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Supongo que habrán visto el correo electrónico que mandé ayer por la noche.

Vamos a tener una


especie de clase virtual. Doy por supuesta la clase introductoria a Tomás de Aquino y a la relación
entre filosofía y teología. Y ahora vamos a entrar directamente en el tema de la eternidad de mundo.
El texto es la Suma Teológica, la primera parte, cuestión 46. Yo tengo una traducción propia de los
tres artículos de esa cuestión.

Bueno, no soy adivino, ni vidente, ni astrólogo, pero les voy a contar el futuro. Hoy vamos a trabajar
este lunes y el próximo viernes sobre este texto de Tomás de Aquino. El próximo lunes 29 vamos a
comenzar con la unidad 5, probablemente venga Victoria Arroche a dar una introducción al
pensamiento político medieval para iniciar la última unidad. El viernes 2 de noviembre ni Carolina
ni yo vamos a poder estar porque tenemos una actividad académica del interior. De hecho está
también Ignacio Anchepe, así que tampoco probablemente van a tener práctico ese día. El lunes 5
de noviembre vamos a trabajar con una obra política de Tomás de Aquino, Acerca de la monarquía.
El texto debería estar en el CEFyL. El lunes 12 de noviembre es el día de la entrega del trabajo
monográfico de universales. Hasta el 12 de noviembre. Les vamos a pedir que entreguen una versión
impresa, no hace falta que lo encarpeten ni que lo entreguen en persona. El día lunes lo recibimos
en el horario del teórico, de 15 a 17hs. Van a tener como un último teórico-práctico de consulta el
viernes anterior. El viernes 16 de noviembre en el horario del teórico de 15 a 17hs vamos a tener el
segundo parcial presencial. Lo hacemos aquí para poder extender lo más posible el parcial. No lo
podemos correr mucho más porque hay que corregir, etc, etc. Obviamente, para la gente que no
puede venir en ese horario, puede rendir en el horario de la comisión del viernes, sino alguna
persona tendrá que rendirlo antes en su comisión. Vamos a tener un recuperatorio para los que no
hayan podido asistir al segundo parcial el último día viernes 23 de noviembre. Y quizás el lunes 26
de noviembre, en horario a confirmar, afuera del calendario, el último tipo de recuperatorio para
aplazos del primer o segundo parcial.

Tenemos una noticia buena y una noticia medio mala. Tienen que decir cuál quieren primero. ¿La
mala, primero? La mala es que el segundo parcial va a ser un poco más difícil que el primero. La
buena noticia es que les fue bastante bien en el primer parcial. Hay un promedio bastante bueno
de notas. Pero eso significa que entonces vamos a apretar un poco más en el segundo parcial. Pero,
sobre todo, porque estamos trabajando con otra mecánica. Tuvimos una primera etapa con todas
esas introducciones, con bibliografía complementaria, en la que el tipo de consigna de evaluación
es desarrollar un tema, hacer una síntesis de una bibliografía, etc. Ahora lo que estamos haciendo
es trabajar sobre los textos y hacer un comentario y explicación de los textos. Y a partir de la pauta
de comentario/explicación de los textos extraer todo el jugo filosófico, los problemas, encontrar
relaciones… Entonces, es importante que se den cuenta que esto no es una casualidad, que hay que
tratar de aprovechar esta instancia que estamos teniendo en los teóricos y en los prácticos en
función de ese tipo de evaluación. Yo les voy a poner directamente textos, así como hicimos con Ibn
Sina, pero va a ser un poco más específico. Y ustedes van a tener que hacer un análisis de esos
textos. O sea que eso es lo que vamos a continuar haciendo ahora.

Hay un esquema de clase virtual de lo que sería el tema de la filosofía y teología en Tomás de Aquino
si lo hubiéramos desarrollado. Esto lo hacemos porque, en realidad, con la clase virtual de filosofía
islámica fue bastante bien. En este caso hay una parte del contexto histórico de Tomás de Aquino
que tiene que ver con la bibliografía obligatoria que es el artículo de Aertsen, que es el capítulo
introductorio al Cambridge companion to Aquinas. Los textos que están en ese esquema de clase
más el desgrabado del año pasado son lo que necesitan para preparar bien un tema muy
importante. A mí me gusta insistir en la cuestión de la relación entre filosofía y teología en Tomás
de Aquino. La idea básica es que no hay que entender que esto es como una especie de tratar de
arreglar a la filosofía para que encaje con el dogma cristiano, sino que en Tomás de Aquino, en
paralelo con Maimónides y con Averroes, hay una apuesta muy fuerte por la autonomía de la
filosofía, como este oficio de la razón natural. Pero en este caso sí hay una relación un poco más
delicada entre dos teologías: una teología filosófica, que es la filosofía, la metafísica, y una teología
revelada, que es la teología cristiana que en el siglo XIII se conforma como una scientia, o sea, como
un cuerpo de proposiciones que tienen principios y que él tipificaba como una especie de ciencia sui
generis, una ciencia especial, al modo de las ciencias que son subordinadas porque toman sus
principios de una fuente externa. Así como la óptica o la astronomía son ciencias físicas, del medio
físico matemático, que toman sus principios de la aritmética y la geometría; de la misma manera, la
teología cristiana toma sus principios de una fuente externa, pero esa fuente externa y esa fuente
externa es la revelación, o sea, la verdad de Dios. Por lo tanto, es una ciencia infalible, porque ahí
está garantizada una cierta verdad. Pero no por eso deja de ser una ciencia argumentativa, que
extrae conclusiones de esos principios. Al interior del desarrollo de esa ciencia revelada, de esa
doctrina sagrada, hay una exposición que es la exposición de la teología filosófica, o sea, de la
metafísica, por el solo hecho de que sea más accesible ese contenido al entendimiento humano.
Bueno, no sé por qué dije todo esto, pero es un resumen de lo que está ahí en la clase. O sea que,
entre este resumen y lo que está allí tienen los elementos suficientes. Eso es lo que tendríamos dar
por descontado antes de entrar en el tema de la eternidad del mundo.

Nosotros tenemos un texto, en este caso, bastante largo. O sea, tenemos la ventaja de tener, no
una colección de citas o de fragmentitos, sino lo que es toda una secuencia del texto de Tomás de
Aquino. La Suma teológica está divida en tres partes. La primera parte se ocupa de Dios en sí mismo
y de toda la realidad en cuanto procede de Dios. La segunda parte, en realidad, se ocupa del hombre
o de la creatura racional en cuanto está orientada a Dios y la tercera parte, se debería ocupar de
Cristo, que es el mediador o el que nos invita al retorno del hombre a Dios. O sea, es teología
revelada. Teología cristiana. Sin embargo, al interior de esta teología aparecen desarrollos que son
estrictamente filosóficos, no para nosotros sino para el propio Tomás de Aquino, porque él tiene
perfectamente claro cuáles son las verdades que se pueden demostrar racionalmente y las verdades
que no se pueden demostrar racionalmente, que solo se pueden tener por fe. Esto era para explicar
simplemente la estructura de la Suma Teológica. La segunda parte, como es muy voluminosa, está
dividida a su vez en dos partes, cada una de esas partes están divididas en cuestiones y cada una de
esas cuestiones están divididas en artículos. La primera parte tiene más de cien cuestiones. Y, en
promedio, cada una de esas cuestiones tiene de tres a cinco artículos. O sea que vayan sacando la
cuenta de los cientos de páginas y de tomos que ocupa esta obra que Tomás de Aquino no logró
terminar en vida. Quedó incompleta la tercera parte. Hay un suceso un poco extraño en la biografía
de Tomás, hay un momento en el que deja de escribir, una persona que fue toda su vida un
intelectual, un maestro universitario, en determinado momento deja de escribir y al poco tiempo
muere en camino al concilio de Lyon.

