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Una historia de la lectura

(Fragmento)
Alberto Manguel

Los lectores de libros, una especie a la que, sin saberlo, me estaba


incorporando(siempre sentimos que estamos solos ante cada , y cada
experiencia, desde que nacemos hasta que morimos, nos parece
espantosamente única), amplían o concentran una función que nos es
común a todos. Leer letras en una página no es más que una de sus muchas
formas. El astrónomo que lee un mapa de estrellas que ya no existen; el
arquitecto japonés que lee el terreno donde se va a construir una casa para
protegerla de las fuerzas malignas; el zoólogo que lee las huellas de los
animales en el bosque; la jugadora de cartas que lee los gestos de su

compañero antes de lanzar el naipe ganador; el


bailarín que lee las anotaciones del coreógrafo y el
público que lee los movimientos del bailarín sobre el
escenario; el tejedor que lee el intrincado diseño de
la alfombra que está confeccionando; el organista
que lee al mismo tiempo diferentes líneas de música
orquestada; el padre que lee la cara de su bebé
buscando señales de alegría, miedo o asombro; el
adivino chino que lee las antiguas marcas en el
caparazón de una tortuga; el amante que de noche
lee a ciegas el cuerpo de su amada; el psiquiatra que
ayuda a los pacientes a leer sus propios sueños
desconcertantes; el pescador hawaiano que lee las
corrientes marinas hundiendo una mano en el agua;
el granjero que lee el clima en el cielo; todos ellos
comparten con los lectores de libros la habilidad de
descifrar y traducir signos. Algunos de esos actos
están matizados por el conocimiento de que otros
seres humanos la cosa leída con ese propósito
específico -la notación musical o las señales de
tránsito, por ejemplo-, o que lo hicieron los dioses,
en el caparazón
Caparazón de la tortuga, en el cielo nocturno. Otros están relacionados con
el azar.
Y sin embargo, en todos los casos, es el lector quien interpreta el
significado; es el lector quien atribuye (o reconoce) en un objeto, un lugar o
acontecimiento cierta posible legibilidad; es el lector quien debe adjudicar
sentido a un sistema de signos para luego descifrarlo. Todos nos leemos a
nosotros mismos y el mundo que nos rodea para poder vislumbrar qué
somos y dónde estamos . No podemos hacer otra cosa que leer. Leer, casi
como respirar, es nuestra función primordial.

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