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Los lógicos y otros científicos son especialistas en una tarea que algunos han designado con
la palabra desfamiliarizacion: una empresa ardua que consiste en distanciarse de las cosas
cotidianas con el fin de no dar por sentado que nuestras acciones son simples.
Los primeros tienen una inquietante propiedad: se pueden someter a prueba pública y quien
discrepe de ellos tendrá que permanecer alejado de la comunidad de Ia gente cuerda.
Los juicios de hecho, en definitiva, no dan pie al prejuicio, no generan por si mismos
creencias, ni opiniones, ni responden a manías personales. Las cosas son así, y hay que
aceptarlas.
En resumidas cuentas, esta valoración negativa no es otra cosa que una forma de justificar
el a dios a la lengua, el sentimiento de que ya no sirve; o acaso la pereza o la incapacidad
para extraerle todo su jugo. Podemos, pues, entender que un prejuicio lingüístico es una
desviaci6n de la racionalidad que, casi siempre, toma la forma de un juicio de valor o bien
sobre una lengua (o alguna de sus características), o bien sobre los hablantes de una lengua
(en tanto que hablantes). Y se trata de un prejuicio generalmente dictado por la ignorancia o
por la malevolencia, ajustado a estereotipos maniqueos y dictado por la desaz6n que nos
producen todas aquellas cosas y personas que son diferentes a nosotros.
a) La antigüedad
Solo la lengua griega era valiosa también primaba la belleza y
musicalidad de las palabras más que el contenido.
Se perdía el sentido de las palabras, y por ende se incurria en
desfiguraciones verbales.
Los poetas, con las figura de dicción eran los principales causantes de
esta desfiguración, al no ocuparse de la verdad en lo que se trataba de
decir sino en la belleza
b) El renacimiento
La literatura era tomada con el uso ejemplar de la lengua
Una lengua era valiosa en la medida en que despertaba el interés de
los gramáticos.
Existía un amplio rechazo de los vulgarismos y barbarismos, por lo
cual dichas lenguas no eran aptas para la literatura, esta era digana
solo de lo mejor de cada lengua.
Se asignaban diferentes funciones a cada lengu, atribuyendo a estas
cualidades morales y estéticas sin ningún fundamento claro.
c) La ilustración y el romanticismo
Lenguas para fines específicos, unas para el arte y otras para saber y los
conocimientos.
Naciones sabias y nobles tenían lenguas exactas y ricas, por el contrario
los pueblos mestizos poseían, y un tercer grupo, las lenguas orientales,
están serviles y abyectas.
Existen lenguas con formas gramaticales o sin ellas, esto influye en la
agilidad de pensamiento y acercamiento.
d) Las exaltaciones y las defensas de la lengua
Distinciones entre lengua fuertes pues tiene amplias posibilidades de
supervivencia y lenguas débiles, cutas opciones de extinción son más
altas.
Las lenguas no se enfrentan con nadie, es un control de las potencias,
sobre los territorios con las lenguas débiles, dado el mayor poderío
económico y militar, cuestiones de colonialismo o imperialismo.
La competencia entre dos lenguas fuertes pues juntas tiene manera de
hacer frente a la otra y disputan el reconocimiento de cuál es la mejor y
la más elevada.
Las lenguas no entienden de estas diferencias. Las “Suaves” o “ásperas”? Todos los
humanos tenemos unos instrumentos, ligeros y sensibles, llamados “cuerdas vocales”, que
producen el tono de las voces: más agudo o más grave en funcion de cada persona; más
placentero o más rechinante dependiendo del grado de esfuerzo o a causa de alguna
inflamacion. Y también son cosa nuestra las cavidades supragloticas, responsables de un
complejo sistema de resonancias que configuran el timbre único de cada voz. Las lenguas,
en cambio, ni tienen cuerdas vocales, ni cavidades supragloticas: las lenguas son sistemas
en manos de sus hablantes, y los sistemas, por lo que sabemos, no tienen sexo, ni son
suaves o enérgicos o bonitos; son redes de relaciones, y en ningún caso son ilícitas.
El total de la poblacion humana, dividido por cuatro mil lenguas, nos da 1.375.000
hablantes para cada una de ellas, en términos absolutos. Y si dividimos el número de
lenguas por el de los estados (185) el resultado es de 21'6 lenguas por estado (también en
términos absolutos), cosa que hará temblar de indignacion a los amantes y militantes del
monolingüismo que, si por regla general, tienen tendencia a aceptar una sola lengua para
cada estado, se verían abocados a borrar de un plumazo las restantes tres mil ochocientas
quince lenguas.
Juan Carlos Moreno, cuya propuesta sobre los nombres de las lenguas del mundo
seguiremos fielmente en esta obra: “Hoy día que tanto se habla de las especies animales en
peligro de extinción, que constituyen una logica causa de preocupacion en las personas
amantes de la naturaleza, parece obligado abogar por la gran cantidad de lenguas y culturas
que están a punta de desaparecer ante el empuje de los imperialismos lingüísticos,
económicos y culturales.
Todas las lenguas tienen recursos para responder a las necesidades de sus hablantes, y si no
existe un término para un objeto o concepto determinados, lo crearan.” l Y como creen
algunos que lenguas tan “sabias” y “de cultura” como algunas muy conocidas han llegado a
construir sin ninguna regla ortográfica.
Franz Boas: Que una lengua no utilice palabras generales no prueba una incapacidad para
formarlas; quiere decir, solamente, que el sistema de vida de un pueblo es tal que no las
requiere. Pero las creara tan pronto como las necesite.
Quienes valoran a las lenguas sobre la base de la literatura parece que ignoran (y es grave)
que la inmensa mayoría de las lenguas humanas han sido habladas y no escritas durante los
tramos más extensos de su recorrido.
Los primeros son el patrimonio de los hombres cultos y educados, de los que “cuidan la
lengua”; los segundos son propios de las gentes de la calle, más bien legos, que se expresan
con unas pocas muletillas, aunque de vez en cuando se les reconocen algunas gracias y
vivacidades en el uso de la lengua.
c) Lenguas y dialectos
Estos dos términos se emplean frecuentemente con cierta dificultad, en parte por causas
ajenas a la Lingüística, y, también en parte, porque existen obstáculos objetivos. Joan Veny,
un eminente dialectólogo, ha expresado con precisión los elementos que dificultan el uso
inequívoco de estos conceptos: “Términos aparentemente simples los de “lengua” y
“dialecto” se impregnan de complejidad a causa de los diversos valores semánticos de que
se han cubierto, de la aplicacion de estos conceptos a lenguas diferentes o de la dificultad a
la hora de delimitar un dialecto entre otros.
c) Lenguas de comunicación
Cuando la persona que está identificada con la mentalidad lingüística de
poderes centralizadores, nos proclama que su lengua es de comunicación o
que nos quiere decir es que no esta en absoluto dispuesta a comunicarse con
otra lengua.