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Capítulo 3

Historia natural de la enfermedad


Niveles de prevención
Dr. Marco Antonio Casillas Fabila
Departamento de Medicina Preventiva y Salud Pública
Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia
Universidad Nacional Autónoma de México

Objetivo
Analizar diversas enfermedades y proponer alternativas de prevención, control o
erradicación de las mismas, mediante el estudio de la historia natural de enfermedad, los
niveles de prevención, la identificación de los factores de riesgo asociados al huésped,
al agente y al medio, y la descripción de la cadena epidemiológica, para comprender el
enfoque epidemiológico del proceso salud-enfermedad.

Concepto
Se entiende por historia natural de la enfermedad, a la manera propia de evolucionar que
tiene toda enfermedad o proceso, cuando se abandona a su propio curso; es decir, es el
estudio de cualquier enfermedad desde su génesis y su evolución hasta las últimas
consecuencias, sin la participación de la mano del hombre.

Esquema de la historia natural


El esquema fue descrito por Leavell y Clark en 1965 y a la fecha se mantiene vigente;
En la historia natural de la enfermedad se pueden diferenciar dos períodos (Fig.1), el
prepatogénico o de prepatogénesis y el patogénico o de patogénesis.

I. Periodo Prepatogénico

Cualquier individuo, población o comunidad no vive aislado en su medio y su


salud o enfermedad, resultan de una compleja interacción entre el agente causal, el
hospedero y el medio ambiente, es decir, la triada ecológica. En consecuencia, estos tres
elementos son indispensables para que ocurra la enfermedad.

La compleja interacción de múltiples factores o variables de cada uno de los elementos


de la triada ecológica puede ocasionar una pérdida de equilibrio del sistema ecológico.
Si dicho equilibrio es desfavorable al hospedero, se producirá la enfermedad.

A continuación se revisarán algunos aspectos de cada uno de los elementos de la triada


ecológica.
A. Agente causal
Una de las definiciones más completas ha sido dada por Clark en el año de 1971,
al describir al agente causal de enfermedad como “un elemento, una sustancia, o un
fuerza, animada o inanimada, cuya presencia o ausencia puede, entrando en contacto
efectivo con un hospedero susceptible y en condiciones ambientales propicias, servir
como un estímulo para iniciar o perpetuar el proceso de enfermedad”. La definición
expresa claramente que el agente no es sólo un organismo vivo, productor de
enfermedades infecciosas, sino también una sustancia física o química, radiaciones,
tóxicos industriales, contaminantes carcinogénicos , etc. Incluso considera agente a una
fuerza, como en el caso de los accidentes automovilísticos entre otros. Señala, además,
que para producirse la enfermedad no basta la presencia del agente, sino que su ausencia
puede originarla también; las enfermedades carenciales por deficiencia, o carencia de
algún nutriente son un ejemplo. Pero siempre es indispensable el hospedero y el medio
ambiente apropiado. Esto reafirma, una vez más, la necesidad de la triada ecológica y
ratifica que el agente no puede ser el único factor responsable del proceso de
enfermedad.

Por otro lado, otros autores conceptualizan al agente causal como; cualquier
elemento o componente del ambiente que causa o puede causar daño o un desequilibrio
en el hospedero susceptible.

Existe gran variedad de agentes causales de enfermedad. Para su estudio se


clasifican en tres grupos, y son los siguientes:
1. Biológicos.
2. Físicos.
3. Químicos.

1. Agentes biológicos
Incluye a todos los seres vivientes, las plantas, los animales y los
indeterminados, entre los que, por su singular importancia para la salud del hombre y de
los animales, se incluye a los parásitos patógenos. Existen siete categorías básicas de
agentes biológicos específicos. Los agentes capaces de producir enfermedad en el
humano y en los animales, son denominados patógenos. En estos cabe destacar a los
siguientes:

Protozoarios: agentes unicelulares que producen, por ejemplo, malaria,


disenteria amibiana, leismaniasis, tripanosomiasis y toxoplasmosis.

Metazoarios: Son parásitos animales multicelulares que producen enfermedades


como la triquinosis, esquistosomiasis y ascariasis.

Bacterias: Son organismos unicelulares que producen gran variedad de


enfermedades como la tuberculosis, meningitis, salmonelosis, tétanos, brucelosis y
leptospirosis.

Virus: Son patógenos pequeños que producen enfermedades como la rabia,


fiebre aftosa, encefalitis equina venezolana, enfermedad por virus del oeste del Nilo y la
enfermedad de Aujeszky.
Hongos: Son agentes unicelulares que producen enfermedades como la
histoplasmosis, la coccidiodomicosis, las tiñas y blastomicosis.

Rickettsias: Son parásitos unicelulares de tamaño intermedio entre las bacterias


y los virus. Al igual que los virus, necesitan de células vivas para su desarrollo y
multiplicación. Por ejemplo, el tifus exantemático transmitido por piojos y la
anaplasmosis.

Priones: El término "prion" es usado para describir el agente infeccioso


responsable de varias enfermedades neurodegenerativas encontradas en los mamíferos,
están constituidos por partículas proteínicas carentes de ADN, pudiendo por tanto
replicarse sin genes. Se estima que el agente es más pequeño que la mayoría de los
virus, y muy resistente al calor, a los rayos ultravioleta, a la radiación ionizante, y a los
desinfectantes comunes que habitualmente inactivan a los virus. El agente no causa
reacciones inflamatorias o inmunitarias detectables ni se ha observado al microscopio.
A la fecha no se disponen de pruebas para su detección en seres vivos, salvo el estudio
patológico.

Esta proteína se ha observado en las membranas neuronales de los mamíferos sin


causar enfermedad alguna, pero se sabe que un cambio conformacional de su estructura
terciaria puede provocar la aparición de la enfermedad. Estas proteínas en su forma
patógena se multiplican exponencialmente al ponerse en contacto con las proteínas
normales, ya que les inducen el cambio conformacional que las vuelve infecciosas. La
aparición de estos desordenes estructurales en las proteínas, pueden ser transmisibles,
heredados, o incluso esporádicos, es decir, sin evidencias de transmisión, ni herencia.

En animales las enfermedades más conocidas son:


• Encefalopatía espongiforme bovina ("Vacas Locas").
• Scrapie (ovejas).
• Encefalopatía transmisible (en visones).
• Enfermedades crónicas de desgaste (mulas, ciervos y alces).

Los humanos son susceptibles a varias enfermedades vinculadas a priones:


• Enfermedad de Cretzfeld-Jakob (CJD).
• Sindrome de Gerstmann-Straussler-Scheinker (GSS).
• Kuru.
• Insomnio fatal familiar (FFI).
• Sindrome de Alpers.

Características intrínsecas
Los atributos de los agentes biológicos, como el tamaño, los detalles
estructurales y la composición química, son características intrínsecas, que pueden
describirse mediante el examen directo y apropiado del agente. Otros atributos se
describen sólo en base al comportamiento de los parásitos en sus hospederos y pueden
clasificarse como propiedades “relacionadas al hospedador”.

Las propiedades intrínsecas de los microorganismos se clasifican en físicas,


biológicas y químicas. La primera abarca: forma, tamaño, movilidad, coloración y
temperatura. En las biológicas destacan: metabolismo, reproducción, alimentación, ciclo
de vida, necesidades de O2 y temperatura y en las químicas están conformadas por sus
nucleoproteínas, carbohidratos, lipoproteínas y otros compuestos, es decir, abarca los
ácidos nucleicos genéticamente cruciales, los sistemas enzimáticos que juegan un papel
en la autorreplicación y quizás en el ataque al hospedero, y las proteínas que determinan
el carácter antigénico. La morfología y la composición química proveen las bases para
la clasificación e identificación específica de los agentes.

Con relación a las propiedades “relacionadas al hospedero”, cabe señalar las


siguientes:

a. Infectividad.- Es la propiedad o capacidad de un agente para instalarse en los


tejidos del hospedero, multiplicarse y crecer en su medio. Esta invasión del germen no
necesariamente causará la enfermedad, puede hacerlo o no; varía mucho de uno a otro,
incluso de una cepa a otra.

La medida básica de infectividad es el número mínimo de partículas infecciosas


que se requieren para producir una infección. Para un agente microbiano determinado
este número puede variar mucho de un hospedero a otro y dentro de una misma especie,
de acuerdo con la puerta de entrada, la edad, y otras características del mismo. Las
comparaciones exactas y directas de infectividad, en general sólo pueden hacerse en
animales, bajo condiciones de laboratorio.

b. Invasibilidad.- Algunos autores también le dan el nombre de agresividad, y


está íntimamente ligado a la infectividad; es la capacidad de un agente etiológico, ya
establecido en un tejido, de enfrentarse a los mecanismos de defensa del hospedero,
vencerlos y la de propagarse en el macroorganismo. La invisibilidad se apoya en
algunas enzimas microbianas, en la formación de cápsulas, en el movimiento activo, etc.

Entre las enzimas microbianas que producen la destrucción de determinadas


estructuras de los tejidos del macroorganismo se tienen; la hialuronidasa, que
descompone el ácido hialurónico, sustancia muy importante del tejido conjuntivo,
producida por los estafilococos. La colagenasa producida por Clostridium perfringens,
la fribrinolisina y la hemolisina producida por estreptococos hemolíticos y
estafilococos.

También tienen importancia determinados componentes que protegen la


superficie (cápsulas) de los agentes etiológicos ante la fagocitosis y la destrucción
enzimática, por ejemplo, las cápsulas polisacáridas de neumococos o las cápsulas
polipéptidas de Bacillus antracis.

Una determinada función la tiene también el movimiento activo de lo agentes


etiológicos, por ejemplo, el de las leptospiras o el de las larvas de anquilostoma.

c. Patogenicidad.- En epidemiología, es simplemente la capacidad de un agente


de producir enfermedad en un hospedero susceptible. No implica gravedad o severidad
de la enfermedad, tan sólo habilidad para producirla.

El grado de patogenicidad varía de unos gérmenes a otros; mientras algunos


carecen de poder patógeno, otros ocupan posiciones intermedias. Así los colibacilos son
inocuos mientras permanecen en el intestino normal pero se convierten en patógenos
cuando emigran, produciendo cistitis, pielitis y septicemias.

Esta habilidad depende, por supuesto, de una variedad de factores, tales como la
rapidez y grado del daño tisular causado por la multiplicación o replicación del agente,
y el hecho de que éste produzca una toxina específica como lo hacen los bacilos del
tétanos. Sin embargo, cualquiera que sea el mecanismo para la producción de
enfermedad, la medida de la patogenicidad es simplemente la proporción de infecciones
que resultan en enfermedad.

d. Virulencia.- Se define virulencia como el grado de patogenicidad de un


agente causal. Es la capacidad del agente de producir casos graves o fatales. El grado de
virulencia diferencia a los agentes etiológicos, separándolos en:
1) Altamente virulentos, que en pequeñas cantidades provocan la
enfermedad y a veces hasta la muerte del hospedero.
2) Virulentos, que representan un grado intermedio entre los altamente
virulentos y los poco virulentos.
3) Poco virulentos, que necesitan dosis mayores para ser capaces de
producir la enfermedad específica.

Como medida de virulencia se usan frecuentemente los siguientes indicadores:


1) Dosis infecciosa mínima (IDM) que expresa la mínima cantidad de
agentes etiológicos o de su toxina aplicados por una vía determinada, capaces de
provocar una infección.
2) Dosis infecciosa media (ID50) que expresa la cantidad de agentes
etiológicos o de su toxina aplicados por una vía determinada, capaz de provocar
infección en el 50 % de los animales susceptibles.
3) Dosis mínima letal (LDM) que expresa la mínima cantidad de
agentes etiológicos o de su toxina, aplicados por una vía determinada, capaz de
provocar la muerte de los hospederos susceptibles.
4) Dosis letal media (LD50) que expresa la cantidad de agentes
etiológicos o de su toxina, aplicados por una vía determinada capaz de provocar muerte
en el 50 % de los hospederos susceptibles.

e. Toxigenicidad.- Expresa la capacidad de producir toxinas que facilitan a


muchos agentes etiológicos biológicos sus características patógenas. Las toxinas se
pueden dividir en exotoxinas y las endotoxinas.

