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Daño Ambiental

El medio ambiente es el espacio en el que se


desarrolla la vida de los distintos organismos
favoreciendo su interacción, encontrándose tanto
seres vivos, como elementos sin vida y otros
creados por la mano del hombre.
El ambiente, antes considerado un recurso
infinito, inagotable; se ha transformado en un
recurso crítico, tomando conciencia de que es
escaso, por lo cual es fundamental su protección
desde todas las perspectivas: biología, ecología,
políticas estatales (económica, urbanística,
educativa, etc.), con una conciencia ambiental responsable y el ordenamiento jurídico, surgiendo el
derecho ambiental.
El derecho ambiental es una rama del derecho autónoma, constituida por las normas, principios e
institutos que sistemáticamente regulan las actividades humanas como Derechos Humanos, en su
interacción con el ambiente.
Daño Ambiental:
El daño ambiental es toda alteración que modifica en forma negativa el ambiente, sus recursos, el
equilibrio de los ecosistemas, o los bienes o valores colectivos.
No es personal, ni directo, ni individual, sino impersonal, plural o masivo, indirecto o reflejo, no
cumple con los requisitos del daño civil.
El daño ambiental también refiere al daño que otro produce en el medio ambiente, ocasionando un
daño particular a los intereses legítimos de una persona determinada, a un determinado derecho
subjetivo y que legitima al damnificado a realizar un reclamo de una reparación o resarcimiento del
perjuicio patrimonial o extra patrimonial que le ha causado.
Ej.: * el derrame de petróleo en el medio del mar : daño ambiental.
* el caso de los vecinos, que por beber el agua contaminada por una fábrica, se enfermen:
daño a través del ambiente.
Aquí se diferencia las consecuencias, ya que en el daño ambiental el afectado es la colectividad y el
propio medio ambiente, y en el daño a través del ambiente la lesión se configura a una o varias
personas concretas.
Derecho al Medio Ambiente - Legislación Argentina
Con la Reforma de la Constitución Nacional en el año 1994 se plasmó los denominados Derechos
de 3ra Generación, como consecuencia y en el contexto del desarrollo de la Sociedad Industrial.
Art. 41 CN: todos los habitantes gozan del derecho a un ambiente sano, equilibrado, apto para el
desarrollo humano y para que las actividades productivas satisfagan las necesidades presentes sin
comprometer las de las generaciones futuras, y tienen el deber de preservarlos.
Las autoridades proveerán a la protección de este derecho, a la utilización racional de los recursos
naturales, a la preservación del patrimonio natural y cultural y de la diversidad biológica, y a la
información y educación ambientales.
Corresponde a la Nación dictar las normas que contengan los presupuestos mínimos de protección,
y a las provincias, las necesarias para complementarlas, sin que aquéllas alteren las jurisdicciones
locales.
Se prohíbe le ingreso al territorio nacional de residuos actual o potencialmente peligrosos, y de los
radiactivos.

POLITICA AMBIENTAL NACIONAL


Ley 25.675
Presupuestos mínimos para el logro de una gestión sustentable y adecuada del ambiente, la
preservación y protección de la diversidad biológica y la implementación del desarrollo sustentable.
Principios de la política ambiental. Presupuesto mínimo. Competencia judicial. Instrumentos de
política y gestión. Ordenamiento ambiental. Evaluación de impacto ambiental. Educación e
información. Participación ciudadana. Seguro ambiental y fondo de restauración. Sistema Federal
Ambiental. Ratificación de acuerdos federales. Autogestión. Daño ambiental. Fondo de Compensación
Ambiental.
Sancionada: Noviembre 6 de 2002
Promulgada parcialmente: Noviembre 27 de 2002
LEY GENERAL DEL AMBIENTE
Artículos más significativos:

ARTICULO 2º — La política ambiental nacional deberá cumplir los siguientes objetivos:


