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U L H IS T O B m
im ir G IT A Y A
N U E S TR A S O C IE D A D Y SUS C O N T R A D IC C IO N E S (III).
LA CLASE DOMINANTE
SU GRAVITACION
PERMANENTE EN LA VIDA
DEL PAIS.
Erna Zaffaroni y Alfredo Decía
DIRECCION GRALiMILTONSCHINCA * EDICIONES: i a s bases”
LOS AUTORES
Erna Zaffaroni y Alfredo Decía son egresados en Historia
del Instituto de Porfesores "Artigap” (IPA) y ejercen la
docencia en Enseñanza Secundaria.
Zaffaroni forrría parte del equipo de estudios hisi
del Cui (Centro Uruguay Independíente); es aufofi
fascículo 2 de la colección "Bases de Nuestro Tier
coautora de los fascículos 8 ,9 y 10 de la misma
colección, sobre Marx y el marxismo.
Zaffaroni y Decía escribieron el fascículo 11 de ”Bi
la Historia Uruguaya" sobre el tema "El fortalecimfl
creciente del Estado Uruguayo.”
L o s h a c e n d a d o s m e d ia n o s y
A p a re c e la " c la s e p rin c ip a l"
pequeños
• Se dibujó así, en muy poco tiempo, un sector social mucho
m ás poderoso que el resto. Lo com ponían hacendados
latifundistas, com erciantes importadores— exportadores y El grupo de pequeños y medianos hacendados proceden
mayoristas, saladeristas y un pequeño grupo formado por de ios primeros repartos de estancias a los pobladores de
funcionarios y militares de alta graduación, que gustaron Montevideo, a ios cuales se les asignaba una suerte de
llamarse a sí mismos la "clase principal" o patricia. cam po de m edia legua de frente por legua y media de
En su conjunto constituyeron una minoría insignificante fondo (1.875 hectáreas aproxim adam ente), extensión que
dentro de la sociedad oriental: algunos centenares en una podría am pliarse cuando el beneficiario reclam ara otras
población de casi 78.000 habitantes. "suertes" ante el nacimiento de cada hijo.
Este criterio de reparto — nos dicen Barrán y Nahum — ,
¿Pero cómo surgió este núcleo privilegiado y que implicaba la obligación de establecer "población", no
minoritario? podía originar el latifundio pues si bien en la actualidad
1.875 htás. es una extensión respetable, en el siglo X V III
"En la B anda O riental — afirma Lucía Sala— se estable la suerte de estancia, en io que a su productividad se
cieron situaciones privilegiadas en razón del fuero de que refiere, no rendía m ás que un mediocre resultado. Los
disfrutaron, por ejemplo, militare^, eclesiásticos y com er primeros repartos produjeron, pues, un tipo de hacendado
ciantes. La calidad de híjosdalgos de los primeros pobla medio que pobló su tierra y residió habitualmente en ella,
dores y de la que gozaran otros vecinos llegados poste procurando por medio del rodeo el am anse de la novillada ,
riormente, implicaba, si no el ascenso a la nobleza, el cim arrona, y vendiendo sus cueros a ios com erciantes
usufructo de determ inados privilegios. El doctorado o la m ontevideanos a alguna partida de contrabandistas que
licenciatura universitaria suponía un privilegio de carácter los pasaba ai Brasil.
personal e intransferible." No serán por lo tanto estos poseedores ios que concen
"En otro plano, es claro que lo privilegios portuarios de trarán las enorm es extensiones de tierra, en su m ayor
Montevideo refluyeron sobre los comerciantes en razón de parte improductivas, que harán muy dificultoso el desarro
su residencia, y que la exigencia de la m atrícula-recién llo económico de nuestro país y que tanto preocuparán a
implantada efectivam ente ai final del coloniaje— significó Artigas.
un esfuerzo supremo para restringir a un reducido grupo
de traficantes, las ventajas del monopolio. También el
sistema de apropiación de tierras y ganados engendró a
C ó m o s u rg ie ro n lo s la tifu n d is ta s De este pequeño núcleo d ependía en cierta forma el
grueso de los com erciantes, m ayoristas y minoristas,
Las inmensas propiedades de los hacendados latifundis barraqueros y pulperos, que distribuían los efectos
tas tienen su origen tanto en las m ercedes o "donaciones” importados y acopiaban los frutos del país.
de la Corona y de las autoridades españolas locales a sus
favoritos y paniagudos, jy a sí mismas! como en el caro y
engorroso trámite de apropiación que permitía solamente El v e rd a d e ro o rig e n d e la b u rg u e s ía
ser dueños de la tierra a los ya ricos, y especialm ente a c o m e r c ia l
los residentes de Montevideo.
O tra razón que obligó a m enudo a la C orona a ceder
Inm ensos territorios a particulares fue la necesidad de Esta burguesía comercial m ontevideana no nació de la
p ro teg e r nuestra riq u e za p e c u a ria de la am bición lenta diferenciación de laboriosos tenderos inclinados
portuguesa. Esto ocasionó el surgimiento de latifundios en pacientem ente sobre el m ostrador. Los com erciantes
la frontera, que no cumplieron el cometido deseado, pues acum ularon sus capitales m erced a su condición de
el ausentismo del propietario y el descuido consiguiente agentes privilegiados de las casas españolas y luego
de sus tierras nos desg uarneció aún m ás frente al extranjeras — por el monopolio de las consignaciones— ,
poderoso vecino del norte. así com o al tráfico con los faeneros, m uchas veces
Cualquiera sea el origen del latifundio y la valoración que clandestinos, en lá práctica del com ercio negrero, la
de él se haga, en realidad constituyó un elem ento retar usura, la especulacióri y el contrabando. Fueron benefi
datario de nuestra economía, impidiendo el poblamiento de ciarios del apoderam iento de tierras y ganados, base del
la cam paña y originando una sociedad basada en la d e surgimiento de la estancia oriental.
pendencia personal, con claras reminiscencias feudales. Algunos de sus más distinguidos integrantes — Vilardebó,
Fue común el entrelazam iento de actividades, encontrán Salvañach, Echenique, Berro, entre otros — com enzaron
dose latifundistas que eran a la vez barraqueros, acopla como agentes de casas bonaerenses, a su vez represen
dores, navieros o saladeristas (M .M agariños, apodado "el tantes de firmas españolas, gaditanas, gallegas o cata
rey chiquito", constituye un buen ejemplo). lanas.
Otros, apenas llegados a Montevideo, se dedicaron a la
com pra de ganados a los faeneros — preferentem ente
T e m p ra n a p u g n a e n tre lo s g ra n d e s y clandestinos— y para mejor traficar levantaron pulperías
lo s c h ic o s . en las cam p a ñ a s desiertas donde trocaron telas,
cuchillos, yerba, tabaco, etc, por cueros y sebos.
LA CLASE L a o lig a rq u ía m o n te v íd e a n a s ig u e
d o s tá c tic a s fre n te a A rtig a s
DOMINANTE SE
OPONE A ARTIGAS El año 1815 constituyó el m om ento m ás álgido en las
relaciones y anim osidades entre ambos. En la "muy fiel y
La c la s e p rin c ip a l se d is ta n c ia de
A r tig a s
A decir verdad. Artigas siem pre sintió hostilidad hacia
Montevideo y en particular frente a la elite económica que
lo gobernaba. El hecho de que Artigas no hubiera vuelto
más a Montevideo desde la Revolución; muchas medidas
económ icas adoptadas — como la de fo m e n ta r^ d o s los
posibles puertos nacionales que no fueran el de nuestra
ciudad— , tienen en todo esto un claro significado. Radica
tal vez acá una de las posibles explicaciones de por qué la
8
P re p a ra n d o la d e rro ta
S i é p te o b d fb u < }9
P o r q u é e l p a tric ia d o o d ia b a a
A r tig a s
El program a radical del artiguismo afectó indudablemente
los intereses de las clases dom inantes. Aún aquellos sec
tores que en los comienzos lo habían apoyado, apostando
a un restablecimiento de ia paz púbica que rehabilitara sus
alicaídos negocios, rápidam ente comprendieron los ries
gos que implicaba ese program a popular y democrático,
inclinado ostentosam ente en favor de "los más infelices",
que ponía en cuestión los fundam entos de ia propiedad
terrateniente y limitaba las pingües ganancias de la oligar
quía comercial montevideana.
