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El Éxodo:
Una vez que está resuelta a enjambrar la colmena es imposible que vuelva
a su lugar de origen por mas que se capture el enjambre y se lo vuelva al
mismo lugar de donde salió. Los enjambres se radican muy lejos de la
colmena de origen y la explicación mas razonable es que hacen esto para
evitar en todo lo posible la consanguinidad.
Antes de partir el enjambre revolotea por los alrededores de la colmena y
se posa en alguna rama de las cercanías. Desde allí envía a las abejas
exploradoras, las mas viejas del grupo, a buscar un lugar adecuado en
donde fundar la nueva colmena. La localización del emplazamiento forma
parte de la enjambrazón. Es muy frecuente un viaje de varias escalas hasta
encontrar la morada Una vez que revisan un lugar las Exploradoras
recorren nerviosas, limpian todo lo que moleste a sus propósitos, tal vez
sea el hueco de un árbol, el pozo de una termita, una simple rama, un
cajón abandonado o una vieja colmena, a la que dejan limpia y libre de
restos de cera o polilla,. Recorren de un lugar a otro como ávidas de
encontrar algo, con marcada euforia, muy excitadas hasta que
repentinamente desaparecen todas de golpe, vuelven al enjambre,
encontraron el lugar y muy pronto, al cabo de pocos minutos, se oscurece
el cielo, rompe el silencio un murmullo cada vez mayor, casi ensordecedor
y aparece el gran enjambre, mas de treinta mil abejas buscando ser las
primeras en posarse en el lugar. La soberana con gran disimulo y timidez,
como camuflándose entre la multitud , entra triunfal a lo que de aquí en
adelante; será su morada.
En menos de media hora todo el enjambre con su soberana está
ordenadamente ubicado En pocas horas ya están ingresando con néctar.
Las abejas cereras, como si fueran trapecistas se las ven colgadas,
prendidas unas de otra, confeccionando los panales que luego servirán de
receptáculo para las crías, alimentos y de estructura de la Colmena
Las colmenas en la naturaleza eligen los lugares en el que asentarán su
nido y no siempre concuerda con lo que nosotros creemos que es mejor
para ellas. Parece caprichoso, muchas veces noté que en vez de entrar el
enjambre en una colmena vacía armada con 10 cuadros limpios labrados,
optan por ocupar otro cajón vacío, roto y lleno de mugre.
Posiblemente no sea capricho ya que siempre se instalan en los cruces de
energías telúricas, en los cruces de las líneas de Hartmann al igual que las
avispas, hormigas y termitas
¿Qué lugares eligen para el nuevo asentamiento? ¿Cómo deciden tal o cual lugar?
Una vez que eligieron el lugar las exploradoras, simultáneamente, todas juntas vuelven al
racimo del enjambre. Por un rato no queda ninguna exploradora en el lugar. ¿Si no se
comunicaran entre si, ¿Cómo hacen para volver todas juntas? ¿Quién da la orden de volver?
Cuando arriban al enjambre. ¿Danzarán para informar sobre las características del lugar? o
simplemente se moverán frenéticamente en señal de alegría por haber ubicado el lugar. Para
volver a la nueva morada. ¿Se harán seguir por medio de las feromonas de nassanoff?
Manifiestan que los lugares preferidos por las exploradoras son los huecos de los arboles, en
espacios de 40 a mas litros, que deben estar ubicados a cierta altura, etc.
Mi experiencia no concuerda con estas hipótesis. Primero que las abejas no solo se ubican en
huecos, lo hacen también al aire libre colgando de las ramas o pegados al techo de un alero o en
los travesaños de as torres de alta tensión. Tampoco lo hacen a cierta altura, los termiteros son
lugares muy visitados por los enjambres y se ubican bajo tierra. En base a mi experiencia, no
deliberan tanto para decidir donde ubicarse. Cuando vamos a colocar los tramperos para cazar
los enjambres, las exploradoras nos siguen queriendo revisar los cajones y los que colocamos a
la mañana, en muchas veces, por la tarde ya están con los enjambres instalados.