a) Asegurar la preservación, conservación, recuperación y mejoramiento de la calidad de los
recursos ambientales, tanto naturales como culturales, en la realización de las diferentes actividades
antrópicas;
b) Promover el mejoramiento de la calidad de vida de las generaciones presentes y futuras, en forma
prioritaria;
c) Fomentar la participación social en los procesos de toma de decisión;
d) Promover el uso racional y sustentable de los recursos naturales;
e) Mantener el equilibrio y dinámica de los sistemas ecológicos;
f) Asegurar la conservación de la diversidad biológica;
g) Prevenir los efectos nocivos o peligrosos que las actividades antrópicas generan sobre el
ambiente para posibilitar la sustentabilidad ecológica, económica y social del desarrollo;
h) Promover cambios en los valores y conductas sociales que posibiliten el desarrollo sustentable, a
través de una educación ambiental, tanto en el sistema formal como en el no formal;
i) Organizar e integrar la información ambiental y asegurar el libre acceso de la población a la
misma;
j) Establecer un sistema federal de coordinación interjurisdiccional, para la implementación de
políticas ambientales de escala nacional y regional
k) Establecer procedimientos y mecanismos adecuados para la minimización de riesgos
ambientales, para la prevención y mitigación de emergencias ambientales y para la recomposición de
los daños causados por la contaminación ambiental.
ARTICULO 4º — La interpretación y aplicación de la presente ley, y de toda otra norma a través de
la cual se ejecute la política Ambiental, estarán sujetas al cumplimiento de los siguientes principios:
Principio de congruencia: La legislación provincial y municipal referida a lo ambiental deberá ser
adecuada a los principios y normas fijadas en la presente ley; en caso de que así no fuere, éste
prevalecerá sobre toda otra norma que se le oponga.
Principio de prevención: Las causas y las fuentes de los problemas ambientales se atenderán en
forma prioritaria e integrada, tratando de prevenir los efectos negativos que sobre el ambiente se
pueden producir.
Principio precautorio: Cuando haya peligro de daño grave o irreversible la ausencia de información
o certeza científica no deberá utilizarse como razón para postergar la adopción de medidas eficaces, en
función de los costos, para impedir la degradación del medio ambiente. .
Principio de equidad intergeneracional: Los responsables de la protección ambiental deberán velar
por el uso y goce apropiado del ambiente por parte de las generaciones presentes y futuras.
Principio de progresividad: Los objetivos ambientales deberán ser logrados en forma gradual, a
través de metas interinas y finales, proyectadas en un cronograma temporal que facilite la adecuación
correspondiente a las actividades relacionadas con esos objetivos.
Principio de responsabilidad: El generador de efectos degradantes del ambiente, actuales o futuros,
es responsable de los costos de las acciones preventivas y correctivas de recomposición, sin perjuicio
de la vigencia de los sistemas de responsabilidad ambiental que correspondan.
Principio de subsidiariedad: El Estado nacional, a través de las distintas instancias de la
administración pública, tiene la obligación de colaborar y, de ser necesario, participar en forma
complementaria en el accionar de los particulares en la preservación y protección ambientales.
Principio de sustentabilidad: El desarrollo económico y social y el aprovechamiento de los recursos
naturales deberán realizarse a través de una gestión apropiada del ambiente, de manera tal, que no
comprometa las posibilidades de las generaciones presentes y futuras.
Principio de solidaridad: La Nación y los Estados provinciales serán responsables de la prevención
y mitigación de los efectos ambientales transfronterizos adversos de su propio accionar, así como de la
minimización de los riesgos ambientales sobre los sistemas ecológicos compartidos.
Principio de cooperación: Los recursos naturales y los sistemas ecológicos compartidos serán
utilizados en forma equitativa y racional, El tratamiento y mitigación de las emergencias ambientales
de efectos transfronterizos serán desarrollados en forma conjunta.
ARTICULO 6º — Se entiende por presupuesto mínimo, establecido en el Artículo 41 de la
Constitución Nacional, a toda norma que concede una tutela ambiental uniforme o común para todo el
territorio nacional, y tiene por objeto imponer condiciones necesarias para asegurar la protección
ambiental. En su contenido, debe prever las condiciones necesarias para garantizar la dinámica de los
sistemas ecológicos, mantener su capacidad de carga y, en general, asegurar la preservación ambiental
y el desarrollo sustentable.
ARTICULO 11. — Toda obra o actividad que, en el territorio de la Nación, sea susceptible de
degradar el ambiente, alguno de sus componentes, o afectar la calidad de vida de la población, en
forma significativa, estará sujeta a un procedimiento de evaluación de impacto ambiental, previo a su
ejecución,
ARTICULO 12. — Las personas físicas o jurídicas darán inicio al procedimiento con la presentación
de una declaración jurada, en la que se manifieste si las obras o actividades afectarán el ambiente. Las
autoridades competentes determinarán la presentación de un estudio de impacto ambiental, cuyos
requerimientos estarán detallados en ley particular y, en consecuencia, deberán realizar una evaluación
de impacto ambiental y emitir una declaración de impacto ambiental en la que se manifieste la
aprobación o rechazo de los estudios presentados.
ARTICULO 13. — Los estudios de impacto ambiental deberán contener, como mínimo, una
descripción detallada del proyecto de la obra o actividad a realizar, la identificación de las
consecuencias sobre el ambiente, y las acciones destinadas a mitigar los efectos negativos.
Educación ambiental
ARTICULO 14. — La educación ambiental constituye el instrumento básico para generar en los
ciudadanos, valores, comportamientos y actitudes que sean acordes con un ambiente equilibrado,
propendan a la preservación de los recursos naturales y su utilización sostenible, y mejoren la calidad
de vida de la población.
ARTICULO 22. — Toda persona física o jurídica, pública o privada, que realice actividades riesgosas
para el ambiente, los ecosistemas y sus elementos constitutivos, deberá contratar un seguro de
cobertura con entidad suficiente para garantizar el financiamiento de la recomposición del daño que en
su tipo pudiere producir; asimismo, según el caso y las posibilidades, podrá integrar un fondo de
restauración ambiental que posibilite la instrumentación de acciones de reparación.
ARTICULO 23. — Se establece el Sistema Federal Ambiental con el objeto de desarrollar la
coordinación de la política ambiental, tendiente al logro del desarrollo sustentable, entre el gobierno
nacional, los gobiernos provinciales y el de la Ciudad de Buenos Aires. El mismo será instrumentado a
través del Consejo Federal de Medio Ambiente (COFEMA).
ARTICULO 27. — El presente capítulo establece las normas que regirán los hechos o actos jurídicos,
lícitos o ilícitos que, por acción u omisión, causen daño ambiental de incidencia colectiva. Se define el
daño ambiental como toda alteración relevante que modifique negativamente el ambiente, sus recursos,
el equilibrio de los ecosistemas, o los bienes o valores colectivos.
ARTICULO 28. — El que cause el daño ambiental será objetivamente responsable de su
restablecimiento al estado anterior a su producción. En caso de que no sea técnicamente factible, la
indemnización sustitutiva que determine la justicia ordinaria interviniente, deberá depositarse en el
Fondo de Compensación Ambiental que se crea por la presente, el cual será administrado por la
autoridad de aplicación, sin perjuicio de otras acciones judiciales que pudieran corresponder.
ARTICULO 29. — La exención de responsabilidad sólo se producirá acreditando que, a pesar de
haberse adoptado todas las medidas destinadas a evitarlo y sin mediar culpa concurrente del
responsable, los daños se produjeron por culpa exclusiva de la víctima o de un tercero por quien no
debe responder.
La responsabilidad civil o penal, por daño ambiental, es independiente de la administrativa. Se
presume iuris tantum la responsabilidad del autor del daño ambiental, si existen infracciones a
las normas ambientales administrativas.
ARTICULO 30. — Producido el daño ambiental colectivo, tendrán legitimación para obtener la
recomposición del ambiente dañado, el afectado, el Defensor del Pueblo y las asociaciones no
gubernamentales de defensa ambiental, conforme lo prevé el artículo 43 de la Constitución Nacional, y
el Estado nacional, provincial o municipal; asimismo, quedará legitimado para la acción de
recomposición o de indemnización pertinente, la persona directamente damnificada por el hecho
dañoso acaecido en su jurisdicción.
Deducida demanda de daño ambiental colectivo por alguno de los titulares señalados, no podrán
interponerla los restantes, lo que no obsta a su derecho a intervenir como terceros.
Sin perjuicio de lo indicado precedentemente toda persona podrá solicitar, mediante acción de
amparo, la cesación de actividades generadoras de daño ambiental colectivo.
ARTICULO 32. — La competencia judicial ambiental será la que corresponda a las reglas ordinarias
de la competencia. El acceso a la jurisdicción por cuestiones ambientales no admitirá restricciones de
ningún tipo o especie. El juez interviniente podrá disponer todas las medidas necesarias para ordenar,
conducir o probar los hechos dañosos en el proceso, a fin de proteger efectivamente el interés general.
Asimismo, en su Sentencia, de acuerdo a las reglas de la sana crítica, el juez podrá extender su
fallo a cuestiones no sometidas expresamente su consideración por las partes.
En cualquier estado del proceso, aun con carácter de medida precautoria, podrán solicitarse medidas
de urgencia, aun sin audiencia de la parte contraria, prestando debida caución por los daños y
perjuicios que pudieran producirse. El juez podrá, asimismo, disponerlas, sin petición de parte.
ARTICULO 34. — Créase el Fondo de Compensación Ambiental que será administrado por la
autoridad competente de cada jurisdicción y estará destinado a garantizar la calidad ambiental, la
prevención y mitigación de efectos nocivos o peligrosos sobre el ambiente, la atención de emergencias
ambientales; asimismo, a la protección, preservación, conservación o compensación de los sistemas
ecológicos y el ambiente.
Las autoridades podrán determinar que dicho fondo contribuya a sustentar los costos de las acciones
de restauración que puedan minimizar el daño generado.
La integración, composición, administración y destino de dicho fondo serán tratados por ley
especial.
Código Civil y Comercial:
Señala la protección al medio ambiente en los
Artículo 14: Derechos Individuales y de
Incidencia Colectiva; y Artículo 240: Límites al
ejercicio de los derechos individuales sobre los
bienes.

