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Unidad 7.

Transmisión

Los derechos patrimoniales se transmiten por Contratos (la transmisión se rige por DA y de los
contratos según la ley aplicable) o Sucesión (muerte). En general, las obras protegidas por DA pueden
utilizarse previo permiso del titular del derecho y tras el pago de cualquier tasa exigible. El mecanismo
de identificación de obras, determinación de derechos que conllevan, obtención de los permisos
necesarios y supervisión de la utilización de dichas obras para establecer las regalías constituye tarea
compleja. No existen “modelos de contratos”, sino “modelos de negocios” regulados por contratos.

Causa de muerte: beneficiar a un heredero forzoso o alguien ajeno. Se ceden los derechos específicos.

Herederos forzosos:

- Cónyuge
- Hijos
- Padres si no hay hijos
- Por muerte de un hijo: los nietos en lugar del padre o madre premuertos.

MODELOS DE NEGOCIOS

• Modelos tradicionales de distribución de contenidos

Las cadenas de la distribución tradicional crean valor donde existe escasez. Los DA los crean para sus
titulares: los creadores de PI o sus derechohabientes mantienen dicho derecho durante un tiempo
limitado a fin de controlar el acceso a sus contenidos, creando un punto de escasez en la medida en
que el contenido no es sustituible. El consumidor que desea acceder sólo podrá hacerlo si el titular de
los derechos ha autorizado la creación de puntos de acceso. Ha de evitarse el uso no autorizado de
contenidos. La ley suele ser insuficiente para evitar dichas utilizaciones, sea con fines ilícitos o lícitos.

• Prácticas contractuales en la industria editorial

Excepto por contratos de transferencia completa de propiedad al editor o traspaso incondicional de


titularidad, los contratos de edición son una forma de licencia. Las prácticas empresariales comunes
varían en función del sistema de adquisición de derechos. Dos aspectos ofrecen interés: las condiciones
técnicas para la gestión de derechos y el ejercicio de derechos de explotación. Los usos primarios en el
sector impreso se llevan a cabo a través de contratos individuales. La gestión colectiva es común para
administrar los usos secundarios, aunque en digital es difícil establecer diferencia entre explotación
primaria y secundaria. El derecho a publicar una obra en versión impresa fuera del país de origen está
limitado y se realiza mediante licencias fragmentadas por territorio, tiempo e idioma. Para la
explotación de contenidos digitales es recomendable que un editor detente los derechos de
explotación en línea a nivel mundial, por idioma y mediante licencias no exclusivas. La licencia es un
permiso o autorización limitada en el tiempo. Hay dos tipos de tiempo: por edición o ejemplares, o por
termino que fija la ley o años es una clausula. Debe decir cuál es el tipo de obra, sus titulares el
territorio, idioma, tiempo, usos y obligaciones de ambas partes o qué pasa si hay incumplimiento. El
pago puede darse por un porcentaje de venta al público o importe total. Un contrato de servicios se
puede hacer en un pago total y desvinculado de la cantidad de ejemplares a vender.
• Tipos de explotación de obras literarias

Los derechos vinculados con la edición en los mercados establecidos se dividieron en dos categorías:

1. Derechos primarios: Son los vinculados con la primera publicación en “formato libro” de la obra
y comprende el derecho de reproducción licenciado o cedido al editor. Esto puede incluir
versiones en audio, e-books y otras formas no impresas. Abarcan los derechos de publicación
impresa de libros, derechos de impresión o reimpresión para el mercado masivo. El derecho a
digitalizar la obra o edición digital es considerada explotación primaria.
2. Derechos subsidiarios: Comprende reimpresiones extranjeras, traducciones, usos seriales o
periódicos, derechos a hacer ediciones para clubes del libro, antologías o colecciones, hacer
ediciones premium o especiales. El editor los explota a través de licencias a terceros. Los
autores suelen estar representados por agentes literarios y con frecuencia retienen todos o
algunos de estos derechos, que se negocian por separado y pueden ser explotados por distintos
editores en diversos territorios. Incluyen otras versiones no impresas como adaptaciones para
obras dramáticas, dramático-musicales, musicales, cinematográficas, televisivas. A veces el
editor transfiere estos derechos para generar ingresos adicionales.