Hace un tiempo me pasó algo muy novedoso:
Un vecino me pidió que le retirara un gran enjambre ubicado en un árbol frente a su casa.
Como el enjambre estaba alojado en una rama muy alta e incómoda para manipularlo le dije
que no lo podía sacar. Que no valía la pena hacer tanto esfuerzo para capturar un enjambre
que podría no aceptar la nueva vivienda que yo le ofreciera, que podría abandonarla con
mucho esfuerzo en vano. Era mejor dejar que el enjambre continuara su viaje en busca de una
nueva morada.
En realidad, me quedé codiciando el hermoso enjambre. Pensé que tal vez colocando cerca un
cajón en un lugar de cruces de Energías podría tentar al enjambre a ubicarse dentro del. En el
predio de este señor era imposible y me arriesgué a colocar el cajón en el quincho de mi casa,
en un lugar donde ya habían entrado dos enjambres. Esto es para no creer; a la media hora ya
había abejas exploradoras revisando el cajón y a las dos horas apareció el gigante, las aves no
sabían a donde disparar, sorprendidas corrían de aquí para allá. En
pocos minutos volvió la calma y el populoso enjambre se acomodó para quedarse. Incrédulo
aún consulte con el vecino que se adelantó para comentarme como las abejas volaron en mi
dirección. Sinceramente esta es la primera vez que soy testigo de un hecho similar.
Para mi entender el enjambre se ubicó en ese árbol haciendo una parada de descanso, para
luego buscar el lugar definitivo de su morada. Al encontrar un cajón con 10 cuadros labrados y
colocados según la posición Housel en un lugar de cruces de la red Hartman; Decidieron sin
pérdida de tiempo ubicarse allí.
Las colmenas en la naturaleza eligen los lugares en el que asentarán su nido, y no siempre
concuerda con lo que nosotros creemos que es mejor para ellas. Parece caprichoso, muchas
veces noté que en vez de entrar el enjambre en una colmena vacía armada con 10 cuadros
limpios labrados, optan por ocupar otro cajón vacío, roto y lleno de mugre.
Todos los años dejo al costado de un viejo camino vecinal nucleros viejos con cuadros labrados
para cazar los enjambres migratorios de estación, a los pocos días controlo los que están
cargados para retirarlos luego. Ocurrió que en un sector, después de haber ingresado los
enjambres, unos 10 aproximadamente en un recorrido de unos 100 metros, cuando fui a
retirarlos ya no estaban mas, se fueron y dejaron vacío el lugar. En ese trayecto de 100 metros
no quedó ninguno.
“Yo no creo en las brujas pero de que las hay las hay”, le contesté a una niña que me preguntó si
yo creía en las líneas de Hartmann y Curry. Algo hay que influye en las colmenas y que hace
que las mismas prosperen en un lugar y en otro no. Hay alguna razón para que los enjambres
prefieran la caja vacía y no una con panales labrados. Seguramente que debe haber alguna
explicación a la huida de los enjambres que entraron en las cajas y después en forma masiva las
abandonaron. Hay lugares preferidos para anidar por los enjambres y otros donde jamás bajan
¿Serán las fuerzas magnéticas como dicen Hartmann y Curry? Hay algo que influye sobre la
abeja para que esta se sienta mas cómoda en un lugar que en otro. Podrán ser las fuerzas
magnéticas o no, pero lo importante es saber detectar los lugares preferidos por las abejas en
forma natural, antes de ubicar nuestros colmenares. Orlando Valega
Por medio de la radiestesia se pueden determinar los lugares telúricos activos, lugares en que
siempre se ubican los enjambres. Personalmente medí con las varillas en “L” los lugares en que
se ubican los hormigueros, termiteros, avisperos y los enjambres y en todos los casos son
lugares telúricos activos. Ver “Energías telúricas y las abejas” Los enjambres se ubican en los
sitios “telúricos activos”, no importa la altura o profundidad, y la desisiòn no demora si
consiguen un lugar telúrico activo. Orlando Valega
Este es un material que da a conocer aspectos teóricos y otros muy empíricos sobre el
tema. Deseo que sirva de ayuda y de esclarecimiento del tema que lamentablemente pa-
ra algunos es brujería o magia, cuando en realidad es el conocimiento de las energías
que nos rodean y que por ser invisibles, no dejen de estar y afectar la vida del planeta.
