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1. ¿Checo o español?
En Aventura hemos optado por un manual bilingüe para proporcionar a los estudiantes
una aproximación fácil y directa a la lengua española. Varios factores como la falta de
motivación o el alto número de estudiantes en el aula, característicos de los centros checos de
enseñanza reglada, hacen que sea preferible trabajar en muchos casos, con un manual
bilingüe. El estudiante disfruta así de cierta autonomía, al ser capaz de entender las
explicaciones gramaticales sin precisar de la intermediación del profesor.
Esto no quiere decir, que la lengua principal utilizada en clase tenga que ser el checo.
Precisamente, un manual bilingüe facilita el uso del español como lengua principal en clase,
ya que los estudiantes no se sienten desmotivados si no comprenden al profesor cuando
explica un contenido determinado: el manual siempre les servirá de salvavidas, al que podrán
recurrir de manera autónoma. Lo importante es que la dinámica de la clase funcione, y eso
suele depender de si el objetivo de las actividades y las explicaciones gramaticales han
quedado claros y si el estudiante siente un apoyo que le da seguridad tanto en su profesor,
como en los materiales que usa.
El español debería utilizarse desde el principio para dar o recibir información que los
estudiantes ya estén en condiciones de comprender. El profesor debería requerir que los
estudiantes usen el español en la mayor medida posible (para hacer preguntas, expresar
dificultades, pedir favores y permisos, etc.). Asimismo, si las condiciones de la clase lo
permiten, habría que evitar que los alumnos se comuniquen entre ellos en checo durante las
actividades de interacción oral. Éstas están pensadas para ser llevadas a cabo únicamente con
los recursos que los estudiantes deberían tener en ese nivel.
De la misma manera, si un estudiante pregunta el significado de una palabra, el
profesor, en lugar de dar la traducción, debería intentar explicarla en español, adaptando su
discurso al nivel del estudiante, o utilizando recursos extralingüísticos (sonidos, dibujos,
gestos, etc.). Por otro lado, el checo se debería usar para temas que, por su complejidad,
superen el nivel de los estudiantes: temas relativos al funcionamiento del centro escolar,
determinadas explicaciones gramaticales, etc.
En este segundo volumen la cantidad de texto en checo se ha visto drásticamente
reducida: han desaparecido los enunciados bilingües y los textos de los cuadros que
introducen el contexto de la actividad están exclusivamente en español. De la misma manera,
el uso del checo por parte del profesor debería ir disminuyendo en clase paulatinamente
conforme vaya subiendo el nivel de los estudiantes, hasta que llegue un momento en el que ya
no haga falta.
2. Explicación gramatical
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Enseñar gramática no consiste en dictar unas reglas y esperar a que los estudiantes las
apliquen como puedan. Para que la gramática sea digerible y entretenida para el estudiante es
necesario implicarlo en el proceso explicatorio. El proceso debería ser el siguiente:
● Se expone a los estudiantes a una muestra de lengua donde aparece una nueva
complicación. Por ejemplo, los nexos “pero” y “sino” (en checo ambos se traducen por
„ale“).
● Se trabajan otros aspectos de la muestra de lengua que los estudiantes ya pueden
resolver gracias a sus conocimientos previos, por ejemplo cuestiones de comprensión.
Este segundo acercamiento enfrenta sin distorsiones a los estudiantes a la nueva
complicación y hace que se familiaricen con ella.
● Se anima a los estudiantes a que reflexionen sobre el nuevo contenido e intenten
deducir la regla. Se puede hacer a través de un cuadro gramatical especialmente
preparado para ser completado por los alumnos, si lo hay o si el profesor lo ha
elaborado, o a través de preguntas, que vayan acercando paulatinamente a la solución.
● El profesor confirma las suposiciones de los estudiantes o las completa de manera
explícita si es necesario. Hay que prestar una especial atención al sentido que la regla
tiene y la función que cumple en su contexto. Ahora los alumnos tendrán probablemente
mucho mayor interés en la solución, al haberse enfrentado al problema. Es conveniente
limitarse y no explicar más contenidos formales que los marcados como objetivo.
● Se practica el contenido gramatical recién descubierto mediante actividades tanto
orales como escritas prestando especial atención al significado. A partir de su desarrollo
el profesor evalúa si el nuevo contenido ha sido comprendido e interiorizado o no, y si
lo ve necesario puede explicar más o proponer otras actividades.
● El nuevo contenido gramatical se practica en otro momento, mediante tareas que los
estudiantes resuelven en casa, con las actividades correspondientes del Cuaderno de
Ejercicios.
3. Audiciones
Las audiciones de Aventura han sido grabadas por nativos de diferentes acentos:
peninsular (Marta y José), mexicano (Clara), argentino (Diego) entre otros. Es posible que a
raíz de las audiciones el profesor deba explicar diferencias fonéticas como la ausencia del
sonido [θ] o la pronunciación palatal de la ll.
