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INTRODUCCION

Las infecciones de vías urinarias (IVU) representan una preocupación significativa en la


población adulta mayor, ya que pueden afectar la calidad de vida y predisponer a complicaciones
de salud. Su incidencia se incrementa con la edad, ya que el proceso de envejecimiento ocasiona
una modificación en los mecanismos de defensa ante las infecciones.

Lozano (2003) define a las infecciones del tracto urinario (ITU) como la “Colonización y la
multiplicación de un microorganismo, habitualmente bacterias, en el aparato urinario.” Este hace
mención que son las infecciones más comunes después de las del aparato respiratorio.

Cabe destacar que no existe una definición específica para “infección urinaria”; sin embargo, hay
conceptos que deben ser identificados: bacteriuria (presencia de bacterias en la orina), piuria
(más de 10 leucocitos por campo) y bacteriuria asintomática (ausencia de signos y síntomas
sugestivos, en presencia o no de piuria). Esta última no requiere ser tamizada en adultos mayores
y en caso de que esta exista, no se debe brindar tratamiento antibiótico. (González et al., 2022)

González et al. (2022) afirma que los microorganismos que colonizan el tracto urinario pueden
llegar por vía hematógena o linfática, sin embargo, se ha identificado que la vía más común por
la cual la mayoría ingresa es de manera ascendente por la uretra. Suelen ser bacterias fecales,
principalmente, bacilos gramnegativos. El organismo más frecuente es Escherichia coli.
Representa del 75% al 95% de las infecciones agudas no complicadas, las cuales son provocadas
generalmente solo por un organismo, a diferencia de las infecciones presentadas en adultos
mayores con catéter urinario, en estas predomina bacteriuria polimicrobiana.

La búsqueda de estrategias efectivas y seguras para la profilaxis de las infecciones de las vías
urinarias ha llevado a la exploración de enfoques preventivos basados en la evidencia científica.
En este contexto, se ha explorado activamente el papel de los arándanos, especialmente el
arándano rojo (Vaccinium macrocarpon), como una herramienta potencial en la profilaxis de las
infecciones de las vías urinarias. Los arándanos (en forma de zumo, comprimidos o cápsulas) se
utilizan desde hace muchos años para prevenir las infecciones urinarias. (Williams et al., 2023)

Los arándanos contienen compuestos bioactivos, como las proantocianidinas, que han
demostrado propiedades antibacterianas y antiadherentes, interfiriendo en el proceso de
colonización bacteriana en las mucosas del tracto urinario. Esta capacidad antiadherente se
considera crucial en la prevención de las infecciones urinarias, ya que ayuda a evitar que las
bacterias patógenas se adhieran a las paredes del tracto urinario.

A medida que la comunidad científica profundiza en la investigación sobre los beneficios


potenciales de los arándanos, se plantea la posibilidad de su inclusión en estrategias de
prevención de infecciones urinarias en la población adulta mayor, ofreciendo una alternativa
natural y complementaria a las intervenciones convencionales. (Williams et al., 2023).

PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

La cuestión primordial que impulsa el presente estudio radica en la siguiente interrogante: ¿Hasta
qué punto puede ser concebido el consumo de arándanos como una estrategia efectiva y segura
para la profilaxis de infecciones de las vías urinarias en la población adulta mayor? La
formulación de esta interrogante encuentra justificación en la imperativa necesidad de afrontar la
creciente carga de infecciones de las vías urinarias en este segmento demográfico, así como en la
búsqueda de alternativas preventivas que atenúen la dependencia de tratamientos antibióticos,
con fines de evitar las posibles complicaciones inherentes a dicha dependencia.

Las infecciones urinarias tienen una prevalencia marcadamente superior en mujeres adultas en
comparación con hombres, posiblemente atribuible a la longitud más reducida de su uretra,
facilitando así el ingreso más sencillo de bacterias desde el intestino.