Introduccion:
Energías Cósmicas
Son los influjos de los astros que penetran en la atmósfera y se transmiten al globo terrá-
queo, estabilizándose y complementándose con las energías telúricas.
Energías Telúricas
Son las que provienen, circulan y emanan continuamente de la superficie terrestre y del
subsuelo, estando muy relacionadas con las variaciones energéticas de la geo-magnetos-
fera, la electro-conductividad del terreno y las influencias gravito-magnéticas del Sol y
del resto del sistema planetario.
Distintos tipos de Energías Telúricas
Redes de Hartmann
es un sistema de líneas de radiación que en forma de una red o malla cubren todo el glo-
bo terráqueo.
Fallas en el terreno
Fracturas, fisuras, diaclasas y grietas; rompimientos en la corteza terrestre producidas
por fuerzas tectónicas de compresión, descompresión o tangenciales y acompañadas de
desplazamientos verticales, oblicuos o bien horizontales. Es muy peligroso vivir en su
vertical.
Cuevas y Cavidades Subterráneas
Son oquedades naturales de la tierra localizadas esencialmente en las regiones de relieve
cárstico. En ellas, al penetrar el agua en las capas calcáreas provoca la formación de re-
des hidrográficas subterráneas
Gases Radiactivos
Como el Radón, que se produce de la desintegración de minerales ricos en Uranio o en
Radio.
Venas de agua subterráneas y Acuíferos
Estas energías son muy negativas para las personas, animales y plantas, en especial
cuando coinciden con líneas o cruces de la red diagonal Curry, fallas, etc.,
Red Diagonal Curry
Retícula magnética orientada NE-SO Y NO-SE aproximadamente, de mayor tamaño
que la red Hartmann, orientada diagonalmente con respecto a ésta
Terrenos no Homogéneos
La desigual composición de los materiales geo-morfológicos de un terreno, producen
variaciones bruscas del campo magnético terrestre y de la electro-conductividad
Puntos Estrella
Son la concordancia o superposición de un cruce de la red ortogonal Hartmann, con la
red diagonal Curr
Las Energías Telúricas y Las Personas
Personas que viven en fallas geopáticas aumentan la agresividad. Bebés y niños al que-
rer huir de la zona caen de la cama, amanecen en poses raras o aparecen a menudo en el
dormitorio de los padres. Las personas que trabajan sobre franjas acusan: bajo rendi-
miento, falta de concentración, agotamiento y jaquecas. En general según la mayor o
menor intensidad de las radiaciones, el tiempo de permanencia sobre las mismas, predis-
posición de cada persona, puede afectarse de: Reumatismo, problemas circulatorios,
afecciones bronquiales, Artrosis, Alzheimer, Mal de Parkinson, Úlceras y Tumores. En
general estas afecciones no tienen explicación médica
Las Energías Telúricas y Las Plantas
La mayoría de las plantas necesitan para su buen desarrollo lugares libres de radiaciones
telúricas. Un árbol plantado en una zona inadecuada para él se desarrolla mal, en las
franjas de dichas radiaciones sobrevive y en los cruces (centros de mayor energía) mue-
re. Sus raíces crecen caóticamente, crían tumores, los resinosos presentan hendiduras o
ramificaciones de sus troncos, Otros crecen torcidos
Energías Telúricas y La Vida Animal
No gustan de estos lugares: vacas, caballos y perros. Tampoco gustan de ellas las aves
de corral y los pájaros. Gustan de estas radiaciones: los gatos, ratas, hormigas, abejas y
avispas, termitas, arañas, serpientes, mosquitos y cucarachas. Carlos Rodríguez Geobió-
logo solraca63@hotmail.com 099.152.953 Asesor Técnico Resonancia Biológica para
la Salud Uruguay (Alemania)
LOS ANIMALES:
¿EXPERTOS EN DETECTAR RADIACIONES?
