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1.

Introducción
Ya hemos visto tres conceptos fundamentales: la curva de demanda , la curva de oferta y el
conjunto de factores que desplazan cada curva. Ahora vamos a unir esos elementos para
determinar el equilibrio en el mercado. Podemos afirmar que un mercado competitivo está en
equilibrio cuando el precio alcanza un nivel en el que la cantidad demandada se iguala a la
cantidad ofertada de ese bien o servicio. A este precio se le denomina precio de equilibrio, que es
el precio al que se vacía el mercado. Con este precio se alcanza la cantidad de equilibrio. La
manera más sencilla de encontrar estos precio y cantidad de equilibrio es superponiendo en un
mismo gráfico las curvas de oferta y demanda del bien o servicio. El punto donde se intersectan las
dos curvas es el de equilibrio.

A cualquier otro precio el mercado no se vaciaría. Los excesos de oferta o de demanda se


corregirán con bajadas o subidas de precios respectivamente. Cualquier precio diferente al de
equilibrio se denomina precio de desequilibrio.

2. Cambios en la oferta y la demanda


Un incremento de la demanda, gráficamente, supone un desplazamiento de la curva de demanda a
la derecha, determinando un nuevo punto de equilibrio, en el que aumenta la cantidad de
equilibrio que se intercambia, y en el que también aumenta el precio de equilibrio.

Un descenso de la oferta, gráficamente, supone un desplazamiento de la curva de oferta a la


izquierda, determinando un nuevo punto de equilibrio, en el que disminuye la cantidad de
equilibrio y aumenta el precio de equilibrio del bien que se intercambia.
También hay veces en los que ambas curvas se desplazan simultáneamente. El resultado en precios
y cantidades de equilibrio dependerá de la intensidad de los desplazamientos y de cual prevalezca.

Ninguna variación de la oferta Aumento de la oferta Disminucion de la oferta


Ninguna variación de la P no varía P baja P sube
demanda Q no varía Q aumenta Q disminuye
Aumento de la demanda P sube P ambiguo P sube
Q aumenta Q aumenta Q ambiguo
Disminución de la demanda P baja P baja P ambiguo
Q disminuye Q ambiguo Q disminuye

3. La intervención del Estado y los mercados regulados


Hasta ahora hemos supuesto que el mercado se ajusta automáticamente. La realidad es que
existen sectores muy regulados por el Estado donde los ajustes no son automáticos, sino que
existen una serie de restricciones artificiales que restringen el restablecimiento del equilibrio. En la
ciencia económica moderna, la teoría de la regulación se basa en los fallos del mercado (ya
explicados en el Tema 4): si el mercado falla no es posible conseguir el mejor resultado para el
conjunto de la sociedad y, por tanto, la forma de lograrlo es introducir regulaciones por parte del
Estado. ¿Pero estamos seguros de que el Estado cuando regula no comete, a su vez, sus propios
fallos? Es decir, ¿estamos seguros de que la regulación del Estado siempre es correcta y no es
defectuosa?
Hasta la década de 1960, la teoría económica no entró a analizar esta regulación. Cuando
hablamos de normas hay que diferenciar:
-Normas generales: Una de las actividades que corresponden al sector público es el
establecimiento de normas jurídicas eficientes, junto con el mantenimiento de una administración
de justicia que garantice el cumplimiento de los contratos.
-Normas específicas dirigidas a lograr determinados objetivos que, en muchas ocasiones, reducen
sustancialmente esa libertad de pactos que defiende la codificación del XIX y ss.

Razones que justifican este tipo de regulación:


 Información asimétrica: Si las dos partes que intervienen en el negocio no tienen la misma
información, una parte podría aprovecharse de la situación de la otra. Para evitar estas asimetrías
es necesaria la intervención del Estado.
 Posición desigual de las partes: Por ejemplo, toda la legislación de defensa del consumidor, de
las condiciones generales de contratación y todos los contratos que se derivan son el resultado de
la desigual posición de las partes. Se considera que el Estado debe proteger a la parte más débil.
 Búsqueda de objetivos específicos por parte del Estado: El Estado, como agente regulador,
busca determinadas finalidades, generalmente, relacionadas con los dos puntos anteriores.

4. Controles de precios
Muchas veces, los gobiernos llevan a cabo restricciones sobre los precios o la cantidades en un
intento por impedir que el precio de un bien concreto suba o baje hasta un nivel inaceptable. Las
legislaciones sobre precios máximos han sido muy habituales en situaciones de crisis y guerra,
especialmente en el caso de aquellos artículos que desempeñan un papel importante en el coste
de la vida. Cuando se establece un precio máximo por debajo del precio de equilibrio para un
bien X se provoca un exceso de demanda de ese bien. Como el precio no puede subir al punto de
equilibrio se produce una demanda no satisfecha que dará lugar a efectos no buscados:
• Asignaciones ineficientes: el que primero llegue compra, lo que dará lugar a colas (posguerra
española).

• Los vendedores pueden restringir las ventas a determinados clientes, hasta el punto de servir
solo a los habituales, lo que llevará a medio plazo a que aparezcan mercados negros.

En un intento de asignar razonablemente la oferta limitada, el Gobierno puede establecer un


sistema de racionamiento, emitiendo cupones que permitan adquirir una cantidad limitada de
bienes al precio fijado. Aunque este mecanismo no es totalmente satisfactorio, por cuanto muchos
compradores no podrán obtener el bien en las cantidades que desean, sí puede argumentarse que
es un instrumento más equitativo que controlar únicamente el precio. Por otro lado, y con la
intención de asegurar a los productores un cierto beneficio sobre sus ventas, los Gobiernos
también pueden establecer precios mínimos por debajo de los cuales no pueden bajar legalmente
los precios. Con estos precios mínimos por encima del equilibrio, las cantidades ofertadas son
superiores a la cantidad demanda y se producen excedentes.
Para contrarrestar esta sobreproducción, el Gobierno regula no solo los precios sino también las
cantidades a través de cuotas. De modo que los productores, pueden producir al precio mínimo
determinado, pero solo la cantidad fijada también por una norma.
De esta forma, los precios mínimos y los excedentes dan lugar a mecanismos de racionamiento
exactamente iguales que los precios máximos y la escasez. Una parte importante de los
economistas se oponen a los precios máximos y mínimos, dado que no son resultado de un
proceso aleatorio. Los precios tienen la misión de equilibrar la oferta y la demanda, pero cuando
los responsables de la política económica fijan los precios por decreto ocultan las señales que
guían normalmente la asignación de los recursos de la sociedad.

5. ¿Hacia dónde vamos?


Aunque algunos sectores se han desregulado, la determinación del grado de desregulación en los
diferentes ámbitos es incierto. A lo largo de la historia han existido épocas de no intervencionismo
y desregulación y épocas en las que la regulación no solo no ha disminuido, sino que ha crecido de
forma muy importante. Si consideramos el problema de la existencia de múltiples regulaciones en
diferentes niveles (europeo, estatal, autonómico y local), la situación es especialmente compleja. El
futuro de la regulación no está claro, es un tema aún sin solucionar.

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