La evolución del Derecho de Acción, marca el surgimiento de la ciencia procesal, hoy
Derecho Procesal, deviene desde la antigüedad clásica hasta la etapa científica, propiamente, la aparición de una teoría cede a otra en el proceso evolutivo del derecho, así tenemos, la teoría clásica de la doctrina civilista de la acción expuesta por el derecho romano, entiéndase de ello como el conjunto de ritos sagrados y procedimientos ineludibles, en 1856 toma giro diferente viendo salir a la luz varias teorías que separan la señalada otorgando autonomía de derecho de acción sobre lo que se discute material y lo que se discute en juicio. La polémica Windscheid – Muhter: El derecho material y lo oralidad no solo son diferentes, sino independientes, con la observancia que el derecho público esté dirigido al Estado para que este conceda tutela jurídica. Oscar Von Bulow, sostiene que el derecho de acción no relaciona a los aportes de la relación jurdica sustantiva, sino al demandante con el Estado. Kohler y Degenkolb, sostiene que todo sujeto de derecho tiene derecho de acción, pero no esta condicionado a obtener una sentencia favorable. En esta acción se independiza no solamente del derecho sustancial, sino también del resultado. Adolfo Wach, marca el punto de no retorno en la doctrina sobre la autonomía del derecho de acción, a pesar de ello entiende que la acción tiene un elemento bidireccional, el demandante y el Estado, a fin que cumpla o satisfaga su derecho. Aunque esta tendencia confundió el derecho de acción con el concepto de pretensión procesal. Giuseppe Chiovenda 1903, marca con claridad que el derecho de la acción no es un derecho material, nace el Derecho Procesal y sustituye al procedimiento, siendo el derecho de acción potestativo y se dirige contra el adversario, incluso sostiene que el derecho de acción es renunciable o transferido. Calamandrei, afirma, que el derecho de acción es simplemente el derecho de pedir justicia y, sobre todo, que es común a todos, siendo la que en adelante es la predominante. Carnelutti, reafirma de modo definitivo el carácter “autónomo”, “abstracto” y “público” del derecho de acción, siendo ello así, el Juez, no puede eximirse de estudiar la demanda y se obliga a pronunciarse declarando fundada o infundada. Couture, su aporte radica en reconocer que cualquier persona tiene el derecho de acudir ante el órgano jurisdiccional y motivar su pretensión con arreglo a Ley. Víctor Fairén Guillén y Hugo Alsina, entiende el derecho de acción como el derecho de petición, Alsina por su parte señala que el Estado es pasivo de la acción.