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CONTRATO DE MANDATO

Art 2116. “El mandato es un contrato en que una persona confía la gestión de uno o más negocios a
otra, que se hace cargo de ellos por cuenta y riesgo de la primera.
La persona que confiere el encargo se llama comitente o mandante, y la que lo acepta, apoderado,
procurador, y en general, mandatario”.
De esta definición se desprende:
1. Que es un contrato, esto es, un acuerdo de voluntades destinado a crear derechos y obligaciones. No
debe confundirse el mandato con el poder de representación. El poder es una declaración unilateral de
voluntad del que lo confiere. Pero, una vez que el apoderado acepta el poder y el encargo, se configura
el contrato de mandato.
2. Que es un contrato de confianza. La definición señala claramente que se CONFÍA la gestión de uno
o más negocios.
3. Que su objeto consiste en la gestión de uno o más negocios.
El mandato no puede referirse a actos materiales sino que debe recaer siempre sobre actos jurídicos.
4. Que la gestión se realiza por cuenta y riesgo del mandante.
Por regla general, todos los actos jurídicos pueden realizarse por medio de mandatario. Excepción: el
testamento, artículo 1004.
Mandato y Representación
Como por regla general el mandatario es representante del mandante, los efectos del contrato que
aquél celebra se producen para el mandante y no para el mandatario. Sin embargo, la representación no
es un elemento esencial del contrato, porque un mandatario puede, contratar a nombre propio y no a
nombre del mandante, conforme lo autoriza el artículo 2151 y, en este caso, quedará obligado para con
el tercero el mandatario y no el mandante. La representación no es un elemento de la esencia del
mandato, sino uno de la naturaleza de éste.
No son lo mismo, la representación es una figura regulada en el art 1448, es la facultad que tiene un
sujeto ya sea que provenga de la voluntad del representado o provenga de la ley para actuar en nombre
del representado y obligar al representado como si este hubiera sido el que hubiese actuado
personalmente en el acto, cuando se actúa con representación y se celebra un contrato de
representación de otra persona, la parte es el representado, por ejemplo, si compro en representación
de Elizabet, ella es la compradora.
Art.1448: Lo que una persona ejecuta a nombre de otra, estando facultada por ella o por la ley para
representarla, produce respecto del representado iguales efectos que si hubiese contratado el mismo.
La representación no es un elemento de la esencia del mandato, sino uno de la naturaleza de éste, el
mandatario puede actuar a nombre propio y no a nombre del mandante.
Características del Contrato de Mandato
1. Puede ser gratuito o remunerado. Naturalmente es remunerado.
2. Generalmente es un contrato conmutativo.
3. Es un contrato bilateral.
4. Es un contrato principal.
5. Es un contrato consensual.
6. Es un contrato de confianza.
1. El mandato puede ser gratuito o remunerado
Señala el artículo 2117 que el mandato puede ser gratuito o remunerado.
El contrato naturalmente es oneroso, esto es, se entiende remunerado salvo pacto en contrario. Así se
desprende del artículo 2158 N° 3, que señala entre las obligaciones del mandante la de pagar la
remuneración estipulada o la usual. Se paga la remuneración usual del mandatario en el silencio de las
partes lo que indica que el mandato por regla general es remunerado. Tiene importancia saber si el
mandato es gratuito o remunerado para determinar la responsabilidad del mandatario la cual,
obviamente, será mayor cuando el mandato sea remunerado.
2. Generalmente es un contrato conmutativo
Si el contrato es oneroso podrá ser, a su vez, conmutativo o aleatorio.
Será conmutativo, si la remuneración se pacta sin consideración al éxito o fracaso del negocio
encomendado, en la medida que el mandatario cumpla su obligación de ejecutar el encargo conforme a
las instrucciones del mandante.
Será aleatorio, si el derecho a la remuneración sólo existe para el mandatario en el evento de tener
éxito en la gestión encargada.
3. Es un contrato bilateral. Ello en cuanto el mandato genera obligaciones para ambas partes.
Para el mandatario sus obligaciones son:
a. Cumplir con el encargo.
b. Rendir cuenta de su cometido.
Las obligaciones del mandante están señaladas en el artículo 2158:
a. Proveer al mandatario de lo necesario para la ejecución del mandato.
b. Reembolsarle los gastos razonables causados por la ejecución del mandato.
c. Pagarle la remuneración estipulada o usual.
d. Pagarle las anticipaciones de dinero con los intereses corrientes.
e. Indemnizarle las pérdidas en que haya incurrido sin culpa, y por causa del mandato.
4. El mandato es un contrato principal
Ello por cuanto subsiste por si mismo sin precisar de otra convención.
5. Por regla general es consensual
De acuerdo con el artículo 2123, “el encargo que es objeto del mandato puede hacerse por escritura
pública o privada, por carta, verbalmente o de cualquier otro modo inteligible, y aún por la
aquiescencia tácita de una persona a la gestión de sus negocios por otra; pero no se admitirá en juicio
prueba testimonial sino en conformidad a las reglas generales, ni la escritura privada cuando las leyes
requieran un documento auténtico.”
Claramente el contrato no requiere de solemnidades, sin perjuicio de las limitaciones probatorias.
El artículo 2124 señala expresamente que “el contrato de mandato se reputa perfecto por la aceptación
del mandatario.”
La norma está de más, porque como contrato el mandato tiene que perfeccionarse por el acuerdo de
voluntades. Adicionalmente, esta misma disposición deja en claro que la aceptación puede ser tácita.
Aceptación tácita es todo acto en ejecución del mandato.
Este mismo artículo, en su inciso tercero, contiene una regla especial, que consiste en que aún después
de aceptado el mandato, el mandatario puede retractarse, siempre que el mandante esté en condiciones
de ejecutar él el mandato o cometerlo a otra persona.
Es importante considerar lo excepcional que resulta el hecho de que después de manifestada la
aceptación y, en consecuencia, después de formado el consentimiento para dar origen al contrato de
mandato, pueda el aceptante retirar su manifestación de voluntad.
En cuanto al mandante que formula una oferta de mandato, éste podrá retirarla a condición de que lo
haga antes de que se produzca la aceptación. Tal retractación puede manifestarse en forma expresa o
tácita. Por último, en relación con la formación del consentimiento en el mandato, cabe recordar que es
un contrato donde el silencio constituye manifestación de voluntad,
En efecto, el artículo 2125 establece que: “las personas que por su profesión u oficio se encargan de
negocios ajenos, están obligadas a declarar lo más pronto posible si aceptan o no el encargo que una
persona ausente les hace; y transcurrido un término razonable, su silencio se mirará como aceptación.”
Ahora bien, Don David Stitchkin concluye que el mandato es consensual siempre, salvo que las partes
convengan que sea solemne o que la ley establezca ciertas solemnidades, como sucede:
 En el mandato judicial (sólo puede otorgarse por las formas que establece el artículo 6 del CPC)
 En el mandato para contraer matrimonio (deberá otorgarse por escritura pública y ser específico)
 El mandato de la mujer al marido para enajenar bienes raíces sociales con su consentimiento (debe
constar por escritura pública)
Mandato para celebrar un acto jurídico solemne
El problema en esta materia es si el mandato puede ser consensual cuando el encargo que se efectúa a
través del mismo supone un acto solemne.
Algunos autores sostienen que el mandato debe cumplir las mismas solemnidades que el contrato
encomendado, fundándose en que si la ley exige solemnidad para un acto jurídico, tal solemnidad no
puede fraccionarse y se extiende a los elementos esenciales de dicho acto. Uno de esos elementos es el
consentimiento, el cual está contenido en el mandato y por tanto también debe ser solemne. Todo ello
fundado en la parte final del artículo 2123.
Otros autores afirman que dicha doctrina es errada, porque el artículo 2123 debe interpretarse
literalmente: dice que el mandato es consensual y que no se admite en juicio la testimonial, sino con
arreglo a las reglas generales, esto es a los artículos 1708, 1709 y 1710.
El error de la primera opinión proviene de la confusión entre dos actos: el mandato y el negocio para el
cual éste se confiere.
Por el mandato sólo se encarga el negocio y la voluntad para la celebración de este último se
manifiesta en el acto encargado y sólo allí es exigible la solemnidad; la voluntad que contrata es la del
mandatario y es esta voluntad la que debe manifestarse en forma solemne y no la voluntad del
mandante quien puede hacerlo en forma consensual.
Así concluyen que el mandato es consensual incluso cuando es para realizar negocios solemnes.
La jurisprudencia tiene fallos en ambos sentidos aunque los más recientes apuntan hacia la segunda
interpretación.
6. El mandato es un contrato de confianza
Lo que se desprende de la propia definición del artículo 2116 en cuanto una persona "confía" a otra la
gestión de sus negocios. Lo anterior lo transforma en un contrato "intuito persona", es decir, en que la
consideración del individuo es la causa principal y determinante del mandato.
Esta situación se visualiza claramente desde el punto de vista del mandante, quien escogerá
determinada y cuidadosamente la persona a quien efectúa el encargo. Creemos que, asimismo,
también desde el punto de vista del mandatario se plantea esta selección de su mandante,
particularmente cuando se trata de un mandato sin representación. El carácter de contrato de confianza
acarrea consecuencias de importancia, en particular en lo referente a la extinción del contrato como se
verá más adelante.
Elementos esenciales en chile
Art. 2116. El mandato es un contrato en que una persona confía la gestión de uno o más negocios a
otra, que se hace cargo de ellos por cuenta y riesgo de la primera.
La persona que confiere el encargo se llama comitente o mandante, y la que lo acepta, apoderado,
procurador, y en general, mandatario.
1. Confianza: Hay algunas figuras que no operan en contratos, como la posibilidad de ponerle termino
en forma unilateral, perdida la confianza el mandante siempre puede revocar el mandato, y el
mandatario siempre puede renunciar a la gestión.
*Puede librarse bajo ciertas condiciones cualquiera de ellos por su sola voluntad, porque se trata de un
contrato de confianza.
2. Gestión de uno o más negocios: En cuanto al contenido debe tratarse de uno o más negocios
específicos o actividades específicas por lo menos, en lo que señala la definición. (porque entre
nosotros se aceptan los mandatos generales).
3. Gestión por cuenta y riesgo del mandante: Sea que se actúe a nombre propio o en representación,
aunque se actúe a nombre propio se hace por cuenta y riesgo del mandante, por ejemplo, en la compra
del café es el profesor el que tiene facilitar los medios para que pague. Si se actúa sin representación
será necesario hacer una transferencia de los efectos del mandato.
Otros elementos:
La representación: Art. 2151. El mandatario puede, en el ejercicio de su cargo, contratar a su propio
nombre o al del mandante; si contrata a su propio nombre, no obliga respecto de terceros al mandante.
La representación no es un elemento de la esencia, art 2151 lo pone de manifiesto. Frente a terceros el
único obligado es el mandatario cuando se actúa sin representación.
La gratuidad: Art. 2117. El mandato puede ser gratuito o remunerado.
La remuneración (llamada honorario) es determinada por convención de las partes, antes o después del
contrato, par la ley, la costumbre, o el juez.
La remuneración se llama honorario, se puede determinar por la convención de las partes, antes o
después de la celebración del contrato, si no lo fijan las partes lo fija la ley, la costumbre o el juez.
Art. 2158. El mandante es obligado. N° 3. A pagarle la remuneración estipulada o usual;
*Puede pactarse la gratuidad, es por regla general con representación y por regla general remunerado.
EL MANDATO Y OTROS CONTRATOS
El mandato y el contrato de arriendo. Art. 1915. El arrendamiento es un contrato en que las dos
partes se obligan recíprocamente, la una a conceder el goce de una cosa, o a ejecutar una obra o prestar
un servicio, y la otra a pagar por este goce, obra o servicio un precio determinado.
Arriendo de cosas, de obra y de servicios.
Arriendo de cosas. No presenta problemas.
Arrendamiento de servicios puede ser:
a) arriendo de servicios materiales: salvo confección y transporte se refiere a servicios de criados y
obreros (hoy: contrato de trabajo).
b) arriendo de servicios inmateriales (Art. 2006. Las obras inmateriales, o en que predomina la
inteligencia sobre la obra de mano, como una composición literaria, o la corrección tipográfica de un
impreso, se sujetan a las disposiciones especiales de los artículos 1997, 1998, 1999 y 2002). Puede
traducirse en un contrato de trabajo, mandato y arrendamiento de servicios inmateriales. Podría
vincularse en algún sentido con el mandato, se puede encargar una gestión a través de un mandato o la
misma a través de un servicio inmaterial, incluso algún tipo de contrato de trabajo podría servir cuando
se trata del intelecto, por ejemplo, contratar un abogado, puede ser celebrando un contrato de
arrendamiento de servicios inmateriales o un contrato de trabajo.
c) contrato de obra o de confección de una obra material
El contrato de trabajo y el mandato
Art. 7. Contrato individual de trabajo es una convención por la cual el empleador y el trabajador se
obligan recíprocamente, éste a prestar servicios personales bajo dependencia y subordinación del
primero, y aquél a pagar por estos servicios una remuneración determinada.
Va a tener mucha importancia la gestión que se encargue y como se encarga, por ejemplo, le encargo a
un temporero la cosecha de fruta, no se acerca al mandato, pero si celebro un contrato de trabajo con
un abogado, que tendrá que actuar en representación de una empresa, es distinto.