Los perros evitan las influencias nocivas, y si rechazan un lugar determinado, en la casa
o al aire libre, es señal evidente de que éste desprende energías negativas. Las vacas,
asimismo, jamás permanecen mucho tiempo en lugares malsanos, y si se ven obligadas
a hacerlo dan menos leche, el pelo se les vuelve lacio e incluso pueden llegar a padecer
esterilidad. En zonas geopatógenas, las gallinas sufren pérdida de plumas y leucemia;
los caballos padecen enfermedades cardiacas, ceguera y reumatismo; ovejas y cerdos se
ven afectadas en el hígado (los augures romanos y de otros pueblos antiguos se especia-
lizaron en el análisis de las vísceras de esos animales).
Parece ser que la ubicación sobre un lugar telúrico activo, como bien saben los yoguis y los er-
mitaños, aumenta la vibración biológica de la colmena, permite la comunicación y la orienta-
ción geomagnética a mayor distancia e incrementa el radio de recolección. En función del cli-
ma y la latitud, se recomienda desplazar los colmenares en invierno, un metro hacia el Sur fue-
ra del lugar activo, para dar descanso a las abejas.
Un saludo muy cordial Carlos M. Requejo
Particularidades y preferencias a la hora de elegir su morada.
Bastante es lo que se ha escrito y estudiado sobre el proceso que denominamos
“enjambrazón” y que lleva a una familia de apis a su momento culmine, y quizás el más
importante dentro de sus propios fines: La reproducción.
Ya sea que esta familia esté instalada en una colmena proporcionada por un apicultor, o a su
aire en un ancestral árbol hueco, el instinto es irreprimible y, si se dan las condiciones
adecuadas, la colmena se divide partiendo con su soberana unas 10 a 12 mil abejas,
comenzando desde ese momento la aventura de fundar una nueva colonia.
No es la idea detenernos en las condiciones que propician y desencadenan este evento tan
significativo, sino mas bien intentar descubrir que es lo que sucede a partir de ese momento,
donde las abejas quedan muy vulnerables, colgando de alguna rama amontonadas en su
racimo, a pocos metros de su progenitora.
O acaso en vez de “progenitora” no es su hija a quien deja atrás?
Esto es lo primero que deberíamos aclarar, si pudiéramos:
Para la mayoría de los apicultores, la colmena madre es la que dio origen al enjambre y que
queda atrás cuando este parte, lo que suena lógico porque es donde se originó el mismo. Pero
si nos detenemos un segundo a pensar en el modo en que se desarrollan y reproducen las
abejas, nos encontraremos con que la soberana, la reina madre de todos los habitantes de la
colmena, en realidad se va del nido dejando a sus propias hijas ya instaladas, protegidas y con
reservas de alimento incluidas.
Entonces nos cabe la pregunta, si la verdadera “madre” o progenitora, no es acaso la que se va
liderando el enjambre: Para las abejas, quizás no para nosotros, sin dudas la respuesta es un si.
Esto porque el instinto y destino de las abejas es colonizar nuevas áreas, explorando
incansablemente en busca de mejores condiciones, utilizando para ello distintos huecos que
van encontrando en esas zonas por descubrir, donde van dejando instalados a sus hijos para
que compitan con los de otras familias vecinas, y así sobreviva y se reproduzca el mas apto, el
mejor preparado para ese entorno. Esto es más notorio, por ejemplo, en las africanizadas,
quizás un poco más vicerales y primitivas que sus parientes europeas.
