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LOS IMPUESTOS
1. Ingresos públicos
Impuestos: Pagos que, de forma coactiva, las personas y las empresas realizan al Estado.
Tasas y precios públicos: Pagos que realizan las personas y las empresas al Estado por la
utilización o aprovechamiento de bienes y servicios que la Administración Pública ofrece
(Ej. Pago por la matrícula universitaria o la expedición del título de Grado).
Deuda pública: En ocasiones, los ingresos del Estado por impuestos y tasas no son
suficientes para cubrir los gastos en los que incurre. En tales casos, el Estado tiene que
pedir prestado, al igual que haría un particular o una empresa cuyos ingresos fueran
inferiores que sus gastos.
La deuda pública es el conjunto de títulos de crédito que emite el Estado y que son adquiridos
por residentes (deuda interna) y no residentes (deuda externa) en el país.
Por esta razón, el Estatuto del Banco Central Europeo prohíbe, tanto a la Unión Europea como
a sus Estados miembros, endeudarse tanto en el BCE como en los bancos centrales nacionales.
1. Principios de la imposición
Las formas en las que se puede establecer un impuesto son las siguientes:
1. Sistema de capitalización: Todas las personas pagan la misma cantidad al Estado, al margen
de cuál sea su renta.
3. Sistema progresivo: Los porcentajes de renta que pagan los contribuyentes son mayores
cuanto más elevado es su nivel de renta. El crecimiento de los tipos impositivos debe hacerse
por escalones, para evitar que el incremento de una unidad de renta en la base imposible
tenga como efecto la aplicación de un tipo de gravamen más elevado a la totalidad de los
ingresos y que, por tanto, la renta disponible del contribuyente fuera superior con ingresos más
reducidos.
Al estar cedido el IRPF al 50% a las CCAA, esta escala se divide entre la parte estatal y la
autonómica.
En la mayoría de los Estados modernos, los impuestos sobre la renta son progresivos. En
España, la Constitución establece en su artículo 31 que el sistema tributario se inspirará, entre
otros, en el principio de progresividad. Dos observaciones:
Ningún sistema fiscal aplica el principio de progresividad a todos sus impuestos. Los
impuestos que gravan las ventas y los beneficios de las sociedades mercantiles son
proporcionales, tienen tipos fijos que aplican al margen de que la base imponible sea mayor o
menor.
La progresividad de un impuesto no requiere que los tipos de gravamen sean
progresivos. Un impuesto proporcional con mínimo exento es siempre un impuesto progresivo.
Pero hay otro factor importante: los particulares y las empresas adaptan su comportamiento a
los incentivos económicos. Cuanto más elevado sea el tipo de gravamen del impuesto menor
será el salario o el beneficio neto y menores los incentivos para trabajar o producir.
Imaginemos un tipo de gravamen del 100%. La recaudación sería cero y la redistribución nula.
Nadie estaría dispuesto a llevar a cabo actividades económicas en tales condiciones.
La teoría de la incidencia impositiva es la rama de la Hacienda Pública que estudia los efectos
que cada tributo tiene en los niveles de bienestar de quienes forman la sociedad (más allá del
pago económico total soportado por los contribuyentes, lo que implica una pérdida neta para
el conjunto de la sociedad).
Si el sujeto pasivo de un impuesto sobre las ventas es el comprador (el vendedor solo recauda
el impuesto), ¿por qué los productores suelen estar en contra de aumentos en la tributación
que afecten a sus productos? ¿Soportan realmente los compradores la totalidad de la carga de
este tipo de impuestos?
Por tanto, los productores están en contra del aumento de la tributación sobre las ventas
porque estos impuestos les perjudican a ellos también. Aunque formalmente son los
consumidores los que los pagan, en la práctica la carga se reparte entre los demandantes y los
oferentes.
P1: Precio sin impuesto.
P2: Precio que pagan los consumidores, que incluye el impuesto.
P3: Precio que reciben los productores. Lo que pagan los consumidores no es lo mismo que
cobran los productores.
P2-P3: Impuesto.
Rectángulo P2P3BC: Recaudación fiscal del Estado, impuesto por unidad multiplicado por la
cantidad vendida.
O Cuanto mayor sea la elasticidad de la curva de demanda menor será la parte del impuesto
que soportará el comprador (la subida de los precios tendrá como efecto una fuerte reducción
de la cantidad demandada).
O Si la demanda es, en cambio, muy rígida (inelástica), será el comprador quien pague la
mayor parte del impuesto.
O El supuesto extremo será el de una demanda totalmente rígida (perfectamente inelástica),
en la que toda la carga del impuesto recaerá sobre el comprador y ninguna sobre el vendedor
(la cantidad vendida no se verá afectada por el impuesto).
2. La estructura de un sistema fiscal. El caso español
Aunque el número de impuestos puede ser hoy muy elevado, los sistemas fiscales modernos
obtienen la mayor parte de la recaudación con un número limitado de tributos:
El impuesto sobre la renta de las personas físicas (IRPF): Tributo directo progresivo
que tiene como base imponible la totalidad de los ingresos que una persona obtiene a lo largo
de un año.
Los ingresos fiscales provenientes de los sueldos y los salarios son hoy la parte más importante
de este impuesto. El IRPF es el impuesto más importante del sistema fiscal español. Aporta más
del 40% de la recaudación total.
El impuesto sobre sociedades (IS): Tributo directo y proporcional que tiene como base
imponible los beneficios de las empresas.
El impuesto sobre el valor añadido (IVA): Tributo indirecto y proporcional que grava la
entrega de bienes y la prestación de servicios de los empresarios y profesionales.
La base imponible del IVA no es el valor total de los productos o servicios vendidos, sino la
diferencia entre lo que las empresas venden y lo que han comprado a otras empresas (de ahí la
referencia al “valor añadido”).
Es un impuesto proporcional, pero su tipo varía en función de la naturaleza del bien o servicio
gravado.
El IVA es el segundo impuesto más importante del sistema fiscal español. Aporta alrededor del
30% de la recaudación total.
Los impuestos especiales (IE): Tributos indirectos sobre las ventas. Gravan el consumo
de determinados bienes específicos. Los más importantes en España son los que gravan el
consumo de hidrocarburos, tabaco y bebidas alcohólicas.
Estos impuestos aportan algo más del 10% de la recaudación fiscal.
Tendencias:
Otros economistas no consideran que las diferencias entre la financiación del gasto público con
impuestos o con deuda tenga tanta importancia, aunque en el mundo real, los particulares y
las empresas no parece que las consideren equivalentes. Los votantes suelen oponer menos
resistencia a la emisión de deuda que a una subida de impuestos.
Esto da pie a que los gobiernos incurran en presupuestos con déficits y que acudan al
endeudamiento como forma habitual de financiación.