Comparación con mandato
Diferencias: La gran diferencia está en el vínculo de subordinación y dependencia propio de la relación
laboral y extraño a un contrato de mandato civil.
Facultad de representación y contrato de trabajo
Servicios profesionales:
Podrían vincularse con el mandato, como, por ejemplo, al contratar un abogado.
Art. 2118. Los servicios de las profesiones y carreras que suponen largos estudios, o a que está unida
la facultad de representar y obligar a otra persona respecto de terceros, se sujetan a las reglas del
mandato.
No son mandatos, son servicios a los cuales se les van a aplicar las reglas del mandato, sin ser
mandato, se trata de contratos instintos, pero similares porque las reglas de uno le sirven al otro.
A estos servicios también se les aplican las reglas del contrato de arrendamiento de servicios
inmateriales. Art. 2012. Los artículos precedentes se aplican a los servicios que según el artículo 2118
se sujetan a las reglas del mandato, en lo que no tuvieren de contrario a ellas.
Lo más destacado es que se aplicaría el art.1997 y por ende los servicios profesionales serán siempre
remunerados. Pueden igualmente prestarse a través de mandato o contrato de trabajo.
El mandato y el contrato de sociedad:
La administración ¿es mandato o sólo facultad de representación? En la sociedad colectiva, la sociedad
colectiva civil y comerciales, en estas si nada se dice cualquiera de los socios representa.
De nuevo llegamos a la discusión de si esa representación que puede tener el administrador de la
sociedad es mandato o es un poder de representación, ya señalamos que no es un auténtico mandato,
sino un poder de representación.
El mandato y los contratos de depósito y prenda
El depósito también es un contrato de confianza, también hay un encargo, por ejemplo, podríamos
decir que si yo le pido a alguien que me cuide algo, lo puede hacer a través de un depósito o de un
mandato, las dos elecciones son válidas entre nosotros. Como rige la autonomía de la voluntad si se
opta por el mandado se aplicarán esas normas, y de lo contrario las normas del depósito.
Art. 2211. Llámase en general depósito el contrato en que se confía una cosa corporal a una persona
que se encarga de guardarla y de restituirla en especie.
La cosa depositada se llama también depósito.
Prenda, se entrega una cosa para la seguridad del crédito, es una figura mas lejana que el depósito en
relación al mandato.
Art. 2384. Por el contrato de empeño o prenda se entrega una cosa mueble a un acreedor para la
seguridad de su crédito.
La cosa entregada se llama prenda.
El acreedor que la tiene se llama acreedor prendario.
El mandato y la agencia oficiosa (importante).
La agencia oficiosa, es un cuasicontrato, alguien sin representación, sin encargo de ninguna especie,
decide actuar en beneficio de otro, agente oficioso o gerente. El encargo pudiese ser para lo mismo que
para el mandato, la diferencia está en que en la agencia oficiosa el agente o gerente actúa sin encargo
sin representación, actúa para ayudar a una persona que de no actuar se puede ver perjudicada.
La agencia oficiosa también existe en materia judicial, y está regulada en el CPC, por ejemplo, Me
notifican y tengo que viajar fuera del país, le envió los antecedentes a mi abogado sin posibilidad de
otorgar un mandato judicial, como abogado se puede presentar como agente oficioso y señalar que va
a contestar la demanda, oponer una dilatoria, etc, indicando que se hace sin mandato judicial, y va a
poder hacerlo actuando a nombre de esa parte del proceso, y esa parte apenas salve el obstáculo que le
impide apersonarse al juicio va a tener que ver si ratifica o no lo que ha realizado el agente oficioso.
Art. 2286. La agencia oficiosa o gestión de negocios ajenos, llamada comúnmente gestión de negocios,
es un cuasicontrato por el cual el que administra sin mandato los negocios de alguna persona, se obliga
para con ésta, y la obliga en ciertos casos.
Semejanzas y diferencias
Fuente de donde nacen las obligaciones del agente e interesado: la ley. Art 2287. Las obligaciones del
agente oficioso o gerente son las mismas que las del mandatario.
Art. 2290. Si el negocio ha sido bien administrado, cumplirá el interesado las obligaciones que el
gerente ha contraído en la gestión y le reembolsará las expensas útiles o necesarias.
El interesado no es obligado a pagar salario alguno al gerente.
Si el negocio ha sido mal administrado, el gerente es responsable de los perjuicios.
Paralelo
1. Fuente del mandato: Convención.
Fuente agencia oficiosa: Es un cuasicontrato, no hay voluntad de parte del interesado de facultar al
agente.
2. Uno se llama mandato, el otro agencia oficiosa
3. Mandante, interesado
4. Mandatario, agente
5. Objeto del mandato y de la gestión de negocios, puede ser el mismo objeto.
Se diferencian en que el mandato es un contrato y supone voluntad del mandante; en cambio la agencia
oficiosa es un cuasicontrato, en el cual una persona gestiona los intereses de otra, sin tener mandato
para ello. No obstante existe relación entre ambas instituciones.
Así, si una persona, actuando de buena fe, obró en virtud de un mandato nulo, se convierte en agente
de negocios (artículo 2122)
Otro punto de vinculación, más complejo que el anterior, se refiere a una persona que ha iniciado sus
actuaciones como agente de negocios y con posterioridad el interesado ratifica lo obrado por éste; la
duda es si producto de esta última actuación, la agencia oficiosa se transforma o no en mandato, siendo
relevante la respuesta para determinar el estatuto jurídico que regirá a las partes así como a los
terceros.
Mandante e interesado
El Interesado no tiene las obligaciones del mandante, salvo que ratifique, porque ratificada la agencia
oficiosa, podría asumir las obligaciones del mandante. Si el negocio es bien administrado por el
agente, el interesado si va a tener obligaciones para con el agente o gerente, consistentes en
reembolsarle los gastos, las expensas útiles o necesarias. No hay obligación de remunerar.
Si el negocio es mal administrado el único que asume obligación de pagar perjuicios es el agente quien
se hace responsable de lo mal administrado en calidad de agente oficioso del interesado.
Agente y mandatario
Asumida la gestión por parte del agente oficioso, este debe realizar el encargo teniendo las mismas
obligaciones que el mandatario, va a tener que realizar el encargo que decisión llevar a cabo y va a
tener que rendir cuenta de su gestión. *Agente oficioso, mismas obligaciones que mandatario.
Objeto del mandato y de la gestión de negocios
Puede ser el mismo objeto.
El mandatario puede convertirse en agente oficioso. Art. 2122. El mandatario que ejecuta de buena fe
un mandato nulo o que por una necesidad imperiosa sale de los límites de su mandato, se convierte en
un agente oficioso.
La agencia oficiosa puede convertirse en mandato por la ratificación, y el mandato puede convertirse
en agencia oficiosa cuando el mandatario actúa fuera de los términos del mandato, se convierte en un
agente oficioso.
Partes del Contrato de Mandato
Señala el artículo 2116 inciso 2°: “La persona que confiere el encargo se llama comitente o mandante,
y la que la acepta, apoderado, procurador; y en general, mandatario.”
Aplicando el principio del artículo 1448, tanto el mandante como el mandatario pueden ser una o
varias personas.
El mandante puede ser persona natural o jurídica.
No es necesario que el mandante tenga interés en el negocio encomendado, puede ser de interés de un
tercero; lo importante es la voluntad del mandante de asumir personalmente los riesgos del negocio
cuya gestión confía al mandatario.
Tampoco es problema que el mandatario tenga interés personal en el negocio que se le confía, siempre
y cuando no sea el único interesado.
Así lo señala el artículo 2119: “Si el negocio que interesa al mandatario solo, es un mero consejo, que
no produce obligación alguna” (pero si se da maliciosamente obliga a la indemnización de perjuicios)
El artículo 2120 agrega que “Si el negocio interesa juntamente al que hace el encargo y al que lo
acepta, o a cualquiera de estos dos, o a ambos y a un tercero, o a un tercero exclusivamente, habrá
verdadero mandato; si el mandante obra sin autorización del tercero, se producirá entre los dos el
cuasicontrato de la agencia oficiosa.”
Ahora bien, cuando hay pluralidad de mandantes, todos ellos responden en forma conjunta ante el
mandatario, cada uno por su cuota correspondiente. No existe solidaridad pues la ley no la establece,
salvo en un caso de excepción contemplado en el artículo 290 del Código de Comercio, cuando existen
varios comisionistas.
El mandatario, que es la persona que acepta el encargo también puede ser uno o varios; persona natural
o jurídica.
Si los mandatarios son varios, la obligación de llevar a cabo el encargo es indivisible, por lo tanto, el
mandante puede exigir el cumplimiento total a cualquiera de ellos, pero la obligación de indemnizar
perjuicios es divisible y solo cabe demandar a cada uno por su cuota.
Requisitos del Mandato
Como todo contrato debe cumplir los requisitos generales de éstos. Pero hay algunas reglas especiales
respecto de la capacidad, contenidas en el artículo 2128.
Capacidad del Mandante
El mandante requiere la capacidad necesaria para ejecutar los contratos que el mandatario va a celebrar
por él. En ausencia de tal capacidad habrá nulidad absoluta o relativa del mandato dependiendo de si la
incapacidad es absoluta o relativa.
Capacidad del Mandatario
De acuerdo al artículo 2128 el mandatario puede ser un relativamente incapaz, ello porque la
incapacidad relativa se encuentra establecida para proteger el patrimonio de los incapaces, pero nada
impide que esos incapaces actúen por cuenta de otras personas y comprometan el patrimonio de éstas.
Si una persona capaz confiere mandato a un incapaz relativo, es porque confía en su gestión, el
legislador adopta medidas para proteger a los incapaces, mas no a los capaces.
Si el incapaz relativo contrata a nombre propio será necesaria la autorización de su representante legal,
pero si lo hace en representación del mandante entonces, por aplicación del artículo 1448, podrá
contratar por sí sólo.
Es evidente que no puede ser mandatario un absolutamente incapaz por cuanto carece de voluntad.
En cuanto a los relativamente incapaces, el artículo 2128 sólo menciona al menor adulto. Stitchkin
sostiene que dicha norma es extensiva a todos los incapaces relativos, es decir, se extiende al disipador
interdicto; otros autores afirman que se excluye al disipador en razón de que éste no tiene suficiente
juicio y discernimiento.
Efectos del Contrato de Mandato. Los efectos del contrato de mandato son los derechos y
obligaciones que el genera.
Las obligaciones del mandatario son:
a. Ejecutar el encargo confiado con la diligencia de un buen padre de familia
b. Rendir cuenta de su cometido al mandante
Las obligaciones del mandante son:
a. Proveer al mandatario de lo necesario para la ejecución del mandato.
b. Reembolsarle los gastos razonables causados por la ejecución del mandato.
c. Pagarle la remuneración estipulada o usual.
d. Pagarle las anticipaciones de dinero con los intereses corrientes.
e. Indemnizarle las pérdidas en que haya incurrido sin culpa, y por causa del mandato.
1. Obligaciones del Mandatario
a. Ejecutar el Encargo Confiado con la Diligencia de un Buen Padre de Familia
Esta primera obligación aparece de la definición misma del contrato: “es un contrato en que una
persona confía la gestión de uno o más negocios a otra, QUE SE HACE CARGO DE ELLOS por
cuenta y riesgo de la primera.”
Si no cumple con esta obligación deberá indemnizar los perjuicios causados al mandante. Aquí es
importante tener en cuenta que el inciso 3° del artículo 2124 permite que aun una vez aceptado el
mandato, podrá el mandatario retractarse, mientras el mandante se halle todavía en aptitud de ejecutar
el negocio por sí mismo, o de cometerlo a distinta persona.
Salvo este caso de excepción, el mandatario tiene la obligación de cumplir con el mandato.
De acuerdo al artículo 2134: “La recta ejecución del mandato comprende no sólo la substancia del
negocio encomendado, sino los medios por los cuales el mandante ha querido que se lleve a cabo.”
“Se podrán, sin embargo, emplear medios equivalentes, si la necesidad obligare a ello y se obtuviere
completamente de ese modo el objeto del mandato.”
El artículo 2149 contempla también una norma de bastante importancia, según la cual: “El mandatario
debe abstenerse de cumplir el mandato cuya ejecución sería manifiestamente perniciosa al mandante.”
El artículo 2129 nos permite señalar que el mandatario debe cumplir el encargo con la diligencia de un
buen padre de familia.
En efecto, señala esta disposición que: “el mandatario responde hasta de la culpa leve en el
cumplimiento de su encargo.”
Prohibiciones a que está sujeto el Mandatario en el Ejercicio de su Mandato
1. De acuerdo al artículo 2127, si el mandante nombra a dos o más mandatarios, cada uno de ellos
debe actuar por su cuenta, salvo que el mandante se los haya prohibido en forma expresa y en este caso
todo lo que hagan separadamente es nulo. En realidad más que un caso de nulidad se trata de una
situación de inoponibilidad, el acto que el mandatario ejecuta aisladamente es inoponible al mandante,
no se ve cual sería el vicio de nulidad.
