Está en la página 1de 5

Dra.

Marisol Olaya Márquez


Médico con Especialidad en Psiquiatría

RECOMENDACIONES EN CASA DE NIÑOS CON TDAH

1. Los niños con TDAH necesitan estructura. Su ambiente debe estructurar lo que ellos no pueden estructurar
internamente por si mismos. (Listas, recordatorios, previsiones, límites)
2. Hacer que ellos escriban sus reglas y las entiendan
3. Repetir y escribir instrucciones: los niños con TDAH necesita oír las cosas mas de una vez
4. Hacer contacto visual frecuentemente con el niño; una mirada puede recuperarle cuando este “soñando
despierto” o distraído, darle permiso para hacer preguntas.
5. Sentar al niño cerca del profesor, esto lo ayudara a alejarlo de estímulos que lo distraigan.
6. Hacer un calendario de actividades y colocarlo en un lugar visible, si se hacen modificaciones advertirle.
7. Ayudar al niño a hacer sus propios calendarios de actividades para después de la escuela.
8. Supervisar los progresos frecuentemente. Los niños con TDAH se benefician enormemente de "feed-back"
frecuentes.
9. Dividir las actividades largas en varias actividades cortas. Las actividades largas agotan al niño y le harán
regresar al tipo de respuesta emocional: "yo nunca seré capaz de hacer esto".
10. Introducir innovaciones diarias. No ser convencional. Los niños con TDAH odian estar aburridos.
11. Buscar y subrayar el éxito tanto como sea posible. Los niños con TDAH necesitan elogios y ser premiados.
12. Los niños con TDAH aprenden mejor visualmente que por medio de la voz. Escribir lo que se va a decir así como
lo que se está diciendo.
13. Simplificar las instrucciones. Cuanto más simple sea el lenguaje,
mayor será la posibilidad de ser comprendido. Decir las cosas llamando su
atención.
14. Usar el "feedback" para ayudarles a convertirse en auto-
observadores. Hacer preguntas como: • ¿Sabes lo que acabas de hacer? •
¿Cómo crees tú que podrías haber dicho eso de forma diferente? • ¿Por qué
crees que aquella niña se ve triste cuando tú dices lo que estás diciendo?
15. Usar un sistema de bonificación con puntos o de recompensa para
los más pequeños, para la modificación conductual. Los niños con TDAH
responden bien a recompensas e incentivos.
16. Ofrecer advertencias claras y específicas como un "coach social" para que aprendan a interactuar. Por ejemplo,
decir: "antes de que cuentes tu historia pídele a otra persona que cuente la suya primero".
17. Hacer juegos de las cosas. La motivación mejora el TDAH.
18. Dar responsabilidades en la medida de sus posibilidades.
19. Intentar tener un cuaderno de comunicación Casa-Escuela-Casa para evitar “desencuentros” en las
reuniones y contribuir al feedback que necesitan.
20. Explicar y tomar con naturalidad el tratamiento que el niño recibe, para evitar estigmas.
21. Promover la lectura en voz alta en casa y en la escuela.
22. Repita, repita, repita...
23. Evitar aquellas situaciones que el niño con TDAH no puede controlar. No dejarle mucho tiempo inactivo.
24. Tener en cuenta que el niño con TDAH presenta comportamientos que no puede controlar. No creer que lo hace
de mala fe.
Dra. Marisol Olaya Márquez
Médico con Especialidad en Psiquiatría

