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INDICE

INTRODUCCION
ACCESIÓN
CLASES DE ACCESIÓN
NATURALEZA JURIDICA

NATURALEZA JURIDICA DE LA ACCESIÓN EN NUESTRO ORDENAMIENTO

CARACTERISTICAS ACCESION
TIPOS DE ACCESIÓN
DERECHO ACCESIÓN LOS BIENES
DERECHO ACCESIÓN RESPECTO DE BIENES INMUEBLES
FUNDAMENTOS DE ACCESIÓN

ESQUEMA DE LA ACCESIÓN

ACCESIÓN DISCRETA O DE FRUTOS Y PRODUCTOS.

FRUTOS NATURALES

FRUTOS CIVILES

ACCESIÓN CONTINUA, PROPIAMENTE TAL O POR


INCORPORACIÓN

NATURAL

ARTIFICIAL

MUEBLE

DERECHO ACCESIÓN RESPECTO DE BIENES MUEBLES


CONCLUSIÓN

BIBLIOGRAFIA.

INTRODUCCION

En la investigación del tema accesión, es decir que el dueño del bien se convierte en
dueño de todo en el código civil de la republica de Panamá, nos orienta que aquello
que el mismo produzca. Así como también, lo que se una o lo que se incorpore.

Un ejemplo de ello sería una porción de tierra que es transportada de un lugar a otro
por fuerza de la naturaleza. En este caso, la porción de tierra pasa a formar parte del
predio. Y el dueño del mismo pasa a serlo también de dicha porción.
Accesión

Objetivo: Es el modo de adquirir el dominio según el cual el propietario de una cosa


hace suyo no solamente lo que ella produce, sino también lo que se le une o incorpora
por obra humana o de la naturaleza, o por ambos medios a la vez, siguiendo lo
accesorio a lo principal.

En el artículo 364. Del Código Civil de la Republica de Panamá nos expresas. La


propiedad de los bienes da derecho por accesión a todo lo que ellos producen, o se les
une o incorpora, natural o artificialmente.

Es decir que una persona que tiene un terreno y dentro de este terreno hay árboles
frutales por derecho de accesión el dueño esos frutos.

En la naturaleza jurídica de la accesión, es de hacerse dueña de un bien que adhiere o


incorpora de forma material o natural a la propiedad que posee la persona.

El profesor Leonardo Rivas indica los eventos en los cuales se genera el modo
accesión:
“hay adherencia o conjunción física de la cosa corporal accesoria con la principal; esto
es cuando una cosa con individualidad singular o distinta se une a la principal, y por tal
unión pierde aquella su ser individual y toma la condición de ésta por haberse
confundido con ella. Para que haya accesión se precisa, de otro lado, que sean cosas
ajenas, las que se juntas, ello determina una modificación o cambio jurídico sustancial
en el estado e índole de la accesoria, como también, aunque en menor dimensión, es
la principal, el fundamento de la accesión, tanto de la discreta como de la continua se
centra en el derecho de propiedad del dueño de la cosa principal a que acceden ya sea

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los frutos producidos por esta, ya la cosa que se le une, con respecto a la primera, el
caso es claro y hasta se niega que aquí haya verdadera accesión, porque no habría
sino la natural facultad extensiva del propietario de una cosa para apropiarse de sus
frutos. En cuanto a la segunda, se considera que con la accesión, se ha producido una
nueva cosa, que no es ninguna de las dos anteriores y que ésta debe adjudicarse a
alguien y que este alguien no puede ser sino el dueño de la cosa anterior más
importante. Es decir, es también el dominio preexistente el que fundamenta la
accesión” (Rivas, 1990)

Bajo el desarrollo doctrinal presentado por el profesor Rivas ha de entenderse que para
que se presente el fenómeno de la accesión se requiere que haya la unión de una cosa
o bien ajeno con otro, sea ajeno o propio, formando así una nueva cosa o bien
determinable.

Clases de Accesión

a) La accesión discreta o por producción, que es la adquisición de los frutos por el


dueño de la cosa madre. Es una consecuencia de la posesión legítima sobre una cosa
que legitima a hacer suyos los frutos o productos de lo poseído.

b) La accesión continua o por incorporación, que es la adquisición por el dueño de


la cosa principal, haciendo suya la accesoria, viniendo a ser un modo especial de
adquisición del dominio; pero no siempre es así, como se verá.

Características Accesión

 Debe existir un bien que figure como principal en el que se producen las cosas o
al que se adhieren. No existe ningún tipo de acuerdo antes de que se produzca
la producción de la cosa o la adhesión. Sólo puede aplicarse a cosas materiales.
Es un modo originario de adquirir los derechos reales ya que nace sin que
intervenga persona alguna que la transfiera.
 Obra en forma secundaria, porque así el dueño original se hace dueño de los
accesorios del bien de su propiedad.
 No se necesita la intervención de la voluntad, a veces puede ser involuntaria
como resultado de un hecho de la naturaleza (frutos, aluvión, etc.) o puede ser
artificial.
 No puede haber acuerdo de los dueños, esta unión debe ser accidental o por la
voluntad de uno solo de los dueños con ignorancia del otro.
 Se forma un todo nuevo, homogéneo, si se separa la cosa principal de la
accesoria se sufre un detrimento.
 Las cosas que se juntan deben ser de distinto dueño que la cosa accesoria sea
nueva, sin dueño anterior, como los frutos de la cosa. Se debe indemnizar al
dueño de la cosa accesoria ya que esta cosa pasa al dominio del dueño de la
cosa principal, pero este no debe tener enriquecimiento sin causa.
 Es gratuito.

Naturaleza Jurídica:

En la doctrina no hay consenso sobre cuál es la verdadera naturaleza jurídica de la


accesión, dando lugar a tres (3) CRITERIOS doctrinales:

a. Corriente Clásica: Sostiene que la accesión constituye un modo de adquirir el


dominio.
b. Corriente Moderna: Estima que la accesión viene a constituir una consecuencia,
una facultad del derecho de dominio, es decir, que las cosas que se incorporan o
que produce una cosa, le pertenece al dueño de la cosa principal como efecto a su
favor o consecuencia del dominio en sí, surten ese efecto por derecho propio.
c. Corriente Ecléctica: Constituye una mezcla de las dos corrientes doctrinales
anteriores. Trata de resolver el problema viéndolo bajo dos puntos de vista:

1°Cuando se trata de frutos o productos que una cosa produce la accesión es un


efecto, una consecuencia derivada del dominio y no suele ser un modo de adquirir.

