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3.2. AL-ÁNDALUS: REINOS DE TAIFAS. REINO NAZARÍ.

Periodo dentro de Al-Ándalus, ocupa desde 1031 (caída del califato de Córdoba debido a
una serie de causas como: deficiente integración territorial, divisiones étnicas, ausencia de
una clase media importante, militarización del poder, y debilidad del poder central) hasta
1492. No es un proceso homogéneo, ya que entre medias de los tres reinos de taifas, hay
dos invasiones: la de los almorávides y la de los almohades, procedentes del norte de
África.
- Primeras taifas (siglo XI) e invasión almorávide.
- Segundas taifas (siglos XI-XII) e invasión almohade.
- Terceras taifas (siglos XII-XIII).

A la muerte de Almanzor sus hijos trataron de mantener la dictadura, pero se sucedieron


rebeliones de gobernadores provincials, que independizaron su territorio. Ante esta situación,
en 1031 desapareció el Califato de Córdoba y se formaron los reinos de taifas.
Los taifas son reinos independientes dentro de Al-Ándalus, inicialmente 26. Aunque
después se reducen por incorporación o anexión de los más pequeños a otros mayores. Con
los primeros reinos taifas se inicia la disgregación política de Al-Ándalus y marca el
comienzo de la decadencia del imperio musulmán y de un progresivo debilitamiento frente a
los reinos cristianos. Los reinos de taifas los podemos clasificar en tres grupos, dependiendo
de su composición étnica y cultural: los árabes (Sevilla, Córdoba, Badajoz, Toledo y
aragoza), los beréberes (Málaga y Granada) y los eslavos (Valencia, Murcia, Játiva y
Tortosa).
Durante esta época se reproducen los enfrentamientos internos con el fin de imponerse
unos sobre otros (destacarán sobre todo Zaragoza y Sevilla (del rey Al-Mutamid)), pero al no
tener ninguno fuerza suficiente recurren a la ayuda de los reyes cristianos, quienes se la
conceden a cambio de compensaciones periódicas o pago de un tributo (“parias”). Después
de la conquista de Toledo por Alfonso VI en 1085, casi todos los reinos de taifas pagan
parias al rey de Castilla. La decadencia política no significa, sin embargo, la decadencia
cultural, ya que es en esta época cuando los taifas, quieren asombrar con su cultura y hacen
grandes palacios, como la Aljafería de Zaragoza o la Alcazaba de Málaga.
Tras la conquista de Toledo por Alfonso VI, los reyes de Sevilla, Granada y Badajoz
reclamaron el apoyo de los almorávides (“monjes soldado”). Estos se caracterizaban por un
gran fanatismo religioso, y eran partidarios de la guerra santa. Acudieron en su ayuda,
dirigidos por Yusuf Ibn Tasfin, y derrotaron a Alfonso VI en Sagrajas (Badajoz) (1086).
Supuso la desaparición de los reinos de taifas y Al-Ándalus pasó a formar parte del imperio
almorávide (1090-1145). Al ser derrotados estos por los cristianos, comienzan los segundos
reinos de taifas, mucho más debilitados, que durarán hasta el 1170, cuando se establece el
imperio almohade, debido a la petición de ayuda por parte de los musulmanes ante el
avance Cristiano.
Los almohades (“defensores de la unidad”), menos radicales que los almorávides en la
interpretación del Corán, derrotaron a Alfonso VIII en la Batalla de Alarcos (1195) y
establecieron la capital de su imperio en Sevilla donde realizaron interesantes obras
arquitectónicas (Alcázar de Sevilla, Giralda y Torre del Oro). Finalmente en las Navas de
Tolosa (1212) fueron derrotados por una coalición de reyes cristianos y, aunque
momentáneamente resurgieron unos nuevos reinos de taifas, los terceros, casi todos
pasan en muy poco tiempo a manos de los cristianos, excepto el reino nazarí de Granada,
que persistirá hasta 1492 cuando sea conquistado por los Reyes Católicos.
La última invasión norteafricana fue la de los benimerines, que llegaron a ocupar Ceuta
y entraron en la Península, pero fueron derrotados por los cristianos en la batalla del río
Salado (1340), cerca de Tarifa (Cádiz).

El reino de Granada (1237-1492) fue fundado por Muhammad ibn Nasr (I), del linaje árabe
de los Nasrí o Nazaríes quien se rebeló contra los almohades y se proclamo sultán en 1232
en Arjona. El reino abarcaba aproximadamente las actuales Granada, Almería y Málaga.
Durante sus dos siglos y medio de existencia, sufrió disputas internas casi constantes, el
pago de parias y vasallaje a Castilla. Destacaron sus realizaciones culturales como la
Alhambra que deslumbraron a los reyes cristianos. Finalmente, los Reyes Católicos
emprendieron una guerra de conquista de diez años de duración (1482-1492) que concluyó
con la incorporación definitiva del reino de Granada a la Corona de Castilla. Así desapareció
el último estado musulmán de la península, ocho siglos después de la conquista.

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