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Final de Teoría de la Educación II

Voy a desarrollar lo que plantea Ana María Ezcurra en su libro “igualdad en educación
superior: un desafío mundial”, el libro gira en torno de una hipótesis central lo cual
nos invita a reflexionar y debatir sobre la universidad.
La 1° hipótesis central es frente al fenómeno mundial de la masificación
extraordinaria de la educación superior, se da en los primeros años y se genera un alto
porcentaje de deserción/ abandono en prejuicio de grandes franjas sociales en
desventaja, abre la entrada a capas de desventaja, y acá habla del concepto “inclusión-
excluyente” en la educación superior ya que esto es lo que abre brechas de graduación
y brechas de clase. La masificación que es global ha abierto el ingreso a mayor franja
que antes era excluida, pero provoca un abandono relevante, una brecha educativa
global y en alza.
Para entender esta hipótesis es que el ciclo extraordinario de masificación supone una
inclusión pero una inclusión- excluyente, debemos situar el lugar que ocupa la
“masificación” en la educación superior.
Según Ezcurra, esta masificación se debió a que en el sistema mundial se llevan a cabo
una serie de giros estructurales que lo afectan (como por ej. El cambio climático,
banqueros que transfieren fondos electrónicamente, terroristas que trafican armas). Esto
provoca que la influencia del poder de los estados nación, sea disminuida.
La autora se interroga el ¿Por qué de estas brechas? y para esto toma a Bourdieu que el
postula 2 hipótesis/ categorías: capital cultural y habitus.
De esta manera, según la autora en los documentos de la conferencia mundial sobre
educación superior se demuestra que ha ocurrido una Revolución académica (es decir,
modificaciones que alteran casi todos los trayectos a nivel planetario) provocando la
aparición de esta masificación intensa, continua y sin antecedentes de la educación
superior en el mundo.
Esta masificación se va a convertir en una realidad central en la que se van a ver
fortalecidos aquellos sistemas académicos diferenciados, donde el sector privado va
ascender, provocando una desigualdad internacional considerable.
Hablando particularmente de América Latina, esta masificación ha abierto el ingreso a
la universidad a aquellas franjas sociales que antes eran excluidas. Esto provoco que se
diera un avance intenso y generalizado de la matrícula del nivel superior mostrando una
desigualdad interregional los cuales van a exponer que en los sistemas nacionales hay
altos grados de masificación muy diferentes. Esta masificación también afecta al índice
de graduación de los estudiantes porque si bien hay aumento en la inscripción en el
nivel superior, el egreso de las carreras es muy escaso. (Inscripciones en alza, pero
egreso escaso)
Esta hipótesis de la masificación en América Latina, se liga con la existencia de un
abandono relevante.

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Esto se relaciona con lo anteriormente dicho ya que según la autora y las estadísticas
analizadas, la mayoría de los alumnos que ingresan debido a esta masificación,
abandonan y no se gradúan. Esta situación golpea sobre todo a la población de
estudiantes que pertenecen a aquellos estatus en desventaja lo cual muestra esta puerta
giratoria a la que la autora hace alusión: esto se debió a que si bien les permiten ingresar
al sistema educativo, las condiciones en las cuales se da el ingreso y el desarrollo en
este nivel no les permite mantenerse en él y graduarse. Es decir que si bien se ha
expandido la matricula dándole lugar a otras clases sociales en desventaja, no se ha
podido resolver aquellas desigualdades sociales que ya existían y que forman parte del
día a día. El abandono golpea sobre todo a la población de estatus en desventaja en un
proceso de reproducción de la desigualdad.
Esta deserción, según la autora, se da sobre todo en el primer año del nivel superior, es
un tramo crítico afectado por una desigualdad social, no está determinada
exclusivamente por lo económico sino que también va a estar socialmente condicionada.
Por esto, el abandono golpea sobre todo a la población de estatus social en desventaja,
en un proceso de reproducción de la desigualdad intenso y creciente.
También se confirma que los alumnos de estatus desfavorecidos tienen más posibilidad
de sufrir dificultades académicas y esto ocasiona ansiedad y estrés que puede ocasionar
el fracaso educativo hasta el abandono. Acá se acuña a una metáfora: nadar o hundirse
En el marco de las dificultades académicas un factor primordial es el económico, puede
ser una traba crítica para el egreso, incluso cuando la educación es gratuita, una barrera
es el trabajo, la condición de actividad y respecto a esto se pregunta ¿Por qué las
dificultades académica? Y se dice que fallan los alumnos no las instituciones, en un
primer momento es descartada como un condicionante.
