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II. Sobre las dos teorías acerca del conocimiento Karl Popper nos presenta la
diferencia entre dos perspectivas para él antagónicas; por un lado la teoría del cubo
correspondiente a la corriente empirista y por otro, la propuesta por el autor, la teoría
del reflector. Entre otros aspectos las críticas de Popper al inductivismo serán: las
diferencias al considerar o entender el conocimiento científico, el progreso de la
ciencia y el concepto de observación.
En primer lugar la concepción de conocimiento científico que mantiene la teoría de la
ciencia como un cubo, tiene como punto de partida a la experiencia de los sentidos, a
las percepciones como aquello que nos permite conocer el mundo y esas
percepciones nos permite iniciar enunciados singulares que mediante la justificación
nos permitan afirmar enunciados universales, los que se van acumulando y
constituyendo la ciencia. En cambio dice Popper, nunca nuestras experiencias y
percepciones pueden realizarse antes que nuestras intenciones, preguntas, problemas
del mundo que queremos conocer.
El autor se niega a la idea de la perspectiva empirista que considera a la ciencia o a
nuestra mente como un cubo capaz de recepcionar y almacenar conocimientos en el
que el sujeto interviene lo menos posible, tampoco que la ciencia parta de un punto
cero sino que presupone un horizonte de expectativas, supuestos que la anteceden.
Si bien acepta que hacer ciencia sería imposible sin la necesaria constatación
empírica, no concuerda con el método propuesto por los inductivistas para entender y
llevar adelante la experiencia. Popper considera la inducción como un procedimiento
que carece de validez lógica y que puede llevarnos a incoherencias. El autor no
considera posible que nuestras observaciones justifiquen enunciados singulares y
ellos den lugar a enunciados universales ya que lo que considera “lógica” está
relacionado al método hipotético deductivo que será la propuesta epistemológica de
Popper: un método deductivo de contrastar en el que se formulan hipótesis y luego se
procede a la contrastación empírica. En “Panorana de algunos problemas
fundamentales” desarrolla los procedimientos para llevar adelante una contrastación
deductiva de las teorías, a saber: en primer lugar se encuentra la comparación lógica
de las conclusiones; luego el estudio de la forma lógica de la teoría; la comparación
con otras teorías y en finalmente la contrastación por medio de la aplicación empírica
de las conclusiones que pueden deducirse de ella.
En este mismo sentido, otra de las diferencias que pueden observarse en el
pensamiento popperiano frente a la teoría del cubo la encontramos con respecto a la
observación. Como explica el autor en su apéndice, para él la observación no es pura
sino teórica: “La percepción no es lo mismo que la observación. La observación es una
percepción planificada y preparada. Las observaciones siempre están precedidas por
una inquietud, un cuestionamiento, un problema que puede ser una hipótesis o
pregunta”.
Para los positivistas las investigaciones comienzan en la observación y las teorías que
se obtienen de ella y se verifican con la experiencia suelen ser acabadas. Para Popper
por el contrario, las preguntas, hipótesis, problemas que se plantea el investigador
operan como un reflector que va iluminando el camino de la investigación de acuerdo
a la dirección propuesta. De este modo se “alumbrará” a través de preguntas o
conjeturas que se expondrán a cuestionamientos para responder al problema
planteado y en ciertas ocasiones existirá además la posibilidad de que esas
observaciones nos lleven a cambiar hipótesis o a formular nuevas preguntas.
El autor deja en claro su desacuerdo ante la posibilidad de realizar observaciones
puras como lo consideraba la corriente positivista, por el contrario argumenta: “La
observación es siempre selectiva. Necesita un objeto elegido, una tarea definida, un
interés, un punto de vista o problema. Y su descripción presupone un lenguaje
descriptivo con palabras apropiadas; presupone una semejanza y una clasificación, la
que a su vez presuponen intereses, puntos de vista y problemas”.
No considera tomar a las observaciones como el fundamento de la teoría, ya que de
ellas se infieren enunciados singulares obtenidos de premisas; una ley universal no se
encuentra fundamentada en la empiria o en enunciados universales; no se constata en
los hechos sino en los enunciados observacionales.
