Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Los datos socio-demográficos y económicos que aporta Alfredo Castellanos dan una
idea sintética de la realidad del Uruguay apenas nacido a la vida independiente: una
población de 74.000 habitantes, de los cuales el 20% en Montevideo y el 80% en los
24 centros urbanos existentes –de los cuales solamente Colonia y Maldonado tenían
la categoría de ciudades- y dispersos en el medio rural; 14 escuelas de “primeras
letras” en todo el territorio, con 1.000 alumnos; alto índice de analfabetismo; una
única forma de producción, que era la ganadería de carácter extractivo; la presencia
solamente de las industrias del tasajo y de las curtiembres, asociadas a aquella;
escasa producción agrícola, más que nada de trigo; predominio del latifundio y de la
ocupación sin títulos; un inadecuado sistema financiero para sostener el erario, que
se mantenía fundamentalmente por las rentas de aduana. Al período que va de 1830
a 1838, este historiador lo denomina “la república caudillesca”.
Si bien eran jefes guerreros, dadas las circunstancias los caudillos también podían
ser hombres de paz, tal como señala Pivel Devoto. Pone como ejemplos a Rivera en
1838, cuando, al inicio de la Guerra Grande, intentó hacer la paz con Rosas, al
propio Rivera, al final de esa contienda, cuando busca llegar a un acuerdo con
Oribe, o al mismo Oribe con Flores, en 1855, cuando suscriben el Pacto de la Unión.
Según Bruschera, los caudillos nacionales cumplieron incluso una importante
función de cohesión social, al operar de nexo entre dos mundos opuestos sociológica
y culturalmente, como el campo y la ciudad.
2
factores en conjunto fue un período de inestabilidad política que se extendió hasta la
década de 1870.
Uno de los episodios de nuestra Historia que marca con claridad el estado de
inestabilidad política del nuevo país y los fuertes lazos existentes con sus vecinos -
incluso a nivel personal entre sus dirigentes políticos- es la Guerra Grande, que
trataremos a continuación.
II.1 Presentación
Fue un conflicto armado que sucedió entre 1839 y 1851, parte del cual –entre 1843
y 1851- en nuestro territorio.
3
Según dicho historiador, a nivel ideológico puede interpretarse también como una
lucha entre tendencias: autoritaria y americanista por un lado, y liberal y
europeizante por el otro. En la versión de Sarmiento, se trató de la lucha entre
“civilización” y “barbarie”, debate que estaba instalado en los círculos políticos e
intelectuales de la época, pero que resulta demasiado simplista para abordar la
complejidad del fenómeno.
II.2 Causas
4
b) Rivalidades económicas.- Las mismas se daban con distintos actores en varios
frentes: entre los puertos de Montevideo y Buenos Aires, lo cual era una
herencia de los tiempos de la Colonia; entre el comercio de importación de
Buenos Aires, por el cual se beneficiaba de los derechos aduaneros –cuya
recaudación no era nacionalizada, sino que quedaba en la Provincia de Buenos
Aires- y la producción artesanal de las Provincias del Litoral, para las cuales las
importaciones eran perjudiciales; entre Buenos Aires y las Provincias del
Litoral, que estaban contra el predominio político y económico de aquella y
deseaban acceder al comercio directo con el extranjero, sin necesidad de pasar
por la barrera que significaba el puerto de la capital.
c) Problemas políticos regionales.- Tanto en el Uruguay, como en la
Confederación Argentina, que terminan entrecruzándose. En efecto, mientras
Manuel Oribe ejercía su mandato, llegan a Montevideo exiliados unitarios,
escapando de la represión de Juan Manuel de Rosas.
5
delegación a Rio de Janeiro para aproximarse al gobierno imperial brasileño,
renegando de su alianza con los farrapos, y otra a Buenos Aires, para negociar la
paz con Rosas. Ambas fracasan. De ese modo el conflicto se internacionaliza
definitivamente.
6
incluyendo gradualmente a ciudadanos uruguayos y paraguayos. Se considera
que dicho acuerdo fue una victoria diplomática de Rosas, quien recuperó su
puerto y sus rentas aduaneras, en tanto sus enemigos se vieron privados de un
importante aliado.
7
las Provincias litorales argentinas. Cuando este último bloqueo culminó, los
franceses le otorgaron como compensación un subsidio. El gobierno se mantuvo
fiel a los principios del liberalismo – hecho relevante, teniendo en cuenta las
especiales condiciones en que se encontraban – rigiendo el estado de derecho.
Ello especialmente luego de que los elementos doctorales del Partido Colorado,
con Joaquín Suárez a la cabeza, se hicieran el gobierno, tras desterrar a Rivera
al Brasil en 1847. Este fue el origen del carácter liberal, cosmopolita y urbano
que luego caracterizaría al Partido Colorado. A pesar de ellos la figura de Rivera
siguió vigente hasta su muerte. Incluso ese mismo año intenta –de caudillo a
caudillo- llegar a un acuerdo con Oribe, para llegar al fin de la guerra, sin tener
en cuenta al gobierno de la Defensa.
Por su parte, el bando contrario constituía el Gobierno del Cerrito, que era
blanco. La uniformidad de sus componentes era mayor que en el campo
enemigo. El Partido Blanco se sentía representante de la legalidad y el orden, y
defensor de la americanidad frente a lo que consideraba una intromisión de las
potencias europeas. A nivel económico, a efectos de defender la principal
riqueza del país, prohibió la exportación de ganado en pie al Brasil. En lo
político, reivindicó los derechos fronterizos del país frente al Brasil. De hecho,
en las circunstancias excepcionales de la guerra, y a pesar de que en su gobierno
se restauraron las instituciones de la época en que era Presidente constitucional,
la figura de Oribe adquirió ribetes autoritarios, concentrando en sí el poder civil
y militar. El elemento doctoral que acompañaba al caudillo –un Juan Francisco
Giró, un Bernardo Berro, un Eduardo Acevedo- se oponía a esta forma de
gobernar, al tiempo que pugnaba por una mayor autonomía de Oribe en su
relación con Rosas, a quien veían como una amenaza a la independencia
nacional. Esas fueron las bases del carácter legalista, nacionalista y rural del
Partido Blanco.
