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Proyecto de Investigación No.

Denuncia de violencia de pareja:


Su relación con la pérdida y la responsabilidad
subjetiva.

Informe de Investigación:

Permanencia de mujeres en
relaciones de pareja violenta.

Por:

Ana Mileidy Valencia Moncayo


Auxiliar de Investigación

Universidad Cooperativa de Colombia


Facultad de Psicología
Popayán, junio del 2021

Proyecto de investigación.
Denuncia de violencia de pareja: su relación con la pérdida y la responsabilidad subjetiva.
Director: Juan Carlos Villa Díaz - Auxiliar de Investigación: Brigith Puchana Dagua
Identificación de la noción de responsabilidad
subjetiva y duelo en la teoría psicoanalítica

Ana Mileidy Valencia Moncayo


Auxiliar de Investigación

Trabajo de grado para optar al título de profesional en Psicología

Director: Mg. Juan Carlos Villa Díaz


Investigador Principal

Universidad Cooperativa de Colombia

Facultad de Psicología
Popayán, junio del 2021

Página de aceptación

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Popayán, junio 26 del 2021

El presente trabajo denominado; Identificación de la noción de responsabilidad


subjetiva y el duelo en la teoría psicoanalítica, en el marco de la Investigación
“Denuncia de violencia de pareja: Su relación con la pérdida y la responsabilidad
subjetiva”, realizado entre el 2019 y 2021 por la estudiante ANA MILEIDY
VALENCIA MONCAYO, CC. 1.061.817.193, ID: 472300, cumple con el mínimo
necesario exigido para este tipo de ejercicios académicos y, por lo tanto se hace
merecedor del aval otorgado por el profesor/asesor para su aceptación en los
procesos administrativos de titulación en pregrado de Psicología de la Facultad de
Psicología de la Universidad Cooperativa de Colombia, Sede Popayán.
Solidariamente,

Cordialmente

JUAN CARLOS VILLA DIAZ


Profesor Investigador – Coordinador Investigaciones
Programa de Psicología
Universidad Cooperativa de Colombia
Campus Popayán
Anexos: N/A
Copia: Modalidades de grado 2021.
Proyectó: Brigith Puchana
Revisó: Coordinador Investigación
Móvil: 3206888393 Juan.villad@campusucc.edu.co

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Dedicatoria

Este trabajo de investigación lo dedico a mis padres; Omaira Moncayo y Tobías


Valencia, quienes me han apoyado desde el inicio de mi carrera y me han
brindado la oportunidad de conocer nuevas experiencias a través del estudio, para
así lograr mis sueños y así poder cada día llegar más lejos de lo pensado. A mi
querida hermana Jeidy Valencia quien también cumplió un papel fundamental en
el proceso de mi carrera, con su motivación y cariño me han acompañado en este
camino, han sido impulsores para que pudiese conquistar este logro.
“Aunque nadie ha podido regresar atrás y hacer un nuevo comienzo, cualquiera
puede recomenzar ahora y hacer un nuevo final”. (Jonathan García-Allen)

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Agradecimientos

En esta ocasión, quiero primeramente dar gracias a Dios, quien en mi mayor


motivación para no rendirme cada día en este proceso y tener la valentía para
culminar. En segunda instancia quiero ofrecer agradecimientos a la Universidad
Cooperativa por brindarme la oportunidad de participar en este trabajo
investigativo, al docente universitario Mg. Juan Carlos Villa Díaz por el
acompañamiento brindado en esta propuesta investigativa; por ser una persona
ardua y noble al mismo tiempo, que sabe mostrarse como compañero, sin perder
su rol de docente. A el grupo de investigación PSIEDU, de la Línea: Sujeto,
violencias y lazo social en conjunto con el semillero de investigación de
Psicoanálisis y Violencias, agradezco a cada uno de los integrantes del semillero,
Brigith Puchana, Mileidy Valencia, Larry Rodríguez que como co-investigadores en
formación participaron en la elaboración y ejecución de esta investigación. Por
último, agradezco a mis amigos y personas cercanas que estuvieron
acompañándome a lo largo de mi formación académica, gracias por los buenos
consejos en momentos difíciles, sin duda cada uno de sus aportes fue
indispensable para lograr terminar el informe de investigación y esta carrera
universitaria.

Tabla de contenido

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1. INTRODUCCIÓN

Se ha evidenciado que la violencia de pareja se presenta en diferentes contextos


de la sociedad sin importar la religión, la cultura, la época o país. Es un fenómeno
que ha acompañado a la humanidad a través del tiempo, presenta diferentes
características y según la literatura consta de diferentes contextos económicos,
políticos y culturales. Desde el año 2015 hasta el año 2017 la violencia de pareja
ha tenido una variable constante en cuanto a sus índices de incremento sin
embargo, desde comienzos del año 2018 hasta inicios del mes de marzo del año
2020 en el Departamento del Cauca, el fenómeno de la violencia de pareja ha
crecido constantemente, sin embargo, no se cuenta con muchos estudios que
reflejen por qué se ha incrementado la violencia de pareja en el departamento, se
espera aportar a la reflexión del fenómeno, donde sean considerados nuevos
lineamientos en la política pública y que sus resultados fortalezcan capacidades
institucionales y sociales para la construcción de paz. La presencia de la violencia
de pareja en las mujeres y la pérdida subjetiva de lo que se pone en juego en ese
tipo de violencia generan impases en la gestión institucional, haciendo de este
fenómeno un campo fértil de investigación, innovando en la escucha de las
mujeres, haciendo lectura desde otro abordaje que reivindique la subjetividad y su
relato consciente. A partir del modelo cualitativo, desde el marco interpretativo del
psicoanálisis, con entrevistas de investigación preliminares se hace un recorte
empírico de la realidad del fenómeno en cuatro momentos fundamentales: 1. La
identificación de mujeres que denuncian la violencia de pareja en el CAVIF sede
Popayán, 2. Aceptación a ser parte de la investigación firmando el consentimiento

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informado. 3. La escucha del sufrimiento y el malestar que produce la violencia de
pareja en las mujeres a partir de entrevistas preliminares de investigación previa
formalización de la denuncia en el CAVIF, 3. Transcripción, vertebración y
codificación de la entrevista investigativa para la codificación y, 4. El Análisis de
las entrevistas para generar las consideraciones finales. Esta investigación se
realizó mediante un convenio con la Fiscalía General de la Nación, desde la
dependencia del CAVIF (Centro de Atención e Investigación Integral contra la
Violencia Intrafamiliar) en la ciudad de Popayán-Colombia.

1. DEFINICIÓN DEL PROBLEMA

Según un boletín estadístico del instituto de medicina de ciencia forenses en


Colombia, donde se realiza un comparativo entre los años 2019 y 2020 de los
meses de enero a octubre, se encuentra que se presentaron 39.928 casos de
violencia de pareja en el año 2019, en donde 5.745 de ellos corresponden a
violencia de pareja hacia el hombre y 34.183 corresponden a violencia de pareja
hacia la mujer. Sin embargo, en un boletín sobre violencias contra la mujer en el
departamento del Cauca, presentado por el observatorio de asuntos de la mujer
del departamento, se encontró que entre el año 2015 al año 2019 la violencia de
pareja en el departamento tiene una predominancia en las mujeres con un 88% y
a su vez dentro de este periodo el año que más presentó violencia de pareja fue el
2018 en donde por cada 100.000 mil mujeres, 170 fueron víctimas de violencia de
pareja.
El ciclo de la violencia de pareja se ha propuesto con el fin de entender lo común
de la violencia de pareja, a partir de factores que describen de manera cronológica
los diferentes momentos en una relación violenta. Es común encontrar
investigaciones con mujeres que han sido víctimas de su pareja, algunas
manifestaciones son: problemas de salud mental, angustia emocional,
pensamiento suicida, llanto fácil e incapacidad para disfrutar de la vida. De
acuerdo con lo anterior algunos autores reconocen la importancia de lo
psicopatológico y lo biomédico, sin embargo, desde esa mirada no se han podido

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responder sobre el por qué una mujer sostiene un consentimiento a ser
maltratada. Además, que las investigaciones psicopatologizantes y biomédicas,
aportan muy poco a dar respuesta a este fenómeno. Es importante señalar que en
la última década las investigaciones consideran que la frecuencia con que
hombres y mujeres ejercen las diferentes formas de violencia es direccional, lo
cual contradice algunas investigaciones que se basan en el género, incluso,
autores consideran investigar este fenómeno en mujeres debido a que es más
común encontrar las denuncias de mujeres que de los hombres y esto se debe a
factores sociales, políticos y socioculturales. En este sentido no se podría
establecer cuál de los dos es más víctima que el otro, entendiendo de esta manera
que la agresividad es algo que nos convierte en humanos. Sin embargo, es
interesante analizar el hecho de que una mujer cuando toma la elección de
denunciar lo hace después de un tiempo prolongado de violencia generada por su
pareja, de igual manera es importante resaltar que algunas investigaciones
coinciden en que el maltrato es un problema cronificado y de larga duración.
Además, que muchas mujeres luego de abandonar la pareja regresan con ella. Es
importante precisar por qué las mujeres sostienen relaciones violentas por tanto
tiempo y como algunas mujeres justifican el maltrato hasta el punto de asumir una
culpa con el fin de recuperar al agresor. Ahora bien, la violencia de pareja no es
sólo lo que se pone en juego, también lo es el latente fracaso de las acciones
jurídicas, el restablecimiento de los derechos, incluso las separaciones de las
mujeres con sus parejas, pues hay algo que insiste en ellas. La pregunta por el
consentimiento de las mujeres que permanecen en relaciones de pareja violentas
da lugar a la insistencia que reposa en cierta tendencia a la satisfacción mortífera,
satisfacción que empuja a la mujer a repetir el lazo violento dentro de las
relaciones de pareja. Ahora bien, llama la atención que en el departamento del
Cauca no se cuentan con estudios al respecto, por lo que esta investigación
aporta al estado de la cuestión y provee otra innovadora mirada del problema. Nos
preguntamos ¿De qué manera se describe la violencia de pareja y la
permanencia, en mujeres que tienen relaciones de pareja violentas, cuando

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denuncian en el Centro de Atención e Investigación Integral contra la Violencia
Intrafamiliar (CAVIF) de la ciudad de Popayán en el 2020?

1.1 ANTECEDENTES

Teniendo en cuenta un corpus documental realizado para la investigación, se


encontraron 124 manuscritos desde el campo de la Psiquiatría, Medicina,
Psicología, Sociología, y Derecho, enfocadas en los países de México, Venezuela,
Cuba y España, estas investigaciones se han orientado a explicar los factores
multicausales de la violencia de pareja, sin embargo, en la última década hay más
interés por preguntarse ¿Por qué las mujeres retiran las denuncias o permanecen
en relaciones de pareja violentas?,este giro investigativo se da gracias a que
investigaciones como las de (Walker, L, 1979/1989); (Rhodes, N,R. y Baranoff,
1998); (Salber, P,R. & Taliaferro, 2000); (Echeburúa, E., Gargallo, D., y Amor, J.
2002); (Mataud, M. et al. 2003); (Sebastián, J., et al. 2010) (Correa, D & Ruiz, C.
2012). Debido a que sugieren en sus hallazgos la importancia de precisar, y
especificar los elementos personales de las mujeres, es decir características
emocionales y particulares del sufrimiento, los ciclos del maltrato, que se
presentan en la violencia de pareja. Otros autores como Álvarez y Torralba (2007),
refieren la violencia de pareja, como el ciclo de violencia, en el cual la víctima no
reconoce la violencia por parte del agresor, esto como una forma de justificar el
retorno con sus parejas y continuar con el ciclo.
Ahora bien, algunos autores consideran que estos ciclos de violencia no se
pueden aplicar de forma universal, puesto que deben tenerse en cuenta los
factores sociales y culturales además de los biográficos. Por lo anterior estos
ciclos de violencia tendrán una carencia de entender los obstáculos subjetivos de
las mujeres a la violencia de pareja y descifrar los movimientos subjetivos de las
mujeres en su lazo violento. En el fenómeno de violencia de pareja se han
determinado síntomas comunes de mujeres que son violentadas por su pareja,
esto pone un énfasis en lo particular con una tendencia hacia lo general que
intenta responder a los problemas que se plantea la salud pública. Pero autores

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como Francisco (2008) considera que la mujer antes de ser víctima es un sujeto,
la cual es responsable de sus elecciones y sus actos. Otro componente que se
observa en las relaciones de pareja violenta, es que denunciar situaciones de
violencia en lo jurídico, no garantiza que una mujer se aleje de la violencia,
inclusive utilizan este medio para recuperar atención, compañía, protección, apoyo
en su pareja y retornar nuevamente el ciclo de violencia, sin elaborar el duelo por
la ruptura amorosa, en tanto el lazo violento sigue ahí, no se pierde. Entonces, es
por esto que se debe precisar, indagar por los componentes subjetivos y aquellos
obstáculos psíquicos que impiden que una mujer abandone a su pareja y a cambio
decida permanecer en la relación violenta.

