Está en la página 1de 8

INTRODUCCIÓN

La palabra clonación procede del griego, su significado etimológico es “retoño” o “rama” y


hace referencia a todos aquellos procesos cuyo fin último es la obtención, de manera asexual
(es decir, sin intervención de sexo), de copias genéticamente idénticas de una entidad
biológica, y es muy utilizada en biología, no solo en el área de la biología molecular sino

también en muchos otros campos, ya que de forma natural muchos organismos unicelulares,
como por ejemplo los protozoos, provienen de un organismo único por reproducción

asexual y son genéticamente idénticos a él; otros organismos inferiores, como bacterias,
ciertas algas y plantas inferiores se reproducen también por clonación. En otros casos de
organismos diferenciados sexualmente, la clonación se produce cuando hay reproducción

sin fecundación, como ocurre con la división de las células somáticas de los organismos
superiores, o en los procesos de reproducción partenogénica de algunos insectos y

crustáceos.

En todos estos casos, lo que obtenemos es un clon, es decir, una población de células todas
ellas surgidas de una misma célula única, a través de repetidas divisiones, o bien una

población de individuos producidos por reproducción asexual a partir de un solo antecesor.

El término se ha aplicado tanto a células como a organismos, de modo que un grupo de

células que proceden de una célula única también se considera un clon. Por lo general, los
miembros de un clon tienen características hereditarias idénticas, es decir sus genes son
iguales, con excepción de algunas diferencias a causa de las mutaciones. Por ejemplo, los
gemelos idénticos, que proceden de la división de un óvulo fecundado único, son miembros de
un clon, mientras que no lo son los gemelos no idénticos que se originan a partir de la
fecundación de dos óvulos independientes. Gracias a los recientes progresos de la ingeniería
genética, los científicos pueden aislar un gen individual (o grupos de genes) de un organismo e
implantarlo en otro organismo perteneciente a una especie diferente. Las especies
seleccionadas como receptoras son por lo general aquellas con reproducción asexual, como las
bacterias o levaduras. Por lo tanto, es posible generar un clon de organismos, o de células, que
contengan todos el mismo gen (o genes) extraño. Debido a que las bacterias, levaduras, y otros
cultivos celulares pueden multiplicarse a gran velocidad, estos métodos hacen posible la
producción de muchas copias de un gen determinado, lo cual permite que se aíslen y se
utilicen para la investigación (como por ejemplo para el estudio de la naturaleza química y
estructura del gen), o con objetivos médicos y comerciales (con el fin, por ejemplo, de obtener

grandes cantidades de sustancias útiles como la insulina, el interferón y la hormona del


crecimiento). Esta técnica tiene un gran potencial médico y económico, y es objeto de intensas
investigaciones. Sin embargo, también puede llevarse a cabo la clonación de organismos; por
ejemplo, pueden producirse mediante clonación animales gemelos idénticos. Un embrión en
una fase de desarrollo precoz se extrae del útero y se divide. Entonces, cada

parte se implanta por separado en un útero sustituto. Algunos mamíferos como ratones y
ovejas se han obtenido de este modo. Otro descubrimiento desarrolló la posibilidad de tomar

de una célula un núcleo con la dotación completa de cromosomas, e inyectarlo en un huevo


fecundado cuyo núcleo ha sido extraído. La división del huevo supone la división del núcleo, y
el núcleo descendiente a su vez puede ser inyectado en otros huevos. Después de varias
transferencias, el núcleo puede ser capaz de dirigir el desarrollo de los huevos en organismos

completos, genéticamente idénticos al organismo del que se había obtenido el núcleo original.
Por lo tanto, esta técnica de clonación es, en teoría, capaz de producir un gran número de
individuos genéticamente idénticos. Estos experimentos se han llevado a cabo con éxito en
ranas y ratones, pero hasta febrero de 1997 no había sido posible la clonación de mamíferos
superiores. Fue entonces cuando se dio a conocer la noticia de que por primera vez un grupo
de científicos había logrado clonar con éxito una oveja. Se trataba de los genetistas del
Instituto Roslin y los de PPL Therapeutics, ambos cerca de Edimburgo, en Escocia, quienes
lograron clonar una oveja, a partir del tejido de la glándula mamaria de una oveja adulta de
seis años de edad, a la que bautizaron con el nombre de Dolly. Para producir la oveja clonada,
los científicos utilizaron una técnica de ingeniería genética conocida como transferencia
nuclear. Esta misma técnica se ha utilizado para clonar otros animales, como cabras, terneros,
cerdos, y más recientemente, un gato. En febrero de 2002, investigadores de la Universidad de
Texas anunciaron la clonación de un gato doméstico; para ello, transfirieron el material
genético de una célula de una gata adulta a un óvulo, al que previamente habían extraído el
núcleo, y posteriormente lo implantaron en una madre adoptiva.