• Nuevos modelos de distribución a través de la red

Las barreras impuestas para que contenidos quedaran disponibles a nivel global han desaparecido.
Para los titulares esto no solo hace más fácil realizar labores editoriales legítimas o ser usuario legítimo
de contenidos, también permiten que se pueda distribuir estos sin tener autorización expresa para ello.
Se derrumban los modelos de negocio construidos en función de la escasez. Si el contenido está
disponible por nada a cambio. Para que la aplicación de la tecnología a este problema sea efectiva debe
restablecer un punto de escasez en nombre de los titulares. Ello plantea una paradoja: el negocio de
los editores es proporcionar acceso a los contenidos y no impedirlo. El objetivo de aplicar “medidas
técnicas” para gestionar es equilibrar las demandas de titulares para controlar y proteger la
distribución de contenidos con los intereses de consumidores en tener acceso a ellos. Existe la
dificultad de convencer a los consumidores del “valor” objetivo de bienes intangibles. Existe una
diferencia entre productos del entretenimiento y conocimiento. La música y películas son transmitidas
a consumidores finales, a través de red o dispositivos móviles: es un mercado consumidor a
consumidor. Los usos individuales mediante el sistema de intercambio de archivos son difíciles de
eliminar desde que consumidores se han habituado a esta manera de explotación. Las descargas
legales están en pleno auge, aunque presenta complejidad para los titulares. Este negocio es protegido
por sistemas DRM mediante un software que emplea una combinación de reglas dinámicas que
permiten a titulares comercializar los contenidos en muchas formas. Los consumidores ordenan y el
contenido les es enviado con información para uso adecuado, especificando el territorio, duración,
forma de uso, número de veces de acceso al contenido o fecha de expiración de licencia. Los productos
y servicios del conocimiento son para transmisión a usuarios institucionales, como universidades o
bibliotecas. Es un mercado empresa a empresa. Un editor científico suscribe un contrato con una
biblioteca universitaria en el que permite el acceso a una revista digital. El elemento básico de este
contrato es la confianza por cuanto el contenido no está protegido por medidas tecnológicas. Un
modelo de negocio típico es el de licencia para el sitio que cubre a toda la universidad, también
licencias con una cobertura más grande. El control del uso autorizado corresponde a la biblioteca
universitaria, quien limita el acceso a través de un password que se asigna a estudiantes registrados. Es
una medida de protección simple de controlar el acceso.

CONTRATO

Acto jurídico mediante el cual dos o más partes manifiestan su consentimiento para crear, regular,
modificar, transferir o extinguir relaciones jurídicas patrimoniales. Son instrumentos de administración,
el “título” de propiedad con el cual el editor operará en el mercado de derechos. Cuentan con la
ventaja de ser un mecanismo flexible y obligatorio aún en ámbito transfronterizo. Son la medida
autoregulatoria más importante de que disponen las partes implicadas en el comercio electrónico, ya
que permiten establecer términos y condiciones de uso de las obras, la aplicación subsidiaria de
normas del derecho internacional privado, para crear o elegir el derecho aplicable y jurisdicción
competente a tales relaciones jurídicas.

Características del contrato:

a) Consensuales (se perfeccionan con consentimiento)


b) Autonomía de la voluntad (permite a las partes crear el derecho o elegir el derecho aplicable)
c) Sinalagmáticos (generan derechos y obligaciones para ambas partes)
d) Onerosos (salvo prueba en contrario)
e) Informales (no requieren de formalidad especial para validez, salvo escritura o soporte)
f) Comerciales (los actos de explotación de propiedad intelectual están en el comercio)

Efecto vinculante: Todo contrato válidamente celebrado es obligatorio para las partes. Su contenido
puede ser modificado o extinguido por acuerdo de partes o supuestos previstos por ley. Salvo normas
indisponibles de derecho de autor o común, las disposiciones del contrato poseen prelación normativa.

Derecho de propiedad en los contratos: Los derechos resultantes de los contratos integran el derecho
de propiedad del contratante. La ley argentina 11.723 no contiene disposiciones de orden público y
permite un amplio ejercicio de la autonomía de las partes para regular sus relaciones jurídicas. El
contrato es el único título de propiedad de derechos de explotación que posee el editor.

Contratos vinculados con la edición: La mayor parte de la edición se compone de esfuerzos