Por eso, cuando tom a cuerpo la acción contrarrevolucio
naria de Portugal y del Directorio porteño, la clase dom i
nante oriental preferirá la irrupción extranjera. Para esos
hombres, vencer ai artiguismo representaba ia posibilidad
de reinstaurar el ansiado orden económico-social que les
devolvía la seguridad y el control directo de sus bienes.
Los com erciantes y hacendados creyeron que con la
derrota de Artigas ponían fin a ia "anarquía" sediciosa y a
ios ataques a la propiedad, tantas veces denunciados en
ios documentos oficiales de la época.
"Para hombres como Tom ás G arcía de Zúñiga, Juan José
Durán, Jerónimo Pío Bianchi o Francisco Llambí, la pruden
te política del "pacificador" Lecor otorgaba debido amparo
a ia "legitimidad" de la propiedad de ia tierra y sus
ganados..."(J.C .W illim an).
tura de casas de trafican tes criollos y españoles.
U n a n u e v a c la s e d o m in a n te en
PARTE M o n te v id e o
MILITARISMO. HACENDADOS
EMPRESA
QUE SON HOMBRES DE
15
La regularízación de los servicios de Deuda Pública, que
En d e fe n s a d e su c la s e , p o r e n c im a en los años anteriores habían disminuido considerable
d e lo s p a rtid o s mente, fue muy favorablem ente acogida por un Importante
sector de nuestra burguesía capitalina, integrada en su
Pero como ya dijimos, la nueva clase alta rural no estuvo mayor parte por capitales extranjeros, y ello le valió al dic
integ rada sólo por extranjeros. M uchos hacendados tador los elogios perm anentes de los gobiernos europeos.
uruguayos, algunos vinculados al viejo patriciado, otros
vinculados a fortunas de origen mercantil y otros que se Un c u a rto d e s ig lo d o ra d o p a ra la
hicieron hacendados por sí mismos, integraron también
este sector.
c ia s e a lta
Para tener más éxito en sus objetivos, la nueva clase alta
rural utilizó un recurso que le era conocido desde la época Durante todo el período militarista, y aún después, con el
colonial: el de la agrem iación, y así nació la Asociación retorno al civilismo, nuestra clase alta llevó una vida
Rural que nucleó a un grupo de hacendados progresistas, fastuosa. Ese último cuarto de siglo hasta el Novecientos,
tanto de origen nacional como extranjero, impulsores de fue el momento dorado de nuestros sectores más pudien
los cambios económicos de la cam paña, que a pesar de tes, y el Uruguay presenció el cuadro de un vasto sector
no ser importante num éricam ente, actuó como grupo de privilegiado de su sociedad dedicado a llevar una vida de
presión, influyendo en form a decisiva en la actividad lujo y ostentación como nunca se había conocido entre
política del país. nosotros. S e construyeron residencias fastuosas, se
La Asociación Rural gravitó de m anera perm anente en la importaban los ajuares para la casa directamente de París,
vida nacional desde 1870 en adelante, utilizando sobre las modas europeas im peraban casi al par que en los
todo la presión que podía ejercer sobre el elenco gober centros de origen.
nante en razón de su enorm e peso económ ico. Fue Las clases altas uruguayas, sobre todo las urbanas, no
responsable directa de la implantación del militarismo en sólo vivieron este período con todo esplendor, sino que
1875 y luego siguió actuando en la vida política, más allá trataron adem ás de que ese esplendor fuera lo más visible
de las luchas partidarias, sin Identificarse con ninguno de posible y que quedaran cada vez más claras las diferen
los partidos tradicionales, sino defendiendo los intereses cias que las separaban del común de la sociedad. Y a no
de la clase que representaba. se trataba sólo de ser rico, sino de demostrar cuán rico se
era.
Si bien el soporte fundamental para que el coronel Latorre “Ningún índice mejor de ias posibilidades económi
llegara al poder fue la clase alta rural actuando e cas que la aparición dei balcón. Q uien pudiera
incidiendo de m anera significativa desde la Asociación echaba abajo la tradicional reja española y cons
Rural, las clases altas urbanas tam bién tuvieron su truía un baiconcíto para que a él se asom aran las
intervención en el asunto. hijas d e la fam ilia, aun a costa de quedarse muy
Banqueros, vinculados sobre todo al Banco Comercial y al pronto atrás en ía carrera del chic. Y detrás dei
Banco de Londres, prestamistas, grandes comerciantes, balcón, se instalaba un nuevo reino; el d e la
tenedores de Títulos de Deuda Pública, grandes saladeris decoración. “Antee — dice Arturo G im én ez P a s
tas, apoyaron el ascenso del militarismo al poder con la tor— con el clásico sofá de cerda, una m edia
esperanza de que éste corrigiera la situación económica docena de sillas de esterilla que la esposa am an-
crítica a la que había llegado el país en el año 1875. Y tísim a se encargaba d e adornar con pafiitos d e
como ya se vio en otros fascículos, el gobierno del crochet, y la histórica cóm oda de siete cajones,
dictad o r les retribuyó com o c o rre s p o n d ía a estos ten ía un m atrimonio todo lo necesario p ara vivir
sectores. feliz; hoy ia sata h a d e ser Luis X V , porque ia m oda
G randes comerciantes Importadores y exportadores, sala
no transige con otro Luis, y requiere piano, doble
deristas y banqueros se unieron en la Bolsa de Comercio,
colgadura y chiffonieres; en el dormitorio, ningún
que fue uno de los grupos de presión que más colaboró en
matrimonio que se estim e puede dormir tranquilo
el ascenso del militarismo. Estos sectores necesitaban
sin ia correspondiente cóm oda psiché; y el com e
recuperar la confianza en nuestra seguridad y eficacia de
dor ñenacim iento es inevitaWe.”
sus inversiones. P a ra ello, como ya se sabe, Latorre
adoptó una serie de medidas que colmaron totalmente las
(Angel Rama, "La betle époque’ en Enciclopedia
e xp ec tativ a s de estos secto res. A eso apuntó la
Uruguaya)
valorización de la m oneda (el oro bajó de $8,57 a $2,85 en
pocos días), el sacar de circulación y quem ar los billetes
emitidos sin respaldo y finalm ente el establecimiento del
monometalismo, o sea aceptar al oro como único respaldo
del papel emitido. Esta medida era fundam ental para la
clase dom inante, ya que el precio de la plata se había
desvalorizado grandem ente a raíz de los descubrimientos
de grandes yacim ientos de ese metal en los Estados
Unidos.
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U n a "b e lla é p o q u e " c o m o en P a rís
P la y a s p a ra h o m b re s ,
p la y a s p a ra m u je re s
Los principales lugares de reunión eran los clubes
privados, fund am entalm ente el Jockey club y el Club
T a s familias bien se bañaban en la zona donde los
Uruguay. Con la fundación de estas entidades la clase alta
sexos q u ed ab an cu id a d o sam en te separados:
urbana daba un paso adelante, al eliminar la existencia de
enfundados en lo que correctam ente se llamaban
los clubes privados cuya entrada era exclusivamente para
trajes de baño salían de los carritos, se entraban
los extranjeros.
un instante en el m ar y cumplido este ritual de
procedencia inglesa y francesa que la mundanidad
exigía, volvían a vestirse para el paseo. Sólo
parecían disfrutar de esa parte del cerem onial
Dos csntros dorados p a r a fa s c la s e s
veraniego las gentes de m edio pelo que se
altas. bañaban en la zona promiscua, mujeres, hombres y
niños entreverados. Para la "high life”, en la cual ya
T a s dos organizaciones que se imponen ai concluir
tenían cabida los turistas porteños, lo importante
los años ochenta dan ta pauta de este rumbo: son
era pasear, oír la música de la banda que tocaba a
eí Oiub Uruguay y el Jockey Club. Ambos apuntan a
la caíd a del sol, establecer relaciones y dormir
. una superación de un régimen anterior particular-
m ente ingrato para los nacionales: eí de los clubes suculentas siestas.