1.2 JUSTIFICACIÓN

La investigación es pertinente, conveniente, tiene utilidad metodológica, relevancia


social y da claridad en las implicaciones prácticas. Primeramente, la conveniencia
de esta investigación se localizó en describir cómo opera la violencia de pareja y la
permanencia en mujeres que, permanecen en relaciones de pareja violentas,
cuando denuncian en el Centro de Atención e Investigación Integral contra la
Violencia Intrafamiliar (CAVIF) de la ciudad de Popayán en el 2020, brindado un
aporte a la pesquisa de fenómeno social que está afectando diferentes municipios
del Cauca.
Su pertinencia, está en la articulación de un corpus teórico que analiza la
permanencia y la violencia de pareja, donde se hace énfasis en la relación de las
categorías conceptuales antes mencionadas dentro del fenómeno de la violencia
de pareja y la formalización de la denuncia, ya que, por la revisión teórica
expuesta en anteriores apartados a esta investigación, existen informes
institucionales antes mencionados, pero ninguna investigación al respecto.
La utilidad metodológica de esta investigación, se soporta al estudiar las
categorías conceptuales en relación con las mujeres que denuncian la violencia de
pareja en Popayán, puesto que en el departamento según la literatura revisada no
hay estudios sobre esta perspectiva de análisis con un marco interpretativo desde

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el psicoanálisis, y de esta manera sirva como base metodológica para
investigaciones posteriores.
La relevancia social de esta investigación es permeada por el beneficio en
términos de esclarecimiento del fenómeno, la precisión del lugar subjetivo que se
pone en juego en el contexto Payanes, la diversidad de mujeres entrevistadas, y el
fortalecimiento institucional para la construcción de paz, siendo la onceava ciudad
con más violencia de pareja en el País; en general la violencia intrafamiliar de
acuerdo al reporte del instituto de medicina de ciencias forenses en año 2015
registró 47.248 casos de violencia de pareja, en el año 2016 se registraron 36.290
caso y en el año 2017 se registraron 35.690 casos, sin embargo se han reportado
39.928 casos de violencia de pareja en el año 2019 y inicios del 2020, siendo esta
tipología de violencia la más agreste y de difícil manejo institucional en la
categoría de la violencia intrafamiliar.
Según el último boletín del mes de enero a octubre del año 2020 del instituto de
medicina y ciencias forenses de Colombia, el rango en donde más se presenta
violencia de pareja según la edad es en la etapa de la adultez (29 a 59 años) en
donde se encuentra 14.197 casos, posterior a este se encuentra la etapa de la
juventud (18 a 28 años) con 10.433 casos.
Si ante la violencia de pareja en las mujeres la ley como herramienta para la justa
aplicación de las leyes, y todo el esfuerzo en pro del bienestar a partir de la
separación, penalización, medidas de caución, no logra reducir el empuje pulsional
de un sujeto por permanecer en lazos violentos con su pareja; esta investigación
es pertinente e innovadora y pretende aportar al fortalecimiento institucional, al
entendimiento de los retos e imposibilidades en gestión institucional.

1.3 OBJETIVOS DE LA INVESTIGACIÓN

1.3.1 Objetivo general

Analizar la responsabilidad subjetiva en mujeres que, permaneciendo en


relaciones de pareja violenta, son afectadas subjetivamente por la pérdida, cuando

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denuncian en el Centro de Atención e Investigación Integral contra la Violencia
Intrafamiliar (CAVIF) de la ciudad de Popayán en el 2020.

1.3.2 Objetivos específicos

● Identificar la noción de responsabilidad subjetiva y duelo en la teoría


psicoanalítica
● Describir la violencia de pareja y la permanencia de mujeres en relaciones
de pareja violenta, de acuerdo con una revisión de la literatura.
● Distinguir si denunciar la violencia de pareja involucra una pérdida subjetiva
Relacionar la responsabilidad subjetiva en el consentimiento de mujeres que
permanecen en relaciones de pareja violentas con la pérdida subjetiva cuando
denuncian la violencia de pareja.
1.4 Objetivos del plan de trabajo

1.4.1 Objetivo general

● Relacionar la violencia de pareja con la permanencia de mujeres en


relaciones de pareja violenta cuando se denuncian en el Centro de Atención e
Investigación Integral contra la Violencia Intrafamiliar (CAVIF) de la ciudad de
Popayán en el 2020.

1.4.2 Objetivos específicos

● Describir la violencia de pareja y la permanencia de mujeres en relaciones


de pareja violenta, de acuerdo con una revisión de la literatura.
● Describir la violencia de pareja y la permanencia de mujeres en relaciones
de pareja violenta, en mujeres que la denuncian.

2. APROXIMACIÓN TEÓRICA

2.1 Violencia de pareja

La violencia en general es entendida como el acto o un conjunto de actos que


tienen como características principales; el abuso de la fuerza física, el empleo de

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armas o las acciones de extrema agresividad, son algunas de estas. (Hispánica
saber, 2014, p.1), de igual manera es un mecanismo coercitivo para afirmar la
voluntad sobre otro, para demostrar o sentir una sensación de poder. La violencia
se puede convertir así en un síntoma y una causa de las tensiones sociales.
(Unesco 1993, P.10- 11). La violencia es algo común en los seres humanos y es
un fenómeno universal y que ocurre sin distinción de clases sociales. (Bosch, e,
Ferrer, V, 2003). La violencia y los tipos de violencia en Colombia no siempre es
denunciado por las personas que la reciben, sin embargo, según las últimas
estadísticas del año 2019 del instituto de medicina y ciencia forense, en lo que
respecta a violencia de pareja esta es ocasionada en gran parte por los hombres,
es así como empieza a vulnerarse en gran porcentaje los derechos de la mujer.
Teniendo en cuenta el congreso de la república de Colombia del 2008, define la
violencia contra la mujer como cualquier acción u omisión, que le cause muerte,
daño o sufrimiento físico, sexual, psicológico, económico o patrimonial en su
condición de mujer, refiere que estos actos de cobardía son generados en
ambientes públicos y privados, en un clima intimidatorio de amenazas y privación
de la libertad; la realización de estos actos puede afectar la autonomía,
productividad, capacidad para cuidar de sí mismas, de sus hijos, y su calidad de
vida. También se ha encontrado que el término violencia se ha convertido en la
expresión más extrema y dolorosa con el paso de los años, representa las
relaciones de desigualdad entre hombres y mujeres puesto que es una forma de
poder mediante el empleo de la fuerza, ya sea física, psicológica, sexual,
económica o política la persona que realiza esto tiene un objetivo, busca obtener
de su víctima algún tipo de satisfacción, en ocasiones este tipo de amenaza causa
o tiene la probabilidad de generar lesiones, muerte, daños psicológicos, trastornos
del desarrollo o privaciones y surge cuando existe un desequilibrio en la víctima,
en el cual se establece una relación de abuso, por medio de ese tipo de conducta,
se busca someter, doblegar o subordinar al otro miembro de la relación ( Nóblega.,
M y Virginia., V. 2009); (Corsi, J, 1994); (Delgadillo., L y Mercado., A. 2010);

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(García., L y Valdés., D. 2014); (Zaldívar., A y Moyssén., S. 1998); (Gonzales., H y
Fernandez., T. 2010).
Así encontramos que existen varios tipos de violencia y en ellas se encuentran la
violencia de pareja, Según La Organización Panamericana de la Salud. (2013)
siguiendo la idea planteada anteriormente considera que la violencia de pareja se
presenta en todos los entornos y grupos socioeconómicos, religiosos y culturales
(p.1) de igual manera a este tipo de violencia se le atribuyen múltiples causas,
pero según APA sigue siendo fundamentalmente un comportamiento aprendido
que está conformado por las normas socioculturales y las expectativas del rol que
apoyan la subordinación femenina y perpetúan la violencia masculina (p.3). Dentro
de la violencia de pareja o violencia de género se encuentran unos tipos de actos
que se ejercen contra la mujer maltratada, Según (EDNS, 2010, 361); (Hispánica
saber, 2014). pueden ser actos sexuales, psicológicos o físicos, coercitivos contra
mujeres adultas y adolescentes por una pareja actual o anterior, también se ha
identificado un tipo de violencia de tipo económico, por la que se impide a una
mujer acceder a recursos básicos o tener su control.
La violencia de pareja es un problema social y de salud pública que aqueja a la
población colombiana y al departamento del Cauca, en donde esta inicia por lo
regular durante las relaciones de noviazgo, y en la mayoría de los casos continúa
y se acentúa en la vida conyugal. Por medio de varios estudios se ha podido
establecer que existen diferentes tipos de relaciones violentas y que los perfiles de
personas que actúan violentamente en contra de sus parejas son también
diversos, por consiguiente pueden identificarse una serie de conductas como:
intentos de control y aislamiento, la agresividad verbal, la falta de reconocimiento
de los propios errores, diversas formas de humillación y desprecio hacia la pareja,
etc. (Karakurt, G., et al. 2016); (Corsi., J y Ferreira., G. 1998); (Esparza, A, 2008).
Pero, estos continuos actos de agresión hacia una mujer han generado unas
consecuencias, aquellas mujeres que constantemente vivencian la violencia en la
pareja, se ven afectadas debido a que esta produce un desgaste en la mujer, lo
que reduce su capacidad para escapar, generando creencias de incapacidad y

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disminuyendo los recursos de enfrentamiento. La incapacidad para escapar de la
violencia en un tiempo razonable está influenciada por múltiples variables que
interactúan y favorecen que la mujer permanezca largo tiempo con la pareja
violenta antes de lograr salirse de la relación. (Mercado, D. et al. 2012, p.22).

La violencia de puede ser entendida como un ciclo, así (Mataud, M. et al. 2003);
(Sebastián, J., et al. 2010) y (Cárdenas., G y Polo., L. 2014) consideran que el
ciclo de violencia es perpetuado por su pareja, el cual puede responder a factores
biográficos y personales, factores interpersonales y socioculturales. Walker
(1979;1989) describe el ciclo en tres: acumulación de tensión, episodio de
agresión y la luna de miel, como algo repetitivo en relaciones de pareja violenta.
En este sentido cada una de sus fases muestra cómo se ejerce la violencia por
parte del victimario hacia la víctima y luego como esta es percibida por la mujer
maltratada, Álvarez y Torralba (2007) agrega otra fase: la negación de la violencia,
en la cual la víctima justifica su permanencia con la pareja maltratadora, Barcelata
y Álvarez (2005) plantean que el ciclo de violencia no es del todo constante,
puesto que hay situaciones que pueden cortar el ciclo de violencia, como los
hechos que pueden perjudicar de alguna manera la salud de la víctima.
Existe algo llamado sentimiento del amor, que supone para la mujer, la falsa
expectativa de tener la capacidad de cambiar a su pareja, pensando que con su
amor la relación podrá mantenerse. Sin embargo, siguiendo la idea de Ruiz (2017)
al ser incapaz de encontrar una explicación frente al comportamiento de su pareja,
la mujer comienza a buscar la causa en sí misma, auto culpandose del fracaso del
cambio, ya que la autoinculpación puede hacerla sentir como si todavía tuviera un
margen de control o maniobra para cambiar la relación, cuando en verdad lo que
empieza a desarrollarse es una distorsión de su realidad. (Ruiz, (p.26). No
obstante, para Deza (2012) las agresiones realizadas por la pareja, van asociadas
a las relaciones amorosas por lo que la forma en que las mujeres perciben este
tipo de relaciones es diferente a otras mujeres, en esta la víctima percibe las
relaciones como amor romántico y bien desde la historia el amor romántico se ha

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inculcado en la educación de las niñas, las adolescentes y las mujeres en general.
(p.46).
Algunos autores se han preguntado por el papel que juega el género, los
protagonistas externos y las repercusiones que trae este fenómeno, existen
hallazgos de investigaciones sociológicas como las de (Straus, M. A., & Gelles, R.
J. 1986); (Straus, M. A., Hamby, S. L., Boney-McCoy, S., & Sugarman, D. B.
1996); ( Póo, Ana María, & Vizcarra, M. Beatriz. 2008); (Sebastián, J, et al 2010);
(Rubio, F., González, M., Saúl, L. Á., & Sánchez, Á. 2012). Y de trabajo social
(McNeely, R. L., & Robinson-Simpson, G. 1987), que afirman que es similar la
frecuencia con que los hombres y las mujeres ejercen las distintas formas de
violencia. Que sea hombre o mujer no predice la direccionalidad de la violencia.
Existen investigaciones de este fenómeno que resaltan fundamentalmente el valor
de la acción social y política como factor preventivo. Entre los factores más
comunes que promueven la violencia de pareja según: (Robles Ortega, R. (2005);
(Mujica, J., M.Sc, y Bedoya, S. 2017). se encuentran: la estructura familiar
patriarcal, jerarquía social, discurso mariano de la femineidad. Los investigadores
han hallado unos factores de riesgo que pueden influir en la violencia de pareja,
(Byrne, C.A., Arias, I. & Lyons, C.M. 1993); (Yanes, J & González, R. 2000);
(Tuesca., R., Borda, M. 2003); (Zarza, M & Froján, M. 2005); (Guzmán, Y., &
Tyrrell, M. 2008); (González-Ortega, I., Echeburúa, E., y Corral, P. D. 2008); (Rey
Anacona, C. 2009); (Vázquez, F., & Torres, Á., & Otero, P., & Blanco, V., & López,
M. 2010); entre los más comunes se encuentran: aquellas mujeres que han sido
víctimas de malos tratos en la familia, tener bajo nivel educativo, bajo nivel social,
el hacinamiento, el desempleo, observación de violencia entre los padres, mujeres
que tienen baja autoestima, un aprendizaje en la infancia, justificación de actitudes
o conductas agresivas en la pareja, una transmisión de la violencia de generación
en generación.

