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• se sanciona al “incendiario de objetos” no comprendidos en las figuras calificadas. Estos objetos han de ser
ajenos, por lo que el incendio de cosas propias no constituye delito salvo que se propague a cosas ajenas o
concurra un peligro cierto o daños a las personas.
• Aunque la ley emplea la expresión “objetos” en plural, ello no implica que sea posible concebir la imposibilidad
de la reiteración de este delito, sino solo que es posible que se incendien varios objetos en un mismo espacio y
momento, por lo que “si se trata de un solo delito o de una reiteración de delitos de incendio debe dilucidarse
si se trata de un mismo o de diversos hechos,.
• El verbo rector del tipo es incendiar, el que debe ser entendido en su sentido natural, es decir, como la acción
de prender fuego a algo que no debería quemarse. Pero, para distinguir el simple prender o poner fuego a un
objeto del hecho de causar un incendio, el fuego que se provoca debe ser de tal modo descontrolado que aun
retirando o apagando las llamas iniciales puede seguir ardiendo autónomamente.
• El delito de incendio no consiste en quemar o prender fuego de cualquier manera, sino en provocar uno cuya
propagación incontrolada solo pueda ser evitada recurriendo a medios extraordinarios tales como extintores y
otros dispositivos similares o con el auxilio de los cuerpos de bomberos o esperando hasta su extinción
autónoma. Por eso el art. 482 inc. 2 exime de toda pena al que “rozare a fuego, incendiare rastrojos u otros
objetos en tiempos y circunstancias que manifiestamente excluyan todo propósito de propagación, y
observando los reglamentos que se dicten en la materia”.
Culpabilidad
• En el caso del art. 475 N.º 2, la pena asignada a la figura básica aumenta a presidio mayor en su grado medio a presidio
perpetuo, si los lugares incendiados son “buques mercantes cargados con objetos explosivos o inflamables, en buques de
guerra, arsenales, astilleros, almacenes, fábricas o depósitos de pólvora o de otras sustancias explosivas o inflamables,
parques de artillería, maestranzas, museos, bibliotecas, archivos, oficinas o monumentos públicos u otros lugares análogos
a los enumerados”.
• De entre los lugares en que se realiza el incendio deben distinguirse dos grupos: el primero, representado por el valor
intangible que tienen los bienes culturales (museos, bibliotecas, archivos o monumentos públicos) y aquellos que
cumplían, según la visión de la época del Código, un rol esencial de uso público o de utilidad general (oficinas públicas). Y
el segundo, lugares en que el incendio significa, además, peligro para las personas (buques mercantes cargados con
objetos explosivos o inflamables, arsenales, astilleros, almacenes, maestranzas, fábricas o depósitos de pólvora o de otras
sustancias explosivas o inflamables y parques de artillería).
• En ambos casos, no es sólo la propiedad de terceros el objeto lesionado, sino también otros valores, como la cultura, el
buen funcionamiento del Estado y la seguridad de las personas, tomando forma el delito de incendio como de peligro
común respecto de tales intereses.
• Por otra parte, la pena de la figura básica aumenta a presidio mayor en cualquiera de sus grados cuando se incendian
bosques, mieses, pastos, montes, cierros, plantíos o formaciones xerofíticas de aquellas definidas en la Ley 20.283 (art. 476
N.º 3) o se provoque un incendio que afectare gravemente las condiciones de vida animal o vegetal de un Área Silvestre
Protegida (art. 476 N.º 4). En estos casos, las penas se aumentan por la especial protección que el legislador quiere dar al
medio ambiente en general y a los bosques y demás elementos vegetales del mismo que menciona.
Figuras calificadas en atención al peligro que el incendio
importa para las personas (arts. 475 N.º 1 y 476 N.º 1 y N.º 2)
• Aquí debe distinguirse el incendio en lugar habitado (art. 475 N.º 1) del
incendio en lugar no habitado (art. 476). Por incendio en lugar habitado se
entiende el que se ejecutare en “edificios, tren de ferrocarriles, buque o
lugar habitado o en que actualmente hubiera una o más personas, siempre
que el culpable haya podido prever tal circunstancia” la pena asignada es
presidio mayor en su grado medio a presidio perpetuo.