2. No puede colocar el dinero del mandante a interés sin el consentimiento de ese; artículo 2146.
3. No puede comprar lo que el mandante le ha encargado vender; ni venderle a éste lo que le encargó
comprar, salvo que intervenga expreso consentimiento del mandante; artículo 2144.
4. Encargado por el mandante de poner dinero a interés, no puede tomarlo para sí a ese título, salvo
expreso consentimiento del mandante; artículo 2145.
Obligaciones del Mandatario en el Desempeño de su Cometido
El mandatario está obligado a actuar dentro de las facultades y los límites con que se le haya otorgado
el mandato (artículo 2131)
De acuerdo a la citada disposición, el mandatario se ceñirá rigurosamente a los términos del mandato,
fuera de los casos en que las leyes le autoricen para obrar de otro modo.
Como puede suceder que los medios por los cuales el mandante haya deseado que se lleve a efecto el
mandato no pudieren emplearse, el mandatario podrá emplear otros equivalentes, si la necesidad le
obligare a ello, pero siempre que se obtuviere completamente de ese modo el objeto del mandato
(artículo 2134 inciso 2°)
Si el mandatario se halla en la imposibilidad de cumplir el mandato con arreglo a las instrucciones del
mandante, no está obligado a constituirse en agente oficioso, pero debe tomar las providencias
conservativas que las circunstancias exijan.
Como no es posible dejar expuesto al mandante a sufrir perjuicios por no haberse previsto
oportunamente los medios de que debe hacer uso el mandatario, éste debe actuar en la forma que más
se acerque a sus instrucciones y que más convenga al negocio, artículo 2150 inciso 2°.
Responsabilidad del mandatario
Conforme al artículo 2129 el mandatario responde de culpa leve.
Pero de acuerdo con esta misma disposición, esta responsabilidad es más estricta si el mandato es
remunerado; no dice el Código que si el mandato es remunerado el mandatario responda de culpa
levísima, simplemente dice que la responsabilidad “recae más estrictamente sobre el mandatario
remunerado”.
Si el mandatario se ha visto obligado a aceptar el mandato, su responsabilidad será menor, pero la ley
no señala que responda únicamente de culpa grave.
Lo que se pretende en esta disposición es entregar al juez una orientación, particularmente a la hora de
determinar los eventuales perjuicios de que pudiera ser responsable el mandatario.
El mandatario no responde al mandante de la solvencia del deudor con quien ha contratado.
Sin embargo, el artículo 2152 establece que: “El mandatario puede por un pacto especial tomar sobre
su responsabilidad la solvencia de los deudores y todas las incertidumbres y embarazos del cobro.
Constitúyese entonces en principal deudor para con el mandante, y son de su cuenta hasta los casos
fortuitos y fuerza mayor.”
Este es un caso excepcional. Pero, cabe señalar que estas cláusulas transforman el contrato en que se
incluyan en un contrato innominado; no se trata de un verdadero contrato de mandato, hay
representación, pero el mandatario responde de la solvencia del deudor y se le mira como principal
deudor. Dicho contrato tiene de mandato, de contrato de seguro y de fianza.
Delegación del mandato
La delegación es el acto por el cual el mandatario encarga a un tercero todo o parte de la gestión que se
le ha encomendado.
En principio parece difícil que el mandatario pueda delegar, porque el mandato es un contrato de
confianza. Sin embargo, es preciso formular las siguientes distinciones:
1. En el contrato de mandato se ha autorizado expresamente la delegación y se ha indicado a quien se
puede efectuar. En este caso el mandatario delegante queda libre de toda responsabilidad y se entiende
que se constituye nuevo mandato entre el mandante y el mandatario delegado. Y este nuevo mandato
sólo puede ser revocado por el mandante.
2. En el contrato de mandato se autoriza al mandatario para delegar, pero no se indica a quién puede
hacerse la delegación. Por regla general, el mandatario que delega no es responsable, salvo que haya
delegado el mandato en una persona manifiestamente incapaz o insolvente.
3. En el contrato de mandato no se prohíbe ni se autoriza la delegación. Puede también el mandatario
delegar su mandato, pero lo hace por su cuenta y riesgo ya que frente al mandante, responderá de los
hechos del delegado como de los suyos propios.
4. En el contrato de mandato se prohíbe expresamente la delegación; el mandatario no puede delegar.
El artículo 2138 establece que el mandante podrá en todos casos ejercer contra el delegado las
acciones del mandatario que le ha conferido el encargo.
Ahora bien, lo señalado se refiere a las relaciones entre mandante y mandatario. Pero, para que a virtud
de una delegación quede obligado el mandante con respecto a terceros, se requiere que haya autorizado
o ratificado la delegación.
Reglamentan la delegación del mandato los artículos 2135, 2137 y 2138.
b. Obligación de Rendir Cuenta de su Cometido al Mandante
El mandatario es obligado a dar cuenta de su administración (artículo 2155)
En esto se diferencia el mandato del arrendamiento de servicios donde el empleado no tiene esta
obligación.
Tiene por objeto que el mandante tome conocimiento de la forma como se ha ejecutado el encargo,
sobre los resultados del mismo y la restitución al mandante de aquello que recibió para el
cumplimiento de su cometido.
La rendición de cuentas procede tanto cuando el mandatario ha actuado en nombre del mandante como
cuando lo ha hecho a nombre propio, siendo particularmente relevante en este segundo caso, por
cuanto será éste el momento en que transferirá al mandante los derechos que adquirió en el
cumplimiento del encargo.
Esta rendición de cuenta, en principio, será extrajudicial, pero si las partes no se ponen de acuerdo, tal
rendición será judicial, siendo éste materia de arbitraje forzoso.
El mandante puede exonerar al mandatario de esta obligación, porque ella está establecida en su
interés. Pero, si lo exime no significa que el mandatario quede exonerado de los cargos que contra él
justifique el mandante. Esta disposición, artículo 2155, hace aquí una aplicación de lo dispuesto en el
artículo 1465, según el cual la condonación del dolo futuro no vale.
Ahora, en cuanto a la época en que debe procederse a la rendición de cuentas, la doctrina en forma
unánime entiende que el mandante puede solicitar la cuenta en cualquier tiempo, salvo que se hayan
establecido plazos al efecto.
Rendida la cuenta, el mandante debe restituir no solo los dineros sino también los intereses de los
mismos y que adeude al mandante, según resulte de la cuenta.
En cuanto a los intereses, el artículo 2156 distingue:
a. Intereses de dinero del mandante que el mandatario ha empleado en propia utilidad: el mandatario
debe intereses corrientes a contar del día que empleó los dineros del mandante.
b. Intereses del saldo en contra del mandatario, que resulten de las cuentas, los debe desde que se le
constituya en mora.
2. Obligaciones del Mandante
Las obligaciones del mandante están señaladas en el artículo 2158.
En conformidad a esta disposición, el mandante es obligado:
a. A proveer al mandatario de lo necesario para la ejecución del mandato.
b. A reembolsarle los gastos razonables causados por la ejecución del mandato.
c. A pagarle la remuneración estipulada o usual.
d. A pagarle las anticipaciones de dinero con los intereses corrientes.
e. A Indemnizarle las pérdidas en que haya incurrido sin culpa, y por causa del mandato.
“No podrá el mandante dispensarse de cumplir estas obligaciones, alegando que el negocio
encomendado al mandatario no ha tenido buen éxito, o que pudo desempeñarse a menos costo; salvo
que le pruebe culpa.”
Por su parte, el artículo 2159 señala que: “El mandante que no cumple por su parte aquello a que es
obligado autoriza al mandatario para desistir de su encargo.”
Por lo demás, el artículo 2162 establece que: “Podrá el mandatario retener los efectos que se le hayan
entregado por cuenta del mandante para la seguridad de las prestaciones a que éste fuere obligado por
su parte.”
Finalmente, en conformidad al artículo 2160 el el mandante es obligado a cumplir las obligaciones
contraídas por el mandatario dentro de los límites del mandato.
En realidad ésta no es una obligación del mandante sino el efecto del contrato de mandato. Si el
mandatario se excede en sus atribuciones, tales actos serán, en principio, inoponibles al mandante.
Clasificación del Mandato
 Mandato General // Mandato Especial
 Mandato de simple administración // mandato especial en cuanto a las facultades // mandato en
que se faculta al mandatario para obrar del modo que mejor convenga // mandato de libre
administración.
a. Mandato General y Mandato Especial
El mandato puede ser general o especial dependiendo de si él está otorgado para la generalidad de los
negocios del mandante o no.
Si el mandato fue otorgado para la generalidad de los negocios del mandante, estaremos frente al
mandato general.
Si el mandato fue otorgado para uno o más negocios específicamente determinados, o bien, para un
conjunto de negocios determinados en cuanto a su género, estaremos frente a un mandato especial.
Como puede apreciarse el criterio diferenciador está dado por el universo de negocios encomendados y
no por las facultades conferidas al mandatario. La regla primordial en la materia está dada por el
artículo 2131, en cuanto el mandatario deberá ceñirse rigurosamente a los términos del mandato
Trátese de un mandato general o de un mandato especial, las facultades del mandatario serán aquellas
que se le hayan concedido, salvo los casos en que la ley le autoriza para obrar de otro modo.
Lo anterior se ve ratificado por lo dispuesto en el artículo 2134 en cuanto la recta ejecución del
mandato, no sólo implica cumplir el encargo, sino que utilizar los medios que el mandante dispuso
para tal cumplimiento. Así, lo esencial es la voluntad del mandante, para cuyo establecimiento, en caso
de duda, habrá de recurrirse a los artículos 1560 y siguientes del Código Civil. Hacen excepción a la
regla precedente los casos en que la ley autoriza al mandatario para obrar de otro modo, lo que ocurre
en los casos de los artículos 2134 inciso 2°, 2147, 2148 y 2150 inciso 2°:
 En conformidad con el artículo 2134 inciso 2°, se podrán emplear para la ejecución del negocio
encomendado, medios equivalentes a los queridos por el mandante, si la necesidad obligare a ello y se
obtuviere completamente de ese modo el objeto del mandante.
 De acuerdo con el artículo 2147, el mandatario podrá aprovecharse de las circunstancias para
realizar su encargo con mayor beneficio o menor gravamen que los designados por el mandante, pero
se le prohíbe apropiarse de lo que exceda el beneficio o aminore el gravamen. Por el contrario, si
negociare con menor beneficio o mayor gravamen, le será imputable la diferencia.
 El artículo 2148 dispone que las facultades concedidas al mandatario se interpretarán con alguna
más latitud, cuando no está en situación de poder consultar al mandante.
 Finalmente, el artículo 2150 se refiere al caso en que el mandatario se halle en la imposibilidad de
obrar con arreglo a las instrucciones del mandante. En tal caso no está obligado a constituirse en
agente oficioso, pero como no es posible dejar expuesto al mandante a sufrir perjuicios el inciso 2 del
art 2150 establece que si no fuere posible dejar de actuar sin comprometer gravemente al mandante, el
mandatario deberá actuar en la forma que más se acerque a sus instrucciones y que más convenga al
negocio
Ahora bien, en ausencia de manifestación expresa, es decir, cuando el mandante se limita a conferir
poder sin expresar las facultades con que debe obrar el mandatario, el Código entrega en los artículos
2132 y 2133 ciertas reglas que buscan establecer las prerrogativas con que obrará el mandatario.
b. Clasificación del Mandato en cuanto a sus Facultades
1. Mandato de Simple Administración
2. Mandato Especial en cuanto a sus Facultades
3. Mandato que faculta al mandatario para obrar del modo que mejor convenga
4. Mandato de Libre Administración
Lo que se dirá se aplica tanto al mandato general como al mandato especial.
1. Mandato de Simple Administración
El artículo 2132 da cuenta del denominado mandato de simple administración en cuya virtud el
mandatario puede ejecutar actos conservativos y actos de administración. Señala el artículo 2132 que
el mandato no confiere naturalmente al mandatario más que el poder de efectuar los actos de
administración; como son:
 Pagar las deudas y cobrar los créditos del mandante, perteneciendo unos y otros al giro
administrativo ordinario.
 Perseguir en juicio a los deudores, intentar las acciones posesorias e interrumpir las prescripciones
en lo tocante a dicho giro.
 Contratar las reparaciones de la cosa que administra.
 Comprar los materiales necesarios para el cultivo o beneficio de las tierras, minas fábricas, u otros
objetos de industria que se le hayan encomendado.
Pero para todos los actos que salgan de estos límites, necesitará de poder especial.
Esta es una enumeración no taxativa de los actos de administración que son aquellos propios del giro
ordinario del mandante. Los actos de administración son aquellos que tienden a la conservación
patrimonial; así, en principio, el mandatario no puede ejecutar actos de disposición, es decir, no puede
enajenar. Pero ello no constituye una regla absoluta, el mandatario puede efectuar enajenaciones en la
medida que ellas forman parte del giro ordinario del negocio encomendado y que tienden a la
conservación patrimonial. Por ejemplo: pagar una deuda. En todo caso, el mandatario no puede
ejecutar los actos que requieren de poder especial.
