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Camina a la madurez

Hablemos de la madurez, pero ¡créeme! Nuestra intención no es hacerte la vida


más aburrida, es todo lo contrario. Deseamos que puedas ver los hermosos colores
que esta generación quiere esconder mientras te presiona a vivir en un mundo
eternamente infantil.

Un llamado a la madurez

El llamado a la madurez no te lleva en vía contraria al gozo, más bien te invita a


vivir a plenitud la etapa de vida en la que te encuentras. Fuiste creada para crecer,
no para quedarte siendo una adolescente, el desarrollo es parte vital de lo que
significa estar vivo. Sin embargo, la cultura que nos rodea nos hace creer que es
mucho mejor entretener nuestros sentidos y apagar nuestras conciencias.

Ese estilo de vida desenfrenado, que no asume responsabilidades y que solo «vive
el momento» puede lucir más atractivo, pero a la larga solo atrofian tu capacidad
de experimentar un gozo pleno.

El llamado a la madurez es un llamado a la coherencia. Si confiesas que Jesús es el


Señor de tu vida, entonces Su gobierno tiene que evidenciarse en tus acciones. No
podemos decir que amamos a Dios y a la vez hacer con nuestras vidas lo que nos dé
la gana. Si lo piensas bien, te darás cuenta que todo lo que alimenta un estilo de
vida inmaduro es incoherente con el fruto del Espíritu.

La fuente de la madurez

Es por eso que el primer paso a la madurez, en cualquier etapa de la vida, es rendir
nuestras vidas al señorío de Cristo. Todo lo demás fluye de ahí. En la medida en la
que nosotras permanezcamos en Su Palabra y mientras más le amemos de todo
nuestro corazón, obtendremos la clave para cultivar la madurez: la obediencia.

Una persona madura hace lo correcto, en el momento correcto y con la motivación


correcta.

No es tan difícil como parece, suena pesado, pero nuestro amor por Cristo hace que
la carga sea ligera. Así que, antes de salir corriendo a «arreglar» tu problema de
inmadurez, considera si en realidad has rendido cada área de tu vida a Cristo.
Arrepiéntete de todo trazo de rebeldía y corre a la Palabra de Dios. Llénate de Su
verdad y deja que tus afectos sean despertados por ella. Ama a Dios por encima de
todo y que ese amor sea lo que te impulse a vivir en obediencia hasta en los detalles
más desapercibidos de tu vida.
Los frutos de la madurez

Al rendirte a Cristo y al permanecer en Su amor querrás obedecerle. En ocasiones


será una obediencia costosa porque será difícil pues la madurez es contracultural,
pero te proveerá de un gozo que nadie podrá destruir. Aunque no lo creas, no existe
algo que hermosee más a una mujer joven que la obediencia piadosa.

Aquí te comparto algunas maneras en las que esa madurez y obediencia se ve


reflejada en el día a día:

 Cuando haces de la Palabra de Dios la autoridad de tu vida y sometes tus


decisiones y sentimientos a la Verdad. (2 Timoteo 3:15-17)
 Cuando defines tu identidad con lo que Dios ha dicho de ti, en lugar de
dejarte definir por las opiniones de los demás o las mentiras de los medios
de comunicación. (2 Corintios 5:17, 1 Pedro 2:9, Juan 1:12)
 Cuando te sometes gozosa y voluntariamente a tus padres y a las autoridades
dadas por Dios. (1 Pedro 2:13)
 Cuando dispones tu mente para actuar correctamente y ejercitas el dominio
propio. (1 Pedro 1:13)
 Cuando eres intencional en darle muerte a tus pasiones pecaminosas y
persigues la santidad. (Romanos 8:12-14)
 Cuando piensas antes de actuar y ejercitas el músculo de la prudencia.
(Proverbios 22:3)
 Cuando estimas a los demás como más importantes que ti misma y muestras
respeto a quienes te rodean. (Filipenses 2:3-4)
 Cuando invitas el consejo de mujeres mayores y cultivas relaciones
intrusivas que te ayuden en tu crecimiento. (Tito 2:3-5)
 Cuando eres pronta para confesar tu pecado y pedir perdón. (Santiago 5:16)

Camina a la madurez

Quizás sientas que es imposible llegar ahí, y no te puedo mentir, es imposible


hacerlo en nuestras propias fuerzas, pero si permanecemos en Cristo tenemos una
esperanza. ¿Sabes cuál es? ¡Dios ha prometido llevarnos a la madurez y
santificarnos! Podemos confiar, Él está obrando en nosotras para llevarnos a la
estatura de Cristo. Pero Él no está trabajando solo, Él nos ha invitado a colaborar
en su obra de santificación. Así que no pienses que esto llegará del cielo como un
polvillo mágico. Porque Dios está obrando, nosotros también tenemos que obrar.

«Esfuércense por demostrar los resultados de su salvación obedeciendo a Dios con


profunda reverencia y temor. Pues Dios trabaja en ustedes y les da el deseo y el
poder para que hagan lo que a él le agrada». -Filipenses 3:12b-13 (NTV)

Camina a la madurez porque en Cristo tienes todo lo que necesitas. Él ha provisto


todo lo que esta aventura requiera para ti. Te lo digo otra vez, todo lo que necesites
para crecer en obediencia y en piedad está disponible, ¿lo crees? ¿Vas a apropiarte
de esa verdad y a caminar en la dirección correcta?
https://www.avivanuestroscorazones.com/joven-verdadera/blog/camina-la-
madurez/

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