compartidos que involucran a muchas personas, cuyas contribuciones por encargo forman parte de un
conjunto carente de individualidad suficiente para ser explotados por separado y coordinados por una
empresa comitente. Se trata de obras en colaboración por encargo o realizadas en el marco de una
relación de empleo, que confieren la titularidad inicial a la empresa, según la ley aplicable o alcance del
contrato. Es esencial definir la titularidad asignada a la obra, pues muchas veces no existe al momento
de contratación y puede generar conflictividad o incluso limitar su explotación. Una vez aclarada la
titularidad, los productores de contenidos (editores) podrán otorgar sobre el mismo variado tipo de
licencias o cesiones de derechos, sobre todos o algunos de los derechos, a diferentes tipos de usuarios,
en diferentes territorios, por diferentes plazos, lo que generará complejas cadenas de licencias. El
contrato es flexible y vinculante, incluso a nivel internacional. Es la única herramienta de gestión de
que dispone el productor-editor para regular relaciones jurídicas de diversos proveedores de servicios y
consumidores en Internet. La explotación de contenidos puede revestir diversas formas contractuales:
— Licencias (exclusivas o no exclusivas, limitadas en tiempo-espacio, retención de titularidad)
— Adquisiciones (cesiones totales, ventas, caracterizadas por transmisión de titularidad)
— Prestación de servicios (obras por encargo, creadas en relación de dependencia, venta de acceso al
contenido, suscripción, streaming)
— Acuerdos de distribución y franquicia (acuerdos comerciales de carácter territorial)
— Acuerdos de operaciones conjuntas (acuerdos de coedición, fusiones, concentraciones)
— Otras formas contractuales innominadas (acuerdos que involucren DA no tipificada en la ley)

Denominación: pueden variar según las legislaciones. Más allá de los tipos contractuales reconocidos
por la ley, las partes en ejercicio de su autonomía de la voluntad pueden crear cualquier contrato para
regular sus transacciones de derecho de autor (según la ley aplicable al mismo).

Contrato de adquisición de derechos (cesión, compraventa o venta)

Ya no es solo licencia, permiso de distribución o reproducción, comunicación al público. La


diferencia FUNDAMENTAL entre contrato de licencia y venta, es que el autor tiene titularidad salvo
que la renuncie. Si se hace contrato gratuito no es de edición, sino de donación. En algunos países
existe la obligación de registrar el contrato, si se pretende lograr efectos de oponibilidad terceros como
cualquier derecho real. La validez es consensual. EL QUE COMPRA PASA A SER EL TITULAR.

La ley argentina (11.723), en cuanto a la venta, establece lo siguiente:

— El autor o sus derechohabientes pueden enajenar o ceder total o parcialmente su obra. Esta
enajenación es válida sólo durante el término establecido por la Ley y confiere a su adquirente el
derecho a su aprovechamiento económico sin poder alterar su título, forma y contenido.
— Aunque el autor enajenare, conserva sobre el derecho a exigir la fidelidad de su texto y título, en
las impresiones, copias o reproducciones, como asimismo la mención de su nombre o seudónimo.
— La enajenación o cesión de una obra literaria, científica o musical, sea total o parcial, debe
inscribirse en el Registro Nacional de PI, sin cuyo requisito no tendrá validez.
— La enajenación o cesión de obra pictórica, escultórica, fotográfica o artes análogas, salvo pacto
contrario, no lleva implícito el derecho de reproducción reservado al autor o derechohabientes.
— La enajenación de planos, croquis y trabajos semejantes, no da derecho al adquirente sino para la
ejecución de la obra tenida en vista, no pudiendo enajenarlos, reproducirlos o servirse de ellos
para otras obras. Estos derechos quedan reservados a su autor, salvo pacto en contrario.
— La explotación de la PI sobre los programas de computación incluirá entre otras formas los
contratos de licencia para su uso o reproducción.

Cualquier forma de transmisión puede ser fragmentada por territorios y tipos de derechos, éstos deben
ser enumerados y descriptos expresamente. Su validez depende de la legislación que rige en el país de
origen de la obra o contrato inicial. Dura toda la vigencia del dominio privado y pueden revenderse
indefinidamente en las condiciones que establece la ley, con las consideraciones de derechos morales
donde han sido legislados y se reclame la protección. Para la explotación de contenidos en formatos
digitales distribuidos en línea, se recomienda venta a nivel mundial, pero pueden fragmentarse por
idiomas, formatos, dependiendo del modelo operativo y estrategia de inversión empresarial.

Contrato de licencia
Es un régimen de regulación voluntaria del DA, instituido para la explotación primaria. Con el tiempo
este instrumento sufrió cambios tecnológicos, expresado en los formatos, sistemas de distribución y
consumo del texto. Un contrato de licencia es la más antigua forma de “autorizar” el ejercicio del
derecho de reproducción, caracterizado por ser un permiso limitado en el tiempo. Todos los aspectos
relevantes del negocio editorial, a favor del editor, deben estar expresamente especificadas en el
contrato, de lo contrario estarán prohibidas. Implica definir con exactitud el objeto del contrato
(alcance de licencia, los derechos, usos y formatos), certeza titularidad y disponibilidad de los derechos,
licenciante u otorgante, incluida la revisión de cadena de licencias, territorio, duración, exclusividad,
remuneración, distribución, marketing, representaciones y garantías. Similar a un contrato de alquiler.