privados exclusivam ente destinados a extranjeros Por sobre todo, entablar acercamientos amorosos,
— ingleses* franceses* alem a nes— donde no se que sin embargo no eran todo lo fáciles que podría
perm itía eí ingreso de ningún uruguayo. Los nacio imaginarse.*
nales que aspiraban a crear sus propios círculos
cerrados, imitando puntualm ente el modelo inglés, (Angel Rama, T a belle époque", Enciclopedia Uruguaya).
consiguen su m ayor triunfo cuando en 1888 se
inaugura el Club Uruguay cuyos mármoles fueron
fatalm ente de Carrara* sus espejos obligadam ente
franceses y todo el edificio, como podían im aginar- Los domingos o feriados únicamente, uno de los paseos
ios los herm anos M arini, sus constructores, una preferidos eran el Prado o el Parque Urbano (hoy Parque
m ezcla d e Italia renancentísta y Versalles otoñal. Rodó), que hasta la primera década de este siglo fueron
Algunos bailes, muchos banquetes y hom enajes, disfrutados exclusivamente por los sectores privilegiados
una tertulia cansina, la posibiidad de un C arnaval de nuestra sociedad. Luego, cuando el resto de la
p a ra tos m ejores so lam ente y una falan ge de sociedad tam bién com enzó a frecuentarlos, los ricos
m o za lb e te s vestidos d e punto en blanco — la buscaron otros lugares de esparcimiento. Uno de los más
"’j eunesse dorée*, decían los periódicos de época— divertidos fue el parque de Villa Dolores, que m andara
q u e p a s a b a las horas frente a la puerta viendo construir con m ateriales exclusivam ente im portados
desfilar a las m ujeres por la calle Sarandí, fueron Rossell y Rius, uno de los hombres más ricos de M on
sus rasgos típicos. Allí coincidían ías figuras del tevideo, para el cual importó también una serie de anim a
gobierno, las altas finanzas, los diplomáticos, las les exóticos.
jóvenes casaderas acom pañadas de sus madres, Com o dijimos, tam bién se frecuentaban las playas, o
tos extranjeros y una variada fauna de elegantes. mejor dicho, la playa de los Pocitos, porque ni la de Santa
El *tout M ontevideo* tuvo desde entonces un lugar Ana ni la de Capurro lograron nunca igualar el prestigio de
js e ^ p to para reunirse y un palco* equidistante de la aquélla.
'lita s te y el pod ar te g ls la tiv o * p a ra contem plar Otro de los paseos que gustaba realizar la alta sociedad
'' coH eloa. desfíles* asonadas y hasta el asesinato montevideana era el recorrido por la calle Sarandí desde la
Idiarte Borda.» Plaza Constitución hasta la Plaza Independencia, aunque
los más arriesgados llegaban hasta la Plaza Cagancha.
' ^La beite époque*, Enciclopedia Uruguaya), Pero tam bién en estos paseos, los ricos gustaban dife
renciarse claram ente de las clases bajas, ya que los
primeros transitaban por la vereda norte de S arandí
mientras los segundos lo hacían por al sur. Tam bién los
Esta clase alta, en cam bio, no era muy afecta a las negocios instalados en la calle S arandí acom pañaban
reuniones sociales en casas de familia, las visitas no eran estas desigualdades, encontrándose los más lujosos y
com unes y se preferían más ios paseos por los parques o refinados del lado norte.
las playas, según la estación, que se convertían en los
centros de la sociabilidad.
17
las grandes estancias uruguayas. Los nuevos dueños de
DURANTE EL La c la s e a lta ru ra l e n 1 9 1 4 o fr e c ía , p o r
ta n to , u n a n u e v a im a g e n . U n S 0% d e s u s
m ie m b ro s h a c ía a lo s u m o d o s g e n e r a
PERIODO BATLLISTA c io n e s q u e p o s e fa e l s u e lo . U n S 0% p ro
v e n ía d e l m e d io m e rc a n tii en sus diversas
fo r m a s . La m o v ilid a d v e r tic a l q u e d a d e
Q u ié n e s in te g ra b a n las c la s e s m o s tra d a . E l la tifu n d io p e r s is tió , a u n q u e
c o n s e rv a d o ra s en el N o v e c ie n to s a te n u ó su d o m in io s o b re e l p a ís . P ero los
latifundistas no eran los mismos y todo indicaba
"Las clases conservadoras", como gustaron llamarse los que la renovación de la titularidad de los fundos
altos sectores de la sociedad uruguaya al com enzar este persistiría por m ucho tiem po aún. La tie rra
siglo, m antenían prácticam ente la misma integración que a tra ía a to d a s la s g r a n d e s fo r tu n a s , tuvie
habían tenido en todo el siglo XIX. ran el origen que tuvieran. Porque e ra re n ta b le ,
Básicam ente estaban form adas por los grandes hacenda p e ro ta m b ié n p o rq u e p ro p o rc io n a b a s e g u
dos, saladeristas, barraqueros, grandes com erciantes rid a d y p o s ic ió n s o c ia l.
im portadores y exportadores, banqueros, etc. Con fre L o s la z o s e n tre io s fu e r te s t e r r a te n ie n
cuencia estos grupos estaban entrem ezclados, porque el te s y la b u r g u e s ía m e r c a n tii y b a n q u e ra
gran estanciero tenía a su vez un saladero, y por lo tanto s e a n u d a ro n . L a s c ú s p id e s , p o r lo m e n o s
se vinculaba adem ás al comercio de exportación; o el rico e s ta b a n e n to d o s to s s e c to r e s e c o n ó
industrial integraba el directorio de algún banco, etc. Pero m ic o s a la v e z. Esto desdibujó, urbanizando, a
otras veces, según los vaivenes de nuestra economía, los buena parte de la clase afta rural".
distintos sectores se vieron enfrentados en la defensa de (Barrán y Nahum, “Historia rural del Uruguay moderno"
intereses propios cuando perjudicaban a algún otro tomo 6. págs. 294-95).
sector. Para eso, entre otras cosas, buscaron agrem iar
se, y así vimos cóm o surgieron distintas agrupaciones
rep resentativas todas ellas de la clase alta, como la
Asociación Rural, la C ám ara de Comercio o la de Industria,
etc.
En el siglo X X , adem ás de estos conflictos entre los
distintos sectores, van a surgir problem as nuevos: la H O M B R ES
aparición de nuevos grupos ideológicos o políticos como PRO GRESISTAS
los anarquistas, los socialistas, y aún el propio batllismo,
que m uchas ve c e s van a a ta c a r d irectam en te los
intereses de la oligarquía...
Ei s e c to r m ás p o d e ro s o :
lo s g ra n d e s h a c e n d a d o s
El sector más fuerte dentro de la clase alta en este
período, es el de los hacendados: alrededor de 1300
fam ilias eran poseedoras de más del 4 0 % del territorio.
C om o vem os, a pesar de los cam bios experim entados,
seguía existiendo ei latifundio en el país; pero lo que sí
había cam biado era ei grupo que ten ía la propiedad de la
tierra. D e estas fam ilias, sólo un porcentaje mínim o
corresponde al antiguo patriciado anterior a la G uerra
G rande; alrededor de un 10% . El resto, o sea la mayoría,
recibió la tierra en el correr de la segunda mitad del siglo
X IX . Factores como las guerras civiles, las divisiones por
herencia y sobre todo, según algunos contemporáneos, la
ruina de la mayoría de ios estancieros a causa del estilo de
vida que llevaban, provocaron este pasaje de manos de
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nos, fue el más dinámico dentro de la clase alta, a la vez
que el que encontró mayores dificultades para definir una
Ei d is tin to o rig e n d e lo s n u e v o s política clara, a causa de la diversidad de elementos que
d u e ñ o s d e la tie rra debió contemplar.
