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PARA COMENZAR:
Guía: Iniciemos este encuentro con el Señor. En el Nombre del Padre, del Hijo y del
Espíritu Santo. AMÉN.
Y animados por su infinita bondad oramos con Fe en el Dios Uno y Único, decimos:
Bendito seas, Padre, que en tu infinito amor nos has dado a tu Unigénito Hijo, hecho carne
por obra del Espíritu Santo en el seno purísimo de la Virgen María, y nacido en Belén hace
más dos mil años.
Haz, Padre, que por tu gracia estos días sean un tiempo de conversión profunda y de
alegre retorno a Ti; concédenos que sea un tiempo de reconciliación entre los hombres y
de redescubierta concordia entre las naciones; tiempo en el que las lanzas se truequen en
hoces, y al fragor de las armas sucedan cantos de paz. Concédenos, Padre, vivir dóciles a la
voz del Espíritu, fieles en el seguimiento de Cristo, asiduos en la escucha de la Palabra y en
la asiduidad a las fuentes de la gracia.
Amén.
ORACIÓN FINAL
Creo en Ti, Dios Padre, Creo en Ti, Dios Hijo, Creo en Ti, Dios Espíritu Santo, pero
aumentad mi fe.
Espero en Ti, Dios Padre, Espero en Ti, Dios Hijo, Espero en Ti Dios Espíritu Santo, pero
aumentad mi esperanza.
Te amo Dios Hijo, mi Señor Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Te amo Dios Espíritu
Santo, pero aumentad mi amor. Padre omnipotente, ayuda mi fragilidad y ayúdame a
crecer en Ti.
Sabiduría del Hijo, endereza todos mis pensamientos, palabras y obras de este día.
Amor del Espíritu Santo, sé el principio de todas las obras de mi vida, para que sean
siempre conformes con la Voluntad del Padre. Amén.
La respuesta de Jesús los remite a sus obras, a todo lo que ha hecho y dicho
delante de ellos y de todo el pueblo. ¿Cuáles son sus obras? No es solamente
dar de comer, sino hacer comer a las personas con dignidad; no es solamente
defender a una mujer de los acusadores, sino hacerla que se levante y
reintegre; no es solamente devolver la vista a un ciego, sino enseñarle el
camino de la luz… son muchas las obras de Jesús y todas van encaminadas a
dar plenitud de vida y dignidad a las personas.
Para los hijos de Dios todos los días son una celebración al amor. Este amor
que forma parte esencial del carácter divino y, por lo tanto, de sus hijos
creados a su imagen y dirigidos por el Espíritu Santo.
Este amor no se afirma solamente con palabras sino que se demuestra con
acciones. Dios nos demuestra su amor constantemente y de muchas
maneras, pero lo hizo magistralmente través de Cristo (Rom. 5:8). Nuestro
comportamiento hacia nuestro prójimo muestra al mundo que somos
partícipes del amor divino. Cada día es una oportunidad para que nuestras
acciones hacia los que nos rodean exclamen ¡Oh, cuánto nos ama Dios!
Dios quiere tener una familia y nos creó para formar parte de ella. Este es el
segundo propósito de Dios para tu vida; él lo planificó así antes de que
nacieras. Toda la Biblia es la historia de Dios formando una familia para
amarlo, honrarlo y reinar con él para siempre.