La primera cuestión de la Suma Teológica se ocupa de la ciencia sagrada, o sea, de la teología


cristiana, no de la teología filosófica, de la teología revelada. Se ocupa, por así decir, del estatuto
epistemológico de la teología. Lo que desarrolla allí es el tema de cómo y en qué sentido esa teología
cristiana puede ser una ciencia. Y esto es parte del desafío que significa el ingreso del nuevo
Aristóteles y la recepción de los Analíticos posteriores, que contiene la teoría de la ciencia en
Aristóteles, la normativa acerca de cómo se hace una ciencia. La teología puede no ser una ciencia
como la geometría, como cualquier ciencia humana, es una ciencia semi-divina, los principios de esa
ciencia son una verdad revelada, son una verdad infalible, transmitida por Dios mismo. Pero, se
entiende en el siglo XIII que esta teología tiene que constituirse como ciencia. Entonces, hay una
serie de cuestiones que tienen que ver con cómo se explica ese estatus de la teología como ciencia.
Es un tema preliminar que se impone. La segunda cuestión de la Suma teológica es acerca de la
demostrabilidad de la existencia de Dios. O sea, si es demostrable la existencia de Dios. Y allí, en
primer lugar, se demuestra que Dios no es inmediatamente evidente, que tiene que haber una
demostración y, en el medio de esto, lo que se hace es criticar un argumento de otro autor
precedente, Anselmo de Canterbury, que desarrolló una prueba de la existencia de Dios que, para
Tomás de Aquino, filosóficamente está mal. Entonces, su propuesta es la de un tipo distinto de
demostración de la existencia de Dios a partir de los efectos. O sea, a partir de los datos sensibles,
y en una serie causal que llega hasta la causa primera. Recién en el artículo tercero de la cuestión
segunda de la Suma teológica, se demuestra la existencia de Dios. Y el tema de la existencia de Dios
también es un tema preliminar al desarrollo de toda la teología por el orden aristotélico que
prescribe que, en primer lugar, tiene que estar cierta la existencia del objeto de estudio. No se puede
comenzar una ciencia si no se sabe si el objeto de estudio existe. Si el objeto de estudio no existe,
no hay ciencia. Entonces, si no se puede demostrar la existencia de Dios, no hay teología posible.
Así que, a partir de la cuestión tercera comienza a investigarse la esencia de Dios hasta donde es
posible y allí comienza propiamente todo el itinerario argumentativo de la Suma teológica de Tomás
de Aquino. En medio de eso, como dije, se entremezclan algunos desarrollos que son de teología
natural, o sea que son filosóficos porque son verdades acerca de Dios pero que la naturaleza
humana puede demostrar, como por ejemplo, que Dios existe, que es causa de la existencia, que es
un ser inteligente, etcétera, con otros asuntos que no son de teología natural. O sea, que la razón
humana jamás podría haber llegado a conocer, para eso está la revelación. Por ejemplo, que Dios
es uno y trino, que Dios encarna en Cristo, etcétera. Cuando llega en la primera parte al punto de
hablar acerca de la realidad en cuanto tiene relación con Dios, porque la perspectiva de la teología
es esa, a la teología no le interesa el mundo, el hombre, sino en cuanto tiene relación con Dios.
Cuando llega ese momento, después de hablar de la creación aparece el tema de la duración de las
creaturas. Y a partir de eso, de la duración de la creación. Y a partir de eso, se plantea, en la cuestión
46, o sea, unas cuarenta y pico de cuestiones después, se plantea el tema de la eternidad del mundo.

Estudiante: Perdón, ¿todo en la primera parte?

Todo en la primera parte, sí. Entonces, les decía, tenemos un texto bastante integrado. En este caso
tenemos más elementos como para poder establecer el contexto de un pasaje, las relaciones que
tiene, el lugar que ocupa dentro de una secuencia argumentativa. O sea que esto posibilita hacer
un ejercicio de análisis que no se puede hacer cuando se a ustedes se les pone un cacho de un texto
ahí, cuatro o cinco líneas. Tenemos este texto, entonces: Suma teológica I, cuestión 46. La pregunta
es de orden y es formal. Estamos practicando el comentario y análisis de los textos. Entonces, la
primera pregunta es: ¿Qué hacemos con este texto? ¿Cómo hay que analizarlo? ¿Qué es lo primero
que tenemos que preguntarnos para poder leer esto?

Estudiante: ¿Cuál es la postura de Tomás?


Puede ser, sí. Es un poco específico para empezar por eso. ¿Qué hacen cuando tienen que leer un
texto?

Estudiante: Lo primero que dice es sobre la eternidad del mundo.

Sí, pero no pregunté qué es lo que dice, lo que pregunté es, metodológicamente, cómo hacemos
para abordar el texto. ¿Lo leemos del principio hasta el final? ¿Qué tratamos de saber en primer
lugar?

Estudiante: De qué va, el tema principal.

De qué habla, sí. ¿Y cómo puedo saber de qué va sin leer el texto? Es así, de alguna manera, aunque
parezca un contrasentido, pero hay una especie de paradoja en el sentido de que uno tiene que
anticipar como una cierta composición del lugar general acerca del texto para poder ir
entendiéndolo. Y lo mismo con cada párrafo. Obviamente, uno tiene que leerlo, echar un vistazo
antes leerlo, del principio hasta el final, por en medio, de a pedazos, como ustedes quieran. Pero a
partir de eso uno tiene que tratar de proyectar una cierta hipótesis general de decir: este texto habla
de esto o está haciendo esto. Y después confirmar para ver si eso ocurre o no. Pero hay otro
elemento importante que tiene que ver un poco más con lo formal, al comenzar a leer el texto. Son
ocho páginas. ¿Qué hay en estas ocho páginas?

Estudiante: Un argumento.

Hay muchos argumentos, un montón. Casi, prácticamente son todos argumentos. Es difícil
encontrar algo que no sea un argumento. Si no son argumentos son citas, prácticamente. Pero ¿son
un montón de argumentos así o hay una estructura? Está dividido en tres artículos, hay una especie
de proemio que ni siquiera es un proemio en este caso, es simplemente la iniciación de lo que van
a ser los tres artículos. Y ¿qué nos dice esa división en tres artículos?

Estudiante: Tal vez podría ser que haya una temática que retoma de ciertos autores o que discute.

Seguro, sí. Pero en este caso, el tema es que hay tres artículos ¿por qué son tres? ¿A qué apuntará?

Estudiante: [inaudible]

Sí, el tercero es un poco como más complementario, en el fondo es exegético. La cuestión está en
los dos primeros. ¿Cuál es el tema de los dos primeros artículos?

Estudiante: La existencia del mundo.

