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Creo que hay una película que se llamaba “Gracias a Dios que es viernes”.

Bueno, es viernes pero


ahora vamos a transpirar. Nos vamos a romper la cabeza con el texto de Maimónides, sin mayores
preámbulos. La selección que tenemos de los capítulos de Maimónides es increíble porque tiene la
estructura de lo que va a hacer la forma de trabajo del medio universitario latino occidental, toda la
quaestio. En el libro de Le Boeuf habrán visto que se detallan una serie de prácticas escolares de la
filosofía medieval. Una tiene que ver con un análisis que argumenta a favor y en contra. Toda
cuestión se enuncia como alternativa entre dos opciones. Se examinan argumentos a favor de una
y otra. Entonces, se antepone en primer término los argumentos del oponente. Es decir, lo primero
que se hace es analizar los argumentos a favor de la tesis contraria a la que se va a sostener. Luego
hay un momento central donde se da la clave de la respuesta general a la cuestión. Y después, se
responden uno a uno a esos argumentos que se habían enunciado anteriormente. Ese tipo de
metodología era una práctica muy regular de la universidad medieval, un ejercicio que hacían los
maestros. Daban una quaestio. Generalmente, los primeros argumentos, en la primera sesión los
daban los bachilleres, que vendrían a ser algo así como los ayudantes de cátedra y después el
maestro hacía la determinante, la solución de la cuestión. Ese era un tipo de ejercicio ordinario. Y
hacía uno extraordinario que se hacía dos veces por año con un tema libre. O sea que era una
quaestio, cualquier tema, se argumentaba un tema propuesto por el auditorio. Esa fue la práctica
curricular de la universidad medieval, que después se plasmó en un género de escritos. Ahora
tenemos obras escritas que se llaman quaestiones. Si ustedes se fijan en el texto de Maimónides
van a encontrar que tiene prácticamente la misma estructura, en un mundo cultural que no conoce
algo así como la universidad corporativa medieval cristiana. Pero que justifica, de alguna manera,
una traslación del término “escolástica”. A veces lo transferimos a una escolástica judía, en el caso
de Maimónides. Algo parecido a lo que hace Maimónides con el kalam. Nosotros tenemos muchos
recaudos para presentar el kalam como algo muy específico y propio del mundo cultural islámico,
una teología que es un discurso apologético, racional, independiente de la filosofía, pero que en los
tres mundos culturales hubo eso de armar justificaciones de los contenidos de la fe, tomando
argumentos prestados. Entonces, en ese sentido uno puede hablar de un kalam cristiano, un kalam
islámico y un kalam judío. A veces se usa la expresión “escolástica” para referirse, por ejemplo, a
esta metodología de Maimónides, sobre todo, al hecho de que Maimónides, como todo judío del
siglo XII estaba muy influido por la filosofía aristotélica. Pero no solo en cuanto a la incorporación
de ese material filosófico sino incluso sus prácticas metodológicas. Y es, por lo menos, algo similar,
Entonces, en el texto vamos a encontrar un primer capítulo que presenta tres teorías que son tres
posibilidades acerca de la eternidad del mundo o la creación. Una se identifica con la posición de la
verdad según la religión, y hay otras dos doctrinas filosóficas que están atribuidas a Platón y a
Aristóteles. Hay una cuarta opinión filosófica que no es considerada, es la teoría filosófica que
sostiene que no hay una causa primera. Y no es desestimada por la cuestión religiosa, sino que es
desestimada filosóficamente porque Maimónides considera que con las veinte proposiciones de los
filósofos se puede demostrar la existencia, la incorporeidad y la unicidad de Dios. Entonces,
filosóficamente es descartada. Y, a continuación tenemos tres momentos en estos capítulos. No vale
la pena que yo se los diga directamente, sería más interesante que ustedes lo pudieran descubrir.

Capítulo 15, página 283.

“Mi propósito en este capítulo es probar que en Aristóteles no hay una demostración de la eternidad
del mundo de conformidad con su opinión, ni se equivoca al respecto; quiero decir que él sabe no
intenta una probanza sobre el particular, ni los argumentos y pruebas por él alegados pasan de ser
simples ocurrencias mentales, a las que más se inclina el alma. Son ciertamente, como sostiene el
susodicho Alejandro, las que menos dudas ofrecen; pero no cabe pensar que Aristóteles considerara
como auténticas demostraciones tales razonamientos, dado que él mismo fue quien enseñó a la
humanidad los métodos, reglas y requisitos propios de toda demostración. […]” Sigo un poco más
adelante. “Por tal motivo, me pareció debía proceder con ellos conforme a su propia sentencia y
probarles que el propio Aristóteles no tiene la pretensión de haber formulado una demostración en
esta cuestión. Así, p.e., dice en su Acroasis: « Todos los físicos que nos han precedido creyeron que
el movimiento no está sujeto a generación y corrupción, exceptuado Platón, el cual opinaba que
nace y muere, al igual que el cielo, el cual, según él, está sujeto a ese proceso» Tales son sus palabras.
Está claro, por consiguiente, que si esta cuestión se hubiese probado con demostraciones rigurosas,
no habría necesitado Aristóteles confirmarla con la opinión concordante de los físicos anteriores, ni
formular los asertos que en ese lugar estampa para evidenciar el absurdo de quienes le contradicen
y vilipendiar su opinión. Porque desde el momento en que una cosa ha quedado demostrada, su
veracidad no se aumenta ni se robustece su certidumbre mediante el unánime asentimiento de los
sabios al respecto; y, por otra parte, su verdad no disminuiría, ni su certeza decrecería por la
discrepancia de todos los humanos.”

La primera pregunta es ¿Qué está haciendo Maimónides en este capítulo? Está tratando de probar
que Aristóteles no intentó probar la eternidad del mundo. ¿Qué quiere decir acá “probar”?

Estudiante: Dar una demostración

Dar una demostración necesaria. O sea, un silogismo científico. ¿De qué se distingue este “probar”
o ese “demostrar”?

Estudiante: ¿De una demostración probable?

O sea, de una demostración dialéctica. Acá en la traducción dice una cosa medio extraña
“ocurrencias mentales”. Pero está la idea de que hay una cierta argumentación que llega a una
conclusión, pero esa conclusión no es necesaria. Podría no ser así. Por lo tanto, no hay un
asentimiento forzoso a esa conclusión. Entonces, esto es lo que está tratando de probar
Maimónides en este capítulo. Y el primer párrafo es como una primera prueba de esto que él quiere
establecer. ¿Cómo prueba que Aristóteles no quiso demostrar la eternidad del mundo?

Estudiante: Dice algo como que [inaudible] opiniones previas.

Tiene que ver con eso. ¿Qué importancia tienen las opiniones previas? ¿Previas a qué? ¿Opiniones
de quién?

Estudiante: Aristóteles usa el método diaporemático.

Exacto. Es una característica que tiene Aristóteles de anteponer al tratamiento de un tema las
opiniones de los filósofos que lo precedían. Vos hacés referencia al método diaporemático, que es
una exposición y análisis de dificultades o aporías. Es un proceder habitual de Aristóteles. Por lo
general, cada vez que inicia un tema trae a colación las opiniones de los filósofos antiguos. ¿Qué es
lo que dice Maimónides respecto de eso y en qué puede servir para demostrar que no es cierto que
Aristóteles quiera probar demostrativamente la eternidad del mundo?