RECOMENDACIONES EN CLASE DE NIÑOS CON TDAH

1. Eliminar o reducir la frecuencia de las pruebas o evaluaciones con límites de tiempo.


2. Permitir válvulas de escape tales como salirse de clase por un momento.
3. Ir en busca de la calidad de las tareas más que valorar la cantidad.
4. Supervisar los progresos frecuentemente. Los niños con TDAH se benefician enormemente de "feed-back"
frecuentes.
5. Dividir las actividades largas en varias actividades cortas. Las actividades largas agotan al niño y le harán
regresar al tipo de respuesta emocional: "yo nunca seré capaz de hacer esto".
6. Buscar y subrayar el éxito tanto como sea posible. Los niños con TDAH necesitan elogios y ser premiados.
7. Enseñarles pequeños trucos, como reglas mnemotecnias, claves, ritmos, códigos, etc. Los niños con TDAH
tienen frecuentemente problemas con la "memoria de trabajo activa"
8. Separar parejas y tríos, incluso grupos completos, que no funcionan bien juntos. Intentar muchos cambios.
9. Poner atención a los vínculos. Los niños con TDAH necesitan sentirse unidos, conectados. A medida que ellos
sienten ese vínculo, se sentirán motivados, conectados y menos desentonados.
10. Intentar tener un cuaderno de comunicación Casa-Escuela-Casa para evitar “desencuentros” en las
reuniones y contribuir al feedback que necesitan.
11. Intentar hacer informes semanales sobre los progresos.
12. Premie, apruebe, estimule, alimente.
13. Considerar el desarrollo de alternativas a la escritura a mano. Administrar pruebas orales.
14. Explicar y tomar con naturalidad el tratamiento que el niño
recibe, para evitar estigmas.
15. Mantener reuniones con los padres a menudo. Evitar el patrón
de reunirse únicamente en momentos de problemas o crisis.
16. Promover la lectura en voz alta en casa y en la escuela.
17. Repita, repita, repita...
18. No pretender cambiar todas las conductas no deseadas al
mismo tiempo.
19. Utilizar preferiblemente premios (refuerzo positivo) en lugar de
castigos para que el niño sienta el colegio como algo
estimulante en donde se le aprecia, se le quiere y se le enseña.
20. Evitar aquellas situaciones que el niño con TDAH no puede
controlar. No dejarle mucho tiempo inactivo.
21. Colocar al lado del niño con TDAH a alumnos que sean
modelos apropiados: atentos, ordenados y que suelan cumplir
las órdenes.
Dra. Marisol Olaya Márquez
Médico con Especialidad en Psiquiatría

 TDAH EN NIÑOS

En la actualidad, alrededor de un 5% de los niños presentan Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH).


Esto lo convierte en uno de los trastornos de mayor prevalencia en la infancia.

Las características propias del cuadro, que incluyen alteraciones en las funciones atencionales, hiperactividad
e impulsividad, provocan una desorganización general a nivel cognitivo y comportamental que se extienden a
todas las áreas de la vida. A su vez, diversos estudios muestran que estos niños son más propensos a
desarrollar trastornos comórbidos como ansiedad y depresión. Suelen presentar diversos problemas de
aprendizaje, mayores probabilidades de accidentarse y mayor consumo de sustancias en la adolescencia
(Ives, 2006). Es decir, el impacto del trastorno afecta en mayor o menor medida a todos los ámbitos en los
cuales los sujetos se desempeñan.
De manera inversa, las intervenciones que como adultos realizamos en los contextos donde los pequeños
habitan, podrán ayudarlos (o no) en su organización y en limitar los efectos que el TDAH presentan en su
cotidianidad.

Recomendación N° 1: Darle estructura al día a día


El que un niño con TDAH viva en un ambiente relativamente estructurado contribuirá a su organización para las
actividades que deba realizar. Por el contrario, un contexto desestructurado, donde las mismas actividades pueden
cambiar el momento del día en que se realizan, se superponen o alternan en el orden previsto; es más probable que
generen confusión y fallos en su realización. Por ejemplo, será preferible que siempre cuando llega del colegio se
cambie, lave las manos, se siente a almorzar, cepille los dientes y duerma una siesta para realizar las tareas escolares
posteriormente; a que todos estos mismos pasos los vaya realizando cada día en un orden distinto. En este último caso,
es muy posible que algunos elementos se omitan o no se realicen satisfactoriamente.