Una hipótesis clave apunta a la preparación académica en el punto de partida, es un
factor decisivo y causal en la persistencia y la deserción, es decir que se divulga una
preparación académica insuficiente para el ingreso en educación superior.
Esto tiene que ver con el capital cultural que poseen los estudiantes. Como ya
sabemos, este término es tratado por Bourdieu y hace referencia a aquellas
representaciones, experiencias familiares y contextuales. De esta manera el capital
cultural va a permitir que surjan expectativas escolares de acuerdo con el modelo de
sociedad y sus requerimientos formativos. Se hace hincapié que la noción de capital
cultural es condicionante del fracaso académico.
Es así como, a partir de esto, la autora da cuenta acerca de la explicación hegemónica
que se le da a este problema de masificación y de deserción existente en el nivel
superior. Esta explicación hegemónica manifiesta que el causante de esta deserción es el
estudiante ya que no responde con lo requerido y esperado por parte de la institución. El
estatus en desventaja es definido por los ingresos, pero también por el nivel educativo
de los padres, se evidencia que los alumnos de bajo recursos y de 1° generación tienen
más posibilidad de padecer a la vez otros factores condicionantes de abandono, como
ser trabajadores de tiempo completo, disponer de una dedicación de tiempo parcial de
estudio, retrasar la entrada al ciclo post secundario después de la escuela media y
pertenecer a sectores étnicos, esto es un conjunto de factores propios de ese estatus en
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desventaja, cuantos más operan mayor es el riesgo de deserción. (Influye en el capital
cultural)
El capital cultural determinado provoca niveles de frustración y abandonan, les
cuesta muchos a estudiar con bibliografía, tienen información fragmentada.
La autora ante el fracaso académico propone innovaciones periféricas, que las
acciones sean programas que estén dirigidos a los alumnos más que a los docentes, que
se sumen programas de orientación y tutorías, más esquemas de apoyo
Por esto se habla de que a escala global, esta hipótesis de masificación supone inclusión,
pero inclusión excluyente, según clases y sectores sociales. Es decir, socialmente
condicionada. Pero la autora da un giro, y para ella el verdadero problema no son los
estudiantes, sino las instituciones, son un factor causal y configuran un
condicionante primario para el desempeño académico.
La enseñanza es un condicionante primario en cualquier tipo de alumnos, sobre todo en
población de estatus en desventaja y con esto se abre una brecha entre el alumno real y
el alumno esperado.
Respecto a esto, se sugiere la categoría de habitus académico. La autora sugiere
tomar la categoría de habitus que es postulada por Bourdieu, entiende habitus como una
estructura que opera como matriz o principio generador de prácticas (percepciones,
apreciaciones, acciones) es decir que es una estructura que a la vez es el resultado de
ciertas determinaciones.
La categoría de habitus es recobrada también por su alcance institucional, lo aplico a
instituciones: habitus organizativo, en particular habitus académico.
El alumno esperado es un eje organizador del habitus académico.
En síntesis la noción de habitus es un concepto único que abarca ese conjunto complejo
de formaciones de sentido, con potencial causal que origina impactos en la enseñanza de
carácter colectivo.
En las instituciones por lo general se instala un habitus dominante, un habitus que
favorece a ciertos estudiantes, con mayor capital cultural, el alumno esperado, mientras
margina a otros con menor dotación. Es un habitus que si entraña una brecha con el
capital cultural de población de estatus social desfavorecido en el punto de partida.
En la educación superior ¿Qué implica superar esa brecha académica? La brecha
privilegia a algunos estudiantes con mayor capital cultural, mientras margina a otros…
En los alumnos, el concepto de capital cultural remite a algunas habilidades cognitivas y
hábitos académicos críticos, como saber estudiar y saber aprender. Se engloba un
conjunto de técnicas del trabajo intelectual y arte de organizar el aprendizaje esto
abarca conocimientos como tomar apuntes en clase, prepara exámenes, estudiar mucha
bibliografía y comprenderla, utilizar el diccionario, crear índices, usar la biblioteca y
herramientas informáticas, leer estadísticas, etc.