A este respecto, Valencia Zea (Q.E.P.D.) expresa que “la accesión discreta no
es accesión, pues lo que una cosa produce, es decir, los frutos naturales o civiles,
antes de su separación constituyen una parte integrante de una cosa, realizada la

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separación, en vez de haber accesión se produce la disección”. Agrega el autor,
que “el propietario de una cosa al hacer suyo los frutos, no hace más que ejercitar
su derecho de dominio, en el que está incluido el de gozar y que, en consecuencia,
no se trata de una manera de adquirir una nueva propiedad puesto que los frutos
son el resultado que la propiedad confiere al dueño de la cosa”.

2°Tratándose de cosas que se unen o incorporan a una cosa principal, la


accesión si constituye un verdadero modo de adquirir el dominio toda vez que hace
suya las cosas unidas o incorporadas a la principal.

Naturaleza Jurídica de la Accesión en Nuestro Ordenamiento

Vista las tres corrientes doctrinales, cabe plantearse la interrogante siguiente ¿Cuál de
ellas prevalece en nuestro ordenamiento? El profesor Rogerio de María Carrillo
(Q.E.P.D.), estima que la accesión es una consecuencia del dominio y no un modo de
adquirir.

Se funda en las siguientes razones:

1. Que, en materia de accesión, nuestro legislador se inspiró en el legislador español,


quien estima a la accesión como una facultad derivada del dominio;

2. Que a pesar de la eficacia que tiene esta institución en el Código (a continuación de


la ocupación, que si constituye un verdadero modo de adquirir el dominio), ello obedece
a un error involuntario de parte del codificador ya que, en la sistemática seguida, se
inspiró en el legislador chileno, donde se considera a la accesión un modo de adquirir.
Para determinar cuál es la verdadera naturaleza jurídica de la accesión se hace
necesario distinguir si se trata de una accesión productiva o discreta o de una accesión
por incorporación o continúa. Indudablemente cuando se trata de los frutos y productos
que una cosa produce estamos frente a una consecuencia, una facultad, un efecto
derivado del dominio y rige el principio de que el dueño de lo principal es dueño
también de lo accesorio, salvo prueba o estipulación en contrario.

Los frutos que una cosa produce corresponden en principio al dueño, salvo que él los
haya enajenado o dado en usufructo, pues uno de los atributos del derecho de
propiedad es el derecho de disfrute, se presume que pertenece al dueño de lo principal.
Situación distinta se da en el caso de cosas que se incorporan o se unen a otra
formando con ella una sola unidad.

Tipos de accesión

Derecho de accesión respecto al producto de los Bienes

Es el propietario de cosa para que obtenga el dominio de lo que ella se une o


incorpora, conforme a derecho, pode adquirir para nosotros, no solo por nosotros
mismo, sino también por medio de nuestras cosas.

Es decir, los frutos pertenecientes al propietario son naturales o civiles. Se llaman


frutos naturales los que da la naturaleza ayudada o no de la industria humana, son
frutos civiles el alquiler de los edificios el precio del arrendamiento de tierras y el
importe de las rentas.

 Características de Accesión:

Lo característico en la accesión por incorporación es que se considera a la misma un


modo de adquirir, es necesario que la cosa principal a la cual la otra cosa se une o
incorpora pertenezcan a distintos dueños y el propietario de la cosa principal hace suya
la cosa unida o incorporada en la medida que no sea reclamada dentro del término de
ley por parte de la persona a quien corresponda (artículo 380 y 381 del Código Civil).
La accesión por incorporación si viene a constituir un modo de adquirir el dominio por
las razones expuestas. La tendencia generalizada de la doctrina considera que la
accesión por incorporación constituye un modo de adquirir el dominio mas no así en la
de frutas y productos, ya que estas vienen a ser un efecto del dominio de la cosa que
los genera en favor de su dueño salvo pacto o prueba en contrario.

o Articulo 367 CC. Los frutos naturales, se llaman pendientes mientras se


adhieren todavía a la cosa que los produce, como son plantas que están
arraigadas al suelo, o los productos de las plantas mientras no han sido
separados de ellas.

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 Los frutos naturales percibidos, son los que han sido separados de
la cosa productiva, como las maderas cortadas, las frutas y granos
cosechados, etc. Se dicen consumidos cuando lo han sido
verdaderamente o se han enajenado.
 Los frutos civiles se llaman pendientes mientras se deben, y
percibidos desde que se cobran.
o Articulo 368 CC. El que percibe los frutos tienen la obligación de abonar
los gastos hechos por un tercero para su producción, recolección y
conservación.
o Articulo 369 CC. No se reputan frutos naturales sino los que están
manifiestos o nacidos respecto a los animales, basta que estén en el
vientre de su madre, aunque no haya nacido.

Derecho de accesión respecto a los bienes inmuebles

Lo edificado, plantado o sembrado en predios ajenos y las mejoras o reparaciones


hechas en los, pertenecen al dueño de los mismo, con sujeción a lo que se dispone en
los siguientes artículos:

 Articulo 371 CC. Todas las obras, siembras y plantaciones se presumen hechas
por el propietario y a su costa, mientras no se pruebe lo contrario.
 Articulo 372 CC. El propietario del suelo que hiciere en él, por si o por otro,
plantaciones construcciones u obras con materiales ajenos, debe abonar su
valor, y si hubiere obrado de la mala fe, estará además la obligada al
resarcimiento de daños y perjuicios.
o El dueño de los materiales tendrá derecho a retirarlos solo en el caso de
que pueda hacerlo sin menoscabo de la obra construida o sin que por ello
perezcan las plantaciones, construcciones u obras ejecutadas.
 Articulo 373 CC. El dueño del terreno en que se edificara, sembrare o plantare
de buena fe, tendrá a hacer suya la obra, siembre o plantación, previa
indemnización o a obligar al sembró, la renta correspondiente.
Si el dueño haya edificado, plantado o siembra de mala fe en el terreno ajeno, puede
perder la edificados o las plantaciones no tendrán derecho de indemnización.

En, el articulo 376 CC. Cuando haya habido mala fe, no solo por parte del que,
edificada, siembra o planta en terreno ajeno, sino también por parte del dueño de este,
los derechos de uno y otro serán los mismos que tendrían si hubieran procedido ambos
de buena fe.

Haber mala fe por parte del dueño siempre hecho se hubiere ejecutado a su
vista ciencia paciencia, si opresor.

Si en caso tal, que los dueños que heredades terrenas en las áreas de las riberas de
los ríos el acrecentamiento que aquellas reciben paulatinamente por efecto de la
corriente de las aguas.

El dueño heredades con estanque o lagunas no adquieren el terreno descubierto


por la disminución natural de las aguas, ni pierden el que sean inundados en las
crecidas extraordinarias.

Articulo 380 CC. las corrientes de un rio, arroyo o torrente segrega de una
heredad de su rubiera una porción conocida de terreno y lo transporta a otra heredad,
el dueño de la finca a que pertenecía la parte segregada conserva la propiedad de
esta, si no reclama dentro del subsiguiente año, el dueño del sitio a que fue
transportada.