Estudiante: Las opiniones de los sabios no robustecen las conclusiones del saber

No robustecen la argumentación. Esa es una conclusión que Maimónides hace. Es Maimónides


haciéndole decir a Aristóteles “yo no quise demostrar la eternidad del mundo”. Entonces, lo que
Maimónides dice es: para qué se toma el trabajo Aristóteles de aducir las opiniones de los filósofos
precedentes si va a tener una demostración. Cuando yo tengo una demostración la conclusión es
necesaria. Yo puedo citar cinco millones de opiniones y no le va a agregar nada. Y si la demostración
no salió bien, no está demostrado el tema, tampoco sirve de mucho. Algo o está demostrado o no
está demostrado. Entonces, pretende Maimónides que el hecho de que Aristóteles anteponga las
opiniones de los filósofos antiguos es un signo de que lo que está haciendo ahí es un examen
dialéctico y no demostrativo, que él mismo se da cuenta de que, en realidad, no tiene una prueba
científica. ¿Será así?

Estudiante: ¿No es parte de su método?

Y sí. Uno podría replicarle a Maimónides: bueno, si vos tenés razón, toda la obra de Aristóteles es
dialéctica. Porque prácticamente no lo hace nunca y cuando no lo hace para él representa un
problema. Por ejemplo, en la lógica, que no tiene un antecedente. No es un gran argumento para la
tesis hermenéutica, o sea, interpretativa, de hacerle decir a Aristóteles que sus pruebas son
dialécticas. A lo mejor Maimónides tiene razón y sus pruebas son dialécticas. Eso se examina
simplemente analizando las pruebas.

“Encontrarás asimismo que Aristóteles, en su tratado Del cielo y del mundo, donde, al empezar su
exposición sobre que el cielo no tiene origen ni es perecedero, dice así: «Después de esto, queremos
investigar acerca del cielo, y empezamos por preguntar: ¿Crees que fue generado de algo, o que no
lo fue? ¿Que esté sujeto a corrupción o que no lo esté?» Tras este interrogante, queriendo hacer
mérito de los argumentos de quienes se pronuncian por la afirmativa, prosigue en los términos
siguientes: «Si así procediéramos, nuestras palabras merecerían la aprobación de aquellos que
cultivaron la especulación, sobre todo después de escuchar los argumentos de sus oponentes.
Porque si, no habiendo mencionado las pruebas de nuestros adversarios, formuláramos solamente
nuestra opinión y razones, parecerían estas demasiado débiles para ser aceptadas por los oyentes.
Es propio de quien dese juzgar con verdad no mostrarse hostil con quien de él disiente; más bien
debe ser benévolo e imparcial a su respecto, concediéndole en punto a justeza de sus argumentos
lo que a sí mismo se concede.»”

Lo dice el propio Aristóteles, no está mintiendo Maimónides. Es lo que dice en el comienzo del
tratado acerca del cielo. Entonces, dice Maimónides:

“Tales son literalmente las palabras de nuestro autor. En consecuencia, ¿podréis vosotros, los
pensadores, tras este preámbulo recriminar a este hombre, y habrá lugar para creer, tras sus
palabras, que haya habido una demostración en orden a dicha cuestión? ¿Puede uno cualquiera, y
a forteriori Aristóteles, imaginarse que una cosa demostrada haya de ser acogida fríamente si antes
no se han oído los argumentos de los oponentes? Por otra parte, el mismo, declarando se trata de
una opinión suya y que sus pruebas al respecto son simples argumentaciones, ¿podría ignorar la
diferencia existente entra aquéllas y éstas, entre opiniones presentadas a la mente como fuertes o
débiles y lo que es objeto de demostración?” Si hay alguien que no se puede confundir respecto de
la diferencia entre un silogismo demostrativo y una prueba dialéctica, es Aristóteles. Hemos
aprendido de Aristóteles esta diferencia. Entonces, ¿cómo puede ser que Aristóteles se confunda?
Y Aristóteles dice esto.

La argumentación va más o menos en la mima línea del punto anterior. Lo que se aduce es otro
pasaje. Hacia el final del párrafo dice Maimónides:
“A mí no me cabe duda que cuantas opiniones plateó Aristóteles sobre estas materias –me refiero
a la eternidad del cosmos, causas de los diversos movimientos de las esferas y del orden de las
Inteligencias-, todo eso no es susceptible de demostración, ni pensó jamás Aristóteles que tales
razonamientos constituyeran una probatura, sino que, al contrario, como él mismo atestigua, los
métodos para encontrar pruebas acerca de estas cosas nos son inabordables, y no disponemos de
un principio como punto de partida para una demostración.”

Ya conoces sus palabras textuales, que son como siguen: «Hay cuestiones para las cuales carecemos
de argumentos, o que encierran especial gravedad, a nuestro juicio, y nos resulta difícil formular su
porqué, cual es, verbi gracia, si el mundo es o no eterno.» Si no me equivoco este es un pasaje de
los Tópicos de Aristóteles. Entonces, lo que está haciendo es definir qué cosas pueden ser objeto de
una discusión dialéctica. La discusión dialéctica es una discusión argumentativa en la que se
confrontan un adversario y un oponente para tratar de refutar su opinión, tratar de reducirlo a
contradicción. Ahora bien, dentro de las reglas de ese juego hay una especificación de lo que puede
ser objeto de discusión dialéctica. No cualquier cosa puede ser objeto de discusión dialéctica. Es
como si nos aleccionara Aristóteles: no cualquier cosa puede ser objeto de argumentación, hay
cosas que no se argumentan. Si el pizarrón es blanco, no es objeto de argumentación dialéctica. El
pizarrón es blanco, lo vemos. No se discute si subió o si bajó la inflación, si subió o si bajó el salario
real, esos son hechos, no se discuten. Se discute y se razona sobre las causas de ese hecho, sobre la
significación que puede tener, las dimensiones, etc. Y siendo esto, Aristóteles dice que hay algunos
asuntos que son demasiado complicados, demasiado profundos y, en realidad, tampoco son objeto
de discusión dialéctica. La dialéctica está para discutir si hay que ser fieles con los amigos en todas
las circunstancias, si algún determinado problema lógico y cosas por el estilo. Un asunto tan
complicado, tan complejo como el de la eternidad del mundo, no es un tema de discusión dialéctica.
Esto es lo que yo creo que está diciendo Aristóteles en este pasaje. Pero Maimónides ¿qué hace?
Toma este pasaje para decir: fíjense lo que es para Aristóteles un ejemplo de un problema para el
cual carecemos de argumentos. Entonces, fíjense que él mismo está diciendo que para la eternidad
del mundo carecemos de argumentos. Entonces, ahí encuentra Maimónides una expresión literal,
una declaración de Aristóteles respecto de que para él este es un tema que no se puede solucionar
filosóficamente. Por lo tanto, las pruebas que él en otra parte de su obra estuvo aportando, son
pruebas dialécticas. O sea, son pruebas que solo concluyen una posibilidad, no algo necesario.

Estudiante: Una pregunta, pero acá en los Tópicos, ¿no está hablando de una argumentación
dialéctica?