Su vida entera es una incansable e interminable lucha.
Esto ha sido así desde siempre, y desde milenios el hombre ha sabido aprovechar este hecho
mediante distintas técnicas, a fin de obtener de estos enjambres ya convertidos en colmenas,
la codiciada miel de nuestras amigas.
Para ello se dispusieron como caza-enjambres, desde troncos ahuecados, tubos de cerámica o
barro, canastas de mimbre o paja, estructuras de piedra etc..Todos ellos dieron resultados y
permitieron al hombre obtener lo que buscaba, en muchos o casi todos los casos, en menor
medida de lo que permiten los sistemas reproductivos actuales
Hace varias décadas, el Dr. Thomas Seeley de la Universidad de Cornell en Ithaca EEUU, se
dedico a esta tarea disponiendo varios tamaños tentativos de “cazadoras”, para ver cual
resultaba mas atractivo a estos.
A través de su trabajo llego a la conclusión que el tamaño de colmena que mas atraía a un
enjambre vagabundo, eran las que tenían las dimensiones aproximadas a un alza standard o
cámara de cría Langsthrot, que tiene un volumen interior de 42 L aproximadamente.
También concluyo que era indiferente la posición de la entrada o piquera, aunque si era
representativo el tamaño de esta, eligiendo aquellos cebos que presentaban aberturas de
alrededor de 15 cm2 en su parte inferior y de preferencia de forma circular, quizás imitando lo
que en la naturaleza es mas común, como el hueco de un árbol practicado por un pájaro, o una
rama que se quebró dejando expuesto el interior a hongos e insectos, que con el tiempo dieron
forma al posible nido. También las madrigueras abandonadas de roedores y reptiles que suelen
ser morada para las abejas y que tienen esta forma en su entrada, podrían haber “fijado” este
criterio de búsqueda a través de los millones de años que vienen haciéndolo.
Al parecer, la altura de unos 4 a 5 metros del suelo, es otro factor que ayuda a la hora de
decidirse a un enjambre por uno u otro habitáculo, al igual que el hecho de estar casi a plena
sombra.
Se encontró conque los huecos sin “olor” ni rastros de anteriores familias de abejas, no eran
muy apetecidos, lo mismo que los que presentan ranuras o luces en el techo y que por ello
exponen el interior a las inclemencias del medio.
Igual sucede con los que se dispusieron expuestos directamente al sol, que tampoco les agrada,
y esto ya quizás por la dificultad de una nueva familia, con tan pocas abejas, en mantener
controlada su temperatura de manera eficaz.
Tampoco pareció relevante en el estudio del Dr. Seeley, la distancia a la que se disponía esta
cazadora respecto de la colmena que da origen al enjambre. Pero en esto nosotros si
encontramos una tendencia a preferir asentarse a no menos de 500 a 700 metros de su origen.
Sin dudas, todos datos muy valiosos para mejorar la puntería en nuestra “cacería”, y que son
producto del arduo y ordenado trabajo de este científico, que nosotros tomamos como punto
de partida para nuestras propias experiencias.
Ahora bien. ¿Que sucede en la práctica, cuando disponemos cazadoras considerando todas
estas características anteriores?
Fue en ese sentido que nos abocamos a la tarea de intentar descubrir que es lo que motiva a
los enjambres a optar por lugares que presumimos como “estratégicos”, donde todos los años
se producen capturas e incluso, si nos tomamos el trabajo de recolectarlos y re-ubicarlos ni
bien ingresan, podemos obtener varios de ellos en un mismo sitio, llegando quien escribe a ba-
jar ocho en un mismo lugar, como un caso excepcional.
Que es lo que sucede en estos sitios?