Articulo 381 CC. Los árboles arrancados y transportados por la corriente de las
aguas, pertenecen al propietario del terreno a donde vayan a parar, los reclaman
dentro de dos meses los antiguos dueños. Deberán abonar los gastos ocasionados en
recogerlos o ponerlos en lugares seguro.

Articulo 383 CC. Las islas que se forman en los mares adyacentes a las costas
de Panamá y en los ríos navegables o flotables pertenecen al Estado.

El rio navegable o flotable, variando naturalmente de la dirección se abre nuevo cauce


en heredad probada, en cauce entrara en el dominio público, es decir que el dueño del

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heredado lo recobrara siempre en las aguas vuelvan de dejar en seco y naturalmente
en el trabajo legalmente autorizados al efecto.

Si en caso tal se divide en brazos las corrientes del rio, dejando aislada una heredad o
parte de ella, el dueño de las mismas conservas su propiedad. La conserva si queda
separada de la heredad por la corriente un Proción de terreno.

Fundamentos de la Accesión:

El fundamento de la accesión, a propósito de los frutos y productos, descansa en que


las utilidades o beneficios que una cosa produce son o deben ser de propiedad del
dueño de las mismas.

Esto es, el fundamento de la accesión descansa en el derecho de propiedad con


relación a los frutos y productos, en tanto que en la accesión continua o propiamente tal
o por incorporación, como también se le puede llamar, el fundamento descansa en que
el legislador ha tratado de proteger a quien es dueño de la cosa principal y a la cual se
le unen o incorporan otras, de tal forma que estas no se pueden desprender sin que se
produzca el detrimento o menoscabo de su sustancia. Esto se infiere de lo expresado
en el artículo 378, 380 y 381 del Código Civil, en el sentido de que por razón de esa
unión, o incorporación la persona de cuya heredad se ha producido la separación de
una parte de su terreno, o se han desprendido plantas o árboles e incorporados en
otra, goza de un tiempo dentro del cual la ley entiende que continúa siendo dueño. El
propietario de la cosa a la cual se ha unido o incorporado no puede hacer suya la cosa
unida o incorporada mientras no haya transcurrido el lapso de tiempo establecido por la
ley (Un año o dos meses según se trate de terreno o de árboles). No obstante, aun
cuando se haga el reclamo por parte del propietario de la heredad de la cual se ha
producido el desprendimiento o separación dentro del término fijado por la ley dicha
separación no es viable cuando se pone en peligro la sustancia de la cosa principal,
con la que forma un todo, una unidad como consecuencia de la unión o incorporación,
en dicho caso no hay lugar al reclamo de la porción de terreno segregada o de árboles
arrancados adquiriéndolos por accesión el dueño de la cosa principal.
Clases de Accesión

Accesión Discreta o de frutos y productos:

También se le llama de disfrute, de frutos y productos. Al hablar de frutos o de


productos lo hacemos en sentido de todo lo que la cosa produce por sí, con la ayuda
del hombre o de la naturaleza. Nuestro ordenamiento distingue entre frutos naturales y
civiles.

1. Frutos Naturales: El Código Civil indica que “son frutos naturales aquellos que da
la naturaleza ayudada, o no de la industria humana” (art 366). Esto evidencia que
los frutos naturales son aquellos que la cosa produce, por su propia naturaleza bien
por colaboración o participación del hombre.
Es importante, a propósito de los frutos naturales tomar muy en cuenta lo
dispuesto por el artículo 369 de la excerta legal preindica, a los efectos de la
existencia de los frutos naturales, el código distingue si se trata de plantas o
animales, expresando: “no se reputan frutos naturales sino los que están
manifiestos o nacidos. Respecto a los animales, basta que estén en el vientre de la
madre aun cuando no hayan nacido”. Plantas que se encuentran arraigadas al
suelo, los frutos de las plantas mientras no hayan sido separadas de ellas, tal es el
caso de los frutos producidos por un árbol (árboles frutales como el mango,
aguacate o arboles maderables como el cedro, cocobolo, quira, guayacán, níspero,
almendro, etc., teca, caoba mientras están adheridos al suelo) que no han sido
cosechados o talados y del feto en el vientre de un animal, los huevos de gallina,
tortuga o iguana que aún no han desovado
o Los frutos naturales percibidos son aquellos que verdaderamente han
sido separados de la cosa que los produce, como ocurre con los árboles

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talados o cortados, las frutas y los granos que han sido cosechados o en
virtud de enajenación de cosecha o fruto en cuyo caso el consumo es
jurídico, pues las frutas aún no han sido separadas, pero debe ocurrir en
un lapso de tiempo determinado.
o Es importante el estado en que se puedan encontrar los frutos en un
momento dado por cuanto que mientras están pendientes se entiende
que forman parte de la cosa que los produce, forman un todo, una unidad
con el bien inmueble o el mueble, según el caso, al que están unidas.
o En cambio, cuando son percibidos, o sea, que tiene lugar la cosecha o la
separación de la cosa que los produjo se convierte en una nueva
categoría de cosa, devienen en cosa mueble con autonomía, existencia
propia.
o Los frutos, estos adquieran anticipadamente la categoría de muebles,
siempre que concurran los requisitos siguientes:
 Se celebre acto jurídico a tal efecto;
 Entre dos personas respecto de la cual una es dueña de la cosa
que produce; y la otra el adquirente
 Anticipadamente les revisten de las categorías de bienes muebles
por anticipación en virtud de lo indicado en el aparte 1, no obstante
ser inmueble, siempre debe tener lugar la separación mientras esta
no tenga lugar la cosa sigue siendo parte de la principal, es el acto
jurídico de enajenación el que le da la naturaleza mobiliaria
anticipada.
2. Frutos Civiles: El artículo 366 del Código Civil indica que “son frutos civiles el
alquiler de los edificios, el precio de arrendamiento de tierra y el importe de las
rentas”. Son tres los casos que dan lugar a los frutos civiles: a. El precio de
arrendamiento de tierra; b. El precio pagado por el alquiler de edificio; c. El importe
de las rentas. Con relación a los frutos civiles el artículo 367 del Código Civil, en su
parte final, distingue dos situaciones o estados en que se pueden encontrar estos
frutos, al hablar que los frutos civiles pueden estar pendientes o percibidos. Se
entiende por frutos civiles pendientes los que se deban, y se habla de frutos
percibidos, desde el momento en que se cobran o se hacen efectivos. Los frutos
civiles según el artículo 364 y 365 del Código Civil en principio se entiende que
pertenecen a quien los percibe. Sin embargo, puede ocurrir que al igual que lo que
sucede con los naturales los frutos civiles no pertenezcan al propietario o dueño de
las cosas que los genera o produce, ya sea por razón de una relación jurídica de
derecho o por una relación de hecho, con relación a lo primero, sería, por ejemplo,
el caso del usufructo; arrendamiento o el de un acreedor anticrético. En cambio, se
habla que le pertenecen al que los percibe en cuanto a lo que hace referencia el
artículo 437 del Código Civil a propósito de la posesión: “El poseedor de buena fe
hace suyo los frutos, mientras no sea interrumpida legítimamente la posesión”. En
los frutos civiles si bien no se da la consumibilidad física más si se da la
consumibilidad jurídica ya que dichos frutos son enajenables y por ende están en el
comercio y son secuestrables y embargables.