Sí, justamente. Hay medio como un contrasentido. Ahí estaría diciendo Aristóteles que carecemos
de argumentos dialécticos. Pero Maimónides yo creo que lo toma como “carecemos de
argumentos”. Y, por lo tanto, todo lo que digamos son pruebas dialécticas. Como la conclusión
contraria.

Ya vamos a ver que Tomás de Aquino prácticamente repite este capítulo y en la parte central del
tratamiento de su cuestión. O sea, reconstruye los mismos pasos que está estableciendo
Maimónides. ¿Por qué empezamos con el capítulo 15? ¿Quién fue el que dijo que leamos el capítulo
15? “Usted”, tienen que decir. Yo dije que leamos el capítulo 15. Empezamos con el capítulo 15
porque es la parte central, y antes tenemos la exposición de pruebas de la parte contraria. Después
del capítulo 15 va a estar la réplica a estas pruebas contrarias. Respetando, justamente, ese espíritu
de esa mecánica argumentativa, uno tendría que leerlo en orden, cosa que a veces no ocurre porque
uno no tiene paciencia. Entonces, el método escolástico obliga, antes de ponerse a vislumbrar la
solución de una cuestión, a examinar todos los argumentos, independientemente del resultado. Y
uno ya quiere ir viendo los argumentos y sus respuestas. De la misma manera que hay que tener
paciencia para tragarse todo el Libro β de la Metafísica, que es todo un libro completo de la
Metafísica que fue colocado antes de los desarrollos sistemáticas de los libros posteriores. Hizo bien,
interpretó aristotélicamente. No lo puso al final. Porque el prólogo de Aristóteles dice que primero
hay que examinar las dificultades. Pero yo quería que a ustedes les quedara la idea de que hay un
corazón, digamos, como una clave central de la respuesta y que es, un poco más precisamente,
menos metafóricamente, es como el pronunciamiento sobre la cuestión. El pronunciamiento de
Maimónides sobre el tema de la eternidad del mundo es que no se puede demostrar
científicamente. O sea, no puede haber una conclusión necesaria de la eternidad del mundo. Pero
eso no significa tampoco una demostración de la tesis contraria. No es necesario que el mundo haya
sido creado. Eso significa que la eternidad del mundo es algo posible. Lo dice: me parece que esta
es una tesis posible, no necesaria. No se ha demostrado la falsedad de la eternidad del mundo. Este
pronunciamiento de Maimónides sobre la cuestión, esta presentado, está acompañado, de una tesis
hermenéutica, interpretativa. Yo, Maimónides, no solo digo que todas las pruebas que ha dado
Aristóteles no demuestran necesariamente que el mundo es eterno, sino que, además, digo que
Aristóteles se tuvo que haber dado cuenta de esto. Entonces, no le hago decir a Aristóteles que se
equivocó, lo que le hago decir es que ni siquiera intentó hacer una demostración de la eternidad del
mundo.

Vamos, entonces, al capítulo 14. Tal como aparece en el texto, están numerados los argumentos
que considera Maimónides para probar la eternidad del mundo. Y están claramente divididos en
dos grupos. Hay una serie de unos primeros cuatro argumentos y luego otros tres. ¿Cuál será la
diferencia? ¿Por qué hay esos dos bloques? Hay un primer grupo que son los que están numerados
como párrafos 1,2, 3 y 4. Y luego, hay otro grupo de tres argumentos: 5,6 y 7. ¿Por qué será?

Estudiante: Por el método dialéctico.

No, estos son todos argumentos reconstruidos para probar la eternidad del mundo. Maimónides
luego va a analizar esos argumentos y va a decir que no terminan de probar lo que tienen que
probar. No lo prueban necesariamente. Entonces, basta con mostrar algo que indique la posibilidad
de lo contrario para que [inaudible] Pero acá en este capítulo expone siete argumentos. Hay una
pequeña sutileza, que es que los primeros cuatro argumentos, son argumentos de Aristóteles. ¿Qué
quiere decir? Son reconstrucciones de argumentos de la Física y de las obras de Aristóteles, en
general. Los otros tres argumentos están enunciados como si fueran de los seguidores de
Aristóteles. ¿Quiénes serán?

Estudiante: Los peripatéticos

Sí, pero ¿quiénes serán? Porque no está hablando de los del siglo IV. ¿Quiénes pueden ser para
Maimónides aristotélicos que sostienen la eternidad del mundo? La fálsafa. Es la filosofía islámica
que a ustedes les va a hacer acordar mucho a Ibn Sina, pero, más probablemente, es al-Farabi. O
sea, en general, toda esa metafísica de la causalidad del primer principio que elaboró, en líneas
generales, la fálsafa. Y a partir de la cual se sigue que el mundo es eterno. ¿Por qué “peripatéticos”?
Bueno, porque la fálsafa se presenta, en parte, como si fuera una continuación de Aristóteles. Lo
más decisivo de estos argumentos pasa por una concepción del primer principio y de la causación
necesaria, que es propia de la fálsafa y, más precisamente, es propia de la influencia del
neoplatonismo en la fálsafa. Lo que menos tiene que ver es con Aristóteles, pero hay esa
identificación. “Estos son los seguidores de Aristóteles”. Porque son los continuadores de la filosofía.

Bueno. Página 280.

“I. Aristóteles afirma que el movimiento no nace ni perece –me refiero al movimiento por
excelencia-.” ¿Qué será “el movimiento por excelencia?”

Estudiante: ¿Dios?

En Dios no hay movimiento. ¿Qué será, entonces?

Estudiante: ¿El movimiento?

El movimiento circular del cielo, sí. Que se sostiene que es eterno, en esta cosmología. Aunque en
el fondo, el argumento, yo creo que en Aristóteles está referido, de alguna manera, al movimiento
y al cambio, en general.

“I. Aristóteles afirma que el movimiento no nace ni perece –me refiero al movimiento por
excelencia-, debido a que, si una moción se origina en el tiempo, todo aquello que adviene iría
precedido de un movimiento, cual es su paso al acto y su efectuación tras la inexistencia, de lo cual
se seguiría la anterioridad de un movimiento, a saber, aquél en cuya virtud existe ese otro posterior.
Por tanto, el movimiento primero ha de ser necesariamente eterno; de lo contrario, la serie
remontaría hasta el infinito.” ¿Qué dice este argumento? ¿Por qué el movimiento es eterno y no se
puede pensar en un primer movimiento?

Estudiante: [inaudible]

En realidad, no habla del primer motor inmóvil. Más bien, una vez que se establezca… o sea, sí, de
alguna manera el párrafo lo alude. Pero quiero decir que la prueba más bien intenta demostrar que
el movimiento no puede tener algo así como un primer movimiento. Y el movimiento del cielo es
eterno. Y la eternidad del cielo es como una premisa en Aristóteles para demostrar la existencia del
primer motor inmóvil. En Aristóteles es así. En Tomás de Aquino vamos a ver que la que pasa por
ser la prueba de la existencia de Dios basada en el movimiento, no va a tener a movimiento sino
algo que se mueve. Hay algunas cosas que se mueven. En cambio, Aristóteles, no. De esas premisas
como “el cielo es eterno” no puede haber otra cosa que mueva que no sea una sustancia en acto. O
sea que, está aludido, pero la parte como más compleja del argumento pasa por otro lado. ¿Cuál
es? ¿Por qué no puede haber algo así como un primer movimiento?

