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PROPÓSITOS:
Mostrar la realidad de la Obra entre los aborígenes de Argentina, como un campo de desarrollo
de acciones evangelizadoras y sociales que la Iglesia Evangélica argentina puede hacer.
Fomentar el llamado misionero a los indígenas.
Generar discusiones sobre la forma de hacer una evangelización integral.
Generar discusiones sobre la forma de fortalecer la Obra evangélica entre los indígenas, a través
de iglesias autónomas.
BASE ESCRITURAL:
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Juan capítulo 4. 1 al 42.
INTRODUCCIÓN:
Hay una realidad innegable en el territorio argentino: es la existencia de los pueblos originarios
o indígenas. Y hay otra realidad innegable: la mayoría de ellos profesan la fe evangélica.
En el país hay 22 pueblos originarios o indígenas, o aborígenes, o más comúnmente llamados
indios.
Salta es considerada la provincia con más diversidad de pueblos indígenas del País, la mayoría
de los cuales, están ubicadas al norte de la provincia: Wichí, tobas, aba guaraníes, chané,
chulupíes y tapietes.
La gran mayoría de estos pueblos, hoy son influenciados por la fe evangélica, de alguna de
nuestras denominaciones.
La realidad del movimiento evangélico entre los pueblos originarios, especialmente del Chaco,
es una de las grandes victorias de la Cruz que ha dejado profundas e imborrables huellas en la
cultura, historia y conformación actual de esos pueblos.
Muchos cuestionan el trabajo evangélico entre los indígenas. Lo califican de desculturalizante,
influenciante de pensamientos europeos, sectarizante, etc.
Pero son pocos los que han visto la importancia de la Obra evangélica y son pocos los que se
han preguntado por qué los pueblos indígenas se han identificado mejor con la fe evangélica y
no con otras religiones.
Mi posición de Pastor de una de las legendarias Iglesias evangélicas del Norte de Salta (La
“Misión Evangélica Asamblea de Dios” de Embarcación, que tiene unos 90 años de existencia
durante los cuales ha estado abocada al trabajo entre los indígenas), y a la vez, nieto de un muy
respetado pionero del Evangelio de raza wichí que ha sido uno de los puntales de la Obra
evangélica entre los nativos (el Evangelista Santos Aparicio), me da no solo el privilegio sino la
autoridad como para tratar de explicar este fenómeno.
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En Argentina, hay muchos pueblos que pueden ser ubicados dentro de las llamadas subculturas
cercanas a nuestro “centro de operaciones”, que es nuestra Iglesia local. Y así como La Iglesia de
Argentina ha aceptado el desafío de responder al llamado de Dios para la evangelización “hasta
lo último de la tierra”, no podemos ser indiferentes al llamado de Dios para “pasar a Samaria”,
que también claman por ayuda.
Así como los samaritanos de antaño tenían un cierto contacto con la religión judía, los indígenas
argentinos tienen un trasfondo cristiano evangélico, aunque en su gran mayoría no son
practicantes. Y así como los samaritanos tenían su propia identidad cultural, ellos viven cerca de
nosotros y hablan su propio idioma y tienen sus propias pautas culturales.
La atención evangélica a sus problemas plantea un gran desafío a la Iglesia argentina, ya que es
posible aplicar las verdades enseñadas en la Biblia a un amplio nivel y con ello demostrar a
nuestra sociedad que el mensaje que proclamamos realmente puede traer grandes y positivos
cambios sociales.
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hecho de ser indios, los hace torpes, salvajes, rebeldes, etc. Todo lo peor, por ser indígena. Ese
punto es muy fuerte en el concepto popular. Todo lo malo se lo asocia con el indio.
Etnia Ubicación
PATAGONICOS
Neuquén, Chubut, Río Negro y algunos núcleos en La Pampa y Bs. As.
Mapuche
Migración urbana: (Bariloche, Neuquén capital, Viedma, Roca, Bahía
(araucanos)
Blanca, Esquel)
Tehuelche
Santa Cruz
Rankulches
Ona o shelknam
Tierra del Fuego
Yagán o yamana
CHAQUEÑOS
Chaco, Formosa, Chaco salteño.