Función preventiva del daño ambiental:


La prevención es el eje central del derecho ambiental. En esta materia, mas vale las soluciones
tempranas de anticipación, porque se sabe que el daño al ambiente puede conllevar a situaciones de
daños grabes e irreversibles.
La responsabilidad del daño ambiental es primero precautoria, (frente a un riesgo hipotético
sospechado) luego de prevención, (amenaza previsible de daño) mas adelante, producido el daño
ambiental de recomposición, restauración in natura o reparación en especie., y finalmente de
compensación indemnizatoria.
Todo el instrumento jurídico ambiental está orientado a evitar la consumación del daño, debido a
que la solución tardía muchas veces es inútil, por ello es necesario actuar sobre las causas y las fuentes
de los problemas.
La incorporación de la función preventiva en el CCyC puede fortalecer la defensa del ambiente. Lo
mismo podemos decir de las normas contenidas en materia procesal respecto de la legitimación activa
de obrar (acreditar un interés mínimo pero suficiente).
En la misma línea, la Ley general del ambiente 25.675 consagra la plena aplicación de los
principios preventivo, precautorio (art. 4) y la prioridad de la recomposición del daño ambiental.
Colocando al resarcimiento mediante indemnización en una posición subsidiaria y solo para el caso en
el que no resulte técnicamente factible la recomposición art.28.
La doctrina y la jurisprudencia sostiene que se deben instrumentar las herramientas que en actitud
de prevención sean capaces de lograr que se obtenga el objetivo apuntado por el art. 41 de la
Constitución.
Una vez que se produce el daño, la recomposicion es prioritaria, es el primer deber del responsable
de la contaminación, y en caso de insolvencia de los responsables, el Estado deberá hacerse cargo de la
misma a fin de asegurar el art. 41 de la CN.
El objetivo del resarcimiento de daños es volver las cosas al estado anterior a la producción del
mismo, que resulta imposible en la mayoría de los casos.
En determinado supuestos aún no existen reglas claras que permitan determinar la entidad o la
cuantía de determinados perjuicios a fin de traducirlos en un monto indemnizatorio razonable.
Matilde Zavala de Gonzales decía que, dentro del más elemental sentido común y como indistinto
natural del ser humano, resulta preferible conservar y proteger los intereses valiosos en lugar de
recomponerlos después de su menoscabo.
En caso de amenaza de daños en los derechos de incidencia colectiva, la tutela preventiva puede ser
canalizada por vía del amparo, que lo resguarda en el art. 43 de la CN.