Estudiante: ¿Porque lo que comienza debe terminar necesariamente?

Eso es uno de esos axiomas que considera Aristóteles y que también los analiza Maimónides para
ver si esto sirve o no, en relación a este tema. Pero sería algo posterior. Si todo lo que es generado
se corrompe. Pero acá el tema es lo contrario de decir que el movimiento es eterno es decir que
comenzó. Entonces, tenemos que imaginar algo así como un primer movimiento. Pero, el
argumento está tratando de deducir una imposibilidad de esa noción de un primer cambio. ¿Cuál es
esa imposibilidad?

Estudiante: Había una regresión al infinito en ese primer movimiento.


¿Pero por qué habría una regresión al infinito?

Estudiante: Porque a cada movimiento lo tiene que preceder un movimiento.

Exacto. La idea es que la noción de un primer movimiento supone algún movimiento o cambio
anterior. Eso es lo que nos lleva al infinito. Pero, en este caso, la regresión al infinito no es que es
una imposibilidad lógica. No, no. Vamos al infinito, que quiere decir, hacia atrás siempre hay un
movimiento, siempre hay cambio. Por lo tanto, el movimiento es eterno.

El texto dice: “Si una moción” o sea, si un movimiento “se originara en el tiempo, todo aquello que
adviene” todo aquello que iría a ser “iría precedido de un movimiento, cual es su paso al acto y su
efectuación tras la inexistencia” Es una forma en la que está tratando de parafrasear Maimónides
los argumentos de Aristóteles, que, en realidad, sostiene lo siguiente –esto está en la Física-: Para
que haya un cambio, yo tengo que tener algo que está en potencia de cambiar y debo tener alguna
cosa que haga que eso cambie. O sea, yo tengo que tener una sustancia capaz de quemarse,
combustible, es algo que puede quemarse, y también tengo que tener algo que tenga en acto la
capacidad de quemar. Entonces, algo así como un primer cambio implica tener esas dos cosas e
implica tener un estado distinto que en el que esas dos cosas se hallaban. Para que se verifique el
primer cambio, entonces, yo tengo que suponer algún cambio, una modificación en el estado de
esos dos: de lo combustible y de lo comburente. Y si tengo un primer cambio, eso se ha dado porque
también hay una modificación en el estado de esos dos. Y así al infinito. Y si queremos tratar de
resumirlo la idea sería que todo cambio implica un cambio precedente. Para que se verifique algún
cambio tiene que haber una alteración o modificación en el estado de lo que es el sujeto y el
paciente del cambio. Y eso es un cambio. Entonces, todo cambio me remite a un cambio anterior.
No puedo imaginar algo así como un primer cambio. Este es el argumento. ¿Les parece un
argumento débil? ¿Les parece un argumento dialéctico? Porque eso es lo que dice Maimónides.
¿Cómo se puede hacer para relativizar este argumento?

Estudiante: [inaudible]

Parece convincente, ¿no? Tengan en cuenta que este es el propio Maimónides que está
reconstruyendo el argumento. Y lo está reconstruyendo legítimamente. Los ha convencido. Él no
quiere convencer. El segundo es como sigue:

“II. El segundo es como sigue. La materia prima –afirma-, común a los cuatro elementos, ni nación
ni perecerá, puesto que, si hubiese nacido, presupondría otra de la cual procedería, y, en
consecuencia, esa materia generada constaría de forma, razón primordial de la generación. Ahora
bien, como la suponemos no dotada de tal, síguese necesariamente que no ha sido generada de
cosa alguna y, por tanto, es eterna. Y no susceptible de desaparición, lo cual lleva igualmente a la
eternidad del mundo.”

Entonces, está esto de que lo que no es generado no es susceptible de desaparición. Bueno, este
segundo argumento puede parecer que tiene un parentesco, una afinidad con el anterior, pero es
otro argumento. Es un argumento independiente, porque no utiliza las premisas del otro
argumento. O sea que no se toca. ¿Por dónde pasa este argumento? ¿Por qué noción?

Estudiante: Por la de materia prima.


Por la de materia, e interpretás muy bien lo de “materia prima”. No cualquier materia, sino la
materia última, que es el sustrato de todo tipo de cambios. ¿Y cuál es el argumento? La materia
prima no puede comenzar, tiene que ser eterna. ¿Por qué? Porque si uno piensa que la materia se
genera, como todo lo que se genera, se genera también de una materia, hay que suponer una
materia anterior. Y ahí también vamos al infinito. Que todo lo que se genera, se genera a partir de
una materia es un principio de la física aristotélica. O, más que un principio, es una conclusión de
todo un análisis del cambio que hace Aristóteles. Al final del Libro IX de la Física Aristóteles esboza
este argumento que la materia prima –aunque no dice exactamente “materia prima” pero uno
puede interpretar que se refiere a eso- es inengendrada e incorruptible. Y es un argumento de
regresión al infinito. Suponemos lo contrario de lo que queremos establecer: que la materia prima
será engendrada. Para engendrarla, la tenemos que engendrar a partir de una materia, porque
hemos concluido que en todo cambio hay siempre algo que permanece, algo que subyace. Entonces,
hay cambio porque algo está pasando de un estado al otro. Todo lo que se genera se genera a partir
de una materia. Por lo tanto, hay una materia primera que no es engendrada, que es lo mismo que
decir que es eterna. Es un argumento filosófico y es un argumento indudablemente aristotélico. Por
eso está en esta primera serie de estos primeros cuatro argumentos que, prácticamente,
reconstruyen argumentos de la Física aristotélica.

Estudiante: Profesor ¿no era la materia prima un supuesto?

A ver, ¿vos querés decir que la materia prima por ahí es algo así como un postulado más que un
principio real? ¿Querés decir que no hay una materia que no tenga ninguna forma?

Estudiante: Las dos cosas.

La materia, en cuanto tal, no existe sin forma. Maimónides estaría de acuerdo. [inaudible] Se puede
pensar como una materia sin forma que por un cambio o por un principio primero adquiere una
forma. Uno podría pensar que eso no es contradictorio, se puede pensar una materia sin forma. Con
eso no habría mayor problema. Lo otro es más una discusión interpretativa respecto de Aristóteles,
si hay que pensar o incluso si se puede discutir si existe realmente en Aristóteles algo así como la
noción de materia prima. Para el caso ahora lo que importa es que en la filosofía posterior, a partir
incluso de la recepción del Timeo de Platón, en el neoplatonismo quedó instalada esa idea de que
hay una materia prima entendida como un sustrato último de la generación de los cuatro cuerpos
primarios que son fuego, agua, aire y tierra. Esa es la parte que yo no entiendo muy bien de esta
argumentación, de decir que no existe en Aristóteles una materia prima. Puede ser que a lo mejor
se termina hablando de la materia prima como la hablan los neoplatónicos, pero el asunto son las
premisas. Aristóteles hace un análisis del cambio en términos de la permanencia de un sustrato. Y
si hay un cambio o cuerpo primario que es una permutación física de tierra, fuego, aire y tierra,
entonces tiene que haber un sustrato abajo. ¿Para qué serviría el argumento que acabamos de
reconstruir sino? En todo caso, para esta discusión, para Maimónides es un hecho que hay una
materia prima. ¿Qué puede tener de flojo este argumento? Para decir que no es necesario que el
mundo sea eterno. No lo ayudan mucho a Maimónides, lo dejan solo.