Aun poniendo a escasa distancia de estos sitios especiales otra cazadora de idénticas caracte-
rísticas, esta parece ser ignorada constantemente a lo largo de los años, como si no existiera,
mientras “el sitio” da sus frutos casi sin fallar nunca.
Incluso en mi caso opté por colocar las mismas cazadoras que antes habían sido aceptadas,
en la idea de algún contaminante en las nuevas que motivara al rechazo que obstinadamente
recibían año tras año. Estas cazadoras ya aceptadas, donde ya habían entrado enjambres re-
petidas veces, fueron entonces trasegados a nuevas colmenas y al reposicionadas a unos me-
tros de ese “sitio”, cuidando de mantener las mismas condiciones del anterior.
El reusltado….nada, volvían a entrar en el exacto lugar de antes, ignorando estos nuevos em-
plazamientos.
Para dilucidar un poco esta cuestión, aun sin ser científicos, es que se utilizaron diversos pro-
ductos para “igualar” olores dentro de las cazadoras, recurriendo para ello a cera derretida, pro-
póleos, cebos de feromonas artificiales etc..todo de una misma partida, para asegurarnos que
“olieran” igual para nuestras amigas. Así formamos grupos de cazadoras “igualadas” en olor,
unos sobre sitios donde ya se sabia que ingresaban enjambres, y otro grupo sobre sitios cerca-
nos, pero desconocidos.
Sin embargo, nada cambió, y los sitios donde ingresaron fueron los mismos de todos los años,
pero si prefiriendo ya sobre estos sitios conocidos, los que contenían panales negros por sobre
el resto, e ignorando casi siempre aquellas cazadoras que habían sido dejadas como “testigos”,
donde no se utilizó ningún aroma en particular, mas que la propia madera o cartón según fuera
el caso, lo que en cierta humilde forma, corrobora lo que hallara el Dr. Seeley: Lo nuevo y sin
olor a colmena, no es muy tenido en cuenta.
Cedimos entonces a la idea de que la atracción, quizás no es solo el “hueco” en si, sino
que este debe además encontrarse enclavado en un sitio de ciertas características geo-
lógicas, o mejor dicho: bio-geológicas.
Aquí comenzamos a transitar por caminos que ya escapan al rigor de la ciencia, donde
no todo es explicable pero si comprobable, pues es repetible, por lo que al menos en mi
caso me decidió a continuar porque no hay nada que perder, solo basta probar.
Este camino se llama radiestesia que practican los Zahoris, y resulto ser una herramien-
ta clave a la hora de instalar cazadoras (y colmenas) y que según la experiencia de 4
años llevada a cabo, marco la gran diferencia entre el 40% de los comienzos y el más de
80% de capturas posibles hoy, obtenidas utilizando este recurso.
Para ello contamos con la ayuda del Sr. Jordi Pascual, geo-biólogo y zahorí de España, quien
desinteresadamente prestó su tiempo y conocimiento para con quién escribe y quienes se su-
maron, instruyéndolo pacientemente en este arte a fin de poder ubicar estos sitios y realizar
“mediciones” sobre los lugares donde ya se encontraban enclavadas mas de 200 familias sal-
vajes que fueron estudiadas, para tener una idea de que es lo que les gusta en condiciones na-
turales y así saber por donde comenzar
.
Así, poco a poco fueron saliendo a la luz varios indicios que revelaron la importancia que tiene
para las abejas, el encontrarse alojadas sobre los denominados “cruces telúricos“.
Los “porqués” de este hecho y sus respuestas, son todos de origen práctico, sin validación
científica alguna, pero entre ellos figuran el mejor desarrollo de bacterias y hongos sobre estos
sitios, que al parecer ayudan en la preparación del pan de abejas, comida esencial para la cría,
al igual que sucede con las hormigas que gustan de hacer sus nidos sobre los mismos lugares,
y en cuyo interior también se manifiesta esta transformación de vegetales por medio de hongos
y bacterias.