¿La existencia? No, eso está fuera de…

Estudiante: No, quise decir la eternidad.

La eternidad, sí. El primero. ¿Y el segundo? El comienzo temporal. Hay un artículo para tratar la
eternidad y hay otro artículo para tratar la cuestión del comienzo temporal del mundo. ¿Por qué
será?

Estudiante: En el segundo sugiere que puede no haber una demostración.


En el segundo, sí. De hecho, lo va a afirmar. Va a afirmar que no hay demostración para eso y, si se
lo sabe, se lo sabe solo en la medida en que es un artículo de fe. ¿Y en el caso del primero? ¿Va a
ser distinto?

Estudiante: Y no, si no va a demostrar que tiene comienzo temporal, no tendría sentido demostrar
que es eterno.

Sí, está bien. Pero ¿se puede demostrar que es eterno? No. Tomás de Aquino va a sostener que no
se puede demostrar que es eterno. O sea que, en realidad, se están enunciado las dos tesis que son
parte de la controversia de la discusión. Hay unos que hay afirmado que se puede demostrar
filosóficamente que el mundo es eterno y hay otros que han querido demostrar filosóficamente que
el mundo tiene un comienzo en el tiempo. Y Tomás de Aquino, ¿qué va a sostener? Lo mismo que
Maimónides, que ninguna de esas pruebas filosóficas es concluyente y que esas conclusiones no son
necesarias. Por lo tanto, ¿qué es lo que se sigue de ese análisis? Pregunta de examen. ¿Cuál es la
posición de Tomás de Aquino respecto de la eternidad del mundo.

Estudiante: Que no se puede demostrar.

Que no se puede demostrar racionalmente ni la eternidad del mundo ni la tesis contraria.

“A continuación, hay que considerar acerca del principio de duración de las creaturas. Y
acerca de esto se investigan tres cosas. Primero, si las creaturas existieron siempre.
Segundo, si el hecho de que ellas hayan comenzado es un artículo de fe. Tercero, de qué
modo se dice que Dios creó el cielo y la tierra en el principio”.

La expresión es un poco engañosa porque fíjense que no lo primero lo enuncia como una cuestión
de hecho a investigar, si existieron siempre o no. Y en la segunda no se pregunta si el mundo
comenzó o no. Porque, en realidad, ya se sabe que el mundo comenzó. Se lo sabe por la fe cristiana.
La pregunta es si solo eso es artículo de fe o si también se puede demostrar.

“Artículo 1: Si las creaturas existieron siempre

Respecto de lo primero se procede así. [1] Parece que la totalidad de las creaturas, que es
denominada con el nombre de mundo, no comenzó, sino que existió desde la eternidad. En
efecto, todo lo que comienza a ser, antes de que fuese, su ser era posible. De otro modo
hubiese sido imposible que llegase a ser. Si, por tanto, el mundo comenzó a ser, antes de
que comenzara, su ser mismo fue posible. Pero lo que es posible de ser, es la materia, la
cual está en potencia respecto del ser –que es por la forma– y del no ser –que es por la
privación–. Por tanto, si el mundo comenzó a ser, antes del mundo hubo materia. Pero la
materia no puede existir sin forma. Y la materia del mundo con forma es el mundo. En
consecuencia, el mundo existió antes de que comenzara a ser, lo cual es imposible.”

La primera pregunta, en realidad, no es qué significa este texto sino qué es este texto. Quiere decir,
qué está haciendo Tomás de Aquino aquí en este texto.

Estudiante: Una tesis

Sí, está bien. Está haciendo un argumento para demostrar una conclusión. Pero cuál es esa
conclusión aquí.
Estudiante: Una reducción al absurdo

Sí, está bien. Eso es lo formal. Pero ¿qué está intentando probar?

Estudiante: Que el mundo comenzó.

¿Eso está intentando probar?

Estudiante: Está intentando probar que es eterno.

Está intentando probar que es eterno. Lo dice la conclusión del argumento: “En consecuencia, el
mundo existió antes de que comenzara a ser, lo cual es imposible.” Concluye con un absurdo, una
cosa contradictoria, del hecho de pensar que el mundo tuvo un comienzo. Entonces, lo que se
demuestra es que el mundo no tuvo un comienzo, que es eterno. Entonces, este es un argumento
para tratar de demostrar que el mundo no comenzó, que es eterno. ¿Por qué con este argumento
Tomás de Aquino? Pregunta capciosa. ¿Este es su argumento? Sí, es su argumento porque lo está
formulando él, pero no es el argumento de su posición. Entonces ¿qué es? Es lo que se llama una
objeción o un argumento in contrario. Es un argumento a favor de la tesis opuesta a la que él va a
sostener. Por eso está enunciado en primer lugar. Eso forma parte de la metodología de la quaestio.
En primer lugar se exponen, se construyen los argumentos de la tesis contraria a la que Tomás de
Aquino va a sostener. Vuelvo a preguntar, ¿cuál es la tesis que va a sostener acá Tomás? ¿Que el
mundo es eterno o que el mundo comenzó?

Estudiante: ¿Acá en toda la cuestión? Que no se puede demostrar.

Bien, están bien de reflejos. La tesis es que no se puede demostrar racionalmente. O sea que el
argumento este está puesto para ver si es posible demostrar la eternidad del mundo. Acá
tendríamos un ejemplo de un argumento que demostraría que el mundo es eterno. Tomás de
Aquino lo construye y lo expone. Después va a demostrar por qué no es así. Al igual que ocurría con
Maimónides. De hecho, más adelante van a encontrar un par de párrafos que corresponden
exactamente a los argumentos de Maimónides. Este está como cercano. Este es un argumento a
partir ¿de qué? ¿Cuál es la noción que trabaja el argumento?

Estudiante: ¿Materia y forma?

Sí, más la de materia que la de forma. La de forma está como implicada. ¿Y qué otra noción?

Estudiante: El ser y el no ser.

El ser y no ser aparecen como dos determinaciones que están en la materia bajo la forma de forma
y de privación. Pero ¿cuál es la otra noción que está ligada a la de materia? La de potencia o
posibilidad. El argumento toma el hecho de comenzar y establece que lo que comienza, antes de
comenzar a ser, tiene al menos un ser posible. ¿Por qué? Porque si no fuera así sería como decir
que su ser era imposible. Lo imposible es lo contrario de lo posible. Si era posible no puede
comenzar. Entonces, todo lo que comienza, su ser antes era posible. A grandes rasgos, el argumento,
entonces, liga esa noción de posibilidad con la de materia. Es puramente aristotélico. Hay un pasaje
en la Metafísica donde Aristóteles dice prácticamente que la materia es la posibilidad de la cosa.
Entonces, por lo menos, tiene que haber una materia antes. Entonces, el argumento sigue por una
línea de decir: la materia, en realidad, nunca existe sin forma. O sea que esa materia que estaba
tenía que tener forma. Pero, bueno, la materia del mundo con forma es el mundo. Entonces,
llegamos al absurdo de decir que antes de que comience el mundo tendría que haber un mundo.
Que es lo mismo que decir que es imposible que el mundo haya comenzado a existir.