De acuerdo a Rodríguez‐Mañas (2020) “Las infecciones de vías urinarias es la segunda infección


más común en mujeres mayores que viven en la comunidad y la causa más común de infección
en mujeres mayores hospitalizadas o en cuidados a largo plazo.” Un estudio de cohorte
prospectivo de mujeres posmenopáusicas que viven en la comunidad (de 55 a 75 años) informó
una incidencia general de IVU de 7 casos por 100 personas-año. En comparación, un estudio de
los Estados Unidos realizado entre 1988 y 1994 en hombres de 65 a 74 años estimó la incidencia
en 5 casos por 100 personas-año. Un estudio holandés sobre IVU en sujetos mayores de 85 años
informó un riesgo 1,7 veces mayor en las mujeres (incidencia de 12,8 por 100 personas-año) que
en los hombres (incidencia de 7,8 por 100 personas-año). (Rodríguez‐Mañas, 2020)

Así mismo en el respectivo estudio, Rodríguez‐Mañas (2020) afirma que independientemente del
sexo, la incidencia de IVU clínicamente diagnosticada aumenta con la edad. Un estudio
observacional de infecciones urinarias en adultos mayores mayores a 65 años realizado entre
2004 y 2014 en el Reino Unido demostro que, en las mujeres, la incidencia aumentó de 9 a 11
casos por 100 personas al año. En aquellos pacientes entre 65 y 74 años, de 11,4 a 14,3 casos y
14,7 a 19,8 casos por 100 personas al año en pacientes de 75 a 84 y >85 años. Los valores
correspondientes en los hombres fueron 2,8–3,0, 5,9–6,1 y 8,1–10,5 casos por 100 personas-año.

La consideración del arándano como parte integral de la profilaxis para infecciones de las vías
urinarias (IVU) en adultos mayores reviste una importancia sustancial desde una perspectiva
médica e investigativa. Dado que las IVU son recurrentes en la población adulta mayor, contar
con una estrategia profiláctica que aborde la tendencia a la recurrencia es crucial. El arándano, al
poseer propiedades que reducen la adhesión bacteriana, podría mitigar la repetición de episodios
infecciosos, mejorando así la calidad de vida y reduciendo la necesidad de tratamientos
repetitivos.

Además, la creciente preocupación por la resistencia antibiótica resalta la necesidad de explorar


alternativas a los tratamientos convencionales basados en antibióticos. Integrar el arándano en la
profilaxis de las IVU presenta la posibilidad de reducir la dependencia de antimicrobianos,
mitigando así los riesgos asociados con la resistencia bacteriana y los efectos secundarios de los
antibióticos.

Las IVU representan un problema de salud pública, especialmente en la población adulta mayor.
Este estudio habla sobre el potencial preventivo del arándano, donde podría ofrecer una
estrategia adicional para reducir la incidencia de estas infecciones, mejorando así la salud general
de la población geriátrica.

METODOLOGÍA

Se empleó una búsqueda exhaustiva mediante la plataforma PUBMED desde agosto de 2023
hasta el 1 de diciembre de 2023 como plataforma de base, pero también se utilizaron búsquedas
en la Plataforma de Registro internacional de Ensayos Clínicos de la OMS y Google Scholar
para obtener títulos relacionados al tema. Los términos de búsqueda incluyeron entre otros,
arándano rojo, profilaxis para infección de vías urinarias (IVU) en el adulto mayor, terapia no
antibiótica para IVU, Escherichia coli, patologías del adulto mayor. Fueron examinados por
todos los integrantes que conforman la edición de dicho artículo. Debían ser artículos donde se
empleará información relevante acerca de la utilización del arándano como profilaxis para la
infección de vías urinarias. Se excluyeron artículos que tuvieran mas de 5 años de publicación,
artículos con poca relevancia clínica y aquellos que utilizaban animales como muestra debido a
que no se puede aplicar a la practica médica. Los revisadores utilizaban copias completas de los
artículos, si aquellos estudios cumplían con los criterios de inclusión y exclusión antes descritos,
se empezaba a realizar el marco teórico para completar con las ideas de los integrantes.

En la revisión se incluyeron ensayos con diseño, ensayo clínico cruzado, de cohorte, de revisión
y observar el período y comparación entre dichos artículos y observar su relevancia. Cuando se
encontraron los artículos se observo y exploró los datos utilizados de los estudios previamente
identificados. Los resultados se analizaron exhaustivamente para observar su estabilidad en
relación con factores que hacen al arándano profiláctico contra IVU.

MARCO TEÓRICO

Las infecciones de vías urinarias (IVU) son una de las patologías mas comunes en el adulto
mayor tanto en el entorno comunitario como hospitalario, siendo el sector mas afectado las
mujeres menopáusicas. ITU) Jung (2019) afirma: “son una de las infecciones más comunes y
afectan hasta al 50% de las mujeres a lo largo de su vida, y casi la mitad de estas mujeres
experimentan una recurrencia en 6 a 12 meses” (p.90). Pero no solo afecta a la población
femenina, sino que hay un porcentaje significativo en relación a la población masculina.

