, ha
quedado sentado que la intervención del Estado en la intimidad de las personas ha sido una vía expresa para
la obtención de elementos de convicción para el juicio de cargo. Sin embargo, el compromiso universal
alcanzado con el avance de la humanidad, ha permitido establecer parámetros distintos que de muchas
maneras, limitan el accionar del Estado en la búsqueda de los elementos incriminatorios en una investigación
penal, ello se entiende en razón a la dimensión de recursos con que cuenta el Estado en comparación a las
posibilidades con que cuenta el individuo. Es por ello que las legislaciones han limitado el accionar de la
capacidad de intervención con que cuenta el aparato punitivo de los Estados, sometiéndolo al control judicial
con el objetivo de restringir el abuso en la intervención del ejercicio de la autoridad frente a los derechos
ciudadanos.
En este sentido, en el transcurso de la investigación penal el Ministerio Público y los órganos de policía de
investigación, podrán mediante la autorización judicial intervenir la actividad individual de las personas, con el
debido respeto a los limites contemplados en cada caso, ya que de lo contrario tal intervención implicaría una
afectación de los Derechos Humanos de los investigado, traduciéndose en responsabilidad directa para el
Estado, quien por imperio del orden internacional está obligado a investigar, sancionar y resarcir las violaciones
perpetradas por sus funcionarios al respecto.

Es por ello, que la intervención de garantías individuales como son: la vida, la integridad personal, el hogar
doméstico, la privacidad, las comunicaciones entre otras constituyen derechos y garantías constitucionales de
carácter absoluto cuando no admiten prerrogativas de intervención y relativos cuando solo a través de la orden
judicial pueden ser allanadas.

En el caso de Venezuela, la Constitución de la República establece en su artículo 43, el derecho a la vida,


señalando que ninguna ley podrá establecer la pena de muerte, ni autoridad alguna aplicarla. De igual forma el
artículo 44 de la referida constitución establece que la pena máxima a imponer será de 30 años.

En cuanto a la integridad personal, el numeral 1 del artículo 46 de la Constitución de la República Bolivariana


de Venezuela, señala que ninguna persona podrá ser sometida en el transcurso de una investigación penal a
torturas o tratos crueles, inhumanos o degradantes, por tal motivo constituye un derecho absoluto que de igual
forma como lo es el derecho a la vida, no admite prerrogativa alguna.

El allanamiento; es una actividad de pesquisa que busca encontrar elementos de interés criminalístico,
vinculados a un hecho investigado, dentro de locaciones habituales del sospechoso, que emplea para su
descanso o faene diaria. La actividad de búsqueda de evidencia se realiza siguiendo una metodología técnica
de rastreo y localización de evidencias asociado a la criminalística, así mismo es necesario en su desarrollo
abordar los parámetros legales determinados en la Constitución de la República y la ley.

En relación al hogar doméstico y todo recinto privado de personas señalado en el artículo 44 de la Constitución,
establece su inviolabilidad, sin embargo señala dos (02) prerrogativas de excepción que permiten a la autoridad
materializar el allanamiento, ello es la orden otorgada por un juez y la necesaria intervención administrativa por
parte de la autoridad policial con la finalidad de impedir la perpetración de un delito.

En este sentido, el artículo 196 del Código Orgánico Procesal Penal, establece que para su ejecución debe
existir necesariamente una orden judicial, para lo cual determina los requisitos de forma y el fondo de la
autorización otorgada por el juez de control. En cuanto a la excepción contempla, que en razón a determinadas
razones de necesidad y urgencia, por no contar con el tiempo necesario para la tramitación de la solicitud, la
realización de un allanamiento sin orden puede darse siempre y cuando se esté bajo alguno de los siguientes
supuestos:
1. Para impedir la perpetración o continuidad de un delito
2. Cuando se trate de personas a quien se persigue para su aprehensión

Ello implica una extensión normativa que va más allá de lo preceptuado en el orden constitucional,
estableciendo condiciones ampliadas que configuran un conjunto de posibilidades que permiten desdibujar, la
necesidad que persiguió el constituyente. De tal manera que de acuerdo al Código Orgánico Procesal Penal el
allanamiento de una morada, se podrá realizar bajo dos condiciones:

El registró nocturno; El legislador deja asentado en el artículo 190 del Código Orgánico Procesal Penal, que
debe dejarse constancia de que se trata de un registro nocturno en las actas que recogen el procedimiento de
su ejecución, sin embargo la redacción del artículo en cuestión, no aclara su sentido en razón de entender si se
trata de un inspección como forma de actuación que pretende dejar constancia de las circunstancias del estado
de los lugares, cosas, la búsqueda de rastros y efecto materiales que existan y sean de utilidad para la
investigación del hecho o la individualización de los partícipes en el o un allanamiento que pretende recoger un
conjunto de evidencias de las cuales se presupone que se encuentran en el sitio investigado y por ello existe la
necesidad de su registro.

Por todo ello, podríamos definir el registro nocturno como la actividad de pesquisa que busca encontrar
elementos de interés criminalístico, vinculados a un hecho investigado, dentro de locaciones en horas
nocturnas, por tanto requiere de autorización judicial a menos que se esté frente a las excepciones que
determina el allanamiento o se cuente con el expreso consentimiento del dueño o dependiente, otorgado con
absoluta libertad para su realización.

Diferencia entre inspección y allanamiento: en términos prácticos son dos cosas distintas, ya que la inspección
vista como diligencia de investigación está dirigida a observar o a reconocer lugares y cosas con la finalidad de
dejar plasmado en un acta el conocimiento de las materialidades percibidas a través de los sentidos por parte
de un experto que es quien la práctica, no necesariamente y de forma principal se pretende con la inspección la
recolección de evidencias ni la revisión o registro exhaustivo de lugares o cosas cuya finalidad si está dentro
del allanamiento.

Por ello, para darle un sentido práctico a la regulación contenida en el Código Orgánico Procesal Penal,
debemos entender que la inspección se encuentra vinculada a la fijación y descripción de lugares y cosas, y
que su finalidad principal persigue dejar sentado sus materialidades para el momento específico en que son
examinados, de forma accesoria o secundaria puede acompañarse de la actividad de registro exhaustivo y
sistemático en la búsqueda de evidencias, rastros o huellas de interés criminalístico. Por el contrario el
allanamiento, pretende de forma principal la captación de evidencias en moradas o recintos privados, por ello
está asociado de forma primaria a la actividad de registro exhaustivo y sistemático en la búsqueda de
evidencias de interés criminalístico.

La ocupación e interceptación de correspondencia y comunicaciones; comporta una actividad indagatoria que


requiere autorización judicial, a tenor de lo que señala el artículo 48 de la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela, se garantiza el secreto e inviolabilidad de las comunicaciones privadas en todas sus
formas.
La norma Constitucional advierte que no podrán ser interferidas sino por orden de un tribunal de control, previo
el cumplimiento de las disposiciones legales y preservándose el secreto de lo privado.

Incautación de correspondencia: es el mecanismo que establece que en el curso de la investigación de un


hecho delictivo, el Ministerio Público, con autorización previa del Juez de Control, podrá incautar la
correspondencia y otros documentos que se presuman emanados del autor del hecho punible o dirigidos por él,
que guarde relación con los hechos investigados.

De igual modo, el Ministerio Público podrá solicitar y el tribunal de control ordenar la incautación de
documentos, títulos, valores y cantidades de dinero, disponibles en cuentas bancarias o en cajas de seguridad
de los bancos o en poder de terceros, cuando existan fundamentos razonables para deducir que ellos guardan
relación con el hecho delictivo investigado.

En los supuestos previstos en el artículo 204 del Código Orgánico Procesal Penal, el órgano de policía de
investigaciones penales, en casos de necesidad y urgencia, podrá solicitar directamente al Juez o Jueza de
Control la respectiva orden, no sin antes obtener la previa autorización, que puede ser expresada por cualquier
medio, por parte del Ministerio Público, la cual deberá constar en la solicitud formulada.

Interceptación o Grabación de Comunicaciones Privadas: El Ministerio Público, podrá solicitar al juez de control
la autorización judicial para la interceptación o grabación de comunicaciones privadas, sean éstas ambientales,
telefónicas, mensajes de textos, correos electrónicos o cualquier otro cualquier otro medio, cuyo contenido se
transcribirá y agregará a las actuaciones. El artículo 205 del Código penal establece que como elemento de
convicción se conservarán las fuentes originales de grabación, asegurando su inalterabilidad y su posterior
identificación.

La ley establece que a tales efectos, se entenderá por comunicaciones ambientales todas aquellas que se
realizan personalmente o en forma directa, sin ningún instrumento o dispositivo de que se valgan los
interlocutores.

La autorización Judicial: de acuerdo a lo expresamente señalado en el artículo 206, del Código Orgánico
Procesal Penal, en todos los casos señalados anteriormente, el Ministerio Público, deberá solicitará
razonadamente al Juez de Control del lugar donde pretende realizar la intervención, la correspondiente
autorización con expreso señalamiento del delito que se investiga, el tiempo de duración, que no excederá de
treinta días, los medios técnicos a ser empleados y el sitio o lugar desde donde se efectuará, dicha autorización
podrá ser prorrogada de forma sucesiva mediante el mismo procedimiento y por lapsos iguales, medios,
lugares y demás extremos que sean pertinentes.

Uso de la Grabación: según la ley y en resguardo del derecho constitucional que garantiza la intimidad
personal, toda grabación autorizada será de uso exclusivo de las autoridades encargadas de la investigación y
enjuiciamiento, quedando en consecuencia prohibido divulgar la información de esta forma obtenida.

La intervención y vaciado de dispositivos informáticos, telemáticos y de comunicación: Los avances


tecnológicos abren la oportunidad y surgimiento de nuevas formas delictuales las cuales son abordadas por la
criminalística moderna, la cual abre espacios de enfoque para dimensionar técnicas de análisis de los hechos y
las evidencias que se identifican en el sitio del suceso donde se consumaron eventos catalogados como ilícitos
tecnológicos o en su comisión se fueron empleados elementos tecnológicos que emplea las Tecnologías de
Información y comunicaciones. A partir de este instante, se debe implantar un nuevo conjunto de herramientas,
técnicas, métodos, estrategias y acciones para descubrir en los medios informáticos, la evidencia que sustente,
verifique, identifique e individualice las afirmaciones sobre hechos delictivos y medios empleados para la
comisión de los mismos.