“[2] Además, nada que tenga una virtud tal que exista siempre es alguna vez y alguna otra
vez no, porque a cuanto se extiende la virtud de alguna cosa, durante tanto tiempo es. Pero
todo lo incorruptible tiene una virtud como para existir siempre, pues no tiene virtud para
un tiempo determinado de duración. Por tanto, nada incorruptible es en algún tiempo y en
otro no. Más todo lo que comienza a ser, alguna vez es, y alguna otra vez no. Por tanto, nada
incorruptible comienza a ser. Pero hay muchas cosas incorruptibles en el mundo, como v.gr.,
los cuerpos celestes y todas las substancias intelectuales. Por tanto, el mundo no comenzó
a ser.”

¿Cuál es la palabra acá más o menos extraña, que necesitaría una explicación?

Estudiante: [inaudible]

No, está demostrando justamente que la sustancia intelectual no comienza a ser porque es
incorruptible. Si la pregunta es: ¿qué quiere decir “sustancia intelectual”? Quiere decir algo de una
naturaleza inmaterial que es inteligencia pura. En la cosmovisión cristiana neoplatónica que
continua Tomás de Aquino, son las inteligencias inmateriales o los ángeles. O sea, el alma humana
es una entidad inmaterial pero que es forma de un cuerpo. En el caso del ángel, es una entidad
metafísica, es una inteligencia que no es una facultad de un alma que está unida a un cuerpo. Es un
ejemplo de algo que, por su naturaleza metafísica, por su condición ontológica, es algo que no es
corruptible como lo que es corporal o material. Y el otro ejemplo, en esta cosmovisión aristotélica,
son los astros, compuestos de una materia especial que es el éter. Son ejemplos de dos cosas que
son corruptibles. Entonces, ¿cuál es la palabra extraña acá, que tendrían que preguntarme qué
significa?

Estudiante: ¿Con “virtud” se refiere a accidentes?

Sí, la palabra es “virtud”, la palabra latina virtus, acá está traducida casi literalmente. En realidad,
tiene una connotación que tiene que ver con la noción de fuerza y de capacidad. Se convirtió en un
equivalente de la palabra areté, griega, en la tradición de las traducciones palabra por palabra del
griego al latín. Entonces, por eso nos quedó como una palabra que tiene que ver, más bien, con la
ética en el sentido aristotélico, una disposición, un modo de ser electivo, etcétera. Pero la raíz, vis,
de esa palabra está también en la palabra “violencia”. El asunto es que acá la palabra virtus tiene a
veces el sentido de una fuerza o de una capacidad causal. El fuego tiene una capacidad, una
potencia, como para producir un efecto que es el calor. Y acá está tomado en un sentido todavía
más metafísico, como si dijéramos la capacidad que tiene una cosa para ser, para sostenerse.
Entonces, hay cosas que tienen ontológicamente una capacidad para existir, alguna vez sí, alguna
vez no. Son adverbios temporales indefinidos. Está indeterminado, no importa: un día, cincuenta
años. En algún momento existen, en algún momento no. Más abreviado, son cosas temporales. En
cambio hay algunas cosas que tendrían una capacidad, por su misma constitución, como para que
no les ocurra eso. Y eso es lo que llamamos cosas eternas. ¿Hay algunas de estas cosas eternas en
el mundo? Se pregunta Tomás de Aquino. Sí, según la física aristotélica, los astros, que son
incorruptibles. Y también según la física que desarrolla Tomás de Aquino, según la tradición
platónico-aristotélica, ciertas entidades metafísicas que no son entidades del mundo natural, que
son inteligencias puras y que, por lo tanto, no son engendradas, no pueden comenzar a ser. Hay
cosas incorruptibles en el mundo. Por lo tanto, el mundo es eterno.

Estudiante: Una pregunta, ¿qué sería “v.gr.”?

Verbigracia, es una abreviatura de “verbigracia”, que sería como “por ejemplo”.

“[3] Además, nada inengendrado comienza a ser. Pero el filósofo prueba en el <libro>
primero de la Física que la materia es inengengrada; y en el <libro> primero del tratado Del
cielo y del mundo que el cielo es inengendrado. Por tanto, la totalidad de las cosas no
comenzó a ser.”

El argumento está resumido, diría yo. Bueno, olvídense de lo que dije, ¿qué piensan de este
argumento? ¿Qué clase de argumento es este?

Estudiante: Como de autoridad

Claro, sí, por eso dije que está resumido. Porque si lo leen así parecería un argumento de autoridad.
Y hasta donde yo sé, en la Edad Media, no hay tal cosa como un argumento de autoridad. Los
medievales manejan la argumentación y las autoridades, que, en nuestro mundo, vendría a ser
como la cita bibliográfica. Es absolutamente inentendible el mundo académico sin referencia a
alguna autoridad, ahí hay una gran autocomplacencia en dirigirse a los medievales como
“pobrecitos, estos que se la pasan con argumentos de autoridad”. Lo que quiero decir es que
cualquier autor medieval sabe perfectamente que no hay ninguna cita, ninguna autoridad que
pueda reemplazar una argumentación. Entonces, ¿por qué digo que está resumido? Porque Tomás
de Aquino está diciendo que en el Libro I de la Física está el argumento de Aristóteles, que
demuestra que la materia es inengendrada. ¿Cuál es ese argumento? Se los pregunto porque ya lo
conocen.

Estudiante: El hecho que toda materia debe provenir de una materia precedente.

El hecho de que todo lo que se genera, se genera a partir de una materia. Es el argumento que está
en la Física y que vimos la vez pasada con Maimónides. Era una de las pruebas de Maimónides, que
él aducía que supuestamente demostraba la eternidad del mundo y que él va a considerar una
prueba dialéctica, que, en realidad, no demuestra verdaderamente su conclusión. Y Tomás de
Aquino está haciendo exactamente lo mismo, y es el mismo argumento. Es exactamente la misma
formulación del argumento. Acá ni siquiera se toma el trabajo Tomás de Aquino de reconstruir el
argumento, pero la idea es esa. Como vos lo dijiste, hay un argumento de no regresión al infinito.
Todo lo que se genera, se genera a partir de una materia. En la hipótesis de que la materia sea algo
que generado habría que generarla a partir de una materia y vamos al infinito. La referencia al
tratado Acerca del cielo es un poco más compleja, es como todo un cuerpo de argumentaciones que
apuntarían a que el cielo mismo, entero es incorruptible. A ver qué les parece el argumento 5.

“[5] Además, nada comienza a moverse con novedad, si no es por el hecho de que lo que
mueve o el móvil se hallan ahora de un modo distinto a <como se hallaban> antes. Pero lo
que se halla ahora de un modo distinto a como se hallaba antes, se mueve. Por tanto, antes
de todo movimiento que empieza con novedad, hubo algún movimiento. Por tanto, siempre
hubo movimiento, y también <hubo> móvil, pues el movimiento no está sino en el móvil.”

Precioso. ¿Cómo es este argumento? Novedad quiere decir que hay algo nuevo, hay un inicio, un
comienzo. Es probablemente un adverbio que da la idea de lo que comienza, que es de lo que se
está hablando. Porque aquí la eternidad se opone a comienzo. Entonces, cuando hay algo que no es
eterno, empezó, es nuevo.