El desarrollo de la industria se va produciendo en el país
F A M IL IA S D E IN M IG R A N T E S Q U E IN G R E desde la época dei militarismo. En un principio, ese
S A N A L A P R O P IE D A D D E L A T IE R R A : desarrollo se volcó exclusivamente a la llam ada industria
de consumo, que contó en general con una política protec
I Con capitales propios: ingleses, alem anes y fran cionista altam ente beneficiosa por parte de los gobiernos
c e s e s .......................................*...... . 26% de la época.
II Sin capital: vascos- Fortunas prove El proteccionismo estatal y la explotación al máximo de la
nientes del trabajo rural, casi mano de obra obrera (jornadas de más de 10 horas, medio
siem pre como ovejeros ...............*........ ^Q% 45 % salario para las mujeres y 1/4 para los niños) fueron los
factores fundam entales que permitieron ei surgimiento de
algunas importantes concentraciones de capital.
F A M IL IA S Q U E IN G R E S A N A L A P R O
P IE D A D D E L A T IE R R A , P O S E Y E N D O L A
Y A E N O T R O S P A IS E S :
til Brasileños .......................................... 25% in d u s fr ia ie s q u e p ro s p e ra n
19
Sin embargo, estas grandes concentraciones de capitales se distribuía fundam entalm ente entre las em presas de
nacionales o '‘nacionalizados’’, o sea de inmigrantes que servicios públicos tales como ferrocarriles, aguas corrien
podían recurrir al gobierno de sus respectivos países tes, gas, etc; los cuatro bancos ingleses y buena parte
cuan do los co n s id e ra ra n n eces ario , rep resen tab an (más de la mitad) de las compañías de seguros.
solam ente el 4 ,0 3 % de los establecimientos industriales Adem ás, Gran Bretaña era el principal proveedor del país,
del país y ocupaban al 26,17% del personal. de la cual importábamos entre un 25 y un 30 % del total de
La m ayoría de las em presas eran más bien pequeñas, mercaderías que entraban al puerto de Montevideo.
tanto en capital como en número de obreros utilizados; es Algunos docum entos de la época reflejan la importancia
decir, eran industrias de tipo artesanal dedicadas funda que tenía el capital inglés en el curso de la econom ía y la
m entalm ente a la producción de artículos de consumo política de este país.
tales como alimentación, muebles, vehículos, etc.
La m e n ta lid a d d e la c la s e a lta ru ra l
El conjunto de ideas que conforman la m anera de pensar,
y por lo tanto de actuar, de la clase rural, term inó de
m odelarse a fines del siglo X IX y siguió am pliándose y
consolidándose en las primeras décadas del siglo XX. El El ¡d e o ló g o d e l la tifu n d io
sector de los hacendados se identificó a sí mismo como el
más importante de la sociedad uruguaya, por ser uno de Escribió Irureta G oyena en 1909: "En sociedades
los protagonistas de la actividad económica esencial para
com o la nuestra... (.¿.) en que el desarrollo vege
la vida del país: la g a n a d e ría . Los estancieros se
tativo de la población es grande, mientras domine
identificaron hasta tal punto con la actividad que ejercían,
en ellas una institución del carácter de la legítima,
que si se dirigía algún ataque a la clase alta rural, se lo
que dispersa en un minuto, periódica y autom á
tom aba como un ataque a la base económica del país, a la
ticamente, lo que se ha acumulado en muchos años
vida misma de la República. Por estas razones existió una
de esfuerzo y de previsión, los latifundios no pue
especie de identificación de entre los estancieros con el
den inspirar cuidado alguno. Existen, pero se
"ser n a c io n a r, m ientras que los propulsores de la
desvanecen poco a poco bajo la acción de la
actividad agrícola tenían algo de "extranjerizante”.
herencia".
El razonamiento que seguían los hacendados, ya desde la
Un año m ás tarde, en otro artículo periodístico
fundación de la Asociación Rural, era relativam ente
precisó: *'Si el latifundio fuera por otra parte un mal,
sencillo: la base de la riqueza del país era la ganadería;
preciso es confesar que ese mal no sólo tiende a
por lo tanto ellos, dueños de esa riqueza, debían ser la
d esap arecer, sino a transform arse por el sólo
clase predom inante. El Estado te n ía que estar a su
transcurso del tiem po..."
servicio, introducir una serie de mejoras imprescindibles Adem ás, el ideólogo de la Asociación Rural encon
para perfeccionar la explotación ganadrera, establecer la traba causas naturales para explicar la existencia
paz a cualquier precio para que la actividad de la Cam paña del latifundio, de la m ism a m anera que, como
siguiera siendo rentable, pero no debía reglam entar la vimos, encontraba razones naturales para que
actividad económica. En pocas palabras: el Estado debía desapareciera: "... el latífundismo -fenóm eno más
ayudar a los hacendados para que éstos -y el país- aparente q u e real- y que se desvanece poco a
prosperaran, pero no debía intervenir en la economía. Esta poco, tiene su origen en que la tierra es "mucha con
ha de regirse por los principios "naturales", que nadie relación a su población" (...) son pocos los exclui
puede ni debe modificar. Como vemos, estos principios se dos, y su núm ero se reduce cada vez m ás;(.,.) la
identifican con el liberalismo más puro y encontraron eco tierra se halla por lo general en manos de quienes la
en el gobierno de Latorre, como ya vimos en otros trabajan y existe cierta correspondencia econó
fascículos. mica ventajosa en tra el régimen de explotación que
Estos principios llevaban, por supuesto, a perpetuar la se practica y la división natural de la propiedad..."
situación existente, o sea a que la g ana dería siquiera
siendo la única fuente de riqueza en el país y ellos, los
ganaderos, el sector poderoso dentro de la clase dom i
De manera que la defensa del latifundio se halla ligada a la
nante.
defensa de la ganadería, y sobre todo de la explotación
extensiva de dicho ganado. Estos eran los pilares de la
D e fe n s a d e la p ro p ie d a d ideología conservadora: la defensa del latifundio y de la
d e tie rra s y g a n a d o s ganadería extensiva, ya que sin estos dos pilares su per
manencia en la cúspide de la clase alta no sería posible.
Para estos ganaderos había un principio fundamental, sin A ello debe sumarse otro argumento que para ellos es de
el cual no podían desarrollar el resto de su pensamiento: la gran imprtancia: la escasa rentabilidad de la agricultura.
importancia de la propiedad privada, tanto de tierras como En este caso, mezclan argumentos que son reales, como
de ganados. esa baja rentabilidad en comparación con la explotación
La propiedad de la tierra les ofrecía a los ganaderos ganadera, con argum entos de índole ideológica, o sea
seguridad, status y beneficio económico. En base a estos subjetivos, y por lo tanto objetables.
tres pilares, los hacendados prefirieron siempre invertir en
la com pra de nuevas tierras, o sea, aum entar sus pose L os h a c e n d a d o s y el c o m e rc io
siones, antes que invertir en m ejorar las tierras que ya
poseían. Esta tendencia llevó a m antener, cuando no a En cuanto a la concepción del comercio, la clase alta
aum entar, la existencia del latifundio. El reform ism o rural, coherente con sus principios liberales, fue partidaria
batllista de principios de siglo cuestionó perm anentem ente del librecambio, o sea de la libertad de comercio y la no
la existencia del latifundio, al cual responsabilizaba en intervención del Estado en las transacciones com er
parte de la despoblación de la cam paña. Ante los ataques ciales. Pero existían, adem ás, razones concretas para
del reform ism o, la clase alta rural tuvo que iniciar la que sustentaran esta posición: por un lado les convenía
defensa del latifundio, ya que cuestionarlo podía implicar que no existieran barreras aduaneras para que los artí
el cuestionamiento de la propiedad toda. culos importados fueran más baratos, ya que ellos eran
En realidad, los rurales no defendieron al latifundio en sí grandes consum idores de instrum entos y m aquinaria
mismo, sino que lo defendieron como un producto "natural" agrícolas. Por otro lado, preferían que esos instrumentos
de la estructura económ ica nacional, y que por lo tanto se importaran y no se produjeran en el país, ya que el
"naturalmente" desaparecería. surgimiento de una industria nacional, protegida por el
Estado, implicaría la pérdida de su lugar privilegiado en ia
órbita oficial. En último término, los estancieros defendían
una salida libre de sus productos, ya que ello permite que
21
lleguen a los países destinatarios a más bajo precio, facili estancieros a quien él llam a trabajadores rurales) se
tándose su colocación. escuche y de que deje de ser una ciase explotada para
En último término, los hacendados defendían el librecam ser una clase directora. Ninguna otra del país tiene tantos
bio en razón de su convencimiento de que si nuestro país derechos para imponer su ideal, porque ninguna se ha
im plantaba una política de protección a la industria y mostrado tan generosa y tan esforzada, ni tan valiente,
dism inuía las importaciones, los países europeos, en re para combatir las fuerzas destructoras de la naturaleza y
presalia, podían disminuir las compras que realizaban en de los hombres. Su existencia ha sido un heroico cuerpo a
este país, lo cual acarrearía al perjuicio económico de su cuerpo contra la fatalidad..."
