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Pareja matrimonial: alianzas inconscientes.

Indicadores o parámetros definitorios

Introducción

Contrato inconsciente, pactos y acuerdos

Parámetros de nitorios de la pareja matrimonial

Referencias

Revisión de módulo
LECCIÓN 1 de 5

Introducción

Para poder abordar las alianzas inconscientes compuestas por pactos y


acuerdos, les propongo leer atentamente las siguientes viñetas, para poder
pensar el tema de la presente lectura.

María, 40 años; Juan, 42 años. Quince años de casados.

Presentan como motivo de consulta que María no aguanta más al esposo;


ella le reprocha haber tenido que trabajar mucho para contribuir al
mantenimiento de la familia. Ella está cansada de esta vida sacrificada y
culpa a su cónyuge.

Es significativo que María haya reaccionado justo ahora. Desde que se casó y
aún antes, trabajó, siendo más bien el trabajo una necesidad personal.

Ocurre que hace pocos meses falleció el padre de María, con el cual ella
mantenía una relación muy estrecha. Muerto este, le hace cargos y
reproches al marido por la vida que le hace vivir. Juan clama desesperado y
confundido, siente que María le hace los mismos reproches y le demanda lo
mismo que antes al padre. Él se siente impotente de satisfacerla.
Ricardo, 25 años; Paula, 23 años. Después de un apasionado romance de
seis meses, deciden convivir.

El motivo manifiesto de la consulta es que desde ese momento las peleas y


los reproches son constantes. Por ejemplo: Ricardo rechaza las prácticas
religiosas de Paula, que según dice la sumen en la pasividad y le quitan
energías para buscar trabajo y colaborar con la manutención de la casa.
Además, él es ateo y no tolera las ideas místicas de su mujer. Paula, por su
lado, le aclara que ella es practicante desde hace cinco años, mucho antes
de encontrarse con él y que así la conoció Ricardo. La crisis sobreviene con la
llegada del hermano de Paula desde el exterior, personaje al cual Paula
estaba fuertemente ligada

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Contrato inconsciente, pactos y acuerdos

El encuentro de dos psiquismos abiertos, como lo vemos en un vínculo de


pareja, implica una modificación de los funcionamientos individuales, de
manera que los funcionamientos en ambos se determinan recíprocamente y
la sintomatología y los funcionamientos en uno surgen, se sostienen,
intensifican o desaparecen en relación con el contexto vincular. A partir del
concepto de “trama interfantasmática”, podemos pensar el funcionamiento
vincular y su complejización.

Spivacow (1999) conceptualiza a la trama interfantasmática como una


unidad de funcionamiento psíquico multipersonal dentro de la cual se
producen entre ambos psiquismos nudos de facilitaciones e inhibiciones que
abarcan a ambos, articulaciones estables, en que la posición subjetiva de
uno está sostenida por la de otro. Estas articulaciones son entramados de
condicionamientos recíprocos, llamados contratos inconscientes, que
delimitan y fijan bilateralmente los posibles funcionamientos. Explican por
qué en un vínculo singular se dan cierto tipo de conductas, mientras que, en
otro vínculo, la misma persona despliega otro tipo de conductas. Los
contratos inconscientes son los conectores del entre‑dos en que
bilateralmente se deciden las leyes ocultas del funcionamiento vincular.
Consolidan algunos modos de ser en el vínculo y excluyen otros. Determinan
el “modo de ser” de la pareja.

En el trabajo clínico, una de las tareas consiste en mostrar lo estructural y


reiterativo en el funcionamiento del vínculo. En cuanto a lo estructural de la
trama interfantasmática, los contratos inconscientes son la columna
vertebral. Allí se despliegan los acuerdos, los pactos y las colisiones.

Un acuerdo estipula el intercambio de contenidos preconscientes y


ramificaciones inconscientes que son aceptados por ambos sujetos.
Organizan las compatibilidades, aquello que las parejas llaman lo
compartido.

Los pactos organizan los contenidos y funcionamientos que quedan


silenciosamente por fuera del intercambio preconsciente‑consciente en
virtud de la angustia que generan en algunos de los polos y que deben
permanecer excluidos de lo consciente‑preconsciente porque así lo necesita
la homeostasis del vínculo.