2.3 Permanencia

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La permanencia en relaciones de pareja se explica como el acto que realiza una
mujer cuando decide continuar en una relación donde constantemente está
recibiendo maltrato físico y psicológico que perjudica su bienestar. De esta
manera, (Aguirre, 1985); (Echeburúa, E., Corral, P. Amor, P. J., Sarasua, B. y
Zubizarreta, I. 1997) (Anderson. 2003); (Monsalve Rojas, M., & Aguirre Higuita, L.
(2017). Hallaron que un considerable porcentaje de mujeres maltratadas después
de abandonar a su pareja regresan con ella. Así encuentran entre los argumentos
para explicar esta condición de retorno es: que las mujeres son adictas a la
violencia o que son distintas a las mujeres normales puesto que ellas no
comprenden el porqué de su maltrato, incluso defienden al agresor y lo justifican,
hasta el punto de pensar que merecían ser maltratadas.
La mujer maltratada, si bien trata de evitar al principio el maltrato físico utilizando
diferentes estrategias, va aprendiendo que nada de lo que haga evitará la
violencia, de modo que desarrollará una percepción distorsionada de
"entrampamiento". Como alternativa solo le quedará utilizar estrategias que le
ayuden a sobrevivir a la violencia o disminuir el riesgo de que esta sea mortal: de
aquí que la presencia de mecanismos tales como la negación y la disociación
sean básicos para su supervivencia. (Saltijeral, M., Ramos, L., y Caballero, M.
1998, p11).En dicha permanencia las agresiones realizadas por la pareja,
producen cambios; sin embargo, algo queda, huellas que no se modifican, no se
desvanecen y permanecen pese a las transformaciones que produce la violencia,
pueden estar habitando al sujeto antes de su relación de pareja, durante la
relación e incluso después de terminada la relación de pareja violenta, situando al
sujeto dentro de su historicidad, que lo retiene en su identidad, pero de cara a la
sorpresa contingente de la violencia. La persona crea una especie de alianza de
compromiso no sólo con quien las agrede y/o con los sucesos de violencia,
también con las huellas que sin desvanecerse se actualizan con sus ideales del
amor, así las cosas, aceptar los efectos característicos de la violencia y percibir la
relación de pareja violenta como una relación diferente a las otras son
movimientos singulares que muestran la dificultad de la persona para reconocer su

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permanencia en la violencia, en la pareja, en los ideales de amor que sostiene,
desde esta lógica no es una opción tan fácil huir de la violencia, o sentir que hay
vulneración de los derechos, generando creencias de incapacidad y disminuyendo
los recursos subjetivos de enfrentamiento en donde llegan a depender del otro y
se adaptan a él, produciendo desgaste en la mujer, lo que reduce la oportunidad
para escapar en un tiempo razonable, la decisión de permanecer conviviendo con
el agresor o de abandonar la relación supone un proceso dinámico, influenciado
por múltiples variables que interactúan y favorecen que la mujer permanezca, y
que no es sólo debido a la ausencia de recursos comunitarios como la falta de
alojamiento, empleo y servicios sociales que muestra sólo una parte de la
permanencia de una persona a largo del tiempo con la pareja que la violenta.
( Mercado-Corona et al..,2012; Waserman 2009; Hirschl 2015; Deza 2012; Tenorio
2014; Salber y Taliaferro, 2000; Amor, P y Echeburúa 2002; Montero 2001).

La violencia en relaciones de pareja también trae unas repercusiones, Casseres


(2014) en medio de un clima intimidatorio de agresiones, contacto físico, sexual y
emocional se pueden tomar diferentes decisiones que pueden desarrollarse a
diferentes factores cognitivos y emocionales, estas pueden contribuir al bienestar
o empeorar su propio malestar. La decisión de permanecer conviviendo con el
agresor o de abandonar la relación supone un proceso dinámico, el cual está
condicionado por múltiples factores cognitivos, socioeconómicos, emocionales y
psicopatológicos. (p.12). Las consecuencias de estos actos de influencia, también
permiten visualizar las características que la permanencia presenta, se encuentra
que debido a esto es más fácil identificar cuando una mujer accede no solo a
convivir con su maltratador, sino que decide realizar una alianza con su
permanencia, ya no es solo la violencia sino también permanecer en el. Para
algunos autores existen fases o teorías que ayudan a comprender por qué una
mujer permanece. Para Montero (2001). Existe una fase, llamada de adaptación,
la víctima comienza a identificarse con su agresor, es decir, en su búsqueda de un
nuevo equilibrio y estabilidad se posiciona donde se encuentra el máximo poder, el

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agresor, con quien “la víctima ensaya la composición de una especie de alianza
para intentar afrontar paradójicamente la espiral de agresiones” (p.21). De esta
forma, se puede deducir que la mujer modifica su base adaptativa para sobrevivir
a las consecuencias negativas que tiene el entorno traumático, “asumiendo el
modelo mental de su pareja y proyectando la culpa al exterior” (p. 25). Deza
(20121) las agresiones realizadas por la pareja, van asociadas a las relaciones
amorosas por lo que la forma en que las mujeres perciben este tipo de relaciones
es diferente a otras mujeres, en esta la víctima percibe las relaciones como amor
romántico y bien desde la historia el amor romántico se ha inculcado en la
educación de las niñas, las adolescentes y las mujeres en general. (p.46).
Las fases y teorías como medio de apoyo para entender las características de la
permanencia, demuestran que las teorías pueden dividirse en dos grandes grupos:
por una parte, aquellas que se centran en el proceso de toma de decisiones que
sigue una mujer maltratada, o cualquier otra persona, que se plantea dejar a su
pareja; y por otra, una serie de teorías que, de un modo u otro, aluden a una
relación de dependencia emocional entre el agresor y la víctima, sin descuidarlas
repercusiones psicopatológicas derivadas del maltrato, que claramente interfieren
en el proceso de toma de decisiones. (Amor, P., Bohórquez, I., y Echeburúa, E.
2006,p.133).
Así encuentran entre los argumentos para explicar esta condición de retorno es:
que las mujeres son adictas a la violencia o que son distintas a las mujeres
normales puesto que ellas no comprenden el porqué de su maltrato, incluso
defienden al agresor y lo justifican, hasta el punto de pensar que merecían ser
maltratadas. Por lo tanto, esta contradicción pone en manifiesto como lo plantea;
(Smith, A., et al. 2005). Que denunciar a su maltratador no siempre se relaciona
con el hecho de salir de la violencia, porque temen perder el amor que les da su
ser o que la violencia se tiende a aceptar de una manera normal.

- 19 -
3. DESARROLLO METODOLÓGICO

3.1 Análisis de entrevistas mediante el método de estudio de caso.

3.1.1 Selección de las fuentes de información.

La información se obtuvo a partir de la entrevista preliminar a profundidad


realizada a 18 mujeres que se ajustaban a los siguientes criterios de inclusión:
estado civil de mujeres casadas o unión libre o solteras, con una pareja estable,
que han sido violentadas por su pareja, en una o en más de una ocasión, mujeres
que acuden con la intención de denunciar en el Centro de Atención e Investigación
Integral contra la Violencia Intrafamiliar y que voluntariamente accedan firmar el
consentimiento informado. No se tuvo en cuenta mujeres con trastornos
psiquiátricos, o en estado de procesos jurídicos y judiciales.

Las entrevistas fueron consideradas fuente de información primaria, utilizada como


herramienta fundamental para descifrar los significantes de las mujeres; en rigor
se realizó microanálisis línea por línea para no cambiar las palabras y
representaciones propias de cada mujer en su discurso; con la intención de las
mujeres por denunciar la violencia de pareja, se realiza la entrevista antes de la
denuncia, se descifra y estructura desde la lógica de cada caso. Los elementos
extraídos, son codificados y cada uno representa una unidad conceptual en el
marco de las categorías de análisis de la investigación y del hablante ser de cada
mujer. Si bien la entrevista como técnica cualitativa considera la construcción
social de sentido, se usó primordialmente como unidad conceptual que descifra la
lógica de cada caso en su relación con la violencia de pareja y la permanencia de
cada mujer en ella. Las estrategias para el análisis de la información fueron:

3.2 Estrategias para el análisis de la información.


3.2.1 Selección y organización del corpus documental,

- 20 -
Se realizó una búsqueda ordenada y sistemática de 84 manuscritos en la
categorías de violencia de pareja entre 1984 y 2019, y 55 manuscritos en la
categoría de permanencia entre 1998 y 2018, entre libros, capítulos y artículos
encontrados en bases de datos como; Latindex, Dialnet, Doaj y E-revistas, Google
Académico, Redalyc, Scielo, ProQuest. Incluidos según su pertinencia en fichas
de análisis o matrices de información que permiten identificar nociones y
conceptos de teoría, confrontarla y administrar la información

3.2.2 Trabajo de campo


Se activan el convenio con la FISCALÍA, se solicitan permisos y avales
institucionales, entre la Universidad Cooperativa de Colombia y el Centro de
Atención e Investigación Integral contra la Violencia Intrafamiliar (CAVIF) de la
ciudad de Popayán; reuniones con funcionarios de la dependencia del CAVIF para
la presentación y socialización de criterios de inclusión y exclusión del proyecto de
investigación; los investigadores en el CAVIF confirman casillero tipológico de la
investigación; las mujeres son informadas previamente de los protocolos técnicos,
procedimentales y la finalidad académica; al aceptar diligencian consentimiento
informado; las entrevistas se graban y se transcriben.

3.2.3 Fase C: Codificación:


El proceso deductivo de codificación en el software de análisis cualitativo Atlas.Ti
v.8 se fundamenta en el corpus documental, la codificación abierta es emergente
(Strauss y Corbin 1990: 17; citado en Paz 2003), permitiendo identificar memos
generales y códigos in vivo vinculados a las 18 entrevistas; con la lectura general
de las entrevistas se obtiene una impresión global, posteriormente se realiza
microanálisis línea por línea en cada entrevista, seleccionando viñetas,
evidenciando propiedades y dimensiones que permiten darle cuerpo a la
codificación entre el enunciado y la enunciación para agrupar de manera lógica la
información obtenida. Se formaliza una vertebración teórico conceptual con dos
categorías de análisis y seis subcategorías: características de violencia de pareja,

- 21 -
tipos de violencia de pareja, características de permanencia, repetición
inconsciente, teoría indefensión aprendida y teoría trampa psicológica; se definen
y extraen elementos operativos, los cuales permitieron visibilizar códigos
extraíbles y redes semánticas para el refinamiento selectivo de la codificación de
cara al análisis hermenéutico.

Figura. 1. Vertebración realizada a partir de las categorías y subcategorías obtenidas en la codificación deductiva e
inductiva, abierta e invivo

3.2.4 Descripción de resultados.


Usando el AtlasTi v.8 se relacionan y describen resultados por medio de un
análisis de coocurrencia cruzando las subcategorías de análisis de la violencia de
pareja y permanencia de las mujeres en relaciones violentas evidenciando la
incidencia más alta de los códigos enraizados a las subcategorías, se hacen

- 22 -
comparaciones entre códigos y se confronta la información de la coocurrencia con
lo enunciado y la enunciación de las mujeres en las entrevistas.

3.3 Método

Es un estudio cualitativo cuyo modo de aproximación al objeto de indagación es el


estudio de caso, utilizando el análisis de discurso como vehículo para hacer
lectura comprensiva de las categorías de análisis que configuran el problema de
investigación (Bruyne. P. 1974, p.176), a saber, la violencia de pareja y la
permanencia de las mujeres en relaciones violentas cuando denuncian en el
CAVIF.
Usando el análisis de discurso se pasa de la observación del hecho a los
acontecimientos del decir, el interés es situar lectura del lazo violento donde la
mujer permanece en la relación de pareja, cuando esta es marcada por la
comandancia sorpresiva del significante que marca el discurso del sujeto.
Así las cosas “el sujeto no sólo emplea instrumentalmente el lenguaje, El lenguaje
nos emplea” (Lacan, 1969-1970 /2006. p. 70); y es lo que se pretende mostrar. No
es de interés situar lo inconsciente propio de la clínica psicoanalítica; se investiga
desde el psicoanálisis y no en el psicoanálisis.