Función resarcitoria del daño ambiental:


Factor de atribución:
El Art. 28, 1° parte de la Ley General del Ambiente establece la responsabilidad objetiva, por lo
tanto, la única posibilidad de eximirse sería acreditando que los daños se produjeron por culpa
exclusiva de la víctima o por un tercero que no se debe responder (art.28 de la LGA).
Existe amplio consenso sobre el factor objetivo de esta responsabilidad, que recae sobre el factor
riesgo y supone que quien es dueño de cosas o realiza actividades que agraven el peligro de dañar,
deben responder por los daños que ellas originen a terceros. El art. 1757 del CCyC consagra la
responsabilidad objetiva, impone la obligación determinada de impedir que la cosa de la actividad,
perjudique a terceros

Antijuricidad:
La antijuricidad es la producción de una conducta por
acción u omisión que causa un daño justo, que puede
estar originada en hechos o actos jurídicos lícitos o
ilícitos. La afectación al medio ambiente es
antijurídica, incluso si se cuenta con una autorización
administrativa y se prueba haber cumplido con las reglamentaciones vigentes. Esto surge del art
1757 del CCyC que señala que, tal permiso es insuficiente para exonerar de responsabilidad. La
jurisprudencia opina que: resulta imposible aceptar que como consecuencia de una actividad o de
una omisión de las autoridades a cargo del ejercicio del poder de policía, pueda tolerarse la
violación del deber de no dañar.
Muchos casos de daño ambiental constituyen daños injustificados (antijuricidad material) a pesar de
que la actividad dañadora pueda estar autorizada, o sea, licita desde el punto de vista formal.

Daños Resarcibles y Extensión del Resarcimiento:


Rige el principio de reparación plena. El concepto de daño refiere a una lesión a un derecho o un
interés no reprobado por el ordenamiento jurídico, que tenga por objeto a la persona, el patrimonio o
un derecho de incidencia colectiva. De esta forma claramente incluye el daño ambiental colectivo. La
indemnización va a comprender el perjuicio directo o indirecto, actual o futuro, como pérdida de la
chance. También comprende los que afecta a los interés legítimos de una persona determinada.
Cuando estamos en presencia de un daño de incidencia colectiva, existe un principio general en la
materia: el que contamina paga.
El que causa el daño ambiental tiene la obligación de restablecer el ambiente a su estado anterior, y
si es insolvente, el estado deberá hacerse cargo de la recomposición ambiental.
En caso de que no sea técnicamente factible su restablecimiento, deberá determinarse una
indemnización sustitutiva.
La dificultad existe a la hora de determinar ese valor, ya que el ambiente no tiene un precio de
mercado.
Entre las técnica propuestas la más apropiadas son las de Enrique Peretti que son: La magnitud del
daño: su reparabilidad, la afectación de recursos naturales, salud, biodiversidad y ecosistema; periodo
de tiempo en que se desarrollo la actividad contaminante; características del responsable; rentabilidad
de la actividad contaminante; costo de la producción que se externalizan; comunidad afectada; paisaje
afectado; previsibilidad de los efectos de la acción contaminante; culpa o dolo de la gente; posibilidad
tecnológica de evitar o atenuar los efectos contaminantes.
El Art. 28 de la Ley General del Ambiente establece que en caso de que no sea posible el
resarcimiento al estado anterior del daño, los causantes deberán pagar una indemnización sustitutiva
que deberá integrar el fondo de compensación ambiental, creado por el art. 34 de la presente ley. Hasta
la fecha no existe reglamentación de la conformación de este fondo.
En caso de que la afección del medio ambiente provoque daño injusto a una o varias personas
determinadas, esta legitimado el y los damnificados para accionar en reclamo de una reparación o
resarcimiento del prejuicio.

Relación de Causalidad:
El carácter difuso del daño ambiental plantea un marco de complejidad respecto de identificación
del agente productor del daño.
Es por ello que la causa, en las obligaciones para proteger el ambiente, no siempre se puede
determinar con claridad el causante del daño, es decir, hay certezas relativas.
Es regla general que la prueba de la existencia de los presupuestos de la responsabilidad civil corre
por cuenta de quien alega el hecho, en el caso de un daño de incidencia colectiva.
La víctima siempre debe demostrar la conexión material, entre un determinado hecho, y su
resultado. La causalidad no se presume, así lo dispone el art. 1736 del CCyC. En caso de pruebas
difíciles, corresponde atenuar el rigor probatorio y una eventual dispensa del cumplimiento de las
cargas probatorias.
La causalidad en término de probabilidad: permite al juez fundar su decisión sobre los hechos que,
aún sin estar establecido de manera irrefutable, aparecen como más verosímiles (presentan un grado de
probabilidad predominante) en esta cuestión cobra significativa importancia la prueba estadística, la
misma requiere necesariamente de la presencia de prueba vinculadas con el suceso especifico.
De allí que, podemos distinguir entre dos nociones de probabilidad:
- La probabilidad estadística: basada en una verificación empírica y porcentual de una sucesión
determinada de eventos.
- La probabilidad lógica: consiste en el grado de verosimilitud o credibilidad que puede ser
atribuido a la hipótesis formulada al caso en concreto.
Por lo tanto la probabilidad estadística es un elemento instrumental, que el juzgador podrá utilizar
para poder arribar a un juicio de probabilidad o credibilidad racional.

Eximentes:
La extensión de responsabilidad es una carga
probatoria que debe soportar el o los responsables
del daño ambiental. Es decir, su responsabilidad se
presume.
La extensión de responsabilidad está establecida
en el art. 1757 del CCyC pero ampliada en el Art.
29 de la Ley General del Ambiente.
No basta con la culpa de la víctima, el
responsable debe probar que se ha adoptado todas
las medidas destinadas tenientes a evitar el daño.
El responsable debe, no tener culpa concurrente con la víctima, por más pequeña que sea su
participación e imputación en el evento dañoso.

