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Revisión bibliográfica de:

FASCIOLA HEPATICA

Estudiante: Eduardo Morales Henriquez


Profesor: Felipe Ulriksen
Introducción
La fasciola hepática es el trematodo de mayor importancia para rumiantes, se
considera la causa más común de enfermedad hepática causada por
trematodos. La fascioliasis o distomatosis es una zoonosis de relevancia para
la salud pública (Murguia, 2022).
El ciclo biológico consta de dos etapas; la primera que involucra al huésped
intermediario a través del caracol conocido como Lymnaea viatrix donde el
miracidio se desarrolla desde un esporocisto, redias y cercarías (4 a 12
semanas dependiendo de la humedad y temperatura), logra abandonar al
caracol para pasar a su huésped definitivo a través de la alimentación
generalmente de berros, para ingresar al tracto gastrointestinal y convertirse en
metacercaria, su fase infectante. (Murguia, 2022).

El diagnóstico se suele basar en análisis coprológico, inmunológico o


netamente post mortem. El problema es la baja sensibilidad para detectar
huevos del parasito en fase aguda en el caso del examen coprológico, se
recomienda la posibilidad de exámenes seriados en evaluaciones coprológicas.
El tratamiento a base se fasciolicidas suele ser efectivo, aunque se recomienda
ante todo el correcto manejo preventivo en planteles bovinos (Godoy, 2010).

En chile la mayor prevalencia de fasciola hepática ha logrado ser registrada


entre las regiones IV a la IX, estos registros nos ayudan a verificar que la
frecuencia de dicho parasito suele presentarse en zonas rurales descartando
así la región de Magallanes (Wagenknecht, 2008).
Desarrollo
Factores de riesgo
Fascioliasis trata de una infección a través de parásitos que se suele dar por el
consumo de plantas acuáticas crudas, en donde tiende a prevalecer el berro,
las alfalfas, espinacas, etc. El factor de riesgo de mayor importancia para su
contagio es la presencia del huésped intermediario, el caracol (Lymnaea
viatrix), zonas que presenten abundancia de dicho molusco puede favorecer la
transmisión de este parasito y posteriormente la infección del ganado. Las
zonas húmedas, presencia de las plantas descritas y caracoles en abundancia
termina por completar los 3 factores de mayor importancia que se deben
controlar de manera adecuada para prevenir el contagio a través de fasciola
hepática (Beltran, 2018).

Etiología
Fasciola hepática es un parasito que pertenece a la clase trematodo
perteneciendo al orden Digenea. Causa lesiones en el hígado y vías biliares
que generalmente afecta a poligástricos tales como: bovinos y ovinos. En
menor prevalencia a monogástricos tales como: caninos, equino, lagomorfos e
incluso al hombre. Este parasito constituye una problemática de salud pública a
nivel mundial (Murguia, 2023).

La presencia de glucoproteínas y enzimas facilitan su penetración, así mismo


su migración en los tejidos del huésped. Tiene ciclo de vida indirecto, ya que,
depende de huésped intermediario y uno definitivo para completar su periodo
de vida (Murguia, 2023).

Signología
Es posible enfrentarse a tres fases presentes en la signología de fasciola
hepática.

FASE AGUDA: el alto consumo de metacercarias en un corto periodo de


tiempo genera una hepatitis traumática debido a migración masiva. La fasciola
inmadura precoz causa el desarrollo de una hemorragia aguda en el rumiante
llegando a la probabilidad de muerte súbita sin signología adicional aparente.
Los signos que se presenta en fase aguda suelen ser: debilidad general, falta
de apetito, letargia, disnea, dolor abdominal, palidez de mucosas y
hepatomegalia. La muerte del animal se presenta en 1 a 2 días, se observan
secreciones sanguinolentas a nivel anal y también a través de vías nasales
(Cordero, 2016).
FASE SUBAGUDA: Se presenta debido al moderado consumo de
metacercarias en un tiempo más prolongado que la fase aguda. En esta fase
los trematodos suelen migrar de manera paulatina hacia el parénquima
hepático e infiltrándose para generar hemorragias graduales. En esta fase se
presenta signos tales como: mucosas pálidas, anorexia, adelgazamiento,
ascitis y dolor a la palpación en zona hepática. En menor ocasión se suele
observar edema submandibular (Cordero, 2016).

FASE CRONICA: Causada debido al acumulo de metacercarias debido al bajo


consumo por un largo periodo de tiempo, esta fase es la presentación más
frecuente en planteles bovinos. Los signos clínicos que suele presentar la
fasciola adulta que se mantiene en conductos biliares son: pérdida de peso
acompañado de anemia hemorrágica crónica, mucosas pálidas,
hipoalbuminemia, ascitis y edema submandibular. Los animales en esta fase
suelen vivir varias semanas e incluso meses (Cordero, 2016).

