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NOVENA A LA SANTISIMA TRINIDAD

PARA COMENZAR:

Guía: Iniciemos este encuentro con el Señor. En el Nombre del Padre, del Hijo y del
Espíritu Santo. AMÉN.

En un momento de silencio, con fe y esperanza, y desde lo profundo del corazón


presentémosle al Señor nuestras intenciones al orar con esta Novena. (Momento de
silencio)

Y animados por su infinita bondad oramos con Fe en el Dios Uno y Único, decimos:

ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS

Bendito seas, Padre, que en tu infinito amor nos has dado a tu Unigénito Hijo, hecho carne
por obra del Espíritu Santo en el seno purísimo de la Virgen María, y nacido en Belén hace
más dos mil años.

Él se ha hecho nuestro compañero de viaje y ha dado nuevo significado a la historia, que


es un camino hecho juntos, en el trabajo y en el sufrimiento, en la fidelidad y en el amor,
hacia aquellos cielos nuevos y hacia aquella tierra nueva, en la que Tú, vencida la muerte,
serás todo en todos.

¡Alabanza y gloria a Ti, Trinidad Santísima, único y sumo Dios!

Haz, Padre, que por tu gracia estos días sean un tiempo de conversión profunda y de
alegre retorno a Ti; concédenos que sea un tiempo de reconciliación entre los hombres y
de redescubierta concordia entre las naciones; tiempo en el que las lanzas se truequen en
hoces, y al fragor de las armas sucedan cantos de paz. Concédenos, Padre, vivir dóciles a la
voz del Espíritu, fieles en el seguimiento de Cristo, asiduos en la escucha de la Palabra y en
la asiduidad a las fuentes de la gracia.

¡Alabanza y gloria a Ti, Trinidad Santísima, único y sumo Dios!

Amén.

LECTURA BÍBLICA CORRESPONDIENTE AL DÍA.

REFLEXIÓN DEL DÍA.

ORACIÓN FINAL
Creo en Ti, Dios Padre, Creo en Ti, Dios Hijo, Creo en Ti, Dios Espíritu Santo, pero
aumentad mi fe.

Espero en Ti, Dios Padre, Espero en Ti, Dios Hijo, Espero en Ti Dios Espíritu Santo, pero
aumentad mi esperanza.

Te amo Dios Padre,

Te amo Dios Hijo, mi Señor Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Te amo Dios Espíritu
Santo, pero aumentad mi amor. Padre omnipotente, ayuda mi fragilidad y ayúdame a
crecer en Ti.

Sabiduría del Hijo, endereza todos mis pensamientos, palabras y obras de este día.

Amor del Espíritu Santo, sé el principio de todas las obras de mi vida, para que sean
siempre conformes con la Voluntad del Padre. Amén.

Día 1: ¡No temas!

Reflexión: “Y yo le pediré al Padre, y les dará otro Protector que


permanecerá siempre con ustedes”. Juan 14:16

Como creyentes, el Espíritu está presente en nuestra vida, incluso cuando


dejamos de sentir su presencia. Él está con nosotros porque Jesús proclama:
“Él estará con ustedes”. El Espíritu está con nosotros tanto como Cristo está
con nosotros. El Espíritu está con nosotros mientras nosotros, la iglesia,
enfrentamos el futuro, escalamos montañas y cruzamos ríos. Por eso, no
debemos temer porque nunca hemos estado solos. Así que, en este día te
invito a reflexionar sobre la importancia de esta Divina Persona en nuestra
vida de Fe.

Día 2: ¡Rebosa de esperanza!

Reflexión: “Y esta esperanza no nos defrauda, porque Dios ha derramada su


amor en nuestro corazón por el Espíritu Santo que nos ha dado”. Romanos
5:5
La esperanza es la plena certeza que tenemos de ver lo que creemos llegar a
acontecer. Tenemos confianza espiritual porque más que un deseo, más que
una emoción, más que una creencia que reside en nuestros corazones, Dios
mismo vive en nosotros en su Santo Espíritu. Cuando llegamos a ser
Cristianos, Jesús derrama su Espíritu sobre nosotros (Tito 3:3-7) como el
regalo de Dios a nosotros (Hechos 2:38; 5:32) para limpiarnos (I Corintios
6:11) hacernos parte del mismo Cuerpo (I Corintios 12:12-13) y vivir dentro
de nosotros. Pídele al Señor en este día que tu esperanza sea renovada por el
Espíritu Santo.

Día 3: ¡Llamados a ser testigos!

Reflexión: “Pero, cuando venga el Espíritu Santo sobre ustedes, recibirán


poder y serán mis testigos tanto en Jerusalén como en toda Judea y
Samaria, y hasta los confines de la tierra”. Hechos 1:8

Todos somos llamados a mantenernos firmes en el discipulado y a asumir


consecuentemente la misión. Una clave importante de la interpretación de la
misión consiste en que no sólo se la refiera a las grandes salidas de la Iglesia,
por ejemplo, y en el contexto del mensaje del Papa Francisco, la salida hacia
las periferias, sino que incluya también el pequeño servicio. Todo en la vida
del cristiano, viene marcado por el dinamismo propio de la misión y el de ser
testigos. Que en este día, en que celebramos la venida del Espíritu Santo
reflexionemos en la importancia de sentirnos llamados a dar testimonio y a
ser mensajeros de la fuerza que nos inunda el Espíritu Santo.

Día 4: ¡La unidad en Cristo!

Reflexión: ¡Qué bueno y agradable es que los hermanos vivan unidos!