Legitimación activa:
El Art. 30 de la Ley General del Ambiente
distingue: 1) el daño particular o “a través del
ambiente”. Se afecta individualmente al titular de
un derecho subjetivo, el cual tiene una
legitimación resarcitoria individualizada por medio
de la acción de recomposición o indemnización.
Dice la norma “quedará legitimado para la acción
de recomposición o de indemnización pertinente,
la persona directamente damnificada por el hecho
dañoso acaecido en su jurisdicción”.
Daño ambiental de incidencia colectiva que habilita una legitimación colectiva de recomposición.
Esta legitimado para interponer la recomposición del ambiente, el afectado, que reúne el carácter de
“cualquier persona que acredite interés razonable y suficiente en la defensa de aquellos intereses
colectivos que por ello mismo son supraindividuales
Legitimación Pasiva:
Si en la comisión del daño ambiental colectivo
hubieran participado dos o más personas, o no
fuera posible la determinación precisa de la medida
del daño aportado por cada responsable, todos
serian responsables solidariamente de la reparación
frente a la sociedad (art. 31 de la Ley General del
Ambiente).
En caso de que el daño sea producido por
personas jurídicas, la responsabilidad se hace
extensión forma personal a sus autoridades y
profesionales, en la medida de su participación.

La responsabilidad del Estado:


El sistema de responsabilidad civil está destinado
solo a los particulares, ya que la misma no es
aplicable al estado, ni de manera directa, ni
subsidiaria, digiéndose por las normas del derecho
administrativo nacional o local.
En los términos de los arts. 1764 a 1766 del
CCyC, los daños al medio ambiente generados por
el estado, cuando esté actúa de forma directa
como agende dañador, de regirán por las reglas
específicas que establecen sus propias disposiciones, es decir la ley N° 26.644 en la que dispone la
responsabilidad objetiva y directa del estado, si bien dicha responsabilidad es más limitada tiene
ciertas cuestiones y en materia de eximentes.

Derecho Comparado - Legislación de Paraguay sobre Medio Ambiente

Constitución de Paraguay: los actos que realizamos


tiene impacto en el medio ambiente, con el transcurrir
de los años se desarrolló cambios irreversibles que
influyen en la vida y el planeta.
Dispone en la Sección II del Ambiente los siguientes
Artículos que establecen:
Artículo 7: Derecho a un Ambiente Saludable.
Toda persona tiene derecho a habitar en un ambiente saludable y ecológicamente equilibrado.
Constituyen objetivos prioritarios de interés social la preservación, la conservación, la
recomposición y mejoramiento del ambiente, así como su conciliación con el desarrollo humano
integral. Estos propósitos orientan la legislación y la política gubernamental.
Artículo 8: de la Protección Ambiental:
Las actividades susceptibles de producir alteraciones ambientales serán reguladas por la Ley.
Asimismo esta podría prohibir o restringir aquellas que califique peligrosa.
Se prohíbe la fabricación, el montaje, la importación, la comercialización, la posesión o el uso de
armas nucleares, químicas y biológicas, así como la introducción al país de residuos tóxicos. La Ley
podrá extender esta prohibición a otros elementos peligrosos.
El delito ecológico será definido y sancionado por Ley. Todo daño al ambiente importará la
obligación de recomponer e indemnizar.
Artículo 38: del Derecho a la Defensa de los Intereses Difusos.
Artículo 115: de las Bases de reforma Agraria.
Derecho penal:
Artículo 716: Delitos Contra el Medio Ambiente.
Código Penal:
Ley N.º 1160/97: Hechos Punibles contra las bases naturales de la vida humana.
Derecho Administrativo:
Ley N.º 294. Evaluación de impacto ambiental.
Derecho Civil – Código Civil:
Ley N.º 1183/85

Alumnos:
Ledesma, Karen
Sosa Morel, Sofia M.
Segovia, Silvia E.
Barrientos, Gustavo
Landaida, José A.
Jurisprudencia de Daño Ambiental

Colisión de buques y derrame de hidrocarburo. JUICIO DE ABORDAJE. Fuero de atracción.