Las IVU afectan alrededor del 20% de la población masculina a lo largo de su vida. La
incidencia de IVU en la comunidad es de 0,9 a 2,4 casos por 1.000 hombres <55 años, y
hasta 7,7 por 1.000 en hombres ≥85 años. Las IVU son una causa común de bacteriemia e
infecciones recurrentes en esta población. Las IVU son la segunda causa más común de
uso de antibióticos en atención primaria. (Farrell, 2021, pág. 2)

El agente etiológico mas susceptible para IVU en personas mayores debido a que presentan un
sistema inmunológico deprimido y presentan comorbilidades es la Escherichia coli. Michno,
(2018) aforma “E. coli fue el uropatógeno aislado predominante en la población estudiada
(72,9%). Proteus sp. (10,0%), Staphylococcus sp. (8,3%) Enterobacter sp. (6,7%), Klebsiella sp.
(3,3%) y Enterococcus sp. (3,3%)” (p 518) se encuentra una variedad extensa de patógenos
relacionados con el IVU pero hay factores que provoquen que el adulto mayor presente IVU
como es la utilización de un catéter urinario

El cateterismo del tracto urinario es una de las causas más comunes de bacteriuria
causada por la tendencia de las bacterias a adherirse a materiales artificiales. Se cree que
CAUTI ocurre a una tasa de 3 a 7 % por día de cateterismo y la incidencia se acerca al
100 % dentro de los 30 días . Entre los pacientes hospitalizados en nuestro departamento,
se diagnosticaron CAUTI en un 1,3% de los casos, cifra ligeramente superior a la del
estudio realizado en Australia. En otro estudio, se notificaron CAUTI en el 2,2 % de los
pacientes hospitalizados del departamento de urología y ortopedia. (Michno, 2018, pág.
518)

El mecanismo por el cual ocurre la proliferación de la E.coli en el adulto mayor debido a que la
bacteria grannegativa asciende por la uretra y antes de adherirse al urotelio uniéndose a los
residuos de manora en las uroplaquinas de la superficie de las células uroteliales, después se
internalizan para seguir 2 vías, una via se multiplica dentro de las células uroteliales y sale para
recolonizar la vejiga y la segunda vía que es menos frecuente permanece en estado de reposo
dentro de las células uroteliales del huésped. Konesan J (pág. 1471). Dicho mecanismo es el mas
comun pero en mujeres menopáusicas ocurre un mecanismo diferente debido a que la especia
más comun en este sector de la población es por Lactobacillus.

La vagina premenopáusica sana está colonizada en gran medida por especies de


Lactobacillus, que dependen del glucógeno producido por las células epiteliales
vaginales. Los lactobacilos fermentan el glucógeno y crean ácido láctico, que inhibe otras
bacterias, por lo que mantienen un microbioma vaginal protector y previenen la disbiosis
y las infecciones. Los lactobacilos también mantienen la salud vaginal al prevenir la
adherencia de uropatógenos al epitelio vaginal. (Jung, 2019, pág. 3)

Aunque hay un tratamiento específico para las IVU, un problema que se enfrenta la población
hoy en día es la resistencia de los uropatógenos que provocan dicha enfermedad lo que ocasiona
que un gran sector tenga infecciones recurrentes a lo largo de su etapa adulto mayor

La resistencia a los antimicrobianos es un problema importante en la salud pública y la


atención al paciente. Se asocia principalmente con un abuso de agentes antimicrobianos y
dificulta la elección de un tratamiento empírico adecuado por parte de los médicos,
especialmente en casos de cepas multirresistentes (Michno, 2018, pág. 519)

Por eso la elección de tratamiento de un antibiótico de inicio automático depende de los patrones
de resistencia, la resistencia a los antibióticos de la comunidad local, la eficacia para aliviar los
síntomas y la tolerancia de los medicamentos. Los beneficios que conlleva la terapia al inicio
autónomo incluye que el paciente pueda cooperar con el tratamiento y así disminuya el tiempo
de la enfermedad del paciente. (Jung, 2019).

