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CURSO:
PSICOLOGÍA SOCIAL Y COMUNITARIA
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Milagros
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PERÚ
Psicología Social y Comunitaria
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1.1 Criterios:
correspondencia entre estas dos variables y se centró en dos grupos de mujeres: Uno de
los grupos (25) fueron mujeres víctimas de violencia familiar y el otro grupo, (26) mujeres
que no fueron víctimas de violencia de pareja, este muestreo de 51 mujeres usuarias del
Servicio de Psicología del Hospital Ernesto Germán Guzmán Gonzáles en el distrito y
provincia de Oxapampa, departamento de Pasco. Las variables que conforman el estudio
son la violencia a la mujer en la relación de pareja o violencia de pareja (VIP), la cual es
una variable de tipo cualitativa, con una medición de escala nominal, con las siguientes
categorías: 1) Con violencia de pareja (subcategorías o dimensiones: violencia
psicológica, violencia física y violencia sexual) y 2) Sin violencia de pareja.
Por otra parte, el hecho de que una mujer priorice a su pareja sobre cualquier otra
actividad, interés o persona (familiares, amigos, ella incluso), garantiza una relación
desequilibrada. Cuando la mujer considera que su pareja es más importante que cualquier
persona o cosa, empodera al otro y le confiere permisos que pueden perjudicar la relación
y su propio bienestar. Así, se va construyendo un sistema de creencias en las que se
concibe a la pareja como omnipotente y ella se etiqueta como la incompetente e indigna
del otro.
● Año: 2013
● Autor(es): Jesús Joel Aiquipa Tello
● Título: Dependencia emocional en mujeres víctimas de violencia de pareja
● Documento: Revista Psicológica
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diferentes aspectos de su vida, asimismo explica las diferentes razones por las que una
mujer es presa de la relación de maltrato. Por su parte, la metodología utilizada es de tipo
descriptiva apoyada en la técnica de la encuesta para legitimar los daños psicológicos
que se producen al ser víctima de algún tipo de maltrato. Según el Ministerio del Interior,
el 54% de casos de muerte violenta fueron por femicidio. La violencia hacia la mujer, que
generalmente se da en el ámbito de las relaciones conyugales o de pareja, se sustenta en
un conjunto de concepciones y modelos de ser hombre y de ser mujer que se denominan
comúnmente machismo.
Entre los resultados más reveladores alcanzados se puede mencionar la negación de las
mujeres al ser víctimas del maltrato por consecuencia de la denigración de su autoestima
provocando que éstas acepten y crean merecer diferentes clases de abusos. En
conclusión, se pudo determinar los diversos los factores que influyen en la violencia de
género, pero los principales son los patrones culturales y las desigualdades económicas y
cómo estos afectan enormemente la autoestima de la mujer, la que a su vez acarrea
consecuencias nefastas en la psiquis a través de los años.
a) Violencia:
Para Martínez (2016) manifiesta que “La violencia es una acción o comportamiento que se da por
parte de dos actores o dos grupos de actores, quien produce los daños y de quien recibe o padece
los daños de la índole que sea, en ese orden, llamados como agresor (es) quien se comporta de
forma activa y la victima (as) quien se comporta de forma pasiva” (p. 5). Asimismo, el fenómeno
de la violencia está presente en cada rincón del entorno del ser humano, comenzando en el núcleo
familiar, para luego replicarse y expandirse en toda la sociedad (Saldaña y Gorjón, 2020). En este
sentido, la violencia es un problema social que trasciende barreras culturales, sociales y religiosas
sin importar el color de piel, edad o clase social; que, en su mayoría son las mujeres quienes más
perjudicadas se ven frente a este problema, en sus diversas formas ya sea física, psicológica,
sexual o de cualquier otra índole (Illescas, Tapia y Flores, 2018). Bajo esta perspectiva, se
entiende que la violencia conyugal hacia la mujer es un problema social que se da de forma
frecuente en el mundo.
Fases de la violencia:
Fase 1: Acumulación de tensión: en esta etapa el agresor expresa incomodidad o molestia, pero
no de forma tan extrema, mientras tanto la mujer realiza acciones que cree que puede calmar al
agresor, esto funciona por un cierto tiempo; la mujer refuerza la idea de que puede controlar al
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agresor, durante ese tiempo se va formando el patrón de comportamiento hasta volverse continuo
y normal para la víctima, dando por inicio los primeros signos de indefensión aprendida (Walker,
2013).
Fase 2: Episodio agudo de golpes: en esta etapa la tensión aumenta para la víctima
convirtiéndose en una situación incontrolable, el agresor tiende a causar lesiones visibles a la
víctima, asimismo, la víctima al saber que no podrá evitar la ira del agresor tiende a acelerar las
agresiones, con el tiempo aprende a predecir y a tomar precauciones para minimizar sus heridas,
con el fin de ocultarlas (Walker, 2013).
