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1. Casi todos los derechos modernos (a excepción del derecho anglosajón) tienen su origen remoto en
el Derecho Romano justinianeo y se han formado en gran medida a partir de las concepciones, las
formulaciones y, sobre todo, el sistema jurídico romano.
3. El estudio del Derecho Romano, que tan profundamente influyó en el desarrollo de la civilización
europea, dadas las características que hemos señalado, es por tanto indispensable al jurista para
comprender el sistema, las concepciones y los institutos jurídicos modernos, para penetrar en la
lógica del pensamiento y del razonamiento jurídico.
5. En tercer lugar, el estudio del Derecho Romano es un medio incomparable para la formación
histórica del jurista. Este derecho ofrece un campo muy favorable para la investigación histórica, no
solo a causa de su evolución orgánica y progresiva, que tuvo lugar a lo largo de un milenio en la
comunidad política del pueblo romano, sino también porque es posible seguirlo desde sus orígenes
paralelamente a la historia de las vicisitudes de Roma, dándose así cuenta con exactitud de los
factores políticos, económicos y sociales que han influido sobre sus cambios y transformaciones. El
hecho de poder constatar cómo la evolución del derecho sigue a la de la sociedad en que ha nacido,
cómo se forman y se modifican las normas jurídicas de acuerdo con las exigencias sociales y las
diferentes circunstancias, da al investigador una experiencia formativa muy valiosa para entender
qué es verdaderamente la vida del derecho.
6. Para darse cuenta de la amplitud y multiplicidad de tales experiencias basta pensar que el Derecho
Romano ha regulado durante más de un milenio la vida de una comunidad que vivía originariamente
en los límites restringidos de una ciudad, con una base económica primitiva agrícola y pastoril, y
que en el curso de los siglos, a través de una expansión que no tiene precedentes, puso bajo su
dominio un territorio inmenso y las más diversas poblaciones de Europa, África y Asia.
7. El Derecho Romano ofrece, bajo este punto de vista, un ejemplo también de la aplicación de normas
jurídicas creadas para una determinada comunidad a otras poblaciones diferentes, y de las
consiguientes adaptaciones. Añádase que la abundancia de las fuentes, y el hecho de que estas
pertenezcan a distintas épocas permiten estudiar el Derecho Romano bajo los aspectos más
diferentes, a la vez que el inmenso material que nos han dejado los comentadores del Corpus Iuris
Civilis, desde la Edad Media a nuestros días, permite seguir sus vicisitudes, incluso fuera del mundo
romano y después del siglo v.
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Fragmento del Libro “Lecciones de Derecho Privado Romano” de Juan Carlos Marín, 1ra. Edición, La
Plata-Argentina, Editorial Universidad Nacional de La Plata, 2011, pp. 16-17.
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