Esto se probó con otra experiencia, que consistió en dejar en fermentación el preparado de pan
de abejas (artificial), colocando unas muestras sobre sitios de cruces de lineas Hartman, pre-
viamente identificados, y otros sobre zonas neutras, o sin alteraciones energéticas.
Los resultados fueron concluyentes, y es evidente que algo pasa en los sitios geopatogénicos,
que favorece el desarrollo de la micro-fauna, como hongos y bacterias, muy superior al resto y
llegando en varios casos a “agriarse” el preparado dejado en lugares neutros, quizás por la falta
de rápido desarrollo de levaduras que dio más tiempo a las bacterias que echan a perder todo.
Otro detalle:
Hay alrededor de 8,000 microbios que han sido aislados que viven en una colmena sana y en
el estómago de una abeja sana. Muchos de los que conocemos son necesarios para la fermen-
tación del pan de abeja (polen, nácar, varias bacterias, algunas levaduras y otros hongos). Si el
polen no fermenta, las abajas no lo puede digerir. También la bacteria que vive en el estómago
de las abejas sustituye a muchos patógenos. También tenga en mente que esta ecología de
más de 8,000 microbios vive en equilibrio. Incluso los patógenos previenen de otros patógenos.
Sabemos que el hongo de cría calcificada previene el loque europeo y el hongo de la cría petri-
ficada previene Nosema. Existen muchos balances de este tipo en una colmena sana. Michael
Bush
Si las energías telúricas influyen en la actividad de estos 8000 germenes utiles para la colme-
na, es de suponer que al no estar en esos lugares de gran actividad energética sufrirán algún
desequilibrio en la salud. Orlando Valega
Igualmente, las cazadoras que se instalaron sobre cruces energéticos especiales, como el que
se produce al cruzarse dos lineas Hartman, o una de estas y una vena de agua subterránea,
o cruces dobles, como Hartman y Curry, o una falla geológica y cualquiera de las anterio-
res, proporcionan verdaderas sorpresas a la hora de cuantificarlos en capturas y no termina
allí, pues la sanidad y el desarrollo de las familias que se dejan crecer en estos lugares espe-
ciales, es muy superior al resto, que serian las que se hallan en sitios neutrales, aunque tam-
bién hemos notado un incremento en su nivel de respuesta o defensa, mostrándose menos
predispuestas a ser “manoseadas” que las que están fuera de cruces energéticos.
Lo más llamativo y que nos da a entender cuán importante es para ellas esta condición, es que
para una colmena que ya estaba instalada exactamente sobre un cruce telúrico, moverla
unos pocos centímetros implica que ellas desplacen el nido de cría hacia ese sentido, pegándo-
lo a una de las caras de la colmena. Al volverla a su lugar original, el nido nuevamente es “cen-
trado” siguiendo la posición del cruce. Una llamativa necesidad de estar sobre ellos y que cual-
quiera de nosotros puede comprobar si deja de lado algunos prejuicios y se decide por probar.
En este camino ya había realizado trabajos el colega Orlando Valega de Corrientes, Argentina,
de cuyos valiosas experiencias nos nutrimos para intentar profundizar un poco mas.
A mi entendimiento, esto sigue siendo algo difícil de explicar de manera racional, pero
los resultados son los que mandan y a ellos debo atenerme a la hora de ofrecer nuestra
experiencia, y ese 40% de capturas extra utilizando este medio, sin dudas lo amerita.
Otro factor decisivo para nuestras pobres abejas en busca de hogar, para mi el mas importante
y que supera ampliamente a todo lo anterior, es la presencia de aromas, feromonas y demás,
que indiquen a las abejas que en ese hueco antes habitó una familia de apis, como panales
negros y perfumados por el uso de una reina, o mejor aun, los restos de los panales negros,
que hayan contenido cría y polen, una vez consumidos por las polillas de la cera, y reducidos
tras dos a tres años a un polvo negro, muy fino y aromático, colocado aun en pequeñas
cantidades (una cucharadita basta) dentro de las cazadoras, oficia un verdadero milagro.