Prelación de las normas de la Ley 25675 sobre el Art. 522 de la Ley 20094. Cuestiones de
competencia. Invalidez de la prórroga de jurisdicción
EXPTE. 4205/03 - "Municipalidad de Magdalena c/ Shell CAPSA y otros s/disposición residuos
peligrosos" - CAMARA FEDERAL DE APELACIONES DE LA PLATA (Buenos Aires) - SALA II -
30/12/2003
"La Ley General del Ambiente N° 25675, publicada en el Boletín Oficial el 27 de noviembre de 2002,
ordena establecer prioritariamente procedimientos adecuados para la minimización de los riesgos
ambientales, para la prevención y mitigación de emergencias ambientales y para la recomposición de
los daños causados por la contaminación ambiental (art. 2, inc. k, de la ley 25.675); desplazando, de
este modo, la primacía del fuero de atracción del art. 552 de la Ley 20094 que constituye, por su propia
naturaleza y como lo demuestra el mismo trámite de esta causa, la antípoda de la rapidez y simplicidad
del "procedimiento adecuado" exigido por la ley ambiental."
"Si quedara dudas, la nueva ley es de orden público (conf. art. 3 de la ley 25.675), esto es, sus
disposiciones no pueden ser dejadas de lado por conformidad de las partes. En el caso, por ejemplo,
eso quiere decir que es inválida la prórroga a extraña jurisdicción dispuesta por el mero arbitrio de los
responsables del daño ambiental, y que dichas disposiciones prevalecen sobre las normas que rigen la
discusión de asuntos del derecho privado, tal el supuesto de un juicio por abordaje."
"Por tanto, la Ley General del Ambiente, posterior al fallo de la Corte Suprema del 19-11-02 modifica,
según los fundamentos expuestos, sustancialmente el desarrollo argumental sobre el que se sostuvo esa
decisión, lo que autoriza a este Tribunal a disponer la competencia del juzgado de esta sección en las
causas deducidas por el Municipio de Magdalena originadas en el derrame de petróleo de que se trata
(conf. Fallos 166:220; 167:121; 178:25; 179:216; 181:305; 183:409; 192:414; 216:91; 293:50, entre
otros)."
Texto completo
//Plata, 30 de diciembre de 2003.//-
AUTOS Y VISTOS: Este expte. n° 4205/03 caratulado "Municipalidad de Magdalena c/Shell CAPSA
y otros s/ disposición residuos peligrosos", proveniente del Juzgado Federal N° 4 de esta ciudad.-
Y CONSIDERANDO QUE:
I. Llega la causa a esta Alzada en virtud de los recursos de apelación interpuestos tanto por la parte
actora como por la demandada Shell CAPSA contra la sentencia definitiva de fecha 14 de noviembre
de 2002 [Fallo en extenso elDial - AA13F1] que hizo lugar a la demanda (v. fs. 1199, 1265 y
1142/1152, respectivamente)). En tal sentido, el juez de primera instancia condenó a Shell CAPSA a
efectuar las medidas y diligencias necesarias para obtener la disposición final y adecuada de los
residuos de hidrocarburos de su propiedad y, asimismo, a la recomposición del medio ambiente dañado
en los términos de las normas de derecho ambiental que juzgó aplicables. Impuso, asimismo, una
sanción conminatoria de $ 100.000 por cada día de retraso en el cumplimiento de las respectivas cargas
legales, pero excluyó de responsabilidad a Boston Compañía Argentina de Seguros S.A.-
II. La parte actora se agravia por el rechazo de la acción dirigida contra la compañía aseguradora (v. fs.
1390/1392);; mientras que Shell pretende, por un lado, que se declare la incompetencia del juzgador
por las consideraciones efectuadas tanto en la apelación de fs. 1356/1389, como en el incidente de
nulidad de la sentencia resuelto a fs. 1286 y que también se encuentra en grado de apelación por
recurso de fs. 1302 y, por otro, argumenta sobre la errónea valoración de la prueba ofrecida y la
incorrecta aplicación de las normas vigentes realizada por el a quo.-
Respecto del conflicto de jurisdicción sostiene, sustancialmente, que el juez de primera instancia
resulta incompetente pues -a su entender- debió remitir las actuaciones al Juzgado de la Ciudad de
Buenos Aires donde tramita el juicio de abordaje de acuerdo a lo establecido por el artículo 522 de la
Ley de Navegación N° 20.094 y resuelto por la Corte Suprema en su fallo del 19 de noviembre de
2002 [Fallo en extenso elDial - AA13A7] (v. pto. II del escrito de fs. 1356/1389 y pto. I del memorial
de fs. 1393/1421). La mentada cuestión de competencia fue también objeto de reiteradas
manifestaciones por parte del Municipio demandante, como surge de las las presentaciones en estos
actuados del 11 de julio de 2003 y el pedido de elevación a Cámara solicitado en la causa
"Municipalidad de Magdalena c/ Shell y otros s/ordinario, recomposición del medio ambiente", en la
cual el a quo se declaró competente en el juicio de abordaje (v. fs. 929/933 vta. y 800/801 vta.,
respectivamente, del citado expediente). En dicha presentación, más precisamente, la actora requirió la
intervención de esta Cámara con fundamento en lo dispuesto por el artículo 13 del CPCCN que reza
que "...cuando dos o más jueces se encontraren conociendo de un mismo proceso, cualquiera de ellos
podrá plantear la cuestión de acuerdo con el procedimiento establecido en los artículos 9 a 12".-
III. En tales condiciones, por tres vías distintas se ha traído a decisión de esta Cámara - así, los
recursos de Shell contra la sentencia definitiva y contra el rechazó del incidente de nulidad, y el pedido
de elevación a Cámara de la actora en la causa de recomposición ambiental- el conflicto positivo de
competencia que corresponde zanjar en forma previa y de una vez por todas suscitado entre el juzgado
del circuito donde tramitan las causas por daño ambiental y el Juzgado de la Ciudad Autónoma de
Buenos Aires en el que se sustancia el abordaje que ocasionó el derrame de petróleo que motivó,
precisamente, aquellas demandas iniciadas por el Municipio de Magdalena. Ello es así, pues al margen
de lo que quepa resolver en las apelaciones sobre la cuestión de fondo, se debe sin más trámite superar
este debate entre los dos juzgados federales que ha paralizado virtualmente el trámite de las
actuaciones por más de un año, y generado la tacha de nulidad de las resoluciones adoptadas en esta
causa de remediación ambiental, nulidad cuya decisión prolonga otra vez en forma incierta su