De esta forma, la obtención de elementos de convicción mediante el empleo de la Informática Forense, la cual
es una disciplina auxiliar de la criminalística moderna, que establece la mecánica y procedimientos orientados a
obtener y preservar las evidencias de carácter digital, con la finalidad de instaurar los mecanismos que
permitan su hallazgo, protección, fijación y colección para evitar alteración o modificaciones, así mismo permite
su incorporación como evidencia de interés criminalístico en el proceso penal, que abarca las siguientes
actividades:

1. Identificar, proteger, colectar y transportar toda la evidencia de interés criminalístico software y


hardware así como los medios electrónicos, electro – magnéticos, ópticos y magneto o cualquier otro
tipo de dispositivo de almacenamiento y/o comunicación.
2. Identificar, proteger, colectar y transportar toda la data o información contenida en archivos o bases de
datos que pueda representar evidencias electrónicas, así mismo establecer las evidencias que puedan
permitir determinar tareas de consultas, modificaciones, sustracciones o adiciones que puedan
relacionarse de forma directa o indirecta con la investigación criminar.
3. Recuperación la data y/o información borrada, alterada, destruida u oculta en cualquier dispositivo de
almacenamiento en el área de las tecnologías de información.
4. Decodificar las claves de acceso de los archivos residentes en computadores personales, dispositivos
de almacenamiento masivo de información, u otros dispositivos de almacenamiento, a través de
herramientas y técnicas de cripto análisis.
5. Detección de intrusos en Redes tecnológicas de comunicación e información.
6. Garantizar la autenticidad, confiabilidad, suficiencia y no repudio de las evidencias digitales colectadas.

En el manejo de todas estas evidencias, entra en juego una de las áreas más innovadoras de la criminalística,
como lo es la Informática Forense, que si bien en un principio se pretendió ver desde un punto de vista aislado,
más relacionado con la seguridad informática y la computación, realmente constituye una de las ramas que
más hace uso de las técnicas y procedimientos criminalísticos, precisamente en atención al carácter volátil que
presentan las evidencias digitales, que de igual forma engloba el carácter sustancial vinculado con la garantía
constitucional de las inviolabilidad de las comunicaciones, por ello para su intervención se requerirá la debida
autorización judicial otorgada por el juez de control. En prevención a ello, la Ley de Delitos Informáticos
contempla de forma taxativa una serie de tipos penales que pudieran aplicarse en el caso de una errónea
intervención por parte del Ministerio Público o alguno de los órganos auxiliares en atención a la vulneración de
la información e intromisión en los dispositivos tecnológicos que dicha ley contempla.

Examen Corporal y Mental: Según el artículo 195 del Código Orgánico Procesal Penal, consiste en la
verificación sobre las huellas que el hecho investigado pudo materializar en una persona, pudiendo indagar
más allá de lo evidentemente superficial, indagando en el interior de su organismo hasta su estado psíquico.

Por ejemplo, para dejar constancia de que oculta en el interior de su organismo, evidencias criminales o que su
conciencia resguarda un estado depresivo, de pérdida de contacto con la realidad, desorientación o
desvinculación del sentido de la percepción de lo bueno o no malo.

En estos casos la norma exige que al practicarse ese examen se debe cuidar el respeto al pudor de la persona
y si es preciso que se practique con el auxilio de expertos; que al acto podrá asistir una persona de confianza
del examinado; y que éste será advertido de tal hecho.

Por su parte, Popoli (2007) afirma que la legislación debe tomar en cuenta otros exámenes que abarca la
revisión interna del cuerpo humano, regulando así la realización de análisis científicos de sangre, de semen, de
orina, de ADN, así como mediante tomografías, radiografías, radioscopias, antropometría, psiquiatría y otros de
la misma índole. En aquellos casos en los que se requiera practicar cirugía mayor o menor, a fin de levantar
una evidencia, existe una laguna de interpretación, por cuanto el artículo 195 del Código Orgánico Procesal
Penal, no especifica de forma taxativa si es necesaria o no la autorización judicial para la práctica de esta
diligencia. Al respecto el numeral 3 del artículo 46 de la Constitución de la República, establece que ninguna
persona podrá ser sometida sin su libre consentimiento a experimentación científica, o exámenes médicos o de
laboratorio, sin embargo hace la salvedad que habilita la intervención del Estado, en los casos cuando se
encuentra en peligro su vida u otras circunstancias que determine expresamente la ley.

Por ello consideramos que es necesario la revisión y regulación de este tipo de inspecciones con el objeto de
preservar la debida actuación procesal.

La exhumación: En el caso de que un cadáver haya sido sepultado antes del examen corporal o autopsia
correspondiente, el Juez de control, a petición del Ministerio Público, podrá ordenar la exhumación cuando las
circunstancias permitan presumir la utilidad de la diligencia de investigación.

El Código Orgánico Procesal Penal establece en el artículo 203, la necesidad de informar con anterioridad a la
exhumación, a algún familiar del difunto, así mismo establece que una vez practicado el examen o autopsia, se
deberá proceder a la inmediata sepultura del cadáver.

LA ENTREVISTA INDICIARIA COMO MEDIO


PARA OBTENER EL TESTIMONIO
La entrevista indiciaria como medio para obtener el testimonio: La percepción del acontecimiento; El
presupuesto de apreciación de la verdad en el Testimonio: El testimonio, Objeto del testimonio, Clases de
testimonios: Testimonio según la edad: El testimonio de los niños o menores, Testimonio de adultos y
ancianos; Testimonio según el sexo; El testimonio sospechoso, El testimonio referencial o de oídas,
Testimonio por mención o mencionado, Testimonio instrumental; El testigo; Clases o tipos de testigos: Testigo
abonado, Testigo de actuación o Instrumental, Testigo de cargo, Testigo de descargo, Testigo de apremio,
Testigo de oídas o auricular, Testigo ocular, de vista, Testigo presencial, Testigo Falso, Testigo Hábil, Testigo
Inhábil, Testigo Judicial, Testigo Necesario, Testigo técnico experto o perito; Deber de rendir testimonio;
Exención al deber de declarar; Exención de Declarar; La confesión; El reconocimiento de personas, cosas,
sonidos y otros objetos de percepción sensorial; La percepción sensorial; El reconocimiento de personas; El
reconocimiento de objetos y cosas; El reconocimiento de sonidos.

La entrevista indiciaria como medio para obtener el testimonio: La entrevista indiciaria es un medio de
convicción que consiste en una declaración realizada por una persona en la fase preparatoria del proceso
penal, ante el Ministerio Público, el órgano de policía o la unidad criminalística sobre lo que dice conocer
respecto de hechos de cualquier naturaleza, para la obtención de un testimonio.

El testimonio es la experiencia que relata el testigo ante autoridad competente sobre el conocimiento concreto
que tenga por percepción sensorial, de un objeto o hecho pasado, del cual en la investigación de un hecho
criminal, puede desprenderse un interés indagatorio al vincular el testimonio con los acontecimientos, esta
vinculación puede ser directa o indirecta.

En la entrevista pueden surgir sesgos por fallas en la memoria del testigo por muchas circunstancias dentro de
las que se encuentran: la manera en que el investigador formular las preguntas o por el deterioro del recuerdo
por el mero paso del tiempo, entre otros muchos factores.

Sabemos, por ejemplo, que las variables inherentes al acto criminal como son: el tipo de suceso acaecido, su
duración, el nivel de violencia, las características de sus perpetradores, condiciones de iluminación, entre otros,
pueden ser afectadas por factores de orden externos o internos, lo cual puede perturbar la eficiencia de su
fijación en la memoria del testigo.

Variables de orden internos inherentes al testigo, incluyendo el nivel de estrés, género, edad, su profesión,
expectativas, práctica previa antes del intento de reconocimiento y estado fisiológico pueden influir en la
habilidad de una persona para prestar atención a los detalles de una escena criminal.

La memoria es un proceso complejo en el que podemos diferenciar tres momentos: adquisición, retención y
recuerdo.

La percepción del acontecimiento: el testigo distingue el conjunto abstracto de elementos que determinan la
información sobre un suceso. Si bien el suceso puede durar escasos segundos o varias horas, dentro de los
cuales se desencadenan procesos fisiológicos de diversas magnitudes que pueden influir de alguna forma en la
calidad de la información que en este momento se almacena en la memoria del sujeto.

Los factores de adquisición y fijación del hecho se dividen en dos clases principales:

1. los factores inherentes al suceso, como la hora o el día, las condiciones de iluminación, la duración del
suceso, el tipo y forma de hecho, las características de los agentes perpetradores, entre otros;

2. los factores inherentes a la característica del testigo, entre ellos la edad, el género, su profesión o
preparación profesional, entre otros.

Cuando un testigo percibe un crimen, accidente u otro suceso legal importante, algo de información sobre el
hecho se almacena en su memoria. Una vez que concluye el acontecimiento crucial, la información queda
almacenada en la memoria del testigo, quedando allí almacenada durante por un tiempo determinado, dentro
del cual puede ser recuperada o se desvanece motivados a procesos fisiológicos de carácter normal de
variable dimensión respecto a la individualidad que representa cada sujeto.

Mientras que la información puede ser ubicada en la memoria decimos que nos encontramos en la fase de
retención, hasta que se relata que es cuando estamos en la fase de recuperación o evocación del recuerdo, en
el transcurso de una fase a otra se desencadenan distintos factores que pudieran afectar la calidad de la
información aportada y el nivel de detalles, dentro de estos factores tenemos el olvido y la información
postsuceso, esto representa un potencial factor de contaminación a la convicción que se crea por la
retroalimentación del testigo con otros sujetos que pudieron encontrarse o no en la escena del suceso, o bien la
distorsión del recuerdos por causas de procesos fisiológicos como enfermedades, fármacos, enervantes,
depresivos, traumas entre otros.

