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PUGET, J. y BERENSTEIN, I. (1988) 1. Pareja matrimonial. Definición.

Semejanzas y diferencias con otros tipos de relaciones diádicas.

1. ¿Qué es una pareja? Definición y posibles tipos.


En término “pareja matrimonial” designa una estructura vincular entre dos
personas de diferente sexo desde un momento dado, cuando establecen el
compromiso de formarla en toda su amplitud, lo puedan cumplir o no. La
denominación de este objeto de estudio surge del lenguaje convencional y,
como siempre, cuando se incorporan denominaciones coloquiales en una
teoría es necesario volver a definir los términos.

Reconocemos una tendencia del ser humana a organizar su vida vincular


en estructuras que van de menor a mayor estabilidad. Tienen una condición
peculiar y es la alternancia en la polaridad repetición-novedad con distintitos
tipos de resolución. La pareja tiene elementos definitorios que permiten
referirse a ella como una unidad o una estructura con un alto grado de
especificidad. Pero también psicoanalíticamente se podría pensar que la
pareja se desprende de la familia donde se originan sus modelos teniendo
en cuenta el deseo de los distintos yoes de una familia de perpetuarse en el
tiempo a través de la transmisión del deseo de tener los hijos, transformado
en el deseo de tener una familia mediante vínculos de alianza. La
transformación del sentimiento de haber sido deseado como hijo por los
propios padres opera como una identificación. La marca de una primera
contradicción fundante para la constitución de la pareja matrimonial surge
de la dificultad del mundo psíquico de cada uno de sus miembros derivada
de la resolución trabajosa, difícil, no siempre terminada de la separación de
sus vínculos familiares.
En nuestro trabajo como psicoanalistas de pareja nos vemos enfrentados,
entre otra cosa, con el sufrimiento por el desprendimiento de los vínculos
parentales de cada uno de sus miembros, así como con el deseo y la
dificultad de crear una estructura inédita, resultado de la transformación de
los modelos parentales de cada uno en una nueva unidad representable en
la propia pareja.
La definición de pareja matrimonial es un requerimiento para ubicar este
tipo de relación diada y diferenciarlo de las relaciones diádicas no
matrimoniales. El requerimiento científico de tener parámetros definitorios, a
los fines de distinguir este objeto de estudio de otros posibles, encuentra su
realización en la siguiente proposición: toda persona dispuesta a constituir
un vínculo de paraje sabe, consciente o inconscientemente, desde los
modelos socioculturales, que esto implica ciertos elementos constantes y
presupuestos que dan sentido al campo de lo permitido opuesto al de lo
prohibido.
Los parámetros definitorios, aunque provistos desde el mundo sociocultural,
tienen un registro en el mundo psíquico proveniente de lo infantil donde se
incorpora el modelo del objeto pareja, construcción imaginaria constituida
por tres representaciones: -Una proveniente de la inermidad del sujeto
infantil en relación con el objeto amparador, estructura relacional originaria.
-Otra es la representación de un papá y una mama, de los cuales él bebe
tiene una posición de exclusión. -La última, representación social, es la de
un contexto extrafamiliar que incluye a papa, mama y bebe componiendo
un código y señales que hacen a la organización de la estructura familiar.
La creación de un “objeto pareja” compartido será la resultante inédita de la
conjugación de los representantes de cada uno, donde la posición Esposo-
Esposa adquiere un contenido significativo.

2. Construya un cuadro comparativo de los parámetros definitorios en los


vínculos de pareja, amigos y amantes.

