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INTRODUCCIÓN.

Los títulos de crédito son documentos que sirven para probar la obligación
que contienen, normalmente reflejada en formato papel. Sin el documento del título
de crédito el derecho no se puede reclamar, así que ese es el origen de su fuerza.
Los títulos de crédito son los que proporcionan al que los posee la legitimación
activa.

Existen títulos de crédito nominativos y al portador. Como ejemplos de títulos


de crédito están los cheques, los pagarés y las letras de cambio, que también tienen
el carácter de papeles de comercio. Este carácter viene conferido porque, además
de las características propias de los títulos de crédito, añaden la de ser formales,
completos y abstractos.

Cada título de crédito dispone en sí mismo de la autonomía que le


proporciona el crédito que lo origina, y este se va transmitiendo a cada uno de los
titulares sucesivos progresivamente de forma propia e independiente. Asimismo,
son documentos literales y su reclamación se limita a lo establecido exactamente
en el título.

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UNIDAD I. LOS TITULOS DE CREDITO, REGLAS GENERALES Y
SU CLASIFICACIÓN.
1.4.3 POR SUCESIÓN HEREDITARIA.

En el caso de que los herederos adquieren derecho a la masa hereditaria


como a un patrimonio común, la titularidad de la herencia debe reconocerse en favor
de «la sucesión» como entidad impersonal equiparable al propio autor de la
sucesión, cuyo representante es el albacea.

Si bien la acción cambiaria directa exclusivamente procede contra el obligado


a pagar que aparezca en el título de crédito o, en su caso, contra su aval, cuando el
suscriptor del título de crédito ha fallecido, quien debe ser llamada al juicio ejecutivo
mercantil es su sucesión, y la persona designada como albacea debe fungir como
su representante.

Por otra parte, de los artículos 1391, fracción IV, del Código de Comercio y
5o. y 8o. de la Ley General de Títulos y Operaciones de Crédito, en lo conducente,
deriva que con motivo de la literalidad que caracteriza a los títulos de crédito en la
vía ejecutiva mercantil, el actor funda la identidad de quien es demandado a partir
del contenido literal y expreso consignado en el documento base de la acción
cambiaria, mientras que el demandado se encuentra constreñido a no poder oponer
excepciones diferentes a las previstas en el citado artículo 8o.

Consecuentemente, cuando existe adjudicación definitiva de la herencia, el


juicio ejecutivo mercantil es improcedente para reclamar el pago del título de crédito
al suscriptor o aval autor de la sucesión, pues con tal adjudicación judicial se
extinguió la herencia como patrimonio común y operó una sustitución de deudor,
bajo la modalidad de «beneficio de inventario», situación jurídica que no es
compatible con el principio de literalidad que impera en materia cambiaria, ni con la
regulación procesal especial que rige para el juicio ejecutivo mercantil; sin embargo,
el hecho de que se actualice dicha improcedencia de la vía ejecutiva para cobrar al
suscriptor o aval autor de la sucesión, no implica que el acreedor respectivo pierda

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el derecho de cobro relacionado con el título de crédito, por lo que quedan a salvo
sus derechos para que los ejerza en la vía y forma que corresponda.

El juicio ejecutivo mercantil es improcedente para reclamar el pago del título


de crédito al suscriptor o aval autor de la sucesión, pues con tal adjudicación judicial
se extinguió la herencia como patrimonio común y operó una sustitución de deudor,
bajo la modalidad de "beneficio de inventario".

Así que, si tienen conocimiento de que el autor de la sucesión, es decir la


persona que en vida genero los bienes a heredarse, dejo a su vez adeudos, es
importante que se de celeridad al juicio Sucesorio para poder adjudicar dichos
bienes a los herederos que en derecho les corresponda, y así, al cambiar la
titularidad de dichos bienes, hacerlos no susceptibles de un juicio ejecutivo que
busque con la afectación de dichos bienes el pago de un adeudo derivado del título
de crédito suscrito en vida por el autor de la herencia.

1.4.4 POR CESIÓN ORDINARIA.

Se conoce como cesión a la acción de ceder, de entregar, una cosa o


derecho a alguna persona, entidad u organización, por ejemplo: cesión de bienes,
cesión de derechos. La palabra cesión es de origen latín “cessio”.