Recomendación N° 2: Cómo dar órdenes


Un comentario habitual de los padres de niños con TDAH es la poca obediencia de estos hacia las normas e
instrucciones proporcionadas. Una manera de aumentar las probabilidades de éxito cuando se desea que el niño realice
algo, consiste en seguir estas sencillas reglas:

 No dar más de una orden a la vez. Es preferible esperar a la finalización de una tarea, antes de presentar una
nueva actividad.
 Segmentar demandas generales. La indicación <<Ordena tu habitación>> puede ser separada en <<Guarda tus
juguetes/ Haz la cama/ Tira los papeles al cesto de basura>>.
 No dar indicaciones que puedan ser ambiguas. Comunicar <<Pórtate bien en lo de la abuela>> puede significar
cosas muy distintas para un niño y un adulto (incluso para distintos adultos). En cambio, <<No toques las cosas
de la mesa / No corras por adentro de la casa/ No te metas en la habitación de la abuela>> son instrucciones
más concretas y fáciles de cumplir.
 Pedirle al niño que repita la indicación dada. Esta es una forma de corroborar que haya entendido lo que se
espera de él.
 Hay que evitar abusar del <<No>> como recurso. Siempre se es preferible formular enunciados en forma positiva
que negativa. Frases como <<No toques el televisor>> <<No apagues la luz>> <<No hables ahora>> pueden,
aunque sean concretas, formuladas de manera segmentada y repetidas por el niño, sonar muy restrictivas, en
especial cuando se van repitiendo a lo largo del día muchas veces. En su lugar, se puede solicitar lo mismo pero
en forma positiva, diciendo por ejemplo <<Me gustaría que te quedes unos minutos sentado aquí>> <<Es
preferible dejar la luz prendida>> <<Permanece en silencio algunos minutos>>.

Recomendación N° 3: Descubra que habilidades posee su hijo y foméntelas


El estimular aquellas habilidades naturales que pueda tener incrementará su autoestima y sentimientos de eficacia, y
ayudará a los padres a centrarse en aspectos positivos de su hijo. En caso de no conocer el pequeño que actividades le
agradan y en las cuales puede tener buenos rendimientos, se los puede acompañar en el descubrimiento de las mismas.
Dra. Marisol Olaya Márquez
Médico con Especialidad en Psiquiatría

Dado que las personas con TDAH suelen presentar malos comportamientos, es muy fácil que se pierdan de vista los
aspectos positivos de los niños y en cambio nos centremos en sus puntos débiles. Tener presentes las fortalezas cambia
sustancialmente la mirada que se tiene sobre los pequeños, y evita tener pensamientos del tipo <<le gusta desobedecer
y hacerme enojar>>.

Recomendación N° 4: Cuando se apliquen premios y castigos, que sean inmediatos a los


comportamientos elegidos
Es muy frecuente que los padres intenten modificar la forma en que sus hijos se comportan aplicando consecuencias
temporalmente muy distantes de aquellos comportamientos apropiados e inapropiados. El niño por un lado, puede
olvidar o perder de vista cuál era esa consecuencia (buena o mala) que le esperaba.
A su vez, puede frustrarse por el tiempo que debe esperar para acceder a la misma, incluso aunque sea algo muy
deseado.
En lugar de proposiciones del tipo <<si este año apruebas todas las materias vamos de vacaciones a Disney>>, puede
resultar más gratificante para el niño aplicar un sistema de recompensas por cada exámen aprobado, por cada materia
aprobada, y por último sí puede utilizarse el premio mayor (Disney) en caso de cumplir todos los objetivos propuestos. El
pequeño de esta forma tendrá acceso más inmediato y constante a reforzadores, lo que mantendrá su motivación alta
por períodos mayores de tiempo. Y en caso de fallar en la consecución de la meta final, no tendrá el sentimiento de que
nada ha valido la pena, ya que a lo largo del año obtuvo numerosos beneficios por sus esfuerzos.
Una pequeña aclaración, al hablar de cumplir los objetivos propuestos me estoy refiriendo a aquellos objetivos que sean
alcanzables por el estudiante, no a los que aspiren los padres de manera ideal. La constante y excesiva presión por
rendir más de lo que se puede termina habitualmente produciendo los resultados opuestos a los esperados. Como
consecuencia adicional, produce estrés y frustración no solo en los padres, sino también en sus hijos. Esto se relaciona
directamente con el siguiente punto.