La ley argentina (11.723), acerca de la Edición, establece lo siguiente:

— Habrá contrato de edición cuando el titular del derecho sobre una obra intelectual, se obliga a
entregarla a un editor y éste a reproducirla, difundirla y venderla. Este contrato se aplica
cualquiera sea la forma o sistema de reproducción o publicación.
— El titular conserva su derecho de PI, salvo que lo renunciare por el contrato. Puede traducir,
transformar, refundir su obra y defenderla contra defraudadores, aun contra el mismo editor.
— El editor sólo tiene los derechos vinculados a la impresión, difusión y venta, sin poder alterar el
texto y sólo podrá efectuar las correcciones de imprenta, el autor se negare o no pudiere hacerlo.
— En el contrato deberá constar el número de ediciones y ejemplares de cada una, también la
retribución del autor o sus derechohabientes, siempre oneroso el contrato, salvo contrario. Si las
anteriores condiciones no constaran se estará a usos y costumbres del lugar del contrato.
— Si la obra pereciera en poder del editor antes de ser editada, deberá al autor o derechohabientes
como indemnización la regalía o participación que les hubiera correspondido en caso de edición. Si
la obra pereciera en poder del autor o derechohabientes, éstos deberán la suma que hubieran
percibido y la indemnización de los daños-perjuicios causados.
— No habiendo plazo fijado para la entrega de la obra por el autor o derechohabientes o publicación
por el editor, el tribunal lo fijará en juicio sumario bajo apercibimiento de indemnización.
— Si el contrato de edición tuviere plazo y al expirar éste el editor conservase ejemplares de la obra
no vendidos, el titular podrá comprarlos a precios de costo, más un 10 % de bonificación. Si no
hace el titular uso de este derecho, el editor podrá continuar la venta en condiciones del contrato.
— El contrato terminará cualquiera sea el plazo estipulado si las ediciones convenidas se agotaran.

La Ley 25446 contiene normas referidas al Control de las ediciones:

— El número de ejemplares de cada edición estará sujeto a control de tirada a través del registro
oficial del libro en la Dirección Nacional de Derecho de Autor.
— El editor deberá comunicar fehacientemente al autor la cantidad de ejemplares de cada edición o
reimpresión de la obra. El autor o a sus causahabientes para resolver el contrato.

El juicio de rendición de cuentas recorre dos etapas: se discute la obligación de rendirlas y si se declara
procedente el juez dicta condena al demandado. En la segunda, se controvierten las cuentas rendidas,
la parte condenada tiene que hacer un detalle minucioso de los negocios realizados, presentando el
debe y el haber con la documentación que corresponda y dando explicaciones pertinentes.

OBLIGACIONES DEL EDITOR


— Cumplimiento de las formalidades: registro, ISBN
— Cumplir con las liquidaciones, rendición y pago de cuentas en tiempo y forma convenida
— Respeto a la paternidad e integridad del autor

OBLIGACIONES DEL AUTOR

— Entregar la obra en tiempo y forma


— Obligación de garantía de titularidad, autoría y autenticidad. Garantizar que es el autor y que sobre
ese derecho no pesa ningún gravamen, restricción o limitación.
— Exclusividad

La ley no establece el tipo de formas de pago, tampoco exige sobre el plazo del contrato a convenir:

— Se puede pagar al inicio, durante o después del contrato


— En especie con libros, compensación de servicios, con publicidad, etc.
— cualquier medio que implique una compensación económica acordada entre las partes, es válido

Rescisión: El ejercicio de la facultad resolutoria está supeditado a que uno de los contratantes no
cumpliere con su compromiso. Debe mediar entonces un desajuste entre la conducta debida y un
incumplimiento total, parcial o defectuoso. Tratándose de un incumplimiento parcial, la ley no se
expide acerca de su relevancia o significación, no distingue si el mismo alcanza a las prestaciones
principales o accesorias. A pesar de dicha omisión, la doctrina y jurisprudencia coincide en que un
incumplimiento de escasa importancia no autoriza a instar la resolución.

Rendición de cuentas: La primera etapa del juicio de rendición de cuentas puede obviarse si la parte
demandada se allana a la obligación reclamada y procede a la rendición específica, o cuando en la
misma situación quien presenta las cuentas es el propio demandante. Dado el carácter territorial del
DA y la subsidiariedad de la legislación debe tenerse presente el derecho aplicable al contrato.