2. Mandato con Facultades Especiales
Como ya dijimos, en conformidad al inciso 2° del artículo 2132, se requiere poder especial para
ejecutar aquellos actos que escapan del giro ordinario del negocio encomendado. No ha definido el
Código lo que se entiende por mandato especial, de manera que se llega a una definición por exclusión
y así podemos decir que mandato especial aquel en que se autoriza expresamente la realización de
actos de administración o disposición, que no se encuentran comprendidos en el giro ordinario del
negocio encomendado. Así se desprende del inciso 2° del artículo 2132.

El Código reglamenta algunos actos que requieren mandato especial:


a. Se requiere poder especial, por ejemplo, para donar.
Y de acuerdo con el artículo 2139: “En la inhabilidad del mandatario para donar no se comprenden
naturalmente las ligeras gratificaciones que se acostumbra hacer a las personas del servicio.” En este
último caso no se requiere mandato especial porque tales donaciones forman parte del giro ordinario.
b. También se requiere mandato especial para transigir. Así lo establece expresamente el artículo 2448:
“Todo mandatario necesitará de poder especial para transigir.”
“En este poder especial se especificarán los bienes, derechos y acciones sobre que se quiera transigir.”
Por su parte, el artículo 2141 señala que la facultad de transigir no comprende la de comprometer, ni
viceversa, esto es, no comprende la facultad de someter un asunto a arbitraje. El mandatario judicial
igualmente requiere de poder especial para transigir.
c. Respecto de la facultad para vender, el artículo 2142 señala que “el poder especial para vender
comprende la facultad de recibir el precio.”
Al parecer esto nos estaría indicando que para vender se requiere poder especial, sin embargo, ello no
es cierto. Para determinar si es necesario o no mandato especial para vender es preciso examinar si
dicha venta queda o no comprendida en el giro ordinario del negocio encomendado; si queda
comprendida, basta el mandato de simple administración, en caso contrario, se requiere de poder
especial.
Lo que establece el artículo 2142 es algo distinto, deja claro que al mandatario con facultad para
vender está facultado también para recibir el precio.
En relación con la facultad para vender, surge otra duda que consiste en si el mandatario está o no
facultado para efectuar la tradición de la cosa vendida.
Si bien la venta y la tradición son cosas distintas, se entiende que el mandatario facultado para vender
es igualmente facultado para efectuar la tradición porque los contratos deben ejecutarse de buena fe, de
manera que facultado para contratar deberá entenderse que el mandatario es también facultado para
cumplir con las obligaciones que deriven del contrato. Sin embargo, el punto resulta discutible y en
orden a evitar posibles complicaciones es recomendable conferir expresamente la facultad para
efectuar la tradición.
d. Otro caso en que se requiere mandato especial, es para hipotecar.
El artículo 2143 toca incidentalmente el punto al señalar que “la facultad de hipotecar no comprende la
de vender ni viceversa.”
Pero se desprende claramente entonces que la facultad de hipotecar requiere de poder especial, más
aún cuando no cabe estimar que el hipotecar inmuebles forma parte del giro ordinario de un negocio.
e. También se requiere de mandato especial para poner dineros del mandante a interés, según lo
establece expresamente el artículo 2146: “No podrá el mandatario colocar a interés dineros del
mandante, sin su expresa autorización.”
3. Mandato que Faculta para Obrar del Modo que se estime más Conveniente
El artículo 2133 señala que “cuando se da al mandatario la facultad de obrar del modo que más
conveniente le parezca, no por eso se entenderá autorizado a alterar la substancia del mandato, ni para
los actos que exigen poderes o cláusulas especiales.”
¿Cuál es entonces el alcance de este mandato? Es preciso recordar que el artículo 2134 establece que la
recta ejecución del mandato comprende no sólo la sustancia del negocio encomendado, sino los
medios por los cuales el mandante ha querido que se lleve a cabo.
Pues bien, este mandato que faculta al mandatario para obrar del modo que estime más conveniente
libera de esta obligación de ejecutar el negocio encomendado por los medios que ha querido el
mandante; los medios para llevar a cabo el negocio encomendado los escogerá el mandatario, obrando
de esta forma del modo que más conveniente le parezca.
4. Mandato con Cláusula de Libre Administración
El inciso 2° del artículo 2133 se refiere a este mandato y nos dice que: “Por la cláusula de libre
administración se entenderá solamente que el mandatario tiene la facultad de ejecutar aquellos actos
que las leyes designan como autorizados por dicha cláusula.” Por ejemplo, el artículo 1629 establece
que: “El procurador o mandatario no puede novar si no tiene especial facultad para ello, o no tiene la
libre administración de los negocios del comitente o del negocio a que pertenece la deuda.”
Luego, si el mandatario tiene la libre administración del negocio encomendado puede novar las
obligaciones que pertenezcan a ese negocio.
Asimismo, el artículo 1580 establece que: “La diputación para recibir el pago puede conferirse por
poder general para la libre administración de todos los negocios del acreedor, o por poder especial para
la libre administración del negocio o negocios en está comprendido el pago, o por un simple mandato
comunicado al deudor.”
Efectos del Mandato entre Mandante y Terceros
Hay que distinguir si el mandatario actuó a nombre propio o en representación del mandante, y si lo
hizo dentro de los límites del mandato o se extralimitó.
1° El mandatario actúa a nombre propio
En este caso no obliga al mandante respecto de terceros (artículo 2151), pero bien puede el mandante
exigir al mandatario que le ceda los derechos que ha adquirido con ocasión de cumplir el mandato.
2° El mandatario actúa en representación del mandante. Hay que subdistinguir:
a. Si actúa dentro de los límites del mandato, en este caso obliga al mandante (artículo 2160 inciso 1°)
b. Si se extralimita, los actos del mandatario no obligan al mandante y le son inoponibles en cuanto
exceden el mandato, a menos que lo ratifique.
En todo caso, el mandante podrá accionar contra el mandatario extralimitado por los perjuicios que
pudiere resultar de aquellos actos.
Si la gestión encomendada se ha cumplido parcialmente y dicha gestión es susceptible de
cumplimiento parcial, obliga al mandante (2161)
Si no es posible el cumplimiento parcial de la gestión, el mandante no será obligado por la ejecución
parcial, sino en cuanto le aprovechare.
Extinción del Mandato
El artículo 2163 señala varias causales de extinción del mandato, entre las cuales hay algunas que
permiten ponerle término en forma unilateral, a pesar de ser un contrato y por tanto un acto jurídico
bilateral. Ello se explica por cuanto se trata de un contrato de confianza.
También puede terminar por los modos de extinguir generales contemplados en el artículo 1567, en lo
que le fueren aplicables, así por ejemplo, la resciliación.
El mandato puede extinguirse:
1. Por el desempeño del negocio para el que fue constituido.
2. Por la expiración del plazo o por el evento de la condición prefijados para la terminación del
mandato.
3. Por la revocación del mandante.
Ello deriva del carácter de contrato de confianza. La revocación es una facultad discrecional del
mandante, sea el contrato oneroso o gratuito. Esta facultad puede ser renunciada por el mandante, es
decir, puede obligarse en el contrato a no revocar el mandato concedido al mandatario, esta renuncia es
perfectamente lícita, porque sólo atañe al interés particular del mandante.
El pacto de no revocabilidad del mandato tiene justificación particularmente en el caso en que el
mandato interese también al mandatario. La infracción de la obligación de no revocar el mandato, esto
es revocarlo, significa incumplir una obligación de no hacer, que se traduce, según el artículo 1555, en
la obligación de indemnizar perjuicios. (En la práctica esto se garantiza conviniendo una cláusula
penal para el caso de que el mandante no cumpla con el pacto de irrevocabilidad).
La revocación puede ser expresa o tácita (2164) y en cuanto a su extensión puede ser total o parcial
(2165). Produce efectos desde el día que es conocida por el mandatario (2165), sin perjuicio que actos
posteriores del mandatario puedan obligar al mandante(2173).
La revocación es tácita cuando se encarga el mismo negocio a distinta persona. También puede ser
parcial; así el artículo 2164 inciso 2° dice "Si el primer mandato es general y el segundo es especial,
subsiste el primer mandato para los negocios no comprendidos en el segundo".
No hay una forma precisa para dar conocimiento de la revocación al mandatario; en todo caso,
corresponde al mandante probar que el mandatario supo la revocación, lo que es importante porque si
el mandatario no ha tenido conocimiento de la revocación los actos que éste celebre obligan al
mandante.
4. Por la renuncia del mandatario. Es la contrapartida de la facultad para revocar que tiene el mandante
(artículo 2167).
La renuncia puede hacerla el mandatario sea un mandato remunerado o gratuito, y debe ponerla en
conocimiento del mandante, pero ella no pone término al mandato sino después de haber transcurrido
un término razonable para que el mandante pueda proveer a los negocios encomendados. Así, si el
mandatario renuncia, notifica y se desentiende de la gestión, continúa siendo responsable de los
perjuicios que se le puedan ocasionar al mandante, a menos que se halle en la imposibilidad de
administrar por enfermedad u otra causa que haga imposible la continuación de la gestión por parte del
mandatario. (artículo 2167 inciso 2°)
Tratándose del mandato judicial, (artículo 10 del Código de Procedimiento Civil) el mandatario debe
notificar la renuncia al mandante poniendo en su conocimiento el estado del pleito. La renuncia
produce sus efectos transcurrido que sea el término de emplazamiento a contar de la notificación de la
renuncia del mandatario al mandante. (Sigue vigente el mandato).
5. Por la muerte del mandante o mandatario. Nueva demostración del carácter de contrato de
confianza.
La muerte del mandante pone término al mandato, cesa el mandatario en sus funciones, pero si esta
suspensión irrogare perjuicios a los herederos del mandante el mandatario está obligado a finalizar la
gestión iniciada (artículo 2168). Excepcionalmente no se extingue el mandato por la muerte del
mandante, (artículo 2169) cuando está destinado a ejecutarse después de la muerte de éste.
La muerte del mandatario, también pone término al mandato, pero la ley en resguardo de los intereses
del mandante obliga a los herederos del mandatario a dar aviso de la muerte al mandante y harán en
favor de éste lo que puedan y las circunstancias exijan siempre que estos herederos fueren hábiles para
administrar sus bienes. El incumplimiento de esta obligación los hace responsables de los perjuicios
que pudieren ocasionárseles al mandante (artículo 2170).
6. Por la quiebra o insolvencia del mandante o del mandatario (resguardo de terceros).
7. Por la interdicción de uno o de otro. La interdicción es una medida judicial que priva de la
administración de sus bienes a una persona, y puede provenir de demencia, sordomudez y disipación.
La interdicción del mandatario extingue el mandato, porque si no puede administrar sus bienes
tampoco podrá administrar los de terceros. La interdicción del mandante pone término al mandato;
lógico si el mandante carece de facultad de administrar, tampoco el mandatario que sólo manifiesta
voluntad del mandante. Además, la representación del interdicto la tendrá su curador.
8. Por la cesación de las funciones del mandante, si el mandato ha sido dado en ejercicio de ella. Por
ejemplo, si el representante legal de una Corporación confiere un mandato, ese mandato se extinguirá
cuando él cese en sus funciones. Sin embargo, hay un fallo que dice que en este caso el mandato no
termina pues el otorgamiento del contrato de mandato sería un acto de la Corporación. Esto es
discutible.
9. Si la mujer soltera que ha otorgado un mandato se casa posteriormente el mandato subsiste, pero el
marido podrá revocarlo a su arbitrio siempre que se refiera a bienes que están bajo la administración
de éste (artículo 2171).
Comentario final
Si se trata de un mandato conferido a varios mandatarios que deban actuar conjuntamente, la
concurrencia de cualquiera de las causales de terminación respecto de uno de ellos extingue el
mandato (artículo 2172).
Efectos de la Expiración de Mandato respecto de Terceros (Mandato Aparente)
El artículo 2173 dispone: "En general, todas las veces que el mandato expira por una causa ignorada
del mandatario, lo que éste haya hecho en ejecución del mandato será válido y dará derecho a terceros
de buena fe contra el mandante.”
“Quedará asimismo obligado el mandante, como si subsistiera el mandato, a lo que el mandatario,
sabedor de la causa que lo haya hecho expirar, hubiere pactado con terceros de buena fe; pero tendrá
derecho a que el mandatario lo indemnice". Esta regla se refiere a los efectos que se producen por la
expiración del mandato. Los actos que realiza el mandatario después de haber expirado el mandato
son, en principio, inoponibles al mandante.
Con todo, en protección de los terceros, excepcionalmente, pueden obligar al mandante frente a
terceros de buena fe que ignoraban el hecho de haber cesado el mandato al tiempo de contratar con el
pretendido mandatario. En efecto, si al tiempo de cumplir el encargo el mandatario no tiene
conocimiento de la expiración de mandato (artículo 2173 en inciso 1°) o aún cuando éste tuviere
conocimiento de tal circunstancia (artículo 2173 inciso 2°) el mandante puede quedar obligado con
terceros de buena fe.
Si el mandatario tenía conocimiento de la extinción estará de mala fe y deberá indemnizar de todo
perjuicio al mandante, pero ello no obsta para que respecto de los terceros de buena fe (en cuanto
ignorantes de la extinción del mandato) tal expiración resulte inoponible, y ejercerán su acción no
contra el mandatario sino contra el mandante.