clase. Los opositores a este sector son "las clases productoras
de la Capital, de las villas y de los pueblos (que) apocadas
R e s is te n c ia ai c a m b io ...s a iv o q u e y envilecidas por la superstición política, vivían de espe
culaciones modestas, o 'd e sórdidas econom ías o de tor
lo s b e n e fic ie pes usuras..."
La creación de este mito respondía a una necesidad de las
Así como la defensa de la tierra -el latifundio- y del ganado
clases conservadoras: era su respuesta a los planteos
son características típicas de la clase alta rural, también la
realizados por el socialimo y el anarquismo, a la división
búsq ueda de la seguridad es una constante. Ello se
de ciases en burguesía y proletariado. Así, los explotados
m anifiesta en la resistencia a los cambios, salvo cuando
no debían identificarse con ios obreros, sino con ios
éstos son beneficiosos para la explotación extensiva de la
estancieros que siem pre se habían sacrificado por el
ganadería, como el alam bram iento o el mestizaje, y en el
bienestar del país, mientras que los explotadores no eran
afán por atesorar dinero.
ios patrones, los burgueses, sino los políticos y el resto
La resistencia al cam bio fue una característica muy
de grupos parasitarios de la capital, que no producían para
acentuada de este sector, por la que llegó a calificárselo
beneficio del país.
de "arcaizante", salvo en el caso de algunos hacendados
que se llamaron "progresistas" por oposición, y que favo
recieron los cambios que ya mencionamos, adem ás de la H a c e n d a d o s " d is id e n te s " :
expansión del ovino y de la implantación de un modelo io s a u s e n tis ta s
agropecuario, o sea de la explotación ganadera junto con
la agricultura forrajera. Los problem as a que se v e ía Pero esta concepción de la sociedad no era el denom i
enfrentado el país, y que los hacendados no desconocían, nador común de toda la clase alta, ni siquiera de toda la
era la despoblación y la desocupación, entre otros; la clase alta rural. H a b ía un sector, integrado por ios
despoblación producida por las continuas emigraciones de estancieros ausentistas, o sea, aquéllos que vivían la
agricultores uruguayos, y la desocupación ocasionada por mayor parte del tiempo en la capital o en el exterior, que no
el alam bram iento. A um entar la explotación del lanar y com partían esta visión de la sociedad. Por el contrario,
agregar la agricultura forrajera solucionaría ios problemas hicieron todos ios esfuerzos posibles por urbanizarse, y
existenes sin alterar la posición privilegiada de ios sobre todo porque sus hijos se urbanizaran sin perder el
hacendados, e incluso mejorando su situación económica. lugar privilegiado que tenían en la estructura social. Para
Estas modificaciones permiten la ocupación de más mano ello, sus hijos sólo tenían dos caminos: dedicarse a la
de obra, o sea que revitaliza la cam paña y al mismo tiempo política o ingresar en la Universidad y conseguir alguno de
evita ios problem as económ icos que solían te n e r ios los dos únicos títulos que eran respetados: el de doctor en
estancieros por dedicarse a la explotación de un sólo ab o g acía o en m edicina. Los otros cam inos no eran
producto. Pero ai mismo tiemp, esta solución no Implicaba "honorables"; dedicarse al comercio, a la industria o a al
-todo lo contrario- aceptar el modelo agricultor que quería guna de las otras carreras universitarias, como Veterinaria
implantar el gobierno batliista, de suerte que la ganadería y o Agronomía, no estaba tan bien mirado.
por lo tanto ios hacendados podían seguir manteniendo su Este sector despilfarró enorm es fortunas en mostrar al
lugar privilegiado como protagonistas del proceso econó resto de la sociedad su poderío económico, construyendo
mico del país y m antenerse en la cúspide de la sociedad. lujosos palacios equipados en su totalidad con elementos
europeos. El gusto por lo europeo, y sobre todo por lo
" C la s e s p ro d u c to ra s " y francés, pasó a ser uno de los rasgos más característicos
de la alta sociedad capitalina.
" c la s e s o c io s a s "
Por Último nos parece interesante analizar la concepción
que este sector tiene de la socie(;jad. Según ellos, la
sociedad no se divide en ricos y pobres; menos aún en
burguesía y proletariado, sino en clases productivas y
clases ociosas, lo cual se asimilaba con la población de la
cam paña y la de la ciudad. Porque entre las ciases pro
ductoras ellos ponen juntos a los dueños de la tierra, a los
hacendados y a los que trabajan la tierra, a los peones,
mientras que entre los ociosos ponen a ios políticos y
especuladores.
Se llegó incluso a la elaboración de una especie de "mito
pluralista", del cual Carlos Reyes nos brinda una magnífica
versión: "Ha llegado eim om ento de que su voz (la de los
22
importación de puros de pedigree en todo el período
1905-1913.
FSilaoios^ automóvfías, amuablamiento A m u e b ta m ie n to y ^^ménage*' de las residen
cias constituían el otro rubro que confería distin
El T a la d o Taranco*", que llenó de orgullo a T I D ía \
ción. Para Tas clases acaudaladas", los dormito
había significado el gasto de $ 3 2 1 .0 0 0 , Cuadros,
rios "franceses de nogal, Luis XV", los comedores
tapices y esculturas lo em bellecían. Poseía, ad e
del mism o origen, los juegos de sala "ingleses de
más. un pequeño jardín en plena ciudad vieja, en la
caoba", o franceses Luis X V , Luix X V I o Imperio,
zona donde el terreno costaba ya m ás de $ 100 el
todo importado. P a ra las clases m edias, los mis
m etro cuadrado. Félix O rtiz de Jaraneo concluía
mos estilos pero "del país". L a m ueblería Caviglia
sus días en una residencia que sirvió para albergar
surtía a buena parte d e la élite y a toda la clase
al P ríncipe de G ales en los años veinte del siglo
media que buscaba "aparentar".
actual, El costo del palacio significaba la mitad de
El afhajam íéfíío de una residencia con m uebles
to que el país gastaba por año en la importación de importadas, considerando que el promedio de dor
reproductores puros p a ra proceder al m estizaje. mitorios nunca b ajab a de cuatro, a lo q u e d ebía
Tam bién es de esta época la '"Sociedad A nónim a
sumarse comedor, sala y escritorio, alcanzab a los
Balneario de Carrasco'*. En 1912 se la autorizó a
$ 2 .0 0 0 . A este gasto se añadió todo el costoso
construir el Hotel Casino, cuya piedra fundam ental
"m énage” y la "bijouterie" de la época: cortinas y
se colocó el 18 de m ayo de 1913, El B alneario,
alfom brados de B ruselas, pianos de concierto,
fugar de descanso veraniego de "las clases acau vitrinas "con bibelots linos", espejos, m esas "con
daladas". fue diseñado por el arquitecto paisajista incrustaciones de bronce y piedra órtix", jarrones
francés Carlos Thays. "pompeyanos chinescos", sillas doradas y muebles
O tro índice del consum o suntuario 1o revela la de fantasía, arañas a gas de bronce, chíffonier,
im portanolón de a u to m ó v ile s , D e b e aclararse chaise longue, el "rico escritorio hamburgués", fa
que no eran vehículos para la c la s e media o los em iníaltable, aunque pequeña, galería de cuadros y
presarios industriales, sino de estricto paseo . alg u n a q u e o tra co p ia de las fa m o s a s y
C om o sostenía T I D ía" e n 1912: señores académ icas esculturas del siglo X lX f ) .