¿Quién había preguntado por lo de lo generado que se corrompe? Está acá en el argumento tres:

“III. Tercer método: En la materia de la esfera terrestre –afirma-, considerada en su conjunto, no


existe ninguna contrariedad, dado que el movimiento circular carece de contrario, según ya se
explicitó” Es un tipo de movimiento que no va uno en contra de otro. En el movimiento rectilíneo
hay, por ejemplo, contrarios: hacia arriba, hacia abajo. “Ahora bien –advierte-, todo aquello que
perece tiene por causa su contrario, y no existiendo contrariedad en la esfera celeste, ésta no
perece, y lo que no perece, tampoco ha sido generado. Y establece las siguientes proposiciones
categóricas: todo lo generado es perecedero; todo lo perecedero ha sido generado; todo lo no
generado, no desaparece; todo lo imperecedero no está sujeto a generación.” Para Maimónides
estas son proposiciones categóricas, quiere decir, esto está demostrado filosóficamente y está bien
demostrado. No va a intentar cuestionar esto. El asunto es cómo hacemos con todo esto para aun
así decir que no es necesario que el mundo es eterno y que Aristóteles no quiso demostrarlo.

Nos salteamos el cuarto método y pasamos a algunos de los argumentos o métodos o vías de los
secuaces de Aristóteles. En realidad, son argumentos de la fálsafa.

“V. Uno es como sigue. Si Dios (¡ensalzado sea Su nombre!), afirman ellos, hubiese creado de la nada
el mundo, tendría que haber sido Él una gente en potencia, y al crearlo hubiera pasado a ser un
agente en acto. Por consiguiente, habríase convertido de potencia en acto, es decir, habría existido
en Él (¡ensalzado sea!) una posibilidad y la obvia necesidad de un agente que le moviera a pasar de
la potencia al acto. Ello implica evidente dificultad, que debe sopesar toda persona inteligente, a fin
de resolver y penetrar su misterio.” ¿Qué diferencia tiene este argumento con los anteriores?

Estudiante: Hace jugar la existencia de una voluntad, digamos.

¿De la voluntad de qué?

Estudiante: De Dios.

Exacto. Acá no habla de la voluntad, y no por casualidad. La voluntad va a aparecer más adelante,
porque viene a cuento de otra cosa que completa toda esta parte refutatoria de la pretensión de
que se puede demostrar la eternidad del mundo. Y a cuenta de eso es muy importante el hecho de
que él está pensando esa causa primera como voluntaria. Pero no aquí.

Estudiante: [inaudible] Se fundamente la creación del mundo a partir del mundo mismo.

Exacto, claro. A ese punto iba yo.

Estudiante: Si se habla de creación es como que hay un inicio.

Lo que está considerando es la naturaleza de Dios y de la acción de Dios. Los cuatro primeros
argumentos –estoy repasando a ver si no me equivoco… sí, el cuarto también- en realidad
consideran el mundo o los principios del mundo: considera el movimiento, considera la materia,
considera el movimiento del cielo, y de eso intenta deducir que el mundo es eterno, que no pudo
haber tenido un comienzo. Los otros argumentos, que son argumentos de la fálsafa, que no son
tanto argumentos aristotélicos, intentan deducir que no es posible un comienzo temporal a partir
de lo que la filosofía misma entiende que es la naturaleza de ese primer principio o la naturaleza y
las características de su acción. Si Dios es un ser inmutable, intemporal, que no puede padecer algún
cambio, cosas por el estilo, con todas esas características, su acción, su manera de producir y de
crear tiene que ser tal que no puede implicar algo así como un comienzo temporal. Dicho más
clarito, es la idea aviceniana de que si Dios es inmutable y es eterno, el gesto de Dios no es inmutable
pero es eterno. Si la causa existe, existe el efecto, si la causa es eterna, el efecto es eterno. Entonces,
este conjunto de argumentos por eso están separados.
Tomás de Aquino, en la Suma contra gentiles, hace una clasificación de las pruebas para considerar
la eternidad del mundo y, entonces, las divide de esta manera. Hay unos argumentos que son ex
parte creaturarum, o sea, por parte de las creaturas y hay otros que son ex parte Dei, de parte de
Dios. Este primer argumento, ahora, todavía no tiene tanto que ver con la voluntad –termino la idea
en relación a tu pregunta- Maimónides va a introducir la voluntad, justamente, para poder mostrar
algún elemento de contingencia que permita explicar que es posible la creación de la nada o el
comienzo temporal. Pero acá no puede introducir la voluntad porque en la versión que él tiene de
la fálsafa –en parte- este no es un Dios que actúe voluntariamente, o por lo menos no actúa
voluntariamente de la manera que él cree. ¿Cuál es el argumento acá? Es un argumento para
demostrar la eternidad del mundo a partir de la naturaleza divina, pero ¿a partir de qué punto de
vista? ¿Por dónde pasa el argumento?

Estudiante: La imposibilidad de pasar de la potencia al acto.

Sí, ¿qué pasa de la potencia al acto?

Estudiante: Dios

Sí. ¿Y por qué se dice eso? Esa es la pregunta. Porque este es un argumento que está reconstruyendo
Maimónides de la fálsafa, para demostrar que el mundo es eterno. Entonces, el argumento dice, si
el mundo no fuera eterno porque Dios lo creó en algún momento. Dios habría sido un agente que
tiene capacidad para actuar y que no la ejerce y en algún momento pasa a ejercer. Y eso es lo mismo
que decir que Dios experimenta cambios. Nosotros pensamos esa acción de Dios como un pasaje
de la potencia al acto. Que Dios está durmiendo la siesta y en algún momento se le ocurre crear al
mundo y experimenta un cambio. Eso es lo que no se puede concebir filosóficamente.

Estudiante: Pero se supone que el mundo es extrínseco de Dios

En este caso si Dios quiere algo, puede querer algo que no sea su externo. De hecho, en este planteo
se va a pensar que Dios sólo puede querer algo interno, sólo se puede querer a sí mismo. Es la
manera de resolver el hecho de cómo puede haber voluntad en esta naturaleza. Ahora, cuando vos
hablabas de la existenciación de un mundo distinto de Dios, es una acción que tiene un término
exterior a él. Desde Agustín de Hipona, Escoto Eriúgena, todos los autores de este medio están
lidiando con el problema de cómo establecer un enlace entre un evento contingente y temporal
como es el del inicio del mundo y una entidad que se supone que tiene una naturaleza
completamente heterogénea: que es eterno, inmutable. Y hay distintas tentativas de resolución. La
de Eriúgena, es un intento de solución, ¿cuál es la solución de Eriúgena? Vos preguntabas: ¿Toda
producción es externa?

Estudiante: Claro, pero parecería que a partir de la creación del mundo Dios se modifica y eso es lo
que me hace ruido, es como si Dios estaría dentro del mundo.

