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Categorías expuestas por L.

Althusser

Lee el texto de Althusser "Ideología y aparatos ideológicos del Estado" que se encuentra en la
selección de Lecturas p.p. 6-31 y toma notas al margen o bien ve destacando las principales
categorías y conceptos que nos aporta el autor.

Después realiza las siguientes actividades en un mismo archivo:

a) En un cuadro sinóptico identifica al menos 5 de las principales categorías utilizadas por


Althusser para interpretar el fenómeno escolar. Utiliza las variables: categoría y
descripción.

b) Posteriormente, busca en alguna de las siguientes direcciones electrónicas, un artículo


sobre educación y analízalo a partir de las cinco categorías que elegiste para explicar
relación con el papel reproductor de la escuela.

c) Finalmente, copia y coloca en el archivo el artículo que seleccionaste, incluye su


referencia electrónica. Esto tiene la finalidad de que tu asesor pueda tenga a la vista el
texto. Si lo dseas, pudes utilizar alguna otra dirección que tú conozcas.El abandono
escolar en el bachillerato
Rodolfo Tuirán y Daniel Hernández | 01.09.2015

El abandono escolar es uno de los desafíos más importantes que enfrenta la educación en el país.
Sus efectos son determinantes en las trayectorias de vida de las personas. El abandono escolar por
lo general condiciona una baja escolaridad y, al hacerlo, limita las oportunidades de desarrollo
personal y reduce la probabilidad de acceder a un trabajo productivo y digno, al tiempo que
aumenta el riesgo de desempleo y pobreza.

Se estima que en México poco menos de 1 de cada 100 niñas y niños abandona la escuela
primaria cada año; en la educación secundaria la cantidad se eleva a 5 de cada 100 adolescentes;
a su vez, en el bachillerato afecta a 15 de cada 100 jóvenes. En conjunto, esto significa el
truncamiento de las trayectorias educativas cada año de más de un millón de alumnos en edad de
asistir a la educación obligatoria. Tan solo en el bachillerato dejan la escuela 650 mil jóvenes.

Las condiciones socioeconómicas en las que se desenvuelven los jóvenes y la escasa


disponibilidad de capital cultural en sus hogares es una de las causas principales de este
fenómeno social, aunque también operan muchos otros factores anclados en la escuela o en
eventos propios del difícil tránsito de la adolescencia a la juventud.

La disminución de la tasa de abandono escolar en el nivel medio superior del país ha sido muy
lenta, lo que muestra las dificultades de encarar este problema con éxito (ver la Gráfica). Apenas
en 1990 era de casi 19% y 22 años después cayó a 15%. Es decir, el abandono escolar apenas
disminuyó cuatro puntos porcentuales en ese lapso.

La definición predominante del problema del abandono ha condicionado sin duda el tipo y la
efectividad de las acciones realizadas para enfrentarlo. Al respecto, William I. Thomas, conocido
fundador del interaccionismo simbólico, dijo que “no importa si una interpretación es correcta o
no, si los individuos definen las situaciones como reales, son reales en sus consecuencias”. Así,
por ejemplo, si un problema se define como “inevitable”, lo más probable es que no se haga
mayor cosa para contenerlo.

Hace algunos años, el abandono escolar se percibía como un problema atribuible, sobre todo, a
causas ancladas en la economía de los hogares. Se pensaba que si los hogares no contaban con
recursos suficientes, el abandono era una respuesta ineludible, ya fuese porque los hogares no
podían cubrir los gastos que derivan de la asistencia a la escuela, porque los niños y jóvenes eran
necesarios para producir ingresos o porque su presencia en casa les permitía a otros miembros de
la familia incorporarse al mercado laboral. Frente a esta definición del problema, las escuelas no
se sentían responsables en sentido alguno del abandono escolar. En consecuencia, no hacían algo
para evitarlo.

En contraste, hoy sabemos que el abandono escolar es un fenómeno multicausal. Sus


determinantes no solo tienen que ver con la economía de los hogares o con su condición social,
sino también con factores “anclados” en la escuela, como el clima escolar, las estrategias y
metodologías de enseñanza empleadas —que contribuyen a determinar el logro escolar de los
jóvenes— y las políticas escolares de atención a la reprobación, entre otros.

La falta de interés en las clases, la reprobación o el ausentismo son factores detonadores clave del
abandono escolar. Por ejemplo, el ausentismo reiterado de los estudiantes aumenta hasta 2.2
veces la probabilidad de que los jóvenes dejen sus estudios, en comparación con quienes no
presentan inasistencias escolares reiteradas. Una manera de prevenir el abandono es identificar
con oportunidad a los jóvenes que están en esa situación y acercarles los apoyos que requieran.

Esta definición del problema, más consistente con la naturaleza y complejidad del abandono
escolar, ha permitido repensar las intervenciones de política pública, las cuales se sustentan en
tres ideas esenciales: (1) el abandono no es un “hecho inevitable”, (2) algunas causas importantes
del abandono están en la escuela y (3) los propios planteles tienen en sus manos diversas
respuestas. Estas ideas ofrecen un cambio radical en la manera de entender y encarar el problema
del abandono en la educación media superior.

Desde 2013 y con base en el liderazgo de los directores de planteles públicos de bachillerato en el
país, se puso en marcha un conjunto amplio de intervenciones. Destaca la difusión de una “Caja
de herramientas” (compuesta hoy por 12 manuales) para que las comunidades escolares
comprendan la importancia y la naturaleza del problema y determinen las acciones contra el
abandono escolar. Igualmente, cada año, al arranque del nuevo ciclo escolar, se capacita a los
directores de planteles públicos para reforzar el uso adecuado de las herramientas disponibles,
incluido el seguimiento sistemático del ausentismo y el desempeño escolar de los estudiantes, la
provisión de becas para quienes se encuentran en esa situación, la realización de tutorías para
atender a quienes experimentan bajo desempeño, la revisión del trabajo en el aula para
“enganchar” a los jóvenes en sus estudios, la mejora del clima escolar y el impulso a la
comunicación con los padres de familia, entre otras acciones.

Una encuesta reciente indica que 92% de los directores de planteles públicos de bachillerato
reconoce que las acciones contra el abandono están ayudando a enfrentar el problema. Gracias a
estos esfuerzos, entre 2012 y 2014 se ha observado una disminución en la tasa de abandono de 15
a 13.4%. Esto indica que en los dos últimos años la reducción es equivalente a la lograda en los
ocho años previos. La meta nacional es reducir la tasa de abandono del nivel inicial de 15% en
2012 a 9% en 2018. Si bien se avanza en la dirección correcta, es preciso reforzar los esfuerzos
encaminados a prevenir este problema para hacer efectivo el derecho de los jóvenes a una
educación con equidad y calidad.

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