AMIGOS PAREJA AMANTES


Espacio-temporal: Espacio-temporal: Espacio-temporal:
frecuentación. Se cotidianeidad. Hay habitualidad. El
pueden encontrar intercambios diarios encuentro tiene un
cuando uno lo en una estabilidad, comienzo y un final,
necesite y en orden organiza los ritmos de pudiendo ser
limitado. Se encuentros y no renovable. Se fija la
soporta lo no encuentros de la ilusión de un
compartido y se pareja, susceptibles permanente placer
mantiene la ilusión de transformarse en mantenido fuera de
de una desencuentros. Lugar un encuadre estable.
intersubjetividad simbólico compartido. Lo dicho es
libre. equivalente a perder
Proyecto vital: se
el encuadre de
Proyecto vital: requiere de un
amantes.
consiste en encuadre para
conservar el soportar la concreción Proyecto vital: es
espacio-tiempo del del proyecto, la crisis imposible acordar
encuentro no y la renovación o la acerca de proyectos
cotidiano durante reformulación de uno futuros donde se
toda la vida. Es un nuevo, permitiendo incluya a un tercero
vínculo libre de crear (hijo), se
conflictos con representaciones transformaría en
alguna conyugales futuras. encuadre
incondicionalidad. matrimonial.
Relaciones
Imposible a largo
Relaciones sexuales:
sexuales: no interrelaciones a plazo pero sí a corto
compatible con través de los órganos plazo.
este vínculo. Su genitales. La
Relaciones
admisión lo aceptación de
sexuales:
transforma en un incompletud y la
interrelación entre las
encuadre de necesidad de un otro
zonas erógenas
amantes. Puede están relacionadas.
corporales. El
ser entre personas
Tendencia intercambio es
del mismo o de
monogámica: únicamente sexual.
diferente sexo.
ligamen con sólo un
Tendencia
Tendencia cónyuge. Dos etapas:
monogámica: el
monogámica: Es objeto único
encuadre se ubica en
aceptado tener (enamoramiento) y
el engaño. Lo no
otros amigos. Se objeto unificado
dicho define el área
otorga un lugar de (armonía entre lo
de lo no permitido y
privilegio “siempre compartido y lo no
lo no prohibido
debe estar”. compartido)
creando la ilusión de
no transgresión.

Puget, J. (1999) 1. El encuadre de la pareja matrimonial. En Pareja.


Encuentros, Desencuentros y Reencuentros. Paidós, Buenos Aires.

Capítulo 1:
1. Exponga la explicación que dan las autoras a la frase: “Algo se rompió entre
nosotros”.

Cuando resolvimos investigar al encuadre matrimonial, lo hicimos movidas


por el interés que nos despertaban las frases y las palabras que escogían
las parejas para describir lo que les había sucedido, aludiendo a la
separación conyugal.
La mayoría de ellas se refería al hecho usando esta expresión: “Algo se
rompió entre nosotros”.
¿Qué querían decir con lo que decían? Ellos mismos no lo sabían precisar.
Analicemos la frase y veamos si se esclarece, en parte, la cuestión:
Algo, alude a la presentificación de lo indeterminado, lo contrapuesto a
nada y, por lo tanto, lo correspondiente a un evento o cosa de importancia;
Se, forma reflexiva del pronombre personal de tercera persona, introduce la
terceridad impersonal;
Rompió, en un tiempo pasado, se refiere a que se interrumpió una
continuidad, se separaron las partes de un todo, se quebró, se hizo
pedazos, etc;
Entre, preposición que expresa idea de situación o estado en medio de dos,
dentro de, expresa un estado intermedio; nosotros, pronombre personal de
primera persona del plural, alude a ambos miembros de la pareja.
Lo que se rompió, se quebró o se despedazo es lo indeterminado, ubicado
en medio de los dos, que se describe en una acción pretérita y aparente ser
prescindente de la acción de los dos que sufrieron la ruptura. Por otra parte,
lo despedazado no es indiferente para quienes sufren la experiencia, ya
que es lo opuesto a nada y ello marca su importancia.
En una palabra, la frase indica la expresión vivencial de un sufrimiento
vincular que les produce una ruptura de algo que está entre ellos (y que no
son ellos), pero que, al mismo tiempo, es producido por ellos.
Provisoriamente diremos que este algo es el encuadre matrimonial, y será
lo que habremos de demostrar a lo largo de este capítulo, así como sus
complejas implicancias.