Pero es que esa es la conclusión errónea que extrae el argumento. El argumento quiere probar que
no puede haber eternidad del mundo, el mundo no puede comenzar porque si el mundo comenzara
Dios se convertiría en un ser mutable. La manera de pensarlo es que es un agente que pasa de la
potencia al acto. Yo lo que te decía es que Eriúgena, en realidad, piensa una creación intermedia,
que es la de las causas primordiales, que es una creación interna. Es la que hace posible que haya
después una creación externa.
Si Dios hubiese generado de la nada el mundo, tendría que haber sido él un agente en potencia. Y
al crearlo, hubiera pasado a ser un agente en acto. O sea, habría pasado de no estar creando a estar
creando. “Por consiguiente, abríase convertido de potencia en acto, es decir, habría existido en Él
una posibilidad y la obvia necesidad de un agente” O sea, otro agente “que le moviera a pasar de la
potencia al acto.”

“VI. Otro método: Si un agente –dicen ellos- opera en un tiempo determinado, o deja de operar,
puede ser en razón de los impedimentos e incentivos que le sobrevengan o que en él estén. Así,
pues, los obstáculos necesariamente le constriñen a abstenerse de hacer lo que desearía, y los
incentivos le impulsan a realizar lo que anteriormente no había efectuado. Ahora bien, dado que el
Creador (¡ensalzado sea Su nombre!) no tiene incentivos que impliquen un cambio de voluntad, ni
obstáculos o impedimentos que puedan sobrevenir o cesar, no existe razón para que opere en un
tiempo y en otro no; al contrario, su acción perdura perpetuamente en acto, lo propio que Su
permanencia.” Bueno, ¿y ahora? ¿Este argumento?

Estudiante: [inaudible]

Sí, es lo mismo que ocurría con los primeros dos argumentos. Tienen una afinidad, pero es un
argumento distinto. El primero es un argumento a partir de la noción de posibilidad o de potencia
del agente. Ahora considera lo mismo, pero lo que toma en consideración es que hay un tipo de
agente, no todo agente, que tiene incentivos o impedimentos. Es, justamente, algún factor externo
que interviene en las condiciones de realización de la causa. Pensemos en el fuego, el comburente,
que quema el carbón, el combustible; pero puede haber algo que lo impida: la humedad, que
dificulta que se dé la combustión. El impedimento es por una parte. Y el incentivo es algo así como
un objetivo o un fin externo al cual podría tender el agente. Lo que está suponiendo el argumento
es que esta causa primera no es un agente de esas características y no se lo puede pensar de esa
característica. Sólo teniendo algo así como un impedimento o un fin externo uno puede pensar que
un agente pase de no estar actuando a estar actuando. O, lo que es más importante, ese dirigir de
su acción en un momento determinado del tiempo. Eso indicaría que el efecto comienza a existir.
Que el efecto comienza a existir quiere decir que la acción se dio en un determinado momento y no
en otro. Si yo no puedo pensar que la acción del agente se dio en un determinado momento y no
en otro, entonces la acción es perpetua. Esto es lo que pasa con este tipo de agente que es tal que
no tiene un impedimento para su acción.

La categoría de impedimento les puede parecer medio rebuscada, pero, en realidad, aparece en la
física aristotélica. Él a veces está analizando la acción del cambio y, sobre todo, cuando Aristóteles
tiene consideración del complemento de acción necesaria que existe en la naturaleza dentro de una
concepción teleológica. Más sencillo, para Aristóteles los procesos naturales tienden hacia un fin.
No tiene una versión mecanicista como la de Empédocles, en la que todo resulta por un azar, por
una agregación o disgregación de elementos. Pero, a veces, hay ciertas fallas, entonces hay algo que
impide. Por ejemplo, en el caso, bueno, ustedes podrán decir que es otra forma de explicar lo
mismo, que está mal, pero ese no es el punto. En la teoría aristotélica toda cosa pesada tiene un
lugar natural que es abajo, tiende naturalmente hacia su lugar natural, salvo que haya algo que lo
impida. Entonces, lo que se interpone está impidiendo que la naturaleza de esta cosa la lleve hacia
su lugar natural.
Lo que hace la fálsafa, lo que hace Al-Farabi y, en general, la filosofía islámica es pensar a esta
primera causa como un tipo de agente, una causa primera, pero que no es como las causas naturales
que tienen o impedimentos o un fin externo a ellos. Porque eso hablaría de una menor perfección
de ese tipo de agente. El agente del mundo sublunar es un agente material, contingente, limitado,
entonces, puede haber otras causas concomitantes que, en ciertas circunstancias, impidan su
acción. Ahora, en una inteligencia inmaterial, como la secuencia de inteligencias del esquema
emanacionista de Al-Farabi y de Avicena no hay ningún impedimento para la acción de este tipo de
causa. Fíjense que estoy poniendo un ejemplo de las causas medias, no necesariamente de la causa
primera. Las causas metafísicas, que son las verdaderas causas para Ibn Sina, tienen esta
característica, por eso son eternas, son simultáneas y no tienen nada que pueda impedir su acción.
Eso es lo que está argumentando este pasaje.

En comparación con estos dos argumentos, la verdad que lo que pone como último método, que,
en realidad, incluye una especie de cuarto u octavo argumento, a mí no me suena a las mismas
características, yo no termino de entenderlo.

“VII. Otro método: Las obras de Dios (¡ensalzado sea!), dicen, son perfectísimas, nada hay en ellas
que sea defectuoso, inútil o superfluo. Es una afirmación constante de Aristóteles: la Naturaleza es
sabia, y nada hace en vano, sino que todo lo realiza de la manera más perfecta; de ahí que este
mundo –dicen ellos- sea el más perfecto posible, ni haya nada que le aventaje. Por tanto,
necesariamente tiene que haber existido siempre, porque Su sabiduría es eterna, como lo es Su
esencia, o más bien, Su esencia es Su sabiduría, que ha requerido la existencia de este mundo.” Yo
lo que entendería es que el argumento está en las tres últimas líneas, que no pasa tanto por el tema
de la sabiduría, de la naturaleza… porque eso es medio engañoso. Es como decir: bueno, un mundo
que no sea eterno no duraría lo suficiente y no reflejaría suficientemente la sabiduría de Dios. Es
como si dijéramos: Dios, que es una causa perfectísima, tiene que poder hacer algo que dure. En
nuestra sociedad industrial cada vez más efímera lo que requerimos es eso, ¿no? Comprar algo que
dure más de dos días. Entonces, me parece que ese no es el punto del argumento, porque no sería
una prueba tan demostrativa como son las anteriores. No son pruebas dialécticas. Fíjense que
prácticamente son dos pruebas que están afirmando que es imposible concebir filosóficamente el
comienzo del mundo para pensar filosóficamente que hay una causa primera que actúa
necesariamente. Si ustedes son de esos que piensan que hay átomos que vuelan y que si se juntan
y desaparecen así se explica todo, bien. Pero, nosotros pensamos que explicar las cosas es
explicarlas racionalmente, con causas necesarias y que la explicación se agota en una causa primera.
Y esa causa primera no puede tener cualquier tipo de características. No es lo mismo que una gallina
que pone un pollito. Es una causa que es necesaria, eterna, inmutable. Somos peripatéticos, o sea,
aristotélicos neoplatónicos. Con esas premisas filosóficas, la cuenta no cierra. No puede haber un
mundo que comience en un momento del tiempo. Entonces, me parece que el argumento este no
pasa tanto por esta idea de decir: no, el mundo tiene que durar. Sino que la cuestión es, en realidad,
la producción del mundo es algo que tiene que ver con la esencia de Dios y con el autoconocimiento
de Dios. Si esa esencia y ese autoconocimiento de Dios es eterno, el mundo es eterno. Sin embargo,
cosa curiosa, al final aparece –casi como un añadido, no hay nada que reprocharle a Maimónides-
un argumento que es claramente de naturaleza dialéctica. Esto sí que es un argumento dialéctico.
Es el penúltimo párrafo. Dice:
“Arguyen asimismo mediante inferencia de lo que se ha admitido generalmente por todos los
pueblos, de donde resulta que tal creencia es natural y no hipotética, un consenso general al
respecto. Así, Aristóteles afirma que todos los hombres reconocen explícitamente la eternidad y
estabilidad del cielo, y, convencidos de que no fue creado ni es perecedero, han hecho de él la
morada de Dios (¡ensalzado sea!) y de los seres espirituales, es decir, los ángeles, y lo han atribuido
a Dios para indicar su perpetuidad.” Esto sí que es un argumento dialéctico a partir del consenso
universal. Es un tipo de argumento que suele denominarse de esta manera. Y, a veces, se lo tiene
como un argumento para demostración de la existencia de Dios. Bueno, en todos los pueblos, en la
mayoría de los pueblos se cree que existen dioses, por tanto, debe ser así. “Eso no es un argumento.”
Sí, es un argumento. Pero la conclusión no es necesaria. Y no sé muy bien por qué añade
Maimónides este parrafito a estos otros argumentos que tienen otras características. Bueno, ¿a
ustedes qué les parece? ¿El mundo es eterno o no? [Risas] ¿De qué se ríen? Les estoy preguntando.

