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CÓMO CAZAR UN ENJAMBRE DE ABEJAS

 Ha llegado la primavera. Y no lo sabemos por el anuncio de “El corte inglés”, sino porque
ya están aquí el buen tiempo y las flores, consecuentemente estamos en época de
enjambres.
 Y para ello, en el post de hoy, nuestro buen amigo Juan Sebastián, un apicultor curtido en
mil batallas, nos hablará de algo que muchos de los que estáis empezando os
preguntáis: cómo cazar un enjambre.
 Aunque antes de empezar, quiero hacer referencia a una serie de matices que debemos
tener en cuenta:
 – Primeramente, debemos sacar nuestro lado más escéptico y preguntarnos ¿Porque ese
enjambre ha llegado ahí? Una de las razones puede que sea que algún apicultor de la zona
no haya podido controlar la enjambrazón y se le haya escapado (para colmo de sus males).
Tenemos la oportunidad de atrapar un enjambre que nos esperará para que le demos una
cálida acogida en nuestro colmenar.
 Pero no siempre es tan bonito, porque tal vez haya enjambrado por una infestación de
Varroa. O peor aún, que la reina, por genética, tenga tendencia al enjambrazón. ¿Cómo
lo sabríamos? Si llega el mes de Octubre y la colmena quiere enjambrar, ya no hará falta la
prueba del algodón para demostrarlo. Esa reina deberemos reemplazarla: ganaremos una
colmena y nos evitaremos  problemas…
– Por otra parte, la colmena es un mundo olores, y no hay nada que le guste más a la abeja
que un cuadro de cera vieja estirado. Si podéis disponer de uno, sin duda utilizadlo.
 – Por último y de manera orientativa, podemos llegar a atribuir la edad de la reina a la
altura en la que se encuentre el enjambre situado. Cuánto más bajo esté, en la mayoría de
casos, más edad tendrá la reina. Y no nos engañemos, encontrarnos con un enjambre que
lleva años instalado, a priori da muy buenas sensaciones ¿o es que no tiene mérito aguantar
por “su propio pie” a todas las enfermedades e inclemencias que tiene que sufrir?
 Bueno, ¡al turrón! Dejo el paso a Juan:
Cuando nos referimos a cazar un enjambre no simplificamos a la “pelota” que cuelga de un
techo, son muchas las técnicas y las posibles complicaciones las que alberga este
fenómeno.
Como preámbulo, quisiera hacer un pequeño referente al enjambrazón y explicar a que se
debe: Con la llegada del buen tiempo, la abeja aumenta su puesta preparando su batallón
para recolectar néctar, llegando a estar en algunos casos todos los cuadros con cría. Nos
encontramos con  ello una saturación de abeja en la colmena, impidiendo que se reparta
homogéneamente la  feromona real. Ipso facto, las obreras comienzan a preparar celdas
reales para una migración, generalmente a los bordes de los cuadros de cría en la parte
inferior. Éste es un indicador del fenómeno, así como también la “barba” en la piquera.

Celdas de enjambrazón. (No confundir con las celdas de reemplazo o de emergencia)


Nos solemos encontrar con tres métodos de caza:
 El primero y más común es el de la “pelota”, es cuando la abeja recién salió y
queda suspendida en un árbol o en algún balcón a la espera del regreso de las
rastreadoras para su viaje definitivo a un lugar más acogedor. Aquí simplemente nos
colocamos debajo con un núcleo y nos aproximamos lo máximo a “pelota” y con un
golpe seco y preciso lo invitamos a entrar en su nuevo hogar, cerramos la tapa y
dejamos la piquera abierta en el suelo y la abeja resabiada entrará por si sola al
anochecer, momento en el que debemos llevarlo a nuestro emplazamiento.