Accesión Continua o Propiamente Tal

En cuanto a esta clase de accesión la misma se refiere a aquella en la cual una cosa
se incorpora a otra formando una unidad, un todo de tal forma que no se pueda separar
de aquella sin que se produzca menoscabo o deterioro de la sustancia. Sin embargo,
aun cuando esa incorporación se produzca, a propósito de la avulsión, el antiguo
propietario tratándose de porciones de terrenos o de plantas o de árboles, conserva su
derecho de dueño por un lapso de tiempo determinado por ley (un año o dos meses
según se trate de porciones de terreno o de árboles) (artículo 380 y 381 del Código
Civil), transcurrido dicho lapso de tiempo sin ser reclamado o aun dándose esta no se
puede separar los hace suyo el dueño de lo principal.

Las diferentes categorías que veremos a continuación:

 Accesión Continua Natural: La accesión continua natural tiene lugar de


inmueble a inmueble. Esta categoría de accesión se produce en virtud de un
hecho producido por la propia naturaleza, es decir, tienen lugar de manera
natural y presenta cuatro variedades: aluvión, avulsión, mutación del cauce de
un río y formación de islas.

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 Aluvión:

o Concepto de Aluvión: Con relación al aluvión nuestro legislador hace


referencia en el artículo 378 del Código Civil, aun cuando no lo define.
Dicho precepto dice: “Pertenecen a los dueños de heredades confinantes
con las riberas de los ríos el acrecentamiento que aquellas reciben
paulatinamente por efecto de la corriente de las aguas”. De este precepto
se deduce que debe entenderse por aluvión aquel acrecentamiento que
por efecto o consecuencia de las corrientes de las aguas experimentan,
de manera paulatina los predios ribereños de los ríos al depositarse en
los mismos legamos, arenas, sedimentos, materia orgánica.
Es importante destacar que el incremento que experimentan los predios
ribereños o confinantes a consecuencia del aluvión pertenecen al dueño
del predio ribereño, tal como lo establece el artículo 378 del Código Civil.
Vale agregar, en relación con lo expresado, que el artículo 379 dispone
que: “Los dueños de las heredades confinantes con estanques o lagunas
no adquieren el terreno descubierto por la disminución natural de las
aguas, ni pierden el que estas inundan en las crecidas extraordinarias”.
Este precepto no constituye una excepción a la regla de accesión por
aluvión, puesto que aquí no se trata de una situación en que se
acrecienta el predio por efecto de las corrientes de las aguas, del arrastre,
sino que se presenta una particular situación, en la que queda al
descubierto parte del terreno que estaba anteriormente cubierto por agua.
Cabe adicionar, por otra parte, se ha planteado una particular situación en
torno a los ríos navegables, de si pertenece o no la aluvión a los
propietarios ribereños. El profesor CARRILLO (Q.E.P.D.), al igual que el
profesor NORIEGA, José Ángel (Q.E.P.D.), consideran que pertenece al
propietario del predio y no al Estado, por el hecho de que el artículo 378
del Código Civil, no distingue con relación a una y otra situación. Además,
según el artículo 258 de la Constitución Política, lo que pasa a formar
parte del dominio público del Estado es el nuevo cauce del río que se
forma. Existe una laguna legislativa en relación al aluvión formado por el
mar a la orilla de las playas. Las playas son propiedad del Estado (artículo
258, numeral 1 de la Constitución Política). El profesor CARRILLO
(Q.E.P.D.), al igual que nosotros, somos del criterio que tendría aplicación
por analogía el artículo 378 con relación al aluvión formado en los predios
contiguos o confinantes con las playas en la medida que la rivera de playa
se corra (Ver ley 80 de 31 de diciembre de 2009), no así cuando el
acrecentamiento no rebase la distancia de rivera de playa que está fijada
por la referida Ley en 22 metros de la línea de alta marea hacia tierra
firme en el Pacifico y en el Atlántico 10 metros de alta marea hacia tierra
firme.

Avulsión: Con relación a esta vale anotar que es trascendente lo dispuesto en los
artículos 380 y 381 del Código Civil. Nuestro legislador no define la avulsión, sino que
plantea situaciones concretas que pueden darse. Por avulsión debe entenderse aquel
acontecimiento de la naturaleza por la acción violenta de las corrientes de las aguas de
los ríos, arroyos o torrente que produce un incremento o incorporación en un predio
ribereño de porciones de terrenos o de árboles arrancados procedentes de un predio
perteneciente a persona distinta a aquel en el cual se une o se incorpora formando con
esta una unidad, un todo de tal forma que no se pueden separar sin que se produzca el
menoscabo de su sustancia, conservando el antiguo propietario la propiedad de tales
árboles o porciones de terreno por el lapso de tiempo establecido por la ley, plazo fijado
por el Código en un año para porciones de terreno y de dos meses para árboles. Es
importante agregar que el propietario de los árboles y de la porción de terreno
arrancada como consecuencia de la corriente de las aguas, conservan la propiedad de
los mismos por un tiempo, tratándose de terrenos el lapso es de un año, a partir de la
fecha en que tiene ocasión la segregación o separación; y en cuanto a los árboles el
plazo es de 2 meses a contar igualmente de esa fecha. Transcurrido o vencido ese
periodo o si no se puede producir la separación de dicha porción de terreno o de los
árboles sin menoscabo de la sustancia de la cosa a la cual están unidos, el propietario
no podrá recuperar dicha porción de terreno o árboles y los hace suyo por avulsión el
dueño del predio donde se produjo la incorporación o adhesión.

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Requisitos: Para que tenga lugar la accesión por aluvión se requiere la concurrencia
de ciertos requisitos:

a. Que exista un acrecentamiento sucesivo o paulatino pero lento; no


intempestivo o súbito.

b. Que ese acrecentamiento sea consecuencia de las corrientes de las aguas.

c. Que ese acrecentamiento se lleve a cabo sobre los predios ribereños o


confinantes con las riberas de los ríos de manera paulatina por efecto de las
corrientes de aguas.