Estudiante: Es posible

Es posible es una respuesta. Sí, por supuesto.

Estudiante: Una pregunta. ¿Por qué dice todo el tiempo “¡ensalzado sea!”?

Es una nota de estilo. Sobre todo en el mundo islámico. Algunos traductores a veces lo omiten. Es
sistemático. Sí… no es más que eso. Es una nota de estilo. Cada vez que aparece la palabra “Dios”,
es acompañada de esa expresión. En nuestro castellano académico, cuando ustedes escriben una
monografía, no solo sobre filosofía medieval, sino sobre cualquier autor cristiano, sea Hegel, etc.,
no se pone en minúscula. No importa si ustedes no creen, si están podridos de hablar de él. Se
escribe en mayúscula porque corresponde a esa tradición y no se pone en mayúscula en la filosofía
griega…porque no se pone en singular: son dioses. Salvo en un pasaje del Timeo de Platón, donde
él habla del artesano, el Dios. Y en el neoplatonismo hay que poner todo en mayúsculas. Hay que
descender a las moscas para no ponerlas en mayúscula. Así que, bueno, está en el original y es
sistemático. O sea, aparece quince veces en un párrafo.

Bueno, no me respondieron. ¿El mundo es eterno o no? ¿Cómo se puede probar? ¿O cómo se puede
probar que no?

Estudiante: [inaudible]

¿Sí? No pensé que eran tan prudentes.

Estudiante: ¿Hay que responder basado en lo que acabamos de leer?

No, les pregunté a ustedes.

Estudiante: Desde el punto de vista científico, de lo que se sabe hasta ahora, hay una coincidencia
con que hubo una creación. Puede ser el Bing Bang, lo que sea, pero hubo una coincidencia, para
mí, en el punto de vista científico físico-cosmológico y desde el punto de vista creacionista. O de la
nada o del Big Bang, pero hubo un comienzo.

¿Sí? ¿Hubo un comienzo? ¿Qué les parece?

Estudiante: [inaudible, apoyando el Big Bang]


Pero examinemos la idea de la explosión, ¿no? O sea, hubo una explosión inicial y ahora estamos en
una especie de expansión. ¿Qué explotó? En la Argentina estamos explotando todo el tiempo.
Nuestra vida no es más que un intervalo entre una serie de explosiones. Pero, en esta teoría del
comienzo, hubo una explosión. ¿Qué explotó?

Estudiante: Un primer cuerpo único

¿Entonces, había algo?

Estudiante: En la teoría del Big Bang hay la idea de algo que se expande.

Se expande algo, por eso. ¿Y antes de que se expandiera? ¿Qué pasaba?

Estudiante: La idea del Big Bang es que hay una singularidad en la que están todas las características
de la materia superpuestas. En determinado momento, no se sabe por qué, ese equilibrio cambia…

Estoy tentado a preguntarles si no les parece parecido a lo que dice [inaudible]

Estudiante: No se puede explicar desde la física por qué se produce ese desequilibrio de la
singularidad inicial. Y Maimónides acude a Dios para explicar ese desequilibrio.

[inaudible] pero no podemos demostrarlo. Nosotros tenemos esto otro y, en realidad, no lo


podemos probar. Pero quizá, por esto, en realidad, podemos explicar algunas cosas. Pero el punto
que rozaste vos es este: hay algo, no se dice qué, que explotó, no te dicen cómo. Y a partir de ese
momento empezó una secuencia de regularidades, no te dicen por qué. De la nada no fue, porque
algo hay.

Estudiante: Está escrito en el Génesis…

Pero, no, vamos a la teoría esta. Porque la creación de la nada es una conclusión teológica
sofisticada. Entonces, yo digo, hay algo ahí que comenzó, que experimentó un cambio y nosotros
estamos en una fase de la evolución de ese cambio. Si le aplicamos el argumento de Aristóteles de
la Física no sé si se explica por qué, pero eso no importa ahora sino que no es nada descabellado
pensar que si estamos desplazándonos a la idea de un comienzo absoluto, cuando no es un
comienzo absoluto. Es un comienzo relativo. Esta clase comenzó, ustedes llegaron acá a las 15hs,
pero eso es un comienzo relativo. No empezó la vida de ustedes en esta clase. La mía tampoco. Es
casi imposible que esto sea un comienzo absoluto, digamos. Esa explicación última que estamos
buscando es esa. No es si hay un punto relativo a partir del cual comienzan las leyes de la física en
el estado actual del cosmos, no. Es si hay un comienzo absoluto, de tal manera que uno puede decir
algo. Nada y a partir de cierto momento y en determinado instante, y ver cómo podríamos enunciar
ahí ese adverbio temporal “hay algo”. Entonces, en estos términos, uno podría decir: esa teoría no
es exactamente eso. Hay una especie de estadio inicial, hay un estadio anterior del cual no sabemos
nada y, el punto al que quería ir y se podría introducir algo de lo que introduce Maimónides es que
nosotros no sabemos nada de las condiciones ni de las leyes ni de las características de eso en ese
otro estado. Entonces, nosotros extraemos conclusiones acerca del inicio del universo a partir del
estado actual del universo. Pero nosotros conocemos el estado actual del universo, no sabemos
nada acerca del estado inicial. Entonces, muchas de las cosas que nosotros pensamos que no se
pueden explicar, que no pueden ser así por el estado actual del universo, en realidad, pueden ser
deducidas de otro estado que nosotros no conocemos. En el texto, Maimónides utiliza un ejemplo
muy simple y se refiere a la diferencia de un ser vivo que es gestado y que al principio es una masa
de células y luego un hombre con ciertas características. Y uno no se hubiera imaginado que está
todo eso ahí. Uno jamás iba a hacer esa inferencia. Eso se puede aplicar al universo.