 El segundo y el más cómodo son las trampas. Colocamos en el monte o cerca de


NUESTROS colmenares (no seáis pájaros…) un núcleo con un cuadro de cera
vieja, uno con polen, dos láminas y lo ponemos en la cruz de un árbol o encima de
algún ribazo. Siempre podemos echar productos caza-enjambres para asegurarnos el
éxito de la trampa. Aquí, como en la vida, la suerte jugará un factor importante.
 El tercero y el que más toca narices es cuando te llama la señora de la otra avenida y
te dice que tiene un enjambre. Cuando vas, está dentro de la chimenea o en un
agujero y lleva 4 años ahí.  Éste os aconsejo contar con la opinión de un albañil
antes de coger mazo.En el caso de que hayamos accedido a la colonia lo que
debemos hacer es ir separando los paneles de cera desechando los que no tienen
cría, y estos los colocamos en un cuadro SIN CERA dándole un par de vueltas con
un alambre sujetándolo al alambre de tensión, generalmente si hacemos un manejo
pausado y adecuado la reina permanecerá en estas laminas, intercalamos cuadros
con láminas para evitar que se peguen los cuadros, dejamos el núcleo a la espera
que la reina se retire a su interior. Otra variante es cuando no podemos acceder a la
colonia pero si a su entrada, entonces ahumamos intermitente por la entrada y
esperamos a los intervalos a que la abeja salga, cuando detectamos la reina la
introducimos en un porta reinas, y la colocamos dentro del núcleo, acto seguido
tapamos la entrada del emplazamiento anterior, porque en caso de no hacerlo la
mitad de la colonia volverá para cubrir la cría,y por ultimo si este método no
funciona, cortamos la punta de una botella, le colocamos un globo cortado en el
tapón permitiendo que la abeja salga pero no pueda volver a entrar dejando la cría
sola y liberando al fin el emplazamiento.
Paso 1. COMPRENDER
 Entender los por qué del fenómeno que llamamos enjambrazón reviste una capital
importancia a la hora de recoger un conjunto de abejas que podría engrosar nuestro
colmenar o adentrarnos en el adictivo mundo del arte de la apicultura. Entender por qué
sucede, cuando sucede y a qué responde, podrían darle las señales y pistas adecuadas a
quien quiera dedicarse a la apicultura.

Con la llegada de la primavera, las colonias disponen de mayor cantidad de reservas y