Licencias a otros editores

Licencias de reimpresiones y traducciones: Los contratos de reimpresión y traducción contienen


limitaciones en el tiempo. Al finalizar el plazo, el editor necesita obtener una nueva licencia que podrá
sublicenciar si el acuerdo inicial lo permite. Hay licencias que permiten al editor local distribuir la obra
en inglés en un territorio específico. Las licencias entre los editores de idioma inglés en el Reino Unido
y EE UU son comunes y estos contratos se celebran por toda la duración del derecho de autor.
Dependiendo de la naturaleza de la obra, la licencia de reimpresión incluirá el derecho a hacer alguna
adaptación local. La compensación pagada por el editor local (licenciatario) es una combinación entre
un adelanto y regalías. A veces, el editor inicial recibe un honorario “offset” si se utiliza la tipografía
original (si el libro no se “recompone”). Los contratos de reimpresión y traducción incluyen las
siguientes provisiones:

a) La traducción y cualquier adaptación permitida, debe ser “fiel y completa”, a veces requiere la
aprobación expresa del autor o editor inicial.
b) El territorio
c) Permisos para el uso de cualquier material de propiedad de terceros (citas, material encomillado,
tablas y gráficos, ilustraciones, fotografías, el arte de tapa)
d) Mención de copyright, créditos y toda información relativa a la gestión de derechos
e) Remuneración, liquidaciones y auditoría
f) Representaciones y garantías sobre contenido del obra (de autoría, calidad, inmunidad contra
infracción de derechos de terceros, limitación de responsabilidad para editor, de no-transgresión)

Licencias para usuarios finales: E-books: Hay un mercado para la concesión de licencias de versiones
digitales, cuyo objeto es la puesta a disposición de las obras ya publicadas para usuarios finales. Estas
compañías extienden licencias para títulos específicos o para listas de títulos de los titulares de
derechos de explotación (el editor o el autor). Así convierten cada título al formato digital apropiado y
lo incorporan a una base de datos que la compañía mantiene y pone a disposición en línea ya sea para
venta o suscripción. Estas licencias se caracterizan porque el servicio de biblioteca online es
responsable de:

a) Hacer la conversión, aunque el costo de la conversión es algunas veces cargado al editor


b) De aplicar las medidas de protección tecnológica en el contenido digital (DRM). La
compensación para el editor se hace en base a regalías y se calcula junto con los ingresos
totales del titular de la licencia o con los ingresos atribuibles a los títulos que se licencian, por
cantidad de descargas, suscriptores, usuarios legales. Este modelo de negocio depende de una
doble protección: a) tecnológica (DRM) y b) legal, contenida en la legislación nacional bajo la
cual se implementan las previsiones del WCT, tales como DMCA y la de los países europeos. En
cualquier caso, debe contener una previsión expresa en el contrato.

Licencias de Journals (Revistas, periódicos y publicaciones académicos online): Están destinadas a los
editores de SMT y journals, para quienes la concesión de licencias a usuarios finales es una fuente de
ingresos importante. Todos los grandes editores de journals científicos distribuyen la mayoría de sus
contenidos en forma digital. Salvo para las versiones en copia impresa, el resto del ingreso de las
“ventas” se hace en forma de “licencias” de acceso o alojamiento. Sus clientes se han convertido en
titulares de licencias (usuarios). Los términos de estas varían de un editor a otro. El modelo más común
es el de suscripción, a través del cual un usuario final (un individuo, una biblioteca, una corporación)
paga una cuota mensual o anual por el acceso a una base de datos de journals publicados por un editor
particular a un journal específico o de grupo. Los contenidos de la base de datos se presentan en una
variedad de formatos, incluido en un extremo mínimo el (pdf) y HTML. Se otorgan de modo que
muchos usuarios puedan acceder al contenido, en distintos niveles de acceso permitidos, con costos
variables en función de la cantidad de contenido disponible. Los controles de acceso pueden ser una
contraseña, o en caso de licencias institucionales, puede requerir una autenticación por medio de la
cual un usuario tendrá acceso a la base de datos en tanto esté usando una “workstation” asociada con
la institución titular de la licencia. Los editores profesionales y de journals tienen sitios web a través de
los cuales sus productos se ofrecen en forma digital.

Licencia de usuario final (EULA): Algunos titulares de programas de software y editores de contenidos
digitales, afirman en sus acuerdos de licencia de usuario que su contenido bajo licencia no se vende, y
por tanto la doctrina de la primera venta no se aplica a tales obras. La utilización de esta forma de
manifestación del consentimiento se ha extendido a todos los sectores del comercio electrónico y ha
sido elevada al paradigma del comercio en el entorno digital. Las canciones MP3 comprados a través de
Mac Store se caracterizan como "ventas" debido a la semántica de Apple empleada en los Acuerdos de
Licencia de Usuario Final (EULA) y por lo tanto podrían ser objeto de reventa, si se cumplen los
requisitos de la doctrina de la primera venta.

El problema del consentimiento: El contrato de Netscape fue rechazado por carecer de una indicación
expresa del consentimiento, mediante un clic en la solapa "Acepto" y porque no fue presentado
directamente a los usuarios, sino que tenían que hacer clic en un enlace para acceder a los términos y
condiciones. El Tribunal dejó claro que debía darse un aviso visible de la existencia de las condiciones
contractuales y que la manifestación del asentimiento a los términos de los consumidores debía ser
inequívoca y esencial para que la negociación electrónica pueda tener integridad y credibilidad. Cabe
señalar que el usuario en el caso Zeidenberg había comprado y abierto los paquetes de múltiples
copias del producto y por tanto no podría demostrar que seguía siendo ignorante del contrato de
licencia, mientras que en muchos casos tales como la contracción bajo licencias “browse-wrap ", no
habría sido vista en el momento de la compra por estar oculta en el interior de la caja y por tanto no
podría decirse que la parte adquirente “conocía” el acuerdo legal. Un usuario no está obligado a
prestar el consentimiento a cualquier condición escrita en el envase dentro de un producto, así dichas
transacciones no serían válidas.

El problema del agotamiento: Los tribunales han adoptado enfoques diferentes al resolver esta
cuestión, para establecer si crean relaciones transaccionales sujetas a la doctrina de la primera venta.
Así han especificado que si el acuerdo otorga sólo una "licencia" de uso, no es suficiente. Referido al
derecho de distribución de la copia de un programa de ordenador se agota si el titular, que ha
autorizado la descarga de Internet de dicha copia en un soporte informático, ha conferido a cambio del
pago un derecho de uso de tal sin límite de duración.

El problema del control del flujo de copias: Los fabricantes pueden negarse a suministrar a los
distribuidores y minoristas productos para este mercado. También pueden limitar los suministros de
manera más amplia en los mercados donde los precios son bajos. Alternativamente, se puede
proporcionar el servicio de garantía sólo de la filial del fabricante en el país de destino de la
importación, no el tercer país al que se desvían los productos “grey”, para ser finalmente vendidos por
el distribuidor o minorista. Las respuestas a los problemas que plantea el mercado paralelo se
evidencia con extrema nitidez en los productos que contienen PI. En definitiva se resuelven
contractualmente. Es decir, la respuesta y solución está en el contrato internacional con efectos
extraterritoriales bajo las normas del derecho internacional privado.

LA GESTION DE DERECHO DE AUTOR

Licenciamiento individual: El ejercicio individual de los derechos por sus titulares es una manera
natural de gestión, en el caso de los derechos exclusivos. Los creadores rara vez comercializan
directamente sus obras (si bien en el entorno digital los DRM lo hacen posible), sino que realizan
contratos con editores y productores quienes comercializan sus obras a través de productos y servicios.
En el sector editorial los escritores celebran contratos de edición con un editor, en el cual determinan
los derechos y obligaciones de éste. En el sector audiovisual, en el que hay un número de creadores y
contribuidores individuales, los derechos están en cabeza del productor en razón de un contrato, de la
ley o base en ambos. Basados en los derechos transferidos, editores y productores otorgan licencias o
autorizaciones a los usuarios tradicionales o proveedores de contenido digital. La explotación primaria
de los derechos de autor es ejercida de manera individual.

La gestión colectiva: En el campo de la música los compositores, autores y editores musicales están
organizados en sociedades de gestión colectiva, que negocian licencias en su nombre con los diferentes
usuarios. También los productores fonográficos y los artistas intérpretes o ejecutantes han establecido
también sus propias sociedades de GC para conceder licencias a organismos de radiodifusión y otros
usuarios. En casos en los que el organismo de radiodifusión transmite en línea, la SGC es quien otorga
las licencias. La gestión colectiva de derechos de autor juega un rol importante en relación con otras
industrias creativas diferentes de la música, principalmente en caso de usos secundarios. Existen
razones de que tanto los titulares de derechos como usuarios prefieran la opción de gestión colectiva.