En el ámbito del derecho, cesión es la convención por la cual alguien


(cedente) transmite a otro (cesionario) sus derechos o créditos por título gratuito u
oneroso. En el caso de cesión de los derechos hereditarios, una vez que el causante
muere, el heredero puede transmitir a un tercero la totalidad o una cuota de la
universalidad hereditaria.

Con base a lo anterior, si la cesión de cosa particular se hace por precio es


bajo la figura de un contrato de compra venta, en cambio, si es a título gratuito se

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estará ante la figura de la donación. No obstante, la cesión de derecho se
caracteriza por ser:

• A título oneroso o gratuito.


• Consensual, es decir, se perfecciona con la manifestación del
consentimiento de las partes contratantes.
• Formal, debe de celebrarse tal como lo indica la ley.
• Traslativo de derechos.

La cesión ordinaria, se observa en el caso de transmitir un título cambiario


no por medio del endoso. Este medio se usa cuando existe la cláusula “no a la
orden”, ya que el pagaré no se podrá endosar, con lo cual, en el caso de transmitirlo
a un tercero, y este poder cobrarlo, se tendrá que hacer mediante la cesión
ordinaria.

Artículo 26.- Los títulos nominativos serán transmisibles por endoso y entrega
del título mismo, sin perjuicio de que puedan transmitirse por cualquier otro medio
legal.

Artículo 27.- La transmisión del título nominativo por cesión ordinaria o por
cualquier otro medio legal diverso del endoso, subroga al adquirente en todos los
derechos que el título confiere; pero lo sujeta a todas las excepciones personales
que el obligado habría podido oponer al autor de la transmisión antes de ésta. El
adquirente tiene derecho a exigir la entrega del título.

Artículo 28.- El que justifique que un título nominativo negociable le ha sido


trasmitido por medio distinto del endoso, puede exigir que el Juez, en vía de
jurisdicción voluntaria, haga constar la transmisión en el documento mismo o en
hoja adherida a él. La firma del Juez deberá ser legalizada.

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Artículo 29.- El endoso debe constar en el título relativo o en hoja adherida al
mismo, y llenar los siguientes requisitos:

I.- El nombre del endosatario;


II.- La firma del endosante o de la persona que suscriba el endoso a su ruego
o en su nombre;
III.- La clase de endoso;
IV.- El lugar y la fecha.

Artículo 30.- Si se omite el primer requisito se estará a lo dispuesto en el


artículo 32. La omisión del segundo requisito hace nulo el endoso, y la del tercero,
establece la presunción de que el título fue trasmitido en propiedad, sin que valga
prueba en contrario respecto a tercero de buena fe. La omisión del lugar, establece
la presunción de que el documento fue endosado en el domicilio del endosante, y la
de la fecha, establece la presunción de que el endoso se hizo el día en que el
endosante adquirió el documento, salvo prueba en contrario.

Artículo 31.- El endoso debe ser puro y simple. Toda condición a la cual se
subordine, se tendrá por no escrita. El endoso parcial es nulo.

Artículo 32.- El endoso puede hacerse en blanco, con la sola firma del
endosante. En este caso, cualquier tenedor puede llenar con su nombre o el de un
tercero, el endoso en blanco o trasmitir el título sin llenar el endoso.

El endoso al portador produce los efectos del endoso en blanco.


Tratándose de acciones, bonos de fundador, obligaciones, certificados de
depósito, certificados de participación y cheques, el endoso siempre será a favor de
persona determinada; el endoso en blanco o al portador no producirá efecto alguno.
Lo previsto en este párrafo no será aplicable a los cheques expedidos por
cantidades inferiores a las establecidas por el Banco de México, a través de
disposiciones de carácter general que publique en el Diario Oficial de la Federación.

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Artículo 33.- Por medio del endoso, se puede trasmitir el título en propiedad,
en procuración y en garantía.

Artículo 34.- El endoso en propiedad, transfiere la propiedad del título y todos


los derechos a él inherentes. El endoso en propiedad no obligará solidariamente al
endosante, sino en los casos en que la ley establezca la solidaridad.

Cuando la ley establezca la responsabilidad solidaria de los endosantes,


éstos pueden librarse de ella mediante la cláusula “sin mi responsabilidad” o alguna
equivalente.

Artículo 35.- El endoso que contenga las cláusulas “en procuración,” “al
cobro”, u otra equivalente, no transfiere la propiedad; pero da facultad al endosatario
para presentar el documento a la aceptación, para cobrarlo judicial o
extrajudicialmente, para endosarlo en procuración y para protestarlo en su caso. El
endosatario tendrá todos los derechos y obligaciones de un mandatario. El mandato
contenido en el endoso no termina con la muerte o incapacidad del endosante, y su
revocación no surte efectos respecto de tercero, sino desde que el endoso se
cancela conforme al artículo 41.