Estudiante: [inaudible]

Eso sería más bien como un argumento negativo o una reducción al absurdo. Acá es preferible no
utilizar la expresión “dialéctica” porque la dialéctica, en lo que nosotros estamos viendo, o sea, en
Averroes, en Maimónides y en Tomás de Aquino, significa un tipo de prueba cuya conclusión no es
necesaria, que es como el resultado de la cuestión, es a lo que quiere llegar Tomás de Aquino. Tomás
de Aquino está exponiendo este argumento como demostrativo, o sea, no como un argumento
dialéctico. Aquí hay un posible ejemplo de argumento que demuestra necesariamente, por una
cierta vía, que el mundo es eterno. Él va a hacer un análisis de eso después de pasar por otras cosas,
y la conclusión a la que va a llegar es que en realidad este argumento no era tan fuerte como parece.
Hay algo que deja abierto. Y con eso que deja abierto es suficiente para decir que no se sabe que el
mundo es eterno. Por ahí puede que sea eterno, pero no es necesario que sea eterno. Eso, en
síntesis, es decir que esta prueba que parecía demostrativa, resultó ser dialéctica. Toma lo contrario
de lo que quiere probar y a partir de allí llega a una posibilidad. Y hay muchos argumentos que
tienen esa forma. Entonces, tiene ese carácter de una prueba negativa, indirecta.

Estudiante: [inaudible]

Un argumento dialéctico es un argumento que partiendo de algunas premisas comunes, llega a unas
conclusiones, pero que son posibles. Desde el punto de vista lógico, el tema es que la conclusión es
una proposición que no se dice que es falsa, porque no se demostró que es falsa. Se demostró que
no es necesaria. Por lo tanto yo, por ahora, estoy obligado a decir que es posible. Es como si te dijera
“puede ser”. Pero no lo probaste. En cambio la prueba demostrativa no es “puede ser así” o “a mí
me gusta”. No, aunque no me guste, es así. Esa es la diferencia entre lo demostrativo y lo dialéctico.
A tal punto que hasta hay un sentido técnico a veces en este vocabulario filosófico de la escolástica,
de llamar probable a una conclusión que parte de alguna premisa de la fe. Entonces, los argumentos
teológicos, no filosóficos, teológicos, generalmente se dice: bueno, probabiliter, probablemente. Y
no es una probabilidad, es la fe cristiana, no se discute. Pero la modalidad de la argumentación es
probabiliter, porque la modalidad de la demostración filosófica es necesaria, no cabe duda. Y es un
punto común a los tres autores: Maimónides, Averroes y a Tomás de Aquino.

Bueno, ¿y? ¿Cómo es el argumento? Es exactamente uno de los argumentos que vimos con
Maimónides. Si hay una regresión al infinito… no sé si hay una regresión al infinito, sino que muestra
que no es posible eso que se quiere enunciar. Y según ese argumento, ¿qué es lo que no es posible?
En ese argumento de Maimónides. Este es un argumento que tiene que ver con la física aristotélica,
pero en Maimónides.

Estudiante: ¿No era que para que todo movimiento inicie tiene que haber un movimiento anterior?
Sí, todo cambio presupone de alguna manera un cambio anterior. Porque el cambio se da porque
hay algo que produce el cambio y algo que experimenta el cambio. Y los dos, cuando comienza el
cambio, sufren una modificación. Para que haya esa modificación, tiene que haber pasado algo.
Entonces, eso me remite a un cambio anterior. Y así al infinito. Entonces, siempre tengo que pensar
un cambio anterior a un cierto cambio. O sea, no puede haber algo así como un primer comienzo.
Si hay un cambio, hay un cambio anterior. Nada comienza a moverse con novedad, o sea, nada
comienza a moverse en un sentido absoluto si no es por el hecho de que lo que mueve o el móvil se
hallan ahora de un modo distinto a como se hallaban antes. Si el fuego está exactamente en el
mismo estado y el leño está exactamente en el mismo estado, no hay un comienzo del movimiento.
Pero lo que se halla ahora de un modo distinto a como se hallaba antes, se mueve. O sea, para que
se verifique esa modificación en el estado del motor y de lo movido, tiene que haber un cambio. Por
tanto, antes de todo movimiento que empieza con novedad, hubo algún movimiento. Esta
proposición es la antesala del absurdo. O sea, está deduciendo que antes del movimiento originario
hay un movimiento anterior. Por tanto, siempre hubo movimiento. Y el argumento refuerza la
conclusión diciendo “Por tanto, siempre hubo movimiento, y también <hubo> móvil”, o sea, siempre
hubo un movimiento en el universo, por tanto siempre existió el universo, que es lo que queremos
demostrar. Porque el movimiento no está sino en el móvil. O sea, no hay una idea de movimiento,
el movimiento no es un ser absoluto, el movimiento es algo que le pasa a una cosa, a algo que se
está moviendo. Y el argumento se refiere no a un móvil en particular sino al conjunto del universo.

Vamos al argumento 7, página 2.

“[7] Además, todo lo que está siempre en el principio y siempre en el fin, no puede comenzar
ni terminar, porque lo que comienza, no está en su fin, y lo que termina, no está en su
principio. Pero el tiempo está siempre en su principio y en su fin. Porque nada hay en el
tiempo que no sea el ahora, el cual es fin del pretérito y principio del futuro. Por tanto, el
tiempo no puede comenzar ni terminar. Y por consiguiente, tampoco el movimiento, del
cual el tiempo es número.”

¿Por dónde pasa este argumento? Por el tiempo, ¿no? ¿Qué estábamos tratando de demostrar?

Estudiante: La eternidad.

Sí. Todos estos siguen siendo ejemplos de pruebas que se supone que filosóficamente demuestran
la eternidad del mundo y se supone que Tomás de Aquino le va a encontrar alguna piedrita, alguna
cosita, no para decir que el argumento está mal, no para decir que la conclusión opuesta es
verdadera, sino para decir que el argumento no termina de probar necesariamente su conclusión.
Este argumento toma la noción del tiempo. ¿Qué toma del tiempo para tratar de demostrar que el
mundo es eterno?

Estudiante: Toma el movimiento

En realidad, el argumento no toma el movimiento. Trae a colación porque el tiempo tiene relación
con el movimiento.

Estudiante: Que es incorruptible el tiempo.


Sí, yo no diría que es incorruptible, porque lo incorruptible se usa más… el corromperse en el
vocabulario aristotélico es como un par que se opone a “generación”, algo se genera o se corrompe.
Y del tiempo no dice, en realidad, que se genera o se corrompe. Aunque, en el fondo, uno podría
decir que hay una determinación temporal del pasado que ya no está. Pero sí la idea es más que
comienza o que termina, que tiene principio o que tiene un fin. ¿Sí?

Estudiante: Yo iba a decir que el tiempo es como la idea del “ahora”.