La forma de interrogatorio es crucial para obtener el testimonio fiel y exacto de un testigo de crímenes o
accidentes. Recuperar la información de la memoria del testigo requiere de preparación, conocimiento técnico y
de la práctica que determina la experiencia del investigador. A veces es necesario la formulación de preguntas
abiertas, en las que relatan cualquier detalle que le venga a la memoria del testigo. También puede que se le
formule preguntas específicas que requieran ciertas respuestas, y a veces se les exhiben objetos, fotos o
gráficos con el propósito de que sean identificados. Existe el acuerdo, de que los relatos de los testigos pueden
estar sesgados o distorsionados en la fase de la recuperación debido al método de interrogación, la formulación
de las preguntas y las condiciones anímicas que refleja el estado de ánimo del testigo.

El Testimonio en resumen, es la narración que hace una persona de hechos relacionados al objeto del proceso,
de los cuales ha tenido conocimiento, de manera directa o indirecta. Es del género de las llamadas fuente viva
de evidencias o pruebas personales. El testimonio solo puede ser rendido por una persona física que haya sido
citado por la autoridad o que comparezca espontáneamente al proceso con el fin de poner en conocimiento de
la autoridad lo que percibió de manera sensorial y directa; y es que en efecto, la percepción sensorial debe ser
directa porque aun cuando podemos hablar de testigo indirecto esto no constituye la esencia del testimonio
sino una narración circunstancial o referencial del hecho, ya que el testimonio para ser traído al proceso debe
ser conducente al esclarecimiento del hecho objeto de investigación, pues de lo contrario será un testimonio
inconducente, esto es ajeno al proceso. En este sentido debemos comentar, siguiendo la clásica explicación de
Carnelutti, que el relato que hace el testigo no es la narración de un hecho sino la narración de una experiencia.

Es importante señalar, que al señalar en consecuencia una experiencia o conocimiento adquirido debe tomarse
en cuenta la percepción directa de los sentidos del testigo, no solo lo que vio o escucho, y es que, como dice
Jauchen, no es acertado sostener que el testigo solo narrará las circunstancias que ha visto u oído; y es que no
solo puede rendir testimonio quien ha percibido por los sentidos de vista u oído sino también quien ha percibido
por olfato, gusto, tacto e integralmente, por el sentido común que implica la sistematicidad de la percepción
humana.

El presupuesto de apreciación de la verdad en el Testimonio: La presunción de verdad es el fundamento y


presupuesto ideológico del testimonio; pero el testimonio como expresión humana tiene que estudiarse en su
justa dimensión y en las diversas facetas que lo hacen suficientes en la investigación criminal.

En efecto, el testimonio forma parte de la actividad procesal que recoge el dicho de un testigo que en
consecuencia debe ser contrastado con otros elementos, ya que puede estar afectado por múltiples
circunstancias.

Es más difícil para el hombre idear una mentira. Si el testigo dice la verdad y su narración se limita a señalar la
verdad, solamente narrará lo que recuerda, pero si miente no solamente narrará lo que recuerda, sino que
tendrá que fabricar circunstancias que posteriormente deben ser conservadas en la memoria de forma paralela
a los hechos realmente percibidos.

Un testimonio fabricado, producto en parte de la realidad y en parte de la imaginación, presupone que lo "real"
y lo "inventado" se deberá recordar de forma simultánea cada vez que el testigo tenga que exponer su
testimonio para no evidenciar contradicciones, falsedad o inverosimilitud.

Es por ello que el fundamento ideológico de la prueba testimonial, parte de la presunción de la veracidad,
porque sustenta la premisa de que el hombre, como ser humano, está dotado de dignidad y que su actuar
humano tiene siempre una finalidad ética y moral, por lo que dirá más fácilmente la verdad, pues eso implica
para él, la realización del menor esfuerzo intelectual; y es que si no presumimos la verdad como presupuesto
ontológico del testimonio, entonces, estaríamos partiendo de que el hombre no actúan con finalidad ética o
moral y, por consiguiente, estaríamos desconociendo la evolución histórica de las escuelas del pensamiento
social humano, la cual dirige la conformación del derecho contemporáneo.

No es cuestión de ignorar los problemas que plantea la prueba testimonial, ni desconocer las presiones a que
puede estar sometido el testigo, en relación a factores de influencia de orden económico, presiones físicas y
psicológicas, entre otras que puede ser sometido el testigo dentro de un proceso penal; pero esto vienen a ser
una situación excepcional, que debe combatiese con una legislación clara que establezca procedimientos
expeditos, así con la preparación de los jueces, fiscales y operadores de justicia para establecer el control
eficaz que garantice la seguridad del testigo, de los administradores de justicia y de la sociedad en general; por
lo pronto, y seguramente durante mucho tiempo más, debe seguirse reconociendo que el ser humano tiene una
tendencia natural a confiar en sus semejantes, la cual constituye el fundamento de la prueba testimonial .
El testimonio: es un medio de prueba que debe estudiarse desde una concepción objetiva y subjetiva, esto es
desde el contexto de la previsión de la Constitución de la República y la el Código Orgánico Procesal Penal,
porque la aducción, admisión y valoración del testimonio son actos del proceso que deben cumplir un
procedimiento previamente establecido durante las diversas fases del proceso, pero también desde una
consideración subjetiva, por cuanto el testimonio es rendido por una persona natural, por lo que hay que
estudiar a profundidad y entender a la persona humana en cuanto es el testigo.

El Testimonio penal, constituye la declaración de la persona natural, rendida en el curso del proceso penal,
ante la autoridad competente, sobre lo que conoce, sabe o le consta, por percepción de sus sentidos, en
relación al objeto y fines del procesal, con el propósito de contribuir a la reconstrucción judicial del hecho con la
finalidad de producir certeza.

En la fase preparatoria, el testimonio es un indicio que se encuentra recogido en las actas procesales, en la
fase intermedia se examina la forma de su obtención, para establecer su legalidad, así como su pertinencia,
necesidad y utilidad, en la fase de juicio representa la fuente viva, el testigo es un órgano de prueba, quien
debe trasmitir certera y suficientemente el conocimiento que posee al juez con el fin de fijar en el la prueba
respecto a la circunstancia particulares en la comisión del hecho juzgado.
Objeto del testimonio: En la prueba testimonial la persona debe explicar las circunstancias de tiempo, modo y
lugar en que haya ocurrido cada hecho y de la forma como llegó a su conocimiento.

Durante la fase preparatoria del proceso penal, el testimonio es rendido ante el Ministerio Público, los órganos
de policía o las unidades de investigación criminal de forma indagatoria. El testimonio se recoge de forma
escrita en actas que son incorporadas a la investigación penal y constituye elementos de convicción.

Durante la fase intermedia, en la audiencia preliminar, el testimonio conformado en actas, se analiza bajo la
premisa que reviste la legalidad de su obtención así mismo se revisa la necesidad, pertinencia y utilidad de su
incorporación.

Con la declaración bajo juramento, en el Juicio Oral y Público, el Juez impone al declarante sobre el deber de
decir verdad, conforme a la prohibición de falso testimonio previsto en el artículo 242 del Código Penal, la ley
motiva al testigo a una reflexión seria y atenta expuesta en un lenguaje fiel y sincero. Con ello se busca el
principal objetivo de la prueba testimonial y, consecuencialmente, el principal propósito cual es el efecto de
certidumbre sobre el contenido de su deposición.

El testigo es llevado a un interrogatorio en el que se búsqueda la verdad, material e histórica del suceso,
imposibilitándolo mediante el interrogatorio y contra interrogatorio las estratagemas o escapatorias
mitomaniacas y permitiendo a las partes y al Juzgador, alcanzar los medios necesarios para el debate con el fin
de desprender la verdad en la apreciación de testimonio y lograr la prueba.

Resulta, entonces, que el objeto de la prueba testimonial no es otro que la reconstrucción síquica del suceso
por medio del testigo, que es conocedor de las circunstancias que rodearon la ocurrencia de los hechos.

Clases de testimonios: como se ha dicho el testimonio es el producto forense que recoge la declaración del
testigo, existen muchas técnicas y consideraciones criminalísticas para su elaboración. En la fase preparatoria
del proceso penal venezolano, el testimonio lo recoge las actas de investigación, la presente clasificación
pretende establecer de alguna manera el orden lógico de análisis para facilitar su apreciación.

Testimonio según la edad: El testimonio según la edad se divide en el testimonio rendido por los niños o
menores y el de los adultos y ancianos.

El testimonio de los niños y adolescentes: dentro del ámbito de libertad probatoria establecido en la ley, no
existe impedimento para la incorporación de testimonio de niños, sin embargo constituye un testimonio muy
controversial dado a la falta de madures del testigo y a que puede ser manipulado, en la práctica es
considerado de poca credibilidad e incertidumbres, ya que en muchos niños no se encuentran asentado de
forma suficiente o clara el sentido de la responsabilidad o el conocimiento de lo bueno y lo malo, por lo cual se
establece ares de comportamiento que promueven la falta de sinceridad de los menores, cuestión que se
puede fundar en el temor a un castigo, por lo que en el contenido del testimonio hay que tener presente la
posibilidad de la mentira defensiva, la satisfacción o gratificación, a la presión, a una sugestión, sin embargo
puede constituir elemento orientador de pistas y señales que podrán ser concatenados y contrastados con
otros elementos de convicción.

Los adelantos que de la Ley Orgánica de Protección de Niños Niñas y adolescentes, muestran una codificación
especial para hacer efectiva la jurisdicción de adolescentes, con lo cual se ha venido mejorando el panorama
desalentador y de incertidumbre que antes rodeaba el testimonio de estos menores, lo que no diluye la
desconfianza en el testimonio de los niños por considerarse con plena razón inimputables, y por todo lo ya
señalado.

Al analizar este tipo de testimonios en la fase preparatoria, intermedia o juicio no solo es imperativo estudiar la
escala de edad, sino para una buena valoración del testimonio de niños se debe partir de la consideración que
no todos tienen el mismo grado de desarrollo armónico desde el punto de vista intelectual, el cual viene a tener
una dependencia de su ámbito familiar, su educación, alimentación, capacidad económica familiar, entre otros
aspectos, y toda una serie de características humanas que pueden influir en un momento determinado en la
veracidad del testimonio.

En el caso de los adolescente, estos entran dentro de la categoría de los testimonios de adultos, ya que estos
sujetos responden penalmente por sus actos, de acuerdo a la Ley Orgánica de Protección de niños y
adolescentes. Otra circunstancia diferente la constituye la penalidad que eventualmente podría imponerse, en
el caso de que un adolescente cometiera el delito de perjurio, ya que la ley establece condiciones especiales y
limites a la imposición de penas.

Testimonio de adultos y ancianos: desde el punto de vista general del derecho probatorio, el testimonio de
adultos se entiende como el testimonio de regla, el testimonio de excepción es el testimonio de niños y
adolescente así como el testimonio de los ancianos.

El Testimonio de los ancianos al igual que el testimonio de los niños presenta inconvenientes, porque se
considera que suelen ser personas cuyos sentidos sufren disminución, alteraciones o atrofias en sus órganos; y
es que puede ser que su capacidad de atención o percepción se encuentra disminuida, su capacidad de
evocación puede ser débil y hasta en algunos casos suelen recordar los hechos antiguos, pero no los recientes,
sin embargo la legislación venezolana no hace exclusión alguna, por lo tanto estos testimonios son hábiles para
ser apreciados y valorados dentro del proceso penal venezolano.

No obstante, se trata de testimonios que exigen atención especial por parte del fiscal que dirige la investigación
y en especial, el juzgador al momento de su valoración al amparo de las reglas de la Sana Crítica.

Testimonio según el sexo: La Constitución de la República y la ley otorga los mismos derechos y garantías, no
haciendo ningún tipo de consideración respecto al sexo, de igual forma la doctrina penal equipara,
valorativamente, el testimonio del hombre y la mujer.

Sin embargo, existen consideraciones valorativas de orden fisiológico en la forma de percibir la realidad de los
acontecimientos, circundantes que matizan el testimonio, y que permiten determinar en ambos casos,
diferencias significativas para la búsqueda de la verdad dentro del proceso penal.

El testimonio sospechoso: El Código Orgánico Procesal Penal no establece ninguna consideración en cuanto a
la apreciación o valoración del testimonio sospechoso, por lo cual dentro de su control objetivo puede surgir los
elementos que permitan descartar su contenido.

A efecto de estudio puede establecerse la siguiente clasificación:

Testimonios que son considerados sospechosos por la falta de imparcialidad en su declaración:

 El señalado, imputa y acusado;


 El cónyuge, concubino o quien haga vida marital con la persona señalada; imputada o acusada;
 El descendiente o ascendiente en favor de su familiar comprometido en la causa penal;
 El tutor o curador por su pupilo o menor y éstos por su tutor o curador;
 El amigo íntimo o el enemigo manifiesto;
 El apoderado judicial o el defensor;
 El socio, condueño o comunero;
 El trabajador, empleado o dependiente en favor de su patrono;
 El patrono con respecto a su empleado;
 El testimonio de perturbados mentales, locos, esquizofrénicos, y débiles mentales;
 El testimonio dado por la persona de reconocida mala fama o probidad.

También el testimonio dado con algún interés particular o alguna perturbación de orden psíquico o mental en el
proceso esta revestido de sospecha, este interés puede ser directo o indirecto, lo cual compromete el resultado
o resultas del proceso.

Existe además otros testimonios sospechosos por falta de probidad, dentro de los cuales se encuentran todos
aquellos testimonios dados por personas de reconocida mala fama o que ha sido condenado por delito de
falsedad o falso testimonio lo cual afecta de forma grave su credibilidad o imparcialidad.
La prueba del testimonio en nuestro proceso penal adolece de la crítica del testimonio, porque desde el
momento en que es incorporado su apreciación o valoración no asimila la consideración de que fue dado por
un testigo sobre quien recae una de estas sospechas y que de esa condición y relación con los hechos y los
sujetos del proceso dependa su credibilidad, resulta, entonces, que en el proceso solo es apreciado o valorado
la incorporación del testimonio en cumplimiento de las formalidades legales, esto constituye sólo el elemento
objetivo del testimonio pero no es incorporado el elementos de la crítica, que advierte la estimación del riesgo
que representa la apreciación o valoración de estos testimonios.

Razón le asiste a Reyes Alvarado cuando sostiene que las causales por las cuales un testimonio puede ser
considerado como sospechoso, han sido todas extraídas de los elementos generales que siempre debe
analizar el Ministerio Público al apreciar cualquier testimonio para su incorporación en la investigación y el juez
al apreciarlo como elemento de convicción en el proceso.

El testimonio referencial o de oídas: es aquel que rinden las personas que han escuchado de otras personas el
relato de hechos que resultan relevantes para esclarecer la investigación criminal, en muchos casos el
testimonio señala hechos e identificar personas y afirmar circunstancias relevantes en la investigación penal. El
testimonio recoge la percepción auditiva que haya tenido el testigo. El testimonio referencial o de oídas, lo
único que está en capacidad de demostrar es que escuchó una narración sobre la forma como ocurrieron los
hechos.

Testimonio por mención o mencionado: este testimonio habilita otro órgano o elemento de prueba al mencionar
su existencia. Surge como mención espontánea dentro del proceso por persona que a su vez ha rendido
testimonio.

Una vez que una persona sea mencionada en el proceso como persona que puede dar información sustancial
o veraz, la autoridad podrá hacer comparecer al mencionado para recoger su testimonio.

El maestro Jairo Parra, ha definido el testimonio mencionado como "aquel llamado a declarar de oficio en un
proceso, por aparecer mencionado en otras pruebas o en cualquier acto procesal de las partes".

Testimonio instrumental: es aquél que da fe de la realización de determinadas diligencias de investigación


mediante su comparecencia y firma conjunta con los funcionarios actuantes. Como por ejemplo, los testigos de
un allanamiento o un cateo.

El testigo: es el sujeto que pueden rendir testimonios, establece la categoría procesal: la obligación de declarar
y las excepciones a la misma, que está dada en razón a la calidad o la dignidad o los impedimentos físicos del
testigo. De igual forma establece las clases de testigos: presencial o referencial; técnico o calificado;
instrumentales; juramentado o no. La rueda de reconocimiento y el careo.

En cuanto al deber de concurrir y prestar declaración, el artículo 208 del Código Orgánico Procesal Penal
establece que toda persona que se encuentre en el país tiene el deber de concurrir a la citación practicada por
un tribunal con el fin de que preste declaración testimonial, de declarar la verdad de cuanto sepa y le sea
preguntado sobre el objeto de la investigación, y de no ocultar hechos, circunstancias o elementos sobre el
contenido de su declaración. De igual forma, se observarán los tratados, convenios o acuerdos internacionales
suscritos y ratificados por la República Bolivariana de Venezuela, que establezcan excepciones a esta regla.

Clases o tipos de testigos: Es importante la clasificación de los testigos, porque ello permite la valoración del
elemento de convicción atendiendo a sus particularidades, naturaleza, tecnicismos y aspectos legales.

Testigo abonado: Es el testigo que facultado por la ley, otorga o da fe pública de la formación de un documento,
dentro de esta categoría se encuentran los notarios y los registradores públicos. También puede considerarse
como testigo abonado aquel que al rendir su declaración, de conformidad con las reglas de la prueba
anticipada, al momento de la celebración del juicio oral y público no puede ratificarse su declaración, por haber
muerto o hallarse ausente, sin embargo es tenido por idóneo y fidedigno, por la justificación de su veracidad y
de no existir tacha contra él.

Testigo de actuación o Instrumental: Siguiendo a Couture, el testigo de actuación se define como el que por
disposición de la Ley o voluntad de las partes, presencia la realización de un acto jurídico para dar fe de él y
suscribe como tal el documento respectivo.

El testigo de actuación o Instrumental, es el garante del cumplimiento de determinadas formalidades que exige
la ley en una actuación procesal como en el allanamiento o el cateo personal, de igual forma lo encontramos en
el otorgamiento de algún documento públicos ante notaria o registro.

Testigo de cargo: El que declara en contra del investigado, imputado o acusado. En el proceso penal se tiene
como testigo de cargo a los órganos de prueba que presenta la Fiscalía, el Acusador privado o el Querellante,
que declararan en contra del investigado, el imputado o el acusado, en la respectiva etapa procesal, por cuanto
que la carga de la prueba recae en el Estado a través de los agentes del Ministerio Público y subsidiariamente,
el acusador privado o querellante tienen todos ellos en sus manos la carga de la prueba.

Testigo de descargo: Es el que declara a favor del señalado, imputado o acusado. Señala el artículo 263 del
Código Organico Procesal Penal, que El Ministerio Público en el curso de la investigación hará constar no solo
los hechos y circunstancias útiles para fundar la inculpación del imputado, sino también aquellos que sirvan
para exculparlo. En este último caso, está obligado a facilitar al investigado, imputado o acusado, todos los
datos que lo favorezcan.

Sin embargo, es lógico pensar que estos testigos de descargo serán presentados por la defensa, aunque
también puede surgir del proceso, e incluso ser presentados por el Ministerio Público, como parte de buena fe
en el proceso.

Testigo de apremio: Es el testigo que se resiste en comparecer al despacho competente a rendir su


declaración. Para hacer comparecer a este testigo suele ser necesario el ejercicio de la fuerza pública mediante
un mandato de conducción.

Testigo de oídas o auricular: Es la persona que ha escuchado por propia percepción auditiva lo que han
sucedido o el dicho otras personas que saben, conocen o les consta por propia percepción.
Como la denominación lo indica, el testigo de oídas no tiene conocimiento del hecho por percepción visual, sino
que alcanza el conocimiento del hecho de manera indirecta por haber escuchado y de boca ya de los mismos
involucrados el hecho o por boca de terceras personas, y lo oído lo depone en el proceso.

Testigo ocular, de vista: Es la persona que rinde deposición porque vio de manera directa la ocurrencia de los
hechos. Se presume que a diferencia del testigo de oídas, el testigo ocular presenció el hecho cuyo
conocimiento expone en su declaración.

Testigo presencial: es el testigo que se encontraba en el momento preciso en que ocurrió el acontecimiento
criminal.

Testigo Falso: Es el testigo que miente o calla la verdad en todo o en parte de su deposición. El Código Penal
Venezolano (CPV), según la previsión, las condiciones o la etapa del proceso establece la comisión del delito
genérico de falso testimonio artículo 242 CPV, o falsa atestación ante funcionario público artículo 320 CPV.

Testigo Hábil: Es el testigo que cumple con los requerimientos de la ley para declarar en juicio y que está en
pleno goce de sus capacidades físicas y mentales, este el testigo que tiene capacidad legal para declarar.

Testigo Inhábil: Es el testigo que no puede prestar testimonio por incapacidad natural: los que padezcan
enajenación mental, los ciegos y sordos, en los casos cuyo conocimiento depende de la vista o el oído. Los que
por cualquier otro motivo estén fuera de razón al tiempo de declarar, o por razones determinadas tales como
los que al momento de declarar sufren de alteración mental o perturbaciones psicológicas graves o se hallen en
estado de embriaguez, sugestión hipnótica o bajo el efecto del alcohol, drogas tóxicas, sustancias alucinógenas
u otros elementos que perturben la conciencia.

Testigo Judicial: Es el testigo que actuando ante la autoridad judicial, dentro del proceso penal, el juez concede
el valor de plena prueba sobre el fondo de la controversia, y se diferencia del testigo que actúa por solemnidad
o instrumental por cuanto estos solo convalida la forma en la actuación procesal.

Testigo Necesario: Es el testigo sobre el cual pudiera recaer alguna tacha, pero cuya admisión se impone por la
precisión de informes o datos que es necesario incorporar al proceso. También es el testigo que es llamado por
el tribunal a pesar de la existencia de una estipulación de las señaladas en el numeral 6 del artículo 311 del
Código Orgánico Procesal Penal.

Testigo técnico experto o perito: Es la persona que adquiere el conocimiento de un hecho o cosa a razón del
ejercicio de su profesión u oficio o porque el objeto del testimonio recae dentro de los conocimiento de su
profesión u oficio.

En este sentido, el testigo es técnico porque puede no solo relatar lo que ha adquirido por percepción de sus
sentidos, sino también incorporar a su dicho la experiencia personal sobre aspectos técnicos y científicos
propios de la profesión u oficio.

Deber de rendir testimonio: La regla general es que todas las personas tienen el deber de rendir testimonio, tal
como lo ordenan los artículo 208 del Código Orgánico Procesal Penal, cuando señala que: “Todo habitante del
país o persona que se halle en el tendrá el deber de concurrir a la citación practicada por un tribunal con el fin
de que preste declaración testimonial, de declarar la verdad de cuanto sepa y le sea preguntado sobre el objeto
de la investigación, y de no ocultar hechos, circunstancias o elementos sobre el contenido de su declaración.
…/...", respectivamente.

Exención al deber de declarar: No obstante, a renglón seguido, la misma norma establece excepción al decir:
con exclusión de las personas exceptuadas de la obligación de declarar como testigos señaladas en el artículo
209 del Código Orgánico Procesal Penal a tenor de lo siguiente: El Presidente de la República, el
Vicepresidente Ejecutivo de la República, los Ministros del Despacho, el Procurador General de la República,
Miembros del Alto Mando Militar, los Gobernadores de los Estados, los Diputados de la Asamblea Nacional, los
Magistrados del Tribunal Supremo de Justicia, el Contralor General de la República, el Fiscal General de la
República, Defensor del Pueblo, Rectores del Consejo Nacional Electoral, Defensor Pública General, Jefes de
Gobierno, Miembros del Cuerpo Diplomático acreditados en la República que quieran prestarse a declarar, los
Diputados de los Consejos Legislativos de los Estados, y los Oficiales Superiores de la Fuerza Armada
Nacional con mando de tropa, podrán pedir que la declaración se efectúe en el lugar donde cumplen sus
funciones o en su domicilio, para lo cual propondrán, oportunamente, la fecha y el lugar correspondiente.

Exención de Declarar: se refiere a personas que por razón de su profesión o investidura o por guardar
familiaridad o afinidad con el imputado, llegan a conocer hechos que si bien depuestos en el proceso pueden
esclarecer la verdad, la persona no está obligada a declarar o, más aún, no pueden ser revelados por quienes
los conocieron sin violar el secreto que están obligados a guardar, y cuya deposición irreverente vulnera
principios éticos, morales y de garantías que son el fundamento de una profesión, cargo o investidura.

De esta manera se puede exceptuar de la obligación de rendir declaración los señalados en el artículo 210 del
Código Orgánico Procesal Penal:

No están obligados a declarar:

1) El o la cónyuge, o la persona con quien el imputado o imputada tenga relación estable de hecho;
sus ascendientes y descendientes y demás parientes hasta el cuarto grado de consanguinidad y
segundo de afinidad, sus padres adoptantes y su hijo adoptivo o hija adoptiva;

2) Los ministros o ministras de cualquier culto respecto de las noticias que se le hubieren revelado
en el ejercicio de las funciones propias de su ministerio;

3) Los abogados o abogadas respecto de las instrucciones y explicaciones que reciban de sus
clientes;

4) Los médicos o médicas y demás profesionales de la salud con relación a sus pacientes.

La confesión; es toda manifestación escrita o verbal, en la cual un sujeto procesal imputado, de estar
conectado a algún comportamiento delictual, reconoce a cualquier título su participación o intervención
personal en el mismo. El Código Orgánico Procesal Penal a diferencia del Código de Enjuiciamiento Criminal
ya derogado, no la prevé como medio de prueba a la confesión, sino más bien establece esta figura como un
medio de defensa o prerrogativa procesal. La confesión se apreciará en el debate de acuerdo a la mayor o
menor fé que pueda merecerle a su autor. Ciertamente, lo que hace substancial a la confesión es el hecho de
que se trate de la manifestación de quien está siendo procesado, en tanto que su participación como sujeto
procesal implica también el reconocimiento de una serie de derechos, que van desde "el derecho a guardar
silencio" e inclusive "el derecho a mentir", a ello se debe también que tanto la doctrina como la norma procesal
penal, haya estimado una serie de requisitos para determinar su valoración como prueba.

A primera vista, la prueba más simple y clara parece ser la confesión, más aun cuando el procesado admita
haber cometido un delito, da a conocer sus móviles, cuente y reconstruya lo que sucedió, por regla general se
puede decir que queda resuelto el caso en cuanto atañe a la cuestión de la prueba.

Sin embargo, esta solución resulta ser sólo aparente cuando no es posible respaldar la confesión con todos los
demás resultados que debería estar presente en el proceso probatorio.

Partiendo de la premisa, que hay confesiones incompletas, otras que no se limitan al relato de los hechos y
otras que resultan ser falsas.

Por lo tanto, para los fines del proceso penal, la confesión deberá ser valorada por el juzgador, quien
encauzado por lo prescrito en la norma procesal penal, establecerá su utilidad o validez. En esencia, debemos
considerar que La confesión no es más que un medio de prueba entre otros, que no predomina sobre los
demás, ni da lugar a pretensiones de exactitud absoluta. Ello conduce a pensar que la etapa procesal donde
opera la confesión es en el juicio oral y público.

Durante la fase preparatoria, la confesión hecha de forma espontánea y libre ante el Ministerio Público, los
órganos de policía o las unidades criminalística, quienes en definitiva son los órganos encargados de rendir la
investigación y en consecuencia todas las actuaciones orientadas a recabar los elementos de convicción, no
llenaría los extremos que establece el debido proceso para entender terminada la investigación penal. La
confesión formulada en esta fase, sin respetar las garantías procesales que como el derecho a estar asistido
por un abogado, el derecho a contar con todos los elementos informativos respecto a las pruebas de cargo y el
derecho a no declarar en causa propia deben ser respetado por el órgano administrativo. En sí misma la
confesión realizada en esta fase, constituye un elemento informativo más de los que cursan en la investigación.

En la fase intermedia, surge la posibilidad de emplear la admisión de los hechos, figura jurídica de la cual la
doctrina y la jurisprudencia ha señalado que no constituye ni es igual a la confesión, en tanto que la admisión
de los hechos constituye una prerrogativa procesal y la confesión es una figura inserta en el derecho probatorio
y por tanto constituye prueba.

De tal manera que la confesión solo puede ser admitida en el juicio oral y público, constituyendo una pieza más
del acervo probatorio, justamente debemos tener en cuenta a la confesión, como sólo un testimonio más, ya
que la misma está considerada como las demás pruebas aportadas, tales como la declaración de testigos, el
peritaje o las documentales que deberá ser analizadas por el juez, dentro de la construcción de su sentencia.

El reconocimiento de personas, cosas, sonidos y otros objetos de percepción sensorial; el código orgánico
procesal en los artículos 220 y 221, establece la posibilidad de incorporar múltiples reconocimientos de acuerdo
a lo siguiente:
Reconocimiento de Objetos, artículo 220, señala que cuando sea necesario reconocer objetos, éstos serán
exhibidos a quien haya de reconocerlos. En relación a otros reconocimientos, el artículo 221 establece, que
cuando se decrete el reconocimiento de voces, sonidos y cuanto pueda ser objeto de percepción sensorial, se
observarán, en lo aplicable, las disposiciones previstas para el reconocimiento de personas. Esta diligencia se
hará constar en acta y la autoridad podrá disponer que se documente mediante prueba fotográfica,
videográfica, u otros instrumentos o procedimientos.

La percepción sensorial: En la investigación de un suceso criminal, el principal campo de interés está


relacionado con la percepción que tengan el testigo a través de sus sentidos: visión, audición, tacto, olfato y
gusto. La percepción sensorial es la función psíquica que permite al testigo recibir, elaborar e interpretar la
información proveniente de un acontecimiento determinado a través de los sentidos.

Percibirlo significa tomar conciencia que una persona, cosa o circunstancia existe y ocupa u ocupo un lugar en
el espacio y en el tiempo. La percepción por tanto tiene consistencia, cualidades, cantidades, temporalidad
entre otras peculiaridades.

Mediante la percepción, el testigo tiene acceso a sensaciones, que en su mente compara con otras
experiencias anteriores para establecer criterios axiológicos en cuanto a las cualidades y características de las
cosas, y el actuar de las personas. La percepción es una característica fisiológica que poseen tanto los
animales como el ser humano, que le permite conectarse, prestan atención, interactuar e interpretar los rasgos
del entorno que le rodea, con el fin de potenciar el sentido de conservación y auto defensa, activando funciones
perceptivas y alertas con la finalidad de evaluar las consecuencias que pudieran afectarlos, esto impregnar la
memoria de sensaciones y recuerdos.

Por ello, para la criminalística es de utilidad la percepción, ya que permite analizar el conocimiento que pudo
captar el testigo en relación a un acontecimiento determinado así como las circunstancias peculiares que
determinan el entorno, seleccionando y filtrando aquellos estímulos que sean más importantes y que estén
vinculados con el acontecimiento criminal, los autores o participes, los medios empleados, la forma de
comisión, entre otros, con el fin de permita su reconstrucción.