En el caso de este artículo, los obligados sólo podrán oponer al tenedor del
título las excepciones que tendrían contra el endosante.

Artículo 36.- El endoso con las cláusulas “en garantía,” “en prenda” u otra
equivalente, atribuye al endosatario todos los derechos y obligaciones de un
acreedor prendario respecto del título endosado y los derechos a él inherentes,
comprendiendo las facultades que confiere el endoso en procuración.

En el caso de este artículo, los obligados no podrán oponer al endosatario


las excepciones personales que tengan contra el endosante.

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Cuando la prenda se realice en los términos de la Sección 6a. del Capítulo
IV, Título II de esta ley, lo certificarán así, en el documento, el corredor o los
comerciantes que intervengan en la venta, y llenado ese requisito, el acreedor
endosará en propiedad el título, pudiendo insertar la cláusula “sin responsabilidad.”

Artículo 37.- El endoso posterior al vencimiento del título, surte efectos de


cesión ordinaria.

1.5 FIGURAS JURIDICAS MERCANTILES.

La Ley General de Títulos y Operaciones de Crédito dispone

Artículo 1o.- Son cosas mercantiles los títulos de crédito. Su emisión,


expedición, endoso, aval o aceptación y las demás operaciones que en ellos se
consignen, son actos de comercio. Los derechos y obligaciones derivados de los
actos o contratos que hayan dado lugar a la emisión o transmisión de títulos de
crédito, o se hayan practicado con éstos, se rigen por las normas enumeradas en el
artículo 2o., cuando no se puedan ejercitar o cumplir separadamente del título, y por
la Ley que corresponda a la naturaleza civil o mercantil de tales actos o contratos,
en los demás casos.

1.5.1 EL AVAL.

El aval es una figura relevante en el derecho mercantil que permite garantizar


el pago de una deuda ajena. A través de él, el avalista se compromete a pagar si el
deudor principal no cumple.

El avalista es la persona que se obliga de forma solidaria con el signatario al


pago de la suma determinada de dinero contenida en el pagaré.

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El aval es una garantía total o parcial de pago prestada por un tercero, que
se obliga solidariamente con el deudor, para el caso de que éste no lo realice.

La Ley General de Títulos y Operaciones de Crédito dispone como requisito


que el aval deberá constar en el pagaré o en hoja adherida a él.

Artículo 109.- Mediante el aval se garantiza en todo o en parte el pago de la


letra de cambio.

Artículo 110.- Puede prestar el aval quien no ha intervenido en la letra y


cualquiera de los signatarios de ella.

Artículo 111.- El aval debe constar en la letra o en hoja que se le adhiera. Se


expresará con la fórmula “por aval,” u otra equivalente, y debe llevar la firma de
quien lo presta. La sola firma puesta en la letra, cuando no se le pueda atribuir otro
significado, se tendrá como aval.

Artículo 112.- A falta de mención de cantidad, se entiende que el aval


garantiza todo el importe de la letra.

Artículo 113.- El aval debe indicar la persona por quien se presta. A falta de
tal indicación, se entiende que garantiza las obligaciones del aceptante y, si no lo
hubiere, las del girador.

Artículo 114.- El avalista queda obligado solidariamente con aquel cuya firma
ha garantizado, y su obligación es válida, aun cuando la obligación garantizada sea
nula por cualquier causa.

Artículo 115.- El avalista que paga la letra, tiene acción cambiaria contra el
avalado y contra los que están obligados para con éste en virtud de la letra.

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Artículo 116.- La acción contra el avalista estará sujeta a los mismos términos
y condiciones a que esté sujeta la acción contra el avalado.

1.5.2 LA ACEPTACIÓN

La aceptación es el primer paso hacia la formación de un contrato mercantil.


Es el acuerdo mutuo entre las partes que se establece con una oferta y su
aceptación correspondiente. Este consentimiento debe ser claro y libre de cualquier
vicio, como error, dolo o violencia.