Fase 3: Luna de miel: en esta etapa se muestra una ausencia de tensión dándose un refuerzo
positivo a la relación, el agresor tiende a disculparse por las agresiones causadas hacia la víctima
y le da promesas de no volver a ocasionar acciones de violencia, la víctima tiende a creer en el
abusador, dando pase a un nuevo periodo de relación; sin embargo, a veces no se da debido a que
la víctima permanece en un rango de tensión por las secuelas ocasionadas por el agresor (Walker,
2013).
Según Seligman (1975), manifiesta que la Indefensión aprendida se define como el estado
psicológico de una persona que siente no tener control sobre situaciones traumáticas o de maltrato
en el cual percibe que es incapaz de cambiar cualquier situación futura.
Siguiendo Walker (2013) afirma que una de la principal característica que muestra la persona con
indefensión aprendida, es el estado en que se encuentra el individuo luego de haber estado
sometido por mucho tiempo al maltrato o tortura, provocando una pérdida de control que conduce
al déficit a nivel cognitivo, emocional y motivacional; por lo que la víctima pierde la esperanza y
considera que no podrá controlar la situación; por esa razón, no emiten respuesta para evitar
agresiones, rechazo, negación y desprecio por parte del agresor.
Está compuesto por tres: (a) Indefensión como pesimismo y dificultad para resolver problemas:
hace referencia a la tendencia a pensamientos negativos y pesimistas relacionados con la poca
capacidad para resolver problemas como la toma de decisiones. (b) Percepción de control y
calidad de vida: refiere a la percepción de buena integración social y control sobre los problemas,
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los cuales se ven relacionados con el estrés y la incapacidad de controlar el entorno. (c) Confusión
y aturdimiento: esto hace referencia a la poca capacidad en la toma de decisiones, carencia de
energía, altibajos emocionales y dificultad para predecir lo que va a pasar y tendencia a establecer
pocas relaciones (Díaz-Aguado, Martínez R., Alvarez-Monteserín, Paramio E., Rincón C., &
Sardinero F., 2004, p. 13).
Abordando el panorama nacional, los indicadores de violencia son elevados respecto a otros
países; por eso, la región Cuzqueña, hasta 2001, fue la comunidad que se situaba en el puesto 1,
de alto índice de agresión física respecto al género femenino en el 62%; no obstante, la región
Limeña reportó un 48% de índice (Bautista, 2019). En el transcurso de los últimos años, se
evidenció que la agresión de parejas se daba de modo recurrente, aunque, estos casos no eran
reportados, de tal modo que no existía algún tipo de sanción, ya que dichos incumplimientos de
orden legislativo no se mostraban a la opinión pública. Así mismo, lo antes mencionado, se refiere
a que el 32,4% de las femeninas fueron violentadas de forma física por su cónyuge, y el 17,4%
de féminas declararon que fueron violentadas de forma física por otra persona cercana.
Refiriéndose, a la agresión de modo psicológico, el 69,2% de féminas expresaron, que fueron
violentadas por su cónyuge, particularmente mediante la manipulación (OMS, 2020).
1. Aumento en la
Componentes asistencia a los programas 1. Registros de Los programas y recursos son
1. Talleres sobre de concientización sobre asistencia a accesibles y efectivos para las
derechos de la la violencia conyugal. los talleres y mujeres. La comunidad apoya las
mujer y cómo 2. Mayor uso de los seminarios. iniciativas y participa activamente.
denunciar la recursos y apoyos
violencia. disponibles para las 2. Registros de
2. Grupo de apoyo. mujeres que experimentan la red de
violencia conyugal. apoyo.
3. Mejora en las encuestas
3. Encuesta de
de autoeficacia y
seguimiento
resiliencia en las mujeres
a las
del asentamiento.
participantes
en los
programas.
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REFERENCIA BIBLIOGRÁFICA
Díaz-Aguado M. J., Martínez R., Martín G., Alvarez-Monteserín, M. A., Paramio E., Rincón
C., & Sardinero F. (2004). Indefensión aprendida, escasa calidad de vida y
dificultades en la educación familiar.
https://www.injuve.es/sites/default/files/081-122-Violencia3_7.pdf
Illescas Zhicay M. M., Tapia Segarra J. I., & Flores Lazo E. T. (2018). Factores
socioculturales que influyen en mujeres víctimas de violencia intrafamiliar.
Revista Killkana Sociales. file:///C:/Users/willi/Downloads/Dialnet-
FactoresSocioculturalesQueInfluyenEnMujeresVictima-6584526.pdf
Organización Mundial de Salud. (2020). Reporte de países con índices alto de violencia.
file:///C:/Users/willi/Downloads/Dialnet-ViolenciaDeGeneroEnLatinoamerica-
7687039.pdf
Saldaña Ramírez H. S., & Gorjón Gómez G. J. (2020) Causas y consecuencias de la
violencia familiar: caso Nuevo León. Justicia, 15(3), 189-214.
ANEXOS:
Imágenes y/o Fotografías: