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Este documento presenta la liturgia del Cuarto Domingo de Adviento. Incluye lecturas y oraciones que se enfocan en la espera del nacimiento de Jesús y en Dios que viene a salvarnos. Se encienden cuatro velas en la corona de Adviento y se reflexiona sobre la Virgen María y su espera de Jesús. La primera lectura habla de la señal de Dios en un niño, la segunda lectura presenta a Jesús como Hijo de Dios, y el evangelio cuenta la anunciación a José.
Este documento presenta la liturgia del Cuarto Domingo de Adviento. Incluye lecturas y oraciones que se enfocan en la espera del nacimiento de Jesús y en Dios que viene a salvarnos. Se encienden cuatro velas en la corona de Adviento y se reflexiona sobre la Virgen María y su espera de Jesús. La primera lectura habla de la señal de Dios en un niño, la segunda lectura presenta a Jesús como Hijo de Dios, y el evangelio cuenta la anunciación a José.
Este documento presenta la liturgia del Cuarto Domingo de Adviento. Incluye lecturas y oraciones que se enfocan en la espera del nacimiento de Jesús y en Dios que viene a salvarnos. Se encienden cuatro velas en la corona de Adviento y se reflexiona sobre la Virgen María y su espera de Jesús. La primera lectura habla de la señal de Dios en un niño, la segunda lectura presenta a Jesús como Hijo de Dios, y el evangelio cuenta la anunciación a José.
Bienvenidos, hermanos y amigos. Reciban todos ustedes gracia,
paz y alegría de parte del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Estamos en el Cuarto Domingo de Adviento. En el centro de la
liturgia de hoy está el tema específico de la fe cristiana: Dios está con nosotros. Dios ha tomado la decisión de ser uno con nosotros para salvarnos. Dios viene a nosotros con su Buena Noticia salvadora que sobrepasa todas nuestras esperanzas y expectativas: un Niño va a nacer y será “Dios con nosotros” para salvarnos.
Seguros de la Presencia del Resucitado aquí y ahora en medio de
nosotros, pongámonos de pie y celebremos con alegría esta Eucaristía.
Corona de adviento
Ahora encenderemos cuatro cirios de la “Corona de Adviento”, en
nuestro camino hacia la Navidad. Al encender estas cuatro velas, en el último domingo, pensamos en ella, la Virgen, tu Madre y nuestra madre. Nadie te esperó con más ansia, con más ternura, con más amor. Nadie te recibió con más alegría. Te sembraste en ella como el grano de trigo se siembra en el surco. En sus manos encontraste la cuna más hermosa. También nosotros queremos entregarnos así: en la fe, en el amor y en el trabajo de cada día. ¡Ven pronto, Señor! ¡Ven, a salvarnos!
Acto Penitencial
Volvamos a Dios, que, aun en nuestra debilidad,
estará siempre junto a su pueblo. Pidamos al Señor que nos perdone. (Pausa) 1. Señor Jesús, tú eres el prometido Emanuel, Nuestro Dios-con- Nosotros: R/ Señor, ten piedad de nosotros. 2. Cristo Jesús, tú eres nuestro Salvador. Tú vienes a salvarnos de nuestros pecados: R/ Cristo, ten piedad de nosotros. 3. Señor Jesús, tú eres uno de nosotros, plenamente humano, para hacernos a nosotros completamente humanos e hijos e hijas de Dios. R/. Señor, ten piedad de nosotros.
Ten misericordia de nosotros, Señor, y derrama sobre nosotros tu
perdón amoroso; haz que te pertenezcamos siempre y llévanos a la vida eterna.
Primera Lectura (Isaías 7,10-14)
En la Primera Lectura el Profeta Isaías nos dice que la señal del
amor de Dios es un niño, esperado por una virgen. El nombre del niño – Emmanuel – revela la decisión de Dios de ser uno con nosotros. Escuchemos…
Salmo Responsorial (23)
Este salmo proclama el paso de la profecía al cumplimiento; con él
cantamos:
Segunda Lectura (Romanos 1,1-7)
“Él será de la estirpe de David según la carne, pero será constituido
“Hijo de Dios” según el Espíritu.” Así es como Pablo nos presenta el misterio de la Encarnación. Escuchemos…
Evangelio (Mateo 1,18-24)
“No temas en tomar a María como esposa”. Confiando en la Buena
Noticia recibida en un sueño José se dispone a acoger el misterio de la Encarnación, aún sin entender nada. Abramos el oído, la mente y el corazón, y pongámonos de pie para la proclamación del Santo Evangelio. Oración de los Fieles
Nuestro Dios y Salvador oye los gritos de su pueblo. Confiémosle
todos nuestros anhelos y a todos nuestros seres queridos, amados también por él. Y digámosle: R/ Ven, Señor, y visita a tu pueblo.
1. Por una fe más profunda en el Hijo de Dios, que se hizo
hombre para traer luz a todos los que buscan en la oscuridad, roguemos al Señor: R/ Ven, Señor, y visita a tu pueblo. 2. Por la paz y reconciliación en el mundo en general, y en nuestros propios pequeños mundos en particular, roguemos al Señor: R/ Ven, Señor, y visita a tu pueblo. 3. Para que haya más respeto y atención hacia hermanos que precisan ayuda en su necesidad, y una mayor preocupación por los que sufren, roguemos al Señor: R/ Ven, Señor, y visita a tu pueblo. 4. Pidiendo luz y sabiduría para los líderes de las naciones, para que todos sus subordinados alcancen una participación equitativa en los dones de la creación de Dios, roguemos al Señor: R/ Ven, Señor, y visita a tu pueblo. 5. Por los padres que esperan un hijo o hija, para que protejan con calor y cariño la nueva vida, y para que experimenten y transmitan el amor de Dios para con sus hijos, roguemos al Señor: R/ Ven, Señor, y visita a tu pueblo. 6. Y por nosotros mismos en nuestras comunidades cristianas, para que seamos amables unos con otros, como Dios es bondadoso y amable con nosotros, roguemos al Señor: R/ Ven, Señor, y visita a tu pueblo.
Oh Dios y Salvador nuestro, danos como sumo don a tu Hijo Jesús.
En él se verán cumplidas todas nuestras expectaciones, ahora y por los siglos de los siglos. Amén.
Después de la comunión
Rezar la oración por las vocaciones
Monición final
Nos despedimos para reunirnos el día de la Navidad, oportunidad
en la que la Liturgia nos volverá a reunir para recibir con alegría la salvación que nos trae el Niño que esperamos. Que la Virgen nos acompañe y ayude.