Las exotoxinas son substancias tóxicas arrojadas al medio por algunos agentes
etiológicos en el transcurso de su actividad vital; las substancias esenciales de las
exotoxinas son los polipéptidos. Las exotoxinas son termolábiles, relativamente no
estables, capaces de estimular la formación de antitoxinas de alto título y son altamente
tóxicas, es decir, actúan también en cantidades pequeñas.

Las exotoxinas se dividen no solamente según la especie de agente etiológico,


sino también desde el punto de vista de su acción selectiva, en un tejido u órgano
determinado del microorganismo; por ejemplo, la neurotoxina, que perturba las células
nerviosas (Clostridiun tetani), la enterotoxina, que afecta las células de la mucosa
intestinal (estafilococos). Un grupo específico representan las micotoxinas producidas
por los hongos patogénicos.
Las endotoxinas son sustancias tóxicas vinculadas a las células de algunos
agentes etiológicos biológicos, que actúan después de su destrucción. Las sustancias
esenciales de las endotoxinas son representadas por los complejos de lipopolisacáridos,
son termoestables, no estimulan la formación de antitoxinas, y por lo general no son
tóxicas como las exotoxinas, entre otras características.

f. Inmunogenicidad.- Es la habilidad de los agentes microbianos de inducir


inmunidad específica. No todas las especies, tipos, subtipos y cepas de agentes
etiológicos son capaces de provocar la formación de inmunidad suficientemente
específica e intensa, y de larga duración. Algunas especies, tipos, subtipos y cepas no
poseen propiedades inmunizantes, y algunas sólo las presentan a escala muy limitada.

g. Especificidad.- La especificidad de los agentes etiológicos biológicos


representa la propiedad fundamental por la cual se diferencian entre ellos y originan el
criterio principal de la especificidad de la situación epidemiológica, de su desarrollo y
de las medidas epidemiológicas relacionadas con las enfermedades transmisibles. La
diferencia específica se fundamenta en las diferentes características morfológicas,
fisiológicas (particularmente el metabolismo), genéticas, bioquímicas, etc. La
especificidad como propiedad puede tener diferentes niveles. En la práctica, por regla
general, se diferencian los agentes etiológicos al nivel de clases, órdenes, familias,
géneros y especies biológicas. La diferenciación más detallada va hasta los tipos,
subtipos y cepas de los agentes etiológicos biológicos.

h. Variabilidad.- Expresa su capacidad de cambiar, hasta cierto punto, sus


propiedades bajo las diversas condiciones exteriores, con el fin de salvaguardar la
existencia y el mayor grado posible de vitalidad.

La variabilidad de los agentes etiológicos biológicos se encuentra combinada


con la estabilidad relativa de determinadas propiedades. La estabilidad está
condicionada por el carácter del genotipo, el cual conserva las propiedades básicas de
una especie biológica dada.

Los cambios de las propiedades pueden ser:


• Temporales, reversibles, afectando solamente al fenotipo de los agentes
etiológicos.
• Duraderos, irreversibles-hereditarios, cuando llega a una variación del genotipo,
es decir, a una mutación.

i. Dosis infectante.- La mínima cantidad de agentes etiológicos o de su toxina


aplicados por una vía determinada, capaces de provocar una infección.

j. Mutación.- Es la propiedad que tienen algunos agentes vivos para alterar o


cambiar algunas de sus características, bajo especiales circunstancias y en sucesivas
generaciones, manteniendo siempre la especificidad. Una mutación es un cambio en un
gen que da lugar a un fenotipo morfológico y bioquímicamente alterado, el cual es
hereditario. La nueva característica transmitida a las células de la progenie se distribuye
a otras cepas de acuerdo con mecanismos precisos.
k. Recombinación.- Uno de los más grandes avances de la ciencia
contemporánea ha sido el desarrollo de la ingeniería genética y la biotecnología. Por
medio de estas dos disciplinas (muy relacionadas entre sí) se ha logrado manipular
genéticamente a los microorganismos con el fin de propiciarles nuevas características.

La tecnología del DNA recombinante es una técnica que ha permitido introducir


material genético foráneo en un microorganismo y hacer que éste organismo incorpore
dicho material a su genoma y lo exprese como si fuera suyo. Esta tecnología se
desarrolló a partir del descubrimiento de las enzimas de restricción y su acción sobre los
ácidos nucleicos. Cuando se complementó el estudio de las enzimas de restricción con
la micromanipulación (conjunto de técnicas que permiten inyectar y succionar porciones
de una célula) se desarrolló esta nueva tecnología, que ha abierto las puertas a un nuevo
y amplio campo de acción a la genética molecular.

El principio de la tecnología de DNA recombinante se basa en la inserción de un


fragmento de DNA foráneo en un hospedero de clonaje molecular por medio de un
vector de clonaje, como puede ser un virus o un plásmido. Una vez que el fragmento de
DNA foráneo se ha introducido en el hospedero, comienza el proceso de clonaje
molecular y la recombinación, dando como resultado la expresión del gen o los genes
introducidos en un organismo diferente.

En la actualidad existe una gran cantidad de aplicaciones de la tecnología de


DNA recombinante a todo nivel. Se aplica esta técnica para la producción de vacunas,
para la producción de proteínas, aminoácidos, vitaminas y ribonucleótidos y la
producción de curas genéticas para algunas enfermedades, en el campo médico.

La ingeniería genética en plantas también ha provisto la mejora de ciertas especies


haciéndolas más resistentes o introduciendo ciertas características de otros individuos
para mejorarlas. Otra aplicación de la tecnología de DNA recombinante bastante
reciente, es la producción de microorganismos transgénicos para procesos de
bioremediación de hidrocarburos, metales pesados como el mercurio. Las técnicas de
bioremediación permiten una descontaminación de ambientes afectados por medio del
uso de microorganismos capaces de degradar ciertas sustancias, en muchos casos se han
empleado organismos nativos del lugar pero también se ha trabajado con numerosas
cepas modificadas genéticamente para amplificar su acción sobre los contaminantes.

l. Resistencia.- Expresa su capacidad de sobrevivir bajo determinadas


condiciones ambientales. Cada agente etiológico biológico tiene limitado el periodo de
su existencia, el cual se diferencia no sólo según las especies biológicas, tipo y cepas de
los agentes etiológicos, sino también según el tipo, grado y tiempo de exposición a las
influencias de los factores externos; por ejemplo, Mycobacterium bovis sobrevive meses
y años en los ganglios linfáticos del bovino. El virus de la fiebre porcina clásica, cuando
está en carne congelada, sobrevive meses e incluso más de un año y las esporas de
ántrax se mantienen vivas en la tierra hasta durante decenas de años.

Los agentes etiológicos que son eliminados por el hospedero junto con diversas
excreciones y secreciones con sustancias proteicas, el valor óptimo de la temperatura
para sus procesos vitales radica en los valores en que varía la temperatura natural de los
hospedadores específicos. Las temperaturas que se apartan significativamente del grado
óptimo, generalmente suelen acortar el tiempo de sobrevivencia de los agentes
etiológicos. Las esporas son capaces de sobrevivir a grandes variaciones térmicas.

La influencia de la temperatura es directamente dependiente del grado de


humedad del ambiente y del tiempo de exposición, mientras que el calor húmedo es más
efectivo que el seco. La temperatura del agua hirviente (100 ° C), casi siempre causa la
muerte inmediata de los agentes etiológicos, con excepción de los que poseen formas de
esporas.

Mediante la combustión se destruyen instantáneamente todos los agentes


etiológicos. Por otra parte, las temperaturas bajas, aunque limitan e incluso frenan
algunos procesos vitales, son capaces de actuar en muchos agentes etiológicos (virus,
bacterias, etc.) como factores de conservación. Las temperaturas bajo cero sirven como
medio de conservación para la mayoría de los virus, ya que en tal ambiente pueden
sobrevivir meses e incluso años. Por ejemplo, para la destrucción de Mycobacterium
bovis en la leche se emplea la pasteurización, bien la de corto tiempo (a una temperatura
de 85 °C.) durante algunos segundos o la de largo tiempo (durante 30 minutos de
exposición a una temperatura que varía de 62 a 65 °C). La desvitalización de esporas de
Bacillus antracis requirió hasta algunas horas en aire caliente a 140 °C. El virus de la
fiebre aftosa a una temperatura de 4 °C sobrevivió hasta 20 semanas, mientras que a una
temperatura de - 40 °C sobrevivió hasta algunos años.

Según el grado de resistencia en relación a la temperatura ambiental., los microbios se


pueden dividir en termoestables y termolábiles. El virus de la enfermedad de Newcastle
es termolábil, y casi todas sus variantes quedan totalmente inactivadas al cabo de 30
minutos de incubación a 60 °C.

Los agentes etiológicos biológicos requieren para sus procesos vitales valores
determinados de humedad del medio ambiente; los valores extremos influyen
negativamente en ellos. La desecación de los agentes etiológicos microbiológicos
dispersos, bajo condiciones atmosféricas normales, actúan desfavorablemente sobre
ellos y los desvitaliza en un tiempo relativamente corto, por ejemplo, los hongos
Trichophyton, a una temperatura de 100 °C y sometidos a una humedad, sobreviven
sólo durante algunos segundos, mientras que en un ambiente seco duran hasta 15
minutos. Hay datos acerca de que los hongos Microsporum sobreviven muchos años en
las escamas secas de la piel. Las mejores condiciones para la sobrevivencia de las
leptospiras, suelen darse en lugares húmedos pantanosos, fangosos, canales, lagunas,
etc.

La desecación a temperaturas muy bajas (liofilización) se aprovecha para la


conservación artificial de los microbios durante meses y hasta años.

La luz solar en una acción directa destruye una gran parte de las especies de
agentes etiológicos microbiológicos en el transcurso de una o algunas horas. La zona
más efectiva del espectro luminoso es la que corresponde a la ultravioleta. Los rayos de
sol constituyen un medio muy importante para la desvitalización de los agentes
etiológicos al actuar de forma casi permanente y en una superficie enorme,
fundamentalmente en las zonas tropicales. Existen datos acerca de que los rayos solares
directos desvitalizan las esporas de Bacillus antracis en el transcurso de 2 - 35 hrs.
Mycobacterium bovis disperso en una fina capa sobre un cristal, bajo la acción directa
de los rayos solares, pudo ser desvitalizado en 2 hrs., mientras que en los esputos, bajo
las mismas condiciones, perduró hasta 6 hrs. Este mismo agente etiológico en esputo,
situado en un medio ambiente oscuro, en algunos casos no se desvitalizó ni siquiera en
7 meses.

Los rayos ultravioleta tienen un efecto microbicida enérgico. De igual forma


actúan también los rayos Roentgen. La radiación ultravioleta de la luz solar mata los
huevos y las larvas de los nemátodos en un corto tiempo, lo que significa que la
protección ante los rayos directos (bajo la vegetación, materia fecal u otro material
orgánico) es importante para la sobrevivencia de los nemátodos.

Las especies de agentes etiológicos microbiológicos tienen sus valores óptimos


para la vida, en la concentración de los iones de hidrógeno que representa el carácter
neutro, esto es un valor del pH., aproximado a 7. Las desviaciones mayores que estos
valores suelen disminuir la vitalidad de los microbios y los valores extremos los matan.
Por ejemplo, el valor óptimo del pH., para el virus de la fiebre aftosa varía, es
aproximadamente 7.6, mientras que con un valor de pH menor que 6 o mayor que 11, el
virus muere rápidamente. Las leptospiras son muy frecuentes en aquellos países
tropicales donde hay grandes precipitaciones pluviales y el suelo es neutro o alcalino.

Por otro lado, los microbios aerobios crecen y se multiplican sólo bajo presencia
de oxigeno, mientras que los anaerobios no requieren oxígeno para su vida y, aún más,
en presencia de este no se multiplican. Bacillus antracis forma esporas solamente en
presencia de oxigeno (aire), por lo cual en los cadáveres no abiertos, los gérmenes
perecen en el transcurso de algunos días; mientras que en los cadáveres abiertos que
reciben aire, se forman esporas muy resistentes. Por el contrario, Clostridium tetani se
multiplica y esporula sólo cuando no hay presencia de oxígeno.