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4. Actividades orales
4. 1 Carrera de relevos
Se trata de una técnica de interacción oral. Necesitamos un objeto pequeño y blando,
como una pelotita, que se pueda lanzar. El procedimiento es el siguiente: un estudiante dice
algo (depende del ejercicio) y arroja la pelota a un compañero. El que la recibe debe
reaccionar de acuerdo a lo que ha dicho el anterior y, después, decir otra cosa y volver a
lanzar la pelota. Así, hay dos fases: primero el estudiante atrapa la pelota y reacciona, luego
dice algo y arroja la pelota. Por ejemplo:
- ¿Hay algo en tu mochila? (Pasa la pelota)
- (Recibe la pelota.) No, no hay nada. ¿Hay alguien en el pasillo? (Pasa la pelota)
Así hasta que todos han hablado. La carrera puede empezar y terminar con el profesor.
Esta técnica tiene la ventaja de que el estudiante se siente observado por el profesor y
por tanto se aplica en la corrección. Al mismo tiempo, los estudiantes tienen que prestar
atención continuamente porque les puede tocar el turno en cualquier momento. La carrera de
relevos crea un efecto “drilling” y se utiliza para practicar estructuras fijas y vocabulario.
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encima de la repetición. De esta manera se pueden realizar conversaciones más complejas y
realistas.
Una posibilidad es que los diálogos tengan lugar todos a la vez. Así el estudiante se
concentra solo en el que mantiene con el compañero y el profesor pasea por la clase, toma
nota de errores frecuentes, soluciona dudas e interviene si lo considera necesario. La actividad
termina cuando los estudiantes consiguen el objetivo de la actividad o cuando la mayor parte
ya ha concluido y el profesor considera que la duración ha sido adecuada.
Otra posibilidad es que los estudiantes preparen los diálogos en parejas y luego los
representen en clase. Para que los demás alumnos tengan que prestar atención, el profesor
puede hacerles preguntas al concluir cada pareja su diálogo sobre el contenido del mismo.
5. Lectura
Al igual que con la audición, la lectura ha de ser introducida mediante algún estímulo
que atraiga la atención de los estudiantes y los sitúe en el contexto. Al mismo tiempo, también
debería tener unos objetivos concretos.
Hay tres maneras de realizar lecturas en clase, y el profesor deberá elegir cuál utilizar
según sus preferencias y las de los estudiantes.
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real. El lado negativo es que a los estudiantes les puede parecer muy complicado enfrentarse
solos a un texto. Por otro lado es difícil determinar cuánto tiempo dejar para completar la
lectura.
6. Corrección de ejercicios
6. 1 Ejercicios escritos
En general, la corrección de ejercicios escritos debería servir para detectar las
carencias gramaticales de la clase o de ciertos alumnos, aclarar dudas y repasar una vez más
los contenidos. Hay tres maneras de corregir ejercicios escritos, dependiendo del tiempo y la
energía que le queramos dedicar:
● En primer lugar, podemos sacar varios estudiantes a la pizarra para que copien las
soluciones. Esta manera involucra a la clase en la corrección y hace que los alumnos
se esfuercen más en la realización de las actividades, ya que pueden ser llamados a la
pizarra y exponerse así al control directo del profesor. Los ejercicios se corrigen de
una manera más clara e inequívoca, aunque en caso de ejercicios largos o de muchos
ejercicios seguidos puede consumir mucho tiempo y provocar aburrimiento.
● Otra opción es pedir a varios estudiantes que lean en voz alta las soluciones. Es rápido
y hace que se practique la pronunciación, pero la corrección es equívoca. Se corre el
riesgo que por falta de atención o simplemente de comprensión, el ejercicio quede mal
corregido. Tampoco se presta atención a la ortografía. Es conveniente utilizar este
método solo cuando se trate de ejercicios muy sencillos.
● Por último, un modo muy rápido es poner una transparencia con las soluciones o pasar
una fotocopia a los alumnos con el ejercicio resuelto. Cuenta con los inconvenientes
de que no permite al profesor detectar errores frecuentes y que la corrección es poco
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significativa para el estudiante, ya que puede limitarse a tachar y reescribir sin saber
por qué.
● Se recomienda que el profesor se apunte frases con errores interesantes,
representativos. A partir de esta lista se puede crear, al finalizar la unidad, un ejercicio
de corrección de errores en el que los estudiantes habrán de reconocer y rectificar los
fallos cometidos por sus compañeros o por ellos mismos. Se trata de una ocasión
excelente para volver sobre contenidos gramaticales y prevenir la fosilización de
errores.
6.4 Exámenes
Una experiencia interesante para corregir los exámenes de control es repartir los
escritos entre los alumnos y realizar la corrección como si se tratara de un ejercicio común.
Los estudiantes tendrán que corregir y calificar el examen del compañero que le haya tocado.
De esta manera la corrección constituye por sí misma una actividad. Esta práctica cuenta con
la ventaja de que los estudiantes prestan más atención a la solución: al cargar con
responsabilidad, se implican en el proceso corrector y aprenden de los errores y aciertos de
los demás.
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