Qoml’ek o toba
Migración urbana: Resistencia, Rosario, Gran Buenos Aires
Mocoví Sur de Chaco y norte de Santa Fe
Pilagá Centro norte de Formosa
Wichí (matacos) Chaco salteño, Formosa y Chaco
Chorote
Chaco salteño
Chulupí
Tapieté Tartagal, Salta
Guaraní
(chiriguano)
Extremo occidental del Chaco (Salta y Jujuy)
Chané (de origen
arawak)
Mbya-guaraní O
cainguá Misiones
tupí guaraníes
Chaco (falta localización, pueden estar viviendo en comunidades
Vilela
tobas)
POBLACIÓN ABORIGEN DE TRADICIÓN ANDINA
Kolla NOA: Puna, Quebrada de Humahuaca
Grupos de habla
quechua y aymara NOA, muchos en tránsito hacia grandes ciudades
de Bolivia
Grupos de habla
quichua de Santiago del Estero y migración urbana (Buenos Aires y otras ciudades)
Santiago del Estero
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Etnia Ubicación
Diaguita- calchaquí Noroeste argentino, Valles Calchaquíes, Catamarca, Stgo. Del Estero
Huarpe Mendoza y San Juan
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montañosa los albergó hace 8000 años, y en el nordeste, los primeros asentamientos se
produjeron hace 7000 años.
En su libro Nuestros paisanos, los indios -Emecé-, Martínez Sarasola sostiene: "Podemos
asegurar que por lo menos hace 12.000 años los primeros hombres ocuparon el actual territorio
argentino, dando lugar a desarrollos culturales locales que finalizaron en el panorama que
encontraron los conquistadores españoles en el siglo XVI. Ese cuadro humano de nítidos perfiles
no era, en consecuencia, un producto espontáneo: más de diez mil años de larga historia,
trabajosamente transitada, constituyeron las raíces de nuestras culturas originarias, cuyos
artífices aún hoy son llamados respetuosamente por muchos de sus descendientes: los
antiguos".
En lo que hoy es el territorio argentino, se supone que al comienzo de la conquista estaba
habitado por alrededor de un millón de nativos. Si bien no existen datos confiables de cuántos
fueron muertos, sí se sabe de la desaparición de pueblos enteros a causa de las matanzas, la
esclavitud o por enfermedades desconocidas hasta ese momento.
Entre las culturas extinguidas, se mencionan: atacamas, diaguitas, omaguacas, tonocotés,
comechingones, sanavirones, abipones, lule-vilelas, pehuenches, chaná-timbúes, charrúas,
caingang, yámanas y alakaluf.
Los pueblos originarios fueron incorporados en masa al Estado argentino como pueblos
sometidos y ocupantes precarios en sus propios territorios. Fueron obligados a adoptar una
religión y un estilo de vida que no les era propio. Fueron convertidos en productores de
subsistencia y/o proletarios rurales. Por efecto de procesos regionales de migraciones forzosas
un importante porcentaje de sus miembros vive en áreas urbanas y suburbanas donde es usual
que deban ocultar su identidad para evitar el maltrato y la discriminación.
La cultura de Montaña
Las Cultura de montaña, se refiere a los pueblos que viven al oeste argentino, en las zonas
montañosas. Son pueblos de raíces sedentarias, criadores de animales y trabajan la tierra.
Estuvieron más en contacto con la civilización inca y tomaron contacto más antes con el hombre
blanco. Su identidad religiosa es católica apostólica romana, aunque practican sus antiguas
creencias, con matices católicos.
La cultura de Llanura.
Se refiere a los grupos que viven en la zona llana del país, identificado por el centro del mismo.
Se diferencian del otro grupo, en que básicamente son nómades, de cultura cazadora,
recolectora. Por lo tanto, no trabajan la tierra, no dieron importancia a sus viviendas, su
mitología es más básica que la anterior. Tomaron contacto más tardíamente con el hombre
blanco, siendo este de carácter violento al principio. Se identifican religiosamente con la fe
evangélica aunque este acercamiento es muy reciente.
Situación de la tierra:
La posibilidad de propiedad de sus tierras, es la gran lucha actual de los pueblos indígenas en
Argentina. Este derecho le ha sido negado a través del tiempo, pero sin embargo, se ha dado
una serie de pequeños “triunfos” legales que ha hecho cambiar el panorama.
Antaño, y en muchos casos las distintas misiones protestantes a los aborígenes argentinos,
trataron de paliar esta gran necesidad, comprando distintas extensiones de tierras donde los
indígenas pudieran desarrollar su forma de vida sin ser estorbados por nadie.
Identidad cultural:
Es muy fuerte el sentido de identidad con su cultura, historia e idioma, que aún se da en el caso
de la relación de familia. El apego a ésta es muy fuerte.