2. Desarrolle en qué consiste el encuadre.


Provisoriamente diremos que este algo es el encuadre matrimonial, y será lo que
habremos de demostrar a lo largo de este capítulo, así como sus complejas
implicancias.
Todos los vínculos humanos están enmarcados por un encuadre, que es lo que
señala sus límites, sus bordes, su especificidad, y junto con ello, indica los
posicionamientos de los sujetos a los que contiene y sostiene, modelizando la
relación.
Ahora bien, el encuadre matrimonial debe diferenciarse de otros encuadres de
relaciones diádicas, como las de amantes, de socios, de amigos, etc.
La diferencia entre estos encuadres, siguiendo a Puget y Braunstein, está dad en
relación con dos parámetros: las relaciones sexuales y las variables espacio-
temporales que rigen los encuentros. Las relaciones matrimoniales se
caracterizan por relaciones sexuales y cotidianidad, la relación de amigos, por
ejemplo, tiene prohibidas las relaciones sexuales, y el ritmo de encuentros seria la
frecuentación, en lugar de la cotidianidad. En cambio, en la relación de amantes el
marco espacio-temporal es la habitualidad y las relaciones sexuales son no-
prohibidas y, simultáneamente no-permitidas.
Bleger refiere al encuadre, lo denomina “no proceso”, “telón de fondo”, “marco” y
lo vincula al conjunto de estipulaciones que se establecen entre paciente y analista
al formular el contrato analítico. El movimiento o proceso solo puede captarse-
entenderse en función de la quietud del fondo donde este se desarrolla.
Dispositivo analítico
Es en este punto donde se jerarquiza la permanencia estable de variables
espacio-temporales, económicos, físicas, etc. Este autor se interesó por el
psicoanálisis del encuadre psicoanalítico a partir de la observación de los
fenómenos que se presentaban, en ocasión de su ruptura, es decir, cuando dejaba
de ser mudo.
Advirtió que en el encuadre quedaban silenciados aspectos del vínculo con su
paciente, que irrumpían sorpresivamente a partir de algún cambio operado en él,
por ejemplo, en relación con horarios, honorarios, encuentros con el analista en
otro espacio que el de la sesión. Emergían entonces verbalizaciones y/o
actuaciones de una cualidad diferente de la índole neurótica en que se venía
desarrollando el proceso, haciendo peligrar su continuidad.
Puesto a analizar tales cuestiones, descubrió que se relacionaban con los
aspectos no resueltos de la primitiva simbiosis MADRE-HIJO (que habían sido
depositados en el encuadre) y que, se jugaban en ese momento en el vínculo
trasferencial.
En la observación clínica de parejas encontramos que, frente a algunos cambios
en las regularidades de sus intercambios, provocados por situaciones de crisis,
responden con comportamientos disruptivos que hacen peligrar la estabilidad
matrimonial. En efecto, aparecen conductas que aparentemente no guardan
relación con sus interacciones acostumbradas. Ello nos llevó a pensar que al igual
que en el tratamiento psicoanalítico, en el matrimonio también se dan los
intercambios apoyados sobre un fondo de regularidades que los enmarcan,
organizadores del vínculo en los aspectos formales y no formales de sus
encuentros. Así, entonces, estos fenómenos aluden a aspectos del encuadre
matrimonial que han dejado de ser estables y mudos, transformándose de fondo,
en figura.
Creímos adecuada la utilización del concepto de encuadre dado por Bleger para
referirse al dispositivo analítico haciéndolo extensivo al matrimonio librado al
decurso de la relación interpersonal cotidiana, y hablar entonces del encuadre
matrimonial. Solo tomaremos el encuadre en su operatoria y lo haremos
trabajar en la estructura del vínculo matrimonial con el objeto de estudiar los
efectos que se producen en ella, en razón de sus oscilaciones y en ocasión de su
ruptura, cuando la pareja se separa. Siempre habrá algo propio de la estructura de
cada vinculo. No hay, por lo tanto, buenos ni malos encuadres. También puede
decirse que no hay un solo encuadre posible para el matrimonio. El encuadre que
establezca cada pareja es tan singular como el guion argumental que escriban
juntos.