definitiva conclusión, todo lo cual en forma incompatible con los derechos e intereses de orden público
y rango constitucional que se pretenden proteger.-
IV. Observemos el desarrollo del conflicto de competencia, tomando para no ir más lejos como punto
de partida el fallo de la Corte Suprema de Justicia de la Nación del 19 de noviembre de 2002 [Fallo en
extenso elDial - AA13A7]. Dicho fallo con remisión al dictamen del Procurador General y estricta
mayoría de cinco votos -dos de cuyos firmantes ya no () forman parte del Alto Tribunal-, se pronunció
con fundamento en el art. 522 de la Ley de Navegación 20.094 en el sentido de que es de aplicación el
fuero de atracción del abordaje previsto en esa norma también a las causas ambientales, por lo que las
que tramitaban en esta jurisdicción debían proseguir ante el Juzgado Nacional de Primera Instancia en
lo Civil y Comercial Federal N° 3 de la Ciudad de Buenos Aires, al que las partes responsables de los
buques que protagonizaron el siniestro ambiental habían resuelto prorrogar la jurisdicción.-
Nótese, sin embargo, que el Máximo Tribunal decidió la aplicación del fuero de atracción sobre las
causas ambientales, pero nunca se sometió a su decisión ni se expidió sobre la competencia en el juicio
por abordaje. En efecto, una atenta lectura del dictamen del Procurador General, al que se remitió la
Corte, específicamente señala que "en rigor, la cuestión litigiosa no giró en torno a .... la posible
competencia de los tribunales de la Ciudad de la Plata en el juicio de abordaje...... sino objetar si
operaba el fuero de atracción de aquel", ordenando remitir las actuaciones al juzgado de Capital
Federal no en razón de desarrollado argumental alguno para determinar que esa jurisdicción era la
definitivamente competente en el juicio de abordaje, sino porque en ese momento el abordaje, de
hecho, tramitaba en el Juzgado del Dr. Torti. Por otro lado, mal podría haber resuelto la Corte un
conflicto que no existía, pues en materia del abordaje sólo surge con la decisión del juez Miralles
bastante posterior al fallo de la Corte.-
Quedó sin determinar, entonces, qué magistrado era el competente en el abordaje, cuya intervención
había reclamado el titular del Juzgado Federal 4 de esta ciudad, Dr. Julio César Miralles sobre la base
de que esta jurisdicción donde habían sucedido los hechos también había prevenido en la cuestión,
decisión resistida por el titular del Juzgado Nacional en lo Civil y Comercial Federal N° 3, Dr. Torti,
generándose de esta forma el mentado conflicto positivo de competencia.-
El código procesal, en sus arts. 10 a 13 y 192, prevé expresamente la intervención de los tribunales de
Alzada para resolver estas cuestiones, tal como lo entendió la demandada Shell en Capital Federal que
requirió con suerte adversa un pronunciamiento de la Cámara Federal de Apelaciones en lo Civil y
Comercial de la Ciudad de Buenos Aires, que sostuvo que no se advertía cuál era el gravamen de la
recurrente cuando la atracción prevista por el artículo 522 de la Ley N° 20.094 ya había sido dispuesta
por la Corte Suprema con anterioridad al recurso de queja interpuesto. De igual forma ha sido
interpretada esa normativa por la demandante que, como vimos y al margen de los recursos de Shell,
requirió que esta Cámara, en calidad de Alzada del Juzgado platense, dirimiera la cuestión.-
La cuestión estriba en que como resulta de todo lo expuesto, aún subsiste sin una clara decisión el
conflicto positivo de competencias entre el Juzgado Federal N° 4 de La Plata y el Juzgado Federal N°
3 de la Ciudad de Buenos Aires para entender en el abordaje, tal como lo demuestran las reiteradas
presentaciones de las aquí recurrentes en torno a esta cuestión. Es decir que a la fecha existen dos
jueces federales de primera instancia que se reclaman competentes para entender sobre una misma
causa, el abordaje, y sus asuntos atraídos, conforme lo decidido por la Corte Suprema y, agotada la
intervención del juez y de la Cámara de Capital Federal, resta intervenir a este Tribunal en virtud de
las apelaciones interpuestas por ambas partes.-
V. La solución, como veremos, viene dada por dos caminos distintos. Uno pasa por decisivas
modificaciones legislativas posteriores al fallo de la Corte Suprema. El segundo, complementario, por
la lisa y llana aplicación de las reglas que resuelven los conflictos sobre jurisdicción y competencia.-
VI. Efectivamente, la sanción de la Ley General del Ambiente N° 25.675, publicada en el Boletín
Oficial el 27 de noviembre de 2002, ha instaurado en nuestro país un flamante orden jurídico, con
disposiciones sustanciales y procesales, destinado a regir las contiendas en que se discuta la
responsabilidad por daño ambiental, reglamentaria del art. 41 de la Constitución Nacional que
establece, entre otros derechos y obligaciones, que aquel daño "generará prioritariamente la obligación
de recomponer".-
Así, contiene principios ordenatorios y procesales que importan una modificación de la legislación que
sustentó las sentencias dictadas en autos en materia de competencia. En efecto, dicha Ley de Política
Ambiental Nacional, al fijar los presupuestos mínimos establecidos en el artículo 41 de la Constitución
Nacional, ha introducido decisivas novedades en el campo del derecho procesal, pero
excepcionalmente para ser aplicadas en todo el territorio nacional. Sin duda, se trata de normas
procesales que también se han considerado presupuestos mínimos. Sucede que el legislador nacional
puede detraer excepcionalmente materias propias del derecho común o local y establecer sobre ellas la
jurisdicción federal, con el propósito de asegurar la eficacia de la legislación nacional (Fallos 292:534;
283:31 y sus citas; 296:343: 307:1457, entre muchos otros).-
Por empezar, la nueva normativa ordena establecer prioritariamente procedimientos adecuados para la
minimización de los riesgos ambientales, para la prevención y mitigación de emergencias ambientales
y para la recomposición de los daños causados por la contaminación ambiental (art. 2, inc. k, de la ley
25.675); desplazando, de este modo, la primacía del fuero de atracción del art. 552 de la Ley 20.094