Cortes-Penfield (2017) afirma:

Los antibióticos brindan alivio sintomático y pueden ayudar a prevenir complicaciones


como pielonefritis, absceso perinéfrico y bacteriemia. Las directrices de la Sociedad
Estadounidense de Enfermedades Infecciosas de 2010 recomiendan cuatro agentes para el
tratamiento de la cistitis no complicada en mujeres: nitrofurantoína, fosfomicina,
pivmecilinam y, cuando las tasas de resistencia son inferiores al 20%, trimetoprim-
sulfametoxazol. Se considera una terapia de segunda línea, los antibióticos de tetraciclina
alcanzan niveles terapéuticos en la orina, son bien tolerados y pueden tener un papel
emergente como una opción oral para las infecciones urinarias causadas por organismos
productores de BLEE y resistentes a los carbapenémicos. (p.675)

Composición de los arándanos

Las frutas y verduras se han relacionado sistemáticamente con un menor riesgo de enfermedades
crónicas y problemas actuales de salud pública, en particular enfermedades cardiovasculares y
neurodegenerativas. (Gaziano, Prabhakaran, y Gaziano 2015; Morton. 2000; Wang. 2005;
Krikorian. 2010).

Apodada como una “superfruta” por los medios, el arándano es un excelente ejemplo de un
alimento que ha ganado una fuerte asociación con la promoción de la salud, respaldada por
literatura científica que vincula los arándanos con múltiples beneficios para esta , es decir, su
papel en el mantenimiento de las mismas, disminución de los niveles de azúcar en sangre,
reducción del estrés oxidativo, efecto antiinflamatorio, prevención de enfermedades
cardiovasculares, efecto antimicrobiano y antitumoral. (Wood 2009; Cassileth 1999; Neto
2007).
Desde una perspectiva nutricional, los arándanos son ricos en agua y azúcares, particularmente
glucosa y fructosa, aunque también están presentes otros azúcares como galactosa y ramnosa, a
menudo como unidades de azúcar asociadas con compuestos fenólicos. Poseen una cantidad
relativamente alta de ácidos orgánicos (p. ej., ácido cítrico y ascórbico), minerales (p. ej.,
fósforo, potasio y magnesio) y fibra, en particular pectinas. (Vrhovsek et al. 2012; Prior et al.
2001; Sousa et al. 2007.

Los arándanos se consideran desde hace mucho tiempo una buena fuente de compuestos
fenólicos. Las antocianinas son la familia de flavonoides más común en los arándanos y los
autores reportan la presencia de hasta quince antocianinas diferentes (monoarabinósidos,
monoglucósidos y monogalactósidos de cianidina, peonidina, delfinidina, petunidina y
malvidina). (Barnes. 2009; Routray y Orsat 2011; Gavrilova. 2011).

Debido a sus propiedades beneficiosas y su amplia gama de funciones biológicas, los pigmentos
antocianinas, considerados los flavonoides más abundantes en las bayas, se han estudiado
ampliamente. Actualmente se han descrito más de 600 antocianinas diferentes en el reino
vegetal. Estudios recientes han demostrado que aumentar la ingesta de antocianinas en la dieta
(de 3 a 24 mg/día) se asocia significativamente con una reducción del 12 al 32 % en el riesgo de
enfermedad coronaria demostraron que por cada aumento de 15 mg en la ingesta de antocianinas,
el riesgo relativo de infarto de miocardio disminuía en un 17%. Comer tres porciones de fresas o
arándanos por semana (unos 225 g) se asoció con una reducción significativa del riesgo de
infarto de miocardio y del riesgo cardiovascular general.

Aunque es el grupo de compuestos más abundante y, por lo tanto, el más frecuentemente


asociado con la actividad biológica de los arándanos, también se han informadola presencia de
tres tipos de ácidos fenólicos (gálico, siríngico y vanílico) y cinco ácidos cinámicos diferentes
(clorogénico, derivados principales, cafeico, ferúlico, o- y p-cumárico). (Brambilla. 2008 ,
Kader. 1996 y Skrede, Wrolstad, y Durst. 2000).

Propiedades promotoras de la salud de los arándanos

Existe una gran cantidad de evidencia epidemiológica que respalda la idea de que una dieta rica
en frutas y verduras juega un papel importante en la prevención de diversas patologías (por
ejemplo, reduciendo el riesgo de enfermedades cardiovasculares y algunos cánceres). Los
arándanos, ampliamente conocidos por poseer un alto contenido y diversidad de compuestos
fenólicos (particularmente antocianinas), han sido el foco de varios trabajos destinados a
caracterizar su potencial intrínseco de promoción de la salud.