Los abordajes complejos en el camino cualitativo impiden la definición única del


método cualitativo, Strauss y Corbin (1990: 17) citado en Paz (2003) aportan una
posible significación, así el método cualitativo produce resultados a los que no se
llegan con procedimientos estadísticos o intervenciones de tipo cuantificable, es
usado en procesos de investigación relacionados con historias de vidas,
comportamientos y experiencias de las personas en múltiples contextos, se
aproxima a la realidad, ubicando representaciones subjetivas y modos de relación
particular legitimando la cualidad de las expresiones de las mujeres para la
producción de conocimiento.

- 23 -
Parte del arsenal teórico conceptual del psicoanálisis es usado para situar la
violencia de pareja y la permanencia en mujeres que tienen relaciones de pareja
violentas, así, el estudio de caso como modo de investigación, de elaboración de
una interpretación – significación...con el objeto de someter a prueba su pregunta
(Cano, F. 2016. p.194) ¿De qué manera se describe la violencia de pareja y la
permanencia, en mujeres que tienen relaciones de pareja violentas, cuando
denuncian en el Centro de Atención e Investigación Integral contra la Violencia
Intrafamiliar (CAVIF) de la ciudad de Popayán en el 2020?

4. ANÁLISIS DE RESULTADOS.
Como resultado de la revisión de literatura, se encuentra que la violencia de pareja
atenta contra los derechos humanos como una atrocidad mayor, en ella se ejercen
conductas de control y desvalorización hacia la pareja; expresa dolorosamente
una manera extrema de la desigualdad de la relación de pareja en la vida
cotidiana; es un problema social y de salud pública la exacerbación de la violencia
verbal y el empleo de la fuerza, causa daños físicos o sexuales, quien sostiene
este lazo social violento obtiene de la víctima satisfacción, una meta que se fija en
la singularidad del lazo violento sin importar los efectos y consecuencias a corto y
largo plazo, o los estados civiles. Se manifiesta en parejas de novios, parejas en
unión libre, casados o después de estar separados con hijos o sin hijos,
extendiendo su lazo violento hasta cualquier tipo de ex pareja y las familias, se
logra incluso usar a los hijos como botín de la violencia; esta singular forma de
hacer lazo violento con la pareja, es un acto de violencia y no sólo de
manifestaciones conductuales violentas, en tanto que existe un consentimiento de
permanencia violenta en la pareja. Los actos abusivos aumentan en intensidad y
frecuencia, quien maltrata, busca imponerse, controlar, mantener el poder
logrando en su pareja obediencia y sumisión por medio de un clima intimidatorio,
miedo e incluso de terror.( Nóblega., M y Virginia., V. 2009); (Corsi, J, 1994);
(Delgadillo., L y Mercado., A. 2010); (García., L y Valdés., D. 2014); (Zaldívar., A y

- 24 -
Moyssén., S. 1998); (Gonzales., H y Fernandez., T. 2010).(Gutiérrez V. 2004,
p.312).

Otro resultado de la pesquisa documental indica que la permanencia de mujeres


se entiende como la incapacidad de una mujer para dejar el lazo amoroso y cortar
con la relación de pareja violenta, en la permanencia la inhabilidad para tomar
decisiones es una de las características que presenta una mujer, debido a que los
sucesos recurrentes de violencia generan en ellas particularidades en su
sufrimiento, donde romper con el lazo de permanencia no es una opción, debido a
que algo más es importante ahora para ella, que las une ya no solo a su núcleo
familiar sino que también las une a la pareja. La persona que es violentada ante
tantos sucesos de violencia crea una especie de alianza, acepta los efectos
característicos de la violencia y percibir la relación de pareja violenta diferente, se
guía en el amor romántico e ideal que toda relación debería tener, es así como la
decisión de permanecer conviviendo con el agresor supone un proceso dinámico,
influenciado por múltiples variables tantos psicológicas como emocionales. Sin
embargo la persona que ha generado agresiones continuas aprovecha estos
procesos dinámicos y sigue generando un desequilibrio y estabilidad emocional en
su pareja, el apego emocional en ambos es más fuerte y prevalece más que los
recuerdos tantos mentales como físicos obtenidos de la violencia, el agresor
también pide perdón y disculpas, en ocasiones no lo expresa pero si realiza
buenos tratos que duran un momento e incluso algunas semanas, la mujer tiene
que elegir entre consentir u aprobar más sucesos de violencia o en cortar con su
lazo emocional y de permanencia. En ocasiones se manifiesta que una mujer
permanece debido a la ausencia de recursos como alojamiento, empleo, servicios
sociales, pero, esto solo muestra una parte de lo que hace que una mujer continúe
permanencia por largo tiempo, lo que sigue prevaleciendo para las mujeres, es el
amor que tienen por su pareja y hasta dónde pueden llegar con este sin importar
las consecuencias. (Mercado-Corona et al..,2012; Waserman 2009; Hirschl 2015;

- 25 -
Deza 2012; Tenorio 2014; Salber y Taliaferro, 2000; Amor, P y Echeburúa 2002;
Montero 2001).

Después de refinar las categorías conceptuales por el corpus documental se


describen los hallazgos que responden al objeto de estudio de la investigación.
Una vez establecidas las relaciones en las 18 entrevistas entre las categorías
deductivas de análisis, memos generales de las entrevistas y de las
subcategorías, codificación invivo, dimensiones, propiedades y el análisis de co
ocurrencia de códigos; se depura la perspectiva de análisis en el fenómeno
investigado.

4.1 Corpus documental.


La violencia de pareja atenta contra los derechos humanos, una atrocidad mayor,
se ejerce conductas de control y desvalorización hacia la pareja; expresa
dolorosamente una manera extrema de la desigualdad de la relación de pareja en
la vida cotidiana; es un problema social y de salud pública la exacerbación de la
violencia verbal y el empleo de la fuerza, causando daños físicos o sexuales,
quien sostiene este lazo social violento obtiene de la víctima satisfacción, una
meta que se fija en la singularidad del lazo violento sin importar los efectos y
consecuencias a corto y largo plazo, o los estados civiles, se manifiesta en parejas
de novios, parejas en unión libre, casados o después de estar separados con hijos
o sin hijos, extendiendo su lazo violento hasta cualquier tipo de ex pareja y las
familias, se logra incluso usar a los hijos como botín de la violencia; esta singular
forma de hacer lazo violento con la pareja, es un acto de violencia y no sólo
manifestaciones conductuales violentas, en tanto que existe un consentimiento de
permanencia violenta en la pareja. Los actos abusivos aumentan en intensidad y
frecuencia, quien maltrata, busca imponerse, controlar, mantener el poder
logrando en su pareja obediencia y sumisión por medio de un clima intimidatorio,
miedo e incluso de terror. (Campbell, J, et al 1995); (Cantera, L, 2004); (Sanchez,

- 26 -
G, 2016); (Khaw., L & Hardesty., J. 2007); (Straus, M, et al 1996); (Castro., R y
Riquer., F. 2006); (Álvarez, et al 2016); (Ramírez., J y Vázquez., G. 1992);
(Ramirez, L , et al 2017); (Moreno, C, 1999); (Tristán, F, 2005); (Nóblega., M y
Virginia., V, 2009); (Corsi, J, 1994); (Delgadillo., L y Mercado., A 2010); (García., L
y Valdés., D 2014); (Zaldívar., A y Moyssén., S 1998); (González., H y Fernandez.,
T 2010).
Una vertebración representa la categoría de análisis de violencia de pareja; de
cara a la codificación deductiva en la subcategoria características de violencia de
pareja definida como un conjunto heterogéneo de comportamientos que empieza
con conductas abusivas, posteriormente van aumentando en intensidad, tienen un
objetivo por parte del agresor y es lograr obediencia y sumisión hacia su pareja;
puede ser realizado de forma intencionada o no intencionada en donde
constantemente se hace uso de la fuerza o la coacción, provocando secuelas que
pueden ser de tipo somático como dolor físico y úlceras, o de tipo emocional como
síntomas depresivos; se generan reacciones automáticas de irritación y ataque,
provocando situaciones molestas, frustrantes, de peligro o agresión para quien
está siendo agredido lo cual conlleva a un daño emocional; específicamente en la
autoestima, en algunas ocasiones otro objetivo es la privación de la libertad para
la persona que está siendo agredida, puede ser perpetrado por la pareja o ex
pareja. (Gerlock, A, 1997); (Moral., J y Lopez., F 2013); (Ramos., M y Saltijeral., L
2008); (Heise., L y Garcia., C, 2003); (Krug, G, et al 2003); (Finkler, K, 1997);
(Rodríguez., F y Córdoba., L 2009); (Sanchez, G, 2016); (Khaw., L & Hardesty., J.
2007); (Straus, M, et al 1996); (Arredondo, A, et al 2018); (Blanco, et al 2004);
(Tolman, R, 1989); (O’Leovary, K, 1999); (Golding, J, 1999); (Fonseca., L y Cerda.,
B 2012); (Plazaola., J y Pérez., I 2004); (Zubizarreta, I, 2004); (Ramírez., J y
Vázquez., G 1992); (Ramirez, L, et al 2017); (Moreno, C, 1999); (Tristán, F, 2005)
en esta subcategoría la violencia de la mujer y el agresor se definen como códigos
de análisis que permiten identificar conductas abusivas, de obediencia, conductas
de daño con o sin intención, el ejercicio de la fuerza o la coacción realizadas y
compartidas por la pareja; y el código daño emocional representa los efectos de la

- 27 -
violencia en la autoestima, la libertad, las somatizaciones, el ánimo depresivo, la
frustración y la irritación.
Los tipos de violencia de pareja son otra subcategoría, esta se asocia a los perfiles
diversos que se dan en la violencia de pareja, sin embargo, las tipologías de la
agresión son expresadas por medio de conductas de control y agresividad;
mostrando perfiles de agresión relacionados con violencia; psicológica, sexual y
física, esta última se considera con mayor incidencia en las relaciones de pareja,
se puede comprender cualquier acto, de control físico y emocional ejercido por la
pareja, falta de reconocimiento de los propios errores, diversas formas de
humillación y desprecio hacia su pareja, manteniendo un dominio sobre ella, en
esta subcategoría se encuentran representados códigos como: Actos de control,
humillación, desprecio, agresividad.
En la vertebración realizada, para la categoría de análisis, permanencia en las
relaciones de pareja violenta se tiene en cuenta que; las agresiones realizadas por
la pareja producen cambios; sin embargo, algo queda, huellas que no se
modifican, no se desvanecen y permanecen pese a las transformaciones que
produce la violencia, pueden estar habitando al sujeto antes de su relación de
pareja, durante la relación e incluso después de terminada la relación de pareja
violenta, situando al sujeto dentro de su historicidad, que lo retiene en su
identidad, pero de cara a la sorpresa contingente de la violencia. La persona crea
una especie de alianza de compromiso no sólo con quien las agrede y/o con los
sucesos de violencia, también con las huellas que sin desvanecerse se actualizan
con sus ideales del amor, así las cosas, aceptar los efectos característicos de la
violencia y percibir la relación de pareja violenta como una relación diferente a las
otras son movimientos singulares que muestran la dificultad de la persona para
reconocer su permanencia en la violencia, en la pareja, en los ideales de amor que
sostiene, desde esta lógica no es una opción tan fácil huir de la violencia, o sentir
que hay vulneración de los derechos, generando creencias de incapacidad y
disminuyendo los recursos subjetivos de enfrentamiento en donde llegan a
depender del otro y se adaptan a él, produciendo desgaste en la mujer, lo que

- 28 -
reduce la oportunidad para escapar en un tiempo razonable, la decisión de
permanecer conviviendo con el agresor o de abandonar la relación supone un
proceso dinámico, influenciado por múltiples variables que interactúan y favorecen
que la mujer permanezca, y que no es sólo debido a la ausencia de recursos
comunitarios como la falta de alojamiento, empleo y servicios sociales que
muestra sólo una parte de la permanencia de una persona a largo del tiempo con
la pareja que la violenta.( Mercado, D, et al 2012); (Hirschl, G, 2015); (Deza, S,
2012); (Tenorio, M, 2014); (Valencia., S y Taliaferro., E 2000); ( Echeburúa, E, et
al 2002); (Montero, A 2001).
Tanto así que la primera subcategoría, para esta categoría es la teoría de la
indefensión aprendida, en esta las personas sufren maltrato de forma impredecible
e incontrolable durante un periodo prolongado, llegando a un estado de
indefensión, un sentimiento de desesperanza que invade cuándo viven
experiencias en las que “hagan lo que hagan” no logran resolver
satisfactoriamente su condición. Se liga con la teoría de la unión traumática donde
las personas maltratadas desarrollan fuertes lazos emocionales o compromisos
con sus maltratadores, siendo incapaces de ejercer control sobre su ambiente;
obligadas a soportar las consecuencias de acciones que no elegirían
voluntariamente. La indefensión también se debe a acontecimientos
incontrolables, huellas que marcan la historia de la persona en la infancia o la vida
adulta, generando dificultades en la motivación, cognición, apatía y afecto,
debilitando la capacidad de solucionar problemas que puede interferir en la toma
de decisiones y hace más probable su permanencia dentro de la relación de
pareja violenta. (Dutton.,D & Painter., S 1981); (Ruiz, S, 2017); (Deza, S, 2012);
(Walker, L, 1989); (Amor., P y Echeburúa., E 2010).
En esta subcategoría el sentimiento de desesperanza se define como código de
análisis que permite interpretar que las personas hagan lo que hagan, su situación
no cambia; el código unión de compromiso al maltrato que representa las
personas incapaces de ejercer control y son obligadas o se obligan a soportar las
consecuencias; y el código consecuencias de la indefensión que representa cierta