que constituye, por su propia naturaleza y como lo demuestra el mismo trámite de esta causa, la
antípoda de la rapidez y simplicidad del "procedimiento adecuado" exigido por la ley ambiental. Si
quedara dudas, la nueva ley es de orden público (conf. art. 3 de la ley 25.675), esto es, sus
disposiciones no pueden ser dejadas de lado por conformidad de las partes. En el caso, por ejemplo,
eso quiere decir que es inválida la prórroga a extraña jurisdicción dispuesta por el mero arbitrio de los
responsables del daño ambiental, y que dichas disposiciones prevalecen sobre las normas que rigen la
discusión de asuntos del derecho privado, tal el supuesto de un juicio por abordaje. Sus normas de
orden público, para terminar, se deben utilizar para la interpretación y aplicación de la legislación
específica sobre la materia, la cual mantendrá su vigencia en cuanto no se oponga a los principios y
disposiciones contenidas en ésta (conf. art. 3 ya citado).-
La ampliación de estos conceptos se puede ver en los fallos de esta Sala, "Asociación Coordinadora de
Usuarios, Consumidores y Contribuyentes c/ ENRE - EDESUR s/ cese de obra de cableado y traslado
de Subestación Transformadora" (expte. Nº 3801/02) fallo del 8-7-03 [Fallo en extenso elDial -
AA18D7]; "Asociación para la Protección del Medio Ambiente y Educación Ecológica '18 de Octubre'
c/ Aguas Argentinas SA y otros s/ amparo" (expte. n° 3156/02) fallo del 8-7-03 [Fallo en extenso
elDial -AA18EE]; y "Municipalidad de Berazategui c/ Aguas Argentinas SA s/ ordinario" (expte. n°
1694/01) fallo del 8-9-03 [Fallo en extenso elDial - AA1A13]).-
Por tanto, la Ley General del Ambiente, posterior al fallo de la Corte Suprema del 19-11-02, modifica,
según los fundamentos expuestos, sustancialmente el desarrollo argumental sobre el que se sostuvo esa
decisión, lo que autoriza a este Tribunal a disponer la competencia del juzgado de esta sección en las
causas deducidas por el Municipio de Magdalena originadas en el derrame de petróleo de que se trata
(conf. Fallos 166:220; 167:121; 178:25; 179:216; 181:305; 183:409; 192:414; 216:91; 293:50, entre
otros).-
IV. Una vez establecida la prelación de las nuevas normas sobre el art. 522 de la ley de la Navegación,
queda pendiente de pronunciamiento determinar cuál es el juez competente en el abordaje, tarea en la
que, nuevamente, cabe poner acento en la realidad de lo sucedido. Así, se puede apreciar que un
mismo hecho -la colisión de los buques y el derrame de hidrocarburo- ha sido causa de reclamos y
responsabilidades diversas que se vienen ventilando en otros tantos procesos judiciales en diversos
tribunales, conexos entre sí o atraídos unos por otros. Se trata simplemente de distribuir
responsabilidades generadas en un solo hecho jurídico, o de una sucesión de hechos y actos jurídicos
que deben ser tratados in totum, precisamente para evitar el escándalo jurídico al que aludió tanto la
Corte Suprema de Justicia, en el fallo citado, como este mismo Tribunal en la resolución
oportunamente revisada por la Corte.-
Pues bien, sobre tales hechos que materialmente han constituido una misma y única realidad fáctica, se
puede afirmar que quien previno fue la justicia platense; así es, tanto en materia penal y de oficio,
apenas sucedido los hechos (causa que tramita actualmente ante el Juzgado Federal N° 1 de La Plata),
como en materia civil y ambiental por instancia de las partes, ya que según consta en autos, el 26 de
febrero de 1999 la Municipalidad de Magdalena, afectada por el derrame de residuos de hidrocarburos,
radicó ante el Juzgado Federal N° 2 de esta ciudad los incidentes de medidas de prueba anticipadas y
de medidas cautelares, preparatorios del juicio en el que se ventila la reparación del daño ambiental.
Asimismo, el día 5 de marzo de 1999 Shell se notificó formalmente de la traba de embargo dispuesta
en el incidente de medidas cautelares (fs. 62 del citado incidente). Todo ello, antes de que ninguna de
las partes dedujera pretensión alguna en jurisdicción de la Ciudad de Buenos Aires, con lo cual la
radicación de aquellos incidentes fijaron la jurisdicción del juez competente para entender,
posteriormente, en el juicio de abordaje.-
VII. La prórroga de jurisdicción constituye una excepción a la regla de competencia en materia de
abordaje que es la del juez federal del lugar de los hechos. Está permitida por la ley sólo si dicho juez
no hubiese intervenido, como sucedió en el caso. Por otra parte, en virtud de los principios ya
examinados que rigen la materia ambiental, es razonable que prevalezca el derecho de orden público
de ocurrir ante el juez natural de la comunidad damnificada, sobre el de índole esencialmente privado y
excepcional de prorrogar jurisdicción de quienes originaron el daño (arts. 18 y 41 de la Constitución
Nacional). Finalmente, la solución que se adopta tampoco contraría en su esencia lo resuelto por la
Corte Suprema pues la competencia en materia de abordaje fue expresamente excluída de su decisión y
ambos juicios -abordaje y daño ambiental siguen tramitando ante un mismo Tribunal, lo que evita el
eventual dictado de sentencias contradictorias que se procuró evitar.-
Por tanto, y en orden a las consideraciones que anteceden, el Tribunal RESUELVE:
1) Declarar la competencia del Juzgado Federal de Primera Instancia N° 4 de La Plata para conocer en
los autos "Municipalidad de Magdalena c/ Shell CAPSA y otros s/disposición residuos peligrosos", y
en las restantes causas deducidas por dicho Municipio por los mismos hechos, las que tramitarán sin
estar alcanzadas por el fuero de atracción previsto en el art. 522 de la ley 20.094.-
2) Declarar la competencia del Juzgado Federal de Primera Instancia N° 4 de La Plata para entender en
la causa "Shell CAPSA c/ Cap. y/o Prop. y/o Arm. Bq. SEA PARANÁ s/ abordaje" que tramita
actualmente ante el Juzgado Nacional de Primera Instancia en lo Civil y Comercial Federal N° 3 de la
Ciudad de Buenos Aires y;
3) Requerir con carácter urgente la remisión de las mencionadas actuaciones al juzgado federal de la
Ciudad de Buenos Aires.-
Regístrese, notifíquese y devuélvase.//-
Fdo.: doctores Sergio Dugo y Leopoldo Schiffrin

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