En síntesis, los contratos inconscientes constituyen el entramado vincular


por donde se establecen los acuerdos, que determinan lo positivo y los
pactos que determinan lo negativo del vínculo, lo que debe ser silenciado.
Los pactos son el correlato intersubjetivo de las defensas intrasubjetivas.
Constituyen en el vínculo como sistema, “lo inconsciente del vínculo”, con su
organización y leyes.
En lecturas anteriores mencionamos diferentes acepciones de vínculo, en
donde la subjetividad ponía los límites al yo, en ocasiones incluyendo a otros,
mecanismo propio de la identificación. También se ha hecho mención de que
estos espacios se podían extender a otros, como el de lo intrasubjetivo, lo
intersubjetivo y lo transubjetivo.

Podríamos pensar en la pareja matrimonial como una estructura vincular que


une o liga a dos personas o a dos yoes que poseen una característica
particular y diferenciada de otros vínculos: la indisoluble unión de
parentesco.

Ante esto, nos cabe preguntarnos: ¿qué es una pareja matrimonial? ¿Solo
están unidos los yoes por una unidad de parentesco? Tomando los aportes
de Berenstein y Puget (2001), podemos pensar a la pareja matrimonial como
una estructura vincular entre dos personas de diferente sexo a partir de su
formación.

Este tema ha sido reformulado y desarrollado por diferentes disciplinas,


como la sociología, la antropología, el psicoanálisis, entre otras; y ha
adquirido en cada contexto social su especificidad.

La pareja es considerada tradicionalmente como el origen de la familia,


desde la mirada convencional. Si tomamos los aportes psicoanalíticos,
podemos pensar que la pareja es un desprendimiento de la familia, y origina
modelos de yoes en donde el deseo toma un lugar fundamental, ya que este
se transmite en el tiempo y se transforma en el deseo de tener hijos, formar
una familia a partir del sentimiento de haber sido un hijo deseado por sus
propios padres a través de la identificación.

Desde el psicoanálisis, el matrimonio se puede entender como una posible


manera de formar un vínculo, con características propias como la estabilidad
y complementariedad de la diferencia de los sexos. Cabe realizar una
aclaración: en la actualidad nos encontramos con parejas matrimoniales del
mismo sexo con la característica de estabilidad, por lo que la definición de
pareja matrimonial es un requisito de este tipo de diádica en oposición a las
que no son matrimoniales.

Berenstein y Puget (2001) definen diferentes parámetros, como la


cotidianidad, el proyecto vital compartido, las relaciones sexuales y la
tendencia monogámica, que dejan en claro la especificidad de esta forma
particular de vincularse. Estos parámetros, constantes y presupuestos por
ambos partícipes de la pareja, dan sentido al campo de lo permitido o de lo
prohibido, de acuerdo con cada modelo sociocultural en que se encuentran
inmersos.

La creación de este objeto pareja compartido por ambos surge de la


conjugación de los representantes que cada uno tiene de la posición esposo
o esposa tomada de su infancia, de modo que adquiere un significativo
contenido.

Dichos parámetros crean relaciones contractuales, al decir de Berenstein y


Puget (2001), como los acuerdos y pactos inconscientes, lo cual es
observable en el tratamiento psicoanalítico con parejas

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Parámetros definitorios de la pareja matrimonial

Mencionamos con anterioridad cuatro especificaciones: la cotidianidad, el


proyecto vital compartido, las relaciones sexuales y la tendencia
monogámica, las cuales desarrollaremos a continuación.

Cotidianidad

Implica un nivel de complejidad mayor, el cual no solo define lo espacial o
temporal, sino también los intercambios diarios que se dan entre los individuos.
Con esto proponemos un lugar simbólico del vínculo de los dos yoes, asiendo
lugares mentales y vinculares que poseen una cierta fijeza, es decir, aquellas
relaciones establecidas sin necesidad de que sean redefinidas todos los días.
Además, podemos pensar esta cotidianidad como un organizador de encuentros
o desencuentros, estableciendo modalidades de relación primaria como marcas
impresas en el carácter del yo, adquiridas en tiempos tempranos de la vida que
fueron incorporados a la identidad del sujeto. Encontramos, por ejemplo, ritmos,
formas y modalidades de orden, limpieza o alimentación, por nombrar solo
algunos. Muchas veces caemos en el discurso del “yo soy así”, y adoptamos un
sentido compartible o no compartible por otro. En este segundo caso, es una
oportunidad de armonizar criterios a través de pactos para transformarse en una
modalidad de pareja. Es esperable que en esta modalidad de psicoterapia de
pareja aparezcan diversas dificultades productoras de angustia, como puede ser
la imposibilidad de ser incluido en el vínculo de pareja, la cual es compartida por
ambos integrantes, o la dificultad que se encuentra al pactar y aceptar las
diferencias de cada uno en función de su personalidad, para llegar a conformar
un proyecto vital compartido. Por lo tanto, la estabilidad de la cotidianidad o la
inestabilidad de lo azaroso de la vida de cada uno en pareja remiten, en muchas
ocasiones, a quejas o reproches que se vuelcan en terapia.