Requisitos de la Avulsión: Para que el propietario del predio principal al cual se unen
o incorporan por avulsión las porciones de terreno o de árboles, adquiera estos se hace
necesario, la concurrencia de ciertos presupuestos:

 Que la porción de terreno segregado o de árboles arrancados o transportados


se unan y pertenezcan a dueños de predios distintos.
 Debe haber transcurrido el plazo establecido en la Ley, siendo de un (1) año
para los terrenos (380), y de dos meses para los árboles (artículo 381). No
hace falta que transcurra ese periodo de tiempo si no es posible obtener o
realizar la separación sin que se produzca alteración de la sustancia de la
cosa a la cual se une o incorpora o no se puede identificar la pertenencia de la
misma por el afectado.
 Saber distinguir o conocer la porción de terreno que le ha sido segregada o de
los árboles arrancados. Este es un elemento que debe probarse para que se
pueda, en todo caso, pedir la separación del predio o de los árboles al cual se
ha unido o incorporado. Pero aún en el supuesto de que no se pueda hacer la
separación, en modo alguno se puede pensar que el dueño del predio al cual
se ha unido o incorporado tenga que pagar el valor de la misma. La misma
legislación no contempla indemnización. Eso sería contrario al principio de
accesión.

Cambio del Cauce de los Ríos: En cuanto a la mutación del cauce de un río el artículo
382 del Código Civil es trascendente cuando indica que: “Los cauces de los ríos que
quedan abandonados por variar naturalmente el curso de las aguas pertenecen a los
dueños de los terrenos ribereños en toda la longitud respectiva a cada uno. Si el cauce
abandonado separaba heredades de distintos dueños, la nueva línea divisoria correrá
equidistante una de otra”. El cauce de un río es el lecho del mismo por el cual corren
las aguas y que puede quedar al descubierto por variar su curso el río, lo que precisa
determinar la pertenencia del mismo. La mutación del cauce del río contempla ciertas
situaciones a presentar según el artículo 382. En primer lugar, hay que considerar el
cauce abandonado y en segundo lugar el nuevo cauce.

El artículo 384 del Código Civil establece lo referente a cuando se trata del nuevo
cauce, al decir: “Cuando en un río navegable o flotable, variando naturalmente de
dirección, se abre un nuevo cauce en heredad privada, este cauce entrará en el
dominio público. El dueño de la heredad lo recobrará siempre que las aguas vuelvan a
dejarlo en seco ya naturalmente, ya por trabajos legalmente autorizados a efecto”

El propietario del predio afectado con el nuevo cauce puede intentar hacer retornar el
cauce del mismo a su estado original anterior a la variación del cauce, a fin de
recuperar su porción de terreno en la medida que sea factible, y se le autorice
legalmente al efecto. El nuevo cauce entrará a formar parte del dominio público del
Estado en los ríos navegables o flotantes. El artículo 386 del Código Civil se refiere a
un río que se divide en brazos al disponer: “Cuando se divide en brazos la corriente de
un río, dejando aislada una heredad o parte de ella, el dueño de la misma conserva su
propiedad, igualmente la conserva si queda separada de la heredad por la corriente,
una porción de terreno”. Esto significa que en el supuesto que un río se bifurque y
divide una propiedad, el propietario viene siendo el dueño de la porción que queda
separada como consecuencia de la bifurcación del río. Además, conserva la propiedad
respecto a aquella porción que queda separada en la medida que haga valer sus
derechos y no la deje prescribir por terceros.

Formación de Islas: En cuanto a la formación de islas, el artículo 383 dice que las islas
que se forman en los mares adyacentes a las costas de Panamá y en los ríos
navegables o flotables con carácter definitivo, son de propiedad del Estado. Si se forma
en un río no navegable pertenecerá a los propietarios de las márgenes u orillas más

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próximas (artículo 385 Código Civil), o por partes iguales si está en el medio del río
dividiéndose longitudinalmente, si la isla dista de una margen más que de la otra, la
misma será por completa del dueño del predio más próximo a la margen más cercana

Derecho de accesión de respecto de los bienes muebles.

Cuando dos bienes muebles pertenecen a dos dueños diferentes y se unen para formar
uno solo. Es decir que el artículo 387 del Código Civil de Panamá, expresa. Cuando
dos cosas muebles, pertenecientes a distintos dueños, se unen de tal manera que
viene a formar una sola, sin que intervenga la mala fe, el propietario de la principal
adquiere la accesoria, indemnizando su valor al anterior dueño.

Se reputa el principal, entre dos cosas incorporadas, se ha unido otro adorno o para el
uso de la perfección.

Las dos cosas incorporadas, es decir que el principal, reputara del objeto de mas
valor entre dos objetos de igual valor del mayor volumen.

En la pintura y escultura, es los escritos impresos, grabados y litografías, se


considerará accesoria la tabla, el metal, la piedra el lienzo, el papel o pergamino.

Artículo 391 CC. El dueño de la cosa accesoria ha hecho su incorporación de la mala


fe, pierde la cosa incorporada y tiene la obligación de indemnizar los perjuicios que
haya sufrido.

Si el que ha procedido de la mala fe es el dueño de la cosa principal, el que lo


sea de la accesoria tendrá derecho a optar entre que aquel le pague su valor o que la
cosa de su pertenencia se separe, aunque para ellos haya que destruir la principal. En
el lugar indemnización de daños y perjuicios.
Es decir, cualquiera de los dueños ha hecho la incorporación a vista, en la
ciencia y en la paciencia sin oposición de otro, se determinarán de los derechos
respectivos en la forma dispuestas para el caso de haber obrado de buena fe.

La buena fe emplea en la materia ajena que todos o en la parte de forma en la obra de


nueva especie, hará en forma suya en la obra, indemnizando el valor de la materia del
dueño de esta. Es decir que esta es más preciosa que la obra en que se emplea a su
superior en el valor del dueño de ella podrá, en sus elecciones de quedarse en la
nueva especie, previa indemnización del valor de la obra, o pedir la indemnización de la
materia.

Es la formación de la nueva especie que intervine por la mala fe del dueño de la


materia que tienen derecho a quedarse con la obra sin pagar nada al autor o de exigir
este la indemnice el valor de la materia de los perjuicios que se haya seguido.

Accesión Continua Artificial.

Esta clase de accesión, como su nombre lo indica, se caracteriza porque se produce


en virtud de la ayuda o apoyo de la acción del hombre, de la actividad e ingenio del
mismo y puede tener lugar:

De Mueble a Inmueble:

Tres son los supuestos en que puede darse esta modalidad de accesión y ello ocurre:

a. Que se emplee o apliques materiales, plantas o semillas propias en suelo ajeno;

b. Que se emplee materiales, plantas o semillas ajenas en suelo propio;

c. Que tanto las plantas como los materiales y las semillas empleadas sean ajenas al
igual que terreno.

Diferentes supuestos que se pueden presentar Primero:

Los materiales, plantas o semillas son de propiedad de quien edifique, plante o siembre
en suelo ajeno. La buena o mala fe en este tipo de accesión es relevante porque
determina los derechos correspondientes a cada uno de los dueños de las cosas
involucradas en tal relación jurídica.