Esta identidad cultural se fue transmitiendo normalmente por medio de conversaciones
alrededor del fuego en situaciones reservadas para los mayores. Sin embargo, con el contacto
con el criollo y todo lo que ello implicó, esta transmisión se vio afectada. Y se ha llegado a notar
una profunda crisis de identidad entre los indígenas.
Derechos asumidos:
La reforma de la Constitución del año 1994; la suscripción y ratificación del Convenio 169; y el
depósito de los instrumentos de su ratificación en Naciones Unidas así lo demuestran. Y son
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cada vez más leyes y otras ordenanzas que se van adecuando para mejorar el trato hacia los
pueblos indígenas.
Discriminación y Racismo:
Como lo decía Mauricio Mariño, el antiguo Obispo indígena anglicano: “¡Claro que hay
racismo!. En los hospitales hay racismo, en la policía hay racismo. Por ejemplo, si el paisano va
al juez para buscar ayuda, y si viene otra persona pudiente y blanca, el juez va a atender
primero al blanco pudiente. Hay más médicos que antes, pero no todos son buenos. Tratan de
disimularlo, pero se los nota incómodos con los aborígenes. Hay maestros, médicos, ingenieros
que van y vienen, van y vienen. No les gusta mucho.
Lenguas indígenas:
Se calcula que cuando llegaron los españoles, en el territorio que comprende la Argentina actual
se hablaban alrededor de 35 lenguas. Hoy solo se cuentan 12 y casi todas se encuentran
amenazadas de extinción. Tanto en la Constitución Nacional como en las leyes provinciales se
destaca el derecho de los indígenas a recibir educación bilingüe.
Organizaciones intercomunitarias:
Según Bournissen, “Las comunidades se están comunicando entre ellas, afirmando su ser
indígena que ha sido agredido durante tantos siglos, tomando conciencia de su pertenencia a un
todo mayor que la comunidad, su pertenencia a un Pueblo con una cultura e idioma propio pero
con una cosmovisión similar a la de otros pueblos indígenas”. “También se están comunicando
con indígenas de otros países con realidades medio ambientales y culturales similares, como los
indígenas del Gran Chaco Americano que hace ya varios años se están reuniendo a nivel
trinacional (Argentina, Bolivia y Paraguay)…”
Economía:
En general, es una economía de subsistencia, hecho en la pobreza y marginación. Cultivan
pequeñas parcelas, son peones temporarios en trabajos rurales, aserraderos, hornos de ladrillos
y carbón o empleados municipales en los pueblos.
En muchos casos, no acceden al uso y aprovechamiento de la tierra en que viven, y los que sí
pueden hacerlo, tienen grandes problemas con ellas, ya que no son tierras fértiles.
Muchos aún practican la recolección de frutos y miel del monte, cazan y pescan si las
condiciones lo permiten. Otros trabajan en obrajes madereros, en desmontes o son cosecheros
temporarios en campos ajenos. Se dedican a las artesanías con productos naturales, las que por
lo general comercian a precios irrisorios.
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Los habitantes de zonas de montañas y en menor medida, los de llanura, se dedican a la
pequeña cría de ganados, especialmente caprinos.
Últimamente se ve una cierta diversificación de oficios y empleos entre los indígenas. Se puede
notar una mayor inserción en el área de la salud, la educación, servicios y empleos estables en
los distintos estamentos del gobierno y en empresas privadas.
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Historia del contacto evangélico entre los wichís:
La Obra Anglicana:
El Evangelio llega primero a esta zona de mano de misioneros ingleses de la Iglesia Anglicana.
En 1914 se establece la primera Misión en un lugar o paraje cercano a Embarcación y conocido
como Algarrobal, que luego es mejor conocido como Misión Chaqueña.
Esta Denominación cristiana ha hecho a lo largo del tiempo, muy grandes cosas a favor del
pueblo wichí, no solo desde el aspecto religioso, sino también en lo cultural y social. Compró
tierras, estableció escuelas, salas de primeros auxilios, obrajes para indígenas, les enseñó el
arte, el trabajo, la cultura. Entre las grandes deudas que se le debe al trabajo anglicano, está el
haber puesto la lengua wichí por escrito, y haber traducido la Biblia a dicho idioma.
Mario Mariño, ha sido el primer obispo anglicano wichí de Formosa, Salta y Chaco. Dijo que
durante los primeros siete años, los misioneros convivieron con los wichís sin poder convertirlos
al anglicanismo. En 1922, lograron que cinco wichís se incorporen a nuestra iglesia. Hoy, sin
embargo, contamos con más de cien congregaciones entre tobas, wichís y chorotes.