El Código de Comercio mexicano no tiene una regulación minuciosa de la


teoría de los contratos mercantiles, por lo que se remite a las disposiciones
generales hechas en el derecho común y a lo postulado por su doctrina. Las
disposiciones mercantiles solo complementan la teoría general de los contratos. Así
las cosas y para evitar hacer repeticiones sobre los contratos civiles, solo se
apuntarán las diferencias que hacen “especiales” a los contratos mercantiles
respecto de los primeros.

La Ley General de Títulos y Operaciones de Crédito dispone:

Artículo 97.- La aceptación debe constar en la letra misma y expresarse por


la palabra “acepto,” u otra equivalente, y la firma del girado. Sin embargo, la sola
firma de éste, puesta en la letra, es bastante para que se tenga por hecha la
aceptación.

1.5.3 EL PAGO.

El pagaré es un documento que contiene una promesa incondicional de pago


de una suma determinada de dinero que una persona llamada suscriptor hace a otra
persona llamada tenedor o beneficiario.

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Por lo tanto y toda vez que el pagaré es un título de crédito, el tenedor o
beneficiario del pagaré tiene el derecho de recibir el pago de la suma determinada
de dinero por parte del obligado al pago, es decir del suscriptor de documento.
Artículo 7o.- Los títulos de crédito dados en pago, se presumen recibidos bajo
la condición “salvo buen cobro.”

A falta de pago total o parcial del pagaré o cuando el suscriptor del pagaré
sea declarado en quiebra o concurso mercantil, el tenedor del documento podrá
ejercitar ante los tribunales competentes la acción cambiaria directa y en de regreso.

La acción cambiaria directa se ejerce en contra del suscriptor o su avalista o


avalistas si los hubiere. La acción cambiaria de regreso se ejerce en contra de los
endosantes o de su avalista o avalistas si los hubiere.

La acción cambiaria podrá ejercitarla el tenedor del pagaré en contra de todos


los obligados (suscriptor, endosantes o avalistas) de una vez o bien en contra de
alguno o alguno de ellos, sin perder la acción en contra de los otros y sin tener que
seguir el orden de las firmas de los endosantes.

Mediante estas acciones el tenedor del documento podrá reclamar el pago


del importe total del pagaré, los intereses moratorios desde el día del vencimiento y
demás gastos legítimos.

El obligado en vía de regreso (endosantes o avalista) que cumplen con el


pago del pagaré podrán exigir mediante la acción cambiaria, el reembolso de lo que
hubiere pagado, menos las costas a que haya sido condenado, los intereses
moratorios al tipo legal sobre la suma desde la fecha de su pago, los gastos de
cobranza y demás gastos legítimos.

La acción cambiaria directa prescribe en tres años contados a partir de la


fecha de vencimiento del pagaré.

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1.5.4 EL PROTESTO.

El protesto es una formalidad para declarar la falta de aceptación o pago de


la letra de cambio.

Se tiene que comunicar al librado de forma fehaciente. El protesto es notarial,


donde esta figura pública dejará constancia en acta. Este protesto abre vías para
iniciar acciones en el derecho mercantil como por ejemplo la acción de regreso que
tendrá el tenedor de una letra de cambio contra todos los intervinientes en la letra.

La Ley General de Títulos y Operaciones de Crédito dispone:

Artículo 102.- La letra de cambio no aceptada por el girado, puede serlo por
intervención, después del protesto respectivo.

Artículo 120.- Si el tenedor se negare a hacer la entrega, el tenedor legítimo


no podrá ejercitar sus acciones sino después de haber levantado acta de protesto:

I.- Contra el tenedor, haciendo constar la omisión de dicha entrega; y

II.- Contra el girado, por falta de aceptación o de pago del duplicado, siempre
que tales protestos se levanten dentro de los términos que esta Ley establece.

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CONCLUSIONES.

Existe una clasificación de los títulos de crédito: según la forma de


transmitirse, según su objeto, su forma de creación, la sustantividad, la circulación,
su función económica, entre otros. Pero no te compliques, lo simplificamos
enfocándonos en dos tipos principales: los títulos nominativos y los títulos al
portador.

Títulos nominativos: Estos títulos solo se hacen entre dos partes, se expiden
para una persona concreta y su nombre debe estar escrito correctamente en el
documento. Para ser transmitidos necesitan el endoso del titular y la cooperación
de la persona a la que se le está expidiendo.

Títulos al portador: Este tipo de título no está expedido a una persona en


particular, sino a quien tenga el documento, así que no lleva datos personales del
titular. Estos se transmiten por la tradición y la posesión legítima del documento.

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