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De allí que, en atención a esa especial circunstancia, el legislador distingue cuatro
supuestos que pueden darse:

1. Cuando media Buena Fe, tanto del dueño del terreno como del que planta,
siembra o edifica.
2. Es importante destacar que el artículo 373 del Código Civil dispone: “El dueño
del terreno en que se edificare, sembrare o plantare de buena fe, tendrá derecho
a hacer suya la obra, siembra o plantación, previa indemnización, o/a obligar al
que fabricó o plantó a pagarle el precio del terreno y al que sembró, la renta
correspondiente”. Del precepto transcrito se desprende que el dueño del terreno
tiene un derecho optativo, consistente en:
a. El propietario del suelo puede hacer suya la obra o edificación, las
plantaciones o las siembras con las consiguientes indemnizaciones del
valor de los mismos, la indemnización debe ser previa, o bien.
b. Puede obligar, a quien plantó, fabricó, o edificó le pague el valor del
terreno y al que sembró, pague la renta correspondiente. Indudablemente
el único supuesto en que se presenta la accesión como modo de adquirir
con relación a estos dos derechos opcionales de que pueda hacer uso el
propietario de suelo es en el primer caso. No así en el segundo debido a
que en el mismo, el dueño está enajenando la cosa. La jurisprudencia
Nacional en fallo del 13 de junio de 1973 externo la opinión siguiente: “Si
la opción que proporciona el artículo 373 del Código Civil y la de que el
dueño del terreno haga suya la obra previa indemnización de esta última
o la de obligar al que fabricó o plantó a pagarle el precio del terreno, es
obvio que tal precio es el actual el cual representa o equivale al terreno
con el que bien puede quedarse el dueño con su valor actual. De no ser
así, la opción que consiste en exigir el pago del precio del terreno
desaparecería pues nadie puede conformarse con el valor del bien en
épocas muy distantes. El pago debe hacerse al precio que tiene el terreno
cuando se verifica la transacción principal porque es allí cuando el
demandado plantó o edificó, en él adquiere el derecho a recibirlo
legalmente.”

Cuando el dueño del terreno está de Buena Fe y el de los materiales, plantas o


semillas está de Mala Fe:

El legislador ha establecido un derecho optativo a favor del propietario del suelo en los
artículos 374 y 375 que dicen: “Artículo 374: El que edifica, planta o siembra de mala fe
en terreno ajeno, pierde lo edificado, plantado o sembrado, sin derecho a
indemnización

Artículo 375: El dueño del terreno en que se haya edificado, plantado o sembrado con
mala fe puede exigir la demolición de la obra o que se arranque la plantación o
siembra, reponiendo las cosas a su estado primitivo a costa del que edificó, plantó o
sembró”

En este último artículo se advierte que si bien es cierto que quien plantó, sembró o
edificó puede retirar la plantación, la edificación o la siembra, ello lo podrá hacer en la
medida que esa separación no produzca alteración de la sustancia de la cosa principal
a la cual se ha unido o incorporado. Indudablemente, ello está subordinado a que el
propietario del suelo se incline porque se haga el retiro de la edificación, plantación o
siembra. Esa opción corresponde al propietario y no al que edificó, plantó o sembró de
mala fe. La obligación contemplada en el artículo 375 en caso que no lo haga quien
plantó, sembró o edificó puede el juez a solicitud del dueño del terreno ordenar se
ejecute a costa de aquel por aplicación analógica del artículo 983 del Código Civil.
Además, de esos derechos optativos el artículo 372 preceptúa que el propietario de los
materiales está igualmente en la obligación de indemnizar los perjuicios ocasionados al
propietario del suelo.

El que edificó, plantó o sembró y el dueño del suelo han procedido ambos de
Mala Fe:

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El artículo 376 dispone: “Cuando haya habido mala fe, no solo por parte del que
edifica, siembra o planta en terreno ajeno, sino también por parte del dueño de éste, los
derechos de uno y otro serán los mismos que tendrían si hubieran procedido ambos de
buena fe...”. Lo que significa que tendrá aplicación lo dispuesto en el artículo 373, en el
sentido como si ambos procedieran de buena fe. Sobre el particular es oportuno ver
que entienden el legislador por obrar de mala fe, en tal sentido es pertinente el artículo
376 que en su parte final dispone: “Se entiende haber mala fe por parte del dueño
siempre que el hecho se hubiera ejecutado a su vista, ciencia y paciencia, sin
oponerse” Es decir, cuando el propietario del suelo se ha enterado o ha tenido
conocimiento que un tercero está edificando, plantando o sembrando en su terreno y
no se opone a las obras que está realizando el tercero, el mismo obra de mala fe toda
vez que su deber es oponerse a efecto de suspender los trabajos que se realizan en su
heredad acudiendo a las autoridades competentes (Corregidor o Jueces).

El que edifica, planta o siembra esta de Buena Fe y el dueño de terreno actúa de


Mala Fe:

En este supuesto el legislador guarda silencio, hay un vacío normativo, tal situación no
se contempla en ninguno del artículo del Código. La doctrina se inclina a pensar que,
como sanción a la mala fe de parte del dueño del terreno, se debe conceder al que
plantó, sembró o edificó alguna de estas alternativas.

a. Mediante el pago de la misma, salvo que haya mediado prescripción


adquisitiva de dominio del terreno en que se plantó, sembró o edificó.

b. El derecho a usarla de manera gratuita en vista de su buena fe, al realizar la


plantación, la siembra o edificación. Todo ello llevado a cabo a la vista, ciencia,
paciencia sin oposición del dueño del terreno.

Indudablemente en este último caso, es decir, en la eventualidad de que el dueño de


los materiales lo retire no se presenta el fenómeno de la accesión para el dueño del
terreno, por tanto que son retirados por el dueño de dichas planta, materiales o
semillas. En conclusión es importante destacar con relación al propietario del suelo que
el legislador distingue:
a. Si ha mediado buena fe deberá abonar el valor de los materiales, plantas o semillas.

b. Si ha obrado de mala fe, debe además de ofrecer el valor de los mismos, pagar la
correspondiente indemnización por daños y perjuicios ocasionados al dueño de dichos
materiales, plantas o semillas, los cuales habrá que probar en proceso sumario si se
acude a la vía judicial o extrajudicialmente si se acude a árbitros o a través de
procedimientos alternos de solución de conflictos previstos en las leyes nacionales al
respecto. c. El dueño de los materiales, plantas o semillas, puede optar por el retiro en
la medida en que no se altere la sustancia de la cosa.

Tercero: Los Materiales, Plantas o Semillas al igual que el Terreno son Ajenos Se
presenta el fenómeno de la concurrencia de tres personas totalmente distintas; una
dueña de los materiales, plantas o semillas; otra dueña del terreno, y la tercera que
planta, siembra o edifica.

