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Freire describe 3 etapas de la lectura en su desarrollo. La primera es la "lectura del mundo", aprender a interpretar los símbolos y señales del contexto inmediato como los colores de las frutas o el comportamiento de los animales. Esto precede a la lectura de palabras escritas. Lograr esta lectura simbólica del contexto requiere de observación y análisis. La segunda etapa es la introducción a la lectura de palabras con los padres. Finalmente, Freire argumenta que no es posible una lectura crítica si no se
Freire describe 3 etapas de la lectura en su desarrollo. La primera es la "lectura del mundo", aprender a interpretar los símbolos y señales del contexto inmediato como los colores de las frutas o el comportamiento de los animales. Esto precede a la lectura de palabras escritas. Lograr esta lectura simbólica del contexto requiere de observación y análisis. La segunda etapa es la introducción a la lectura de palabras con los padres. Finalmente, Freire argumenta que no es posible una lectura crítica si no se
Freire describe 3 etapas de la lectura en su desarrollo. La primera es la "lectura del mundo", aprender a interpretar los símbolos y señales del contexto inmediato como los colores de las frutas o el comportamiento de los animales. Esto precede a la lectura de palabras escritas. Lograr esta lectura simbólica del contexto requiere de observación y análisis. La segunda etapa es la introducción a la lectura de palabras con los padres. Finalmente, Freire argumenta que no es posible una lectura crítica si no se
escribiendo este texto, negras del mango iba “tomando distancia” pasado de maduro. de los diversos La relación entre momentos en que el acto de leer se fue dando en mi colores, el crecimiento de la fruta, su resistencia a experiencia existencial. El 1° fue la “lectura” del mundo, nuestra manipulación y su gusto. Fue en ese tiempo, del pequeño mundo en que me veía. El recuerdo de la posiblemente, cuando yo, haciendo y viendo hace, infancia distante, buscando la comprensión de mi acto aprendí el significado de la acción abollar… de leer, el mundo particular en que me veía - hasta a donde no me traiciona la memoria, es para mí muy De aquel contexto hacían parte igualmente los animales: significativo. En ese esfuerzo a que me voy entregando, los gatos de la familia, su manera mañosa de recreo y revivo, en el texto que escribo, la experiencia enroscarse en las piernas de la gente, su miau de vivida en el momento en que todavía no leía la palabra. súplica o de rabia, Jolly, el viejo perro negro de mi Me veo así en la casa sencilla en que nací, en Recife, padre, su mal humor, siempre que uno de los gatos rodeada de árboles algunos de ellos como si fueran incautamente se acercaba demasiado al lugar en el que personas – tal era la intimidad entre nosotros – jugaba a se encontraba comiendo; su “estado de espíritu”, en su sombra y en sus ramas más dóciles a mi estatura, esos momentos, era completamente distinto al humor me ejercitaba en riesgosos menores que me preparaban que tenía cuando casi deportivamente perseguía, para riesgos y aventuras mayores. arrinconaba y mataba a uno de los zamuros responsables de la desaparición de las gordas gallinas La vieja casa, sus cuartos, su pasillo, su sótano, su de mi abuela… terraza, el patio amplio en que se encontraba, todo eso fue mi primer mundo. En el anduve a gatas, balbucee, …pero, y es importante decirlo, la “lectura” de mi mundo, me puse en pie, camine y hablé. En verdad, aquel que siempre fue fundamental para mí, no me transformó mundo todo especial se entregaba a mí como el mundo anticipadamente en hombre, en un racionalista de de mi actividad perceptiva y, por tanto, como el mundo pantalón corto. La curiosidad del niño no iría a de mis primeras lecturas. Los “textos”, las “palabras”, las distorsionaste por el simple hecho de ser ejercida y “letras” de aquel contexto – en cuya percepción me también en eso recibí la ayuda de mis padres. Con ellos, ejercitaba y, cuando más lo hacía, más aumentaba la precisamente, comencé a ser introducido en la lectura capacidad de percibir – se encarnaban en una serie de de la palabra, en cierto momento de esta rica cosas, objetos, de señales cuya comprensión iba experiencia de comprensión de mi mundo inmediato, sin percibiéndose en el trato con ellos y en mis relaciones que esa comprensión de mi mundo inmediato, sin que con mis hermanos mayores y con mis padres. esa comprensión significase antipatías a lo que tenía de encantadoramente misterioso……. Los “textos”, las “palabras”, las “letras” de aquel contexto se encarnaban en el canto de los pájaros: el del .. La lectura del universo, pues, antecede