tienden a mostrar una mejor salud y, consecuentemente, son proclives a multiplicarse de
manera exponencial. La teoría popular sugiere que las colmenas enjambran por falta de
espacio; y si bien esto es en parte cierto, no es la única variable que hace que las abejas
asuman el comportamiento de enjambrazón. Ahora bien, dicho esto, también es menester
decir que si bien la enjambrazón es un fenómeno reproductivo de las colmenas, no es el
único, ya que existen dos maneras en que una colmena puede propagar su genética: Una es
a través de la producción de zánganos y otra a través de la división de la colonia. Quienes
asistieron a cursos de apicultura impartidos por La Tienda del Apicultor saben que en la
decisión de reproducirse juegan un papel muy importante las feromonas, la entrada de
polen y el nivel de vitelogenina.
Así pues, tenemos que, comparada con la riesgosa e incluso onerosa empresa que es
producir un enjambre, la cría de zánganos es una apuesta relativamente poco costosa
para la colmena y asegura que una porción de sus genes pasarán a las siguientes
generaciones. A través de la producción de miles de zánganos, las colonias obtienen
la posibilidad de diseminar su genética cuando éstos se aparean con las reinas
vírgenes de otras colonias.
Paso 2. NO TEMER ¿ENJAMBRARÁ O NO ENJAMBRARÁ?
Para aquellos apicultores que recién se inician –e incluso para los ya iniciados que
viven obsesionadoscon que las colmenas les van a enjambrar-, nos gustaría dejar aquí
claro que, por regla general, las colmenas crían zánganos solamente cuando la colonia ha
alcanzado un tamaño sustancial, y a la vez hay una entrada abundante de polen, lo cual
desencadena una cascada de señales feromónicas resultantes en una población
de nodrizas con altos niveles de vitelogenina y capaces de producir jalea real en
abundancia, desatándose así una intensa sucesión de bucles de feromonas reales y de cría.
Cuando la nutrición de la colmena es deficiente no hay zánganos, o bien los pocos
restantes son desahuciados sin compasión.
Paso 3. ACTUAR
Como regla general, un enjambre recién salido no pica, y su defensividad irá en
aumento conforme pase el tiempo. Este es un punto importante a la hora de
sugerir medidas de seguridad y comportamiento a las personas que nos pudiesen dar el
aviso por la presencia de un enjambre. En La Tienda Del Apicultor creemos además que es
un buen momento para hacer un poco de didáctica sobre la apicultura, la función de la
abeja en la naturaleza, su papel como bioindicador y la importancia de que
existan apicultores. Es este un buen momento para dignificar nuestra profesión, e incluso
mostrar sucintamente la función social del apicultor que recoge altruistamente un
enjambre y dejar una impronta importantesobre todo en niños, que son quienes se
aproximan a este fenómeno con menos prejuicios.
Recoger un enjambre en el medio rural o en el medio urbano presenta características
obviamente diferentes en cuanto al tipo de alojamiento que las abejas prefieren en uno u
otro sitio. Evidentemente es más fácil cazar un enjambre en el campo, sobre un árbol o
en un poste que tener que desalojarlo de un taparrollos, de un nicho de un cementerio o de
un agujero en la pared.
El apicultor debe dotarse de protección adecuada, ya que además de transmitir una imagen
de precaución y de seguridad, ejerce una didáctica tácita sobre quienes le observan:
Nunca debe olvidarse que las abejas pican y que los accidentes ocurren.
Las reinas más viejas tenderán a posarse más bajo, y las más jóvenes se ubicarán más
arriba. Esta es una apreciación generalmente cierta, que nos permitirá evaluar la edad de
las reinas que acompañan al enjambre, además de condicionar la estrategia que
desplegaremos en cada situación.
Enjambre en zambomba
 Para el caso en que nos encontremos un enjambre colgado de algún árbol o estructura, lo
primero, una vez que hayamos establecido un perímetro de seguridad para impedir que
piquen a curiosos, es tener preparado un núcleo donde alojarlo. Ahora bien, dicho esto,
también reconocemos que no siempre tenemos a mano los elementos más adecuados para la
recolección de un enjambre; por lo tanto, deberemos improvisar de la mejor manera
posible: una caja de cartón cerrada, un saco de tela, una bolsa o cualquier elemento de la
misma naturaleza que nos permita capturar y transportar nuestras abejas hasta su nueva
casa nos será útil. Cabe recordar que la apicultura requiere grandes dosis de imaginación y
creatividad: este es pues, un excelente momento para ponerlas en práctica.
El proceso de recolección del enjambre tiene elementos comunes para todas las situaciones,
y es muy sencillo. Cuando está colgado, se trata simplemente de hacer caer el enjambre en
el recipiente dando un golpe seco en el apoyo donde estén ubicadas las abejas.
En el caso de que estén en una pared, se cepillan con suavidad haciendo que caigan dentro
del envase de que dispongamos. A falta de cepillo, improvisaremos uno con los materiales
que tengamos a mano, un cartón, una ramita, etcétera.
Ahora bien, cuando el enjambre se ha alojado en el interior de una vivienda, es prudente
cerciorarse de que retirarlo no representará mayor daño que el que se quiere
evitar. Hay veces en que desalojar un enjambre requiere destruir media casa, con lo cual es
tristemente claro que se imponen medidas más drásticas y menos afines a la sensibilidad del
apicultor.
En todos los casos, el principio de recolección de un enjambre se basa en recoger junto
con éste a la reina que le acompaña, ya que ello asegurará que las abejas no quieran
volver a ubicarse en el sitio original. Sabremos que hemos capturado a la reina cuando
veamos que las abejas, utilizando las glándulas de Nasanoff comiencen a llamarse y
agruparse en el interior del recipiente que hayamos utilizado.

Como quiera que sea, algunas abejas continuarán revoloteando confundidas por los


aromas que se hayan impregnado en el sitio donde se hayan posado originalmente. Aquí, si
las condiciones lo permiten cabe esperar hasta que todas se hayan reagrupado en el
interior del recipiente utilizado. Si ello no fuera posible, se retira directamente el enjambre
a su destino final. Las abejas remanentes permanecerán durante algún tiempo en las
inmediaciones y al cabo de un tiempo desaparecerán sin representar peligro para los
viandantes.
Los enjambres, luego de capturados se colocan en colmenas o núcleos en su lugar
definitivo, se les acompaña de cera estampada y alimento y en poco tiempo estos se
transforman en colmenas sanas y productivas. De todas maneras, siempre se debe tener la
precaución de observar su comportamiento, pues algunos vienen con reinas muy
enjambradoras, de colmenas enfermas o parasitadas. Una buena práctica sería cambiar
las reinas por otras de características conocidas.
Esto es, sucintamente lo que tenemos para decir en cuanto a enjambres. En otro post
hablaremos de un comportamiento involucrado en la enjambrazón que presenta
características fascinantes ya que determina la interrelación entre las abejas y su aparente
comportamiento inteligente. Tal comportamiento es llamado estigmergia.

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