Es necesario ver la situación concurrente en relación a cada una de las personas que
participan en esta accesión.

Situación del Propietario del Suelo : Vale señalar que la responsabilidad que nace
para el dueño del suelo respecto a los materiales, plantas o semillas es que debe pagar
el valor de estos, en la eventualidad de que el tercero que los empleó no satisfaga el
valor de los mismos. Se presenta una responsabilidad subsidiaria para el propietario
del suelo (Artículo 377). Eso en el supuesto que el que plantó o sembró no cumpla con
su obligación de principal obligado.

Si en cambio, el tercero que plantó, edificó o utilizó los materiales ajenos en terreno
ajeno lo hizo de mala fe, podría el dueño del suelo a tenor de lo dispuesto en los
artículos 375 y 377, exigir la demolición de la obra o que se arranquen las plantas o
semillas, quedando relevado de la obligación subsidiaria de pagar el valor de las platas,
semillas o materiales en caso de que el tercero no lo haga. En este caso el dueño del
terreno puede hacer uso de lo dispuesto en el artículo 983 del Código Civil consistente
en solicitar al juez que ordene por cuenta del que plantó, sembró o edificó se ejecute lo
dispuesto en los artículos 375 y 377. El dueño del terreno en que se sembró, edificó o
plantó de buena fe el artículo 373 le permite hacer uso del derecho que esta

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disposición le confiere, o sea, hacerse de la obra, siembra o plantación, previa
indemnización o a que le paguen el valor del terreno o la renta correspondiente.

Situación del Dueño de los Materiales, Plantas o Semillas:

En relación a esta situación se tiene que tomar en consideración si el propietario actuó


de buena o mala fe. Si procedió de mala fe tendrá entonces aplicación lo dispuesto en
el artículo 377 es decir, que pierde los materiales, plantas o semillas sin derecho a
indemnización. Si ha mediado buena fe, el propietario de dichos materiales tendrá
derecho a que una vez tuvo lugar la siembra o la edificación, pueda exigir al tercero
que utilizó o aplicó el valor de dichos materiales, plantas o semillas y subsidiariamente
al dueño del terreno le pague el valor de estos en la eventualidad que el tercero no
satisfaga el valor de ellos, según el artículo 377, es decir, de los materiales, plantas y
semillas, en virtud de la responsabilidad subsidiaria que nace para el dueño del terreno.
Si el dueño, del terreno y el tercero actúan de mala fe, el dueño de los materiales,
plantas o semillas,

tendrá derecho a exigir a ambos el valor de los mismos, además de la correspondiente


indemnización de daños y perjuicios (artículo 372).

Situación del Tercero que empleó los Materiales, Plantas o Semillas:

Los derechos surgidos de tal situación consisten en si el tercero procedió de buena fe,
deberá pagar el valor de las cosas que plantó, sembró o edificó, que no le pertenecían,
al dueño de los mismos. Solución distinta ocurre, si procedió de mala fe, en cuyo caso
deberá no sólo pagar el valor de dichos materiales, plantas o semillas, sino también
indemnizar los daños y perjuicios ocasionados. Esto respecto al dueño de los
materiales, plantas o semillas. Con relación al dueño del terreno, si el tercero actúo de
buena fe podrá solicitar al dueño del terreno el rembolso del valor de los materiales,
plantas o semillas que él hubiera pagado al dueño de estos. En cambio, si actuó de
mala fe, no tendrá derecho a reclamar ningún tipo de devolución al propietario del suelo
en que se sembró, plantó o edificó. En cuanto a este supuesto es importante la
jurisprudencia de 24 de octubre de 1951, por razón del recurso de casación en el juicio
sumario entre NARIÑO RIVERA vs. GIO MARIO la cual dice así: “El artículo 373 del
Código Civil dispone: El dueño del terreno en que se edificare, sembrare o plantare de
buena fe, tendrá derecho a hacer suya la obra siembra o plantación, previa
indemnización, o a obligar al que fabricó o plantó a pagarle el precio del terreno, y al
que sembró, la renta correspondiente” “En el presente caso concurren dos modalidades
contempladas en la disposición copiada: Como se ha dicho, en el terreno de RIVERA
existen edificaciones y cultivos permanentes que ocupan las dos terceras partes de la
finca, y también siembra de índole transitoria que abarcan la otra parte de ellas.

Se desprende de esta norma legal, que el dueño del terreno no solo tiene derecho a
pedir que se le valoren las edificaciones y los cultivos permanentes para cubrirle su
precio al ocupante de buena fe, sino también está facultado para pedir que se
determine la renta que ese ocupante debe reconocerle por la porción que sembró con
cultivos transitorios, por lo tanto, las dos peticiones que sobre el particular hizo el actor
en la demanda, no resultan contradictorias y son procedentes

DE MUEBLE A MUEBLE

Este tipo de accesión se presenta cuando dos o más cosas muebles pertenecientes a
distintos dueños se unen y forman de manera inseparable una cosa y, tales cosas
muebles no pueden desprenderse, separarse sin menoscabo de las mismas. Ella se
presenta en las tres (3) categorías a desarrollar en adelante.

La adjunción:

El artículo 387 del Código Civil recoge la accesión llamada adjunción o unión al
expresar que “Cuando dos cosas muebles, pertenecientes a distintos dueños, se unen
de tal manera que vienen a formar una sola, sin que intervenga mala fe, el propietario
de la principal adquiere la accesoria, indemnizando su valor al anterior dueño”. El
anteproyecto de Código del profesor GARAY, en su artículo 1584, al referirse a la
accesión de una cosa mueble dice:

“La adjunción es una especie de accesión, y se verifica cuando las cosas


muebles pertenecientes a diferentes dueños se juntan una a otra, pero de modo

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que no puedan separarse y subsiste cada una después de separada; como
cuando el diamante de una persona se engasta en el oro de otra, o en un marco
ajeno se pone un espejo propio” La unión puede obedecer a un acto voluntario
de los dueños de ambas cosas, en virtud del principio de la autonomía de la
voluntad, en cuyo caso rige lo acordaron. La regla en este caso indica que el
dueño de la cosa principal hace suya la accesoria (artículo 387 in fine del Código
Civil) indemnizado el valor de ésta a su dueño. Lo anterior hace necesario
determinar cuando estamos frente a una cosa principal y a una accesoria para lo
cual, el legislador ha establecido ciertas reglas, como son la de la finalidad, el
valor y volumen y en cuya aplicación debe observarse el orden de prioridad
como vienen fijado por el código. Al respecto son pertinentes los siguientes
artículos del Código Civil, que rezan así: “Artículo 388: Se reputa principal, entre
dos cosas incorporadas, aquella a que se ha unido otra por adorno o para su
uso o perfección. Artículo 389: Si no puede determinarse por la regla del artículo
anterior cuál de las dos cosas incorporadas es la principal, se reputará el objeto
de más valor, y entre dos objetos de igual valor, el de mayor volumen. En la
pintura y escultura, en los escritos impresos, grabados y litografías, se
considerará accesoria la tabla, el metal, la piedra, el lienzo, el papel o el
pergamino”.