¿QUÉ ES LA CLONACIÓN?

Hay que diferenciar el uso de la palabra clonación en distintos contextos de la biología: Si nos
referimos al ámbito de la Ingeniería Genética, clonar es aislar y multiplicar en un tubo de

ensayo un determinado gen o, en general, un trozo de ADN. Sin embargo, Dolly no es producto
de Ingeniería Genética. En el contexto a que nos referimos, clonar significa obtener uno o
varios individuos a partir de una célula somática o de un núcleo de otro individuo, de modo
que los individuos clonados son idénticos o casi idénticos al original.

En los animales superiores, la única forma de reproducción es la sexual, por la que dos

células germinales o gametos (óvulo y espermatozoide) se unen, formando un zigoto (o


huevo), que se desarrollará hasta dar el individuo adulto. La reproducción sexual fue un

invento evolutivo (del que quedaron excluidas las bacterias y muchos organismos
unicelulares), que garantiza que en cada generación de una especie van a aparecer nuevas

combinaciones de genes en la descendencia, que posteriormente será sometida a la dura


prueba de la selección y otros mecanismos evolutivos. Las células de un animal proceden en
última instancia de la división repetida y diferenciación del zigoto. Las células somáticas, que
constituyen los tejidos del animal adulto, han recorrido un largo camino "sin retorno", de

modo que, a diferencia de las células de las primeras fases del embrión, han perdido la
capacidad de generar nuevos individuos y cada tipo se ha especializado en una función distinta
(a pesar de que, salvo excepciones, contienen el mismo material genético). El primer
experimento de clonación en vertebrados fue el de Briggs y King (1952), en ranas. En los años
70, Gurdon logró colecciones de sapos de espuelas (Xenopus laevis) idénticos a base de
insertar núcleos de células de fases larvarias tempranas en ovocitos (óvulos) a los que se había
despojado de sus correspondientes núcleos. Pero el experimento fracasa si se usan como
donadoras células de ranas adultas. Desde hace unos años se vienen obteniendo mamíferos
clónicos, pero sólo a partir de células embrionarias muy tempranas, debido a que aún no han
entrado en diferenciación (y por lo tanto poseen la propiedad de pluripotencia). No es extraño
pues el revuelo científico cuando el equipo de Ian Wilmut, del Instituto Roslin de Edimburgo
comunicó que habían logrado una oveja por clonación a partir de una célula diferenciada de un
adulto. Esencialmente el método (que aún presenta una alta tasa de fracasos) consiste en
obtener un óvulo de oveja, eliminarle su núcleo, sustituirlo por un núcleo de célula de oveja
adulta (en este caso, de las mamas), e implantarlo en una tercera oveja que sirve como "madre
de alquiler" para llevar el embarazo. Así pues, Dolly carece de padre y es el producto de tres
"madres": la donadora del óvulo contribuye con el citoplasma (que contiene, además
mitocondrias que llevan un poco de material genético), la donadora del núcleo (que es la que
aporta la inmensa mayoría del ADN), y la que parió, que genéticamente no aporta nada.
Científicamente se trata de un logro muy interesante, ya que demuestra que, al menos bajo
determinadas circunstancias es posible "reprogramar" el material genético nuclear de una
célula diferenciada (algo así como volver a poner a cero su reloj, de modo que se comporta
como el de un zigoto). De este modo, este núcleo comienza a "dialogar" adecuadamente con el
citoplasma del óvulo y desencadena todo el complejo proceso del desarrollo intrauterino.

Historia de la clonación

El primer estudio de clonación tuvo lugar en 1885, cuando el científico alemán Hans Adolf
Eduard Driesch comenzó a investigar la reproducción. En 1902, logró crear un conjunto de
salamandras gemelas dividiendo un embrión en dos embriones separados y viables, según el
Centro de Aprendizaje de Ciencias Genéticas. Desde entonces, ha habido muchos avances en la
clonación.