De hecho, la capacidad de las antocianidinas (la forma aglicona de las antocianinas) para inhibir
la oxidación de lípidos se ha relacionado con su capacidad para quelar iones metálicos,
particularmente a través de su estructura odihidroxi de anillo B. [1].

- Actividad antioxidante

Las especies reactivas de oxígeno y nitrógeno (ROS y RNS, respectivamente) son compuestos
altamente reactivos, tanto radicales como no radicales, que pueden interactuar con varias
moléculas biológicamente relevantes. Su presencia se ha asociado con el desarrollo de diversas
afecciones inflamatorias, enfermedades degenerativas, cáncer, etc. [1].

Un aumento en el consumo de antioxidantes, compuestos exógenos que son capaces de


interactuar con los radicales originando compuestos estables y prevenir la oxidación de otras
moléculas, puede ser una forma de afrontar el estrés oxidativo. (Prior. 1998; Kalt. 1999;
Burdulis. 2009; Szajdek y Borowska 2008; Piljac-Zegarac, Belscak y Piljac 2009).

- Potencial antiinflamatorio
Los procesos inflamatorios, aunque importantes para la respuesta inmune, también pueden ser un
factor importante en el desarrollo de varias enfermedades crónicas, como diabetes, enfermedades
cardiovasculares, artritis y osteoporosis. (Libby 2007). La actividad antioxidante de las
antocianinas (una de las principales clases de compuestos fenólicos presentes en los arándanos)
se ha asociado no sólo con la extinción directa de las especies reactivas sino también con la
regulación positiva de las enzimas antioxidantes y de desintoxicación (enzimas de fase II),
reducción de enzimas oxidativas). (Srivastava. 2007; Shih, Yeh, y Yen 2007).
- Efecto inmunomodulador

Una forma en que se cree que las antocianinas inhiben la formación de tumores está relacionada
con sus posibles efectos inmunomoduladores, posiblemente a través de la estimulación de las
células asesinas naturales (NKC; un grupo de linfocitos responsables de las respuestas inmunes
contra células anormales). (Seeram 2008; Vivier. 2008; McAnulty. 2011; Sun. 2015).
- Neuroprotección

Algunos autores han insinuado que el consumo de arándanos puede ayudar a revertir parte de la
disminución de la función cerebral causada por el estrés oxidativo relacionado con la edad. De
hecho, se informó que los efectos neurotóxicos del ácido paño en ratones se redujeron después
del consumo de arándanos , que mejoró la respuesta inflamatoria exacerbada causada por el
ácido kaínico en el hipocampo.(Shukitt-Hal. 2008).

Se ha descrito que las antocianinas (pigmentos de arándano) ejercen efectos neuroprotectores de


cuatro maneras diferentes: actúan como antioxidantes, promueven la homeostasis del Ca2+,
actúan como agentes antiinflamatorios e inhiben la apoptosis. (Lin and Beal 2006; Krantic. 2005;
Murata, Ohtsuka, y Terayama 2008).

- Prevención de enfermedades cardiovasculares

Evidencia relativamente reciente ha demostrado que el consumo de ciertas frutas, incluidos los
arándanos, puede ser más eficaz en la lucha contra las enfermedades cardiovasculares, ya que los
flavonoides se asocian con una mejora del flujo sanguíneo y la función endotelial, y el consumo
de arándanos en particular se asocia con un riesgo reducido de ataque cardíaco en mujeres.
(Gaziano, Prabhakaran, y Gaziano 2015; Morton . 2000).

Además, se ha descrito que las células endoteliales vasculares (VEC), cuyo daño también está
asociado con el desarrollo de enfermedades vasculares, son capaces de integrar antocianinas en
su membrana y en su citosol. (Ramirez-Tortosa. 2001; Youdim, Martin, y Joseph 2000).

- Antiobesidad

Se informó que agregar polvo de arándano a una dieta alta en grasas resultó en una disminución
de la acumulación de grasa intraperitoneal, un aumento de los niveles de adiponectina, una
disminución de los marcadores inflamatorios y una mejora de la dislipidemia.