- 29 -
debilidad en la capacidad de solución de problemas, y cómo hace uso de la
motivación, cognición, apatía y afecto, algunas veces son obligadas o se obligan a
sí mismas a soportar sucesos violentos, interferencia en toma de decisiones .
La teoría de la trampa psicológica es la segunda subcategoría de la permanencia,
la persona violentada tiene la esperanza de que el maltrato cese, buscando
generalmente tres motivos u intenciones para quedarse; los aspectos buenos y
malos que genera la relación y el grado de satisfacción con la relación, es el
primero; las soluciones que implican marcharse y dejar todo lo invertido en la
relación es el segundo; y por último el esfuerzo realizado en términos de tiempo,
energía e hijos fruto de esa relación. (Echeburúa, E, et al 2002); (Amor., P y
Echeburúa., E 2010); Katz y Schukrafft 2010; (Ruiz, S, 2017.) en esta
subcategoría se codifica el anhelo que representa la esperanza en el cese de la
violencia y la búsqueda de permanencia. Cuando la mujer busca cosas buenas y
malas de la relación para garantizar su permanencia y se centra en las
consecuencias que implica dejar la relación, esta búsqueda se ha codificado como
motivos para quedarse y el último código es el esfuerzo realizado en términos de
tiempo, energía e hijos fruto de esa relación.
La tercera subcategoría son las características de permanencia, entendiendo que
el ser humano no es un ser manso y amable por naturaleza, ante una agresión
reacciona y buscará en el otro satisfacer el motivo de la agresión, la persona
maltratada aprende que nada de lo que haga evitará la violencia, entrando en
cierta negación relacionada con la adaptación, creando una alianza de
compromiso para aceptar los sucesos de violencia, intentando sobrevivir a las
consecuencias negativas que tiene el entorno traumático; la dependencia
emocional como característica se liga al afecto por su pareja, evidenciando
comportamientos de sumisión, miedo a finalizar la relación, la persona prioriza
necesidades de su pareja frente a las propias y en nombre del sentimiento del
amor o del ideal del amor, perdona y justifica todo para mantener la relación; la
persona en su expectativa del amor romántico cree la falsa percepción de tener la
capacidad de cambiar a su pareja, dependiendo y adaptándose a ella, la persona

- 30 -
posterga todo, no acepta que la pareja se vaya y se dedica sólo al bienestar de su
pareja, sintiendo que nada vale tanto como esa relación. (Montero, A, 2001);
( Ruiz, S, 2017); . (Saltijeral, M., Ramos, L., y Caballero, M. 1998); (Echeburúa, E,
et al 2002); (Amor, P., Bohórquez, I. A., & Echeburúa, E 2006); (Freud,S, 1998);
(Avella, M, 2012); (Casseres, M, 2014); (Deza, S, 2012) en esta subcategoría la
adaptación a la ganancia de satisfacción es un código que se define por la
respuesta de la mujer con o sin agresión que genera satisfacción en la
permanencia; otro código se representa con la priorización del amor, aquí la mujer
justifica a su pareja, le perdona, atiende, es sumisa, e intenta cambiarle; el codigo
necesidad de ser amadas significa que la mujer ante la violencia permanente
exigen, pide o demanda continuamente ser amadas; así las cosas, la dependencia
emocional y el miedo a perder son los últimos códigos de esta tercera
subcategoría.
La repetición inconsciente es la cuarta y última subcategoría de permanencia se
relaciona con un ciclo de repetición de sucesos violentos que se encuentran
fallidamente en la mujer con la imposibilidad, lo real; es decir sería como el
despertar de una realidad inconsciente que insiste desde antes, lo que indica que
estaba, pero también estaba “a la espera” y se actualiza en la relación de pareja,
esa imposibilidad o encuentro con lo real sale a flote con una causa; esta causa se
puede asociar a la incapacidad de la persona para escapar de la violencia, y si
esta es prolongada, continua y permanente generará más incapacidad,
imposibilidad para escapar de los actos violentos.
Esta insistencia se convierte en un deseo ligado a ese encuentro fallido que ahora
se repite inconscientemente, y no produce placer, sino, que causan dolor, mal-
estar en aquello donde se permanece (Mercado, D, et al 2012); (Ambriz, R, 2002);
( Huitrayo, M, 2016); (Freud, 1999) en esta subcategoría se presentan los códigos
de actos violentos y el de incapacidad de escapar; los dos códigos representan en
la mujer su imposibilidad de salir de la repetición inconsciente, en el primer código
es una incapacidad para escapar al ciclo de sucesos violentos y el segundo código

- 31 -
nos indica su incapacidad de escapar a una permanente satisfacción que causa
dolor.
En la investigación se hace la unión de los significantes teóricos encontrados en el
corpus documental y en la vertebración, con las 18 entrevistas realizadas a
mujeres violentadas por su pareja. La unión de estos dos se realiza por medio de
un análisis de cocurrencia en el programa de Atlas.ti v.8, ocurrencia. Teniendo en
cuenta que Según (Galvez, 2018, p.278) por análisis de co-palabras se entiende el
estudio de las co-ocurrencias, o apariciones conjuntas, de dos términos en un
texto dado con el propósito de identificar la estructura conceptual y temática de un
dominio científico, en el proceso de análisis de co-palabras, una vez
seleccionadas los términos que se van a analizar, se construyen matrices de co-
ocurrencias, con las que se calculan medidas de similitud, o “similaridad”. Sin
embargo, para (Escalante,2009, p.62) Las co-ocurrencias pueden ser definidas
como la aparición simultánea de dos “datos” en un espacio pre-delimitado (por
ejemplo, dos palabras en una frase, dos descriptores temáticos para una misma
entrevista, etc.).Entonces el análisis final se realiza en torno a las categorías de
permanencia y violencia de pareja, teniendo en cuenta los códigos asociados a
cada subcategoría, los hallazgos encontrados en esta unión fueron los siguientes:
4.2 Análisis de Coocurrencia

Primer hallazgo entre los códigos actos de control, motivos para quedarse y
anhelo.

En las entrevistas a las mujeres que denuncian a su pareja violenta cuando ellas
sostienen la esperanza de que el maltrato cese, anhelando ser ayudadas, que su
pareja les colabore, que les pidan perdón, sosteniendo la esperanza de que
cambien y que se apacigüe o termine la violencia; constantemente se quedan
buscando cosas buenas y/o malas de la relación para garantizar su permanencia,
centrándose en las consecuencias que implica dejar la relación, incluso
sobrepasando su propio límite cuando no denuncian por no tener pruebas
suficientes ante las agresiones vivenciadas; así las cosas malas que les ocurren

- 32 -
también son motivos para permanecer consintiendo actos violentos, aprobando
que la pareja le mienta, le sea infiel, la amenace con suicidarse, consintiendo el
abuso psicológico, creyendo que la pareja va cambiar y que todo va estar bien
porque supone que esto sucederá y acepta que le pidan una oportunidad, o que le
digan que va cambiar, que harán todo por los hijos; al punto que la mujer cree
recuperar su lugar como mujer y esposa; y continua asumiendo el rol ideal de ama
de casa que lava, cocina, es fiel entre otros; lo cual le sirve para usar los cuidados
hacia la pareja y los hijos como vías para mostrar su queja o enviar un mensaje de
su malestar por la vida que lleva, en otras ocasiones este mismo mensaje cargado
de malestar se expresa por la vía del reclamo directo en la escena del conflicto por
las agresiones físicas o verbales, que son gatilladas por celos, posesividad y
persecuciones como actos controladores de sus parejas. Este consentimiento
asumido por las mujeres violentadas se traduce en una permanencia aprobada
que cronifica la violencia y genera un lazo particular en ella. Así, los actos de
control por parte de la pareja se incrementan, es decir entre más las mujeres
violentadas sostienen anhelos y motivos para quedarse, más se generan actos de
control por su pareja.

Segundo hallazgo entre los códigos motivos para quedarse, prioriza su ideal del
amor, agresividad y actos violentos

Existe un tejido de movimientos subjetivos sensibles de las mujeres a permanecer


en relaciones de pareja violenta, que involucran representaciones de agresividad,
actos violentos, sus motivos para quedarse, cómo ellas priorizan su ideal del amor
y las consecuencias de la indefensión que las habita.
El código de los actos violentos no son las manifestaciones conductuales
asociadas a las instrumentalización de la violencia, que se podrían observar con
golpes, moretones, lesiones entre otros, más bien representa cierta incapacidad
para escapar al ciclo de sucesos violentos, indicando la repetición que una mujer
puede consentir al volver a la violencia de pareja, buscar una nueva pareja con las

- 33 -
mismas características violentas o con una nueva pareja buscar retornar a su
antigua pareja violenta.
Las agresiones realizadas en las parejas violentas tienen varios matices, los dos
son agresores que comparten mutuamente la instrumentalización de la violencia
usando las palabras, es decir: insultos, mentiras, mal-trato, palabras soeces; sin
embargo en el hombre aparece una vía diferente de preferencia, deslizándose
rápidamente de la palabra a violentar cuerpo a cuerpo, así las cosas empujar,
amenazar, golpear, coger del cabello, arrastrar, herir o intentar herir a su pareja
con arma corto punzante es una tendencia en las denuncias de las mujeres.
Incluso cuando el hombre no lo dirige hacia su pareja, dicha agresión en
ocasiones se volca hacia sí mismo golpeándose y haciéndose daño; donde no
necesariamente hay un retorno al trámite por la palabra. Otra vía de la
instrumentalización violenta aparece paradójicamente en un consentimiento
mutuo, cuando el cuerpo y la palabra ya no representan vías de la acción violenta,
y en algunos casos se autorizan juntos usar a los hijos como campo fértil de
batalla, objetos de su disputa; legitimados imaginariamente en los ideales de
cuidado y protección para decidir no quién cuida a su hijo(a), sino quien controla y
tiene el poder sobre el otro.
La mujer que ha sido agredida tanto física como verbalmente, demanda a su
pareja colaboración, que responda ayudándole en su rol de esposa. busca motivos
para quedarse en las “cosas buenas” como el lazo amoroso que existe en el
tiempo de la relación; en sus propios sentimientos busca los motivos más
legítimos para permanecer a su lado; son motivos para quedarse en la relación los
semblantes que ve del arrepentimiento, pedidos de perdón, rogativas por nuevas
oportunidades, y las promesas de cambio de su pareja, incluso se usa a los
hijos(as) como bandera insignia del amor, el cuidado y la protección, siendo estos
una señal motivada de permanencia porque cumplen en algunos casos la función
de dique, que contiene todo intento de separación. Algunas separaciones se
registran dentro de las relaciones de pareja violenta, incluso cada uno tiene su
propia pareja, pero la mujer al retornar a la antigua relación de pareja violenta,

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sostienen en ese acto una permanencia e insistencia de la que nunca se han
separado o distanciado, y que no depende exclusivamente de quien la violenta.
Terminan la relación de pareja, pero la violencia que los enlaza como pareja
violenta no cesa de inscribirse, por ello; la mujer puede hacer caso omiso del ciclo
de sucesos violentos como si nunca hubiese sido vulnerada y se reinicia las
manifestaciones de los hechos violentos entre la pareja.
La mujer también puede hacerse de motivos para quedarse en “cosas malas”, así,
cuando el hombre es posesivo, controlador, persigue la mujer, agrediéndose en
ambientes públicos y privados; la mujer puede usar a los hijos(as) para
permanecer en la relación o la mujer puede permanecer en la relación por miedo a
perder los hijos, incluso es capaz de no recibir ayuda de personas extra de la
relación negando las agresiones vivenciadas y se abstiene de denunciar a su
maltratador.
La presencia del ideal del amor en las mujeres varía de acuerdo a cada posición
subjetiva en los ideales, se reconoce dicha posición cuando en el contexto de las
características de una relación de pareja violenta, la mujer responde a la violencia
justificando, perdonando, atendiendo a su pareja intentando cambiarlo y siendo
sumisa pese a las agresiones violentas.
Prioriza su ideal del amor cuando, coloca a los hijos de la relación primero y
decide quedarse en esta, el ideal tiene que ver con ser una mujer, que es capaz
de ayudar, proveer y trabajar por sus hijos, así prioriza el amor, no es una mujer
que abandona como los “típicos hombres”, más bien lo justifica y ella es capaz de
recibir la violencia que quiera, con tal de que sus hijos no sean agredidos.
Este ideal del amor aparece cuando la mujer “no abandona como los típicos
hombres” esta denegación del abandono bajo la forma del ideal tiene dos
movimientos; en el primero, una mujer que siendo violentada, vivió 9 años con su
pareja, lo denuncia y posteriormente es llevado al estrado judicial donde lo
condenan dos años con casa por cárcel, ella decide no abandonarlo y estar ahí.
Cuando se separó de esa pareja nuevamente elige una pareja maltratadora, con
antecedentes judiciales; mientras sostiene paralelamente una relación con su

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expareja, priorizando de nuevo su ideal del amor, sale a escondidas a tomar con
él, pese a que sabe que con el alcohol siempre se exacerba su violencia. Ahora
quiere demandar a su nueva pareja, porque la golpea, tiene otra mujer, le roba
dinero y la cela con el papá de su hija.
El segundo movimiento de la priorización de este ideal en una mujer aparece en la
afirmación “yo si soy una mujer” que ayuda, provee y trabaja en el sol y en el agua
para su hija, así prioriza su ideal del amor, no abandonando como los hombres
sino, permaneciendo en la relación así le golpeen, la traten mal, la agredan
verbalmente, ¡Puede recibir ella la violencia que quiera, pero su hija no!.
En algunas mujeres el ideal del amor las lleva a un goce desbordado, exacerbado
que no encuentra límite en las conquistas de los derechos civiles, ni en los
consejos virtuosos de la familia y la sociedad, incluso en la aplicación de la pena o
la administración de la justicia para su pareja violenta, algunas de estas mujeres
se permiten ubicar un límite posible cuando el amor a sus hijos o hijas hacen
condescender al goce.
Se reconoce el ideal romántico y de compañía que tapona la sensación de
soledad, ideales del amor que se hacen presente cuando una mujer independiente
laboralmente, que trabaja en la docencia, con autonomía económica, “siente no
ser capaz de estar sola”, pese a ser agredida tanto física como verbalmente;
sostiene un amor romántico por él, justificándolo al considerarlo “un buen papá
con los hijos”, así el ideal que prioriza le permite perdonarlo cuando los dichos del
arrepentimiento de él normalizan para ella la relación. Justificar y perdonar le
permiten taponar la sensación de soledad, y el costo de este movimiento subjetivo
es ignorar su propio bienestar, regresando con la pareja violenta, manifestando
que lo quiere, como una señal romántica de la permanencia aunque sabe que
regresar implica aceptar las consecuencias; ser violentada para no tener que
afrontar la incapacidad de estar sola, y la vía por donde justifica este movimiento
subjetivo son la paternidad con sus hijos, el apoyo económico de su pareja para
sus transportes.

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En otras ocasiones los ideales del amor en la mujer se ponen de cara a la “culpa”
como movimientos subjetivos del remordimiento, en especial cuando en el
contexto de la agresión realizada por su pareja, la mujer se identifica al agresor y
responde en su defensa, empujando, dislocando el dedo, pegando primero. La
mujer interceptada por su propio ideal del amor y por la identificación a su agresor
se defiende, consiente la idea de que la agresión compartida no va a volver a
pasar, que si bien es una defensa, también es responsable de dicha elección
forzada; el ideal del amor en la mujer ya no está en la fascinación romántica, más
bien se enfrenta con su remordimiento en la agresión compartida, y justo en este
singular modo en que se hace lazo social en la pareja, el hombre intensifica el
remordimiento de la mujer cuando proyecta su responsabilidad en la agresión
compartida y dice que la mujer también hace la agresión, que ella es culpable y
que él no puede dejar de agredirla así.
En otras ocasiones el ideal de amor no es priorizado por una mujer, esta no
acepta la razón por la cual su agresor comete actos violentos con ella, sin
embargo, se ve obligada a aceptar el por qué fueron efectuadas las agresiones
cuando en medio de las discusiones con la pareja, este exige a la mujer tomar
posición en medio del desencuentro generado entre el clima intimidatorio y las
amenazas. Este maltrato efectuado por su pareja la precipita a un juego de
semblantes, en donde el hombre exige a la mujer aceptar el error, por medio de la
culpabilidad, la mujer accede dándole la razón con el fin de que no se coloque
más agresivo y violento, llevándose a cabo con eficacia la estrategia de
semblantes, dando por hecho la priorización del ideal del amor y aceptando ser
culpable por las agresiones recibidas.
Algunas parejas aun en medio de periodos de separación comparten el contexto
de violencia, familiares y padres también participan juntos en actos violentos
apareciendo golpes mutuos en el cuerpo, insultos, amenazas, disputándose la
habitabilidad de la casa y la permanencia en ella, al ser exacerbados los actos
violentos son reconocidos por sus vecindades y la policía. La mujer piensa que los
actos violentos compartidos no van a trascender con su pareja, porque es habitual

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el movimiento cíclico de la tensa violencia a la calma, sin embargo, el ciclo no está
sólo de cara a la actual violencia compartida, también en la historia familiar de la
mujer a vivenciado desde la relación de pareja de sus padres el ciclo de sucesos
violentos que también se normalizaba después de los continuos rechazos.
Una mujer que consiente su ideal del amor, normalizando en su historia de vida
los ciclos de la tensa violencia a la calma, se esforzará en mantener la
permanencia en una relación de pareja violenta a partir de su tránsito en el ciclo y
su expectativa a que los actos violentos compartidos no van a trascender con su
pareja, van a estar juntos en la normalidad de su amor, no se dejarán ir, después
de la tensa violencia siempre vuelven.
En un momento de agresión y constantes actos violentos mutuos, el hombre es
pareja no solo de la mujer, también lo es del ideal que sostienen, que se evidencia
del paso de la violencia mutua a los momentos de normalización de su amor en
pareja. En ocasiones el acto violento del hombre se dirige a su pareja con el
designio de cumplir una meta, su finalidad es que la mujer interprete y se sienta
culpable; usa su cuerpo como medio violento, amenaza con realizarse daño,
busca una correa para ponérsela en el cuello y se la aprieta mientras es
observado, se golpea, se lanza a las paredes, las lesiones infringidas son un
mensaje dirigido a la mujer para que sea interpretado por ella: “yo lo hacía poner
así, y terminaba sintiéndome culpable”. El efecto de este movimiento subjetivo en
el hombre es lograr sumisión de la mujer y atención al ideal que comparten,
logrando que la mujer lo perdone, lo justifique, lo priorice, deje de lado su
bienestar conquistado por los derechos civiles que predefine la no vulneración de
derechos y acceda a la culpa atendiendo a su llamado, a la demanda de amor, así
se ubica el tránsito en el ciclo compartido y la expectativa de “normalidad”, recibe
abrazos y besos para imaginariamente posicionar lo habitual y común que se
espera de una relación de pareja con bienestar, haciendo como si nada hubiese
pasado y su relación no fuese una que simbolice la violencia de pareja.
Los pluriversos de la pareja violenta son tan variados como la mujer misma, la
mujer que recibe agresiones físicas y verbales; puede estar casada, en unión libre,

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separada, con uno o varios hijos, hijos pequeños, adolescentes, jóvenes adultos o
universitarios, con permanencias en relaciones de pareja violenta de 2 a 27 años o
más. Mujeres que pueden ser indígenas, afrodescendientes o mestizas, están sin
estudio, ni trabajo, o siendo universitarias, profesionales y con autonomía
económica fruto de su trabajo, sin nunca estar separadas de su pareja, o con
separaciones intermitentes, o con años de estar separadas o de cara a su primera
separación. Este reconocimiento de la ausencia del perfil en ellas, permite
acentuar la importancia de no forzar con artificios cualitativos una delimitación que
describa algo sospechoso en el fenómeno de la violencia de pareja, le da lugar a
la sorpresa que se puede describir, sin forzar una preformación que sesgue
características, imponga límites y acentúe particularidades que desconocen los
movimientos subjetivos de las relaciones de pareja violenta. Desperfilar también
puede aportar precisiones para generar claridades en los aspectos singulares de
las relaciones de pareja violenta.

Entre las diferentes versiones que acompañan los movimientos subjetivos de las
relaciones de pareja violenta, encontramos que la mujer recibe violencia
psicológica, amenazas, violencia física, es echada junto con su hija o hijos de la
casa que ayudó a construir, que su pareja tiene estudios universitarios, es
proveedor y responde económicamente por la casa y su hija, pero por ella no;
cómo la pareja no responde por ella “siente que no vale”. Cierta indefensión se
hace presente, se va para donde la madre para que le provea, la madre por varios
años continuamente le compra ropa, la asista, la invita y la apoya para que
estudie, la mujer alojada en el lugar donde ella misma no tiene un estudio y un
trabajo, no puede hacer nada. Indefensa ante su propia violencia también ubica a
su pareja como el agente que hace violencia con ella, dice: " El me hace sentir
como que yo no valía nada" "como si me colocara por debajo".
Otra mujer puede convivir en unión libre con la pareja, más de trece años de
relación, con hijos, permanecer no sólo en el tiempo, también en las agresiones.
En medio de una separación la mujer íntima con otra pareja y después se

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desencadena agresiones físicas de su pareja. La mujer siendo docente con
formación pos gradual y autonomía económica no denuncia, sabe de las
conquistas civiles en materia de derechos de la mujer, pero no es capaz de
mantener y llevar sola la casa, además sabe que su pareja se puede ir a la cárcel
siendo colaborador en casa, muy buen padre y responsable económicamente.
Otra mujer con hijos, mantiene relaciones de pareja violenta durante 6 años o
más, deciden hacer rupturas en esa violencia física, donde recibía frecuentemente
humillaciones, malas palabras, golpes en su casa, en la calle, insultos, amenazas
y también respondía en defensa propia con golpes. Sin embargo, después de
varios años de la separación continúan haciéndose agresiones físicas y verbales.
Cualquier motivo es útil para insistir y repetir la violencia; darse cuenta de una
nueva pareja, la comunicación por los hijos, usar a los hijos como escudo, “botín
de guerra”, o para enviarse mutuamente mensajes de reclamación alimentaria,
insatisfacción; otros motivos y no de menor importancia es el nuevo corte de
cabello del hijo, dejar en visto el WhatsApp, la indiferencia porque no se responde
o la grosería porque se responde por todo, dan lugar al remordimiento, la culpa y
la mujer se permite sentirse responsable de lo que ocurre.
Se reconoce que los elementos de la teoría de la indefensión y la unión traumática
mencionados por los autores (Deza 2012; Walker 1989; Seligman1975-Walker
1979,1984, citado por Amor y Echeburúa, 2010; Dutton y Painter;1981, Rhatigan y
Axsom;2006, Ruiz, 2017) refieren que la mujer que ha estado en una relación de
pareja y ha sido agredida, presenta incapacidad e interferencia en la toma de
decisiones, que disminuyen su capacidad para solucionar los problemas de su
hogar y los propios , debido a que es obligada a soportar sucesos violentos
generados en el clima intimidatorio de su relación de pareja, aparece un
sentimiento de desesperanza que invade a las personas cuándo viven
experiencias actuales o de su infancia en las que “hagan lo que hagan” no logran
resolver satisfactoriamente su condición; como efecto del acto desafiante y
cobarde generado por su pareja, se ve afectado los derechos, bienestar y la
tranquilidad que toda persona tiene derecho a tener.

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La teoría de la indefensión aprendida y la unión traumática suponen que el
sufrimiento de la mujer agredida psicológicamente, verbal y físicamente deviene
del maltratador, agresor y/o el hombre violento, se ubica en la lógica de la víctima
y el victimario, siendo la mujer el sujeto pasivo y la pareja agresora el sujeto
activo.
Entonces, se ubica que en condiciones de agresión física, psicológica y verbal la
mujer se le dificulta tomar de decisiones o es incapaz, sin embargo en los
hallazgos se descubre que la mujer en vez de huir y evitar las agresiones, decide
quedarse a consolar a quien le agrede; decide depender económicamente de su
pareja violenta, aun cuando tiene autonomía económica; o decide depender
económicamente de su pareja pero el ser rechazada, orienta su dependencia
hacia su madre; en medio de las agresiones decide expresar el amor
sumisamente bajo el mando de su pareja.
En algunas mujeres se disminuye su capacidad para solucionar los problemas
propios y de su hogar cuando la mujer siendo docente con formación pos gradual
y autonomía económica, no es capaz de mantenerse y llevar sola la casa; cuando
la buena paternidad, la responsabilidad económica y la dedicación de su pareja,
disminuye la capacidad de denunciar y asume una posición de sumisión a su
pareja por las agresiones cometidas; cuando la mujer pese a la repetida agresión
recibida, sostiene emocionalmente la expectativa de que las cosas van a mejorar o
su pareja se va calmar, justificándose desde su soledad y sus dificultades para
expresarse por otra vía que no sea los actos violentos que recibe una y otra vez.
Otras mujeres son obligadas a soportar sucesos violentos generados en el clima
intimidatorio, cuando son encerradas o echadas de su propia casa junto con sus
hijos, humilladas, insultadas, golpeadas y arrastradas del cabello por la sala de la
casa o en la calle, amenazadas y tratadas con malas palabras y cuchillos.
Existe también en las mujeres la repetición de la violencia de su infancia en sus
experiencias actuales donde permanecen en la relación de pareja violenta por
varios años, al final el sentimiento de desesperanza se muestra cuando la mujer
“siente que no vale”, haciéndose dependiente de su pareja, buscando que el

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responda por ella queda sin valor, rechazada, dejando de estudiar y trabajar siente
que no vale, y buscando que su madre responda por ella con comida y vestido
termina sintiendo que no vale, “haga lo que haga” no logran resolver
satisfactoriamente su condición. Algunas mujeres sostienen el imaginario de que
el ciclo de violencia no trasciende en su relación de pareja, porque se proponen en
medio o después de la violencia recibida besar, abrazar, consolar y justificar; sin
embargo, esa esperanza desaparece porque lo que hacen no logra resolver
satisfactoriamente su condición.

Tercer hallazgo entre agresor, motivos para quedarse y actos violentos

En el análisis de coocurrencia se halla que una mujer que ha sido agredida


constantemente en su relación de pareja por su agresor, busca las cosas buenas y
malas generadas en esta unión para permanecer en ella, como si tuviese una
incapacidad de escapar a ciclos de sucesos violentos. Existen mujeres que piden
que se les deje ir y no se van, otras mujeres se separan de su pareja físicamente
pero al pasar el tiempo vuelven con su pareja violenta, existen mujeres que se
separan físicamente pero intermitentemente se ven a escondidas o salen de
nuevo con su pareja; otras mujeres nunca se separan físicamente de su pareja,
pero fantasean que se van de la relación o dejarán a su pareja; en cualquiera de
los casos la lógica que se mantiene en tan distintos movimientos subjetivos, es la
repetición inconsciente, ninguna mujer rompe su lazo violento con la pareja o las
mujeres consienten enlazarse en relaciones violentas donde pueden permanecer.
La fuente de motivos para quedarse en una mujer, es una esperanza; que
depende de su relación de compromiso con la pareja, esto es su forma singular de
satisfacción en la relación de cara a su significación de los aspectos buenos y
malos de la relación y/o las alternativas con las que dispone para dejar todo el
esfuerzo invertido, los hijos y las implicaciones de marcharse o permanecer en la
relación de pareja violenta. Amor, P y Echeburúa, E,2002; Rhatigan y Axsom
2006; Amor & Echeburúa 2010; Katz y Schukrafft 2010; Ruiz, 2017.

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Una mujer después de recibir diferentes daños, conductas abusivas y que su
pareja le exige obediencia y la coacciona, decide concertadamente separarse; sin
embargo, la seduce un motivo para quedarse en la relación cuando asume que
esta separación es difícil para el hombre; ella misma se llena de argumentos
diciendo que “no es algo fácil para su pareja, que él tiene que estar muy mal, que
él no se hace a la idea de que se iban a separar”. La mujer habla en la voz del
hombre, proyecta su propia dificultad y malestar ante la idea de separarse.
La esperanza de que la relación no sea perfecta, pero cambie y sea más pacífica,
motiva a algunas mujeres a sostener su relación de compromiso con la pareja,
pese a las mentiras, golpes, amenazas, peleas, humillaciones o desprecio, la
mujer usa su posición en el silencio como una alternativa que dispone para
quedarse, así cuando no dice nada ante las implicaciones de la violencia, guarda
silencio para sí misma y la ayuda de los demás no la recibe y tampoco pide ser
ayudada. Incluso si la mujer abandona la posición en el silencio y confronta al
hombre para que le dé pena por lo que le hace y se avergüence por la mirada que
los demás identifican en su violencia; el uso de esta confrontación también lo hace
con la misma esperanza; en cualquiera de los dos movimientos subjetivos aparece
un sutil consentimiento; se busca la permanencia sin romper el lazo violento.
Que una mujer sepa previamente la existencia de ciclos violentos en su novio, que
experimente dentro de la intimidad del noviazgo ser violentada y encerrada, que
vea la feroz violencia que su novio hace en contra de su suegra, donde se pasa de
lo privado a la exposición de la intimidad en lo social, muestra un saber acumulado
de la experiencia vivida a lo largo del tiempo, una suerte de consciencia sobre las
agresiones recibidas, pero este saber consiente no le sirve a algunas mujeres para
romper el lazo violento con su pareja, paradójicamente consienten enlazarse en
esa relación violenta donde pueden permanecer, así las cosas, la mujer decide
formalizar su unión libre con él. Después de 5 años y una hija el ciclo violento no
cambia, es nuevamente agredida, decide denunciar muchas veces, pero siempre
que llega a la sala de denuncias de violencia de pareja en EL CAVIF, no es capaz
de finalizar la denuncia, ella intuye que los sucesos violentos se repetirán y se

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marcha del lugar, siempre desde el noviazgo ha sido intuitiva. Otras mujeres con
el saber de su vasta experiencia vivida en medio de cabezazos, moretones,
cicatrices físicas y emocionales no reaccionan, no actúan en defensa propia y
nunca se acercan a denuncia. El pensar su realidad violenta no modifica su
existencia en ella, más bien donde son en sus lazos violentos, insiste una
permanencia impensable.

Cuarto hallazgo entre daño emocional, unión de compromiso al maltrato y


consecuencias de la indefensión.

Si en la relación de pareja violenta coexisten consecuencias de la indefensión, y la


unión de compromiso al maltrato caracterizada por la incapacidad de ejercer
control y la obligación a soportar consecuencias violentas; se genera más daños
emocionales, es decir, más somatizaciones, depresiones, frustraciones e
irritabilidad que impactan la libertad y la autoestima de la mujer.
Algunos sucesos de violencia generan efectos de frustración e irritación inclusive
se ve afectada la autoestima de la mujer, sin embargo, otros acontecimientos
violentos se deben a la decisión que tiene el agresor para negarle a su pareja que
tenga acceso a un entorno diferente al que ella se encuentra, es así como se
confronta la libertad que toda mujer tiene derecho a poseer. No obstante, el estar
en un ciclo de sucesos violentos, genera interferencia en la toma de decisiones de
una mujer, ocasionando incapacidad para solucionar los problemas; el agresor
coloca a la mujer en una cuerda floja, es llevada a esta cuando debilita la
motivación y apatía de su pareja, es una persona consiente de los actos
cometidos, pero sabe que ella se encuentra bajo sus engaños y no está en la
capacidad de tomar una decisión, continua las amenazas y manifiesta; “si yo me
voy a la cárcel, me voy por algo, no por una bobada, si es así; yo me voy para la
cárcel por algo justificable, yo la mato o la dejo caminando mal pero, por nada, no
me iré a la cárcel”.

Quinto hallazgo entre desprecio, anhelo, prioriza su ideal del amor.

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La esperanza en que la violencia cese se convierte en un anhelo, las mujeres que
han sido violentadas por su pareja construyen por sí mismas una unión a esta,
tanto así que lo justifican y perdonan por los actos de agresión físicos, verbales y
emocionales que este realiza con ella, a pesar de esto, el hombre sigue ejerciendo
control hacia su pareja, hasta el punto de humillarla y despreciarla.
En las entrevistas de violencia de pareja algunas mujeres, esperan que su relación
sea diferente, que su pareja cambie, se crea una ilusión basada en excusas y
justificaciones para con su pareja, que son realizadas con el fin de no abandonar
su unión, tanto es así que piensan en los pros y el contra, anhelando que la
violencia cese. Sin embargo, esto puede convertirse en un arma de doble filo, las
consecuencias de permanecer también implican aceptar las ordenes impuestas
por su pareja, someterse a ser controladas, humilladas y golpeadas son
compensaciones recibidas en la búsqueda de permanecer. Existe el momento en
que la decisión tomada se convierte en un punto de desacierto, las mujeres ahora
se ven obligadas a aceptar su error de una forma imprevista, son humilladas y
despreciadas por su pareja. Aquel hombre que en su momento fue perdonado y
justificado ahora es un traidor, no es acomedido, agrede verbalmente a su pareja,
no ayuda con las labores de la casa, incluso puede llegar a echar a su pareja de la
casa, casa que fue construida fruto de ese hogar de amor. Es así como la
búsqueda de que la violencia cese, se convierte en algo imaginario en la mujer,
ahora es un anhelo más de la colección.
Existen momentos en los que una mujer violentada transforma su ideal del amor
de acuerdo a las vías de acción que tiene para hacerse respetar como la dueña y
señora de casa. Es el momento en que justificar, perdonar y atender a su pareja
intentado cambiarlo se reduce a una instancia en la que ahora debe también
luchar por los sentimientos propios y por el amor de su relación. La mujer se da
cuenta que su pareja ha decidido confrontar el amor en otros campos, ahora ya
no es el típico amor romántico de dos personas sino, el amor desde la satisfacción
que más personas pueden brindarle a su pareja, pese a esto se crea un
sentimiento de esperanza y de lucha por recuperar lo perdido, nuevamente la

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mujer demuestra y realiza acciones con tal de justificarlo y perdonarlo, dejando a
un lado el dolor que implica la violencia vivida, en este ocasión el propósito ha sido
cumplido ante el intento de cambio de ella hacia su pareja “ ya no tiene diez
mujeres sino, solamente tres”.
En otras instancias el ideal del amor es atravesado ya no por el amor romántico
sino, por el amor que una madre tiene para con sus hijos, ahora se excusa en
nombre de los hijos de la relación. Los sucesos de agresión que contribuyen al
daño de su propio semblante, se ven interrumpidos debido a que existe una
necesidad mucho mayor, que es capaz de soportar los momentos de desprecio y
humillación, el rol de madre hace que se asuma un papel de obligación donde es
necesario soportar priorizando el amor, como si no se tuviera más alternativas de
escape como si esa fuera su única solución, aunque esto ocurra existe algo que
no se ha perdido y es soportarlo todo para que el hogar se mantenga unido.

Sexto hallazgo entre humillación, con anhelo y prioriza su ideal del amor

En algunas relaciones de pareja violenta, el ideal del amor sobrepone todo


obstáculo en la relación, así ella sea humillada y despreciada, toma la iniciativa de
justificar y perdonar a su pareja con tal de que la relación no termine, es como si
se colocara en manifiesto un anhelo, como esa esperanza en que cese la
violencia, así es como se aguanta, soporta, contiene y se resiste y sin darse
cuenta se sigue permaneciendo en la relación violenta llena de desprecio, maltrato
y humillación.
El perfil de las mujeres que denuncian a su pareja es diverso al igual que los
grupos étnicos, no existe una categorización exacta para representar en un marco
los ítems que todas las mujeres deberían tener en común para ser maltratadas. En
este fenómeno de violencia de pareja, también se encuentro el caso de una mujer
que desde su niñez es huérfana, a raíz de esto su desarrollo y crecimiento se ve
afectado; toma las riendas del hogar, se convierte en el apoyo y sustento familiar
de su hermano. En vista de esto cuando crece, anhela tener una familia ideal, al
lado de un hombre perfecto y que no esté ausente. Pero, ahora el soñar con una

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familiar perfecta se convierte en un imaginario más, elegir su pareja actual no fue
la opción correcta, el padre añorado se convirtió en un hombre agresivo, que
insulta, humilla y desprestigia incentivando pensamientos de invalidez en su
pareja. Sin embargo ella no está ausente, es la madre y necesita brindarle a sus
hijos todo, con tal de que no les falte nada diciendo “quise darles un hogar estable,
que tuviera su papá, su mamá; que ellos tuvieran lo que yo no tuve” así llega el
punto en que la mujer se cansa de los malos tratos e intenta rescatar su relación,
emerge la esperanza de que la violencia cese pero, ella es frágil y expresa: “me
dejo convencer fácilmente”, es así como nuevamente se pone en manifiesto la
esperanza y el anhelo de seguir permaneciendo en la relación violenta.
Algunas mujeres priorizan su ideal en proporción con la soledad. La soledad surge
como un sentimiento que puede ser más violento que la violencia física que ella
misma recibe, el no estar sola hace parte de lo que prioriza en su ideal del amor,
en este caso es una mujer que ha tenido la oportunidad de estar con dos parejas;
la pareja que es buena persona, que no la agrede, que no sostiene paralelamente
relaciones afectivas con otras mujeres pero que no la apoya en el estudio y la deja
sola, no es la pareja ideal, si lo es, cuando manifiesta que puede permanecer con
un hombre que la violente, manipule y le sea infiel, siempre y cuando este la
acompañe y le apoyo en sus estudios. Otras mujeres que priorizan su ideal del
amor cuando permanecen en relación violenta, se observa cuando en una pareja
el laso amoroso ha sido quebrantado, la unión ahora es traspasada por la
existencia de más personas en la relación, aun así la mujer decide atender al
llamado, intenta cambiar su relación no aceptando los errores que su pareja
comete, lo justifica y opta por perdonarlo, incluso si está siendo humillada es
capaz de dejar su orgullo y llama la atención cuando le reclama a las personas
para que dejen de molestar por lo que en algún momento dice que fue suyo.

Séptimo hallazgo entre violencia de la mujer con actos violentos e incapacidad de


escapar.

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En la violencia de pareja, los daños y agresiones físicas, mentales y verbales
pueden ser bidireccionales, la mujer al igual que el hombre, también puede
realizar daño con o sin intención, con uso de fuerza o coacción. Cuando en una
relación de pareja violenta se quebranta algo se pasa a otro límite, la incapacidad
para escapar del ciclo de suceso violentos, se une a la incapacidad para escapar
de una permanente satisfacción que ha causa dolor, es decir el ciclo de sucesos
violentos que se repiten pueden ser soportados debido a que algo está generando
placer, sin embargo el acto de realizar conductas abusivas, en donde se genere la
obediencia deja ver lo singular de la demanda que hace una mujer cuando ahora
ella es quien agrede a su pareja.
En algunos casos las agresiones físicas y verbales en relaciones de pareja
violenta se convierte en un ciclo de actos que se repiten, después de la tormenta
causada por el clima intimidatorio de las agresiones, llega la calma, en este caso
la reconciliación de la pareja. A pesar de esto, se encontró que algunas mujeres
en medio del ciclo de sucesos violentos, han agredido a su pareja como si fuese
una violencia bidireccional es así como ahora se genera el yo te pego si tú me
pegas; algunas relaciones se ven traspasadas por el momento de una posible
separación en esta la mujer intuye que tanto para el hombre como para ella es una
separación difícil y genera un conflicto bidireccional donde en medio del clima
intimidatorio causado por los dos ahora se agreden y se insultan mutuamente; las
agresiones también se dan en entorno familiares, en donde el clima intimidatorio
emerge en la pareja, al suceder esto la familia de cada integrante entra en acción
no de conciliación sino de respuesta con más violencia, la mujer es golpeada, es
arrastrada de su cabello y como respuesta de esto utiliza su cuerpo y les pega. En
otras ocasiones las agresiones bidireccionales ocurren como un acto para
conseguir obediencia en donde el uso de la fuerza o coacción es notable ,
independientemente si estos actos están realizados con intención o no, una mujer
refiere que siempre que se genera el clima intimatorio quiere irse pero, esto no es
posible, expresa que; “él no me dejaba ir, me agarraba fuerte y yo lo empezaba a
empujar”, con el tiempo las agresiones aumentan en intensidad el hombre coge el

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celular de su pareja , ella intenta quitárselo y sucede algo; “ pues no fue
intencionalmente, pero pues sí, por querérselo arrebatar, lo empujé y lo hice
golpear” entonces las agresiones con o sin intención se convierte en algo mutuo
donde agredirse es normal, como si ambos ahora disfrutaran el hacerse daño, ya
que no es solo un daño físico sino, un daño emocional, el lazo amoroso que al
inicio se creó ahora es un lazo de amor sangriento donde lo normal es pisar la
integridad del uno hacia el otro.
En el ciclo de sucesos violentos, también se genera una incapacidad para escapar
del lugar en que se ha invertido tiempo, esfuerzo, dedicación y amor, esas
inversiones cuestan más que una inversión monetaria, es así como renunciar al
ciclo violento resulta ser difícil. En medio de los actos violentos también entra en
papel aquello se convierte en los actos de amor realizados por una mujer para el
beneficio y bienestar de su relación, ese motivo con el que realiza esto es como un
llamado de atención que la mujer realiza a su pareja para que esta vea lo buena y
resistente que ella es y no la deje ir, sin embargo en ese intento de escape
también pueden generarse otros significantes, que ahora se ven influidos en las
reacciones que tiene tanto el hombre como la mujer en medio del clima
intimidatorio de actos violentos.
Algunas mujeres optan por darle la razón a su pareja con tal de que él no se
coloque agresivo pero esto no siempre resulta fácil la mujer con el paso del tiempo
también se torna agresiva refiere que “yo también lo agredí pero siempre fue en
defensa propia, cuando él se me venía encima, a pegarme, me tocaba sacar la
mano y pegarle primero”; aunque no siempre se actúa en defensa propia en otros
casos, algunas mujeres buscaban de su pareja obediencia, que fuera el hombre el
que recibiera la violencia; era insultado, empujado, agredido físicamente, incluso
se generaban agresiones verbales con tal de desprestigiar y humillar a su
compañero, en otras situaciones la mujer necesitara decir lo que pasa con ella
misma “decide golpearse a sí misma” o los actos que ella hace los impone en la
voz de su pareja. Es así como aparece la significación singular, en la violencia no
siempre el hombre es el culpable y no siempre el hombre es el que obliga o realiza

- 49 -
diversos actos para que una mujer permanezca en una relación violenta, más bien
es la forma particular de una mujer por demostrar sus actos de violencia contra sí
misma. El acto de golpearse en este caso fue la manera de que ella llamó la
atención como un acto de amor para que el "la pareja" hablara con ella y a cambio
fuera abrazada, obteniendo obediencia y sumisión de su pareja. La incapacidad de
salir de la relación tormentosa no está ahora en el papel del otro las agresiones
cometidas, ahora existe algo que causa satisfacción como una manipulación
donde el dolor es vulnerado y ya no es el dolor de lamento sino el dolor de
permanecer en aquello que genera placer.

5. CONCLUSIONES

Al realizar el análisis de hallazgos entre la categoría violencia de pareja y


permanencia se encontró que en las mujeres que expresan su malestar al querer
colocar una denuncia a su pareja, no aceptan los efectos característicos de la
violencia de pareja, se encuentra que el ciclo se sucesos violentos disminuye en
gran cantidad los recursos subjetivos de enfrentamiento que una mujer puede
tener, pero aun así, ella accede al acto de depender del otro “su pareja”, permite
ser humillada y despreciada y en la mayoría de ocasiones vuelve a perdonar a su
pareja por las acciones realizadas, donde hace como si nada hubiera pasado y su
relación fuera una que no tiene características de violencia de pareja.
También se encontró que las mujeres muestran movimientos singulares para no
reconocer su permanencia en la violencia, tanto así que prefieren justificar a su
pareja, justificarse a sí mismas e incluso colocar como excusa los hijos fruto de la
relación para no quererse separar de ese lazo amoroso que incuba dolor. Estas
mujeres no siempre fueron capaces de expresar su malestar por sí propias su
identidad no es asumida hasta el punto en que buscan participantes extra a su
relación para así poder hablar de la violencia, el conformismo de estar en un ciclo
intimidatorio se convierte en la instancia en que no se opta por huir, sino que se
sigue bajo el estado de sumisión asumido conscientemente y se normaliza dentro
de su propia vida, siguiendo así la cotidianidad de su diario vivir.

- 50 -
En otros hallazgos fue posible observar cómo las mujeres violentadas, también
comparten con su agresor la instrumentalización de la violencia, se agreden, se
insultan y se amenazan mutuamente aún sabiendo que las vías de acción para
salir de la violencia pueden ser diferentes; en estos caso se presentó que aunque
las mujeres acudían a colocar una denuncia se retiran al saber las implicaciones
que esto tendría para su pareja, justificando que el peso de la justicia era
demasiado y no iban a poder llevar solas su hogar y necesitaban la compañía de
su pareja.
En la instrumentalización mutua de la violencia, además de encontrar que las
agresiones son compartidas se observó el llamado de atención que realiza una
mujer para hacerse sentir como la dueña y señora del hogar, en donde ahora
realiza agresiones a su pareja con el fin de que este miré no la capacidad que ella
tiene para defenderse sino, que observe la posición que ha optado por elegir para
ella también tener el control de la relación y permanecer en el ambiente de
desquite que causa satisfacción
En otros casos fue notable la posición de la mujer ante la violencia de pareja, en
esta aunque en múltiples ocasiones personas externas intentaron ayudarlas pese
a las agresiones recibidas ellas se negaron a recibir esta asistencia, diciendo que
el maltrato iba a ser peor, que las consecuencias de ser ayudadas luego su pareja
volvería a arremeter contra ellas de una forma más drástica, es sorprende como
una mujer que va a ser retirada de un clima intimidatorio de agresiones piensa en
que seguirá siendo nuevamente afectada por esta, la lógica indicaría que si es
ausentada de un lugar es para no volverse a encontrar con aquel sufrimiento,
tanto así que solo se recibiera sufrimiento si se vuelve a el lugar donde se goza de
aquello que no se quiere reconocer.

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7. ANEXOS.
7.1 Consideraciones marco legal

En Colombia los factores psicosociales tienen gran importancia en el desarrollo del


sujeto, un factor indispensable en la vida del sujeto es su formación, ya sea
técnica o profesional. Desde el siglo XX, la psicología ha progresado como
profesión y desarrollo científico, permitiendo integrarse a diversas líneas de
comprensión humana, una de ellas es la educación que a su vez se ha

- 60 -
comprometido con el aprendizaje, el pensamiento de sus estudiantes en relación a
ellos mismos y la forma de percibir el mundo, el desarrollo de la inteligencia y la
capacidad para construir una sociedad crítica, emprendedora, y analítica. Esto ha
llevado a la incorporación de la psicología en diferentes contextos y uno de ellos
es la psicología clínica.
Teniendo en cuenta la idea anterior, el ejercicio de la psicología visto desde el
ámbito legal propone un rol de ética y rectitud para el correcto ejercicio y
desarrollo de los psicólogos en formación es así como se hace mención a la ley
1090 del 2006 en la cual está estipulado el código deontológico y bioético, donde
se describe las características del buen ejercicio en la profesión del psicólogo, las
normas y deberes que éste como agente responsable debe desempeñar en su
servicio profesional. A su vez se consideran la resolución N° 008430 de 1993, Por
la cual se establecen las normas científicas, técnicas y administrativas para la
investigación en salud. En los Art. 5 y 6 donde refiere que toda investigación en la
que el ser humano sea sujeto de estudio, debe prevalecer el respeto a su dignidad
y protección de sus derechos y bienestar, así mismo se debe prevalecer en la
seguridad de los participantes y deberán contar con el consentimiento informado
escrito en donde estos autoricen su participación.
En la investigación se deben tomar las precauciones necesarias y respetar los
derechos y las libertades de los sujetos así mismo la creación del consentimiento
informado fue realizada según los criterios de la resolución Nº 008430 de 1993,
teniendo en cuenta el artículo Art.14, nos refiere que un consentimiento Informado
es el acuerdo por escrito, mediante el cual el sujeto de investigación o en su caso,
su representante legal, autoriza su participación en la investigación, con pleno
conocimiento de la naturaleza de los procedimientos, beneficios y riesgos a que se
someterá, con la capacidad de libre elección y sin coacción alguna.

7.2 Protocolo de autorización, recolección, devolución y eliminación de


resultados.

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Teniendo en cuenta que la investigación se realiza en convenio con el CAVIF de la
fiscalía y la Universidad Cooperativa de Colombia, se establecen unas medidas
para el manejo de la Información, tales como:
Las entrevistas grabadas en audio y el consentimiento informado debía estar
firmado por el participante, para realizar la transcripción de la entrevista
investigativa, a su vez la creación del consentimiento informado debía ser
realizada según la resolución Nº 008430 de 1993.
En la transcripción de los audios se omitieron todos los datos personales, con el
fin de respetar el anonimato de las personas entrevistadas.
Los investigadores que realizaron las entrevistas debían brindar un espacio de
escucha y observación investigativa y no terapéutica, por medio de entrevistas
preliminares de investigación a las mujeres que han sido violentadas por su
pareja, de igual forma debía socializar los objetivos del proyecto, informar que, al
no ser un espacio terapéutico, la información entregada fruto de la experiencia de
violencia de pareja, no hacía parte del contenido de una denuncia formal.
La información recolectada (videos y audios), reposan con el equipo de
investigación (portátil), el cual será custodiado por el equipo investigador.
Los consentimientos informados de manera física serán archivados en la
Universidad Cooperativa de Colombia, oficina de la coordinación de
investigaciones de la facultad de psicología.
Se socializa la resolución Nª 008430 de 1993, entre los investigadores para tomar
las precauciones necesarias y respetar los derechos y las libertades de los sujetos
incluidos en la investigación.

7.3. Convenio Fiscalía General de la Nación

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