En 1958, el biólogo británico John Gurdon clonó ranas a partir de células de la piel de ranas
adultas. El 5 de julio de 1996, una oveja hembra dio a luz a la ya famosa Dolly, un cordero de
Finn Dorset -el primer mamífero clonado a partir de las células de un animal adulto- en el
Instituto Roslin de Escocia.

“El nacimiento de Dolly y la nueva comprensión de la posibilidad de cambiar el


funcionamiento de las células hizo que los investigadores se plantearan otras posibles
formas de modificarlas“, declaró a Live Science Ian Wilmut, el científico que dirigió el equipo
que creó a Dolly.

Desde Dolly, han nacido muchos más clones de animales, y el proceso se está generalizando.
También se ha investigado la clonación de células humanas. En 2013, científicos de la
Universidad de Salud y Ciencias de Oregón tomaron el ADN de un donante de 8 meses con una
rara enfermedad genética y clonaron con éxito células madre embrionarias humanas por
primera vez.

Por desgracia, los investigadores no extrajeron las células para salvar al niño. El proyecto
consistía en demostrar que las células maduras de los donantes podían utilizarse para producir
otras nuevas. Esta investigación ha evolucionado hacia el uso de células madre para muchas
aplicaciones diferentes, como el crecimiento del cabello, tratamientos para quemaduras y
más.

1885 - Primera demostración de hermanamiento artificial de embriones

Hans Adolf Eduard Driesch


El erizo de mar es un organismo relativamente sencillo que resulta útil para estudiar el
desarrollo. Dreisch demostró que, con sólo agitar los embriones de erizo de mar de dos
células, era posible separarlas. Una vez separadas, cada célula crecía hasta convertirse en un
erizo de mar completo.

Este experimento demostró que cada célula del embrión temprano tiene su propio conjunto
completo de instrucciones genéticas y puede crecer hasta convertirse en un organismo
completo.

1902 - Gemelación artificial de embriones en un vertebrado

Hans Spemann

El primer reto de Spemann fue averiguar cómo dividir las dos células de un embrión mucho
más pegajoso que las del erizo de mar. Spemann creó un pequeño lazo con un mechón de pelo
de bebé y lo apretó entre dos células de un embrión de salamandra hasta que se separaron.

Cada célula se convirtió en una salamandra adulta. Spemann también intentó dividir
embriones de salamandra más avanzados con este método, pero descubrió que las células de
estos embriones no tenían tanto éxito a la hora de convertirse en salamandras adultas.

Este experimento demostró que los embriones de un animal más complejo también pueden
“hermanarse” para formar múltiples organismos idénticos, pero sólo hasta una determinada
fase del desarrollo.

1928 - El núcleo celular controla el desarrollo embrionario

Hans Spemann

Utilizando de nuevo un mechón de pelo de bebé atado en un lazo, Spemann apretó


temporalmente un huevo de salamandra fecundado para empujar el núcleo hacia un lado del
citoplasma.

El óvulo se dividió en células, pero sólo en el lado del núcleo. Después de cuatro divisiones
celulares, que dieron lugar a 16 células, Spemann aflojó el lazo, dejando que el núcleo de una
de las células se deslizara de nuevo hacia el lado no dividido del óvulo. Utilizó el lazo para
separar esta “nueva” célula del resto del embrión. La célula única creció hasta convertirse en
un nuevo embrión de salamandra, al igual que el resto de las células separadas.

Este experimento, que es el primer caso de transferencia nuclear, demostró que el núcleo de
una célula embrionaria temprana dirige el crecimiento completo de una salamandra,
sustituyendo de hecho al núcleo de un óvulo fecundado.

1952 - Primera transferencia nuclear con éxito

Robert Briggs y Thomas King


Briggs y King transfirieron el núcleo de un embrión de renacuajo temprano a un huevo de rana
enucleado (un huevo de rana al que se le había quitado el núcleo). La célula resultante se
convirtió en un renacuajo.

Los científicos crearon muchos clones de renacuajos normales utilizando núcleos de embriones
tempranos. Pero, al igual que en los experimentos con salamandras de Spemann, la clonación
tuvo menos éxito con núcleos de donantes de embriones más avanzados: los pocos renacuajos
clonados que sobrevivieron crecieron de forma anormal.