• Por lugares no habitados entienden, para estos efectos, el edificio
destinado a servir de morada, que no estuviere actualmente habitado (art.
476 N.º 1), y el de cualquier edificio o lugar, dentro de un poblado, aun
cuando no estuviere destinado ordinariamente a la habitación, por el riesgo
que ello conlleva a las demás personas que habitan el poblado (art. 476 N.º
2)
Figuras híper calificadas por el daño que sufren las
personas (art. 474)
• Este tercer grupo de figuras corresponde a la calificación más grave del delito de incendio, por la entidad
de los bienes jurídicos en juego: la vida o la integridad corporal de las personas que sufren daño con el
hecho.
• De la redacción del art. 474 se desprende que el tipo híper calificado de incendio va más allá de la figura de
peligro común por el lugar en que se produce, constituyéndose en una de carácter pluriofensivo donde el
resultado mortal o lesivo (“mutilación de miembro importante o lesión grave de las comprendidas en el
número 1.º del artículo 397”) es relevante para la determinación de la penalidad, aunque el número de
afectados (“una o más personas”) no la altere.
• Subjetivamente, para alcanzar esa alta penalidad (presidio mayor en su grado máximo a presidio perpetuo)
se requiere que el incendiario actúe con dolo respecto del hecho mismo del incendio y, al menos, dolo
eventual o culpa respecto de la muerte, mutilaciones o lesiones de las personas “cuya presencia allí pudo
prever”. Luego, si la presencia de las personas en el lugar era objetivamente imprevisible, su muerte o
lesiones sería un caso fortuito y la conducta punible a título de incendio en lugar habitado o no habitado,
según los arts. 475 N.º 1 y 476 N.º 1, respectivamente. En cambio, quien hiere a una persona y la deja
inconsciente en una pieza con su puerta cerrada dentro del departamento al que luego le prende fuego, no
puede sino prever que ella puede ser alcanzada por éste o sus efectos, respondiendo a este título especial
Figuras híper calificadas por el daño que sufren las
personas (art. 474)
• En cuanto a la figura del art. 474 inc. final, al imponer la ley la pena de presidio mayor en
su grado medio, sólo “si a consecuencia de explosiones ocasionadas por incendios,
resultare la muerte o lesiones graves de personas que se hallaren a cualquier distancia del
lugar del siniestro”, se reconoce que la situación subjetiva del autor del incendio respecto
de los daños a las personas es diferente a la del caso anterior.
• Debe aceptarse que aquí la diferencia no radica en el aspecto subjetivo (la exigencia al
menos de culpa respecto de los resultados), sino en su objeto: mientras en los dos
primeros incs. la subjetividad del agente se refiere a la presencia de personas en el lugar
del incendio; en el inc. final ha de referirse no sólo a la producción de explosiones, sino
también a la existencia de personas en los alrededores que, producto de tales explosiones,
pudieran ser alcanzadas y, en consecuencia, muertas o heridas. Por lo tanto, tanto si las
explosiones como su alcance respecto de personas que se encuentren en las cercanías son
imposibles de prever objetivamente, serán aplicables las restantes figuras de este párrafo,
pero no ésta del art. 474 inc. final, aunque se produzcan los resultados que allí se señalan.
Estragos (art. 480)
• El art. 480 dispone que “incurrirán respectivamente en las penas de este párrafo los que
causen estragos por medio de sumersión o varamiento de nave, inundación, destrucción
de puentes o máquina de vapor, y en general por la aplicación de cualquier otro agente o
medio de destrucción tan poderoso como los expresados”.
• La conducta típica del delito no es autónoma, ya que ella ha sido descrita en relación con
las del delito de incendio en sus diferentes formas, atendiendo también a si se ha
producido sólo un daño a terceros o si también se ha puesto en peligro la vida y la
integridad corporal de terceras personas.
• La diferencia con el delito de incendio radica en el medio empleado (el estrago) para
producir el daño, el que debe ser diferente del fuego propio del incendio.
• Las penas, al igual que la conducta también se determinan en relación con las previstas
para el delito de incendio. En consecuencia, las especiales consideraciones respecto a la
culpabilidad hechas en relación con el delito de incendio, son también aplicables a este
delito.