Los sistemas sensoriales que más influyen en la percepción cognitiva-motor de un testigo son: el sistema
visual, el sistema auditivo, el somato-sensorial o táctil-quinestésico, relacionado con la sensibilidad táctil, con la
sensibilidad relativa al movimiento y con las posturas que puede adoptar el cuerpo, así como con las diferentes
localizaciones corporales.

La sensación sensorial, es una información, un estado básico de conocimiento, originado por la acción directa
del estímulo sobre los órganos sensoriales.

La información que el testigo tiene de su entorno procede de las aportaciones provenientes de los órganos
sensoriales, que son los encargados de recoger la estimulación del medio ambiente, y de transmitirla al cerebro
para que sean registradas y comparadas con otros recuerdos. La sensación es por tanto el efecto producido en
las áreas cerebrales por la excitación que se originó en el órgano sensorial a partir de un estímulo procedente
del mundo circundante.
Los estímulos actúan sobre los receptores de los órganos sensoriales, produciéndose una excitación, y
originándose una activación nerviosa, que es transmitida a través de los canales neurales como son los nervios
(ópticos, auditivos, olfativos, táctiles y terminales gustativas) hasta el cerebro, órgano que regula la vida
consciente.

El reconocimiento de personas: el profesor colombiano, Néstor Armando Novoa Velásquez, afirma sobre el
reconocimiento que: “Es un acto procesal formal, de carácter jurisdiccional, mediante el cual una persona que
incrimina a otra, trata de reconocerla entre varias de similar aspecto, para establecer plenamente su identidad y
relación con el delito, bien mediante observación directa de la persona o por medio de fotografías”.

Por ello afirmamos, que el reconocimiento de personas, constituye un medio de convicción complementario a la
prueba testimonial, ya que es el testigo mediante su testimonio quien da existencia al reconocimiento.

Al respecto señala el artículo 216 de Código Orgánico Procesal Penal, que cuando cualquiera de las partes o la
víctima, estime necesario el reconocimiento del imputado, pedirá al Juez la práctica de esta diligencia. En tal
caso se solicitará previamente al testigo que haya de efectuarlo la descripción de la persona a ser reconocido,
a fin de que aporte sus rasgos físicos más característicos, a objeto de establecer si efectivamente lo conoce o
lo ha visto anteriormente, cuidando que no reciba indicación alguna que le permita deducir cuál es la persona a
reconocer.

Es por ello, que el reconocimiento puede definirse como la identificación física de una persona en base a sus
rasgos y características más resaltantes, la diligencia en la cual una persona es invitada a describir a otra,
advierte primeramente que antes de que se inicie la diligencia de identificación, el reconocedor deberá señalar
las indicaciones útiles para su identificación, y posteriormente pasar a reconocerla entre tres o más que tengan
semejanza con ella, al respecto establece como forma de la realización de esta diligencia el artículo 217 del
Código Orgánico Procesal Penal, que el reconocimiento se practica poniendo la persona que debe ser
reconocida a la vista de quien haya de verificarlo, acompañada de por lo menos otras tres de aspecto exterior
semejante, al reconocedor se le deberá tomar el debido juramento, luego deberá manifestar si se encuentra
entre las personas que forman la rueda o grupo, aquella a quien se haya referido en sus declaraciones y, en
caso afirmativo, cuál de ellas es. El Juez de Control deberá cuidar que la diligencia se lleve a efecto en
condiciones que no representen riesgos o molestias para el testigo reconocedor.

En el caso de que sean varios los reconocedores de una persona, la diligencia se practicará separadamente
con cada uno de ellos, sin que puedan comunicarse entre sí hasta que se haya efectuado el último
reconocimiento.

Cuando sean varios los que hayan de ser reconocidos, el reconocimiento deberá practicarse por separado
respecto de cada uno de ellos o ellas. Para las diligencias de reconocimiento regirán, correspondientemente,
las reglas del testimonio y las de la declaración del imputado o acusado. Advierte la ley, que el reconocimiento
procederá aun sin consentimiento de la persona que es reconocido acuerdo a lo establecido en los artículos
218 y 219 del Código Orgánico Procesal Penal. A nuestro juicio, esta última imposición podría ser contraria a lo
preceptuado en la Constitución de la República, toda vez que podría representar una coacción innecesaria,
más aun cuando el Estado cuenta con otros medios efectivos para demostrar la identidad del sospechoso.
El reconocimiento de objetos y cosas: es un medio complementario al testimonio, ya que su procedencia
estaría señalada primeramente en el testimonio el cual da lugar al reconocimiento de objetos y cosas. El
artículo 220 del Código Orgánico Procesal Penal, señala que cuando sea necesario reconocer objetos, éstos
serán exhibidos a quien haya de reconocerlos. Esta diligencia de reconocimiento es de distinta naturaleza a la
experticia de reconocimiento técnico, que a diferencia del reconocimiento que solo exige el señalamiento de
existencia o vinculación del objeto o la cosa con un hecho o acto criminal, la experticia de reconocimiento
técnico es realizada por un experto con el objeto de establecer, la naturaleza del objeto o la cosa, su uso típico
y atípico su valor entre otros parámetros.

El reconocimiento de sonidos: No es infrecuente encontrar casos criminales que se han resuelto por medio de
la identificación de sonidos acústicos que han dejado impresa la huella del responsable, bien sea por las
conversaciones telefónicas, o los sonidos ambientales. Es a partir de estos datos cuando los expertos e
investigadores en el examen y análisis de voces, pueden emplear diversas técnicas de identificación. Los
sonidos dejan una huella de representación visual que permite su estudio comparativo, la comparación de la
forma, contenido y dispersión de sonido deja una impresión visual que puede permitir su identificación o cotejo
dentro de una serie de sonidos simples y complejos, estableciendo las similitudes y discrepancias que existen
entre ellos.

La percepción sonora, es el resultado de los procesos psicológicos que tienen lugar en el sistema auditivo
central y permiten interpretar los sonidos recibidos.

La psicoacústica estudia la percepción del sonido desde la psicología (percepción sonoro subjetiva) y describe
la manera en que se perciben las cualidades (características) del sonido, la percepción del espacio a través del
sonido escucha binaural y el fenómeno del enmascaramiento, entre otras cosas.

Marshall McLuhan en su teoría de la percepción afirma que la imagen sonora necesita ser fortalecida por otros
sentidos. No porque la imagen sonora sea débil, sino porque la percepción humana tiene gran dependencia de
la percepción visual y el sentido del oído necesita que la vista confirme lo que ha percibido.

Por todo ello, el testigo al rendir su declaración, puede señalar la existencia de diversos sonidos que llamaron
su atención. El análisis de los sonidos, puede también comportar una experticia técnica que deje sentado en un
informe aspecto de interés criminalístico tales como: el ritmo de la respiración de la voz del sospechoso, las
palabras y localismos utilizados, o el acento empleado, así mismo el sonido de campanas, vehículos, disparos
entre otros. De igual forma, el testigo puede ser sometido a una prueba de reconocimiento de sonidos, donde
por ejemplo se le puede permitir escuchar una grabación con a fin de reconocer voces o sonidos.
Quiénes somos
El presente espacio, pretende exponer un conjunto de conocimientos que de forma libre, busca profundizar la
comprensión de la problemática general de la prueba, dentro del proceso penal venezolano.

LA INCORPORACIÓN DE OTROS ELEMENTOS


DE CONVICCIÓN AL PROCESO
Otros medios de convicción: Las experticias; Requisito legal que debe cumplir los Peritos o Expertos; El
Dictamen pericial; La Contra Experticia; El Consultor Técnico; La Regulación prudencial; Exhibición de los
elementos examinados; La experticia antropométrica; La reconstrucción de los hechos; La experticia
documental: El documento público registral y notarial, El documento público judicial, El documento público
administrativo, El documento público electrónico, El documento privado, El documento Privado electrónico; El
hecho notorio; La acusación fiscal, El ofrecimiento de los medios de convicción: La legalidad, La pertinencia, La
utilidad, La necesidad, Las estipulaciones, La promoción de elementos de convicción, La legalidad, La
pertinencia, La utilidad, La necesidad, La audiencia Preliminar y el examen de los elementos de convicción, las
pruebas complementarias, Las nuevas pruebas.

Otros medios de convicción: de acuerdo al contenido del artículo 182 del Código Orgánico Procesal Penal, se
podrán probar con absoluta libertad, todos los hechos y circunstancias que sean de interés para la correcta
solución del caso, haciendo uso de cualquier medio de prueba disponible, incorporado conforme a las
disposiciones que establece el debido proceso, y que no esté expresamente prohibido por la ley.

Regirán, en especial, las limitaciones que establece la ley relativa al estado civil de las personas.

Un medio de prueba, para ser admitido, debe referirse, directa o indirectamente, al objeto de la investigación y
ser útil para el descubrimiento de la verdad.

Podrá limitarse los medios de convicción ofrecidos para demostrar un hecho o una circunstancia, cuando haya
quedado suficientemente comprobado dentro del conjunto de acervo probatorio ofrecidos.

El tribunal puede prescindir de del medio de convicción cuando éste sea ofrecida para acreditar un hecho
notorio.

Las experticias: es el medio de convicción particularmente empleado para incorporar al proceso nociones
técnicas, científicas o valorativas, sobre acontecimientos, objetos o cosas, para cuya elaboración y
determinación se requieren conocimientos especiales, capacidad técnica o pericia.

Existen muchas y muy variadas definiciones referentes a las experticias, entre las que destaca la del tratadista
italiano Eugenio Florian: quien sostiene que la experticia, "es el medio particularmente empleado para transmitir
al proceso nociones técnicas y objetos de prueba, para cuya determinación y adquisición se requieren
conocimientos especiales y capacidad técnica".

El tratadista Leo Rosenberg, sostiene que la experticia, "es el medio a través del cual se procura al magistrado
el conocimiento que le falta sobre normas jurídicas o máximas de experticia o que en razón de su especial
idoneidad facilita la apreciación o el establecimiento de los hechos concretos del caso litigioso".