El trabajo anglicano entre los indígenas ha seguido un camino diferente a la otra obra misionera
pentecostal, del cual nos vamos a interesar más:
La Obra Pentecostal:
A principios del siglo XX, surge dentro de las iglesias evangélicas, un movimiento conocido como
“Pentecostal”, que se refleja en una muy fuerte corriente misionera y evangelizadora, que
rápidamente se esparce por el mundo, y también llega a Argentina más o menos en el 1910.
En 1916, se establece en Embarcación, un pionero pentecostal para traer la Palabra de Dios a la
gente de la zona. Este misionero de origen noruego y llamado Berger Johnsen, estableció una
Obra misionera en el naciente pueblo, desde donde salió a predicar la Palabra de Salvación a
todas las regiones alrededor.
Esta obra pentecostal por muchos años fue pionera en la zona. Su radio de acción fue muy
grande, llegando incluso, hasta el sur de Bolivia. En las orillas del río Pilcomayo tuvo su
momento cumbre en el año 1933, cuando se produjo el Gran Avivamiento que dio mayor ímpetu
a la obra evangelizadora.
Este hermano partió con el Señor pero su trabajo no quedó abandonado porque otros
misioneros de origen noruego y sueco hicieron que la misma sea aún más grande.
Dios ha usado de gran manera a estos hermanos que no midieron esfuerzos por ayudar a
civilizar, junto con la predicación del Evangelio, a los pueblos indígenas. Pero a la par de ellos
estuvieron los valientes indígenas del Evangelio que dieron sus vidas por la Causa del Señor, sin
cuya participación, nada se hubiera hecho.
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De tal manera fue el impacto de esta Obra pentecostal, que toda la zona norte de la provincia
de Salta, Oeste de Formosa y Noroeste del Chaco, quedaron influenciadas por ella. Y las
comunidades aborígenes de esos lugares, se fueron organizando en misiones, con un fuerte
liderazgo del Pastor y el Ministerio.
Con el tiempo se vio la necesidad de adquirir extensiones de tierras para ayudar mejor a los
indígenas que se acercaban a la Obra misionera. Así, con fondos noruegos y suecos se
compraron tierras en Embarcación, donde se estableció la renombrada Misión La Loma y
también en otras ciudades como Tartagal, donde se establecieron las Misiones de El Cruce, Km.
6, etc.
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La gran explotación, discriminación y maldad que sufrieron los antiguos paisanos por parte
del Hombre “blanco” o “criollo” y que en muchos casos lo hicieron en nombre de la religión
católica romana.
La identificación que en un principio lograron los misioneros extranjeros con los nativos, en
cuanto al idioma y costumbres y su defensa ante la explotación del “criollo”.
La gran ayuda social en diferentes maneras que los misioneros canalizaron hacia las
comunidades, tanto en la salud, la educación y el asistencialismo (Pues la comunidad
recibía por parte de la Iglesia ayuda básica como ser: Alimentos, ropa, calzados, útiles
escolares, chapas de zinc, medicamentos, etc.).
La compra de tierras para la organización de las comunidades aborígenes que eran
influenciadas por el Evangelio, ya que esto dio la oportunidad de vivir en lugares donde
nadie los podría molestar como ocurría en todas las tierras que ocuparon, que aunque
vivieron en ellas por años ancestrales, sin embargo, no podían habitarlas libremente.
La defensa de los derechos humanos de los aborígenes. Esto presentaba grandes
dificultades en medio de un contexto histórico donde esos derechos no fueron
contemplados por muchos años, hasta que a partir del gobierno de Perón en el año 1947,
comenzaron a elaborarse y los aborígenes comenzaron a ser tenidos en cuenta. Y fue allí
donde los misioneros lucharon tesoneramente para que los paisanos sean considerados
como seres humanos. El trabajo de ellos hizo que los aborígenes sean dignificados y
respetados.
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Sin embargo, es indudable que la principal razón por la que los indígenas abrazaron la fe
cristiana evangélica, es la Obra de Dios en medio de ellos, como dice Hebreos 2:3: testificando
Dios juntamente con ellos, con señales y prodigios y diversos milagros y repartimientos del
Espíritu Santo según su voluntad. Si Dios no hubiera marchado adelante, nada de lo que se hizo,
se habría logrado.
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La incidencia de la crisis de “Identidad” cultural que viven estos pueblos afecta la vida en la
Iglesia.