La indemnización a que tiene derecho el dueño de la materia empleada sin su


consentimiento puede consistir:

a. En la entrega de una cosa igual en especie y valor y en todas sus circunstancias a la


empleada.

b. En el precio según tasación pericial (artículo 392 del Código Civil).

Esta indemnización procede según la regla de que el dueño de la cosa principal hace
suya la accesoria. Pero debemos hacer notar que ello es para el supuesto que tanto el
dueño de la cosa principal como el de la que se incorpora estén ambos de buena fe
(artículo 387). La regla antes indicada sufre una excepción al tenor de lo dispuesto en
el artículo 390, párrafo 2, al establecer que si la cosa unida para el uso,
embellecimiento, o perfección de otra, es mucho más preciosa que la principal, el
dueño de la cosa accesoria puede exigir su separación, aunque sufra algún detrimento
la otra a que se incorporó (o sea la cosa principal).

Pueden ocurrir otras hipótesis recogidas en el artículo 391 y consisten en:

a. Que sea el dueño de la cosa accesoria quien estuvo de mala fe. En cuyo caso
pierde la cosa incorporada y tiene la obligación de indemnizar al propietario de la
principal los perjuicios que haya sufrido, lo cual hay que probar.
b. Que sea el dueño de la cosa principal quien esté de mala fe, mientras el dueño de
la cosa accesoria está de buena fe.
En este evento el dueño de la cosa accesoria tiene un derecho optativo:
 A exigir que el dueño de la cosa principal le pague el valor de la cosa
accesoria con indemnización de daños y perjuicios causados que hay que
probar;
 Separar la cosa que le pertenezca, aunque ello implique la destrucción de la
cosa principal con derecho a que se le indemnicen los daños y perjuicios
causados que hay que probar.
c. Si cualquiera de los dueños ha hecho la incorporación a vista, ciencia y paciencia y
sin oposición del otro, se ha determinar los derechos respectivos en la forma
dispuesta para el caso de haber obrado de buena fe.

Requisitos para que haya adjunción

 Que se trate de cosas muebles; pues no hay adjunción de cosas


inmuebles.
 Que las cosas pertenezcan a distintos dueños.
 Que la cosa se distinga, sea reconocible, o por lo menos una de ellas
conserve su individualidad. Que no puedan separarse sin detrimento o
menoscabo, de su sustancia.

La Mezcla o Confusión: De los artículos 393 y 394 se desprende que la mezcla es


aquella unión o confusión de dos cosas muebles pertenecientes a distintos dueños y
que por voluntad de estos o de uno solo, pero mediando buena fe, o por casualidad se
mezclen cosas de igual o diferente especie resultando inseparables sin su detrimento.

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Cada propietario adquirirá un derecho proporcional a la parte que le corresponde,
atendiendo al valor de las cosas confundidas o mezcladas, ya que se toma en cuenta la
buena fe o mala fe o circunstancias que la motivaron para determinar los derechos
consiguientes.

Requisitos a cumplir:

 Que se trate de unión de cosas muebles.


 Que las cosas sean de naturaleza árida o líquida.
 Que las cosas sean de distintos dueños, lo que excluye la mezcla
cuando una misma persona es dueña de las cosas mezcladas.
 Que las cosas mezcladas den origen a una nueva, perdiendo su
individualidad, no siendo posible distinguirlas.
 Que las cosas resulten inseparables.

La Especificación o Invención: El artículo 395 del Código Civil se refiere a este tipo
de accesión. La especificación consiste en realizar o crear una obra de nueva especie
empleando materia ajena. La especificación se produce, por ejemplo, en el caso de que
una persona utilice uvas ajenas, y las convierta en vino o que tome harina de trigo y las
convierta en pan, o que se tome un trozo de madera y lo convierta en mueble o una
tela y haga un vestido o un lienzo en que se hace una pintura, convierte leche en queso
o yogurt v.g. Hay una transformación de la materia en un objeto nuevo por razón de la
actividad aplicada mediante el trabajo realizado. Para determinar a quien corresponda la propiedad de
la cosa especificada, el legislador toma en cuenta el factor de la buena o mala fe que
pudo haber mediado de parte del especificante (artículo 395 del Código Civil) y el valor
de la materia empleada.

El precepto legal en mención contempla ciertas situaciones, consagrando los derechos


correspondientes al especificante en razón de la transformación de la materia y dando
origen al nacimiento de una cosa de nueva especie.

Las situaciones y soluciones dadas por el Código son:


 El artículo 395 en su párrafo primero dispone que el especificante hace suya la
obra, pero a cambio de una indemnización del valor de los materiales a su
dueño. Esto cuando ha mediado buena fe del especificante.
 En la regla segunda el artículo 395, para determinar a quién corresponde la
obra, se distingue entre el valor de la obra y de la materia empleada.
 En este caso el Código ha determinado que si la materia empleada es más
valiosa y tiene más valor que la obra especificada, el dueño de aquella tiene la
elección de quedarse con la nueva especie previa indemnización del valor de la
obra o exigir que se le pague el valor de la materia empleada.

Cuando en la formación de la nueva especie intervino mala fe del especificante, el


dueño de la materia empleada tiene la opción de:

 Quedarse con la obra sin reembolso al especificante o;

 Exigir al especificante que pague el valor de la materia empleada y los perjuicios


causados, que deben ser probados

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CONCLUSIÓN

Concluimos que la derecho accesión se encarga de velar la mala fe, como también la
buena fe. Es decir que nuestra jurisdicción panameña se encarga de proteger los
derechos los ciudadanos en los bienes. Es decir, Cuando las cosas unidas no puedan
separarse sin que la que se reputa el dueño de la principal tendrá también derecho de
pedir la separación, pero quedará obligado a indemnizar al dueño de la accesoria,
siempre que éste haya procedido de buena fe, es decir, sin la intención de causar
el perjuicio.
BIBLIOGRAFÍA

Código civil de la República de Panamá, Ley N° 2 De 22 de agosto de 1916.

Artículos 364 a Articulo 395

https://vlex.es/vid/accesion-clases-760182169

https://unisabaneta.edu.co/pdf/cartillas/cartilla_accesion.pdf

https://www.ilpabogados.com/la-accesion-en-los-bienes-inmuebles/

“Los Derechos Reales en el Ordenamiento Jurídico Panameño – Volumen II” / DR.


JACINTO JAVIER ESPINOSA. G. / Editado por el Centro de Investigación Jurídica de
la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad de Panamá. Ultimo
Edificio. Planta Baja. Septiembre, 2016.

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