autom óvii&si Ningufío baja de 3MOO peso$> Hoy
todos son espléndidos ñenauHs, m agníficos M ar- {*) En 1954 se realizó en el Saíon Nacional de Bellas
cedes, poderosos Pope Hartford y Daim íer, que Artes, en Montevideo, una exposición de 4$ tapices
tragan íatas y latas d e bencina y consum en flamencos de tos siglos XVI, XVfl y XVlíf, "algunos de
capitales en gomas". Este vehículo, el símbolo más propiedad del Estado, de em bajadas y fegacio-
reciente y costoso d e p ertenencia a las clases neSi y fa mayoría de propiedad particular". En
altas, había hecho su Tím ida aparición en 1901", A efecto, 28 pueden ser atribuidos a "las clases acau-
partir de 1903, la estadística aduanera registra un daladas'' que lograron su fortuna en la estancia, la banca^
el comercio o la industria. Las familias García, Super
aum ento vertiginoso e Ininterrumpido d e su impor
viene, Peirano, Mailhos, Beisso y Saenz, todas ellas ya
tación. D e 1903 a 1909, la m edia anual es de 34, en con ilustre trayectoria rural, proporcionaron fo$ mas
191 0 asc ie n d e n a 1 5 5 , en 1911 a 4 3 6 . En antiguos y hermosos ejemplares."
^ 4 .0 0 0 .0 0 0 estimó su costo total el gerente de un (Berrán y Nahum, "Histeria rural del Uruguay moderno").
Banco en 1912, es decir, una cantidad sólo algo
m enor a la que los hacendados gastaron en la
d e lo s in d u s tria le s batilism o h ab ía conseguido estab lecer: la p az y la
estabilidad. Se creía que después de 1904, la República
Com o ya vimos, la diversidad de sectores que integraban había entrado en una nueva etapa, y que la oposición ya
el grupo industrial, hace muy difícil la caracterización de no utilizaría más el cam iao de las arm as para lograr sus
su m anera de pensar y de su concepción de la sociedad y objetivos. Este fue uno de los motivos más importantes
de la economía. por eí cual las clases conservadoras no pudieron sellar
La m ayoría de los industriales dedicados a la producción una alianza definitiva con el Partido Nacional, ya que
d e artículos era uno de los factores fundam entales para dentro de éste había sectores, los llam ados radicales o
q u e pud ieran re a liza r una acum ulación de capital revolucionarios, que seguían reivindicando la revolución
importante en la prim era etapa de su desarrollo. Sin una arm ada como el único cam ino posible para derrotar al
política proteccionista por parte del Estado, que impidiera batilismo (y volverían a intentarlo en 1910).
o limitara el ingreso al país de productos competitivos
m ediante la fijación de altos impuestos aduaneros, era El te rr o r a h u e v a s g u e rra s
imposible que la industria prosperara.
Sin em bargo, para que el Estado llevara adelante esta
política, debía contemplar la situación de los hacendados, sectores <le te ctese domtea»^, ooino emrteR
a quienes esta política proteccionista perjudicaba, ya que Berrány Nahum: ' ?
ellos eran im portadores de cantidad de artículos nece "Le conmocten de loe heoendedoe tet gtencte. Q
sarios para el desarrollo de su producción, tales como árgano periodístico dtie loe *EI
maquinaria, repuestos, etc, y por lo tanto no les convenía Siglo”, ed’dorteiká en enero adtenendo «toe ”este-
la existencia de altos aranceles a la importación. mos en presencia de une i^lrínedá, de una
C om o vem os, en este aspecto, ios intereses de los intentona descabettada (».} un acto yerdadare’
distintos sectores de la clase dom inante eran contrapues mente criminat, porque lo es te ferdditea de
tos y el Estado debía, entonces, "cuidar” el tipo de política conmover y ensangrenté^el país contratevotenfét
que llevaba adelante. de todos ios partidos, que piotÁmam por ^ tvden
Por otro lado, la política de los industriales exigía un de sus autoridades legítimas, te pollHca evolU'
Estado liberal en lo que se refiere a otros aspectos de la donista...”. La idea de cetebrsr uñ mftin de protesta
econom ía, com o por ejem plo, la legislación social. Los contra el levantamiento provocó te adhesión de
industriales no estaban de acuerdo con la reducción del todos los sectores oonservsdores, incluyendo a te
horario de trabajo de los obreros, por ejemplo, ya que el Asociación Rural. Se sumó ens^uida te Federa
bajo costo de la m ano de obra era uno de ios pilares ción Rural con una rmta al Ministro dai fntertor
fu n d am en tales sobre el cual ellos podían rea liza r la reclamando garardías para te pñ^iedsKi, y sobre
acumulación de capital que perseguían. todo que no fueran molestados Itte peones de los
D e m an era que la posición de los industriales era establecimientos ganaderos.*
com pleja: necesitaban por un lado un Estado protec
cionista que les perm itiera importar las m aterias primas Y en definitiva este alzam iento sólo consiguió ayudar a
necesarias a bajo precio y por otro lado un Estado liberal otorgarle la victoria a Batlle en la contienda electoral de
que les permitiera m antener una jornada de trabajo de 10, 1911. Así lo resumen Barrán y Nahum: "El objetivo no era ir
12, 14 ó 16 horas de trabajo, ai igual que el trabajo de contra Batlle, era ir en busca de la paz; esta "neutralidad"
niños por 1/4 del salario de un adulto. electoral le bastó al reform ism o para conseguir sus
propósitos. S u s adversario s blancos, al su b levarse,
R e p ro c h e s a B a tlle y habían otra vez orientado al grueso de la clase alta rural
a lg o q u e a g ra d e c e r le hacia el Gobierno, que representaba el orden."
El discurso un tanto ambiguo del propio Batlle en vísperas
de las elecciones, los rumores de que su estancia en
Aunque generalm ente estam os acostumbrados a pensar
Europa había aplacado sus ideas y la falta de definición
en las clases conservadoras como opositoras al reformis-
ideológica clara en el reformismo, ayudaron a su triunfo
mo, y por lo tanto aliadas a la oposición política, o sea ai
electoral por segunda vez.
Partido Nacional, es Importante aclarar que el panoram a
no es en modo alguno, tan simple.
Por un lado, es cierto que las clases conservadoras tenían H o s tilid a d e s d iv e rs a s en la
mucho que reprocharle al reformismo: los estancieros, por c la s e d o m in a n te
ejemplo, se quejaban del gran aum ento que había sufrido
la contribución inmobiliaria; los inversionistas británicos, La política llevada adelante por el reformismo en los dos
de la política "socialista” y, años m ás tarde, de las primeros años del segundo gobierno de Batlle fue vista en
nacionalizaciones; el alto comercio, de la política protec general con hostilidad por parte de las clases conser
cionista que dism inuía de m an e ra considerable sus vadoras. Sin em bargo, la actitud de todos los sectores
ingresos; los industriales, si bien tenían que agradecerle al que la integraban no fue igual.
reform ism o e s a política proteccionista, se oponían en Así, por ejem plo, el sector que más se opuso ai batilismo
cam bio al avance en la legislación social y al apoyo de fue el de ios com erciantes, los herederos del antiguo
Batlle a las huelgas. círculo crista, el sector m ás rico de la clase dom inante
P ero h ab ía un elem e nto fund am ental que todos los urbana ya que, como vimos, el proteccionismo aduanero
sectores de la clase dom inante necesitaban y que sólo el aplicado por el batilismo no favorecía sus intereses. M íen-
24
tras tanto, los industriales, más recientemente llegados a servadora" estuvo integrado por los ciuub comercianies y
la clase alta, no presentaron una oposición muy clara al los medios financieros, o sea los herederos del "círculo
batllismo, ya que la política proteccionista del gobierno,
crista" que se hallaba muy cercano al capital extranjero, al
como ya dijimos, favorecía la acumulación de capital que
punto de llegar a confundirse con él.
estaban buscando.