La incidencia del “recambio generacional” en una cultura del tipo “Patriarcal”, afecta
profundamente la vida y desarrollo de las Iglesias.
Cosas positivas:
A través de la evangelización se procuró dignificación de los grupos étnicos.
A través de la Evangelización se posibilitó el desarrollo de comunidades que en el día de hoy
son parte integral de vastas zonas.
A través de la evangelización, se defendió los derechos indígenas. Nunca sabremos con
certeza cuanto se le debe a las misiones el haber alcanzado los logros en la defensa de los
derechos indígenas.
A través de la evangelización, se resguardó el idioma indígena. Son varias las lenguas
indígenas que tuvieron su forma escrita a través del arduo trabajo misionero.
A través de la evangelización, se terminaron los antiguos conflictos ancestrales entre
diferentes tribus.
A través de la evangelización, se terminaron con pautas culturales que eran perjudiciales
para las mismas tribus.
Cosas negativas.
La convivencia en grupos cerrados dentro de las misiones, no ayudó a la integración con el
resto de la sociedad.
La Iglesia no pudo resguardar valores culturales que eran positivos dentro de la vida
comunitaria y familiar. Más bien a veces en forma inconsciente, luchó en contra de ellos.
Se tomó como ideal el modelo de vida extranjero, en desmedro del propio y autóctono.
No se promovió con fuerza la formación de líderes locales en la segunda y tercera
generación.
La Obra misionera extranjera demoró mucho tiempo en el traspaso de las
responsabilidades de administración de las distintas Obras, a los nacionales. Al fin, se tuvo
que hacer en forma urgente y despareja, trayendo como consecuencia un fuerte golpe a la
estabilidad de las Iglesias.
El establecimiento de Iglesias evangélicas en comunidades indígenas donde ya había
presencia evangélica anterior, en muchos casos produjo más caos, divisiones y confusión, al
no respetar el trabajo ya realizado.
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El Evangelio ha logrado penetrar en la Cultura indígena, logrando cambiar aspectos culturales
perjudiciales para los indígenas, y logrando insertarlos en la vida civilizada.
En todo el tiempo en que el aporte misionero ha sido importante, se han logrado muchas cosas.
El trabajo de los misioneros, tanto ingleses, noruegos, suecos como de otras nacionalidades ha
sido muy grande.
Tres generaciones han convivido dentro como fuera de las tierras adquiridas por dicho esfuerzo,
y su influencia ha posibilitado muchos beneficios sociales dentro de la vida de los paisanos.
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No es solo RECIBIR LO MATERIAL, lo que necesita el pueblo indígena, sino también que la Iglesia
ENVÍE OBREROS A AYUDAR EN SUS TIERRAS.
La forma más grande en que puede ayudar la Iglesia argentina a los pueblos indígenas, es
promoviendo el envío de misioneros con ideales, métodos y recursos misioneros.
No es sólo cobertura y contención eclesiástica lo que se necesita, sino un plan de trabajo que
abarque todas las áreas de la vida comunitaria, ya que, para la mente nativa, todas las áreas
están interrelacionadas y cuando una de ellas no funciona, hace que todas las otras no
funcionen bien.
EVANGELIZACIÓN.
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No se tratan de Grupos NO ALCANZADOS, sino de grupos que ya han conocido el Mensaje del
Evangelio, y han reaccionado positivamente a él. Hay que re evangelizar a toda una generación
de indígenas.
EDUCACIÓN.
Es la gran necesidad en los distintos aspectos de la vida entre los indígenas: Educación para la
salud, para la vida, en la escuela, en la Iglesia, etc. Pero esta enseñanza tiene que venir “de
Adentro de la Comunidad”. Esto hace necesario que las personas que tomen este papel, se
identifique más con la cultura, idioma y costumbres indígenas. Que viva con los hermanos
paisanos.
ENTRENAMIENTO.
Abarca la capacitación en diferentes sentidos: para el liderazgo efectivo tanto en la vida
comunitaria como en la eclesiástica. Para usar mejor los recursos naturales como humanos, etc.
Será la forma de ayudar para sacar adelante la Obra indígena.