Las sustancias químicas (materias químicas), si su composición y reacciones del


pH no responden a los requerimientos fisiológicos de una especie de agentes etiológicos
dada, actúan en diverso grado en forma inhibitoria y destructiva, por ejemplo, en las
fosas sanitarias (con orina de ganado bovino) fueron tapadas, al no haber escape de
NH3, el virus de la fiebre aftosa no sobrevivió dos días; en cambio, en fosas no tapadas
con escape de NH3, el virus sobrevivió hasta un mes.

De las sustancias químicas de extraordinaria importancia, son los desinfectantes.


La formalina, en una concentración al 3 %, puede eliminar en espacio de una hora las
micobacterias que se encuentran en un medio albuminoideo.

Los medios específicos, tales como los antibióticos y desinfectantes internos,


inhiben y acortan la vitalidad de los agentes etiológicos. Esto depende no sólo del tipo
de medio específico, de su concentración y dosis, sino también de la resistencia actual
de los agentes etiológicos expuestos a un medio dado en un determinado momento. Los
efectos pueden ser microbioestáticos o microbicidas.

Algunos autores destacan a la adaptabilidad de los agentes etiológicos, la cual


expresa la capacidad de acomodarse a diferentes condiciones del medio exterior,
diferentes huéspedes, etc. Los agentes etiológicos en condiciones de vida menos
adecuadas o modificadas con repetidos efectos de larga duración, pueden adaptarse
lentamente, y con ello debilitar llegando hasta su eliminación la influencia negativa
original de estas condiciones. Por ejemplo, el empleo masivo de los antibióticos
específicos tuvo como resultado, después de determinada época, la aparición de cepas
específicamente resistentes a antibióticos dados; lo más notable al respecto es la
aparición de resistencia en los gérmenes de los procesos purulentos a la penicilina. El
empleo masivo de los coccidiostáticos en aves de corral conducen, después de un
período prolongado, a la aparición de cepas de coccidias específicamente resistentes.

m. Transmisibilidad.- Expresa la capacidad de los agentes etiológicos de ser


trasladados o transmitidos de un hospedero a otro. Con la transmisibilidad se relaciona
la difusibilidad (de diferentes grados), es decir, la capacidad de propagarse.

n. Ciclo vital.- Comprende el desarrollo completo específico de los agentes


etiológicos biológicos individuales o de sus poblaciones, desde su origen hasta su fin.
Cada agente etiológico vivo exige para su desarrollo determinadas condiciones de vida,
sobre todo para asegurar un metabolismo específico.

Los agentes etiológicos biológicos exigen, en la mayoría de los casos, para su


vida natural el medio específico del hospedero susceptible, por ejemplo, virus y
bacterias.

Para una parte de los agentes etiológicos es necesario, en su ciclo vital, pasar por
uno o más interhospederos que pueden ser organismos inferiores o superiores, en los
cuales se realizan varios estadios de desarrollo del agente etiológico específico. La
maduración del estadio sexual, generalmente se alcanza en los hospederos primarios o
definitivos. Por ejemplo, Echinooccus granulosus tiene como hospederos definitivos los
perros domésticos y algunos cánidos silvestres, y como hospederos intermediarios, los
ovinos, bovinos, cerdos, caprinos, equino, camélidos, cérvidos y el hombre.

Algunos agentes etiológicos tienen la capacidad de reproducirse también fuera


de los hospederos en algunos ambientes, es decir, su ciclo vital completo o parcial
puede desarrollarse también fuera del macroorganismo de los animales o del hombre,
por ejemplo, distomatosis hepática y la piroplasmosis.

o. Tropismo.- Representa su tendencia específica de penetrar sólo o


preferentemente en determinados tejidos u órganos del hospedero, en los cuales
encuentran las condiciones más favorables para su vida, reproducción y subsistencia. El
tropismo no elimina en forma absoluta la localización de los agentes etiológicos en
otros tejidos del cuerpo o en otros líquidos de este.

El tropismo de los agentes se puede clasificar en pantropismo y organotropismo.


El pantropismo, está caracterizado por la tendencia de los agentes etiológicos a no
localizarse solamente en determinados tejidos y órganos específicos, sino a estar
distribuidos por todo el organismo animal. Por ejemplo, el pantropismo del virus de la
fiebre porcina clásica. El organotropismo está caracterizado por la tendencia de los
agentes etiológicos a localizarse en determinados tejidos u órganos específicos del
organismo animal. Según la localización se puede diferenciar en:
1. Enterotropismo: Mycobacterium paratuberculosis bovis.
2. Neumotropismo: Virus de la laringotraqueitis infecciosa aviar.
3. Neurotropismo: Virus de la rabia.
4. Dermotropismo: Hongos del género Trychophyton.
5. Epitelitropismo: Virus de la enfermedad de las mucosas.

Algunos tipos de agentes etiológicos de la misma especie pueden diferenciarse


de acuerdo con su tropismo. Por ejemplo, el virus de la enfermedad de Newcastle se ha
clasificado, de acuerdo con los lugares predilectos de su alojamiento, en
pneumotrópicos, viscerotrópicos y neurotrópicos.

p. Selectividad.- La selectividad por especie animal de los agentes etiológicos


expresa el grado de su afinidad natural por las especies dadas de hospederos. Los
agentes pueden presentar selectividad hacia:
1. Una especie animal. Ejemplo, el virus de la fiebre porcina africana.
2. Más especies de animales. El virus de la fiebre aftosa bajo condiciones
naturales, en las cuales provoca la enfermedad fundamentalmente en las
especies de animales de pezuña hendida.
3. Un número elevado de las especies animales de una clase biológica.
Por ejemplo, el virus de la rabia que provoca la enfermedad en los
mamíferos.
4. Un número elevado de las especies animales de más de una clase
biológica, como en el Micobacterium avium provoca la infección de las
aves, y también de los cerdos y otras especies de mamíferos.

2. Agentes físicos.
Los agentes causales físicos, no vivos o inanimados, agrupan una variedad de
elementos indefinibles.

Los agentes físicos pueden causar enfermedades masivas en los hospederos,


provocando cambios morfológicos y fisiológicos no deseables. Estos cambios dependen
de la intensidad de la actuación de dichos agentes, de la duración y de los cambios
bruscos en la actuación, del lugar afectado del cuerpo del hospedero, y de otros más.

Entre los agentes físicos se incluyen


1. Acciones mecánicas (de objetos punzo cortantes, romas, armas de fuego)
2. Mordeduras.
3. Temperatura (calor y frío extremo)
4. Presión atmosférica (alta y baja)
5. Luz (intensidades extremas)
6. Rayos ultravioleta (intensos)
7. Descargas eléctricas.
8. Radioactividad
9. Sofocación.
10. Cuerpos extraños.
11. Ruido, etc.

3. Agentes químicos
Los agentes químicos causan enfermedades en los hospederos, tales como las
toxicosis e intoxicaciones, que provocan cambios morfológicos y fisiológicos no
deseables y que en ocasiones conducen a la presencia de residuos tóxicos en los
productos animales.

Un toxico es cualquier sustancia química capaz de causar daño, debilitar o matar


a cualquier organismo vivo. Los efectos que producen son en función del tipo de
sustancia, concentración y metabolismo. En general son teratogénicos, mutagénicas,
carcinogénicas o venenosas. Una característica relevante es que son acumulables, y su
efecto se manifiesta sólo después de un cierto periodo de exposición. Entre una
concentración tolerable y una letal hay un nivel intermedio en donde se presentan
efectos secundarios. Este valor inferior corresponde al umbral del valor límite (UVL) y
representa la máxima concentración a la cual un organismo puede ser expuesto
continuamente sin sufrir trastornos.

Entre los agentes químicos que se pueden convertir en agentes etiológicos,


provocando enfermedades o daños en el hospedero, se encuentran principalmente los
siguientes:

En Agua:
1. Plaguicidas: Son sustancias o mezclas de ellas, que se destinan para controlar
cualquier especie no deseada (incluidos los vectores de enfermedades humanas y
animales) que cause perjuicio o que interfieren con el mejor aprovechamiento de la
producción agropecuaria y forestal y que afecten bienes materiales durante el
almacenamiento y transporte, así como las que interfieren en el bienestar de hombre y
de los animales. Los plaguicidas son productos muy diversos y, la mayor parte de las
veces, artificiales; por ejemplo: los organoclorados (DDT, HCH, lindano, clordano,
heptacloro, aldrín y dieldrín), los organofosforados (malatión y paratión), los
carbamatos y los organometálicos que son muy difíciles de biodegradar.

Los plaguicidas organoclorados son compuestos orgánicos de origen sintético.


Son muy persistentes, se les puede encontrar hasta 52 semanas después del momento de
su aplicación, son de difícil descomposición y se integran fácilmente a las cadenas
alimenticias. Se absorben por la piel, el tubo digestivo o el aparato respiratorio;
también, se acumulan en tejido graso y se elimina mediante el riñón. La intoxicación
aguda se caracteriza por náuseas, vómito, dolor gástrico y manifestaciones neurológicas
que incluyen dolor de cabeza, temblor y mareos.

Los organofosforados incluyen, principalmente, a los fosfatos, fosfonatos y


derivados azufrados. La intoxicación con estos compuestos provoca dolor de cabeza,
visión borrosa, dificultad para respirar, dolor abdominal, calambres y parálisis.

2. Metales: Son elementos, buenos conductores de la electricidad, flexibles y


poseen brillo. Algunos metales son necesarios para los seres vivos, pero pueden llegar a
ser tóxicos si rebasan ciertas concentraciones, a éstos últimos se les llama con
frecuencia “metales pesados”. Los metales prioritarios son: antimonio, arsénico, berilio,
cadmio, cromo, cobre, mercurio, níquel, plomo, selenio, talio y zinc.

3. Detergentes: Estos productos de fabricación reciente han adquirido mucha


importancia en la sociedad actual. De acuerdo con el grupo hidrofílico, existen tres
tipos: aniónicos, catiónicos y no iónicos.
4. Contaminantes orgánicos: Los compuestos orgánicos presentes en el agua
comúnmente son los ácidos húmicos que existen tanto en forma natural como por la
creciente descarga de compuestos orgánicos sintéticos que actúan como precursores,
tales como los empleados para la limpieza de textiles y de componentes electrónicos
(solventes). Entre los compuestos orgánicos de origen sintético que se encuentran en el
agua están los herbicidas, pesticidas, queroseno y los derivados del benceno.

En Aire:
Se encuentran diferentes tipos de contaminantes, los cuales se clasifican en las
siguientes familias:

1. Compuestos inorgánicos del carbono: Destacan, el Monóxido de Carbono


(CO) y el Dióxido de Carbono (CO2). El primero, es un gas incoloro, inodoro, insaboro
y tóxico. Es más ligero que el aire y tiene alta difusividad. Se forma durante las
combustiones deficientes, por lo que existe en concentraciones muy altas en los gases
producto de la combustión del carbón, el gas natural o el petróleo. Son de importancia
las fuentes artificiales como son: combustión de fuentes fijas, procesos industriales,
disposición de desechos sólidos y la combustión de transportes. Entre los efectos que
provoca el CO se encuentra la disminución de la capacidad de concentración y el
rendimiento intelectual, como productos del decremento del transporte de O2 en la
corriente sanguínea.

El CO2 es un gas incoloro, inodoro e insaboro utilizado en los extinguidores y


bebidas gaseosas. Es más denso que el aire y, en su forma sólida se conoce como hielo
seco. El CO2 es uno de los productos de la combustión de la materia orgánica debida al
proceso de respiración o a las combustiones artificiales completas. También es una de
las principales materias primas para la fotosíntesis. No es tóxico, pero puede producir
asfixia por desplazamiento del oxígeno. El aumento de CO2 en la atmósfera ha dado
lugar al fenómeno denominado efecto invernadero.