Salmo 133:1

La unidad es fundamental en la vida de la iglesia de Jesucristo y esta unidad


es no sólo en las relaciones sino también en la doctrina. La Palabra que
reflexionamos hoy nos permite ver lo que sucede en esa unidad, lo que le
pasa a la iglesia en la paz y la unidad de Dios. Muchos preguntamos por qué
no hay unidad, por qué no hay armonía entre los hermanos, por qué hay
discordias y divisiones y la respuesta se vuelve muy obvia, porque cada uno
de nosotros busca su propio bienestar, porque miramos las cosas terrenales y
no las celestiales, porque ponemos la mira en el hombre y no en Dios.

Día 5: ¡Eres su hijo, Él te guía!

Reflexión: “El Padre y yo, somos uno”. Juan 10. 30

La respuesta de Jesús los remite a sus obras, a todo lo que ha hecho y dicho
delante de ellos y de todo el pueblo. ¿Cuáles son sus obras? No es solamente
dar de comer, sino hacer comer a las personas con dignidad; no es solamente
defender a una mujer de los acusadores, sino hacerla que se levante y
reintegre; no es solamente devolver la vista a un ciego, sino enseñarle el
camino de la luz… son muchas las obras de Jesús y todas van encaminadas a
dar plenitud de vida y dignidad a las personas.

Hoy debería ser igual el testimonio que diéramos sus discípulos: no


solamente en palabras, no en ayudas externas, no gestos lastimeros por los
más débiles, sino en una verdadera transformación de nuestro mundo y de
sus estructuras. La razón y la finalidad de las obras de Jesús las expresa en
este mismo texto: porque “el Padre y yo somos uno solo”. Es la última razón
de todo el actuar de Jesús y debería ser la razón de actuar de nosotros los
cristianos: porque tenemos un solo Padre, porque nos unimos a Jesús
nuestro hermano, porque estamos guiados por un mismo Espíritu.

Día 6: “¡Él siempre cumple sus promesas!

Reflexión: Den gracias al Señor, porque él es bueno, porque su amor es


eterno. 1 Crónicas 16:34

Cuando el mundo “se nos viene encima” doblegarse en la tristeza y el


desánimo suelen ser, aparentemente, las únicas alternativas para nuestro
confundido corazón. Concentrar nuestros pensamientos en esta provisoria
realidad, terminará por sepultar nuestra esperanza.

Conocer a Dios nos permite tener alternativas en medio de las dificultades.


Recordar que un atributo de su carácter es ser inmutable puede ser la luz de
esperanza en medio de la presente oscuridad. En este hermoso día mantén
en tu corazón esta frase: “¡Dios es fiel y siempre cumple sus promesas!”

Día 7: ¡El amor de mi Dios!

Reflexión: “Nosotros amamos porque él nos amó primero”. 1 Juan 4:19

Para los hijos de Dios todos los días son una celebración al amor. Este amor
que forma parte esencial del carácter divino y, por lo tanto, de sus hijos
creados a su imagen y dirigidos por el Espíritu Santo.

Este amor no se afirma solamente con palabras sino que se demuestra con
acciones. Dios nos demuestra su amor constantemente y de muchas
maneras, pero lo hizo magistralmente través de Cristo (Rom. 5:8). Nuestro
comportamiento hacia nuestro prójimo muestra al mundo que somos
partícipes del amor divino. Cada día es una oportunidad para que nuestras
acciones hacia los que nos rodean exclamen ¡Oh, cuánto nos ama Dios!

Día 8: ¡Familia de Dios!

Reflexión: “Honra a tu padre y a tu madre”, y “ama a tu prójimo como a ti


mismo”. Mateo 19:19

Dios quiere tener una familia y nos creó para formar parte de ella. Este es el
segundo propósito de Dios para tu vida; él lo planificó así antes de que
nacieras. Toda la Biblia es la historia de Dios formando una familia para
amarlo, honrarlo y reinar con él para siempre.

Cuando nacimos espiritualmente en la familia de Dios, recibimos algunos


regalos asombrosos: ¡el nombre de la familia, la semejanza a la familia, los
privilegios familiares, el acceso a la intimidad de la familia y la herencia
familiar!

Como hijos de Dios tenemos parte en la fortuna familiar. Aquí en la tierra


Dios nos da las riquezas…de su gracia… bondad… paciencia… gloria…
sabiduría… poder… y misericordia. Pidamos para que el Señor bendiga todas
las familias y las mantenga unidas en el amor.

Día 9: ¡Santísima Trinidad, gracias te doy!

“La gracia de Cristo Jesús, el Señor, el amor de Dios y la comunión del


Espíritu Santo sean con todos ustedes”. 2 Cor 13.14

Nosotros somos enviados a proclamar, a vivir y a anunciar el amor que hay


en nuestro Dios. Necesitamos compartir lo que nosotros hemos
experimentado y hacer partícipes de este amor a todos los hombres. Ya
estamos en las vísperas de las Fiestas en Honor a la Santísima Trinidad, día en
que debemos vivir plenamente esta comunión con nuestro Dios, con nuestra
familia y con todos nuestros hermanos ¿Cómo lo estamos viviendo?

Dios Padre, que al enviar al mundo al Verbo de verdad y al Espíritu de


santidad, revelaste a los hombres tu misterio admirable, concédenos que al
profesar la fe verdadera, reconozcamos la gloria de la eterna Trinidad y
adoremos la unidad de su majestad omnipotente. Que la Santísima Trinidad
nos conceda la gracia de mantenernos unidos como comunidad.

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