3. Exponga las paradojas del vínculo de pareja.


El ser humano nace de un vínculo. Desde su inicio, construye un vinculo que, a su
vez, es constituyente de su subjetividad. Por lo tanto, la pertenencia a los vínculos
comporta un carácter obligatorio, ya que sin ella no habría vida psíquica.
Paradoja= Obligación de pertenecer-opción de elección. No obstante, lo cual, y
al mismo tiempo, el ser humano tiene la opción de elegir, también desde que nace,
la forma, el modo de pertenecer. Esta paradoja va modelando, a lo largo de la vida
humana, sus inserciones en el contexto social, las instituciones, la familia y la
pareja.
Otra de las paradojas fundantes del vínculo de pareja, según J. Puget, es la que
se refiere a la coexistencia de la fusión-separatividad: “La fusión anula la
distancia entre dos yoes y crea un vínculo, y al mismo tiempo, sin distancia no hay
vinculo. Por otra parte, sin este elemento pasional, fusional, no hay pareja
matrimonial”

4. ¿Cómo exponen las autoras al enamoramiento?


Lo que antecede toma su modelo del enamoramiento fundante y supone el
establecimiento de una ilusión de completud que ocluye(cierra) el espacio dejado
por el sentimiento de carencia, equivalente, en este contexto, a la falta fundante.
Habría que definir entonces, un estado fundacional del vinculo de pareja,
caracterizado por la fusión de dos yoes. A este estado lo caracteriza una forma
especial de relación entre un yo y otro y la actividad representacional
correspondiente. La constitución de una pareja se basa en un acto primordial, el
de la elección mutua, que cristaliza en el efecto de encuentro y tiene como
paradigma el enamoramiento

5. ¿Qué es el pacto denegativo y que función considera que cumple en la pareja?


El contrato narcisista de la pareja tendrá su contrapartida en un pacto
intersubjetivo (pacto denegativo) estipulado conforme a las renuncias obligadas y
a las prohibiciones de prácticas censuradas y excluidas de la circulación desde el
espacio transubjetivo.
Una de las funciones del vínculo, desconectando la satisfacción pulsional, es,
desde lo imaginario, la negación de la perdida, de la falta fundante. Es en este
sentido que el vínculo de pareja parece98 implicar un pacto para silenciar todo lo
relacionado con esta falta fundante.
Nos referimos al pacto denegativo (Kaes), que constituye la contracara de los
ideales narcisista del individuo en particular y del conjunto social.
Esta noción se halla ubicado en el fundamento mismo de todo vínculo (familia-
grupos-pareja). Se trata de un pacto sobre lo incognito, lo incognoscible, la no
experiencia, el no vinculo.
El pacto denegativo es lo que se silencia por ser aquello que contradice la
combinación de los aspectos compatibles y unificables de los miembros de la
pareja. Pacto inconsciente que rechaza lo que necesariamente debe ser dejado de
lado para hacer posible este vínculo. Implica renuncias obligadas.
De este modo, se reprime, niega, reniega o forcluye todo sobre lo que no hay
acuerdo, concordancia, posibilidad de ser o complementariedad, para los sujetos a
los que une y para el conjunto al que están encadenados.
Pacto cuyo enunciado jamás será formulado; acuerdo tácito que debe permanecer
inconsciente.