Según el artículo 2173 inciso 3° "Cuando el hecho que ha dado causa a la expiración del mandato
hubiere sido notificado al público por periódicos, y en todos los casos en que no pareciere probable la
ignorancia del tercero, podrá el juez en su prudencia, absolver al mandante", es decir, en tal caso los
actos del mandatario no obligarán al mandante.
Naturaleza de los Servicios de las Profesiones que suponen Largos Estudios
El artículo 2118 señala que "Los servicios de las profesiones y carreras que suponen largos estudios, o
a que está unida la facultad de representar y obligar a otra persona respecto de terceros, se sujetan a las
reglas del mandato". El Código no dice que estos servicios constituyen mandato sino que se sujetan a
tales reglas. En general se trata de arrendamiento de servicios inmateriales.
LA PRENDA
El artículo 2384 del Código Civil da una definición del contrato de prenda, diciendo "Por el contrato
de empeño o prenda se entrega una cosa mueble a un acreedor para la seguridad de un crédito" (inc 1°)
Esta definición se critica en cuanto ella es en realidad incompleta porque no da una idea clara de la
garantía. Queda más comprensible si se la completa quedando de la siguiente forma: El contrato de
prenda es aquel en que se entrega una cosa mueble a un acreedor para la seguridad de un crédito, con
cargo de restituirla si se cumple la obligación principal, dándosele la facultad de venderla y pagarse
preferentemente con el producto de la venta si el deudor no cumple la obligación asegurada.
El sistema del contrato de prenda establecido y reglamentado en el Código Civil, se encuentra
actualmente profundamente alterado y modificado por leyes especiales que han creado las llamadas
prendas sin desplazamiento; sin embargo, reviste importancia el estudio de las normas del Código
Civil relativas a este contrato, porque las prendas especiales si bien alteran los principios del Código
Civil, en sus bases se atienen a él.
Entre las prendas especiales o sin desplazamiento podemos señalar las siguientes:
1. Prenda mercantil
2. Prenda agraria
3. Prenda industrial
4. Prenda de valores mobiliarios en favor de los Bancos
5. Prenda de la ley de compraventa de cosas muebles a plazo
6. Prenda sin desplazamiento
La diferencia fundamental entre la prenda reglamentada en el Código Civil y las prendas especiales, es
que la primera es un contrato real, luego se perfecciona por la entrega de la cosa al acreedor; en tanto
que en las segundas no existe este desplazamiento (de ahí que también se las llame prendas sin
desplazamiento), de modo que la cosa dada en prenda permanece en manos del deudor. En éstas, para
asegurar el derecho del acreedor el contrato es solemne y la entrega material se sustituye por una
inscripción en un registro especial. En el sistema del Código Civil la entrega de la cosa dada en prenda
es material, en cambio en las prendas especiales ella es ficticia, no hay desplazamiento, sino que una
inscripción del contrato en un registro especial.
La finalidad de las prendas especiales es, justamente, el que no haya desplazamiento.
Acepciones de la Palabra Prenda
La palabra prenda tiene varias acepciones, a saber:
1. Como contrato
2. Como la especie misma dada en prenda

Características de la Prenda
1. Es un contrato, así lo establecen los art 2384 y 2392 que disponen que debe existir un acuerdo de
voluntades.
2. Es un derecho real, el artículo 577 lo menciona entre tales derechos. La eficacia de la prenda como
caución deriva justamente de esta característica, porque da derecho a perseguir la cosa de manos de
quien se encuentra, al igual que todo derecho real.
3. Es un crédito privilegiado, da origen a un crédito de segunda clase, y como privilegio es especial
porque sólo puede hacerse efectivo sobre lo empeñado y no en los demás bienes del deudor, art 1474.
4. Importa un principio de enajenación. El art 582 señala que el dominio comprende las facultades
de uso, goce y disposición, si se pierde una de ellas hay un principio de enajenación, y tal cosa ocurre
en la prenda en que el dueño no tiene ni uso ni goce de la cosa. Además, porque al constituir la prenda
el deudor tácitamente acepta que sí no cumple la obligación principal el acreedor enajenará la cosa y se
pagará con el producto del remate.
5. La prenda para el acreedor prendario es un título de mera tenencia, pero conjuntamente con ello es
dueño y poseedor del derecho de prenda.
6. La prenda es indivisible, porque toda la cosa empeñada y cada parte de ella garantiza el total de la
deuda, artículos 1526 N°1 y 2396 inciso 1°.
Características de la Prenda como Contrato
La prenda como contrato presenta las siguientes características:
1. Es un contrato unilateral, de él solo nacen obligaciones para una sola de las partes: el acreedor
prendario ya que debe conservar la cosa, no debe usarla y tiene que restituirla una vez que el deudor
cumpla la obligación principal. La única obligación de la esencia del contrato de prenda es la del
acreedor prendario de restituir la cosa dada en prenda una vez que se haya cumplido la obligación
principal.
2. Puede ser gratuito u oneroso, según la forma como se constituya, si junto con el contrato principal
(oneroso) o con posterioridad a él (gratuito) y dependerá también de quién constituya la prenda, si lo
hace el deudor principal será oneroso, si lo hace un tercero, será gratuito, artículo 2388.
3. Es un contrato real, se perfecciona por la entrega de la cosa empeñada, efectuada por quien
constituya la prenda, el deudor o un tercero al acreedor, artículo 2386.
4. Es un contrato accesorio, siempre garantiza o asegura el cumplimiento de una obligación principal,
sin la cual no puede subsistir.
5. Es un contrato nominado, tiene reglamentación propia en la legislación.
Requisitos del Contrato de Prenda
El contrato debe cumplir con los requisitos de existencia que se exigen para la generalidad de los
contratos: consentimiento, objeto y causa. No existen solemnidades para el contrato de prenda
reglamentado en el Código Civil pues se trata de un contrato real. Se requiere por lo tanto la entrega de
la cosa para la perfección del contrato. Se discute si la entrega es requisito de existencia o de validez,
pero es claro que la entrega es imprescindible.
Ahora bien, por su carácter de contrato, la prenda debe cumplir además, con los requisitos de validez
que la ley exige para todo contrato: consentimiento exento de vicios, objeto lícito, causa lícita y
capacidad de las partes.
Pero existen algunas reglas especiales al respecto:
 En cuanto a la capacidad de las partes, se requiere que el que da la prenda tenga capacidad para
enajenar.
 En cuanto al objeto, se requiere que los bienes sean susceptibles de darse en prenda.
 Que se haya entregado de la cosa dada en prenda (se discute si es un requisito de existencia o de
validez)
1° Que el que da la prenda tenga capacidad para enajenar
La prenda puede constituirla el deudor o un tercero, artículo 2388, pero tanto el uno como el otro
deben tener capacidad para enajenar la cosa (artículo 2387). En consecuencia, no basta para este
contrato tener capacidad para contratar, es necesaria la capacidad para enajenar, y esta capacidad debe
existir en quién constituye la prenda, sea el deudor o un tercero. Al acreedor prendario le basta con
tener capacidad de ejercicio, aunque no tenga la libre disposición, ya que a su respecto no hay
enajenación sino que una seguridad para su crédito. Además, en lo que respecta a la capacidad del
constituyente el Código Civil exige formalidades especiales tratándose de los pupilos. (artículos 393 y
1755)
2° Bienes susceptibles de darse en prenda
Pueden ser objeto de la prenda todas las cosas muebles corporales o incorporales, excepto las naves de
más de 50 toneladas de registro y las aeronaves, que no obstante ser bienes muebles se hipotecan
conforme a las normas que da el Código Civil y el Código de Comercio (artículo 2418)
Veremos algunas situaciones relacionadas con esta materia:
Los inmuebles por adherencia y destinación que se constituyen en garantía separadamente del predio a
que acceden, se dan en prenda y no en hipoteca, ya que al constituirse el gravamen en esta forma
recuperan su calidad de bienes muebles -muebles por anticipación- artículo 571.
También los créditos muebles pueden darse en prenda, artículo 2389.
El Código Civil en el artículo 2389 reglamenta la prenda de un crédito, la que requiere para su
constitución de dos requisitos:
 Entrega del título al acreedor prendario
 Notificación al deudor del crédito que consta en ese título para que sólo pague en manos del
acreedor, prohibiéndosele hacerlo en otras manos.
El dinero también puede darse en prenda y en tal caso el acreedor se hace dueño del dinero que el
deudor le ha entregado en prenda, y además, puede hacer uso de él, restituyendo en dinero otro tanto
de la misma moneda y no el dinero específico que se le entregó, artículo 2395 (en relación con el
artículo 2221 porque esta especie de prenda se asemeja al depósito irregular).
Las boletas de garantía son en cierta forma prendas de dinero por el valor que ellas representan.
El tomador de la boleta en el Banco es deudor prendario y la persona a quien se le entrega la boleta es
el acreedor prendario, encontrándose el dinero depositado en el Banco, al no cumplirse la obligación
por el deudor, el acreedor tendrá la boleta pudiendo hacerla efectiva cobrándole al Banco.
Finalmente, sólo los bienes presentes pueden darse en prenda, pero no los bienes futuros, porque para
que haya prenda se requiere la entrega material, y respecto del bien futuro no se podrá cumplir con
este requisito de la entrega material. Pero, respecto de bienes futuros podría pactarse un contrato de
promesa de prenda, el cual posteriormente se transformaría en contrato real de prenda.
Prenda de cosa ajena
La prenda de cosa ajena es válida, encontrándose reglamentados sus efectos por los art 2390 y 2391.
Respecto del dueño de la cosa empeñada, el contrato de prenda es inoponible y por consiguiente éste
tendrá en contra del acreedor prendario todas las acciones que competen al dueño en conformidad a lo
establecido en el artículo 2390.
En las relaciones entre el deudor y el acreedor prendario, una vez restituida la cosa al dueño, se aplican
las siguientes reglas:
 El acreedor puede pedir al deudor prendario que se le entregue otra prenda de igual o mayor
valor o que se le otorgue otra caución competente.
 Si no se da cumplimiento a ello caduca el plazo y la obligación se hace exigible de inmediato
(artículos 2391 y 1496 N°2)
Existe una diferencia entre este caso de caducidad del plazo y el que se contempla en el artículo 1496
N°2. Este último artículo exige que haya hecho o culpa del deudor en la extinción de la caución, en
tanto que el artículo 2391 no considera la culpa, basta con que la caución se haya extinguido porque el
dueño de la cosa empeñada sin su consentimiento ha obtenido su restitución.
3° Que haya entregado de la cosa dada en prenda
Los artículos 2384 y 2386, entre otras disposiciones, exigen que para que se perfeccione el contrato de
prenda se requiere la entrega de la cosa empeñada.
En su momento se discutió si la entrega debía ser real o si bastaba la entrega simbólica. La doctrina se
ha uniformado en el sentido de que la entrega debe ser real, ello por las siguientes razones:
a. La ley habla de entrega y el sentido propio de esa palabra en el Diccionario, es el de poner una
cosa en manos de otro.
b. La historia de la ley, don Andrés Bello en nota al art 2552 del proyecto de 1853, que corresponde
al actual artículo 2386, señala que en esta materia sigue a Pothier, y éste exigía la entrega real.
c. Porque la única forma de que el acreedor quede en condición de cumplir la obligación de restituir
que le impone el contrato es la entrega real.
d. Mediante este desplazamiento de la cosa se da publicidad al gravamen frente a terceros, evitando
que el deudor retenga la especie en su poder aparentando así una solvencia que no tiene.
Principio de la Especialidad de la Prenda
No es otra cosa que la especificación o determinación que exige la ley en la prenda, tanto en relación
con la cosa empeñada como con la obligación principal que ella garantiza.
Este principio dice relación entonces, con dos aspectos:
- En cuanto a la cosa dada en prenda
- En cuanto a las obligaciones garantizadas con prenda

1. En cuanto a la cosa prendada


Claramente ella debe ser cierta y determinada. Es indiscutible que sólo los bienes presentes pueden
darse en prenda, pero no los bienes futuros, porque para que haya prenda se requiere la entrega
material, y respecto del bien futuro no se podrá cumplir con este requisito de la entrega material. La
cosa empeñada debe estar perfectamente individualizada en especie, ya que de otra manera no podría
procederse a la entrega.
Este principio de la especialidad de la prenda tiene aplicación aún respecto de las prendas especiales,
no obstante que en ellas hay algunos casos de excepción, como el de la prenda industrial en la cual la
prenda de la materia prima se extiende al producto manufacturado.
2. Obligaciones susceptibles de garantizarse con prenda
La regla general es que pueden caucionarse con prenda toda clase de obligaciones, incluso las
naturales, pero en lo que dice relación con éstas hay que hacer una distinción:
a. Si el deudor cauciona una obligación civil con prenda, la que luego se transforma en natural, la
prenda por su carácter de accesoria, se convierte también en natural.
b. Si hay una obligación principal es natural, se la puede caucionar con una prenda, conforme al
artículo 1472, pero ella debe ser otorgada por un tercero para que otorgue acción.
En este caso se origina una situación curiosa, la prenda que es una obligación accesoria va a dar acción
en tanto que la obligación principal no la concede.
El principio de especialidad de la prenda se traduce en que la obligación principal a que accede la
prenda debe ser existente y cierta, en otras palabras, tiene que ser una obligación específica, esto es
determinada.