Los estan cieros tam b ién integraron la oposición al
batllismo, sobre todo por su política social, ya que en La c la s e d o m in a n te o p e ra en el
térm inos económicos, ellos no resultaron afectados y pu c a m p o p o lític o
dieron m antener su lugar de privilegio dentro de la clase
dominante. En este período las opciones políticas que encontraron las
Por último, los inversionistas extranjeros fueron unáni clases conservadoras para oponerse al reformismo fueron
m em ente opositores del reformismo, sobre todo por lo que varias: prim ero la del Partido Nacional que, com o ya
fue su política económ ica y social que los perjudicaba analizam os, no satisfacía totalm ente sus intereses; pero
específicam ente y que ya no les permitía sentirse seguros encontraron tam bién una fracción dentro del Partido
con las inversiones hechas en nuestro país. Colorado, la liderada por Pedro Manini Ríos, y el partido de
los católicos, la Unión Cívica.
C o n tra las re fo rm a s s o c ia le s Asimismo se produjeron Intentos de form ar un partido de
clase que representara efectivam ente los intereses de la
y el e s ta tis m o d e B a tlle clase dom inante y que fuera más allá de las antiguas
divisas. Pero esta idea no llegó a consolidarse: si bien los
Com o vem os, fueron sobre todo las reform as que se
intereses de clase eran ya suficientem ente sólidos en el
dieron en el cam po social las que motivaron la mayor
Uruguay, también lo era la adhesión a las divisas. Así, en
irritación de las clases conservadoras, tanto uruguayas
su accionar político, la clase dom inante consiguió en este
como extranjeras. Esto parece tener bastante sentido si lo
período dividir al Partido C olorado, debilitándolo al
relacionamos con algunas de las características típicas de
propiciar la creación del riverismo, y logró que se cons
la mentalidad de las clases conservadoras nacionales en
tituyera la Unión Cívica, que tam bién debilitaba el caudal
lo que tiene que ver con el miedo a los cam bios, a lo
electoral de los colorados, aunque más aún el de los
nuevo, a lo que puede venir. Y ésa fue una de las razones
blancos.
por las que más le tem ían al reformismo: porque no sabían
donde terminaba, no sabían hasta dónde podía llegar la ola
de reformas impulsadas desde el gobierno. L as c la s e s a lta s s e p o litiz a n
Por otro lado, el creciente poder que iba asum iendo el En fascículos anteriores se habló de las razones de la
Estado tam bién alarm aba a lás clases altas, ya que ellas escasa politización de las clases altas hasta principios del
se sentían protagonistas y conductoras de la sociedad. siglo XX. Podríam os decir que es exactam ente a partir de
Por eso entendían que el ^populacho” no debía recibir 1913 cuando se em p ieza a producir un cambio en la
dem asiada educación, ya que en definitiva sólo era una actitud de la clase dom inante y ésta resuelve em pezar a
pérdida de tiempo. actuar más directam ente en política. Fueron las reformas
de Batlle de ese año (la "avalancha" fiscal y la radi-
S e p re p a ra el fre n o a B a tlle calización de algunas medidas ante la crisis financiera de
ese año) las que unieron a la clase alta, tanto urbana como
rural, y la sacaron del lugar de espectadora para pasar a
Sin embargo, durante los primeros años del segundo go
ser protagonista del proceso político.
bierno de Batlle las clases conservadoras no consiguieron
Los caminos que tuvo a su alcance y que utilizó la clase
una verdadera alianza entre ellas y con el capital extran
dom inante para ejercer su influencia en el panoram a
jero, capaz de poner freno a la política reformista. Como
político, fueron varios. Acabam os de mencionar el apoyo a
vimos, sus intereses eran diferentes y aún no les había
los partidos o fracciones políticas conservadoras, como el
llegado la hora de la acción aunada.
Partido Nacional, el Riverismo, la Unión Cívica; pero tam
En la m edida que la interrelación entre los distintos
bién la consolidación de grem ios que actuaron com o
sectores va aum e ntando (la cuarta parte del alto
comercio, el sector más poderoso de la clase dominante grupos de presión, los intentos de organizar un partido po
urbana, tenía inversiones Importantes en la tierra y/o en la lítico propio, la prensa como medio, no sólo de informa
ción, sino de formación de opinión, e incluso el ejército y el
Industria), y que la política reformista avanza, el bloque
golpe de Estado.
imperial-conservador, al decir de Barrán y Nahum , se va
consolidando. La hora del freno al reform ism o se
aproximaba. La im p o rta n c ia d e ios
\
g ru p o s d e p re s ió n
La acción de esta primera coalición conservadora todavía
no era dem asiado Im portante, ya que c a re c ía de un Los grupos de presión, que ya habían sido utilizados en el
elemento fundamental: el apoyo militante de la alta clase siglo X IX -recuérdese la intervención de la Asociación
rural que, como ya vimos, todavía no te n ía elem entos Rural en el golpe de Estado de Latorre, en 1875-, se
suficientes para oponerse frontalm en te al batllism o. fortalecieron trem endam ente en este período y tuvieron
Tam poco los Industriales, com o tam bién anotam os, una acción decisiva, primero en la derrota del batllismo el
tuvieron una acción decisiva en esta primera etapa. 30 de julio de 1916, y luego en el freno a su política durante
En este momento, el grupo que lideró la "coalición con toda la década siguiente, y finalmente en el apoyo al golpe
25
de Estado de Terra en 1933. Dr. Irureta G o ye n a . C om o vem os, ta n to Inciarte com o
Irureta G o ye n a eran a la vez m iem bros de la F ederación
Entre los grupos de presión que tuvieron una actuación R ural: los lazos entre las cú sp id e s tam bién se advierten
más destacada en el correr de estos años, tenem os que en los in strum entos de lucha utilizados.
m encionar a la Federación Rural, que queda definiti P or su parte, los in d u stria le s m odificaron en estos años
vam ente fundada en 1915. Integrada por lo más alto de la sus a s o c ia c io n e s g re m ia le s , tra n s fo rm a n d o la an tig u a
sociedad rural, y con una clara vocación antirreformista y U nión Industrial U ruguaya en la C ám ara de Industrias, que
de defensa de los intereses conservadores, contó con el c onstituyó un grem io m ás representativo y m oderno que el
apoyo también de algunos de los dirigentes políticos de la anterior.
oposición. Vale la pena presenciar la escena siguiente:
28
SEPTIMA PARTE
LOS SECTORES DOMINANTES EN LAS
ULTIMAS DECADAS
Los autores creen del caso señalar, a esta altura del trabajo, que a partir de la dictadura de Terra no abundan
los estudios debidamente sistematizados sobre la clase dominante desde ese momento hasta el presente.
Ello no permite todavía esbozar hipótesis acerca de la evolución de dicha dase, y en particular de su relación
con los acontecimientos políticos desarroilados desde entonces. Por esta razón se ha preferido trazar
algunas líneas generales de la evolución seguida en estas décadas por sus sectores más importantes: el
ganadero, el industrial, el mercantil y el bancario.
C u a n d o el B a n c o C o m e rc ia l e ra p ró s p e ro ...
GRUPO BRAGA SALVANAC
(61.700 acciones) GRUPO SANTAYANA
CORRESPONSAL
(55.000 acciones)
Chase Manhattan (Rockefeller)
A g r o p e c u a r ia s
8.916 has. en p. directa H éctor Bova M acció
Arroyo Clara S. A. (71.876 hás. en p. directa)
Ñandubay S. A.
A g r o p e c u a r ia s
V a ria s Est. La Calera S. A.
Banco de Cobranzas Est. San Luis S. A.
Soc. Uruguaya de Carbón y Sal Est. Pardo Santayana S. A.
S.A. Est. El Toboso S. A.
Mercurio S. A. La Candara S. A.
Agropecuaria del Norte S. A.
Est. Mangueras S. A.
GRUPO GALUNAL HEBER Est. Santander S. A.