6 las autoras hablan de crisis: ¿por qué surgen y cuáles son los acontecimientos
que podrían desencadenarlas?
La vida humana trascurre en una discontinuidad entre pertenencias y crisis que la
jaquean permanentemente y producen rupturas e intentos de resolución o saturas
que suponen la búsqueda activa de nuevas pertenencias. En particular, la
disponibilidad afectiva en que se encuentra un sujeto que inicia la vida en pareja
está dada, entre otras variables, por el atravesamiento de una crisis que supone la
pérdida de pertenencia a una estructura vincular anterior. (crisis evolutiva, vital,
etc) Y el intento de remendarla mediante una reinserción en una nueva
pertenencia vincular, ósea la pareja.
Puede tratarse de la perdida afectiva de un ser querido, o de la pérdida de un
estado anterior, por crisis evolutivas o situaciones vitales que suponen el
cumplimiento de determinadas metas, como, por ejemplo, graduaciones, entrada
en la adolescencia o fin de la niñez, viudez, episodios que precipitan el alejamiento
de las familias de origen.
Por lo tanto, la crisis va unida también a la amenazante vivencia de desamparo,
los puntos referenciales anteriores han perdido vigencia, y aun no se han
encontrado nuevos referentes.
Existe un espacio entre crisis y sutura y supone un tránsito esperanzado en que el
dolor será evitado a través de la fusión narcisista con el otro, sobreviene el
enamoramiento, punto de partida de la relación de pareja.
Esto ilusiona al sujeto acerca de su completud, evitando así el dolor de la soledad.
Por lo dicho anteriormente las crisis tendrán un efecto desestabilizador del
encuadre de una experiencia vincular previa, haciendo emerger lo negativo que
aparecerá en ellas desmintiendo la fusión. La aparición de lo negativo hará perder
la función de sostén y de marco del encuadre.

Las crisis surgen bajo ciertos acontecimientos que podríamos ordenar según:
● Internas y/o vitales: Se trataría de éxitos y fracasos personales, cambios
de proyectos. De alteraciones físicas y/o psíquicas; crisis vitales
(adolescencia, edad media, vejez)
● Crisis provenientes del micro contexto. Aluden al micro contexto de la
familia-pareja, y a los movimientos o cambios que se dan dentro de el,
tales como mudanzas, muertes, migraciones, desempleo, cambio de
situación económica, etc.
● Comprenden cambios que impactan desde el macro contexto, tales
como crisis económicas, guerras, terrorismo, catástrofes geográficas o
sociales, genocidio, cambios tecnológicos acelerados y cambios de
valores sociales.
Todo ello cuestiona a cada miembro de la pareja la continuidad del si-mismo, el
empleo de sus mecanismos de defensa, la organización de sus identificaciones e
ideales, su coherencia en las formas de pensar, actuar y sentir, la confiabilidad de
sus pertenencias institucionales y la eficacia de los códigos compartidos.
Por lo tanto, cada experiencia de crisis afecta el comportamiento del encuadre y el
plano en que este queda ubicado.

7) Hicimos una clasificación de las crisis según su procedencia y


enumeramos operaciones defensivas frente a la inestabilidad que estas
generan en el encuadre,
tipificándolos en cuatro comportamientos:
1. Ritualización del encuadre
2. Movimientos
3. Fisuras
4. Rupturas

Capítulo 4:

1. ¿Cómo define la autora a la separación?


Una pareja consulta. quieren separarse bien… ¿separarse bien es separarse?
Separar, del latín separare, es derivado de parare, disponer, dice la etimología.
“Disponer” implica poner en un cierto orden. “Poner en orden” puede ser
discriminar y con ello lograr una mayor complejidad vincular; esto seria lo contrario
de divorciarse, entendido como sinónimo de separación en tanto disolución del
vínculo.
“Separarse”, como sinónimo de “Divorciarse”, habla de la disolución de la trama
vincular. Se hace referencia a un proceso que se inició y del cual tienen noticias
por cierto efecto en alguno de los yoes que componen la estructura.
La disolución del vinculo implica que cada yo cambia de posición es y deja de ser
objeto privilegiado de la mirada del otro.
Si bien “la autoestima necesita para su confirmación de otro cualificado y
especifico a cada zona de encuentro…”, el otro de la pareja es, por la constitución
narcisista especifica de este vínculo, el que tiene esa función con predominancia.
La separación como sinónimo de disolución es una de las vicisitudes del vínculo
de pareja. Es la condición de estructura en la constitución del vinculo de alianza.
La separación de la pareja conyugal en algunas oportunidades parece no tener fin.