2. Compuestos derivados del azufre: Merece mencionar al Dióxido de azufre


(SO2), Trióxido de azufre (SO3) y el Ácido sulfhídrico (H2S). El SO2, se forma de la
oxidación de combustibles fósiles que contienen azufre. Se disuelve ligeramente en el
agua formando ácido sulfuroso (H2SO3) que acelera la corrosión de los metales y de los
materiales de construcción. El dióxido de azufre, en la Ciudad de México, lo emite
preponderantemente el sector industrial; provoca irritación del tracto respiratorio,
agrava la bronquitis, disminuye la actividad de los cilios y favorece el enfisema
pulmonar.

El trióxido de azufre se presenta en la atmósfera en estado líquido o sólido.


Tiene elevada afinidad con el agua, de tal forma que cuando se descarga en la atmósfera
se combina rápidamente con ella para formar H2SO4 creando casi instantáneamente una
niebla ácida. Tanto el dióxido como el trióxido de azufre intervienen en la formación de
la lluvia ácida.

El H2S es un gas tóxico, incoloro y de olor desagradable que, comúnmente, se


describe como huevo podrido. Es un contaminante del aire que proviene de la
descomposición natural de las plantas o de algunos procesos industriales (Metalurgias).
El H2S provoca pérdida del olfato, irritación de las vías respiratorias, dolor de cabeza,
náusea, daños al sistema nervioso central y muerte. En muchas reservas de gas natural
se produce H2S de donde debe ser removido para su utilización como combustible.

3. Hidrocarburos: Familia de compuestos químicos cuyas moléculas están


formadas de carbono e hidrógeno. Entre los miembros de esta familia se encuentran el
petróleo y el gas natural. Las principales fuentes de emisión de estos productos son las
industrias del petróleo y del gas natural, así como los vehículos automotores, tanto por
efectos de la evaporación como por una deficiente oxidación de combustibles. Los
efectos de los hidrocarburos se pueden diferenciar, de manera general por grupos; los de
tipo parafínico son asfixiantes por desplazamiento del oxigeno, los alquenos o
oleofínicos se caracterizan por ser reactivos en la atmósfera al igual que los alquinos,
aunque, éstos últimos rara vez se encuentran en el aire y, por último, los cíclicos (en
especial los aromáticos) que presentan diferentes propiedades tóxicas y anestésicas.
Merece citar a los hidrocarburos policlínicos conocidos por su poder carcinógeno.

4. Compuestos del nitrógeno: El más importante es el Óxido nitroso o Dióxido


de nitrógeno (NO2). Es el principal causante del color característico del smog
fotoquímico. Se origina de las combustiones a altas temperaturas (tanto en las de
industrias como en la de los vehículos), en la fabricación del ácido nítrico y sulfúrico,
en la nitración industrial y durante las tormentas eléctricas. Entre sus efectos se
encuentran la irritación pulmonar y el ataque al sistema cardiovascular. En los
materiales, destiñe pinturas y ataca los conductores eléctricos. En las plantas provoca
inhibición en el crecimiento, provoca la caída prematura de hojas y clorosis.

5. Oxidantes fotoquímicos: Los nitratos de peracilo, junto con el ozono, el


dióxido de nitrógeno y el agua oxigenada se les denomina oxidantes fotoquímicos.
Como su nombre lo indica tienen alto poder oxidante y se forman, en general, en la
atmósfera, por medio de reacciones químicas en las cuales intervienen fotones. Causan
tos, contracción de las vías respiratorias, dolores de cabeza, endurecimiento y dolor de
tórax, desincronización de la función pulmonar, alteraciones de los eritrocitos e
irritación de faringe, laringe, ojos y nariz.

6. Metales: Entre los principales metales contaminantes del aire destaca el


plomo. En México el plomo se volvió problema ambiental por dos motivos, su
aplicación en pinturas y su adición en las gasolinas. En el primer caso, se empleó para la
preparación de ciertos pigmentos. Los niños de 1 a 6 años tienden a ingerir objetos no
orgánicos, y la pared es uno de ellos; también morder lápices de colores cuya pintura
que los cubre puede contener este elemento. Por ello, en el pasado, el envenenamiento
por plomo se convirtió en una de las enfermedades domésticas que motivó el control de
este elemento. En el caso del aire, el Pb se encuentra asociado con las partículas en
forma de plomo elemental, óxidos de plomo, sulfato de plomo, sulfuro de plomo,
alquilos de plomo y haluros de plomo.

Los primeros síntomas que provoca el plomo son irascibilidad, desgano y fatiga,
que comúnmente son menospreciados hasta que, con el tiempo existe dolor de cabeza,
pérdida de apetito, dolor de estomago y vómito. Finalmente los síntomas empeoran y el
cerebro, riñones e hígado sufren daños irreparables. En la fase terminal del cuadro
clínico existen convulsiones, coma y posteriormente la muerte.
B. Hospedero
En general, el término huésped en castellano hace referencia a la persona
alojada o invitada en casa ajena, en un hotel o pensión. La persona que hospeda se llama
hospedador o anfitrión.

En parasitología, un huésped es un parásito, que vive o se hospeda en el


hospedador (paradójicamente, también se le denomina huésped con frecuencia).
Hospedador, cuya raíz etimológica procede del latín hospitator, -oris, es un ser vivo en
cuyo cuerpo se aloja otro, el cual puede ser un parásito si este le perjudica. Existen
varios tipos de hospedadores o anfitriones en función de su utilidad para el parásito:

• Hospedador definitivo: Designa un ser vivo que es imprescindible para el parásito


ya que este desarrollará principalmente su fase adulta en el anfitrión.
• Hospedador intermediario: Designa a un hospedador igualmente imprescindible
en el ciclo vital del parásito, donde este desarrolla alguna o todas las fases larvales o
juveniles. A veces se confunde con el término vector y se considera como
hospedador intermediario al invertebrado que participa en el ciclo vital, siendo en
muchas ocasiones el hombre y los vertebrados los anfitriones intermedios, y los
invertebrados los definitivos.
• Hospedador paraténico: Es el ser vivo que sirve de refugio temporal y de vehículo
para acceder al hospedador definitivo. El parasito no evoluciona en éste y por tanto
no es imprescindible para completar el ciclo vital, aunque generalmente aumenta las
posibilidades de supervivencia y transmisión. También se denomina hospedador de
transporte.

A veces, en biología y en epidemiología, el término huésped se utiliza con un


significado contrario al del uso general, es decir como la persona, animal, planta o
célula que aloja a otro ser vivo o parásito. Es decir, al hospedador se le denomina
huésped.

Hechas estas aclaraciones, es importante mencionar que existen una serie de


definiciones referentes a lo que es un hospedador, sin embargo la mayor parte de ellas lo
enfocan a las enfermedades transmisibles, por ejemplo, la Organización Panamericana
de la Salud (OPS), lo define como la persona o animal vivo, inclusive las aves y los
artrópodos, que en circunstancias naturales permiten la subsistencia o el alojamiento de
un agente infeccioso. Es evidente que los diferentes hospedadores, no necesariamente
son blanco únicamente de diversos agentes infecciosos sino son presa de un sinnúmero
de agentes, como pueden ser, físicos o químicos, entre otros. En este sentido se puede
conceptualizar al hospedador; como la persona o animal vivo que en circunstancias
naturales pierde la homeostasis o la homeocinesis, principalmente ante la agresión o
influencia de cualquier componente o elemento del ambiente.

Existen una serie de características que influyen en la exposición, la


susceptibilidad o la respuesta a los diversos agentes, en la producción de enfermedades;
las cuales se clasifican en: intrínsecas o endógenas y extrínsecas o exógenas. Las
primeras comprenden principalmente: factores de resistencia no específica, resistencia
específica congénita y la resistencia específica adquirida. Las extrínsecas comprenden:
propósito, manejo zootécnico, sistema de producción, tipo de alimentación, tipo de
instalaciones, transporte, poblaciones contiguas y separadas, etc.
Características intrínsecas o endógenas
1. Factores de resistencia no específica
Los factores de resistencia no específica (general), de la población animal
constituyen un sistema de defensa general contra agentes etiológicos. Estos factores son
fundamentalmente hereditarios y reflejan un largo desarrollo de la población,
adaptándose y aplicándose a la selección y eliminación durante muchas generaciones de
los individuos menos resistentes a los agentes etiológicos atacantes. Al respecto influye
también el medio ambiente.

Diferentes mecanismos forman un complejo defensivo compuesto de una serie


de barreras físicas, químicas y biológicas. Dichos mecanismos actúan contra la
penetración, multiplicación y acción patológica de los agentes etiológicos, desde su
contacto con la superficie del cuerpo o la mucosa, y continúan durante la fase de
penetración profunda en los tejidos internos y órganos, así como también en la
formación de los mecanismos de eliminación de estos agentes y los productos tóxicos
del cuerpo animal.

La resistencia general tiene su importancia no sólo contra los agentes etiológicos


biológicos, sino contra los factores ambientales de valores extremos. En los animales
existen un sinnúmero de ejemplos, como pueden ser los siguientes:

• La piel integra; constituye una capa protectora del animal, que impide
generalmente la penetración de agentes etiológicos en su interior. A esto también
contribuye el pelaje, la secreción de las glándulas sebáceas y sudoríparas, la
descamación de las capas más externas de la piel.
• Las mucosas representan un sistema defensivo por su epitelio y las
mucosidades. Las secreciones, junto al efecto de las sustancias antimicrobianas
contenidas en ellas, actúan también mecánicamente como lavativas contra los
agentes etiológicos que penetran a los respectivos tractos.
• Las excreciones tienen una función lavativa eliminante. Aquí se manifiesta
también el antagonismo microbiano de la flora normal de las mucosas y los
microbios patógenos.
• Otros mecanismos como son: la micción, la defecación, el estornudo, la tos, la
inflamación, la fagocitosis, la fiebre, etc.

2. Resistencia específica congénita


La resistencia específica congénita, obtenida de la generación anterior, está
relacionada con la defensa natural de la población animal contra agentes etiológicos
específicos. Esta resistencia puede tener diferentes grados, desde la resistencia completa
hasta la resistencia mínima o susceptibilidad completa.

La resistencia o inmunidad congénita es el producto del desarrollo en el


transcurso de muchas generaciones. Representa un tipo de inmunidad que los animales
no han adquirido por un previo contacto propio de ellos con los agentes etiológicos
determinados.
Diferentes especies de poblaciones animales, sus categorías tales como especie,
raza, línea, individualidad, etc., así como su constitución genética se diferencian en la
resistencia y la susceptibilidad a los mismos agentes etiológicos.

a. Constitución genética
Un gen es la unidad básica de herencia de los seres vivos. Desde el punto de
vista molecular, un gen es una secuencia lineal de nucleótidos en la molécula de ADN,
que contiene la información necesaria para la síntesis de una macromolécula con
función celular específica. Por ejemplo: Proteínas, ARNm, ARN ribosómico, ARN de
transferencia y ARN pequeños. Ésta función puede estar unidad de almacenamiento de
información y unidad de herencia al transmitir esa vinculada al desarrollo o
funcionamiento de una función fisiológica normal. El gen es considerado como la
información a la descendencia. Los genes se disponen a lo largo de cada uno de los
cromosomas. Cada gen ocupa en el cromosoma una posición determinada llamada
locus. El conjunto de cromosomas de una especie se denomina genoma.

Las diferencias genéticas con respecto a la incidencia de las enfermedades


pueden heredarse como ligadas al sexo, limitadas por el sexo o influidas por el sexo. La
herencia ligada al sexo tiene lugar cuando el ADN responsable de una enfermedad se
localiza en el cromosoma X o en el Y. Las hemofilias caninas A y B, por ejemplo, están
asociadas al cromosoma sexual X y se heredan en forma recesiva, predominando sus
efectos en los machos. La herencia limitada por el sexo se produce cuando el ADN
responsable de la enfermedad no se encuentra en los cromosomas sexuales pero la
enfermedad sólo se manifiesta en un sexo, como por ejemplo, sucede en la criptorquidia
canina. En el caso de la herencia influida por el sexo, el umbral de expresión de una
característica es menor en un sexo que en el otro, por lo que hay una incidencia muy
superior en uno de los sexos. Por ejemplo, la persistencia del conducto arterioso en el
perro se hereda a través de diversos genes pero es más frecuente en las hembras que en
los machos, posiblemente porque está influida por el sexo.