Lo que lleva obligatoriamente a analizar el problema de si puede o no caucionarse con prenda
obligaciones futuras.
Al respecto la opinión de los autores nacionales se encuentra dividida.
Algunos estiman que no es posible caucionar con prenda obligaciones futuras.
En consecuencia, según esta tesis, no se admite la cláusula de garantía general prendaria, es decir, no
se pueden garantizar con prenda obligaciones aun no determinadas o futuras, como si lo permite la
hipoteca y la fianza.
Esta cláusula consiste en que con la caución se va a garantizar no sólo la obligación a que accede, sino
todas las obligaciones presentes o futuras, directas o indirectas que pueda tenerse con el mismo
acreedor.
Para sostener esta tesis, se dan las siguientes razones:
a. El Código Civil no señala que puedan caucionarse con prenda obligaciones futuras, en tanto que
respecto de la fianza, artículo 2339 y de la hipoteca, artículo 2413, lo dijo expresamente, de modo que
al guardar silencio respecto de la prenda como caución de obligaciones futuras debe concluirse que
ello no es procedente.
Así lo estima, entre otros don Manuel Somarriva, quién dice, según quien este de la ley silencio
debemos interpretarlo en el sentido de que el legislador no acepta la prenda para garantizar tal clase de
obligaciones, silencio que resulta más sugestivo si se considera que en el Código la prenda está
precisamente ubicada entre la fianza y la hipoteca.
Además, existe una disposición que obsta a ello. El artículo 2385 dispone que “El contrato de prenda
supone siempre una obligación principal a la cual accede.”
En efecto esta opinión se ve reafirmada por la circunstancia de que el artículo 2385 diga que la prenda
supone siempre una obligación principal a la cual debe acceder, no haciéndose esa declaración
respecto de las otras cauciones.
La razón de esta diferencia con las demás cauciones se encuentra en la forma en que se perfecciona
este contrato, esto es, por la entrega de la cosa dada en prenda al acreedor, de modo que el deudor
pierde su tenencia, uso y goce.
No parecería lógico entonces que el legislador prive de tales atributos al deudor autorizado una prenda
para garantizar una obligación que puede no llegar a existir. Situación que no se presenta en la
hipoteca, ya que en ella el constituyente no es privado de la tenencia del bien, y la fianza es una
caución personal.
Por lo mismo, esta posibilidad, sí es admitida tratándose de algunas prendas sin desplazamiento.
Y en ello está la prueba más fehaciente de que el Código Civil no acepta la prenda respecto de
obligaciones futuras e indeterminadas. Precisamente, cuando se ha contemplado esta forma de prenda
lo ha sido en virtud de una ley expresa. Por ejemplo:
 La Ley 7612 modificó el artículo 376 del Código aceptando esta forma de prenda para que el
guardador caucione al pupilo las obligaciones futuras que pudieren resultar en su contra derivados de
su administración
 La Ley N°5687 sobre prenda industrial contempla la procedencia de ella en garantía de
obligaciones indeterminadas.
 La Ley N°4287 sobre prenda mobiliaria en favor de los bancos también la admite.
 La Ley N°1 8.112 sobre prenda sin desplazamiento, admite la cláusula de garantía general
prendaria.
La jurisprudencia ha aceptado esta tesis.
La otra corriente acepta la opinión contraria, esto es de que se puede garantizar con prenda
obligaciones futuras:
b. El argumento según el cual el legislador no haya contemplado expresamente esta forma de prenda
no es suficiente, porque se trata de una materia contemplada en el Libro IV del Código Civil, esto es
de normas supletorias de la voluntad de las partes, materia en la cual se puede hacer no aquello que el
legislador permite expresamente, sino que por el contrario se puede realizar todo aquello que no esté
expresamente prohibido y en el Código Civil no hay norma alguna que prohíba esta forma de prenda.
Por otra parte, la circunstancia de que leyes posteriores la permitan está indicando que no tiene nada de
ilícito ni va contra los principios legales. Así el artículo 1° de la Ley N°4287 sobre Prenda mobiliaria
en favor de los bancos la admite expresamente al decir: "Los bonos y cualquiera otros valores
mobiliarios o contratos que se celebren o hayan de celebrarse más adelante, se entenderán constituidos
en prenda a favor de ésta por su sola entrega, siempre que no conste expresamente que dicha entrega
se ha efectuado con un objeto distinto".
El artículo 2401 establece lo que en doctrina se llama "prenda tácita", es un caso en que no obstante
que el deudor extinga la obligación garantizada con prenda, al acreedor le es lícito retener la prenda si
tiene contra el deudor otros créditos que reúnan los requisitos expresados en ese artículo. La razón que
se da a esta disposición es que el legislador la establece interpretando la voluntad de las partes, porque
si el acreedor exige prenda para una obligación, es lógico presumir que también la habría requerido
para las obligaciones posteriores, ya que está demostrando su desconfianza en la solvencia del deudor,
luego si la prenda va a garantizar otras obligaciones que las pactadas en el contrato en virtud de una
interpretación de la presunta voluntad de las partes, por qué no puede ser lícito un pacto en que
expresamente los contratantes estipulen una cláusula de garantía general.
Si se estima que es procedente la prenda para garantizar obligaciones futuras debe aceptarse la cláusula
de garantía general prendaria.
Efectos del Contrato de Prenda. Los efectos del contrato son los derechos y obligaciones que nacen
de este.
En cuanto a los derechos y obligaciones del acreedor prendario:
El acreedor tiene los siguientes derechos:
1. Derecho de retención
2. Derecho de persecución
3. Derecho de venta
4. Derecho de preferencia
5. Derecho a indemnización de perjuicios.
El acreedor prendario tiene las siguientes obligaciones:
1. No usar la cosa empeñada
2. Cuidar y conservar la cosa empeñada
3. Restituir la prenda una vez cumplida la obligación principal
En cuanto a los derechos y obligaciones del deudor prendario:
Los derechos del deudor prendario, son los correlativos a las obligaciones del acreedor prendario.
En relación con las obligaciones del deudor prendario, tratándose de un contrato unilateral, en
principio no hay obligación alguna para el deudor una vez perfeccionado el contrato de prenda.
a. Derechos del Acreedor Prendario
El acreedor tiene los siguientes derechos:
1. Derecho de retención
2. Derecho de persecución
3. Derecho de venta
4. Derecho de preferencia
5. Derecho a Indemnización de Perjuicios
Estos derechos pueden resumirse de la siguiente forma: el acreedor retiene la cosa mientras no se le
pague, si se le quita tiene derecho de persecución de manos de cualquiera que la tenga; cuando llega el
vencimiento de la obligación si no se le paga puede vender la prenda y si en ese momento hay varios
acreedores, tiene una preferencia especial de segunda clase y un derecho para que se le indemnicen los
perjuicios que se le hayan causado.

1. Derecho de retención
Es la facultad que tiene el acreedor prendario para conservar la mera tenencia de la cosa mientras no se
le pague:
- La totalidad de la deuda en capital e intereses.
- Los gastos necesarios en que haya incurrido el acreedor para conservar la cosa.
- Los perjuicios ocasionados por la tenencia, artículo 2396 inciso 1°.
Pero la retención no procede en los siguientes casos:
Cuando el Juez autoriza al deudor para cambiar o reemplazar la cosa empeñada por otra si de ello no
se sigue perjuicio para el acreedor (artículo 2396 inciso 2°)
Cuando el acreedor abusa de la prenda. Se entiende que el acreedor abusa de la prenda cuando usa la
cosa empeñada, (artículo 2396 inciso 3°)
Prenda tácita
Consiste en que el acreedor tiene derecho a retener la prenda sin restituirla al constituyente, pese a que
se extinguió la obligación principal, cuando dicho acreedor es titular contra el mismo deudor de otros
créditos que deben reunir ciertos requisitos que establece el artículo 2401. En la prenda tácita se está
interpretando la voluntad de las partes, esta es una excepción a lo que señaláramos anteriormente, ya
que el acreedor puede retener la prenda aunque se le haya cancelado la obligación caucionada con ella.
Luego, se está alterando la regla general de que una vez pagada la obligación principal debe restituirse
la prenda.
Los requisitos para que proceda la prenda tácita son los siguientes:
1. Sólo hay aplicación de la prenda tácita cuando la prenda se ha constituido por el propio deudor,
pero no cuando ella se ha constituido por un tercero, esto no lo dice expresamente el legislador,
pero parece lógico llegar a esta conclusión, porque el tercero sólo puede obligarse a aquello que
formalmente declara, y no por las obligaciones que con posterioridad surjan entre acreedor y
deudor.
2. Que los créditos sean ciertos y líquidos, o sea, que el nuevo crédito no sea condicional.
3. Que el crédito se haya contraído con posterioridad a la obligación que estaba garantizada con
prenda.
4. Que el crédito se haya hecho exigible antes del pago de la obligación caucionada con la prenda.
Los autores entienden que al decirse "antes del pago" se hace referencia al momento real y
efectivo del pago y no al momento en que esto debió efectuarse de acuerdo con lo estipulado en el
contrato.
Se ha discutido el carácter de la prenda tácita; se ha discutido si se trata de un simple derecho legal de
retención del acreedor prendario o de una extensión, en virtud de la ley, del derecho de prenda por
interpretación de la voluntad contractual.
Esta última parece ser la naturaleza o carácter de la prenda tácita, especialmente por lo dispuesto en el
artículo 2402 cuando dice en relación con la imputación del producto obtenido de la realización de la
prenda, poniéndose en el caso de que la prenda se hubiere constituido en favor de una sola obligación,
y se hubiere extendido después a otras, según el artículo precedente.
Es importante concluir una u otra cosa, porque si se trata de un derecho legal de retención, el acreedor
no tendrá derecho a perseguir la cosa en contra de terceros, si ella sale de su poder o tenencia; en tanto
que si es un derecho real de prenda obviamente que existirá el derecho de persecución.
Existen casos en que no tiene aplicación la prenda tácita:
a. El art 2404 establece que, no obstante la constitución de la prenda, puede el deudor vender la
especie dada en prenda; y en este caso si el deudor vende la prenda a un tercero y éste le paga
íntegramente al acreedor, éste está obligado a entregar la cosa y no puede negarse a ello, de acuerdo
con el inciso final, ni aún alegando créditos que reúnan las condiciones del artículo 2401.
b. De acuerdo con el art 2393 inc final, el acreedor puede exigir la restitución de la mera tenencia de la
cosa de manos de quien se encuentre, aún contra el propio deudor. Pero si por cualquier causa la cosa
dada en prenda llega a manos del deudor, éste puede recuperar la prenda pagando íntegramente al
acreedor el crédito, y en este caso (si la cosa por cualquier motivo ha vuelto a poder del deudor y éste
paga el crédito) no puede el acreedor exigir la retención de la cosa alegando prenda tácita.
2. Derecho de persecución o de reivindicación
Si bien el acreedor prendario, con respecto a la cosa dada en prenda es mero tenedor, con respecto a su
derecho de prenda es dueño y poseedor; entonces, si es dueño de su derecho de prenda, el cual es un
derecho real, es lógico que esté premunido de la acción reivindicatoria, que es la acción propia del
dominio. Por otra parte, el mismo artículo 891 dice que pueden reivindicarse todos los derecho reales,
excepto el de herencia; este mismo principio lo encontramos consagrado en el artículo 2393.
El acreedor puede reivindicar su derecho contra el mismo deudor; pero ya hemos dicho que si la cosa
llega a manos del deudor, puede este retenerla pagando íntegramente el crédito, en este caso cesa el
derecho a reivindicar, porque a virtud del pago del crédito que hace el deudor al acreedor, se extingue
la obligación y con ello la prenda.
3. Derecho de venta
Se refiere a él el artículo 2397.
Vencida la obligación el acreedor, si no se le ha pagado, puede ejercitar este derecho.
No tiene derecho el acreedor, si no se le paga, para disponer por sí y ante sí o para apropiarse de la
cosa empeñada, sino que debe venderla en pública subasta. Nada impide que en ella pueda participar y
adjudicarse la cosa.
Esta venta en pública subasta es también un derecho del deudor, de modo que éste puede exigirla si el
acreedor se queda con la especie dada en prenda.
En resumen, ante el incumplimiento de la obligación el acreedor prendario tiene que realizar la prenda
en pública subasta para pagarse con el producto del remate (artículo 2397 inciso 1°)
En este caso el acreedor ejerce la acción real emanada de la prenda, sin perjuicio de que tiene también
la acción personal del crédito para perseguir otros bienes del deudor prendario.
Si el constituyente es un tercero, el acreedor tiene contra él solo la acción real y no la personal, porque
el tercero no está personalmente obligado.
El procedimiento aplicable para la realización de la prenda está contemplado en el Decreto Ley 776
del año 1925 (ver apéndice del Código de Procedimiento Civil)
Este decreto derogó tácitamente una parte del artículo 2397.
En efecto esta disposición en su inciso 1° faculta al acreedor prendario para que a falta de postura
admisible en el remate pida que se le adjudique en dominio la prenda, en pago de la deuda y previa
tasación de peritos.