Lo más importante es que este experimento demostró que la transferencia nuclear era una
técnica de clonación viable. También reforzó dos observaciones anteriores.

En primer lugar, el núcleo dirige el crecimiento celular y, en última instancia, el desarrollo de


un organismo. En segundo lugar, las células embrionarias en las primeras etapas del desarrollo
son mejores para la clonación que las células en etapas posteriores.

1958 - Transferencia nuclear de una célula diferenciada

John Gurdon

Gurdon trasplantó el núcleo de una célula intestinal de renacuajo a un huevo de rana


enucleado. De este modo, creó renacuajos genéticamente idénticos a aquel del que se había
tomado la célula intestinal.

Este experimento demostró que, a pesar de los fracasos anteriores, los núcleos de las células
somáticas de un animal completamente desarrollado podían utilizarse para la clonación. Y, lo
que es más importante, sugirió que las células conservan todo su material genético incluso
cuando se dividen y diferencian (aunque algunos se preguntaron si el ADN del donante
procedía de una célula madre, que puede diferenciarse en múltiples tipos de células).

1996 - Transferencia nuclear a partir de células de laboratorio

Ian Wilmut y Keith Campbell

Todos los experimentos de clonación anteriores utilizaban núcleos donantes de células de


embriones tempranos. En este experimento, los núcleos donantes procedían de una fuente
ligeramente diferente: células de oveja cultivadas, que se mantenían vivas en el laboratorio.

Wilmut y Campbell transfirieron los núcleos de las células cultivadas a óvulos de oveja
enucleados. Los corderos nacidos de este procedimiento se llamaron Megan y Morag.

Este experimento demostró que las células cultivadas pueden suministrar núcleos donantes
para la clonación por transferencia nuclear. Como los científicos ya habían aprendido a
transferir genes a las células cultivadas, este experimento demostró que podría ser posible
utilizar esas células modificadas para crear animales transgénicos, como vacas que pudieran
producir insulina para diabéticos en su leche.

1996 - Dolly: Primer mamífero creado por transferencia nuclear de células somáticas
Ian Wilmut y Keith Campbell

En este experimento histórico, Wilmut y Campbell crearon un cordero transfiriendo el núcleo


de una célula de la ubre de una oveja adulta a un óvulo enucleado. Nunca antes se había
clonado un mamífero a partir de una célula somática adulta. ¿Cuál era el problema?

El núcleo de cada célula contiene un conjunto completo de información genética. Sin embargo,
mientras que las células embrionarias están preparadas para activar cualquier gen, las células
adultas diferenciadas han desactivado los genes que no necesitan para sus funciones
específicas. Cuando se utiliza el núcleo de una célula adulta como donante, su información
genética debe restablecerse al estado embrionario. A menudo, el proceso de restablecimiento
es incompleto y los embriones no se desarrollan.

De 277 intentos, sólo uno produjo un embrión que llegó a término en una madre de alquiler.
Esta famosa oveja, llamada Dolly, puso la clonación en el punto de mira. Su llegada dio lugar a
conversaciones sobre las implicaciones de la clonación, y puso de manifiesto las controversias
sobre la clonación humana y la investigación con células madre.

1997 - Primer primate creado por transferencia nuclear de células embrionarias

Li Meng, John Ely, Richard Stouffer y Don Wolf

Los primates son buenos modelos para estudiar los trastornos humanos. La clonación de
primates idénticos reduciría la variación genética de los animales de investigación y, por tanto,
el número de animales necesarios en los estudios de investigación.

Al igual que en anteriores experimentos de clonación, el equipo de científicos de Wolf fusionó


células embrionarias en fase inicial con óvulos de mono enucleados mediante una pequeña
descarga eléctrica. Los embriones resultantes se implantaron en madres de alquiler. De los 29
embriones clonados, nacieron dos monos. Uno era una hembra llamada Neti y el otro un
macho llamado Ditto.

Este experimento demostró que los primates, los parientes más cercanos de los humanos,
pueden ser clonados.

1997 - Transferencia nuclear a partir de células de laboratorio modificadas genéticamente

Angelika Schnieke, Keith Campbell, Ian Wilmut

Este experimento fue una emocionante combinación de resultados de trabajos anteriores.