Nuevas formas de gestión conjunta: individual y colectiva: Las nuevas formas de ejercicio de los DA
que están surgiendo combinan elementos del ejercicio individual y de gestión colectiva, por ejemplo,
los centros de recaudación y distribución de derechos de autor los cuales funcionan como una central
de licenciamiento, aplicando tarifas y condiciones individualmente determinadas a las licencias que han
sido fijadas por los titulares. La mayoría de sociedades de gestión colectiva de derechos reprográficos
han desarrollado sistemas de licenciamiento común que operan con tarifas y condiciones determinadas
de forma individual y al mismo tiempo funcionan como ventana única para los usuarios. Algunos de
estos centros entregan también el contenido junto con el otorgamiento de licencia. Este tipo de
sistemas de comercialización se estableció en cooperación entre los titulares y las RRO. Mientras que la
licencia es concedida por la sociedad de gestión colectiva, el contenido proviene del servidor del editor.

Alternativas de licenciamiento: Una de las alternativas de licenciamiento son las denominadas


licencias Creative Commons que permiten a los usuarios ciertos usos del material protegido por los DA,
sin remuneración, pero con atribución de autoría al creador. Los titulares de derechos deciden si
quieren restringir el uso no remunerado a las utilizaciones que no tengan ánimo de lucro o de
permitirlo para todos los usos, incluidas las reutilizaciones con ánimo de lucro. Millones de obras han
sido licenciadas en línea a través de una licencia de Creative Commons. No aplica en casos en los cuales
los titulares de derechos pretenden recibir una remuneración por los usos de sus obras. En tales
circunstancias depende del titular solicitar el pago por los usos que están fuera de la licencia gratuita,
algo que en muchos casos constituye una imposibilidad práctica.

El acceso abierto: Su objetivo es hacer accesibles, de manera libre y gratuita, los artículos de
investigación científica a los usuarios en todo el mundo. Existen dos maneras de lograr este propósito:
en la primera, los propios autores ponen una copia del artículo a disposición a través de la red, en la
segunda, el artículo se publica en una revista accesible gratuitamente en la Internet. Un creciente
número de instituciones científicas permiten a los autores depositar una copia de sus artículos en el
archivo institucional. Algunos autores ponen sus artículos en la red por iniciativa propia. En la segunda
opción, la publicación de acceso abierto, al no generar ingresos por concepto de suscripción, los costos
del proceso editorial tienen que ser cubiertos con recursos de otras fuentes, con subsidio de las
instituciones en el caso de revistas científicas o cubiertos por autores o universidades. En otros casos,
el editor puede permitir el acceso abierto un tiempo después de la publicación, lo que se conoce como
“acceso abierto retrasado”.
Copia privada y los efectos del intercambio de archivos (file sharing): Las legislaciones de varios países
han incluido una excepción de copia privada. La Directiva Europea permite una excepción para uso
privado de carácter opcional, siempre con la condición de que los titulares de derechos reciban una
compensación equitativa. Esta debe tener en cuenta si se aplican o no a la obra o prestación de que se
trate, las medidas tecnológicas de protección contempladas en la Directiva. Cómo tener en cuenta el
uso de los sistemas DRM en los diferentes niveles de tarifas de la copia privada es un asunto relevante.
En los casos en los que la copia privada se efectúa de una fuente ilícita, las condiciones para una
excepción son cuestionadas en algunos países. Han establecido una estipulación explícita según la cual
sólo se permita la copia privada a partir de un original lícito. El hecho de que la mayoría de descargas
para uso privado se efectúen de originales no autorizados, hace que las medidas de observancia
involucren hoy en día también a los individuos. Se discuten soluciones para hacer frente, incluso la
posibilidad de autorizar el intercambio de archivos a través de de licenciamiento o compensación.

SISTEMAS DE GESTIÓN ELECTRÓNICA DEL DERECHO DE AUTOR (ECMS)

Los ECMS son sistemas informáticos cuya función es e impedir o restringir el uso que se hace de las
obras protegidas, rastreando para ello la red. Se definen como "sistemas tecnológicos en línea que
posibilitan la gestión, explotación y observancia del derecho de autor". Establecen permisos sobre las
obras (leer, imprimir, modificar, copiar), y en caso de que se concedan dichos permisos, controlan el
uso que se hace de éstos. Estos sistemas administran datos referentes al titular del derecho de autor, a
la obra y permisos de uso que el titular pretende que se respeten. Datos que a su vez son cruzados con
los del usuario, tanto con sus datos personales como con datos acerca del uso que éste hace de la obra.
Los datos referentes al autor y sus obras deberían estar disponibles en Internet para que los usuarios
puedan consultar qué obras están protegidas y quiénes son sus titulares. Las técnicas usadas por los
ECMS son muy diversas, pero normalmente se llevan a cabo dos funciones básicas:

• Identificadores inalterables de la obra.