2. Exponga en qué consiste el hito de encuentro y cuáles son sus ejes.


Desde la clínica de pareja los sujetos que la constituyen marcan un hito que
funciona como origen del vínculo. Hay un antes y un después, una prehistoria
(“Éramos compañeros de trabajo.”, “Vivíamos en el mismo edificio…”) y una
historia (a partir de ese día) a partir de un momento de elección mutua ese otro es
erotizado y erotiza. Se produce un encuentro. La relación es simétrica; cada uno
de los yoes es para el otro objeto de catectizacion privilegiada, y cada uno atribuye
al otro un mismo poder de placer y sufrimiento.
Se es sujeto y objeto de deseo del otro. El acto de encuentro es al vinculo lo que
los documentos son a la Historia: la inscripción de una marca, en este caso
vincular.
En ese acto de reciproca elección, momento de fusión, se produce una investidura
mutua que establece un hito. Mas allá de la mítica que arme cada pareja, hay un
antes y un después.
El acto de encuentro esta atravesado por tres ejes:
1. Investidura mutua: Divide al vinculo en dos tiempos: antes y después de
empezar a desearse (“…Un día tuve ganas de besarlo”, “Ese día sentí el
roce de su mano…”).
2. Corte con la familia de origen: Se vincula a la construcción de la estructura
de pactos y acuerdos inconscientes. Es al vinculo lo que la represión
primaria es a la constitución del psiquismo individual; (“A partir de ese día
me di cuenta de que todo lo que necesitaba ya no estaba en mi casa…”)
3. Mirada de los otros: A partir de un momento, la pareja se recorta como otro
polo. Es reconocible como tal, por familiares y amigos.
Muchas veces, cuando este reconocimiento no se produce, trae
sufrimientos y dificultades en la constitución de la identidad de la pareja.
Otras veces el no reconocimiento es el que da identidad. En ambas formas
la mirada de los otros está presente.

El acto de encuentro como fundante constituye la combinatoria de esta


multiplicidad de cuestiones atravesadas por tres ejes, representantes de los
espacios inter-, intra-, y transubjetivo.
Cada pareja matrimonial deja una marca particular en ambos sujetos.

3. ¿Qué implica el acto de des-encuentro y como puede darse en la pareja?


La disolución del vínculo lleva implícita las vicisitudes de su constitución y su
modalidad particular. Se desarmo en torno de parámetros semejantes a los que se
armó.
Implica un corte, una desorganización y nuevas organizaciones. Todas las
parejas manifiestan de una u otra forma el deseo de separarse, luego se vera de
que o de quien, como antes decía. Pero hay algunas que muy claramente se
encuentran en proceso de disolución del vínculo; no pueden terminarlo y plantean
querer separarse bien:
“No queremos que sea desgarrador” dicen.
Como decía al comienzo, “separarse bien”, ¿Qué es?; “separarse bien”, ¿es
separarse? ¿Es posible que no sea desgarrador?
“Desgarrar” etimológicamente proviene de garras, manos: des implica oposición,
privación. Sin garras, sin agarrarse. No pueden separarse y seguir agarrados.
La disolución del vínculo lleva implícita la noción de acto, en tanto corte y pasaje a
una nueva situación.
En la pareja se producen momentos de encuentro y desencuentros
permanentes. Cuando me refiero a acto de desencuentro homologo la disolución
vincular a la constitución de la pareja. Si consideramos fúndate el acto de
encuentro, me interesa rescatar el acto de desencuentro también como fundante
de otra situación, diferenciándolo de los desencuentros de la cotidianeidad. Es un
acto de desinvestidura mutua, si bien no se da en el mismo momento para ambos
miembros de la pareja.

