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EL MUNDO SIMBÓLICO DEL HOMBRE

Cuando estaba maduro, las pintas


escribiendo este texto, negras del mango
iba “tomando distancia” pasado de maduro.
de los diversos La relación entre
momentos en que el acto de leer se fue dando en mi colores, el crecimiento de la fruta, su resistencia a
experiencia existencial. El 1° fue la “lectura” del mundo, nuestra manipulación y su gusto. Fue en ese tiempo,
del pequeño mundo en que me veía. El recuerdo de la posiblemente, cuando yo, haciendo y viendo hace,
infancia distante, buscando la comprensión de mi acto aprendí el significado de la acción abollar…
de leer, el mundo particular en que me veía - hasta a
donde no me traiciona la memoria, es para mí muy De aquel contexto hacían parte igualmente los animales:
significativo. En ese esfuerzo a que me voy entregando, los gatos de la familia, su manera mañosa de
recreo y revivo, en el texto que escribo, la experiencia enroscarse en las piernas de la gente, su miau de
vivida en el momento en que todavía no leía la palabra. súplica o de rabia, Jolly, el viejo perro negro de mi
Me veo así en la casa sencilla en que nací, en Recife, padre, su mal humor, siempre que uno de los gatos
rodeada de árboles algunos de ellos como si fueran incautamente se acercaba demasiado al lugar en el que
personas – tal era la intimidad entre nosotros – jugaba a se encontraba comiendo; su “estado de espíritu”, en
su sombra y en sus ramas más dóciles a mi estatura, esos momentos, era completamente distinto al humor
me ejercitaba en riesgosos menores que me preparaban que tenía cuando casi deportivamente perseguía,
para riesgos y aventuras mayores. arrinconaba y mataba a uno de los zamuros
responsables de la desaparición de las gordas gallinas
La vieja casa, sus cuartos, su pasillo, su sótano, su de mi abuela…
terraza, el patio amplio en que se encontraba, todo eso
fue mi primer mundo. En el anduve a gatas, balbucee, …pero, y es importante decirlo, la “lectura” de mi mundo,
me puse en pie, camine y hablé. En verdad, aquel que siempre fue fundamental para mí, no me transformó
mundo todo especial se entregaba a mí como el mundo anticipadamente en hombre, en un racionalista de
de mi actividad perceptiva y, por tanto, como el mundo pantalón corto. La curiosidad del niño no iría a
de mis primeras lecturas. Los “textos”, las “palabras”, las distorsionaste por el simple hecho de ser ejercida y
“letras” de aquel contexto – en cuya percepción me también en eso recibí la ayuda de mis padres. Con ellos,
ejercitaba y, cuando más lo hacía, más aumentaba la precisamente, comencé a ser introducido en la lectura
capacidad de percibir – se encarnaban en una serie de de la palabra, en cierto momento de esta rica
cosas, objetos, de señales cuya comprensión iba experiencia de comprensión de mi mundo inmediato, sin
percibiéndose en el trato con ellos y en mis relaciones que esa comprensión de mi mundo inmediato, sin que
con mis hermanos mayores y con mis padres. esa comprensión significase antipatías a lo que tenía de
encantadoramente misterioso…….
Los “textos”, las “palabras”, las “letras” de aquel contexto
se encarnaban en el canto de los pájaros: el del .. La lectura del universo, pues, antecede a la lectura de
“sanhacu”. El del ruiseñor; en la danza de las copas de la palabra y por eso la anterior lectura de esta no puede
los árboles soplados por fuertes vendavales que prescindir de la continuidad de la lectura de aquel.
anunciaban tempestades, truenos, relámpagos; las Lenguaje y realidad están unidos dinámicamente. La
aguas de la lluvia jugando a la geografía; inventando comprensión del texto que se obtiene por la lectura
lagos, islas, riachuelos…. Los “textos”, las palabras”, las critica, implica la percepción de las relaciones entre el
“letras” de aquel contexto se encarnaban también en el texto y el
silbido del viento, en las nubes del cielo, en sus colores, contexto.
en sus movimientos, en el color del follaje, en las formas