Por otro lado, la predisposición a padecer algunas enfermedades está relacionada


con el color de la capa, el cual es hereditario y constituye un indicador de riesgo. Por
ejemplo, los gatos blancos presentan un alto riesgo de padecer carcinomas cutáneos de
células escamosas en relación con la carencia de pigmento que protege la piel de los
efectos carcinógenos de la radiación ultravioleta solar. En contraste, los melanomas
caninos aparecen principalmente en los animales de intensa pigmentación.

El tamaño y conformación de los animales pueden aumentar el riesgo a ciertas


enfermedades, por ejemplo, en cuanto a la primera, independientemente de su relación
con la raza, ha sido identificado como un determinante de enfermedad, la displasia de
cadera y los osteosarcomas son más frecuentes en los perros de razas grandes que en los
pequeños. Con relación a la conformación de los animales, las vacas con un canal
pélvico pequeño en relación a su tamaño están predispuestas a las distocias.

b. Especie y raza
Por lo general, las razas con bajo grado de domesticación y no especializadas
genéticamente, son mas resistentes a las enfermedades que las razas altamente
domesticadas y especializadas genéticamente, sobre todo para la producción intensiva.
La domesticación como formación unilateral de razas con el propósito de aumentar la
producción, provoca una disminución de la resistencia al debilitarse algunos de los
mecanismos defensivos de los animales, por ejemplo, el ganado bovino de la raza Cebú
está considerado como el más resistente a los gérmenes de la tuberculosis que el ganado
más fino de la raza Holstein. Por otro lado, los programas genéticos en los últimos
tiempos también completan sus objetivos para obtener, con ayuda de la selección y el
cruzamiento, razas y líneas con una mayor resistencia a las enfermedades en general, o
al menos, contra algunas enfermedades específicas.

La susceptibilidad y la respuesta a diferentes agentes infecciosos varía según la


especie y la raza. Por ejemplo, los perros no sufren de hidropericarditis infecciosa. Los
perros de las razas Roettweiler y Doberman padecen enteritis por parvovirus canino más
grave que los de otras razas y los de raza parecen ser más sensibles que otros a los
procesos micóticos como, por ejemplo, la coccidiomicosis.

Los motivos de la distinta susceptibilidad según la especie son numerosos y no


totalmente conocidos. Puede tener importancia la eficacia del sistema inmunitario frente
a los agentes infecciosos. Así, la especie humana no suele ser susceptible a la infección
por Babesia spp., pero los individuos esplenectomizados pueden padecer la enfermedad.
La susceptibilidad también puede variar dentro de una misma especie. Por ejemplo, solo
algunos cerdos son sensibles a las cepas de Escherichia coli que poseen el antígeno
K88, porque la susceptibilidad está determinada por la presencia de un receptor
intestinal que se hereda de forma mendeliana simple.

Cuando una especie o raza aparece en un nuevo ecosistema que contenga un agente
patógeno en equilibrio con las especies o razas locales, pueden surgir enfermedades
aparentemente nuevas. En tales circunstancias son frecuentes las infecciones inaparentes
en los animales locales pero el proceso clínico aparece en los exóticos. Esto es lo que
sucedió en Sudáfrica cuando las razas ovinas europeas resultaron expuestas al virus de
la lengua azul. El agente no producía signos clínicos en las ovejas locales pero daba
lugar a un proceso grave en las ovejas Merino importadas.

También existen diferencias en la presentación de enfermedades no infecciosas


en cuanto a especies y razas distintas. Así por ejemplo, las razas ovinas británicas
padecen carcinomas intestinales con mayor frecuencia que las razas de lana fina, y las
vacas Hereford padecen carcinomas oculares de células escamosas más frecuentemente
que las otras razas.

c. Individualidad
El diferente grado de resistencia congénita de la población animal, depende
también de las diferencias individuales. Es una realidad común que los animales
individuales de una misma especie, raza, línea y familia, bajo iguales condiciones, no
enferman de una única forma, después de estar infectados por los mismos agentes
etiológicos específicos de idéntica cantidad y por la misma vía. En una población
altamente resistente se pueden encontrar individuos con resistencia mínima y, al
contrario, en una población animal con resistencia mínima se pueden encontrar
individuos con una resistencia muy alta

Un cuadro diferente es causado por el estado particular del animal, su


resistencia, y reacción individual a los agentes etiológicos. Junto a las diferencias
individuales en el mecanismo defensivo no específico, tiene importancia también la
constitución individual, el estado fisiológico, el estado de los sistemas nervioso y
humoral, el tipo de procesos metabólicos, el estado nutricional, etc.

También la edad puede tener una influencia en la resistencia congénita. El grado


de resistencia es bajo, por regla general, en los animales recién nacidos; después
aumenta para decrecer finalmente en los animales muy viejos. La presentación de
ciertas enfermedades muestra distintas relaciones con la edad. Muchas enfermedades
bacterianas y víricas son de aparición más probable, y más mortales, en animales
jóvenes que en adultos, debido a la ausencia de inmunidad adquirida o bien a una menor
resistencia no inmunológica. Por el contrario, muchas infecciones por protozoos y
ricketsias inducen reacciones más leves en los jóvenes que en los adultos. Los tumores
en el hombre y en los animales son más frecuentes en los viejos que en los jóvenes, con
algunas destacadas excepciones como los osteosarcomas y linfosarcomas caninos, los
cuales presentan una máxima incidencia entre los 7 y 10 años de edad.

El sexo, también puede tener su influencia en la resistencia congénita; en las


hembras hay disminución de la resistencia congénita en la gravidez muy avanzada,
producto de la sobrecarga del organismo. La presentación de las enfermedades en
relación con el sexo, depende de ciertas características anatómicas que los diferencian;
así como los efectos de las hormonas sexuales pueden predisponer a los animales al
padecimiento de ciertas enfermedades. Las perras suelen presentar diabetes mellitus con
mayor frecuencia que los perros y sus signos pueden aparecer después del celo,
posiblemente en relación con las mayores necesidades de insulina de las perras
diabéticas durante el mismo. De igual forma, la castración de las perras reduce la
probabilidad de que desarrollen carcinomas mamarios, debido tal vez al efecto, ya
citado, de los estrógenos sobre el tumor.

También el peso al momento de nacer puede tener influencia en la resistencia.


Los animales nacidos con un mayor peso suelen tener mayor resistencia que los nacidos
con un peso muy bajo (en relación con el promedio que corresponde a la especie, raza y
línea)

3. Factores de resistencia específica adquirida.


Las defensas específicas se basan en el reconocimiento de los determinantes
antigénicos localizados en la superficie del germen patógeno o en las toxinas producidas
por éstos. Una vez que el sistema inmunitario reconoce la naturaleza del antígeno, lanza
contra él dos tipos de respuestas, que actúan de modo secuencial: la respuesta humoral y
la celular.

La respuesta humoral, basada en la síntesis de anticuerpos por los linfocitos B.


En el plasma sanguíneo, se encuentran un tipo particular de globulinas que tienen la
capacidad de reaccionar específicamente con las partículas extrañas (antígenos),
anulando su posible efecto patógeno. Se las denomina genéricamente inmunoglobulinas
o anticuerpos.

Antígeno y anticuerpo: se denomina antígeno a cualquier sustancia extraña que,


introducida en el interior de un organismo, provoque una respuesta inmunitaria,
estimulando la producción de anticuerpos.
Los anticuerpos son proteínas pertenecientes al grupo de las gamma-globulinas o
inmunoglobulinas, constituidas por la asociación de cuatro cadenas polipeptídicas
unidas entre sí mediante puentes disulfuro, dos cadenas se denominan pesadas y las
otras dos ligeras. A su vez, cada una de las cadenas ligeras y pesadas, incluye una
región variable, cuya secuencia de aminoácidos es peculiar de cada anticuerpo, y una
región constante, con la misma secuencia en todos los anticuerpos.

La reacción antígeno-anticuerpo: la unión antígeno-anticuerpo es específica,


cada anticuerpo reconoce y se une a un determinado antígeno. Esta unión se realiza por
medio de uniones intermoleculares entre el antígeno y la zona del anticuerpo, y da lugar
al complejo antígeno-anticuerpo según el modelo llave-cerradura.

Las reacciones antígeno-anticuerpo tienen diversas consecuencias y existen


varios tipos de reacciones

a. Relación de Precipitación Antígeno + Anticuerpo: en este caso el antígeno


se encuentra disuelto, y al unirse los anticuerpos a los antígenos se forman unos
macrocomplejos moleculares, formándose como una red tridimensional que debido a su
tamaño precipita.
b. Relación de Aglutinación: en las reacciones de aglutinación, un anticuerpo
puede unirse a la vez a dos antígenos, asimismo cada antígeno puede unirse a varios
anticuerpos y formar un entramado de complejos antígeno-anticuerpo.
c. Relación de Neutralización: si el antígeno es una sustancia tóxica, la unión
con el anticuerpo provoca su neutralización, de modo que no puede ejercer su efecto
tóxico.
d. Reacción de Opsonización: el anticuerpo puede recubrir al antígeno para que
sea reconocido por los fagocitos, esta reacción se llama opsonización , y es como si los
antígenos fueran más "sabrosos" para ser fagocitados.

La respuesta celular, mediada por linfocitos T, que destruyen los


microorganismos portadores de dicho antígeno, y las células propias si están infectadas
por ellos. Cuando se detecta la presencia de un antígeno, un macrófago lo fagocita y lo
transporta a los ganglios linfáticos. Allí presenta fragmentos del antígeno a los linfocitos
T, que produce la formación de linfocitos T citotóxicos, que pueden destruir
directamente las células infectadas, y de linfocitos T auxiliares, que facilitan el
desarrollo de los linfocitos B.

Los linfocitos T citotóxicos presentan en su superficie unas moléculas receptoras


semejantes a los anticuerpos, mediante las cuales se unen específicamente a los
antígenos de la membrana de las células. El linfocito inyecta sus enzimas en el interior
de la célula y provoca su degradación. Este tipo de linfocitos es el responsable del
rechazo en los transplantes de tejidos.

Los linfocitos B se activan ante la presencia del antígeno y se encargan de


elaborar un anticuerpo específico. Sin embargo, no empiezan a producir este anticuerpo
hasta que no reciben la "señal" de los linfocitos T auxiliares. Finalmente, superada la
infección, otro tipo de linfocitos T supresores se encargan de detener las reacciones
inmunitarias.

La inmunidad puede ser pasiva y activa.


La inmunidad pasiva se origina solamente si el animal obtiene anticuerpos ya
formados por otros animales. Esta se divide en natural y artificial. La inmunidad pasiva
natural se transmite mediante el calostro de la madre inmune; mientras que la
inmunidad pasiva artificial, se da mediante la aplicación de los sueros de convalecientes
o hiperinmunes, antitoxinas o globulinas. El efecto defensivo es inmediato, pero de
duración corta (1 a 3 semanas).

La inmunidad activa, se origina como una respuesta defensiva del animal ante
los anfígenos ajenos. Se divide en natural o artificial, la primera se desencadena como
resultado de las infecciones y la artificial, a través de la aplicación parenteral los
antígenos (vacunas).

Características Extrínsecas o exógenas


La función zootecnia y el manejo que se les da a los animales en las
explotaciones se puede comparar con la situación estado – ocupacional y económica del
hombre. Ambos factores están íntimamente relacionados y pueden considerarse en
forma conjunta. Por ejemplo, si se estudian las diferencias que existen entre dos ranchos
o hatos aparentemente iguales en un área y en un mismo tiempo, con frecuencia parece
obvio que las prácticas de manejo son trascendentes y de gran importancia en la
presentación de una enfermedad.

Algunas observaciones de campo demuestran los efectos del manejo del


ganado. Por ejemplo, la sobrepoblación facilita la diseminación de las enfermedades
infecciosas y ciertos tipos de alojamiento y manejo inducen a los cerdos a morderse la
cola, lo que provoca abscesos y dejan de comer. El ganado bovino mantenido en forma
permanente con pasturas, probablemente está infectado con parásitos en comparación
con aquellos que se mantienen en corrales de engorda.