Estudiante: Todo lo que decía la compañera me hacía acordar al Timeo, en el sentido de que me
acordaba cómo explican la ordenación y lo que se podría pensar es que la materia estaba
desordenada, pero estaba y que surge lo que se encarga de ordenar la materia. E iba a decir lo que
vos dijiste ahora, que no podemos saber nada porque conocemos como el universo es ahora pero
no sabemos cómo fue en el pasado.

Sí, por eso para Maimónides, en el primer capítulo, la teoría del Timeo es una de las tres versiones
posibles. Es una versión posible, no del inicio del tiempo, sino de un inicio del orden. Hay una materia
eterna preexistente y lo que hay es una primera acción que impone un cierto orden. La teoría
aristotélica es una teoría en la cual todo el cielo es eterno y la materia también es inengendrada.

Estudiante: Una pregunta. Me acabo de acordar de estos argumentos, no por las inferencias que
sacan sino por los instrumentos que usan para formarlos [inaudible]

Bueno, no. Uno diría, claro, bueno, entonces él va a impugnar, por ejemplo, que la materia sea
generada o el principio de que a un cambio precedente le supone otro cambio precedente. Y al igual
que lo que va a hacer Tomás de Aquino, la respuesta no va a ser invalidar los principios de la física,
sino que simplemente deja abierta la posibilidad de que haya un comienzo temporal y a partir de
ese comienzo temporal sigan siendo válidas las leyes o los principios de la Física aristotélica.

Estudiante: Pero, entonces, no lo podríamos conocer. No podríamos saber nada de ese estadio
anterior, digamos.

Lo que pasa es que yo este año no tuve tiempo, simplemente. En los dos años anteriores, como
introducción a este tema, yo solía hacer una reconstrucción del debate de una cuestión
controvertida como la del aborto. Con ese tipo de discusión, con la analogía se puede ver… acá el
punto importante es distinguir lo que significa demostrar una conclusión de refutar un argumento
de otra posición. O sea, una cosa es que yo tenga que exponer un argumento para demostrar que
tiene que aprobarse el aborto legal, seguro y gratuito. En ese caso yo tengo que hacer un argumento.
Acá no es una cuestión teórica, en la que la demostración sea necesaria, pero tengo que hacer un
argumento convincente, que contemple todas las situaciones, etc. Y otra cosa es que yo me ponga
a analizar un argumento, el propio o el de la posición contraria y muestre que ese argumento no es
un buen argumento. Cuando yo analizo ese argumento y muestro que este argumento no llega a su
conclusión, yo no probé mi conclusión, lo único que muestro es: este argumento, no. En el debate,
lo que se produce es esto: no, vos argumentás que no se puede interrumpir un embarazo porque
hay una persona, una vida. Bueno, ¿por qué se permite en los casos en que hay una violación? Si
por ahí, según los mismos principios, sería el mismo caso. Por ese tipo de dialéctica, yo no hice un
argumento para mi posición, yo lo que demostré es que ese argumento no sirve. Tampoco mostré
que no sirva otro argumento, ¿sí? Este tipo de discusión es de estas características. Maimónides no
está simplemente cuestionando la eternidad del mundo, sino que está examinando los argumentos
para demostrar la eternidad del mundo y los argumentos para demostrar el comienzo temporal del
mundo. El saldo de ese análisis es negativo en los dos casos. Los argumentos para demostrar la
eternidad del mundo no son concluyentes, pero con eso no se probó que es falsa la eternidad del
mundo. Es posible la eternidad del mundo. Y él va a sostener, no está acá en el texto, va a examinar
también la prueba de los teólogos del islam, que creen que se puede demostrar filosóficamente el
comienzo temporal del mundo. Y también le va a parecer que son pruebas dialécticas. Entonces, él
no necesita, en realidad, decir que conocemos el comienzo del universo. Él, más concreto en la
respuesta a tu pregunta, él no necesita explicar cómo es la creación, él necesita explicar que es
posible la creación. Entonces, relacionado con tu pregunta, él no necesita invalidar todos los
principios de la física aristotélica, él necesita demostrar que aún con los principios de la física
aristotélica es pensable el comienzo temporal del mundo. Hay algunos que quieren construir una
demostración de la eternidad del mundo a partir de estos principios de la física aristotélica. Yo,
Maimónides, estoy de acuerdo con esos principios. Pero, entonces, lo que hago es refutar esos
argumentos para demostrar que con esos mismos principios de la física aristotélica yo puedo seguir
sosteniendo, no que es necesario el comienzo temporal del mundo sino que es posible el comienzo
temporal del mundo.

Fíjense en la página 288 y con esto terminamos, donde está examinando estas pruebas. En el último
párrafo dice: “Lo propio decimos del movimiento, pues se ha inferido de la naturaleza del mismo
que no se halla sujeto a generación ni desaparición, lo cual también es verdad” Esto no está mal.
“pues nosotros afirmamos que, una vez existenciado” O sea, una vez nosotros afirmamos que es
traído a la existencia. “conforme a su genuina naturaleza, es inconcebible haya podido nacer ni
perecer por nacimiento total, ni desaparición absoluta, como surgen los movimientos parciales que
se manifiestan y perecen.” En resumen: el cielo se mueve por un movimiento circular que no tiene
contrariedad, por lo tanto, es eterno. Entonces, no se puede pensar que haya venido a la existencia.
El primer cielo, sobre todo. Entonces, la réplica al argumento es: es cierto que el cielo es de una
naturaleza tal que es incorruptible. Entonces, bueno, doy vuelta al argumento. A partir del momento
en que existe, es incorruptible.

Estudiante: Pero está asumiendo que lo crearon.

No, no está asumiendo que lo crearon. Es al revés. Está diciendo que vos estás dando por supuesto
que existe todo el tiempo y desde el momento que existe tiene una naturaleza tal que no puede
comenzar. Entonces, yo no digo que necesariamente es así. Digo que es posible que desde el
momento en que existe, no se genera ni se corrompe. Y lo mismo digo con la materia. La materia es
inengendrada, porque si fuera generada sería generada a partir de otra materia. Entonces, yo
replico: la materia es inengendrada, pero yo lo que digo es que en algún momento es traída a la
existencia. Desde que existe, es inengendrada. Que es lo mismo que decir, en este caso más
específicamente, que la creación de la nada es otro tipo de creación que no es la generación natural.
La generación natural, la generación de cualquier ser vivo o elemento de la naturaleza presupone
una materia. En cambio, la creación de Dios o la producción del Ser, es una acción de otro tipo, de
otras características. En este momento de la argumentación yo no necesito probar cómo es eso. Yo
necesito probar simplemente que es posible, para rebatir el argumento del otro que sostiene que
la eternidad del mundo es necesaria.

Estudiante: Una pregunta, ¿de la misma manera se podría decir que es posible que un agente actúe
sin que cambie el agente?

Sobre todo si se trata del agente eterno. Sobre todo si yo digo que no es una gente que actúa
necesariamente sino que tiene voluntad. En Maimónides está asociado el comienzo temporal con
la creación de la nada y con la creación voluntaria.
Bueno, por hoy es suficiente.

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