Se ha descrito que tanto las antocianinas como los extractos ricos en antocianinas estimulan la
transcripción del receptor activado por el proliferador de peroxisomas (PPAR; implicado en la
regulación de la homeostasis energética), cuya estimulación se asocia con la mejora de la
resistencia a la insulina y la estimulación del metabolismo de las grasas junto con la inhibición.
de formación de grasa. (Seymour. 2011, Vendrame. 2013 y Vendrame, Daugherty. 2014)
- Antidiabetes

Se ha demostrado que los extractos ricos en antocianinas reducen la sensibilidad a la insulina y la


hiperglucemia, y se ha demostrado que una dieta suplementada con polvo de arándano mejora la
tolerancia a la glucosa en ratones posmenopáusicos, normaliza los marcadores del metabolismo
de la glucosa en ratas obesas y mejora la sensibilidad a la insulina en humanos. (Elks et al. 2015;
Stull et al. 2010; Takikawa et al. 2010; Vendrame, Zhao, et al. 2014).

- Potencial prebiótico

En las últimas décadas, se ha vuelto casi imposible cuestionar la importancia de la microbiota


intestinal en el metabolismo y la salud humanos. Dado que la mayoría de las antocianinas no se
absorben en el tracto gastrointestinal superior, la mayoría de las antocianinas ingeridas
finalmente quedan expuestas a la microbiota intestinal, que a su vez las metaboliza y, por lo
tanto, no solo afecta la biodisponibilidad y la bioactividad. antocianinas, pero también producen
diferentes metabolitos que, a su vez, pueden tener diferentes efectos promotores de la salud. (Kay
2006; Bingham 2006, Lee. 2016).

Se ha descrito que el consumo de arándanos por parte de ratones Winstar obesos provoca una
disminución de Firmicutes y Bacteroidetes y un aumento de Proteobacteria y Fusobacteria. y
Bifidobacterium spp.) y informaron observaciones similares, en humanos, después de seis
semanas de consumir una bebida de arándanos en polvo. (Vendrame. 2011, Hidalgo.2012).

Potencial antimicrobiano de los arándanos

Los compuestos fenólicos se han asociado durante mucho tiempo con la actividad
antimicrobiana.

Varios autores han reportado la actividad antimicrobiana in vitro del extracto de arándano,
encontrando que el extracto de arándano es capaz de inhibir el crecimiento de patógenos
potenciales conocidos como Escherichia coli, Vibrio cholerae, Vibrio parahaemolyticus,
Acinetobacter baumannii, Salmonella typhimurium, Salmonella enteritidis, Pseudomonas
aeruginosa, , Shigella flexneri, Shigella sonnei, Listeria monocytogenes, Bacillus cereus,
Staphylococcus epidermidis, Staphylococcus aureus sensible y resistente a la meticilina.
(Pertuzatti. 2016; Khalifa. 2015; Shen. 2014; Lacombe. 2012; Zimmer. 2014).
Los arándanos y su papel en las infecciones del tracto urinario

El término infección del tracto urinario (ITU) se refiere a la presencia de una determinada
cantidad de bacterias en la orina (normalmente más de 100.000/ml). Esto incluye cistitis
(bacterias en la vejiga), síndrome uretral y pielonefritis (infección renal). [2].

La cistitis bacteriana (también llamada cistitis aguda) puede ocurrir tanto en hombres como en
mujeres. Los signos y síntomas incluyen dificultad para orinar (dolor al orinar), micción
frecuente, orina turbia y, a veces, hematuria (sangre en la orina), a menudo acompañada de
piuria. (orina). recuento de glóbulos blancos superior a 10.000/ml). [2].

Algunas personas también sufren infecciones recurrentes del tracto urinario, que ocurren en
promedio dos o tres veces al año. Aunque tanto hombres como mujeres pueden desarrollar
infecciones del tracto urinario, son aproximadamente 50 veces más comunes en mujeres adultas
que en hombres adultos. Esto puede deberse a que las mujeres tienen una uretra más corta, lo que
facilita que las bacterias entren a la vejiga. Se estima que hasta el 30% de las mujeres
desarrollarán una infección de vejiga sintomática (infección del tracto urinario inferior) en algún
momento de sus vidas. [2].

