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CATEQUESIS NUMERO 2
LLEGAREMOS A LA META:
Canto
Signo: LA COMUNIDAD
Oración:
2. ESCUCHEMOS A DIOS
Los discípulos llenos de gozo porque Jesús estaba vivo no dudaron en aceptar el
compromiso de ser sus testigos. Fortalecidos con su Espíritu Jesús los reúne antes de
volver al Padre y en ellos nos revela de una manera más concreta el gran Misterio de
Dios.
San Mateo nos cuenta que Jesús dirigiéndose a los que serían sus testigos delante del
mundo les dijo: ”Vayan y hagan discípulos a todos los pueblos en el nombre del Padre, y
del Hijo y del Espíritu Santo” en ellos tres seriamos bautizados y salvados. Así Jesús
nos revela el Misterio Trinitario de Dios. (Ver anexo 1 Catecismo de la Iglesia Católica 2-3)
Dios es Padre
Dios es un Padre lleno de amor y rico en misericordia, quien acoge a todos sus hijos en
su casa y a cada uno le da la capacidad de realizarse plenamente en todos los aspectos.
Nos creó buenos, porque nos ama, nos creó libres e inteligentes.
Dios es Hijo
En Jesucristo Dios se manifiesta SALVADOR, Redentor. Por eso durante su paso por la
Tierra Dios- Hijo siempre nos enseñó con sus palabras y vida que su Padre es Dios, “El
que me ha visto a mí, ha visto al Padre” (Jn 14,9). Creer que Jesucristo es el Hijo de Dios
es creer que el Padre se manifiesta plenamente en El y que nadie puede volver a El sino
a través de Jesús.
El actúa hoy en la Iglesia y en cada uno de los que creemos en Jesucristo, cuando
celebramos los sacramentos. El vive en lo más profundo de nuestra con vida y por El
somos capaces de llamar Padre a Dios. (Ver Rm 8,15).
Nuestra fe en Dios, Uno y Trino, brota al celebra el sacramento del Bautismo, por El
somos miembros de la familia de Dios en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu
Santo. Al querer ahora como jóvenes celebrar el sacramento de la Confirmación,
debemos renovar o confirmar nuestra fe en Dios que es Uno y Trino. (ver anexo 2
Catecismo de la Iglesia Católica 232-237)
Por eso al celebrar el sacramento de la confirmación estamos diciendo: sí, creo que Dios
es fuente de vida y comunión. Creo que Dios es mi Padre y yo su hijo y me comprometo a
vivir como tal. Creo además que Jesucristo Hijo de Dios, es mi hermano quien murió y
resucitó para salvarme, y me comprometo a conocerlo, amarlo, celebrarlo y seguirlo para
construir con El el Reino de Dios.
Cuando creemos con sincero corazón que Dios existe y que es un Dios de amor y de
perdón, nuestra vida es felicidad y tiene sentido, porque sabemos quienes somos (hijos
de Dios) y hacia donde vamos (construir su Reino). Pero con tristeza vemos como tantas
personas, especialmente jóvenes, están desorientados no saben quiénes son y hacia
donde van. Son personas infelices que todavía no le han encontrado sentido en su vida.
Pero, ¿cómo lograr la felicidad? Es importante que como jóvenes nos hagamos esta
pregunta para sentirnos responsables de los acontecimientos que suceden en la historia
por lejanos que nos parezcan, porque solo así construiremos un mundo mas justos, mas
humano, mas fraterno, donde todos nos sintamos hijos de Dios, hermanos entre nosotros
y señores de la creación. En una paabra donde todos logremos ser felices según el querer
de Dios.
4. ACTUEMOS
Como jóvenes renovemos nuestra fe en Dios Uno y Trino, preguntándonos que tan felices
somos según el querer de Dios:
5. CELEBREMOS NUETRA FE
Cada uno va a meditar el Padre Nuestro y luego trate de escribir su propio Padre Nuestro
Ejercicio.
ANEXOS
2 Para que esta llamada resonara en toda la tierra, Cristo envió a los apóstoles que había
escogido, dándoles el mandato de anunciar el Evangelio: "Id, pues, y haced discípulos a
todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y
enseñándoles a guardar todo lo que yo os he mandado. Y sabed que yo estoy con vosotros
todos los días hasta el fin del mundo" (Mt 28,19-20). Fortalecidos con esta misión, los
apóstoles "salieron a predicar por todas partes, colaborando el Señor con ellos y confirmando
la Palabra con las señales que la acompañaban" (Mc 16,20).
Anexo 2 Catecismo de la Iglesia Católica 232 – 237
232 Los cristianos son bautizados "en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo"
(Mt28,19). Antes responden "Creo" a la triple pregunta que les pide confesar su fe en el
Padre, en el Hijo y en el Espíritu: Fides omnium christianorum in Trinitate consistit ("La fe
de todos los cristianos se cimenta en la Santísima Trinidad") (San Cesáreo de
Arlés, Expositio symboli [sermo 9]: CCL 103, 48).
233 Los cristianos son bautizados en "el nombre" del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo
y no en "los nombres" de éstos (cf. Virgilio, Professio fidei (552): DS 415), pues no hay
más que un solo Dios, el Padre todopoderoso y su Hijo único y el Espíritu Santo: la
Santísima Trinidad.