Proyecto vital compartido



Cuando hablamos de proyecto vital compartido, pensamos en la acción de unir o
reunir representaciones de realización o logros de un tiempo futuro (Berenstein, y
Puget, 2001). Uno de los primeros proyectos vitales que comparte la pareja es un
tiempo y espacio determinado. También pasan a tener un lenguaje compartido
con significados específicos para ambos que ningún otro puede dar. Esta
creación de un vínculo nuevo permite la realización de otros vínculos. Este
proyecto vital compartido tiene como una característica permanente el pasaje a
la cotidianidad, lo que permite la reformulación de nuevos proyectos en la pareja,
siendo uno de ellos la posible –ya sea real o simbólica– creación de hijos. Pero
esto es acompañado muchas veces de crisis y movimientos, renovación o
reformulación de nuevos proyectos, por lo que se vuelve necesario establecer un
nuevo encuadre. Todo este proceso puede ser generador de ansiedades,
emociones depresivas para uno o ambos miembros, dificultades en relación con
la realización de nuevos proyectos. Cuando un proyecto se pierde, deja de ser
compartido. Esta crisis que se produce en el vínculo se patologiza y produce un
sufrimiento que lleva a la búsqueda de un tratamiento en caso de no poder
resolverlo y buscar un proyecto compartido por ambos.

Relaciones sexuales

Definidas por Berenstein y Puget (2001), son las que se producen por la
interrelación de los órganos genitales, como el pene en los varones y la vagina en
las mujeres. También deben tenerse en cuenta otras zonas corporales que
pueden intervenir y se subsumen a la actividad genital. Es importante, para que
haya relaciones sexuales, la aceptación de las diferencias y el papel de la otra
persona para el logro del placer. Los autores anteriormente mencionados
manifiestan que la necesidad de otro se liga a la aceptación de la propia
incompletitud (Berenstein, y Puget, 2001). Son variadas las dificultades sexuales
que pueden aparecer en relación con esto, como la presencia de elevados
montos de ansiedad de castración, en el varón, o de vaciamiento, en la mujer.
También puede darse una dificultad en el modelo de intercambio sexual, de
complementariedad, sin transformación para otros intercambios, lo cual puede
ocasionar conflictos en otras áreas. Estas dificultades sexuales pueden ser
percibidas en el habla, es decir, en el lenguaje utilizado por los miembros de la
pareja cuando se refieren a otros temas o a la imagen masculina y femenina en la
pareja matrimonial. Mientras se acepte la diferencia y complementariedad, puede
que el parámetro de la relación sexual sea asintomático.

Tendencia monogámica

En un matrimonio hace referencia a la peculiaridad simbólica de preferencia en
cualidad de único objeto. Cabe aclarar que esto puede desplazarse a otros
objetos, es decir, la monogamia ampliada. Desde la metapsicología, en la
estructura de objeto único, el yo puede confundir el tener una relación de
permanencia y estabilidad con otro yo y tomarlo como realización de la relación
con el objeto único ilusorio del inconsciente (Berenstein, y Puget, 2001). Es decir,
que la tendencia monogámica puede tener diversas complejidades, como el
intento de definir la relación con un objeto único, de características ilusorias, o
también con un objeto amoroso y único en el cual conviven diferentes aspectos,
algunos de los cuales pueden ser no compatibles. Asimismo, cualquiera de estos
parámetros puede tener una categoría polivalente, lo cual en ocasiones puede
producir conflictos, aunque estos serán tolerables y no llegarán a la
desestructuración del vínculo.
 A partir del recorrido de este material, nos cabe preguntarnos, en
las breves viñetas presentadas, ¿cuál es alianza inconsciente que
sostiene a estas parejas y empiezan a develarse ante la crisis de la
pareja? ¿Cuáles creen son los acuerdos y pactos que estas parejas
han suscripto para que el vínculo tenga lugar?