La mayoría de las infecciones del tracto urinario se originan en la ruta de infección "superior". El
primer paso es la colonización del tejido periuretral con microorganismos uropatógenos, seguida
del paso de bacterias a través de la uretra. La infección es causada por la propagación
(reproducción) de bacterias en el tracto urinario estéril. En la segunda etapa, las bacterias se
adhieren a las paredes de la vejiga. [2].

En los niños, las infecciones urinarias ocurren con mayor frecuencia en niños de entre 6 y 12
meses de edad, pero generalmente son aproximadamente tres veces más comunes en las niñas (1
a 3 por ciento de los niños y 3 a 7 por ciento de las niñas). La mayoría de las personas que van al
médico o al hospital tienen infecciones sintomáticas del tracto urinario. Algunas infecciones
también pueden ser asintomáticas, pero es posible que el tratamiento sólo sea necesario en
personas con riesgo de sufrir una mayor infección (mujeres embarazadas, personas con catéteres
permanentes y ancianos). [2].

Se sabe que las antocianinas extraídas de los arándanos ayudan en la prevención o el tratamiento
de infecciones del tracto urinario. Así, entre las frutas comunes, los arándanos son una de las
fuentes más ricas en antocianinas, lo que los hace sumamente interesantes en términos de
potencial bioactivo y notable capacidad antioxidante.

Hasta la fecha, la mayoría de estudios sobre el perfil antociánico de los arándanos se han
centrado en variedades cultivadas en países como Estados Unidos, Chile, Alemania, Italia o
Canadá. El genotipo (variedad) afecta significativamente la concentración de antocianinas y las
propiedades de los arándanos, que determinan no solo su concentración total, sino también las
principales antocianinas. Las antocianinas más características de los arándanos son los
glucósidos (glucósidos, galactósidos y arabinósidos), seguidas de los derivados acetilados de las
antocianinas, la delfinidina, la malvidina, la paeoniflorina y la petunia. (V. corymbosum var. Nui,
Darrow, Reka, Puru, Bluegold, Berkeley, Legacy, Sampson, Elliott, Pamlico). [2].

Muchos estudios han informado sobre los efectos de las antocianinas derivadas del arándano en
varias bacterias Gram positivas (Listeria monocytogenes, Staphylococcus aureus y Clostridium
perfringens) y bacterias Gram negativas (en el tracto intestinal). Efecto antibacteriano contra
patógenos alimentarios Salmonella, Escherichia coli y Campylobacter). Sin embargo, muchos de
estos estudios se realizaron utilizando extractos complejos obtenidos por diferentes métodos. No
está del todo claro qué compuestos específicos son responsables de la actividad antibacteriana
observada. [2].

Los arándanos son ricos en antocianinas, pero su eficacia como adyuvante en la prevención o el
tratamiento de infecciones del tracto urinario aún es cuestionable y no está clara. Sólo unos
pocos estudios in vitro han probado su actividad contra cepas de E. coli uropatógenas.
Escherichia coli se aisló de la orina de personas diagnosticadas con infecciones del tracto
urinario y solo una fue activa contra Pseudomonas aeruginosa. Aunque estos resultados parecen
prometedores, los investigadores aún tienen que determinar la variedad de patógenos
susceptibles. Por lo tanto, actualmente es de interés evaluar la actividad antimicrobiana de las
antocianinas del arándano no solo contra patógenos transmitidos por los alimentos sino también
contra cepas bacterianas asociadas con infecciones del tracto urinario. [3].

Además, se obtuvieron resultados prometedores similares para otras bayas distintas del arándano,
como la chokeberry. Los extractos de antocianinas pueden ser complementos atractivos y/o
alternativas a los antibióticos sintéticos porque contienen una combinación dinámica de
fitoquímicos bioactivos que pueden combatir la resistencia en múltiples niveles
complementarios. Los resultados actuales muestran que las mezclas complejas de extractos de
arándanos tienen una mayor actividad antibacteriana contra Salmonella y Campylobacter en
comparación con los compuestos individuales, probablemente debido a los efectos sinérgicos de
los fitoquímicos. Por tanto, parece razonable estudiar mezclas complejas de antocianinas en lugar
de compuestos purificados. [3].