a la lectura de “sanhacu”. El del ruiseñor; en la danza de las copas de la palabra y por eso la anterior lectura de esta no puede los árboles soplados por fuertes vendavales que prescindir de la continuidad de la lectura de aquel. anunciaban tempestades, truenos, relámpagos; las Lenguaje y realidad están unidos dinámicamente. La aguas de la lluvia jugando a la geografía; inventando comprensión del texto que se obtiene por la lectura lagos, islas, riachuelos…. Los “textos”, las palabras”, las critica, implica la percepción de las relaciones entre el “letras” de aquel contexto se encarnaban también en el texto y el silbido del viento, en las nubes del cielo, en sus colores, contexto. en sus movimientos, en el color del follaje, en las formas de las hojas, en el olor de las flores – de las rosas, de los jazmines – en el cuerpo de los árboles, en la concha de los frutos. También en la tonalidad diferente de los colores de un mismo fruto en momentos distintos el Paulo-Freire verde del mango – espada verde, el verde de mango – (1921-1997) espada hinchado; el amarillo verdoso del mismo mango Como plantea Freire en el comentario anterior, la lectura del mundo precede a la lectura de la palabra (escrita alfabéticamente) y más aún, no es posible lograr una lectura critica de la palabra si no la relacionamos con el contexto, si no le damos significado desde nuestro mundo. La lectura del mundo, nos anota Freire, implica aprender a leer lo escrito en “Los colores de un mango”, pues cada color nos dice si se puede o no se puede comer. Implica saber leer “En la danza de las copas de los árboles” lo anuncios de tempestades, relámpagos, y “En la manera de enroscarse de un gato”, si hay súplica o rabia”. Y no se crea que aprender esas escrituras es sencillo. Son centenares de horas de observación y análisis del mundo, lo que finalmente nos permite lograrlo. Implica dedicación y esmero. Tan no es algo que se aprende sin esfuerzo que una persona que ha nacido y vivido en la ciudad, al llegar al campo se comporta como un verdadero analfabeto, para ella todos los silbidos de los pájaros son simplemente ruidos, mientras que un campesino podrá leer docenas de mensajes en ellos. Algo similar le pasa a un campesino en la ciudad; no lograra percibir las diferencias entre la sirena de una ambulancia, o los pitos de un carro y de un cartero, un piropo a través de un silbido y el timbre de un despertador. Igual sucederá, ya no con las escrituras escritas en el viento y leídas con los oídos sino con las escrituras en imágenes visuales (piénsese no mas en el color rojo de un semáforo), o en las leídas con los olores, el gusto, el tacto, (un apretón de manos, por ejemplo). Como planeta Ana maría Berardinis En nuestra cultura coexisten distintas gráficas y, por tanto, no se puede decir que aquellos a los que consideramos analfabetos, porque no poseen el instrumento de la lectura en un sistema alfabético, no lean, sin embargo, según otro sistema, el propio de su pueblo. Incluso nosotros, que poseemos el alfabeto, recurrimos a objetos para comunicar algo (un ramo de flores para expresar afectó, el color negro para indicar luto), a un dibujo para representar una ubicación, a una composición de signos gráficos para escribir sonidos musicales. Se puede ser lector de muchas maneras y también de muchas escrituras al mismo tiempo. Cada escritura tiene su valor ya que remite a una cadena convencional que permite comunicar, actuar, recordar y pensar. Esta, de cierta forma redefinición de escritura, nos parece muy importante puesto que nos obliga a plantear nuestras perspectivas en la medida que primero, no se trataría de enseñar una única escritura, que partir de que el analfabeto ya sabe escribir. Dicho de otra forma; ya no estaríamos, pensamos, a las puertas de una pequeña revolución epistemológica en el campo de la enseñanza de la escritura, la cual no es ni mucho menos un descubrimiento nuestro. Por ahora, permítasenos cerrar con el siguiente comentario: Por todo esto es muy difícil separar los alfabéticos de los analfabéticos, ya que un premio Nobel de física puede ser también un analfabeto en el lenguaje musical o en el de la vida social, mientras que, no solamente es alfabético, sino un experticioso lector de códigos matemáticos
1. FREIRE, paulo. La escritura del mundo.
El mundo de la lectura es un proceso de aprendizaje en el “que la primera etapa del conocimiento humano habría de tratar exclusivamente con el mundo exterior. Cassirer Ernst. “Filosofía de las formas simbólicas”. No es un simple tema de curiosidad o de especulación; se reconoce como la obligación fundamental del hombre, leer los mensajes de nuestro contexto para aprender a movernos en él y entenderlo.