Actualmente no posee este derecho ya que el decreto ley 776 no se lo reconoce, aún más en su artículo
5 no exige mínimo para las posturas en el remate. Por lo tanto, no puede darse el caso de que no haya
posturas admisibles ya que no hay posturas mínimas. Además, el inciso final del artículo 1° del
Decreto Ley citado dispone que el acreedor no puede apropiarse de la cosa en otra forma que aquella
que señala dicho Decreto Ley, sin que en él se contemple el derecho que consagra el artículo 2397 de
que el acreedor pueda pedir que se le adjudique la prenda previa tasación de peritos.
4. Derecho de preferencia
El crédito del acreedor prendario es un crédito privilegiado de segunda clase, artículo 2474 N°3. Este
privilegio es especial de modo que sólo se ejerce sobre la cosa dada en prenda y si existiera un déficit,
éste se paga como crédito valista, es decir, sin preferencia.
5. Derecho de indemnización
Con motivo de la tenencia de la cosa dada en prenda, el acreedor prendario puede haber incurrido en
gastos para la conservación de ella o puede haber sufrido perjuicios derivados de la misma tenencia de
la prenda. En tal caso tiene derecho a que el deudor le pague estos gastos y goza de un derecho de
retención mientras éste no se efectúe, artículo 2396 inciso 1°.
b. Obligaciones del Acreedor Prendario
El acreedor prendario tiene las siguientes obligaciones:
- No usar la cosa empeñada.
- Restituir la prenda una vez cumplida la obligación principal.
1. No usar la cosa empeñada
El acreedor no puede usar en provecho propio la cosa empeñada porque tiene la calidad jurídica de
depositario de ella (artículo 2395). Y el depositario no puede usar la cosa que se le confía, en provecho
propio. Si el acreedor usa la cosa empeñada el deudor puede solicitar la devolución inmediata,
perdiendo el primero el derecho a la prenda (artículo 2396 inciso 3°).
Pero, este derecho del acreedor no le impide el ejercicio de los siguientes derechos y facultades:
a. Usar la cosa si el deudor lo autoriza, artículo 2395.
b. Emplear el dinero recibido en prenda, artículo 2395 en relación con el artículo 2221.
c. Que si la prenda es fructífera, pueda percibir los frutos e imputarlos a la deuda, artículo 2403.
d. Que si recibió en prenda un crédito de dinero, debe cobrarlo a su vencimiento y aplicarle al
pago de su crédito si fuere de igual naturaleza y luego rendirá cuenta al constituyente, art 12
DL 776, de 1925.
2. Cuidar y conservar la cosa empeñada
Esta obligación la tiene el acreedor prendario porque es mero tenedor asimilado al depositario, por
consiguiente responde de culpa leve si la cosa se deteriora o menoscaba mientras esté en su poder.

3. Restituir la prenda una vez cumplida la obligación principal


Esta obligación se hace exigible contra el acreedor, cuando el deudor ha pagado íntegramente la
obligación principal e interés y ha indemnizado al acreedor los gastos y perjuicios que le ocasionaron
la tenencia de la cosa.
Cesa la obligación de restituir si la prenda se destruye fortuitamente. En cambio puede hacerse
exigible esta obligación de restituir antes del vencimiento del plazo o cumplimiento de la obligación si
el acreedor usa la cosa sin el consentimiento del deudor (art 2396 inc 3). No se hace exigible esta
obligación, a pesar del cumplimiento de la obligación principal, cuando opera la prenda tácita.
c. Derechos del Deudor Prendario
Son correlativos a las obligaciones del acreedor prendario:
1. Pedir indemnización contra el acreedor por destrucción o deterioro de la prenda, causados por
culpa del acreedor (artículo 2394)
2. Reemplazar la prenda si ello no perjudica al acreedor (artículo 2396 inciso 2°)
3. Vender la cosa empeñada, pese a estar constituida en prenda y aunque la tenencia la tenga el
acreedor (artículo 2404)
4. Exigir la restitución anticipada de la prenda si el acreedor abusa, esto es, si usa la prenda (art
2396 inciso final)
5. Exigir la restitución de la prenda al acreedor, una vez extinguida la obligación principal,
ejercitando para ello la acción prendaria directa (artículo 2401 inciso 1°)
6. Concurrir a la subasta de la prenda y adjudicársela en dominio pagando el precio del remate
(artículo 2398)
7. Por último, mientras no se haya consumado la realización de la cosa, el deudor puede pagar la
deuda.
Es el principio del art 2399. El pago debe ser completo y deben incluirse en él los gastos que se
hubieren ocasionado.
d. Obligaciones del Deudor Prendario
La prenda es un contrato unilateral, de modo que sólo una de las partes se obliga, y ésta es el acreedor
quien debe devolver la cosa una vez extinguida la obligación. No hay obligación alguna para el deudor
una vez perfeccionado el contrato de prenda. Sin embargo, excepcionalmente puede existir obligación
para el deudor: pagar las indemnizaciones en los términos del artículo 2396.
El acreedor hará efectiva tal obligación mediante la acción prendaria contraria.
Extinción de la prenda
La prenda puede extinguirse:
 Por vía consecuencial
 Por vía directa
1. Extinción por Vía Consecuencial
Siendo la prenda un contrato accesorio, si se extingue la obligación principal ella corre la misma
suerte, por aplicación del principio de que lo accesorio sigue la suerte de lo principal.
Existen, sin embargo, ciertas peculiaridades en algunos modos de extinción de las obligaciones:
En caso de novación de la obligación principal, se extingue la prenda junto con dicha obligación
principal, a menos que exista reserva de la prenda.
En cuanto a la Prescripción.
La prenda civil es un contrato real en que el acreedor tiene la tenencia de la cosa, de modo que
respecto a ella, es deudor de su entrega, extinguida que sea la obligación principal.
Mientras el acreedor prendario tiene la cosa no se puede decir que él va a poder adquirirla por
prescripción, porque él es mero tenedor, está por consiguiente reconociendo dominio ajeno sobre la
misma. Tampoco se puede sostener que el deudor pueda extinguir por prescripción la deuda en el
intertanto, porque él ha entregado una cosa en prenda al acreedor, de modo que está reconociendo la
existencia de su deuda mientras no se le devuelva la prenda. Cuando hay prenda, mientras el acreedor
tenga la cosa, hay una interrupción natural de la prescripción, artículo 2518. De ahí que Planiol y
Laurent estimen que la prescripción extintiva no tiene cabida en la prenda ya que siempre habría una
interrupción natural.
No lo cree así Somarriva, quien sostiene que la interrupción de la prescripción exige actos positivos. El
reconocimiento tácito de la obligación que hace el deudor, para que tenga la virtud de interrumpir la
prescripción debe emanar de actos concluyentes, inequívocos. El hecho de que la cosa dada en
garantía permanezca en poder del acreedor es innegable que no reúne los requisitos necesarios para
que se le considere como un reconocimiento tácito de la obligación.
Confirma lo dicho, la circunstancia de que según la opinión unánime de los autores, los actos de
reconocimiento tácito que importan la interrupción de la prescripción son de carácter positivo; tales
como solicitar esperas del acreedor, hacer pagos parciales, etc. y no los de carácter negativo, como
sería la inacción del deudor para recuperar la prenda.
2. Extinción por Vía Principal
Se produce en aquellos casos, en que a pesar de que se extingue la prenda subsiste la obligación
principal, tales son:
a. Los modos de extinguir del artículo 1567 cuando operan solo respecto de la prenda.
b. La destrucción completa y fortuita de la cosa, artículo 2506 inciso 1.
c. Cuando el acreedor prendario pasa a ser dueño de la cosa dada en prenda, artículo 2406 inciso 2,
porque no puede tenerse la calidad de acreedor prendario de cosa propia.
d. Por extinción del dominio del constituyente en virtud de una condición resolutoria, art 2406 in 3.
En este caso la prenda se extingue sea que el acreedor prendario esté de buena o mala fe, esto es sin
importar si supo o no la existencia de la condición resolutoria, es una excepción al artículo 1490. Pero
el acreedor de buena fe puede exigirle al deudor otra prenda de igual o mayor valor u otra caución
competente, y si el deudor no lo cumple puede solicitar el cumplimiento de la obligación principal,
operando la caducidad del plazo, artículo 2406. inciso 3 y 2391. El acreedor de mala fe no tiene esta
opción.
Cuando el acreedor abusa de la prenda, artículo 2396.
Cuando el tercero dueño de la especie la reivindica, artículo 2390.
Por realización de la prenda.
PRENDA SIN DESPLAZAMIENTO
El art 1 define el contrato de la siguiente manera: El contrato de prenda sin desplazamiento tiene por
objeto constituir una garantía sobre una o varias cosas corporales o incorporales muebles, para
caucionar obligaciones propias o de terceros, conservando el constituyente la tenencia y uso del bien
constituido en prenda.
Pone de manifiesto la diferencia con el concepto de prenda civil en la cual se entrega una cosa mueble
a un acreedor para la seguridad de su crédito. Se le aplican al contrato de prenda sin desplazamiento
las normas del art.14 de la Ley 20.190, su Reglamento (Decreto Supremo 722 de 2010 del Ministerio
de Justicia) y supletoriamente las normas del Código Civil.
Características del contrato de prenda sin desplazamiento
1. Es un contrato unilateral. Solo el constituyente asume obligaciones: usar la cosa sin
menoscabarla, custodiarla, mantenerla en el lugar convenido, no gravarla ni enajenarla.
2. Es un contrato gratuito u oneroso.
3. Es un contrato accesorio. 1442 y 46 CC. Sin embargo, se admite la cláusula de garantía
general. Arts.3 Nº 2 y art.4. Asimismo, la cesión no necesariamente arrastra la prenda, sino
cuando en el Registro de Prendas sin Desplazamiento consta expresamente el crédito
garantizado y la posibilidad de la cesión de la prenda. Art.38.
4. Es un contrato solemne. Art.2º. El contituyente mantenga la cosa en su poder.
Constitución de la prenda sin desplazamiento
1. Formalidades:
1. Por escritura publica
2. Por instrumento privado procolizado ante notario (en la misma notaria). Tiene fecha cierta solo
desde la procolizacion.
Artículo 2.- El contrato de prenda sin desplazamiento es solemne. El contrato, su modificación y su
alzamiento, deberán otorgarse por escritura pública o por instrumento privado, en cuyo caso, las firmas
de las partes concurrentes deberán ser autorizadas por un notario y el instrumento deberá ser
protocolizado en el registro del mismo notario que autoriza. En este caso, respecto de terceros la fecha
del contrato será la de su protocolización.
Se da la situación que los actos de disposición de los bienes pignorados son consensuales, pero la
prenda debe ser solemne.
La solemnidad no es única sino que la ley da una opción.
La última frase, respecto de la oponibilidad del contrato, es contradictoria con el art.25 que señala que
lo es desde su inscripción en el Registro.
2. Contenido o requisitos internos
Artículo 3.- El contrato de prenda deberá contener, a lo menos, las siguientes menciones:
1) La individualización de sus otorgantes;
2) La indicación de las obligaciones caucionadas o bien de que se trata de una garantía general. En
caso que sólo se refieran los documentos donde constan las obligaciones garantizadas y éstos no
estuvieren incorporados en un registro público, deberán ser protocolizados en copia simple al
momento de la celebración del contrato de prenda;
3) La individualización o la caracterización de las cosas empeñadas, y
4) La suma determinada o determinable a la que se limitare la prenda o la proporción en que debiere
caucionar diversas obligaciones, si fuere el caso.
2.1.- En cuanto a la individualización de las partes, si el contrato se otorga por escritura pública,
deberá cumplirse con lo señalado en el art.405 COT. Si es por instrumento privado la
individualización deberá contener los datos mínimos para la singularización, esto es, nombre
completo, RUN y domicilio. (datos mínimos para individualizar a las partes en el contrato de prenda).
2.2.- Respecto de las obligaciones caucionadas precisa el Art.4º que: Podrán caucionarse con esta
prenda cualquier clase de obligaciones, presentes o futuras, estén o no determinadas a la fecha del
contrato. Y agrega el art.4º del Reglamento que para efectos de su inscripción: el contrato de prenda
sin desplazamiento deberá indicar precisamente las obligaciones garantizadas o bien dejarse constancia
de que se trata de una garantía general.
Importa la determinación:
(a) Porque conforme el art.30 si las obligaciones no están determinadas, el contrato no será un titulo
ejecutivo suficiente; y
(b) Conforme el art.38, para que la cesión del crédito contemple la prenda requiere que el crédito
conste expresamente.
2.3.- Respecto de identificación de las cosas empeñadas:
Artículo 5.- Podrá constituirse prenda sobre todo tipo de cosas corporales o incorporales muebles,
presentes o futuras.
Requiere de una individualización que las haga inconfundibles.
El reglamento precisa los datos necesarios para su individualización en su art.5.
En todo caso, la ley se encarga de precisar una serie de derechos y sobre los bienes asociados respecto
de los cuales es posible constituir prenda, en su artículo 6, señalando:
1. El derecho de concesión de obra pública constituido al amparo del decreto con fuerza de ley Nro.
164, de 1991, cualquier pago comprometido por el Fisco a la sociedad concesionaria a cualquier título
en virtud del contrato de concesión antes indicado, o los ingresos o flujos futuros que provengan de la
explotación de la concesión antedicha, que sólo podrán prendarse a los financistas de la obra o de su
operación o en la emisión de títulos de deuda de la sociedad concesionaria.