Este conocimiento nos llego de la mano de Salvador Santonja, de España, quien nos regalo la
receta de su “esencia milenaria” que es como él mismo ha dado en llamar a este polvo, y que
se dedica desde hace años a reubicar los enjambres que entran en su pueblo, para llevarlos a
ciertas zonas destinadas para ello. Otra enriquecedora experiencia que nos decidimos a
probar, y que parte de ella se puede ver en internet, en http://www.youtube.com/watch?
v=b5I8TukvjEk
Quizás esto nos lleva a considerar una hipótesis un tanto naturista en los motivos que tiene un
enjambre al decidirse por un lugar u otro, pues es sin dudas este material lo que encontraría
una abeja exploradora que esta en la búsqueda de un nuevo hogar, cuando se topa con una
colmena ya vacía, abandonada y “limpia” de panales, pues son las polillas de la cera las únicas
encargadas de descomponer este material, que de otro modo permanecería inalterado por mu-
chos años, guardando en ella las bacterias y hongos que posiblemente mataron a la anterior.
Este pequeño insecto, odiado por muchos apicultores por el daño que causa en los galpones
donde guardamos material, muestra así su verdadera función en la naturaleza.
Sea como sea, este es “el” cebo para atraerlos, y que no hace menos importante todo el resto
de trabajos y consideraciones, pero que no debería faltar en la caja de herramientas de quién
quiera lograr el éxito. La preparación toma tres años, hasta que os panales se reducen a polvo
fino y negro, pero al año ya comienza a funcionar bastante bien.
Si conseguimos reunir una cazadora con todos estos requisitos que nos sugiere el Dr. Seeley,
a la vez que las ubicamos sobre sitios telúricos utilizando la radiestesia (o buscando hormigue-
ros que se encuentran generalmente sobre esta clase de sitios) y las perfumamos con la esen-
cia milenaria de Don Salvador, no es de extrañar que varios años rondemos el 90 a el 100% de
capturas, transformándose así en un valioso recurso, que nada tiene que envidiar al mejor sis-
tema empleado por la técnica convencional o intensiva, incluso superándolo.
Aquí van una serie de gráficos, donde se vuelca la información recopilada, para hacer mas fácil
su comparación y entendimiento.
Los datos corresponden a la experiencia con caza-enjambres entre la primavera de 2010 y
2012 inclusive para completar tres ciclos, el primer gráfico para los caza-enjambres ubicados
sin el uso de la radiestesia (al azar, es decir que puede o no estar sobre un sitio especial) y el
siguiente cuadro mostrando los resultados, pero ya con el empleo de esta herramienta que
en mi caso fueron las varillas en “L”.
Grafico 1
Veamos ahora los resultados en todos estos grupos para las mismas fechas y en ubicaciones
muy cercanas, pero utilizando la radiestesia para enclavárlos en cruces de lineas Hartman.
Grafico 2
Conclusión.
En resumen y según la experiencia llevada a cabo, los enjambres a la hora de optar por un nuevo hogar
prefieren los sitios que ya han sido utilizados anteriormente por familias de abejas, y en ello el polvo de
panales negros procesados ´por las polillas es decisivo, que estén en condiciones para poder mantener co-
rrectamente su temperatura (media o plena sombra), sin luces o grietas en el techo del hueco , de piquera
o entrada redondeada y de no mas de 15 cm cuadrados, que estén a una altura de 4 a 5 metros del suelo,
con un volumen interior de alrededor de 40 L y que estén enclavados sobre un cruce telúrico de lineas
Hartman.
Pablo H. Baroffio
La Granja -Cordoba – Argentina