Arándanos y profilaxis de ITU

Los arándanos (especialmente el jugo de arándano) se han utilizado ampliamente durante


décadas para prevenir y tratar infecciones del tracto urinario. Los arándanos y las moras azules,
que forman parte del género Vaccinium, son fuentes ricas en flavonoides dietéticos, incluidas
antocianinas y proantocianidinas (taninos condensados). Los arándanos están compuestos casi en
un 90% por agua, pero también contienen diversas sustancias orgánicas como ácido quínico,
ácido málico y ácido cítrico, además de glucosa y fructosa. No se ha establecido el mecanismo
de acción de los arándanos o arándanos rojos para la prevención o el tratamiento de infecciones
del tracto urinario. Hasta hace poco, se pensaba que el ácido quínico de las bayas provocaba la
excreción de grandes cantidades de ácido hipúrico en la orina. La acidificación de la orina
produce un efecto antimicrobiano. Sin embargo, algunos estudios no han demostrado diferencias
en los niveles de ácido úrico en los caballos o sólo efectos transitorios (a corto plazo), lo que
pone en duda esta teoría. La teoría actual es que los arándanos impiden que las bacterias
(especialmente E. coli) se adhieran a las células epiteliales urinarias de la pared de la vejiga. Sin
adhesión, E. coli no puede infectar la mucosa del tracto urinario. In vitro, esta adhesión es
promovida por dos componentes de los arándanos; fructosa, que inhibe la adhesión de E. coli
piliforme específica de manosa tipo 1 y proantocianidinas, que inhiben la adhesión de E. coli.
coli. β-pilus en E. coli (para α-galactosa (1-4)). Los arándanos también contienen
proantocianidinas, y al menos una prueba in vitro ha demostrado que las actividades
antiadhesivas y antiproliferativas están relacionadas con la alta masa molecular de los
oligómeros de proantocianidinas que se encuentran en los arándanos silvestres. [3].

El tratamiento profiláctico, como los antibióticos, a menudo se administra a poblaciones


susceptibles, como pacientes ancianos hospitalizados, pacientes que requieren cateterismo (p. ej.,
pacientes con lesión de la médula espinal), niños con anomalías del tracto urinario y mujeres con
infecciones recurrentes del tracto urinario. Sin embargo, un inconveniente importante es la
posibilidad de resistencia a los antibióticos. Además, no todos los pacientes están dispuestos a
utilizar antibióticos como medida preventiva. [3].

Los arándanos y sus productos son agentes preventivos potencialmente útiles porque son
productos naturales que no provocan resistencia a los antibióticos. Aunque el jugo de arándano
es la forma de arándano más comúnmente utilizada para prevenir infecciones del tracto urinario,
otros productos de arándano incluyen polvo de arándano en forma de cápsulas o tabletas de
gelatina dura o blanda. [4].

Alguna evidencia experimental sugiere que el jugo de arándano y sus derivados son efectivos
para prevenir infecciones del tracto urinario en mujeres y adultos mayores con infecciones
recurrentes del tracto urinario, pero no en niños o adultos con función anormal de la vejiga que
requiere cateterismo. Pero ninguno de los ensayos de jugo de arándano justificó las dosis de
arándano administradas a los participantes. Además, las descripciones de las dosis (es decir, las
concentraciones) no están estandarizadas, lo que dificulta las comparaciones. [4].

En general, la composición química de los productos de arándano no está estandarizada y se


desconoce la bioequivalencia entre el jugo y las cápsulas/tabletas. La concentración de arándano
en los batidos varía, pero los batidos suelen tener un 25% de jugo puro. Además, ninguno de los
juicios justificó la duración del juicio. [4].

Las infecciones del tracto urinario suelen presentarse en personas que llevan mucho tiempo
asintomáticas (varios meses). Por lo tanto, los ensayos pueden requerir períodos de examen más
prolongados para tener en cuenta la historia natural de la enfermedad. Existe cierta evidencia
para recomendar el jugo de arándano para la prevención de las ITU en mujeres con ITU
sintomáticas. La evidencia de su eficacia en adultos mayores (hombres y mujeres) no es
concluyente y la evidencia actual sugiere que no es eficaz en personas con vejiga neuropática.
Además, el elevado número de retiros/abandonos en algunos ensayos sugiere que es posible que
el jugo de arándano no se acepte durante largos períodos de tiempo. Además, no hay evidencia
clara sobre la cantidad y concentración que se debe utilizar, ni sobre el período durante el cual la
intervención es más efectiva. No existe una dosis terapéutica establecida de jugo de arándano o
del producto, pero el conocimiento actual recomienda un vaso de jugo de arándano dos veces al
día. [4].
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