Hecho por:

 Gerardo Flores Cortés

 Mauricio Téllez Castillo
 Christian Gallardo García
 Ángel Sánchez Luna
 Israel García Galindo
 Marcos Cosme Jiménez Luna
“Demonios y mucho pulque”
En Tangamandapio, en el año 1914, Manuel, un joven ex zapatista en la
época de la revolución se dedicaba al ganado. Y como buen campesino,
todas las motoras, antes de ove actividades, colla a raspar maguey para
su pulque, y a pesar de las picaduras de abeja salía bien alegre, pues
después de codo comida se agarraba a madrazas a su mujer, con lo que
tenga a la vista a puño limpio
Cuando se aburría de golpearla, salía borracho, con la excusa de
recoger leña y ver los cultivos. Y cuando caía la noche dormía en su
petate, en una pequeña casa hecha de palma.
En una noche después de días repetitivos, escuchó un ruido entre las
milpas de su cosecha, fue a echar un vistazo y de la nada miró a un ser
con cuernos. Al inicio pensó que era una vaca cualquiera, pero más
adelante se percató que era un ser humano de color negro y esos
cuernos alargados. En instinto, él sacó su machete, y cuando el ser
apenas se levantaba, Manuel le cortó la cabeza, para después caer
desmayado por el alcohol.
En la mañana luego de la decapitación, Manuel se da cuenta que en
realidad el chamuco que mató era su compadre. Él no le tenía tanto
aprecio, le dio igual su muerte, pero algo que sí era cierto es que se
darían cuenta que fue él el asesino, pues en muchas borracheras de las
cantinas él siempre alardeaba en que siempre había querido matarlo por
siempre ser un presumido. Ahora tocaba escapar del pueblo, prófugo de
la justicia
“Yo contra el mundo”
La gran ciudad puede ser un problema para cualquier campesino que no
conozca nada de ella, fácilmente podría perderse en ella, ir por lugares
donde no son he inclusive hacer cosas que son mal vistas allá. Excepto
para Manuel, dale cualquier cosa con alcohol a ese cabrón y hace lo
que le pidas, luego luego cuando llegó lo primero que hizo fue buscar
trabajo, aunque claro no para comprar un techo o algo de comida, sino
que para comprar pulque y si no lo hay mínimo un aguardiente.
Consiguió un trabajo de albañil, no porque fuera un experto en esa área,
sino que lo único que sabía hacer era cargar cosas y llevarlas de un lado
a otro. Al terminar su turno lo primero que hizo fue celebrar con un
buen litro de pulque y se dirigió a la mujer de servicio más cercana,
debido a que casi todo el dinero se lo gasto en pulque eligió a la más
barata, cegado por el consumo del pulque no se dio cuenta de que es lo
que en verdad la supuesta mujer era, el día siguiente ya más consciente
se despertó de inmediato, dándose cuenta que lo que era aquella
supuesta hermosa mujer en realidad es un hombre muy mal maquillado,
con más relleno que persona en sí misma, Manuel evidentemente se
asustó y salió corriendo tratando de olvidar lo evitado, aunque también
aliviado por no haber tenido otro embarazo no deseado.
“El mojado”
En Tangamandapio, Juan fue arrestado por el asesinato de su compadre
Marcos. Mientras esperaba su juicio, ideó un arriesgado plan de escape.
En una noche lluviosa, evadió la custodia, engañando a los guardias
utilizando mentiras, logro escapar con una herida en el brazo derecho
por el alambrado, busco ayuda en el pueblo más cercano el cual se
encontraba a 20 kilómetros.
Manuel empezó a caminar pero el dolor no lo dejo continuar después
de unos minutos Manuel se desmayó, cuando despertó se encontraba en
una pequeña choza con el brazo curado y vendado, escucho unos ruidos
que provenientes de afuera cuando salió se llevó una sorpresa el que lo
había salvado era su hermano Gerardo, Manuel abrazo a su hermano y
le pregunto qué hacía en ese lugar Gerardo le contesto: “voy a cruzar la
frontera” Manuel pregunto si lo podía acompañarlo ya que no tenían a
dónde ir, Gerardo acepto y Manuel después de dos días de recuperación
cruzó la frontera hacia Estados Unidos como indocumentado.
Enfrentando desafíos y ocultándose, construyó una nueva identidad.
Pero, la sombra del pasado lo perseguía. Su fuga lo llevó a un dilema
constante: el anhelo de libertad frente a la culpa. Cada paso lo alejaba
de la justicia, pero la memoria de Marcos seguía viva en su conciencia.
“Persecución brillante”
Un día cualquier, estaba el sol muy brillante, pero parecía esconderse
ante la llegada de Manuel, que llegaba de mojado a los Estados Unidos,
en su recorrido, se encontró con una misión inventada por el mismo, al
estar al tope de alcohol. Observó que había una joyería, que en ese
momento el decidió que el mundo sería un lugar mejor si redistribuía la
riqueza de esa joyería de manera equitativa... en dinero para su pulque.