Una de las grandes dificultades es “no saber estudiar”, “no saber aprender”, la carencia
de la metodología de estudio.
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Esto es un saber que solo algunos poseen, es un privilegio cultural, un patrimonio de
clases cultivadas, el saber estudiar y aprender también incluye la planificación,
organización y el aprovechamiento del tiempo de estudio.
Se comprueba que los alumnos en el ingreso dedican un tiempo escaso, no estudian lo
suficiente, se debe a dificultades en la gestión del tiempo, falta de previsión, tropiezos
para definir prioridades o desconcentración, este obstáculo se agrava en población de
estratos en desventaja, ya sea porque trabajan y tienen poco tiempo disponible o porque
se cuenta con tiempo pero se carece del hábito crítico, propio del saber estudiar.
La autora propone una reforma educativa sistémica que va a permitir romper con este
habitus dominante. Esta reforma se tiene que dar a escala institucional, donde el centro
de las estrategias sea la enseñanza, poniendo foco en 1° año, en lo que sería el punto de
partida de toda esa diversidad de estudiantes que ingresan al nivel superior. Además se
va a tener que hacer hincapié y conocer más al alumno real que se nos presenta en la
clase intentando eliminar estas expectativas de este alumno esperado. El eje es la
enseñanza, se deben implementar una redistribución del capital cultural a través de la
pedagogía partiendo desde la enseñanza.
La autora da como unas posibles soluciones o posibles puntos de partida en los cuales la
institución se debe centrar para que se lleve a cabo esta reforma educativa, plantea que
se debe tener en cuenta las habilidades y hábitos académicos que hay en la sociedad,
nombra algunos para tener en cuenta: hay que saber estudiar, aprender y tener un
pensamiento crítico, planificar la carrera y asuntos como aprender a lidiar con la
ansiedad y el estrés. Si bien esto es algo cotidiano va a estar determinado por los
patrones de clase que existen dependiendo del sector social al que se pertenece; además
este aprender va a tener que ver con enseñar aquello que esta omitido es decir, aquellas
cosas que son básicas que la institución omite como por ejemplo el pensamiento crítico,
empezar a leer autores y tener una postura propia, planteando nuestros conocimientos
previos y demás.
La autora también hace hincapié en la implicancia estudiantil que deben tener en cuanto
a los contenidos y al aprendizaje, ya que hay que planificar, organizar y aprovechar los
tiempos de estudio. Hay que tener en cuenta que esta implicancia estudiantil se puede
dar tanto de manera cuantitativa como cualitativamente; es decir que va a existir un
tiempo y un esfuerzo que va a determinar el aprendizaje; también se debe tener en
cuenta que algunos estudiantes vamos a necesitar aprender a manejar los tiempos, como
así también los docentes necesitan entender que a veces los estudiantes pueden poseer
esfuerzo pero no tiempo o pueden tener tiempo pero no saber cómo administrarlo y
demás.
En cuanto al rol docente, la autora plantea que es necesario que exista una
retroalimentación entre el estudiante y el docente ya que los estudiantes deben tener
información a tiempo sobre su desarrollo, sobre su desempeño y también los docentes
deben proponerles herramientas que les permitan manejar este desarrollo y auto
monitoreo de su progreso en el ámbito académico.
Básicamente esto tiene que ver con el aprender a ser estudiante (lugar que muchas veces
no es trabajado). Para esto la evaluación va a tener un lugar importante. Las instancias
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evaluativas van a determinar el éxito o el fracaso académico, ya que a veces reprobar
algunas instancias evaluativas puede generar graves impactos en los estudiantes y sobre
todo en aquellos sectores sociales en desventaja. Incluso a veces puede tener como
consecuencia el abandono de la carrera, si es que no es tratada esta etapa con
compromiso por parte de los actores sociales. Además, debemos tener en cuenta como
lo establece la autora, que en este camino como estudiantes, también debemos aprender
a ser evaluados y que tenemos que estar también en una constante autoevaluación donde
podamos encontrar esta validación a los contenidos, donde también podamos encontrar
una imagen de nosotros mismos que nos permitan ser capaces de aprender y de
conseguir el mejor desempeño posible en este ciclo superior y darnos cuenta de que
merecemos un lugar en este nivel y que tanto la institución como los profesores están
para ayudarnos.

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