Ambas parejas muestran una fuerte alianza a la familia de origen,


unos al padre, otros al hermano, mudanza inexorable que no se ha
realizado de manera adecuada y, en los momentos de crisis
(muerte, convivencia), aparece a manera de angustia, intentando
borrar las diferencias y desconociendo los acuerdos previos. Algo
del sostenimiento de las familias de origen que no puede ser
elaborado ante la presencia del otro que utiliza el reproche como
llamado a la vuelta original, allá cuando esta pareja se conformó.

Figura 1: Pareja
Fuente: [Imagen sin título sobre parejas]. (s.f.). Recuperada de https://bit.ly/2Ii0sK2

Los espacios psíquicos: intra-, inter- y transubjetivo

Los espacios psiquicos.pdf


149.9 KB

Fuente: Vidal, R. (2002). Los espacios psíquicos: intra-, inter- y transubjetivo. Ejemplificación mediante un
tratamiento de pareja. Aperturas Psicoanalíticas, Revista internacional de Psicoanálisis, 3(10).

Pensamiento vincular en psicoanálisis entre el hoy y el mañana

Pensamiento vincular en psicoanálisis pdf


Pensamiento vincular en psicoanálisis.pdf
27.3 MB

Fuente: Rojas, M.aC.(2014). Pensamiento vincular en psicoanálisis entre el hoy y el mañana. El tiempo y los
vínculos. Laberintos, encierros y aperturas. XLII, 159-174. Recuperado de http://www.aappg.org/wp-
content/uploads/Revista-Completa-AAPPG-2019.pdf

Teoría de la técnica. Qué, cómo, cuándo, dónde, por qué, para qué, una
clínica de pareja, de familia y de grupo

Teoría de la técnica.PDF
684.9 KB

Fuente: Puget, J.(2009). Teoría de la técnica. Qué, cómo, cuándo, dónde, por qué, para qué, una clínica de
pareja, de familia y de grupo. Vínculo. Revista do NESME, 6(2), 113-144. Recuperado de
http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=139422410002

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Referencias

Berenstein, I. y Puget, J. (2001). El sujeto y el otro: de la ausencia a la


presencia. Buenos Aires, AR:Paidós.

Imagen sin título sobre parejas. (s.f.). Recuperada de


https://www.forbes.com.mx/los-estados-donde-ya-le-dieron-el-si-al-
matrimonio-igualitario/

Spivacow, M. (1999).Los funcionamientos inconscientes en el vínculo de


pareja. 15.aJornada de AAPPG, Buenos Aires.

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Revisión de módulo

Hasta acá aprendimos

Lo vincular

Algunos de los temas tratados: Desde el concepto de lo vincular, breve
recorrido de la historia del psicoanálisis en la extensión de su concepto,
vínculo en sentido amplio y vínculo entre sujetos, estructura vincular
compleja.

Vínculo: relación intrasubjetiva e intersubjetiva



Desarrollamos la definición en su especificidad tomando como base: El
vínculo de (entre) sujetos. Supone atender al sujeto, al lugar del otro y su
diferencia con el objeto interno y con la noción de objeto externo, así como
tener en cuenta la realidad interna y su relación con la realidad externa, la
semejanza, la diferencia y la ajenidad, la multiplicidad del sujeto. (Berenstein,
2004. P. 29).
.
Paradojas de lo vincular

Concepto de paradoja en psicoanálisis, diferencia entre conflicto y paradoja.
La pareja como paradoja fundamental. Distintos tipos de paradojas en el
vínculo amoroso.

Pareja matrimonial: alianzas inconscientes – Indicadores o parámetros definitorios



Introducción al vínculo de pareja, acuerdos y pactos inconscientes,
parámetros definitorios de la pareja amorosa.

Referencias:

Berenstein, I. (2004). Devenir otro con otro(s): ajenidad, presencia,


interferencia. Buenos Aires, AR: Paidós Ibérica.

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