Sí, está bien como lo dijiste. El tiempo no es una sucesión de “ahoras” porque no es como una
sucesión de puntos. Incluso geométricamente una sucesión de puntos no es una línea. Hay una
definición patética geométrica de la línea como una sucesión de puntos y, en realidad, el punto es
una entidad geométrica que no tiene dimensión. Entonces, la línea no puede ser una sucesión de
puntos sino algo así como un punto que se proyecta, que se extiende. En ese sentido hay una
analogía entre el punto y el “ahora”, que es lo que toma Aristóteles en el Libro IV de la Física. Hay
un ahora que es algo así como el principio del tiempo. El tiempo es el número del movimiento. ¿Qué
quiere decir que sea el número del movimiento? Que es lo que es numerado en las distintas fases
de ese proceso que experimenta lo que se está moviendo. ¿Tienen claro el pensamiento
sustancialista aristotélico? No existe “el ser”, existen cosas que son. No existe “el movimiento”,
existen cosas que se mueven. Entonces, lo que hay es algo que se mueve, que cambia y que va
experimentando distintas fases de ese cambio. En la medida en que es posible numerar, eso es el
tiempo.

Estudiante: Es continuo.

Es continuo y el tiempo es continuo porque el movimiento es continuo. El tiempo es continuo y el


espacio en el que se mueve el móvil es continuo porque el movimiento es continuo. ¿Qué quiere
decir “continuo”? Que es divisible al infinito. Que no son cachitos o pedacitos que están juntados,
sino que no puedo encontrar un hueco, por así decirlo, entre todas esas partes. Entonces, lo que
dice el argumento es que ese “ahora” está siempre en su principio y siempre en su final. Porque
todo “ahora” es principio del tiempo futuro y es final del tiempo pasado.

Estudiante: ¿Hay una relación con Agustín con esa idea del ahora que es el fin del pasado pero es el
comienzo del futuro?

En cierto sentido, no. Es un abordaje distinto. Terminan hablando, si vos querés, de las mismas
cosas, que tienen que ver con el fenómeno del tiempo. Hacer un análisis filosófico del tiempo implica
que tenés que hablar del pasado, del presente y del futuro y hay una relación con el movimiento de
las cosas y hay una relación con la percepción interna. Pero el asunto es cómo vos ordenás todo eso.
Entonces, el análisis filosófico que hace Agustín es bastante distinto porque es un análisis del tiempo
en el alma, a tal punto que hacia el final, la definición de Agustín es que el tiempo es algo del alma,
es como una distensión del alma, que es como que se estira y recoge las cosas pasadas y se proyecta
hacia las cosas futuras. En realidad, no existe el pasado, no existe el futuro y el presente, como es
un punto, es como una cosa invisible. En realidad lo que hay es un presente de las cosas pasadas en
la memoria; un presente de las cosas presentes, que lo llama algo así como intuición o visión interior
y hay un presente de las cosas futuras, que lo llama “espera”. Es un tipo de abordaje filosófico que
me parece que se presta más a analogías con el análisis de la temporalidad de la conciencia en un
autor como Husserl o Heidegger, porque hay ese tema desde una posición de la conciencia. Pero
hay un punto un poco más objetivo en el sentido de la descripción del tiempo. El tiempo es el
número del movimiento. Vos me habías preguntado la vez pasada si en esta descripción no hay un
componente subjetivo. Y sí, y lo trata Aristóteles, es el alma la que numera. Y cuando Tomás de
Aquino retoma eso dice algo bastante fuerte. Dice que la definición del tiempo no se completa sin
el alma. Es casi como decir, el tiempo será algo real de las cosas, pero no hay tiempo, en cierto
sentido, no hay noción de tiempo sin ese completamiento del alma.

Estudiante: ¿Eso sigue estando de acuerdo con Tomás de Aquino?

Eso lo dice Tomás de Aquino interpretando a Aristóteles. Bueno, todo esto es usado para demostrar
que el tiempo es eterno y si el tiempo es eterno, el movimiento es eterno. Y si el movimiento es
eterno, el mundo es eterno. No puede haber algo así como un primer “ahora”. Para todo “ahora”
hay un “ahora” anterior. Y no puede haber un último “ahora”. Para todo “ahora” hay un “ahora”
posterior. ¿Qué les parece este argumento? En cierto sentido el tiempo no se compone más que del
“ahora”. El pasado es algo así como un “ahora” que ha dejado de ser porque corresponde a una fase
antes del cambio. Entonces, el tiempo es el número del movimiento según el antes y el después. Y
entiendo yo que no es una definición circular, como si presupusiera las nociones de antes y después
en el tiempo. Sino que hay como una versión de anterioridad y posterioridad del movimiento y eso
determina el del tiempo.

Argumento 9.

“[9] Además, puesta una causa suficiente, es puesto el efecto, pues la causa a la cual no
sigue el efecto es una causa imperfecta, que necesita de otra cosa para que el efecto se
siga.”

¿A quién les hace acordar esto?

Estudiante: A Ibn Sina

A Ibn Sina, por supuesto.

“Pero Dios es causa suficiente del mundo, tanto <causa> final, en razón de su bondad, tanto
<causa> ejemplar, en razón de su sabiduría, tanto <causa> efectiva, en razón de su potencia,
como es manifiesto por lo precedente.”

Por supuesto que todo esto lo tenía que decir, porque todo esto está de acuerdo y ya lo demostró
Tomás de Aquino. Que Dios es causa efectiva, causa eficiente; que es causa final, que todo mundo
tiende hacia Dios y que Dios gobierna el mundo; y que es causa ejemplar porque en Dios están todos
los arquetipos contenidos en la mente divina, que son como los ejemplares de todas las cosas. Dios
es causa suficiente, no esa causa imperfecta que necesita de algo para que la cosa se dé.

“En consecuencia, Dios es desde la eternidad, y el mundo fue desde la eternidad.”

¿Cuál es la diferencia entre este argumento y los anteriores?

Estudiante: Dios.

Estudiante: Hay una causa, pero nunca demuestra esa causa.

La causa seguro, es lo más fácil de demostrar. Porque se demuestra que Dios es eterno.
Estudiante: Entonces, ¿de qué es causa?

Es causa del ser. Para eso te convenció Ibn Sina que la relación entre la causa y el efecto no pasa por
la anterioridad temporal, sino que se expresa en este condicional que acaba de mencionar: puesta
la causa, se sigue necesariamente el efecto. El “se sigue” no es temporal. ¿Qué quiere decir esto?
Que esto no podría existir si no estuviera esto otro. Hacia el final, no en este artículo sino en otro,
hay un ejemplo para los que somos duritos y no podemos entender esto de que haya una causa que
no sea anterior temporalmente. Y está tomado de Agustín. Pero pregunto, ¿qué diferencia tiene
este argumento respecto de los anteriores?

Estudiante: Los anteriores partían de principios del mundo natural.

Exacto. Lo mismo que ocurría en Maimónides. ¿Se acuerdan que eran cuatro pruebas de Aristóteles
y después había tres pruebas de los seguidores de Aristóteles? Acá también, Tomás de Aquino está
considerando, en el fondo, no tanto pruebas de Avicena o la posición de alguien. Sino que está
tomando algunos principios que tienen que ver con la naturaleza de Dios y de la acción causal de
Dios con los que él está de acuerdo. Él ya ha demostrado que Dios es causa eficiente, que es causa
final… se cae de maduro que Dios es eterno. Y en todas estas condiciones parecería que se sigue
necesariamente que el mundo es eterno. En ese sentido, digamos, es más difícil sostener lo
contrario. Puede que sea difícil entender cómo es que una causa es eterna y que no hay a un
comienzo temporal; pero, en todo caso, lo que es más difícil de entender es cómo habiendo una
causa suficiente de naturaleza necesaria y que es eterna, cómo el efecto puede comenzar, cómo
podría ser de otra manera. No se entiende. Una de dos: o la causa no es de esa naturaleza o el efecto
es eterno. Esto es lo que tiene que despejar Tomás de Aquino. Bueno, ¿preguntas hasta aquí?