Por su parte el tratadista Ángel Francisco Brice afirma que la experticia, "es el asesoramiento técnico de que se
vale el Juzgador para decidir aquellas cuestiones que requieren conocimientos especiales para su solución".
Hernando Devis Echandia señala que, "la experticia es una actividad procesal desarrollada en virtud de
encargo judicial, por personas distintas de las partes del proceso, especialmente calificadas por sus
conocimientos técnicos, científicos o artísticos, mediante la cual se suministra al Juez argumentos o razones
para la formación de su convencimiento, respecto de ciertos hechos, cuya percepción o cuyo entendimiento,
escapa a las aptitudes del común de las gentes".

Así mismo Arminio Borjas nos dice que la experticia, "es una prueba indirecta, por medio de la cual se solicita el
dictamen de especialistas, sobre determinados hechos y cuya apreciación exige adecuados conocimientos".

Abdon Sanchez Noguera considera que la experticia, "constituye una actividad procesal que realizan personas
poseedoras de conocimientos especiales, distintas a las partes, mediante encargo del Tribunal, destinada a
suministrar al Juez razones y conclusiones en relación con determinados hechos, cuyo conocimiento o
entendimiento escapa al saber del común dé las personas".

En la práctica, en la fase preparatoria del proceso penal hay experticias que requieren la debida autorización
otorgada por el juez de control, como son: las intervenciones telefónicas; el vaciado de contenido de equipos y
dispositivos electrónicos o tecnológicos; las grabaciones ambientales; la interceptación y análisis de
correspondencia; el análisis contable y financiero cuando es requerido los informes al sistema bancario; la
experticia antropométrica; la experticia de reconocimiento en ruedas de individuo; las experticias que ordenan
la toma de muestra de fluidos corporales de un sospechoso o un imputado; la realización de exámenes de
ADN, la exhumación de un cadáver, entre otros.

De igual forma, en la fase preparatoria del proceso penal existen experticias que no requieren de la
autorización judicial para su legal elaboración y debida incorporación, tales como: la experticia de
reconocimiento y valoración de un objeto incautado; la experticia de mecánica y diseño de un instrumento; la
experticia de ubicación geográfica de un teléfono móvil celular; la experticia anatomopatológico de un cadáver;
la experticia de levantamiento del cadáver; el protocolo de autopsia; la experticia de reconocimiento de lesiones
siempre y cuando la víctima o el imputado preste su expreso consentimiento; la experticia de reconocimiento
técnico de un sitio de suceso abierto; la experticia de reconocimiento técnico de un sitio de suceso cerrado
siempre y cuando el dueño o dependiente preste su expreso consentimiento; experticias de traducción e
interpretación de documentos en idioma extranjero siempre y cuando no se trate de información de carácter
privado tales como: mensajes de textos, correos electrónicos o misivas, entre otras.

Al respecto el artículo 223 del Código Orgánico Procesal Penal señala que en la fase preparatoria del proceso
penal, el Ministerio Público realizará u ordenará la práctica de experticias cuando para el examen de una
persona u objeto, o para descubrir o valorar un elemento de convicción, se requieran conocimiento o
habilidades especiales en alguna ciencia, arte u oficio, pudiendo advertir de forma específica a los o las peritos
o expertos asignados, los aspectos más relevantes que deben ser objeto de examen, sin que esto sea
limitativo, y el plazo dentro del cual presentarán su dictamen o conclusiones.

Requisito legal que debe cumplir los Peritos o Expertos: deberán poseer título en la materia relativa al asunto
sobre el cual dictaminarán, siempre que la ciencia, el arte u oficio estén reglamentados. En caso contrario,
deberán designarse a personas de reconocida experiencia en la materia.
Los peritos o expertos serán designados y juramentados por el Juez, previa petición formulada por el Ministerio
Público, salvo que se trate de funcionarios adscritos al órgano de investigación penal, caso en el cual, para el
cumplimiento de sus funciones bastará la designación que al efecto le realice su superior inmediato, pudiendo
inhibirse o ser recusados por las causales que establece la ley, de igual forma, el perito al imponerse de su
obligación y respecto a la tarea y conclusiones que realice deberá guardar reserva sobre las actuaciones
realizadas.

El Dictamen pericial: El dictamen pericial deberá contener entre otras cosas, el motivo por el cual se practica la
experticia, la descripción de la persona o cosa que sea objeto de la peritación, la descripción del estado o del
modo en que se halle las cosas o elementos examinados, la relación detallada de los exámenes practicados,
los resultados obtenidos y las conclusiones que se formulen respecto del peritaje realizado, detallando los
principios o reglas que son aceptados por la ciencia o arte que fija la materia de examen.

El Fiscal del Ministerio Público, podrá señalarle a los peritos asignados, los aspectos más relevantes que deben
ser objeto de la peritación, sin que esto sea limitativo, y el plazo dentro del cual presentarán su dictamen.

El dictamen pericial se incorporará al expediente donde cursa la causa penal por escrito, el cual deberá estar
firmado por el o los peritos que intervinieron en el examen y sellado por la unidad científica o técnica a quien
fue encomendado, sin perjuicio del informe oral que deba rendirse en la audiencia del juicio oral y público, todo
ello de acuerdo a lo contemplado en el artículo 225 del Código Orgánico Procesal Penal.

En la fase intermedia del proceso penal, las partes que incorporen una experticia como elemento de convicción,
deberá hacerlo en dos sentidos, bien por el testimonio del experto que será rendido en el juicio y el informe
pericial, que deberá contar además como un elemento de convicción documental que será incorporado por su
lectura al juicio oral y público.

Durante la realización del juicio oral y público, cuando no acuda el experto llamado a comparecer por alguna
causa justificada, el Juez podrá ordenar la convocatoria de un sustituto con idéntica ciencia, arte u oficio de
aquél inicialmente convocado, con el fin de que informe sobre el examen pericial incorporado como elemento
de convicción al debate, ello de acuerdo a lo expresamente señalado en el artículo 337 del Código Orgánico
Procesal Penal.

La Contra Experticia: en la fase preparatoria, el Fiscal del Ministerio Público, como titular de la acción penal,
podrá ordenar la realización de una nueva experticia cuando estimen que el resultado de la misma sea
dudosos, insuficientes o contradictorios. En el caso de que la representación de la víctima o la defensa del
acusado, estimen igual resultado inoficioso o dudoso, por parte de una experticia determinada, podrán
solicitarle al Fiscal competente la práctica de una nueva experticia o la realización de una experticia
complementaria. Si el Fiscal decide negar su realización, la parte afectada podrá recurrir al control judicial para
hacer valer su pretensión, y de ser negada por este, podrá recurrir de la decisión judicial.

En la fase intermedia, el juez de control al estimar la insuficiencia de alguna experticia, o de los elementos de
convicción incorporados, pudiera decretar un sobreseimiento temporal, a tenor de lo que señala la sentencia
número 401 de fecha 11 de noviembre de 2003 de la Sala de Casación Penal del Tribunal Supremo de Justicia,
permitiendo en un tiempo determinado subsanar los errores detectados en los elementos de convicción
incorporados.

En la fase de juicio, el Juez de oficio o a petición de las partes, si así lo estimen pertinente, podrá nombrar a
uno o más peritos nuevos o expertos con el fin de examinar los informes periciales, y de ser el caso, los
amplíen o repitan. En consecuencia, podrá ordenar la presentación o la incautación de cosas o documentos, y
la comparecencia de personas si esto es necesario para efectuar el peritaje.

El Consultor Técnico: Cuando por las particularidades del caso, alguna de las partes considere necesario ser
asistida por un consultor en una ciencia, arte o técnica, deberá solicitar al Juez su incorporación, la aceptación
judicial implica que el consultor técnico, tendrá acceso a las actas que conforman el expediente e intervenir por
intermedio de quien lo incorpora, en el sentido de formular observaciones a las actuaciones realizadas.

El consultor técnico podrá presenciar la realización de las experticias. En las diferentes audiencias que
comporta el proceso, podrán acompañar a la parte con quien colaboran y auxiliarla en los actos propios de su
función.

El Ministerio Público podrá nombrar, también, directamente a su consultor técnico. En el proceso penal
venezolano solo se le concede a las partes el derecho a nombrar un consultor técnico.

La Regulación prudencial: en la fase preparatoria el Fiscal encargado de la investigación podrán solicitar a los
peritos una experticia de regulación prudencial, únicamente cuando no pueda establecerse, por causa
justificada, el valor real de los bienes sustraídos o dañados, o el monto de lo defraudado. La regulación
prudencial podrá variar en el curso del proceso, si aparecen nuevos elementos de convicción que así lo
justifiquen.

Exhibición de los elementos examinados: durante el proceso, los documentos, objetos y otros elementos de
convicción incorporados podrán ser exhibidos al imputado, a los testigos y a los peritos o expertos, para que los
reconozcan o informen sobre ellos.

La experticia antropométrica: en criminalística, es una técnica que se utiliza para determinar las mediciones del
cuerpo humano, las cuales pueden ser tomadas tanto en personas vivas como en cadáveres.

En los cadáveres, estas medidas antropométricas pueden tomarse con la finalidad de establecer parámetros
comparativos de identificación.

Como tal, la antropometría es una ciencia que estudia las medidas y dimensiones de las diferentes partes del
cuerpo humano ya que estas varían de un individuo a otro según su edad, sexo, raza, nivel socioeconómico,
entre otros. La antropometría es un método para estimar y comparar y reconocer la composición corporal,
donde se cuantifican mediciones estándares respecto a modelo anatómico, basado en estudios
antropométricos. Ello servirá para identificar sujetos en relación a parámetros conocidos.

La antropometría se utiliza en peritaciones como forma de análisis comparativo entre dos sujeto que pudieran
tener la misma identidad. Por ejemplo, se detiene a un sujeto y hay una grabación del momento en que se
cometió el delito, el examen antropométrico busca establecer la coincidencia antropométrica para ver si el
sujeto es el de las imágenes o no.

La reconstrucción de los hechos: La Reconstrucción de Hechos como herramienta de la Criminalística, permite


la reproducción descriptiva de un hecho o acontecimiento. Tiene como objetivo principal la búsqueda de la
verdad al comprobar la veracidad de las hipótesis planteadas y verificar la certeza de la información aportada
por testigos.