A la vez, se pueden separar las necesidades según las áreas de la vida comunitaria del indígena:
Necesidades eclesiásticas:
Evangelismo:
Promover la visión por las almas perdidas, evangelización a las nuevas generaciones de
creyentes, ya que se nota una gran deserción en edad juvenil. Por otro lado, la necesidad de
provisión de herramientas de evangelismo, como ser: Equipos de sonido preparados para
lugares sin energía eléctrica, folletería y literatura, e instrumentos musicales. Cabe destacar que
la evangelización debe ser replanteada a las circunstancias que viven los hermanos, ya que no
es la misma forma de hacerlo que la que se practica en las ciudades.
Enseñanza:
Esta es la gran necesidad. Para cubrir esta falta, se necesitan maestros, materiales de
enseñanza, Crear un programa específico a cada etnia, usando las herramientas de
comunicación a ellos.
Entrenamiento de líderes:
La Obra en general está pasando por un tiempo de vacío de un liderazgo seguro, sólido y
maduro. Aquellos pioneros, o están muy ancianos y débiles, o ya están con el Señor, y las nuevas
generaciones de creyentes no se han percatado de la falta de Obreros. En este rubro, se nota la
falta que hace el tener una forma de Instituto Bíblico en la zona, dirigida a paliar esta
necesidad. Además, programas de capacitación en los diferentes lugares, ya que es sabido que
no todos pueden ingresar a un Instituto Bíblico. Además, es necesaria la formación de líderes
respetando las diferencias culturales que hay en la zona.
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Necesidades edilicias:
El templo de reunión es central en la vida comunitaria. Necesitamos construir más y mejores
templos, en algunos casos, con casas pastorales y otras dependencias útiles.
Esta necesidad se ve en casi todos los lugares. Mientras que en muchas comunidades el Estado
u otras organizaciones benefactoras ayudan a construir hermosos salones multiuso, los templos
son humildes casas de barro con chapas de cartón.
Y por otro lado, el creciente desarrollo comunitario está despertando el interés de los mismos
habitantes de las comunidades por construir sus propios salones de culto, pero no cuentan con
los recursos económicos necesarios.
Necesidades sociales:
Bajo este apartado, notamos la gran necesidad de ayuda en los dos más importantes aspectos que
hacen a la vida de una sociedad marginada:
Educación: El analfabetismo es muy alto en la zona, por otro lado, con la gente en edad escolar, se
necesita una forma de apoyo escolar para evitar la gran deserción y las dificultades en la
Integración del aborigen en la escuela.
Salud: Es crónica la falta de medicamentos ya que el sistema de salud del estado es deficiente en
esta área. Además, se ve necesidad de la educación para la salud.
Organización Social:
Vivienda: Las casas son muy precarias y se necesita una ayuda en dos formas para cambiar esta
situación: ayuda económica para la construcción de más y mejores viviendas, y educación para la
vida sedentaria y en integración en la sociedad. Cuando se habla de la vivienda, no podemos obviar
la necesidad de apoyar la lucha por la propiedad de la tierra que sostienen varias comunidades
aborígenes.
Asistencia social: En este punto hacemos énfasis en la asistencia en ropa, calzado y alimento; tan
necesario en este tiempo en que el sistema de asistencialismo del gobierno no llega a cubrir todas
las necesidades de las comunidades. También es necesario encontrar un sistema que garantice que
las cosas que se reciben para las comunidades indígenas, realmente lleguen a ellas.
Organización y participación comunitaria: La presencia de la Iglesia evangélica entre los indígenas
es determinante para la toma de importantes decisiones comunitarias. En muchos casos, el Pastor o
líder evangélico local, ha reemplazado al Brujo o Curandero como elemento de poder comunitario.
La Iglesia Evangélica antes tenía un papel central dentro de la vida comunitaria. Es necesario retomar ese papel
protagónico.
Recordamos al respecto, que la Iglesia antes por medio de los misioneros, suplieron las necesidades sociales de los
hermanos aborígenes. Actualmente la Iglesia no cuenta con recursos suficientes para tal fin.
Creo que las Iglesias tienen estructura tanto institucional como organizativa que puede ayudar a satisfacer estas
necesidades
CONCLUSIÓN:
Como hemos visto, la ubicación particular de la Obra Evangélica entre los indígenas argentinos, en una zona de
pobreza estructural, hace necesario recurrir a diferentes Iglesias, Hermanos e instituciones sociales de dentro y
fuera del País, para ayudar a dar solución a los problemas diarios de nuestra gente.
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Los hermanos Aborígenes todavía claman como en Lucas 17: 11- 13:
¡Jesús, Maestro, ten misericordia de nosotros!
Y Jesús nos quiere usar a nosotros para brindar Su Misericordia a sus hijos, los indígenas. Nuestros hermanos.
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