Estudiante: [inaudible, sobre un tiempo verbal en “el mundo fue desde la eternidad”]

Ehm, tendría que ver si se me chispoteó un tiempo verbal, ahí. La misma expresión “desde la
eternidad” es metafórica. Dios es eterno. Si está la diferencia del pasado quizás es porque, a pesar
de que los dos son eternos, pertenecen a un distinto nivel de eternidad. Porque hay una eternidad
transtemporal de lo que trascurre todo el tiempo. Pero, de alguna manera, está en el tiempo. Y está
la eternidad de lo que está fuera del tiempo. Quizás sea por eso, quizás sea un error simplemente.
A lo mejor, o quizás el verbo ni siquiera figura y yo al reponerlo se me escapó el tiempo verbal.

El 10, por ejemplo, es un argumento distinto, independiente. Ustedes tienen que pensar que todos
estos argumentos, que están antepuestos, son todos argumentos independientes. ¿Qué quiere
decir que un argumento es independiente?

Estudiante: No está presentado por Tomás

No. Si yo digo que estos argumentos son independientes lógicamente, ¿qué quiere decir?

Estudiante: Que no comparten premisas

Claro. Que no hay ninguna de las premisas de un argumento que dependa de las premisas o de la
conclusión de otro argumento. Si yo utilizo un argumento para una parte de otro argumento, allí
hay una conexión, una dependencia lógica. En la forma en que están enunciados estos argumentos,
son lógicamente independientes. Después de eso, ustedes pueden notar que hay un aire de familia,
les puede parecer que es todo lo mismo, pero lógicamente son independientes. Y hay una cosa
medio extraña. Como son argumentos independientes, desde el punto de vista lógico, un argumento
no le agrega nada a l otro. Aunque todos los otros diez se caigan, con uno alcanza. En este caso no
alcanza porque no son argumentos para demostrar una tesis, sino argumentos para demostrar que
la tesis no termina de demostrar lo que quiere demostrar. O sea que desde el punto de vista lógico,
los argumentos son independientes. Desde el punto de vista filosófico, no. No da lo mismo que yo
tenga veintincinco argumentos o cincuenta, como Aristóteles para refutar la teoría de las ideas.
Entonces, el argumento 10, muy cortito, parece ser lo mismo que lo anterior, pero es distinto.

“[10] Además, el efecto de aquello cuya acción es eterna es también él eterno. Pero la acción
de Dios es su sustancia, la cual es eterna. Por tanto, el mundo también es eterno.”

Que la acción de Dios sea su sustancia quiere decir que Dios se identifica con su acción. No es que
Dios es algo que tiene la capacidad de actuar. Bueno, después de esta exposición de estos
argumentos, ¿qué vendrá?

Estudiante: [inaudible]

No, eso sería otra cosa. En una fase posterior de la argumentación escolástica aparecen como dos
series de argumentos; en este caso, los argumentos para la otra posición están en el artículo
siguiente. Están en el artículo 2. Que sería la contratesis de que se puede demostrar filosóficamente
que el mundo tuvo un comienzo, pero Tomás de Aquino tampoco va a dar respuesta a esos
argumentos. Porque la tesis de Tomás de Aquino es que la conclusión no es necesaria ni respecto
de la eternidad del mundo ni respecto del comienzo temporal del mundo. Yo a lo que apunto es que
en el resto de este artículo hay como dos secciones, ¿cuáles son esas secciones? Que cumple con lo
que decimos: mostrar por qué estos argumentos no demuestran lo que quieren demostrar. Pero
hay como dos momentos, incluso tres. ¿Qué será?

En primer lugar, hay, donde dice “Pero en contra está” es una parte que aparece siempre, que es
como una indicación de una cita de la Biblia, de alguna autoridad de la iglesia o, a veces, de un texto
filosófico, eso depende de la cuestión. Y después de eso, ¿qué viene?

Estudiante: La respuesta.

La respuesta. Donde dice: “Respondo que ha de decirse que”. Es el momento en el que, en primera
persona, el maestro hace la determinatio, o sea, el pronunciamiento sobre la cuestión. En esa parte
están enunciados como los principios generales que resuelven la cuestión. Es como si dijéramos que
está la clave que da la respuesta a la cuestión. Después de esta parte central, va a venir una
respuesta, uno por uno, a cada uno de los argumentos. Por eso en página tres dice: “A lo primero
hay que decir que […]”. Es una réplica al primer argumento. “A lo segundo hay que decir que […]”,
es una réplica al segundo argumento.

“Respondo que ha de decirse que nada aparte de Dios existió desde la eternidad. Y afirmarlo,
ciertamente, no es imposible.” ¿Por qué dice que no es imposible? ¿Qué dicen estas dos frases?

Estudiante: No es imposible formular cierta afirmación.

Sí, ¿la primera frase qué dice? Está diciendo que ninguna otra cosa que no sea Dios es eterna. La
única cosa eterna que hay, en sentido absoluto, es Dios. Pero la siguiente frase dice: afirmarlo no es
imposible. ¿Por qué dice que no es imposible en vez de decir que es verdadero? Porque él va a
pensar que, en realidad, esto no puede probarse demostrativamente. Nada aparte de Dios es
eterno, esto es algo que no es imposible, no hay ninguna contradicción. Sabemos que es verdadero,
sí. ¿Lo podemos demostrar? No, no podemos. En realidad, si entiendo bien, esos dos párrafos que
siguen son como una argumentación para estas dos frases. Mejor dicho, el primer párrafo es para
argumentar la segunda frase, que no es imposible. Y, en el siguiente párrafo, dice que, sin embargo,
no se puede demostrar. Fíjense que el final de este párrafo dice: “Por tanto, no es necesario que el
mundo exista siempre.” La conclusión de este argumento no es “sabemos necesariamente que el
mundo comenzó, que únicamente Dios es eterno”. No, la conclusión de este argumento es “no es
necesario que el mundo exista siempre.” Esta sí sería una prueba dialéctica, porque lo que está
demostrando es simplemente una posibilidad. Porque lo que está demostrando es simplemente una
posibilidad. “No es necesario” es equivalente a decir “es posible”.

“Se ha demostrado antes que la voluntad de Dios es causa de las cosas. Así pues, algunas
cosas existen necesariamente, tal como es necesario que Dios las quiera, puesto que la
necesidad del efecto depende de la necesidad de la causa, como se dice en el <libro> quinto
de la Metafísica. Ahora bien, se ha demostrado antes que, hablando en sentido absoluto,
no es necesario que Dios quiera nada, si no es a sí mismo. Por tanto, no es necesario que
Dios quiera que el mundo haya existido siempre. Pero el mundo existe tanto tiempo cuanto
Dios quiere que él sea, puesto que el ser del mundo depende de la voluntad de Dios como
de su causa. Por tanto, no es necesario que el mundo exista siempre.”