El hombre ha tenido conocimiento por varios siglos de la asociación entre


hambre y enfermedad, o que permite establecer una relación entre dieta y la resistencia
a las enfermedades en los animales. Existen pruebas de que el tipo de alimento o la falta
de éste contribuyen a que se presente una enfermedad. Asimismo, una dieta no
balanceada disminuye la resistencia a la invasión de microorganismos, como se observa
en los animales desnutridos En ocasiones el alimento influye en la enfermedad e
interfiere en la absorción de sustancias esenciales, por ejemplo, el pescado contiene una
enzima que destruye la tiamina y los carnívoros como el gato alimentados
exclusivamente con pescado crudo sufren la deficiencia de esta vitamina.

No es posible generalizar acerca de cómo los factores dietéticos se relacionan


con el aumento de la resistencia a las enfermedades, porque probablemente en cada
factor los mecanismos son diferentes. Es cierto que una alimentación balanceada
contiene los nutrimentos necesarios para mantener un buen estado de salud, crecimiento
y reproducción, pero no siempre contiene sustancias que permiten crear las defensas
suficientes.

La estructura de las poblaciones influye notablemente en el tamaño de las


poblaciones que pueden ser evaluadas, afectando igualmente a las formas de
presentación de la enfermedad y a la persistencia de las mismas en los animales. Según
el tipo de organización que presentan las poblaciones animales, éstas se suelen
denominar como contiguas o separadas.

Una población contigua es aquélla en la cual existe un amplio contacto entre


los miembros de ella y los de otras poblaciones. La actual costumbre de viajar, hace que
la mayoría de las poblaciones humanas sean contiguas. Generalmente, también son
contiguas las poblaciones de animales de compañía; los perros y gatos se mueven
libremente dentro de las ciudades, entrando en contacto con otros animales urbanos,
suburbanos y rurales, ya sea de la misma especie o de otras. Del mismo modo, las tribus
nómadas africanas poseen animales que constituyen grupos contiguos. Muchos
animales salvajes pertenecen a esta categoría, sin embargo su cómputo precisa
procedimientos especiales.
Las poblaciones contiguas predisponen a la transferencia y persistencia de las
enfermedades infecciosas sobre amplias áreas a causa de la mezcla inherente a ellas y al
movimiento de animales.

Las poblaciones separadas se presentan como unidades discretas aisladas, tales como
rebaños y manadas. Estas son especialmente frecuentes en países en los cuales se
práctica la producción animal intensiva, con muchos animales en una sola explotación.
Una población separada puede ser cerrada, sin ningún movimiento de animales de la
unidad hacia el exterior y tampoco a la inversa (excepto los que salen al matadero). Un
ejemplo lo constituye una granja de vacas lecheras, la cual realiza sus propias
reposiciones o está bajo control de campañas sanitarias o de mejora genética establecida
por la ley. Los dos ejemplos de poblaciones cerradas más estrictas son los animales
libres de gérmenes específicos (animales SPF) y las colonias gnotobióticas de animales
de experimentación.

Una población separada puede ser también abierta, con un movimiento


limitado de individuos hacia el interior y hacia el exterior. Ejemplos de estos tipos de
poblaciones son las granjas de ganado vacuno de carne, en las cuales se compran
animales de otras granjas y en ellas se realiza el engorde y las explotaciones de vacas
lecheras que realizan las reposiciones de otras granjas.

Las poblaciones separadas, especialmente las de tipo cerrado, son menos


apropiadas que las poblaciones contiguas para ser infectadas con agentes de otras áreas.
Sin embargo, si se introduce una infección en poblaciones separadas ésta se difunde
rápidamente, ya que en general la densidad animal es muy alta.

C. Medio ambiente.
El ambiente es todo aquello que rodea a un organismo vivo. Comprende no sólo
los factores de naturaleza física como el suelo, agua, clima, luz, oxigeno, etc., sino
también los de naturaleza biológica como seres vivos, vegetales y animales, los sociales
y culturales. Estos últimos creados por el hombre. En otras palabras, el ambiente
incluye todos aquellos factores ante los cuales el ser vivo reacciona o puede reaccionar.

Para fines didácticos el ambiente se divide en:

1. Físico.
2. Químico.
3. Biológico.
4. Socio -cultural

1. Medio Físico
Entre los factores del medio ambiente que tienen posible efecto sobre el estado
de salud del individuo, las poblaciones o comunidades, se encuentran: el relieve
(montañas, valles, depresiones, llanuras y costas); los climas que encierran fenómenos
diversos; las aguas que yacen en el subsuelo, que se encuentran en los pantanos y se
mueven en los ríos; que forman lagos y mares; la capa exterior de la corteza, donde se
forma el suelo y se desarrolla la vegetación, etc.

La palabra clima viene del griego klima, que hace referencia a la inclinación del
Sol. Además de los efectos de la radiación solar y sus variaciones, el clima siempre está
bajo la influencia de la compleja estructura y composición de la atmósfera y de los
mecanismos por los que ésta y los océanos transportan el calor. Así pues, para cualquier
área dada de la Tierra, debe considerarse no sólo su latitud (que determina la inclinación
del Sol), sino también su altitud, el tipo de suelo, la distancia del océano, su relación
con sistemas montañosos y lacustres, y otras influencias similares. En este sentido, el
clima es la resultante de la interrelación de diversos componentes del ambiente,
principalmente: la temperatura, la humedad absoluta y relativa, la precipitación pluvial,
la presión barométrica y la radiación solar.

El clima tiene una gran influencia en la vegetación y la vida animal,


incluyendo a los seres humanos. Desempeña un papel significativo en muchos procesos
fisiológicos, desde la concepción y el crecimiento de los seres vivos hasta la salud y la
enfermedad. El ser humano, por su parte, puede influir en el clima al cambiar su medio
ambiente.

Entre los principales componentes del clima, se pueden citar los siguientes:

a. Temperatura: La temperatura ambiental es la resultante de dos factores


básicos; el calor intrínseco del planeta y la radiación solar. Es evidente que ha
temperaturas altas: se incrementan las infecciones por bacterias gram negativas y
endotoxinas así como de infecciones por malaria; a temperatura superior a 21.1 °C.,
aumenta la susceptibilidad a infecciones bacterianas, quizá asociada con la
permeabilidad celular; en el Newcastle se incrementa la severidad de los signos
nerviosos a 35 °C.

Por el contrario, a temperaturas bajas: se incrementa la susceptibilidad a las


enfermedades respiratorias al disminuir la vascularización y con ello la actividad de
ciertos mecanismo de defensa inespecíficos, así como una disminución de la actividad
de los cilios vibrátiles, lo que dificulta la limpieza traqueal, Las enfermedades del
aparato respiratorio incrementan su incidencia y severidad durante los inviernos
severos; en la enfermedad del Newcastle, disminuyen los signos nerviosos alrededor de
los 5 °C., pero se incrementan los signos respiratorios.

b. Humedad: Hay que distinguir dos tipos de humedad; la absoluta y la


relativa; la primera, es el peso del vapor de agua contenido en un volumen de aire y se
expresa en unidades de masa de agua por unidades de masa o de volumen de aire seco.
Frecuentemente se utiliza la medida de gramos de vapor de agua por metro cúbico de
aire. La segunda, es la razón entre el contenido efectivo de vapor en la atmósfera y la
cantidad de vapor que saturaría el aire a la misma temperatura. Este componente junto
con la temperatura, determinan la presencia de ciertos agentes de enfermedad, por
ejemplo, en una humedad relativa alta, aumenta la frecuencia de las enfermedades
respiratorias y por dermatofítos. En humedades bajas se incrementa el período de vida
de los vectores, especialmente de las moscas, aún cuando disminuye su actividad
biológica.

c. Precipitación pluvial: Tiene importancia directa con los acontecimientos


biológicos y con ello, con la epidemiología de las enfermedades. La precipitación
pluvial es el agua procedente de la atmósfera, y que en forma sólida o líquida se
deposita sobre la superficie de la tierra. La significancia del agua y su relación con los
hechos vitales es incuestionable, baste señalar que el agua es el componente básico, en
mayor o menor proporción en los seres vivos. Se ha identificado que las lluvias y los
depósitos de agua y el agua corriente, generan el ambiente propicio para la reproducción
de diversos vectores, que prosperan ya sea en aguas claras y corrientes, claras pero
estancadas o lodosas, etc., situación requerida para la transmisión de diversas
enfermedades tales como el grupo de las encefalitis, paludismo, dengue y fasciolasis.

d. Presión atmosférica: Es la fuerza por unidad de superficie ejercida por el


peso de la atmósfera. Como en cualquier fluido, esta fuerza se transmite por igual en
todas las direcciones. La presión atmosférica así como los otros componentes antes
enunciados, tienen influencia sobre los seres vivos en formas diversas. Interviene en
gran medida en la precipitación pluvial en sus diferentes manifestaciones, en la
dirección e intensidad de los vientos, en la formación, dimensión y dirección de los
ciclones; tornados y monzones. A menor presión atmosférica mayor susceptibilidad del
hospedero.

e. Radiación solar: La energía radiante producida en el Sol como resultado de


reacciones nucleares de fusión, llega a la Tierra a través del espacio en cuantos de
energía llamados Fotones, que interactúan con la atmósfera y la superficie terrestres.
Las ondas electromagnéticas tienen componentes eléctricos y magnéticos. La radiación
electromagnética se puede ordenar en un espectro que se extiende desde ondas de
frecuencias muy elevadas (longitudes de onda pequeñas) hasta frecuencias muy bajas
(longitudes de onda altas). La luz visible es sólo una pequeña parte del espectro
electromagnético. Por orden decreciente de frecuencias (o creciente de longitudes de
onda), el espectro electromagnético está compuesto por rayos gamma, rayos X duros y
blandos, radiación ultravioleta, luz visible, rayos infrarrojos, microondas y ondas de
radio.

La intensidad y cantidad de luz solar es uno de los componentes ambientales que


mayor efecto tienen en los ciclos biológicos de los seres vivos, por ejemplo, condiciona
los periodos de migración y de hibernación de diversas especies animales e influye en
los ciclos estrales de los vertebrados mayores. Sin embargo, también puede generar
problemas de salud como pueden ser: fotosencibilización en el hombre y en diversas
especies animales, sobre todo en aquellas de capa blanca; quemaduras de diferentes
grados y en exposiciones prolongadas, cáncer cutáneo.
f. Altitud: se refiere a la altura sobre el nivel del mar. Este elemento condiciona
o modifica directa o indirectamente diversas variables. Por ejemplo, se ha observado
que incrementa la susceptibilidad del hospedero a ciertos agentes infecciosos cuya vía
de entrada es oral, respiratoria o cutánea; las infecciones por estreptococos son más
frecuentes en animales cuando se les traslada a mayor altitud. Este fenómeno se ha
identificado en el hombre a través de los estudios sobre los efectos de los vuelos
espaciales; las infecciones cutáneas por estafilococos son más severas hacia los 6000
metros sobre el nivel del mar, antes de la inoculación.

g. Vientos dominantes: Actúan de muy diversas maneras. La forma más


evidente, es en el transporte de pólenes, polvo, esporas vegetales y animales, e incluso
de microorganismos patógenos contenidos en las partículas de polvo o núcleos de gotas
aerosol expulsadas con la expectoración de individuos enfermos. Algunas enfermedades
se dispersan en razón de la dirección del viento; por ejemplo, existen investigaciones en
donde se establece la asociación entre la dirección dominante de los vientos con la
diseminación del virus de la fiebre aftosa en Europa y de la estomatitis vesicular en los
Estados Unidos.

h. Estaciones del año: Las estaciones son ciclos anuales que dependen de la
inclinación de la Tierra respecto a su órbita alrededor del Sol. Dependiendo de la
posición orbital de la Tierra, el hemisferio norte o el hemisferio sur están más
orientados hacia el Sol y, por tanto, reciben más directamente la radiación solar. La
inclinación de la Tierra con respecto al Sol ha provocado tremendos cambios en el
aspecto físico del planeta, en la flora, en la fauna y en los hombres.