de las hojas, en el olor de las flores – de las rosas, de
los jazmines – en el cuerpo de los árboles, en la concha
de los frutos. También en la tonalidad diferente de los
colores de un mismo fruto en momentos distintos el Paulo-Freire
verde del mango – espada verde, el verde de mango – (1921-1997)
espada hinchado; el amarillo verdoso del mismo mango
Como plantea Freire en el comentario anterior, la lectura del mundo precede a la lectura de la palabra (escrita
alfabéticamente) y más aún, no es posible lograr una lectura critica de la palabra si no la relacionamos con el contexto, si
no le damos significado desde nuestro mundo.
La lectura del mundo, nos anota Freire, implica aprender a leer lo escrito en “Los colores de un mango”, pues cada color
nos dice si se puede o no se puede comer. Implica saber leer “En la danza de las copas de los árboles” lo anuncios de
tempestades, relámpagos, y “En la manera de enroscarse de un gato”, si hay súplica o rabia”.
Y no se crea que aprender esas escrituras es sencillo. Son centenares de horas de observación y análisis del mundo, lo
que finalmente nos permite lograrlo. Implica dedicación y esmero.
Tan no es algo que se aprende sin esfuerzo que una persona que ha nacido y vivido en la ciudad, al llegar al campo se
comporta como un verdadero analfabeto, para ella todos los silbidos de los pájaros son simplemente ruidos, mientras que
un campesino podrá leer docenas de mensajes en ellos. Algo similar le pasa a un campesino en la ciudad; no lograra
percibir las diferencias entre la sirena de una ambulancia, o los pitos de un carro y de un cartero, un piropo a través de un
silbido y el timbre de un despertador.
Igual sucederá, ya no con las escrituras escritas en el viento y leídas con los oídos sino con las escrituras en imágenes
visuales (piénsese no mas en el color rojo de un semáforo), o en las leídas con los olores, el gusto, el tacto, (un apretón
de manos, por ejemplo).
Como planeta Ana maría Berardinis
En nuestra cultura coexisten distintas gráficas y, por tanto, no se puede decir que aquellos a los que
consideramos analfabetos, porque no poseen el instrumento de la lectura en un sistema alfabético, no lean,
sin embargo, según otro sistema, el propio de su pueblo. Incluso nosotros, que poseemos el alfabeto,
recurrimos a objetos para comunicar algo (un ramo de flores para expresar afectó, el color negro para indicar
luto), a un dibujo para representar una ubicación, a una composición de signos gráficos para escribir sonidos
musicales. Se puede ser lector de muchas maneras y también de muchas escrituras al mismo tiempo. Cada
escritura tiene su valor ya que remite a una cadena convencional que permite comunicar, actuar, recordar y
pensar.
Esta, de cierta forma redefinición de escritura, nos parece muy importante puesto que nos obliga a plantear nuestras
perspectivas en la medida que primero, no se trataría de enseñar una única escritura, que partir de que el analfabeto ya
sabe escribir. Dicho de otra forma; ya no estaríamos, pensamos, a las puertas de una pequeña revolución epistemológica
en el campo de la enseñanza de la escritura, la cual no es ni mucho menos un descubrimiento nuestro.
Por ahora, permítasenos cerrar con el siguiente comentario:
Por todo esto es muy difícil separar los alfabéticos de los analfabéticos, ya que un premio Nobel de física
puede ser también un analfabeto en el lenguaje musical o en el de la vida social, mientras que, no solamente
es alfabético, sino un experticioso lector de códigos matemáticos

1. FREIRE, paulo. La escritura del mundo.


El mundo de la lectura es un proceso de aprendizaje en el “que la primera etapa del conocimiento humano habría de
tratar exclusivamente con el mundo exterior. Cassirer Ernst. “Filosofía de las formas simbólicas”.
No es un simple tema de curiosidad o de especulación; se reconoce como la obligación fundamental del hombre, leer los
mensajes de nuestro contexto para aprender a movernos en él y entenderlo.

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