La reconstrucción de los hechos, permite demostrar, confirmar, corroborar o desvirtuar las hipótesis formuladas
sobre lo ocurrido en el sitio del suceso. Permite recrear de forma artificial lo que ocurrió en un determinado
lugar tomando en consideración la participación de los testigos presenciales, testigos referenciales y los
testigos expertos para corroborar: la hora, los lugares y acontecimientos así mimo la forma y el modo de cómo
ocurrieron.

Para su realización se requiere de un equipo multidisciplinario, quienes participan al momento de realizar la


reconstrucción de hechos, realizando el seguimiento y corroborando las hipótesis planteadas.

La reconstrucción de los hechos es una actividad que puede ser llevada a cabo en el trascurso de la fase
preparatoria del proceso penal o en el juicio oral y público.

La experticia documental: El Código Orgánico Procesal Penal no refiere dentro de su cuerpo normativo
aspectos específicos que permita regular la prueba documental. Solo se hace referencia a esta como medio de
convicción en las disposiciones relativas al desarrollo del juicio oral, indicando que los documentos serán leídos
y exhibidos en el debate, señalado su origen y excepcionalmente prescindiendo de la lectura íntegra del mismo
o la reproducción total de una grabación.

Al promover la experticia documental como elementos de convicción, debe además incorporarse el


requerimiento de la declaración de los expertos, a tenor de lo previsto en el artículo 337 del Código Orgánico
Procesal Penal, y la exhibición a ellos de las experticias correspondientes, para que de conformidad con lo
establecido en el artículo 225 ejusdem, éstos reconozcan sus firmas, y expongan sobre su contenido en el
juicio oral y público. Asimismo, en el punto correspondiente al ofrecimiento de los elementos de convicción en
el escrito acusatorio del Ministerio Público, puede solicitarse para que -de acuerdo con lo dispuesto en el
artículo 341 del Código Orgánico Procesal Penal-, se de lectura a cada una de esas actas, durante el debate de
juicio oral y público.

Durante la fase preparatoria del proceso penal podrán incorporarse documentos de distinto valor de convicción
por ejemplo:

El documento público registral y notarial: están revestidos de fe pública por lo cual se le concede pleno valor
probatorio de acuerdo a la ley, ya que para poder establecer su tacha los mismos deberán ser objeto de un
proceso judicial que determine la invalidez de su contenido. En su formación interviene el notario o registrador,
las partes intervinientes y los testigos instrumentales. La ley también establece la existencia de actas notariales
las cuales están suscritas y certificadas exclusivamente por el notario. En tal sentido las copias certificadas
emanadas de Registros y Notarias tienen pleno valor probatorio y efecto erga omnes. (Artículos: 27, 28, 44, 53,
76, 77, 79, 80 de la ley de Registro y del Notariado)

El documento público judicial: emanados de juzgados, son certificados por los secretarios del despacho y dan
fe pública del contenido de expediente judicial, autos, sentencias o actuaciones de alguna naturaleza, que
cursan en los despachos judiciales. (Art. 1.366 Código Civil y 927 del Código de Procedimiento Civil
venezolano).

El documento público administrativo: emanados de las distintas autoridades de carácter administrativo,


certificados por la autoridad o persona calificada para dar certeza del contenido como copia fiel y exacta de los
archivos del despacho correspondiente de la autoridad administrativa. Están sujeto al principio de auto tutela de
la administración pública, lo cual permite la corrección de errores a solicitud del interesado o de oficio por la
administración pública.

El Documento Público Electrónico: son los documentos en formato electrónicos certificado, por un sistema
público de certificación electrónica, que le confiere el carácter inalterable en su contenido o firma electrónica. El
agente de certificación electrónica es un sistema compuesto por software y hardware, de carácter público,
capaz de garantizar la inalterabilidad del contenido de forma y fondo del documento electrónico o la firma
electrónica. (Artículo 25 de la ley de Registro y del Notariado, Art. 4 de la Ley de Mensajes de Datos y Firmas
Electrónicas).

El Documento privado: se consideran documentos privados los que se otorgan las partes, con o sin testigos, y
sin asistencia de ninguna autoridad capaz de darles autenticidad, en su formación solo interviene la voluntad
unilateral o plurilateral delas personas, tiene pleno valor probatorio entre las partes, de acuerdo a la legislación
civil hasta que alguno de ellos desconoce su firma o contenido. (Artículos 1363 y siguientes del Código Civil).

El Documento Privado Electrónico: son los documentos en formato electrónicos certificado, por un sistema
privado de certificación electrónica, que le confiere el carácter inalterable en su contenido o firma electrónica. El
agente de certificación electrónica es un sistema compuesto por software y hardware, de carácter privado,
capaz de garantizar la inalterabilidad del contenido de fondo o la firma electrónica. (Artículo 25 de la ley de
Registro y del Notariado, Art. 4 de la Ley de Mensajes de Datos y Firmas Electrónicas).

El hecho notorio; el artículo 506 del Código de Procedimiento Civil dispone que el hechos notorios no es objeto
de prueba, asimismo el artículo 182 del Código Orgánico Procesal Penal dispone que El Tribunal puede
prescindir de la prueba cuando ésta sea ofrecida para acreditar un hecho notorio. El hecho notorio está
constituido de un acontecimiento que conoce y le consta a toda una generalidad de personas. Es lo obvio e
indiscutible, es lo patente, lo evidente, se trata de una verdad palmaria, ineludible e irrefutable. Así las cosas,
pueden mencionarse como ejemplos que Caracas es la capital de Venezuela. La jurisprudencia del Tribunal
supremo, ha dejado sentado el concepto de hecho notorio, ampliando su alcance a los hechos notorios
comunicacional, en todo caso, exceptúa la necesidad del ejercicio probatorio respecto a estos acontecimientos.
(Ver Sentencia No. 98 de 15 de marzo de 2000, Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia)
El artículo 234 del COPP Venezolano define delito flagrante como➡️el que se esté cometiendo➡️el que acaba
de cometerse➡️cuando el sospechoso se vea perseguido por la autoridad policial, por la víctima o por el clamor
público➡️o en el que se le sorprenda a poco de haberse cometido el hecho, en el mismo lugar o cerca ...

Allanamiento, es el ingreso en un domicilio con fines de investigación: el registro del lugar, en búsqueda de
objetos o personas relacionadas con un delito, o con motivo de algún otro acto procesal (p. ej. trabar
un embargo, sacar fotografías, etc.)

Como se trata de una restricción a los derechos constitucionales a la inviolabilidad del domicilio y la intimidad,
la orden de allanamiento debe emanar de un órgano judicial, mediante resolución escrita, fundada y
determinada, tanto en cuanto al domicilio, como en relación al fin perseguido. Excepcionalmente se permite a la
policía el allanamiento sin la respectiva orden judicial en casos urgentes, tales como:

 Emergencias con peligro para la vida de los habitantes o la propiedad


 Si personas extrañas han sido vistas ingresar con indicios manifiestos de cometer un delito
 Si voces provenientes de una casa o local indicaren que allí se está cometiendo un delito, o pidieran
socorro
 En caso de que se introduzca en una casa o local algún imputado de delito a quien se persiga para su
aprehensión

En materia procesal Penal un allanamiento va referido hacia aquel acto donde se puede ingresar a un domicilio
o local privado con el objeto de realizar las pesquisas correspondientes a un hecho investigado; esto queriendo
señalar que, en la morada allanada se pueda registrar en su totalidad, buscar un objeto o capturar a una
persona relacionada con un delito determinado.

SEGÚN EL CÓDIGO ORGÁNICO PROCESAL PENAL VENEZOLANO (2012)


Artículo 196. Allanamiento
Cuando el registro se deba practicar en una morada, oficinas públicas, establecimiento comercial, en sus
dependencias cerradas, o en recinto habitado, se requerirá la orden escrita del Juez o Jueza.

El órgano de policía de investigaciones penales, en casos de necesidad y urgencia, podrá solicitar directamente
al Juez o Jueza de control la respectiva orden, previa autorización, por cualquier medio, del Ministerio Público,
que deberá constar en la solicitud.

La resolución por la cual el Juez o Jueza ordena la entrada y registro de un domicilio particular será siempre
fundada.

El registro se realizará en presencia de dos testigos hábiles, en lo posible vecinos del lugar, que no deberán
tener vinculación con la policía.
Si el imputado o imputada se encuentra presente, y no está su defensor o defensora, se pedirá a otra persona
que asista. Bajo esas formalidades se levantará un acta.

Se exceptúan de lo dispuesto los casos siguientes:


1. Para impedir la perpetración o continuidad de un delito.
2. Cuando se trate de personas a quienes se persigue para su aprehensión.

Los motivos que determinaron el allanamiento sin orden constarán, detalladamente en el acta.

CONTENIDO DE LA ORDEN
Artículo 197. Contenido de la Orden
En la orden deberá constar:
1. La autoridad judicial que decreta el allanamiento y la sucinta identificación del procedimiento que se
ordena.
2. El señalamiento concreto del lugar o lugares a ser registrados.
3. La autoridad que practicará el registro.
4. El motivo preciso del allanamiento, con indicación exacta de los objetos o personas buscadas y las
diligencias a realizar.
5. La fecha y la firma.

La orden tendrá una duración máxima de siete días, después de los cuales caduca la autorización,
salvo que haya sido expedida por tiempo determinado, en cuyo caso constará este dato.

PROCEDIMIENTO
Artículo 198. Procedimiento
La orden de allanamiento será notificada a quien habite el lugar o se encuentre en él, entregándole una copia; y
se procederá según el artículo 186 de este código.
Si el notificado o notificada se resiste o nadie responde a los llamados, se hará uso de la fuerza pública para
entrar. Al terminar el registro, si el lugar está vacío, se cuidará que quede cerrado y, de no ser ello posible, se
asegurará que otras personas no ingresen, hasta lograrlo. Este procedimiento constará en el acta.
Artículo 199. Lugares Públicos
La excepción establecida en el artículo 196 de este código, no regirá para las oficinas administrativas de
servicios públicos, establecimientos de reunión y recreo mientras estén abiertos al público. En estos casos
deberá darse aviso de la orden del juez o jueza a las personas a cuyo cargo estén los locales, salvo que ello
sea perjudicial para la investigación.

Los motivos que determinaron el allanamiento sin orden constarán, detalladamente en el acta.” G.O.E Nº 6.078
del 15-06-2012.

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