Otro punto de discusión es la forma en que la ciencia progresa; para la teoría del cubo,
el progreso se presenta por acumulación del conocimiento. Para Popper por el
contrario la idea de progreso científico está tomada de la mano de la falsación. El autor
considera que el progreso se presenta mediante la puesta a prueba de las teorías; “la
tarea del científico no es descubrir la certeza absoluta, sino descubrir teorías cada vez
mejores [o inventar reflectores cada vez más potentes] capaces de someterse a
contrastaciones cada vez más rigurosas [ que nos guían por tanto y nos desvelan
siempre nuevas experiencias iluminándolas] Pero esto quiere decir que dichas teorías
han de ser falsables: la ciencia progresa mediante su falsación”. La falibilidad de las
teorías ocupará un lugar central en la concepción popperiana argumentando que no
hay teorías absolutas, por el contrario, son válidas provisionalmente hasta que puedan
falsarse pero nunca son consideradas teorías verdadera, sino válidas.
La ciencia entonces tiene una función explicativa y de predicción; la primera se lleva a
cabo mediante la relación del explicandum -una proposición mayor- y el explicans -las
leyes universales o enunciados singulares-. Los enunciados singulares que se
deducen de la teoría se contrastan en los procesos de falsación. Del mismo modo
explica Popper: “La tarea de la ciencia no se limita a buscar explicaciones teóricas
puras; también tiene aspectos prácticos: aplicaciones técnicas, así como predicciones.
(...) El procedimiento de contrastación consiste en derivar una predicción del explicans
para compararla con una situación real observable”.
Las predicciones conformarán los enunciados singulares que darán a su vez lugar a
las conclusiones.
III. En el texto “La sociedad abierta y sus enemigos” Karl Popper expone su punto de
vista acerca del racionalismo, su diferenciación con el racionalismo no crítico y el
irracionalismo.
En primer lugar Popper utilizará la palabra “racionalismo” para hacer referencia a una
actitud tomada por los individuos mediante la que intentan resolver los problemas
utilizando la razón; teniendo ésta un lugar preponderante por sobre las emociones y
las pasiones.
La actitud racional implica una actitud de equivocación, la que consiste en que: “yo
puedo estar equivocado y tu puedes tener razón, con un esfuerzo podemos
acercarnos los dos a la verdad”. La razón al igual que el lenguaje es un producto de la
vida social y a ella le debemos la comunicación con los otros hombres. La relación con
las individualidades nos permiten acceder a información que conforman la “unidad
racional del género humano” y que nos permiten llegar al conocimiento por la
socialización del mismo.
La corriente positivista consideraba que la razón era totalmente contraria a las
pasiones y motivaciones; Popper se opone a esta conceptualización argumentando
que si bien no está totalmente separada de los deseos, las pasiones, las emociones,
ocupa un lugar preponderante sobre los ellos.
El racionalismo es una actitud en la que predomina la disposición a escuchar los
argumentos críticos y aprender de la experiencia, considera que la postura racionalista
está vinculada además al humanismo y a un concepto de igualdad que es rechazado
por el irracionalismo. Esta postura de razonabilidad dice Popper: “es muy semejante a
la actitud científica, a la ciencia de que en la búsqueda de la verdad necesitamos
cooperación y que con la ayuda del raciocinio podremos alcanzar con el tiempo algo
de objetividad”. Valora entonces como “verdadero racionalismo” al que se asemeja a
la actitud socrática planteando interrogantes en las situaciones que creemos poder
afirmar y siendo conscientes de las limitaciones propias.Es una actitud que consiste en
destruir prejuicios, creencias falsas; tiende a limpiar y purificar nuestras afirmaciones y
lograr poner en cuestión nuestras convicciones.
Por otro lado calificará como “pseudoracionalismo” la actitud de Platón de confiar en
la superioridad de las capacidades intelectuales y creer en que se posee un
instrumento o método infalible. Consideramos aquí un aspecto importante en el
pensamiento popperiano ya que se establece una relación entre la racionalidad con la
posibilidad de criticar y falsar las teorías. Para Popper ninguna teoría es absoluta o
acabada por el contrario, establece la falsabilidad como criterio de demarcación, esto
es que; todos los enunciados sean capaces de someterse a una decisión definitiva
respecto a su verdad o falsedad: “sólo quiero que cada uno de estos enunciados sea
susceptible de contrastación; dicho de otro modo: me niego a admitir la tesis de que en
la ciencia existan enunciados cuya verdad hayamos de aceptar resignadamente, por la
simple razón de no parecer posible-por razones lógicas- someterlos a contraste”.