Es de suma importancia ya que condiciona en gran medida la disponibilidad de


alimentos, participa en los ciclos reproductivos de ciertas especies animales, condiciona
la presencia o ausencia de vectores y de reservorios. Es evidente el incremento de las
enfermedades respiratorias en invierno, las enfermedades de origen alimentario en el
hombre en primavera-verano; en los animales en otoño.

i. Tipo de suelo: Un tema íntimamente relacionado con los climas son los
tipos de suelos que comprende una pequeña capa, que puede o no existir
sobre la superficie del planeta y que representa el medio natural donde se
concentran diversas materias orgánicas e inorgánicas indispensables para la
vida de las plantas y de los animales que guardan estrecho contacto con ellas.
Las propiedades de los suelos, que sirven para distinguirlas en la superficie
del mundo, incluyen: a) el color, b) la textura; c) la estructura, y d) la
permeabilidad. Estas propiedades tienen influencia sobre los seres vivos y
sobre la presencia de ciertos agentes etiológicos que los afectan directa o
indirectamente. Por ejemplo:

Contenido de trazas minerales.


• Exceso de flúor: dientes manchados
• Bajo contenido de iodo: bocio.
• Alto nivel de níquel, cromo y arsénico: cáncer.

Tamaño de las partículas.


• Barro y humus: leptospirosis endémica.
• Superficie arenosa: larva migrans cutánea.
• Barro: larva migrans visceral.

Excreta de aves y otros animales.


• Roedores: coccidioidomicosis.
• Pájaros y murciélagos: histoplasmosis.
• Palomas: criptococosis.

pH del suelo.
• Alcalino: antrax, clostridium spp.
• Neutro: listeria, Erisiphelotrix
• Ácido: Histoplasmosis.

j. La contaminación radioactiva: Por su origen, se puede clasificar en: natural


y antropogénica. La natural, proviene de la corteza terrestre, la radiación cósmica y de
los seres vivos. La antropogénica, se origina de los desechos radioactivos, entendiendo
por ello todo material que se escapa o se libera de plantas de generación de energía
eléctrica (carboélectricas y nucleoélectricas), procesamiento de combustible nuclear,
aplicaciones médicas, investigaciones o de cualquier otro uso que se da a los
compuestos radioactivos. La radiación afecta a los organismos y los puede enfermar o
curar, es decir, puede ser administrado como medicina o tener efectos letales. Las
radiaciones desplazan a los electrones de los átomos que golpean produciendo iones
anormales con alto poder de radioactividad. La ionización que produce puede dar lugar
a transformaciones químicas de la materia, que en el caso de la materia viva interfiere
con las funciones que realizan las células. La radiación puede alterar el funcionamiento
normal del núcleo o de las células. El efecto que tiene la radiación sobre los seres vivos
se debe a las alteraciones que ocasiona en las células, algunas de las cuales pueden ser
reversibles, como cuando ocurren daños de tipo mecánico o químico (quemaduras).

Exposiciones prolongadas a dosis fuertes externas provocan quemaduras y


posibles daños a órganos internos; dosis fuertes e internas dañan a los órganos. Dosis
bajas, pero constantes, se acumulan en el cuerpo hasta que causan daño. Los efectos que
la radiación produce en los organismos se clasifican en cinco grupos: los que producen
cáncer, las mutaciones genéticas, los efectos en los embriones, daños a tejidos y
quemaduras. Los primeros dos grupos generalmente suceden cuando las dosis recibidas
son pequeñas, pero prolongadas.

j. Contaminación por ruido: Se entiende por ruido, a un sonido indeseable


para la persona que lo escucha y, por lo general, tiene una o varias de las
siguientes características: es duradero, de fuerte intensidad, elevada
frecuencia y caótico.

Las fuentes del ruido son diversas, sin embargo, se clasifican en: a) urbanas, b)
industriales y c) de choque sónico.

a) Urbanas. Las fuentes de ruido en las ciudades son vehículos, aviones,


industrias y vecindario. Este último incluye una diversidad de factores como son las
construcciones, demoliciones, sistemas de aire acondicionado y de bombeo, eventos
deportivos, publicitarios, recreativos, festivos y políticos, etc. Las principales fuentes de
ruido en las grandes ciudades son los vehículos. Además del ruido que proviene de los
motores la contaminación sonora es generada por la mala educación de los conductores
que tocan el claxon con frecuencia, circulan con el escape libre, aceleran y desaceleran
violentamente. Otro problema comúnmente asociado con el tránsito intenso son las
vibraciones que provocan los camiones de carga y el paso de los trenes.

b) Industriales. Básicamente provienen de:


• Descargas de gases y vapores a la atmósfera.
• Circulación de fluidos en conductos cerrados
• Contacto entre superficies metálicas con sólidos.
• Contacto entre superficies metálicas.

c) Choque sónico. Cuando un avión vuela a la velocidad del sonido comprime el


aire tan fuertemente que produce una onda de choque que se propaga en forma de cono.
La aparición repentina de esta sobrepresión puede causar daños a edificios, romper
vidrios y afectar el sistema auditivo.

La intensidad de un sonido es el principal factor que causa daño, esté se


manifiesta desde el aumento del umbral mínimo de percepción hasta la sordera total
temporal o permanente. Puede haber modificaciones del funcionamiento del sistema
endócrino y del sistema nervioso autónomo. Los efectos inmediatos son: aumento de la
presión sanguínea, dilatación de las pupilas, sequedad de la boca, calor y contracción de
los músculos de las piernas, el abdomen y el tórax, inhibición de las secreciones
gástricas y excitación cardiaca. Con el tiempo, el ruido ocasiona la pérdida de la
capacidad auditiva y alteraciones de la conducta.

El ruido también disminuye el rendimiento en el trabajo. De hecho, se sabe que


trabajadores expuestos a niveles muy intensos de ruidos son más propensos a sufrir
enfermedades cardiovasculares. Por otra parte, puesto que el sentido del equilibrio
radica en el oído interno el exceso de ruido puede ocasionar problemas de estabilidad o
falta de coordinación que, aunado a la dificultad para la comunicación, incrementa el
riesgo de accidentes.

2. Medio Químico
Comprende la composición, estructura y propiedades de las sustancias
materiales, de sus interacciones y de los efectos producidos sobre ellas al añadir o
extraer energía en cualquiera de sus formas.

Es posible clasificar al ambiente químico en dos grandes áreas: natural y


artificial. En el ambiente natural se pueden encontrar una serie de elementos o
componentes los cuales pueden incidir en la salud de los individuos. Por ejemplo, el
Arsénico está ampliamente distribuido por toda la corteza terrestre y en algunas zonas,
como resultado de la composición geológica, las concentraciones que existen
naturalmente en el agua subterránea son elevadas, Como ejemplo, en México el arsénico
se encuentra en forma natural en los acuíferos de la Comarca Lagunera (Estados de
Coahuila y Durango) en concentraciones que exceden 15 veces los valores
recomendados por la OMS, afectando a una población de 400,000 campesinos. En
poblaciones que consumen agua con altas concentraciones de arsénico se ha observado
una incidencia relativamente elevada de cáncer de la piel y, posiblemente, de otros tipos
que aumentan con la dosis y la edad. Exposiciones crónicas provocan daños cardiacos;
por ingestión, causa dolor abdominal, vómito, disminución del apetito, debilidad,
diarrea y estreñimientos alternados, neuritis, dermatitis y caída del pelo.

En las artificiales, se encuentran todas aquellas en las que ha participado el


hombre; producto de la industrialización y de la tecnología.

En México la presencia en agua de compuestos químicos, provienen de los


drenados de minas, desechos solubilizados de la agricultura, derrames de petróleo,
pesticidas, aguas residuales municipales, desechos líquidos industriales y compuestos
radiactivos.

Con la intención de que México cuente con una lista de sustancias tóxicas de
atención prioritaria en sus cuerpos de agua, el Instituto de Ingeniería de la UNAM, a
partir de un estudio bibliográfico, propuso un total de 52 sustancias , de las cuales el
77% corresponde a plaguicidas y el 23% son de origen industrial. Esta selección tiene
como fundamento su frecuencia a escala nacional, la persistencia en zonas agrícolas, su
toxicidad, la bioacumulación, la bioconcentración y la movilidad de los contaminantes
en cuerpos de agua superficiales y subterráneos.

El uso extensivo de pesticidas sintéticos derivados de los hidrocarburos clorados


en el control de plagas ha tenido efectos colaterales desastrosos para el medio ambiente.
Estos pesticidas organoclorados son muy persistentes y resistentes a la degradación
biológica. Muy poco solubles en agua, se adhieren a los tejidos de las plantas y se
acumulan en los suelos, el sustrato del fondo de las corrientes de agua y los estanques, y
la atmósfera. Una vez volatilizados, los pesticidas se distribuyen por todo el mundo,
contaminando áreas silvestres a gran distancia de las regiones agrícolas, e incluso en las
zonas ártica y antártica.

Aunque estos productos químicos sintéticos no existen en la naturaleza, penetran


en la cadena alimentaria. Los pesticidas son ingeridos por los herbívoros o penetran
directamente a través de la piel de organismos acuáticos como los peces y diversos
invertebrados. El pesticida se concentra aún más al pasar de los herbívoros a los
carnívoros. Alcanza elevadas concentraciones en los tejidos de los animales que ocupan
los eslabones más altos de la cadena alimentaria, como el halcón peregrino, el águila y
el quebrantahuesos. Los hidrocarburos clorados interfieren en el metabolismo del calcio
de las aves, produciendo un adelgazamiento de las cáscaras de los huevos y el
consiguiente fracaso reproductivo. Como resultado de ello, algunas grandes aves
depredadoras y piscívoras se encuentran al borde de la extinción. Debido al peligro que
los pesticidas representan para la fauna silvestre y para los seres humanos, y debido
también a que los insectos han desarrollado resistencia a ellos, el uso de hidrocarburos
halogenados como el DDT está disminuyendo con rapidez en todo el mundo occidental,
aunque siguen usándose en grandes cantidades en los países en vías de desarrollo. A
comienzos de la década de 1980, el EDB o dibromoetano, un pesticida halogenado,
despertó también gran alarma por su naturaleza en potencia carcinógena, y fue
finalmente prohibido.
Existe otro grupo de compuestos íntimamente vinculado al DDT: los bifenilos
policlorados (PCB). Se han utilizado durante años en la producción industrial, y han
acabado penetrando en el medio ambiente. Su impacto sobre los seres humanos y la
vida silvestre ha sido similar al de los pesticidas. Debido a su extremada toxicidad, el
uso de PCB ha quedado restringido a los aislantes de los transformadores y
condensadores eléctricos.

El TCDD es el más tóxico de otro grupo relacionado de compuestos altamente


tóxicos, las dioxinas o dibenzo-para-dioxinas. El grado de toxicidad para los seres
humanos de estos compuestos carcinógenos no ha sido aún comprobado. El TCDD
puede encontrarse en forma de impureza en conservantes para la madera y el papel y en
herbicidas. El agente naranja, un defoliante muy utilizado, contiene trazas de dioxina.

Los agroquímicos que se emplean en México, de acuerdo con CONADE son


clasificados en 3 grupos:

1. Insecticidas y acaricidas
2. Fungicidas.
3. Herbicidas

En total se aplican 143 sustancias: De los productos prohibidos, en forma total o


parcial en México, destacan el Paratión etílico que se aplica en 15 estados (en casi 50%
del territorio), el Bromuro de metilo (BHC) en 13, seguidos del Metam sodio (EPN) en
6 y el Toxafeno en 2. Entre los estados que se caracterizan por emplear con mayor
frecuencia estos productos destacan Tamaulipas con 4, seguido con 2 de varios estados,
localizados, principalmente en el norte y centro del país. En cuanto a los productos
catalogados como restringidos en México, sobresalen el Metoxicloro que se aplica en 22
estados (69% del territorio), el Paratión etílico en 15, el Aldicarb en 8, el Clordano y el
Paraquat en 7 y, por último, el Dicofol, Quitoceno, Lindano, Mevinfos, Alacolor y
Forato, en menos frecuencia. Los estados que emplean el mayor número de productos
restringidos en México son: Aguascalientes con 8, Baja California Norte con 6, e
Hidalgo, Baja California Sur, Chihuahua, Colima y Distrito Federal con 4.

