Está en la página 1de 2

Tema 1

El realismo y el naturalismo: la novela, la poesía y el teatro en la segunda mitad del siglo XIX

La literatura realista nace en el contexto de la sociedad industrial del siglo XIX, fruto de una
época en la que la burguesía alcanzó la cima del poder político e impuso sus valores. En este
contexto, en España surge el realismo, movimiento literario que encuentra en la novela su
cauce de expresión predilecto. El objetivo fundamental será ofrecer un relato fiel de la vida
cotidiana contemporánea, prestando especial atención al mundo social en el que el individuo
desarrolla su vida reflejada de manera objetiva, con exactitud y rigor. Su receptor será un lector
de clase media perteneciente a la burguesía. Los autores realistas compartirán características
en común. Destaca la verosimilitud con argumentos creíbles y un trabajo fiel de
documentación. El ambiente será contemporáneo al autor, con escenarios reconocibles y
descripciones minuciosas de lugares y personajes. Sus protagonistas son personajes comunes
que luchan por subsistir en una sociedad tradicional cargada de normas. Se hace notar el punto
de vista del autor, narrador omnisciente en tercera persona, que llevará una denuncia implícita
de los defectos de la sociedad burguesa. Toman como modelo la novela realista europea.

Entre los autores de tendencia más conservadora están los creadores de cuadros de
costumbres. Cecilia Bölh de Faber escribe La gaviota y Pedro Antonio de Alarcón crea un
romance tradicional con El sombrero de tres picos.

Entre los escritores progresistas destaca Benito Pérez Galdós que consolida el realismo en
España. Su obra tiene como rasgo principal la contemporaneidad, retrata la España del último
tercio del siglo XIX desde su liberalismo y con la convicción de que el progreso se basa en el
desarrollo de la vida urbana y el fortalecimiento de la clase media. Huye del fanatismo y la
superstición y sus personajes se inspiran en la burguesía madrileña y la burocracia creando una
síntesis de lo colectivo y lo individual. La voz narrativa se presenta como testigo de los hechos
reflejando en los diálogos el habla real de la época. Su obra se organiza en tres ciclos. En primer
lugar, las novelas de tesis donde la religión es el tema principal, denunciando la intolerancia y el
falso celo religioso. Destacan obras como Doña Perfecta. En segundo lugar, las novelas
contemporáneas ambientadas en Madrid y que son un retrato de la sociedad de la época como
Fortunata y Jacinta o La de Bringas. Cierra su etapa novelística con las novelas espirituales
cuyos personajes abnegados y caritativos alcanzan la perfección moral como en Misericordia.
También destacar los 46 Episodios nacionales donde recrea la historia de España desde la
batalla de Trafalgar en 1805 hasta el reinado de Alfonso XII con Cánovas.

Clarín, es también una figura fundamental del realismo. Su obra La Regenta retrata el personaje
de Ana Ozores, una joven burguesa infeliz obligada a unas normas sociales que no entiende ni
acepta. Clarín aborda una crítica a la burguesía hipócrita de provincias y el poder de la iglesia.

Una corriente narrativa cercana a la novela realista será el naturalismo cuyo fundador será el
francés Émile Zola. Parte de una consideración determinista de la vida, la herencia genética y
el medio social en que nace el individuo rigen su existencia. En España se situó en un término
medio sin llegar a la exageración determinista. Emilia Pardo Bazán es la escritora en la que se
advierte la influencia de esta corriente aunque no admitía algunos rasgos. En Los pazos de
Ulloa y La madre naturaleza refleja la influencia del medio social en el individuo, el ambiente de
los pazos gallegos. Destaca también Vicente Blasco Ibáñez con Cañas y barro y La barraca, obras
ambientadas en el espacio de la huerta valenciana.
En la segunda mitad del siglo XIX, se desarrolla una poesía de estética realista como la obra de
Ramón de Campoamor. El teatro de esta época no tuvo especial relevancia. Por un lado, triunfa
un teatro, la alta comedia, destinado a la burguesía con autores como Abelardo López de Ayala.
Se desarrolla el género chico, de carácter popular. José de Echegaray crea un teatro
neorromántico y Joaquín Dicenta un teatro de carácter social.

También podría gustarte