Acá sí está lo que vos preguntabas respecto de Maimónides. Está dando por supuesto Tomás de
Aquino que Dios es causa del mundo y que actúa como un agente voluntario. En un análisis teológico
de la voluntad divina, el querer de Dios puede ser necesario o contingente. Puede querer
necesariamente algo o lo puede querer contingentemente. Dios solo puede, desde el punto de vista
teológico, solo puede querer algo que tenga relación con su propia esencia. Cualquier otro objeto
exterior a la voluntad divina tiene una relación contingente con esa voluntad. Es lo mismo que decir
que Dios no está obligado a querer nada. Dios no está obligado a querer ni la creación del mundo,
ni la duración eterna del mundo. Ningún objeto externo a la voluntad divina puede ser necesario
respecto de la voluntad divina. Por lo tanto, ¿el mundo comenzó? No. Con este argumento no nos
alcanza para demostrar que el mundo tuvo un comienzo en el tiempo. Nos alcanza para demostrar
que es posible, es posible que Dios quiera que las cosas no existan siempre. Y es lo que le alcanza a
Tomás de Aquino.

Estudiante: Como que dependiendo de la voluntad tal vez podría directamente no existir si no
quisiera.

Eso seguro, pero además la cuestión no se refiere solo a la existencia sino a la duración. A si el
mundo existió eternamente o comenzó existir. En definitiva, no lo podemos probar. Podemos saber
que si Dios es un agente voluntario y tiene una voluntad contingente respecto de cualquier cosa
distinta de sí, se le puede cantar que el mundo sea eterno o que no sea eterno. Pero no lo podemos
probar. Lo que hemos podido probar es que no es imposible, no es algo incompatible con la
naturaleza del mundo. Queda como algo posible. Lo que sigue es lo que ya saben, o sea, Maimónides
al pie de la letra.

“Y esto” O sea, que el mundo es eterno. “no puede probarse demostrativamente. Ni los
argumentos que aduce Aristóteles al respecto son demostrativos en sentido absoluto, sino
sólo relativo, a saber, para contradecir los argumentos de los antiguos, quienes afirmaban
que el mundo comenzó a existir, según ciertos modos imposibles en la verdad.”

Aristóteles, en realidad, no puso alguna de estas pruebas para demostrar que el mundo es eterno
sino que lo que quería era refutar argumentos de algunos presocráticos que habían dicho que el
mundo había comenzado, pero que lo habían hecho mal. Lo habían hecho a partir de principios que
no son verdaderos. Entonces, interpreta Tomás de Aquino, repitiendo a Maimónides, que esas
pruebas de Aristóteles no son demostrativas, sino que son pruebas dialécticas. Y a continuación
prueba esta hermenéutica.

“ello es evidente por tres <razones>. En primer lugar, tanto en el <libro> octavo de la Física
como en el <libro> primero del tratado Del cielo, antepone algunas opiniones, como las de
Anaxágoras, Empédocles y Platón, contra las cuales aduce argumentos contrarios. En
segundo término, porque toda vez que habla de este asunto, aduce los testimonios de los
antiguos, lo cual no es propio de quien demuestra, sino de quien persuade con
verosimilitud.” Este argumento de que el recorrer las opiniones de los precedentes, para
tratar de apoyar o reforzar la tesis, es prueba de que no se trata de una auténtica
demostración. Porque sino ¿para qué traer a colación tantos argumentos si la demostración
es completa? “Finalmente, porque dice expresamente en el <libro> primero de los Tópicos,
que hay algunos problemas dialécticos, acerca de los cuales no disponemos de argumentos,
como v.gr., si el mundo es eterno.”

Las tres cosas que dice Maimónides, si no me equivoco en el Capítulo XVI. ¿Preguntas?

Estudiante: Te hago una pregunta, ¿Santo Tomás leía a Maimónides?

Sí, por supuesto. Y lo cita, de hecho, cita la Guía de perplejos. Por supuesto, leyó una traducción
latina de una versión de la Guía de perplejos que es un poco complicada la derivación del texto
porque hay una versión… Maimónides escribe en un judeo-árabe, o sea, en un árabe clásico que se
escribe con caracteres hebreos; pero hubo también una traducción hebrea de Maimónides.
Entonces, en algún momento se produjo una versión más corta y una más larga. Y se conserva una
versión de la traducción latina, que deberían haber trabajado los autores medievales. Entonces él,
sí, lo conoce y lo cita. Maimónides tiene una teología negativa muy importante, al igual que
Eriúgena. Una teología más negativa todavía que la de Tomás de Aquino, entonces él discute algunos
puntos con Maimónides y lo cita. ¿Otra pregunta?

Estudiante: ¿Cuál es la consecuencia de que sea posible la eternidad del mundo? ¿Por qué insiste
en que sea posible?

Lo que yo interpreto es la consecuencia no menor de decir que la física aristotélica no está mal. Lo
mismo que en Maimónides. Fijate que está claro que en los argumentos que están tomados de parte
del mundo, están todos basados en las nociones fundamentales de la física aristotélica: la materia,
la incorruptibilidad del cielo, la naturaleza del tiempo, el análisis de los cambios… toda la física
aristotélica. En parte de ese paquete de la física aristotélica que es el que entra en el siglo XIII, que
es el nuevo material filosófico que se estudia en la universidad, tiene una tesis controvertida que es
la eternidad del mundo, que parece ser una afirmación contraria a la fe. Para Tomás de Aquino es
una verdad de la fe, porque Tomás de Aquino no es como Averroes, que tiene un consenso unánime,
como para poder trabajar y decir: bueno, en este asunto teórico no se ha establecido un consenso
unánime. Acá hay un aparato dogmático de la Iglesia y se entiende, entonces, que el comienzo
temporal del mundo es una verdad. La tesis contraria tiene que ser falsa. Entonces, esa tesis falsa
está metida dentro de todo ese aparato filosófico de la física y de la metafísica aristotélica. Cuando
yo digo que la eternidad del mundo es posible, lo que estoy diciendo es que todo ese aparato
filosófico, en líneas generales, está bien y que lo que presuntamente está mal, en realidad es un
error de interpretación de algunos, que pensaron que estas pruebas son demostrativas. Esa es una
respuesta histórica para la pregunta tuya, que se complementa todavía más cuando veamos el
segundo artículo, en el cual los aludidos son algunos cristianos –léase algunos intelectuales
franciscanos- que hacen demostraciones filosóficas para la tesis del comienzo temporal del mundo.
Y Tomás de Aquino piensa que esas pruebas filosóficas están mal, que ellos intentan ser más hábiles
que Aristóteles, digamos, y creen, muy bien intencionados, que se puede demostrar el comienzo
temporal del mundo. Y él hace el mismo análisis para demostrar que tampoco se puede demostrar
el comienzo temporal del mundo. Hay una obra que él escribe que se llama “Acerca de la eternidad
del mundo” y se le puso de subtítulo “Contra murmurantes”, los que murmuran vendrían a ser estos
franciscanos que quieren hacer pruebas filosóficas y que para Tomás de Aquino hay una parte que
la razón humana no puede determinar. Entonces, por eso quiere salvar a la fe, pero salva también
a la física aristotélica. Bueno, nos vemos el viernes.

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