• Rastreo y control de la obra en las redes digitales.

Las técnicas de marcado son las más importantes porque de su complejidad depende la elusión,
eliminación o inutilización por el usuario de una medida tecnología, impidiendo la localización de la
obra. Se destacan las siguientes:

▪ Marcas de Agua: es una señal insertada en un archivo digital de manera que pueda ser detectada
por una computadora pero no perceptible para el ojo humano. Contiene información relacionada
con el contenido del archivo, como datos sobre sus dueños o creadores, restricciones de
distribución u otra información adicional. Su función no es evitar que el archivo pueda ser
modificado, sino dar información sobre si ha sido modificado o sobre quién es el autor o titular del
derecho de autor de la obra. Aunque no impide que el archivo sea modificado, eso no significa que
se pueda eliminar esta marca porque permanece oculta.
▪ Encriptado y Contraseñas: Con este método se asegura que el documento u obra solo sea
accesible por el usuario/cliente autorizado, pero no se puede controlar el uso que el
usuario/cliente haga de la obra. Consiste en un vinculo seguro entre titular del derecho y usuario.
▪ DOI: Es un sistema completo para asignar, mantener, resolver y utilizar identificadores
permanentes, facilita el control sobre el uso que se hace de una obra y sobre quiénes acceden.
▪ Identificación contenido/autor a través de códigos "hash": Es una técnica destinada a proteger
documentos de texto en formato ASCII, insertando en cada línea del documento códigos conocidos
como códigos "hash". Mediante la comparación de estos códigos se puede averiguar si ha sido
modificado el documento. Es bastante útil para controlar si una página web ha sido modificada por
un hacker. Los sistemas de gestión electrónica del derecho de autor requieren de una base de
datos con las obras protegidas por derecho de autor accesible en línea libremente. Dicha base de
datos proporciona informaciones sobre la identidad de los titulares del derecho (o sus agentes) de
manera que cualquier persona interesada pueda establecer contacto a fin de obtener las
autorizaciones necesarias. Se facilita esta información conectando cada obra a un identificador
único. Otros sistemas pueden incorporar módulos de contabilidad que registran y gestionan de
manera automática los aspectos financieros de las transacciones. Estructuran la mayoría de las
etapas de las transacciones relacionadas con el DA a fin de favorecer al máximo la automatización.

Los tratados Internet de la OMPI introducen obligaciones respecto de la integridad de los sistemas de
información sobre la gestión de derechos, sin especificar la manera en que deberían aplicarse. La
tecnología actual permite la gestión automatizada de derechos. Un amplio abanico de entidades,
incluidas empresas tecnológicas, sociedades de gestión colectiva y gobiernos, llevan a cabo proyectos
destinados al desarrollo de sistemas de gestión electrónica del derecho de autor.

La gestión colectiva digital

Muchas utilizaciones ahora se realizan en forma digital, esto imponen retos a la gestión de DA, puesto
que los titulares son difíciles de localizar y contactar. Los servicios de las Sociedades de Gestión
Colectiva pueden ser muy valorados en tales circunstancias. En Europa, la iniciativa se enfoca en la
gestión de los derechos en dos casos particulares: las “obras descatalogadas” y las obras “huérfanas”.
Las obras descatalogadas son aquellas que están fuera de impresión, término antiguo para el entorno
digital. Las obras huérfanas son aquellas cuyos titulares no pueden ser identificados o si lo son no
pueden ser localizados para gestionar autorizaciones. Las obras protegidas por DA pueden utilizarse
previo permiso del titular del derecho y tras el pago de la remuneración. El mecanismo de
identificación de las obras constituye una tarea compleja y costosa, particularmente en el ámbito
internacional y sobre todo cuando la obra está destinada a utilizarse en Internet. El proceso de gestión
colectiva de derechos de autor implica cuatro etapas a saber:

a) Acceso a la información relativa a las obras, derechos que conllevan y titulares


b) Obtención de permisos de titulares del derecho para la utilización de sus obras
c) Supervisión de la utilización que se hace de esas obras, a fin de calcular las regalías pagaderas
d) Recaudación y distribución de dichas regalías, velando que remitan a los titulares del derecho

Varios factores dificultan la gestión de derechos a escala mundial:

a) Los titulares poseen un conjunto de derechos (derechos de reproducción, distribución, y


comunicaciones al público), que pueden explotarse independientemente
b) El creador de una obra y titular de derechos pueden no coincidir en la misma persona.
c) El DA constituye sistemas territoriales, la cuestión de la titularidad y excepciones son locales,
deben considerarse en relación con la legislación de cada país en que se pretenda utilizar la obra.

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