Campbell y Wilmut ya habían creado un clon utilizando el núcleo de una célula cultivada. Esta
vez, los investigadores introdujeron el gen del Factor IX humano (“factor nueve”) en el genoma
de células de piel de oveja cultivadas en una placa de laboratorio. El factor IX codifica una
proteína que ayuda a la coagulación de la sangre y se utiliza para tratar la hemofilia, un
trastorno genético en el que la sangre no forma coágulos adecuados.

Para crear la oveja transgénica, los científicos realizaron una transferencia nuclear utilizando el
ADN donante de las células transgénicas cultivadas. El resultado fue Polly, una oveja que
producía la proteína del Factor IX en su leche.
Este experimento demostró que las ovejas podían ser modificadas para producir proteínas
terapéuticas y otras útiles en su leche, lo que pone de manifiesto los posibles usos médicos y
comerciales de la clonación.

1998-1999 - Más mamíferos clonados por transferencia nuclear de células somáticas

Múltiples grupos

Tras los éxitos cosechados por Dolly y Polly, otros científicos quisieron ver si se podían utilizar
técnicas similares para clonar otras especies de mamíferos. En poco tiempo, se clonaron con
éxito varios animales más. Entre ellos había animales transgénicos, clones hechos a partir de
células fetales y adultas, y un ratón macho; todos los clones anteriores habían sido hembras.

Para crear la oveja transgénica, los científicos realizaron una transferencia nuclear utilizando el
ADN donante de las células transgénicas cultivadas. El resultado fue Polly, una oveja que
producía la proteína del Factor IX en su leche.

Este experimento demostró que las ovejas podían ser modificadas para producir proteínas
terapéuticas y otras útiles en su leche, lo que pone de manifiesto los posibles usos médicos y
comerciales de la clonación.

2001 - Animales en peligro de extinción clonados por transferencia nuclear de células


somáticas

Varios grupos

A medida que crecía la lista de animales clonados con éxito, los científicos empezaron a
explorar la clonación como una forma de crear animales pertenecientes a especies en peligro o
extinguidas. Uno de los retos de la clonación de especies en peligro de extinción es encontrar
animales estrechamente emparentados que sirvan de donantes de óvulos y sustitutos. El gaur
y el muflón fueron elegidos en parte porque son parientes cercanos del ganado vacuno y de las
ovejas domésticas, respectivamente.

En 2009, utilizando cabras como donantes de óvulos y sustitutos, otro grupo de investigadores
clonó el primer animal extinto, una cabra montés española llamada bucardo.
Lamentablemente, el único cabrito que sobrevivió a la gestación murió poco después de nacer
debido a un defecto pulmonar.

2007 - Células madre embrionarias de primates creadas por transferencia nuclear de células
somáticas

Shoukhrat Mitalipov y colegas

Los investigadores tomaron una célula de un mono adulto y la fusionaron con un óvulo
enucleado. Dejaron que el embrión se desarrollara durante un tiempo y luego cultivaron sus
células en una placa de cultivo. Estas células, al poder diferenciarse para formar cualquier tipo
de célula, se denominan células madre embrionarias.
Este experimento demostró que la transferencia nuclear en un primate, que los investigadores
habían intentado durante años sin éxito, era posible. Abrió la puerta a la posibilidad de la
clonación terapéutica humana: la creación de células madre específicas para cada individuo
que podrían utilizarse para tratar o estudiar enfermedades.

2013 - Células madre embrionarias humanas creadas por transferencia nuclear de células
somáticas

Shoukhrat Mitalipov y colegas

Superando décadas de dificultades técnicas, Mitalipov y sus colegas fueron los primeros en
utilizar la transferencia nuclear de células somáticas para crear un embrión humano que
pudiera utilizarse como fuente de células madre embrionarias. Las líneas de células madre
resultantes eran específicas para el paciente del que procedían, un bebé con un raro trastorno
genético.

En este experimento, los investigadores tomaron una célula de la piel del paciente y la
fusionaron con un óvulo donado. La clave del éxito del experimento fueron las modificaciones
en el líquido de cultivo en el que se realizó el procedimiento y en la serie de pulsos eléctricos
utilizados para estimular al óvulo para que comenzara a dividirse.

Tras la polémica sobre la clonación de 2004-2005, en la que científicos surcoreanos afirmaron


falsamente haber utilizado la transferencia nuclear de células somáticas para crear líneas de
células madre embrionarias, la comunidad científica exigió pruebas mucho más sólidas de que
el procedimiento había tenido realmente éxito.

También podría gustarte