Recomendación N° 5: Concéntrense en los aprendizajes, no en las calificaciones


Muchos adultos han crecido con la convicción de que la nota escolar refleja lo aprendido, y que si no es así al menos es
lo más importante del paso por la escuela, ya que queda de forma objetiva plasmada en documentos y certificados. Para
un niño con Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad, la presión impuesta para la obtención de buenas
calificaciones puede ser excesiva, logrando que se frustre y no solo que no obtenga los resultados esperados, sino que
tampoco aprenda.
Un ligero ajuste en las expectativas de los padres sobre el recorrido académico, de seguro provocará una disminución en
la frustración que sienten tanto los niños como sus progenitores, y potenciará el aprendizaje escolar.

Recomendación N° 6: Nunca criticar a la persona


Este punto es de vital importancia para todos los actores. Por un lado, el niño que es calificado como vago, caprichoso,
malo, etc, está de forma permanente registrando que los adultos significativos observan eso en él, afectará a su
autoestima y a su comportamiento posterior. Por el lado de los adultos, etiquetar al niño de esta forma en general los
dejará predispuestos a prestar atención a aquellas conductas que estén de acuerdo con dicha percepción, lo que influye
en la buena relación a mediano y largo plazo.
En lugar de afirmar que es un vago porque no levantó sus juguetes del piso por ejemplo, es mejor remarcarle la solicitud
nuevamente, omitiendo todo tipo de apreciaciones personales. Si es necesario realizar observaciones, siempre hacerlas
sobre las conductas en lugar de sobre el sujeto.

Recomendación N° 7: Planificar potenciales situaciones conflictivas


Si ciertos momentos suelen producir de manera repetida malos comportamientos por parte del pequeño, la anticipación
de las situaciones, así como de lo que se espera por parte suya, incrementa las posibilidades de evitar estos malos
momentos.
Ante la repetida situación del correteo por medio de las góndolas del supermercado tocando los productos que están
exhibidos, los padres antes incluso de salir de su casa pueden comentar de manera bien concreta y clara (tal como
sugiere el Recomendación 2), que conductas puntuales esperan de su hijo

Recomendación N° 8: No intentar abordar todos los problemas al mismo tiempo


Esto mantiene relación con varios de los puntos ya abordados. Si partimos de la base que es preferible que haya pautas
claras, solicitadas secuencialmente y no al mismo tiempo, y de la preferencia de la estructura frente al caos; solicitar a un
Dra. Marisol Olaya Márquez
Médico con Especialidad en Psiquiatría

niño que se quede quieto, callado, que si habla no diga malas palabras, que preste atención a lo que
dice el resto permanentemente y que mantenga por ejemplo determinada postura corporal, será imposible de sostener.

La frase “Hay que elegir que batallas pelear” es perfectamente aplicable a estos casos. Siempre habrá que estar atento a
todos los problemas que presente una persona en cada situación determinada, y frente a los mismos establecer cuales
son prioritarios para atender y cuales no. Es necesario tener en cuenta una serie de elementos al tomar estas
decisiones, como por ejemplo la gravedad (para sí o terceros) que presente, la imposibilidad que le traiga de adquirir
nuevas habilidades, etc; pero siempre sin perder de vista que no es posible enfrentar todas las situaciones problemáticas
al mismo tiempo.

Recomendación N° 9: No se olviden de ustedes como personas


Por lo complejo de todos los factores a tener en cuenta, un hijo con TDAH genera estrés e impacta sobre uno mismo y
diversos tipos de relaciones, como pareja, otros hijos, amistades, etc.
Tomarse el tiempo para realizar actividades placenteras, permite recuperar fuerzas para continuar con sus labores como
madres o padres posteriormente. Lo mismo sucede con relaciones que suelen quedar en segundo plano. Será necesario
buscar momentos en los cuales puedan cultivarse las mismas, sin que el foco de atención permanente sea su hijo.
Recuerden que además de padres, son sujetos que seguramente necesitan de otro tipo de actividades para su
bienestar.
Para concluir, estos recomendaciones no deben entenderse en forma absoluta, sino que son adaptables a los contextos
en los cuales se aplican. Tampoco son los únicos puntos a tener en cuenta a la hora de educar a un niño con TDAH. Sin
embargo, constituyen pautas generales de crianza que son de gran utilidad en estos casos.

También podría gustarte