Es de suma importancia lograr estadificar la fase en la cual se mantiene el


animal infectado siendo la fase subaguda y crónica las cuales tienen levemente
mejor pronóstico, ya que, nos dará un tiempo determinado para aplicar un
tratamiento adecuado (Cordero, 2016).

Diagnóstico

El diagnóstico para fasciola se puede ejecutar mediante técnicas coprológicas,


inmunológicas, hallazgos en cirugía o netamente en análisis post mortem. Es
de suma importancia una correcta anamnesis y un adecuado examen clínico
para detectar sintomatología y estadificar su fase (Cordero, 2016).

El análisis coprológico solo nos evaluara la presencia de huevos en heces lo


cual nos acerca a la posibilidad de estar presente a una fase crónica del
animal. Las posibilidades de pruebas inmunológicas nos ayudaran a comprobar
la fase subaguda de la fasciola, ya que a través de ELISA o PCR nos genera la
facilidad para la detección del parasito. Para análisis post mortem podemos
corroborar la presencia del parasito y consigo estadificar la presencia de
fasciola hepática en fase aguda (López, 2017).
Tratamiento
Si se logra establecer un tratamiento ideal, este se basa en eliminar larvas
inmaduras migrantes y las adultas que se alojan en conductos biliares. Sin
embargo, llevar adelante un adecuado tratamiento en el animal ha logrado ser
más difícil de lo esperado, esto debido la toxicidad causado por el fármaco. Hoy
en día existen varios fármacos efectivos tales como: sulfamidados (clorsulon),
bencimidazoles (triclabendazol en dosis de 10mg/kg) etc. Siendo este último
fármaco el más efectivo para fasciola hepática en todas sus fases. Se
recomienda un tratamiento cada 2 a 3 meses en zonas enzooticas (Cordero,
2016).

Control/prevención
La prevención sigue siendo la clave para todo tipo de endemia que se
presente, el correcto diseño de programas y sus estrategias de control
facilitaran el manejo de la fasciola en todas sus fases. El adecuado tratamiento
de las heces eliminadas, la idónea desparasitación de los planteles en conjunto
con el preciso conocimiento del ciclo biológico de la fasciola, nos ayuda a crear
un manejo de control y prevención concreto. El registro de los factores de
riesgo que favorecen la proliferación del parasito nos ayudara a generar
protocolos de manejo y así lograr que los planteles se encuentren libre de
distomatosis (López, 2017).
Conclusión
Se logra determinar en base a la literatura publicada que existe un amplio
conocimiento del ciclo biológico de la fasciola hepática, siendo aquella
determinante para un adecuado manejo de rumiantes debido a que se pueden
interceder las distintas fases de la fascioliasis y así lograr evitar una
proliferación indebida de este parasito. El manejo preventivo concreto y el
control exhaustivo de los planteles a cargo suele ser el punto clave para
complementar un correcto bienestar animal.

El manejo sanitario adecuado del plantel favorece de forma positiva a los


productores, esto debido al conocimiento del impacto económico que suele
sufrir el ganadero por un mal manejo de sus animales. El correcto método
diagnostico nos favorece en el pronóstico del animal para lograr una adecuada
estadificación y un tratamiento certero para cumplir con los estándares
correctos en manejo sanitario del bovino.
Bibliografía
Beltrán Cano, Ó. A., & Trillos Salcedo, S. J. (2018). Factores de riesgo
asociados a Fasciola hepatica en sistemas de producción bovina y ovina en los
municipios de Encino, Duitama y Belén. Santander y Boyacá.
Cordero Calderón, K. F. (2016). Prevalencia de Fasciola hepatica en Bovinos
beneficiados en el Centro de Faenamiento FRILISAC entre los años 2012-
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Godoy, Y., Roque, E., Doménech, I., & Rodríguez, R. (2010). Diagnóstico
coproparasitológico de Fasciola hepatica en ganado bovino en una empresa
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López-Villacís, I. C., Artieda-Rojas, J. R., Mera-Andrade, R. I., Muñoz-
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Recalde, M. A. (2017). Fasciola hepática: aspectos relevantes en la salud
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Murguía Oliva, M. C. (2023). Comparar la efectividad del clorsulón y
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WAGENKNECHT, R., CARDENAS, A., & CARRASCO, C. (2008). Parásitos de
Fasciola hepática intracoledociano. Revista chilena de cirugía, 60(4), 332-335.

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