2.El derecho de concesión portuaria constituido al amparo de la ley Nro. 19.542, los bienes muebles de
la sociedad concesionaria, o los ingresos o flujos futuros de ésta que provengan de la explotación de la
concesión antedicha, que sólo podrán prendarse con el objeto de garantizar las obligaciones financieras
que la sociedad concesionaria contraiga para financiar el ejercicio, equipamiento y explotación de
dicha concesión.

3. El derecho de concesión de construcción y explotación del subsuelo, constituido al amparo de la ley


Nro.18.695, cuya prenda deberá subinscribirse en el Registro Especial de Concesiones establecido en
el artículo 37 de la ley Nro. 18.695.
4. El derecho de concesión onerosa sobre bienes fiscales, constituido al amparo del artículo 61 del
decreto ley Nro. 1.939, de 1977, que para el concesionario emane del contrato de concesión, o los
ingresos o los flujos futuros que provengan de la explotación de la concesión antedicha, que sólo
podrán prendarse con el objeto de garantizar cualquier obligación que se derive directa o
indirectamente de la ejecución del proyecto o de dicha concesión. Sin perjuicio de la obligación
establecida en el Título IV de la presente ley, esta prenda deberá anotarse al margen de la inscripción
exigida por el artículo 59 del decreto ley Nro.1.939, de 1977.
5. El derecho de explotación de concesiones de servicios sanitarios, constituido en los términos de los
artículos 7º y 32 del decreto con fuerza de ley Nº 382, de 1988, del Ministerio de Obras Públicas, Ley
General de Servicios Sanitarios, para quien explote la concesión sanitaria emanada del contrato de
transferencia del derecho de explotación de concesiones de servicios sanitarios, o los ingresos o los
flujos futuros que provengan del derecho de explotación antedicho. Sin perjuicio de la obligación
establecida en el Título IV de la presente ley, esta prenda deberá anotarse al margen de la inscripción
en el registro a que alude el artículo 19 de la Ley General de Servicios Sanitarios.
6. Los derechos que para el participante emanen del contrato de participación celebrado conforme a la
ley Nro. 19.865, en aquellos casos en que la obligación de éste comprenda la ejecución, operación o
mantención total o parcial de una obra, o que su retribución consista en la explotación total o parcial de
la misma por un período de tiempo determinado, o los bienes muebles de propiedad del participante o
los ingresos o flujos futuros que provengan del derecho de explotación antedicho, que sólo podrán
prendarse con el objeto de garantizar las obligaciones financieras que el participante contraiga para
financiar la ejecución, operación, mantención y explotación de la obra.
7. Los derechos emanados del contrato de concesión de recintos o instalaciones deportivas del Instituto
Nacional del Deporte de Chile constituido al amparo de los artículos 55 a 61 de la ley Nro. 19.712, que
sólo podrán prendarse previa autorización de dicho Instituto y para garantizar las obligaciones que
deriven directa o indirectamente de la ejecución del proyecto de la concesión.
8. Todos aquellos derechos de concesión que, según las leyes bajo las cuales se regulen, sean
susceptibles de ser prendados, conforme a los requisitos establecidos en las mismas.
Prenda de créditos nominativos:
El derecho a cobrar el crédito se puede prendar, pero es necesario notificar.
Artículo 7.- La prenda de créditos nominativos deberá ser notificada al deudor del crédito pignorado,
judicialmente o por medio de un notario con exhibición del título, prohibiéndole que lo pague en otras
manos, salvo que mediare su aceptación por escrito; y en caso contrario, le será inoponible. Una copia
del título que consigne el crédito nominativo que se otorgue en prenda será protocolizada al tiempo de
suscribirse el contrato de prenda y en éste deberá hacerse mención de la protocolización de aquél.
Las obligaciones contenidas en este artículo no serán aplicables a las prendas constituidas sobre los
derechos señalados en el artículo 6.

Prenda de valores sin impresión física:


Artículo 8.- Los valores emitidos sin impresión física del título que los evidencie, podrán ser
prendados bajo las disposiciones de la presente ley, en cuyo caso la prenda deberá anotarse en el
registro de anotaciones en cuenta que se lleve para estos efectos.
Tratándose de valores depositados en una empresa de depósito de valores constituida de acuerdo a la
ley Nro. 18.876, el acreedor prendario podrá solicitar la anotación de la prenda directamente a dicha
empresa. Lo dispuesto en los incisos anteriores es sin perjuicio de la obligación establecida en el
Título IV de la presente ley.
Prenda de bienes futuros:
Artículo 9.- El contrato de prenda sobre bienes o derechos futuros será válido, pero mediante su
inscripción no se adquirirá el derecho real de prenda sino desde que los bienes o derechos empeñados
lleguen a existir.
Una vez que los bienes o derechos señalados en el inciso anterior existan, se entenderá constituido
el derecho real de prenda desde la fecha de su inscripción en el Registro de Prendas sin
Desplazamiento.
Prenda de bienes que no han llegado al país:
Artículo 10.- Las cosas que no han llegado al país podrán ser empeñadas, siempre que el constituyente
de la prenda sea el titular del conocimiento de embarque, guía aérea, carta de porte o documento que
haga las veces de cualquiera de los anteriores, conforme a las normas que regulan la circulación de
tales documentos.
Prenda de grupos de bienes de una misma clase o de universalidades
Artículo 11.- En el caso de prendarse grupos de bienes de una misma clase o universalidades de
hecho, tales como existencias, inventarios, materias primas, productos elaborados o semielaborados o
repuestos, o maquinarias, redes o sistemas; los componentes de los mismos podrán ser utilizados,
reemplazados, transformados o enajenados, en todo o en parte, salvo pacto en contrario.
Los bienes transformados en virtud de lo dispuesto en el inciso anterior así como el producto
elaborado con los componentes de dichas existencias, quedarán de pleno derecho constituidos en
prenda.
Aquellos componentes que salgan de la universalidad o grupo de bienes empeñados quedarán
subrogados por los que posteriormente lo integren, hasta la concurrencia del total constituido en
prenda.
Cuando se pignoraren universalidades o grupos de bienes en la forma señalada en el inciso
primero, el contrato de prenda deberá indicar el valor del conjunto de bienes sobre los que recaiga la
prenda, salvo que las partes acuerden expresamente no asignarle un valor. En este último caso, no
será aplicable lo dispuesto en el artículo 1496, Nro.2, del Código Civil y el contrato de prenda deberá
señalar las particularidades tendientes a individualizar los bienes prendados, señalando si son
fungibles o no, determinando en el primer caso su especie, cantidad, calidad, graduación y variedad.
Prenda de bienes fusionados
Artículo 12.- En caso que dos o más bienes prendados se confundieren, mezclaren o transformaren en
uno indivisible o que su división causare detrimento en el valor de la cosa, los acreedores prendarios
mantendrán sus derechos en el bien resultante a prorrata de sus créditos, sin preferirse por la
antigüedad de sus cauciones.
Prenda de bienes inmuebles por adherencia o destinacion
Artículo 14.- La prenda sobre las cosas que la ley reputa como inmuebles por destinación o adherencia
no tendrá otro efecto que ser una prenda sobre bienes futuros. En consecuencia, se le aplicarán las
reglas del artículo 9° anterior, entendiéndose que las cosas llegan a existir cuando son separadas del
inmueble al que acceden o cesa la afectación a un predio, por la voluntad o el hecho de su dueño y el
consentimiento del acreedor hipotecario, si fuere el caso.
La prenda sin desplazamiento constituida sobre bienes corporales muebles que posteriormente se
transformen en inmuebles por destinación o adherencia, subsistirá sin que sea necesario el acuerdo del
acreedor hipotecario y gozará de preferencia sobre la hipoteca, si se anotare al margen de la
correspondiente inscripción hipotecaria. Si no se practicare esta anotación, la ejecución de la hipoteca
producirá la purga de la prenda, sin necesidad de notificación al acreedor prendario.
(antes de esta ley el acreedor prendario prefería al acreedor hipotecario, en la colision entre créditos de
segunda y tercera clase).
Tradición del derecho real de prenda
Artículo 25.- El derecho real de prenda se adquirirá, probará y conservará por la inscripción del
contrato de prenda en el Registro de Prendas sin Desplazamiento. La prenda sólo será oponible a
terceros a partir de esa fecha. En caso de bienes sujetos a inscripción obligatoria en algún otro registro,
la prenda será inoponible a terceros, mientras no se anote una referencia del contrato de prenda al
margen de la inscripción correspondiente. Sin embargo, el derecho de prenda no será oponible contra
el tercero que adquiera el bien empeñado por venta al detalle en una fábrica, feria, bolsa de productos
agropecuarios, casa de martillo, tienda, almacén u otros establecimientos análogos en que se vendan
cosas muebles de la misma naturaleza.
El art.25 obliga a distinguir entre:
1. Muebles no sujetos a registro
2. Muebles sujetos a registros; y
3. Muebles adquiridos en ferias, almacenes u otros establecimientos análogos, a quienes se aplica el
art.25 inciso final: el derecho de prenda no será oponible contra el tercero que adquiera el bien
empeñado por venta al detalle en una fábrica, feria, bolsa de productos agropecuarios, casa de martillo,
tienda, almacén u otros establecimientos análogos en que se vendan cosas muebles de la misma
naturaleza.
1. Situación de los muebles no sujetos a Registro. Artículo 25.- El derecho real de prenda se adquirirá,
probará y conservará por la inscripción del contrato de prenda en el Registro de Prendas sin
Desplazamiento. La prenda sólo será oponible a terceros a partir de esa fecha.
2. Situación general de los muebles sujetos a Registro. Artículo 25 inciso 2.- En caso de bienes sujetos
a inscripción obligatoria en algún otro registro, la prenda será inoponible a terceros, mientras no se
anote una referencia del contrato de prenda al margen de la inscripción correspondiente.
Es decir, igualmente se requiere inscripción en el Registro de Prendas, pero para su oponibilidad se
requiere además inscripción en el registro particular respectivo.
Por ejemplo, vehículo motorizados, propiedad industrial e intelectual, registros de acciones de
sociedades anónimas.
Registro de prenda sin desplazamiento
Artículo 28.- Créase el Registro de Prendas sin Desplazamiento, que llevará el Servicio de Registro
Civil e Identificación, de conformidad con esta ley y en la forma que determine el reglamento que al
efecto dicte el Presidente de la República mediante decreto supremo emanado conjuntamente del
Ministerio de Hacienda y del Ministerio de Justicia.
Las formalidades para inscribir, modificar y alzar las prendas sin desplazamientos están señaladas en
la ley y en el Reglamento del Registro de Prendas sin Desplazamiento (DS 722 de 2010 del Ministerio
de Justicia).
Procedimiento de inscripción en el registro de prendas sin desplazamiento
Artículo 24.- Dentro del plazo de tres días hábiles, exceptuados los días sábado, contado desde la fecha
de suscripción de la escritura pública en que consta el contrato de prenda, su modificación o su
alzamiento o, tratándose de instrumentos privados, desde su fecha de protocolización, el notario deberá
enviar para su inscripción en el Registro de Prendas sin Desplazamiento, una copia autorizada del
contrato de prenda, de su modificación o su alzamiento y una copia de los documentos en que consten
las obligaciones garantizadas que se hubieren protocolizado en su registro, si éstas no estuvieren
indicadas precisamente en el contrato de prenda.
Esto se verifica por medios magnéticos
Artículo 24 inc.3.- La omisión de las diligencias señaladas en los incisos anteriores no afectará la
validez del contrato de prenda ni la de su modificación o alzamiento, ni impedirá su anotación o
inscripción, pero hará responsable al notario respectivo por los daños que se originen como
consecuencia de la omisión, sin perjuicio de la sanción disciplinaria de que pudiere ser objeto según lo
establecido en el artículo 440, inciso primero, del Código Orgánico de Tribunales. En este caso y sin
perjuicio de lo señalado en este inciso, el interesado podrá concurrir directamente al Registro Civil y
obtener la inscripción requerida conforme el Título V siguiente.
Modificación y eliminación de inscripción en el registro de prendas sin desplazamiento
Artículo 26.- Sólo un tribunal podrá disponer que una inscripción practicada por el Registro de
Prendas sin Desplazamiento sea modificada o eliminada, de acuerdo a las normas generales.
No obstante, de oficio o a requerimiento de cualquier interesado y dentro de un plazo de diez días
hábiles, exceptuados los días sábado, a contar de la fecha de la inscripción en el Registro de Prendas
sin Desplazamiento, éste podrá rectificar los errores manifiestos en que se pudiere haber incurrido al
practicarse la anotación. Con todo, la fecha de la constitución del derecho real de prenda será siempre
la de su inscripción original.
Alzamiento convencional
Artículo 27.- El deudor prendario tendrá derecho a exigir a su acreedor que suscriba el acto de
alzamiento a que se refiere el artículo 2 de esta ley, efectuado que sea el pago íntegro de las
obligaciones caucionadas. Si el acreedor prendario se negare, el deudor podrá solicitar judicialmente
su alzamiento de conformidad con el procedimiento prescrito en el Título IV, Párrafo 2 del Libro III
del Código de Procedimiento Civil.

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