8
mercadería ofrecida. Por el contrario, la resistencia exacerbó los sentimientos
nacionalistas argentinos, con lo que la figura de Rosas salió fortalecida.
Hacia 1847 la guerra pareció estancarse. Desde ese año hasta 1850 se sucedió la
llegada de diplomáticos franceses e ingleses, con la finalidad de lograr un
acercamiento entre las partes en pugna y la terminación definitiva del conflicto.
Se verificó una disminución de las pretensiones europeas, pasando de exigir la
apertura completa de los Ríos Paraná y Paraguay a reconocer, en los tratados de
1849 y 1850, la soberanía de la Confederación Argentina sobre dichas vías
fluviales.
Por otro lado, el gobierno brasileño ve en esta alianza una oportunidad para
contrarrestar el poder y las ambiciones de Rosas, las cuales se consideraban
peligrosas. Entonces se suma a Entre Ríos y la Defensa, conformando la Triple
Alianza antirrosista y antioribista. Con ello además los brasileños aspiraban a
conseguir la libre navegabilidad por los ríos de la Cuenca del Plata, por donde
sacar la producción del Mato Grosso. Además veían con buenos ojos que un
debilitamiento de la Confederación Argentina dejara desprotegido al Estado
oriental, con lo cual la idea –nunca abandonada- de reconstituir la Provincia
Cisplatina adquiría de nuevo fuerza.
9
En julio de 1851 el ejército de Urquiza, comandado por Garzón, invade el
territorio uruguayo. Oribe no opone resistencia ya que la retirada del escenario
bélico de los europeos le había quitado fuerza a su idea de luchar por el
americanismo y, por otra parte, Urquiza era, como federal, un ex – aliado suyo.
Asimismo en ambos bandos orientales se estaba fortaleciendo la idea de que
estaban peleando una guerra sin sentido. El caudillo entrerriano, que se
consideraba heredero de Rosas al frente del federalismo, le plantea un armisticio
en términos favorables para el Partido Blanco, reconociendo que la motivación
de su lucha fue defender la independencia de la República Oriental del Uruguay,
y como legales todos los actos del gobierno del Cerrito. Manuel Herrera y Obes,
canciller del gobierno colorado, se opone a dichos términos y lograr una
modificación parcial de los mismos. Finalmente el 8 de octubre de 1851 se
celebra el armisticio, bajo el lema de “ni vencidos, ni vencedores”, que pondrá
fin a una guerra civil. El mismo fue muy celebrado por la población. Dice Pivel
Devoto que blancos y colorados se abrazaron durante los seis días de festejo
decretados, lo que revelaba la voluntad popular de que se pusiera fin a una
guerra civil, con ribetes internacionales, que había durado 12 años. Se considera
que por primera vez en nuestra historia, el sentimiento de orientalidad primó
sobre el de las divisas.
Apenas cuatro días después nuestra República y el Imperio del Brasil celebran
cinco polémicos tratados, que impondrían serios condicionamientos a la vida
futura del país. Andrés Lamas, por el gobierno de la Defensa, fue mediador de
la alianza con Brasil y más tarde responsabilizado por el carácter de los tratados.
Los mismos eran: de Alianza, por el cual ambas partes se obligaban mutuamente
a apoyar sus respectivos gobiernos, lo que de hecho –dado lo dispar del poderío
económico y militar de los dos estados, abría las puertas a la intervención
brasileña; de Extradición, por el cual Uruguay debía devolver al Brasil los
esclavos fugados, con lo cual se desconocía la legislación uruguaya, que había
abolido la esclavitud; de Prestación de Socorros, según el cual Brasil asumía la
entrega al gobierno uruguayo de un subsidio mensual de 60.000 patacones
contra la garantía de las rentas públicas, especialmente las de la Aduana, al
tiempo que nuestro país reconocía la deuda contraída por el gobierno de la
Defensa con el Barón de Mauá, contra las mismas garantías, vale decir que el
país pasó a depender de un país extranjero para cubrir el presupuesto público e
hipotecaba las rentas nacionales en favor de otro Estado; de Comercio y
Navegación, por el cual se establecía la navegación común del Río Uruguay y
sus afluentes, y ambas naciones se concedían recíprocamente la cláusula de la
nación más favorecida, al tiempo que por diez 10 años se eximía de derechos a
la exportación de ganado en pie a Brasil, así como al tasajo enviado por tierra a
Río Grande, medidas que perjudicarían a la industria saladeril del país; de
Límites, para los que se tomó el Río Cuareim al noroeste, y al noreste el Río
Yaguarón y la Laguna Merín, cuya navegación exclusiva se entregaba al Brasil,
10
al que además se le cedió una franja de dos leguas y media de territorio en las
márgenes del Cebollatí y el Tacuarí, en la cual podía levantar fortalezas.
El más polémico de estos tratados fue el de límites, que produjo una controversia
histórica. Los blancos interpretaron que el mismo significaba no solo una
pérdida de territorio para nuestro país, al desconocerse los límites del Tratado de
Ildefonso, de 1777, sino también un compromiso a su soberanía desde el punto
de vista militar y financiero. Por su parte los colorados consideraron que con el
mismo se daba un marco legal a una situación ya preexistente, y que la presencia
del Brasil constituiría un freno a las ambiciones expansionistas de Rosas.
11