4. Diferencie el acto del acting y la acción.


Este capitulo recorre los conceptos de acto, acting, acción para abordar el
concepto de acto de separación, e intenta dar cuenta de modalidades de
separarse acordes con la tipología estructural predominante.
Entonces, así como en el momento de encuentro fundacional hay una marca que
es una suerte de nuevo acto psíquico, en tanto investidura mutua de un objeto
privilegiado; en la disolución del vinculo se observa una desinvestidura mutua, un
cierto vaciado de esa estructura que constituyen, y los constituye, que se da en
torno a un acto.
“Acto de encuentro” y acto de desencuentro” tiene cualidades diferentes. Realizaré
un breve desarrollo de los conceptos de acto, acting y acción para determinar la
acepción con que los utilizare al integrarlos al concepto de disolución conyugal. El
acto de encuentro, en tanto fundante del narcicismo vincular, esta relacionado con
aquello del nuevo acto psíquico de “introducción del narcicismo”
Acto etimológicamente quiere decir “cosa hecha”. Cuando Lacan habla en el
seminario del acto del concepto de “acto”, dice que esta relacionado con un
ceremonial que marca el origen de algo.
En su concepción, “acto” esta referido a acto analítico, y le da gran contenido
simbólico, tanto cuando habla de la transferencia como puesta en acto del
inconsciente, como cuando entiende que el acto analítico abre el camino de la
transferencia y, en tanto tal, está al principio del psicoanálisis. Para Lacan, “acto”
es un instante.
Yo destaco el primer sentido, el que hace referencia a su nivel simbólico, al origen
de algo diferente.
En todo acto, el sujeto renace, pero de modo diferente. No es el mismo antes que
después.
Acción es el ejercicio de una potencia.
“Acto” es distinto de “acción”. En la dimensión del acto surge la inscripción de
algo nuevo, el correlato de lo simbólico. El concepto de acto en lo vincular implica
un encadenamiento de los tres espacios que tiene una sanción.
“Acto” es un hecho. Un momento adoptado para un fin. El acto hace referencia a
momento completo que no busca su meta afuera, sino que lleva en sí mismo su
fin.
En general, hay una antinomia entre pensamiento y acción, hay una pregnancia
actual al ideal racional en el que acción se vincula a conclusión de un razonar. La
actuación está vinculada a la Repetición. Así, un acting en torno a la separación
seria en función de no separarse. Al estar al servicio de la repetición, impide la
transformación en algo diferente.

5. Acto de separación: ¿Cómo puede ser mencionado en la pareja? ¿Cuáles


son los ejes que atraviesan a este acto?

Habitualmente, las parejas hablan de separarse, en más oportunidades


como reproche, en otras como parte de ternos malentendidos o como forma
de enloquecer al otro. La utilización que hacen de este tema puede no tener
como objetivo la disolución del vinculo sino solo un fin espurio o defensivo.
Como decía, así como la pareja es un efecto de una producción conjunta, la
separación es una resultante del vínculo. Mas allá de que los yoes planten
la problemática como proveniente de uno de los polos, el resultado es un
efecto que articulan juntos. La disolución del vinculo lleva implícito algunas
de las vicisitudes de su constitución y modalidad particular. Se desarma en
torno de parámetros semejantes a los que se armó. Implica un corte, una
desorganización y nuevas organizaciones.
En este acto juegan, como en todos los avatares del vínculo, cuestiones
presentes en los acuerdos fundantes y se escenifican algunos de los
acuerdos que nunca tuvieron palabras.
Acto de encuentro y acto de separación, en tanto actos, tienen cualidades
diferentes.
En todo acto el sujeto renace, pero de modo diferente. Ni es el mismo antes
que después. El acto de separación es un proceso de disolución del vinculo
atravesado por tres ejes:
A. Desinvestidura mutua: El otro deja de ser objeto de deseo, y se deja
de ser sujeto de deseo del otro (“Hubo un momento en que lo deje
caer, no me intereso mas, se produjo un clic, relata una paciente
acerca de su ex marido).
B. Corte vincular: Decisión y acción de separarse (“Ese día se terminó,
agarré las valijas y me fui”).
C. Reconocimiento de los otros: Familiar y social; está relacionando con
ocupar otra posición (“…el ex marido…; la ex mujer…”).

La separación es un proceso que se origina en un acto de desinvestidura


mutua en que los yoes de una pareja dejan de ser objeto privilegiado, Cada
uno deja de ser sujeto y objeto de deseo del otro. Durante este proceso se
dan acciones y actuaciones; es importante que el resultado se produzca en
términos de acto de separación en tanto corte y pasaje a una situación
nueva.

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