Así que bien borracho, se metió a la joyería con su machete oxidado a
amenazar que él los iba a mandar con el diablo si no le daban las joyas
y que no se metieran con él porque él ya había derrotado al diablo en su
pelea. Sin embargo, cuando seguía haciendo su intimidación, llegó la
autoridad, y en su intento de escapar, chocó con una pila de joyeros.
Pero no había tiempo para distracciones, porque la policía ya estaba en
camino.
Manuel, corrió por toda la ciudad, y extrañamente escondiéndose en un
bar donde compró un poco de pulque con una de las joyas que llevaba
encima, todo esto en medio de la persecución, aunque no tardó mucho
para que la autoridad lo llevara ante las rejas.
Pero antes de enviarlo tras las rejas el tribunal le dio el título honorario
de "Ladrón del Estilo". Manuel, pasó un tiempo entre rejas tomando
más pulque que no se sabe de dónde lo sacaba, y reflexionando un poco
sobre su extraña incursión en el mundo del crimen. Y así, con su
reputación manchada de glamur delictivo, Manuel se convirtió en una
leyenda entre los bares y celdas de la ciudad.
“Escape insano”
Las cárceles de Estados Unidos en esa época eran vigiladas con poca
seguridad, apenas unos 100 hombres en toda la cárcel donde se
encontraba Don Manuel. Después de pasar un rato, pudo idear un plan
de escape que consistía en llamar a varios reclusos, y así conoció a un
amigo llamado Gansito, era negro, pero hablaba bien español. Con
Gansito, idearon un plan donde hicieron creer a los guardias que Zapata
iba a salvarlos. Los guardias, atemorizados, no durmieron noches
enteras esperando la llegada de los revolucionarios. Cuando los
guardias estaban cansados, Gansito y Don Manuel agredieron a varios
con piedras y palos, y los demás presos y sus amigos siguieron a Don
Manuel.
Al escapar y golpear a los guardias, caminaron días en el desierto de
Arizona. Don Manuel a veces recordaba su rancho por la tranquilidad
del paisaje, y a veces recordaba a su mujer. Pasaron días hasta que
Gansito vio el Río Grande. Tratando de cruzarlo nadando, debido a
dificultades genéticas, Gansito no pudo nadar y se ahogó sin pedir
ayuda. Don Manuel, al cruzar y esperar a su amigo, no lo encontró y
pensó: "Este pendejo ya se murió por no nadar". Sin más que hacer, se
acabó una botella de tequila a su nombre esa noche y siguió con su
viaje.
Para regresar a su pueblo, se robó un burro que estaba mal amarrado en
una cantina. Lo llamó Pancho y continuó su camino por casi toda la
república mexicana, observando cómo iba la revolución de Zapata. Se
sentía orgulloso por todas las cosas que había hecho en varios estados y
lloraba de vez en cuando, feliz por los cambios que su México querido
necesitaba.
“El lore de Manuel”
Hace muchos años, en las montañas de Chiapas, México, un joven
llamado Manuel se unió a las filas de los zapatistas, luchando por los
derechos indígenas y la justicia social. En medio de la lucha, conoció a
una valiente compañera, Leonor.
- Abuelito ese señor tiene tú nombre- Dijo Ángel el nieto de Manuel.
- Tienes buena perspicacia Ángel- Respondió Manuel.
- Te contaré está historia, así que presta atención- Replicó
Ambos compartían la pasión por la causa, forjaron un vínculo especial
mientras enfrentaban a las diferentes armadas.
La conexión entre Manuel y Leonor progreso en gran medida y cuando
la paz comenzó a vislumbrarse, decidieron construir una vida juntos.
Llegaron a una pequeña comunidad, lejos de las montañas agitadas por
el conflicto. Manuel, se dedicó a ser granjero pasando tiempo de
calidad en el campo.
A medida que pasaban los años, Emiliano y María formaron una
familia sólida, enseñando a sus hijos los valores de la justicia, la
igualdad y la compasión. Aunque el pasado de Manuel como zapatista
dejó muchas cicatrices difíciles de sanar.
Poco a poco sus traumas de guerra iban tomando forma, Manuel
comenzó a portarse grosero con su mujer, ante tales agresiones su
mujer decidió irse de su casa por un tiempo, se metió con el compadre
de su esposo para tomar represalias contra su esposo, meses más tarde
Leonor regreso con Manuel, sin embargo, él se enteró y los maltratos a
Leonor aumentaron en gran medida, después Manuel ebrio y lleno de
cólera mató a su compadre.
A pesar de cómo han sido las cosas no me arrepiento de nada, y lo
recordaré con gracia.