BANCO CO MERCIAL
(10.800 acciones) La Castellana S. A.
A lb erto G allin al H eber Est. La Macarena S. A.
,(35.882 hás. en p. directa)
C lara G allinal H eber V a ria s
(19.710 hás. en p. d.) Cía. Salus S. A.
COLATERALES
Elena G. de Sáenz L uis M areosa
F in ancieras en el exterior
(25.788 en p. directa) Cía. N. de Cementos S. A.
Bank Comercial Trust-Bahamas
FUCA
V a ria s Cía. Primus S. A.
F in a n c ie r a s
Hiperfosfato S. A.
El Palmar S. A.
Agromax S. A.
ALTRESA
(ADELATEC - Rockefeller) GRUPO PEIRANO
Crédito Comercial S. A.
Comercial Investments S. A. (Peirano de Iñiguez, Vignale de
Financiara Agrícola Inmobiliaria Peirano y Peirano de Peirano)
GRUPO GARCIA CAPURRO 38.000 acciones
S.A.
Varias Ver: Banco Comercial
ACSA
Cía. de Cemento Portland
Arkansas S. A.
I n m o b ilia r ia s
Edisalto S. A. FELIX DE TARANCO
San Cristóbal S. A. Varias
GRUPO URURETA GOYENA Taranco y Cía.
Ediguay S. A.
(10.200 acciones)
5.638 hás. en p. directa Chucarro Forán S. A.
GRUPO ARAMENDIA
José Pedro Aramendia
GRUPO AMEGLIO
Est imación total de tierras 300.000 hás.
Frigorífico Canelones A g r o p e c u a r ia s
13.976 hás. en p. directa
Est. La Macarena S. A.
GRUPO SUPERVIELLE
(3.500 acciones; ver Banco de V a r ia s
Montevideo) Andrés Deus S. A.
Impresora Uruguaya Colombino
(V TRIAS: "Imperialismo y rosca bancaria en el Uruguay") Artix S. A.
31
La s ie m p re re c o rd a d a " in fid e n c ia '
U n is a n q u e ro q u e s e m u itfp iie a
Tom ado de J.M . R odríguez y L. Stolovic, "Gobierno y
em presarios: sus vínculos personales", pasaje de la
ponencia presentada en el Seminario, "Concentración de SUPenviElLE, lu is del "Banco
poder en el Estado" realizado por C IED U R . Fnaneéa* liaiídado en 1887 lula B. SapervHIe,
La devaluación del dólar del 29 de abril de 1967, más
conocida como de la "infidencia", es un claro ejemplo de CebaAa'lja naneo Ptatenee* (Canelón»»).
utilización de cargos públicos para que políticos, grupos 9»iM8eies:"Sffit Anfenio* (Ssdto),
económ icos, em presas trasnacionales, etc. obtengan (18.000 h ec^ea» en Bb» Negro), en 1838 H »
enorm es gana ncias. El caso g ene ró una serie de Pfe^der8»deIa*S.A. Bund^gen^tÁ uguayo*)
contradicciones dentro del partido gobernante y entre Bancos « instituoHon»» orediticlas; En 1837 el *Ban«»
altos funcionarios, llevando incluso a la destitución de un Frene#»* e»i»8d como accionista a la Asamblea del
*Banco itaiáno* (29 julio). Preskienla en 1838 de te
director del Banco de la República por el Poder Ejecutivo
*SA Crédito Inmobiflarto''. Ei "Banco Francés* estNtw
— precisamente al que denunció la maniobra y no a los que
aderoi» vincaéado econámicamenta ai "Banco Pebtense
la hicieron— e incluso fue tratado en el Parlamento. Luego dtí Ectedo de Bto Orando" (Biati} y "Ctécteo Territodai d»
de so licitar inform es ai P o d er E je cutivo, que se Bic Grande* (Brasil), y ti "Ctédfto Fonder de Buen»»
consideraron insuficientes, se realizó una investigación «re».*
por parte de una comisión parlam entaria de la cual resultó Transpon#» y eomunicaetenest "Aeroposta Urugtu^e*
la certeza de que hubo especulación e infidencia (es decir (11^18). FtéddisMe de te "Corneaste itectenN de L a n d t^
se dio a conocer la devaluación antes de realizarse, y flteteoíftie»* (1832). Presidente de "C.A.U.S.A.*
permitiendo la com pra especulativa de dólares), aunque (aviaelén ;1842>, " la Intemscteraé E n ^ s a Teletónteai
no se Individualizó ai "Infidente". Julio H errera Vargas, (Amg»<l8yent, Preddentei
director del BRO U destituido, en una exposición realizada tectestnte tCompaftte Sdt»* (Presidente: 1807), "Vidriera
denunció en el Paraninfo de la Universidad, que Jorge y CiiaNleétte Nacional*, *S.A. Compallia Naciond de
Ceraanto»*' (Presidente. 1837).
Batile planificó cuidadosam ente el negociado, el cual fue
Oiverateoedién: ganaderte, trsstsfrortee y comunicasie*
instrumentado por el Presidente del Directorio del Banco TOS, indusuia.
Central, Cr. Enrique Iglesias y su compañero del Directorio
José Guntin (que al igual que J. Batile era colorado y de la (Tornado<te.«tedot>, otecit.).
lista 15). Herrera Vargas sostuvo que la especulación fue
detectada en el B R O U , pero se decidió no utilizar los
instrum entos legales que existían para defen d er las
reservas de dólares de la institución. En los siete días
anteriores a la devaluación los bancos de plaza realizaron
im portantes com pras de m oneda extranjera y bonos en
dólares tal como se Indica a continuación (en miles de
d ó lares): B. de M ontevideo 4 1 2 ; B. M ercantil 2 1 6 ;
Sociedad de Bancos 214; La Caja Obrera 87, B. Comercial
515; Crédito 291; Popular 136, Citibank 242, Londres 502.
En su conjunto el sistem a bancario compró esa sem ana,
2 .7 1 2 miles de dólares, sobre los cuales ganarían en
pocos días un 25% , que esa fue la tasa de devaluación.
En los directorios de estos bancos figuraban importantes
hom bres del P.C olorado, del gobierno y de los grupos
económicos tales como Jorge Peirano Fació (B. Mercantil,
hoy en C O T, casas de cambio y otras em presas), C ésar
Charlone (Sociedad de Bancos), Vegh Villegas (B. La C aja
O brera, hoy asesor de la Sociedad Rural A rgentina y
siempre en C ICYP).
En el tratamiento parlamentario la Lista 15 hizo lo inaudito
p ara im pedir el tratam iento del tem a , luego para no
investigarlo, finalm ente para no resolverlo. No lo logró y,
finalm ente, por unanim idad de presentes, se resolvió
enviar los antecedentes a la justicia. Sólo el tiempo y el
silencio de los años que siguieron lograron que a nivel
popular, cada vez que J.B atile es nom brado no se lo
asocie con la infidencia y, probablem ente, es uno de los
fa c to re s q u e d ificu ltan sus po s ib ilid a d e s de ser
candidateable a la Presidencia de la República. (Datos
tom ados de Vivián T ría s "Econom ía y política en el
Uruguay Contemporáneo" E.B.O . 1968.)
32
La c o m p le ja tra m a d e la c o n c e n tra c ió n b a n c a ria
33
A MODO DE
RECAPITULACION
SOBRE EL PAPEL DE LA
CLASE DOMINANTE
*A lo largo de la historia del país, hubo sectores, como el
de los ganaderos y el de la burguesía com ercial, que
ocuparon perm anentemente un lugar de predominio dentro
de la clase dom inante. A éstos debem os agregar, en
ciertos períodos, el de los industriales y el financiero.
34
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-C R O N IC A G E N E R A L D E L U R U G U A Y . Varios fascículos.
LOS FASCICULOS RESTANTES DE ESTA (XtLECdON
20. QUE FUE Y QUE DEBE SER EL URUGUAY. Diferentes proyectos y concepciones del
país; s u viabilidad como tal, la integración como destino. M arieta A m ejeiras,
y Leonor Piñeyro.