Si se consideran los agroquímicos que otras legislaciones internacionales han


marcado como prohibidos o estrictamente restringidos, resalta el empleo del Paratión
metílico en todo el país, el del Carbarilo y el Metomilo en el 81 % de la república, así
como el Dimetoato, Maneb y 2,4-d en más del 50% del territorio. La frecuencia de estos
productos se observa en los estados de Baja California Norte y Chiapas, en donde se
emplean hasta 10 de estos productos y 9 en Baja California Sur, Chihuahua, Jalisco y
Nuevo León.

Con relación a los desechos líquidos industriales, en términos de cantidad de


agua residual generada destacan las plantas termoeléctricas, los ingenios azucareros y
las industrias química, petroquímica y farmacéutica, las cuales conjuntan 213 empresas
y aportan casi el 89 % del total.

En términos de la demanda química de Oxígeno (DQO), los giros más


contaminantes son:
• Vitivinícola
• Industria pecuaria.
• Curtiduría
• Alimentaría
• Ingenios azucareros
• Sector cervecero.
• Plantas químicas, petroquímicas y farmacéuticas
• Actividad ganadera.

En términos de los sólidos suspendidos totales (SST), los giros que más
contaminan son la industria pecuaria, los ingenios azucareros y la explotación minera.

Desde el punto de vista de los tóxicos prioritarios en la industria mexicana, el


problema más frecuente es provocado por lo metales, y las industrias con mayor
variedad de contaminantes tóxicos son la química, petroquímica, farmacéutica,
refinación del petróleo, textil, fabricación de equipo electrónico y las plantas de papel y
celulosa. Se localizan en los estados de Veracruz, Jalisco, Tamaulipas, Querétaro,
Michoacán, Puebla y en el Distrito Federal.

Actualmente se le ha dado importancia a los residuos peligrosos, según la NOM-


052-SEMARNAT-1993, establece las características de los residuos peligrosos, el
listado de los mismos y los límites que hacen un residuo peligroso, el listado de los
mismos y los límites que hacen a un residuo peligroso por su toxicidad al ambiente.

Enlista sendos residuos, y además considera como peligrosos aquellos que


presentan una o más de las siguientes características: corrosividad, reactividad,
explosividad, toxicidad, inflamabilidad y/o biológico infecciosas; atendiendo a los
siguientes criterios.

Un residuo se considera peligroso por su corrosividad cuando presenta


cualquiera de las siguientes propiedades:
• En estado líquido o en solución acuosa presenta un pH sobre la escala menor o
igual a 2.0, o mayor o igual a 12.5.
• En estado líquido o en solución acuosa y a una temperatura de 55° C es capaz de
corroer el acero al carbón (SAE 1020), a una velocidad de 6.35 milímetros o más
por año.

Un residuo se considera peligroso por su reactividad cuando presenta cualquiera


de las siguientes propiedades:
• Bajo condiciones normales (25 ºC y 1 atmósfera), se combina o polimeriza
violentamente sin detonación.
• En condiciones normales (25 ºC y 1 atmósfera) cuando se pone en contacto con
agua en relación (residuo-agua) de 5:1, 5:3, 5:5 reacciona violentamente
formando gases, vapores o humos.
• Bajo condiciones normales cuando se ponen en contacto con soluciones de pH;
ácido (HCl 1.0 N) y básico (NaOH 1.0 N), en relación (residuo-solución) de 5:1,
5:3, 5:5 reacciona violentamente formando gases, vapores o humos.
• Posee en su constitución cianuros o sulfuros que cuando se exponen a
condiciones de pH entre 2.0 y 12.5 pueden generar gases, vapores o humos
tóxicos en cantidades mayores a 250 mg de HCN/kg de residuo o 500 mg de
H2S/kg de residuo.
• Es capaz de producir radicales libres.

Un residuo se considera peligroso por su explosividad cuando presenta


cualquiera de las siguientes propiedades:
• Tiene una constante de explosividad igual o mayor a la del dinitrobenceno.
• Es capaz de producir una reacción o descomposición detonante o explosiva a 25
ºC y a 1.03 kg/cm² de presión.

Un residuo se considera peligroso por su toxicidad al ambiente cuando presenta


la siguiente propiedad:
• Cuando se somete a la prueba de extracción para toxicidad conforme a la norma
oficial mexicana NOM-CRP-002-ECOL/1993, el lixiviado de la muestra
representativa que contenga cualquiera de los constituyentes listados en las
tablas 5, 6 y 7 (anexo 5) en concentraciones mayores a los límites señalados en
dichas tablas.

Un residuo se considera peligroso por su inflamabilidad cuando presenta


cualquiera de las siguientes propiedades:
• En solución acuosa contiene más de 24% de alcohol en volumen.
• Es líquido y tiene un punto de inflamación inferior a 60° C.
• No es líquido pero es capaz de provocar fuego por fricción, absorción de
humedad o cambios químicos espontáneos (a 25ºC y a 1.03 kg/cm2).
• Se trata de gases comprimidos inflamables o agentes oxidantes que estimulan la
combustión.

Por otro lado, el rápido avance tecnológico producido tras la edad media
culminó en la Revolución Industrial, que trajo consigo el descubrimiento, uso y
explotación de los combustibles fósiles, así como la explotación intensiva de los
recursos minerales de la Tierra. Fue con la Revolución Industrial cuando los seres
humanos empezaron realmente a cambiar la faz del planeta, la naturaleza de su
atmósfera y la calidad de su agua. Hoy, la demanda sin precedentes a la que el rápido
crecimiento de la población humana y el desarrollo tecnológico someten al medio
ambiente está produciendo un declive cada vez más acelerado en la calidad de éste y en
su capacidad para sustentar la vida.

Uno de los impactos que el uso de combustibles fósiles ha producido sobre el


medio ambiente terrestre ha sido el aumento de la concentración de dióxido de carbono
(CO2) en la atmósfera. La cantidad de CO2 atmosférico había permanecido estable,
aparentemente durante siglos, pero desde 1750 se ha incrementado en un 30%
aproximadamente. Lo significativo de este cambio es que puede provocar un aumento
de la temperatura de la Tierra a través del proceso conocido como efecto invernadero.
El dióxido de carbono atmosférico tiende a impedir que la radiación de onda larga
escape al espacio exterior; dado que se produce más calor y puede escapar menos, la
temperatura global de la Tierra aumenta.
Un calentamiento global significativo de la atmósfera tendría graves efectos
sobre el medio ambiente. Aceleraría la fusión de los casquetes polares, haría subir el
nivel de los mares, cambiaría el clima regional y globalmente, alteraría la vegetación
natural y afectaría a las cosechas. Estos cambios, a su vez, tendrían un enorme impacto
sobre la civilización humana. En el siglo XX la temperatura media del planeta aumentó
0,6 ºC y los científicos prevén que la temperatura media de la Tierra subirá entre 1,4 y
5,8 ºC entre 1990 y 2100.

Asociada también al uso de combustibles fósiles, la acidificación se debe a la


emisión de dióxido de azufre y óxidos de nitrógeno por las centrales térmicas y por los
escapes de los vehículos a motor. Estos productos interactúan con la luz del Sol, la
humedad y los oxidantes produciendo ácido sulfúrico y nítrico, que son transportados
por la circulación atmosférica y caen a tierra, arrastrados por la lluvia y la nieve en la
llamada lluvia ácida, o en forma de depósitos secos, partículas y gases atmosféricos.

La lluvia ácida es un importante problema global. La acidez de algunas


precipitaciones en el norte de Estados Unidos y Europa es equivalente a la del vinagre.
La lluvia ácida corroe los metales, desgasta los edificios y monumentos de piedra, daña
y mata la vegetación y acidifica lagos, corrientes de agua y suelos, sobre todo en ciertas
zonas del noreste de Estados Unidos y el norte de Europa. En estas regiones, la
acidificación lacustre ha hecho morir a poblaciones de peces. Hoy también es un
problema en el sureste de Estados Unidos y en la zona central del norte de África. La
lluvia ácida puede retardar también el crecimiento de los bosques; se asocia al declive
de éstos a grandes altitudes tanto en Estados Unidos como en Europa.

El smog está causado por la contaminación de los vehículos y las fábricas. Las
inversiones térmicas provocan que esta contaminación atmosférica se mantenga en una
zona durante largos periodos. Un contacto continuado con una contaminación alta puede
originar problemas respiratorios o irritaciones en los ojos.

En las décadas de 1970 y 1980, los científicos empezaron a descubrir que la


actividad humana estaba teniendo un impacto negativo sobre la capa de ozono, una
región de la atmósfera que protege al planeta de los dañinos rayos ultravioleta. Si no
existiera esa capa gaseosa, la vida sería imposible sobre nuestro planeta. Los estudios
mostraron que la capa de ozono estaba siendo afectada por el uso creciente de
clorofluorocarbonos (CFC, compuestos de flúor), que se emplean en refrigeración, aire
acondicionado, disolventes de limpieza, materiales de empaquetado y aerosoles. El
cloro, un producto químico secundario de los CFC ataca al ozono, que está formado por
tres átomos de oxígeno, arrebatándole uno de ellos para formar monóxido de cloro. Éste
reacciona a continuación con átomos de oxígeno para formar moléculas de oxígeno,
liberando moléculas de cloro que descomponen más moléculas de ozono.

Al principio se creía que la capa de ozono se estaba reduciendo de forma


homogénea en todo el planeta. No obstante, posteriores investigaciones revelaron, en
1985, la existencia de un gran agujero centrado sobre la Antártida; un 50% o más del
ozono situado sobre esta área desaparecía estacionalmente. En el año 2001 el agujero
alcanzó una superficie de 26 millones de kilómetros cuadrados, un tamaño similar al
detectado en los tres últimos años. El adelgazamiento de la capa de ozono expone a la
vida terrestre a un exceso de radiación ultravioleta, que puede producir cáncer de piel y
cataratas, reducir la respuesta del sistema inmunitario, interferir en el proceso de
fotosíntesis de las plantas y afectar al crecimiento del fitoplancton oceánico. Debido a la
creciente amenaza que representan estos peligrosos efectos sobre el medio ambiente,
muchos países intentan aunar esfuerzos para reducir las emisiones de gases de efecto
invernadero. No obstante, los CFC pueden permanecer en la atmósfera durante más de
100 años, por lo que la destrucción del ozono continuará durante décadas.

Finalmente las sustancias tóxicas son representan un riesgo inasumible para la


salud humana, animal y el medio ambiente. La mayoría de estas sustancias tóxicas son
productos químicos sintéticos que penetran en el medio ambiente y persisten en él
durante largos periodos de tiempo. En los vertederos de productos químicos se producen
concentraciones significativas de sustancias tóxicas. Si éstas se filtran al suelo o al agua,
pueden contaminar el suministro de agua, el aire, las cosechas y los animales
domésticos, y han sido asociadas a defectos congénitos humanos, abortos y
enfermedades orgánicas. A pesar de los riesgos conocidos, el problema no lleva camino
de solucionarse. Recientemente, se han fabricado más de 4 millones de productos
químicos sintéticos nuevos en un periodo de quince años, y se crean de 500 a 1.000
productos nuevos más al año.

3. Medio Biológico
La diversidad actual de la vida en el planeta puede agruparse en tres dominios
(nivel de organización superior al Reino) según diferencias a nivel molecular,
estructural o funcional: Archea (arqueobacterias), Eubacteria (bacteria) y Eukaria
(eucariotes), las dos primeras reciben el nombre genérico de procariotes. Las
distinciones fundamentales son las siguientes:

a) Las primeras formas de vida que surgieron en la evolución biológica fueron


procariotes (hace 3500 millones de años). Los eucariotes aparecieron mucho
más tarde, hace aproximadamente 700 millones de años. La gran diversidad de
los eucariotes se ha conseguido gracias a que en éstos está generalizada la
reproducción sexual, lo que acelera en gran medida el ritmo evolutivo de las
especies.
b) Los eucariotes tienen un núcleo celular en el que está contenido el material
genético. Los procariotes no tienen dicho núcleo, y el material genético está
disperso en el citoplasma.
c) Los eucariotes contienen partículas subcelulares u organelas (mitocondrias,
peroxisomas, lisosomas, etc.) dentro de sus células; los procariotes no.
d) Los eucariotes son células mucho más grandes que los procariotes, y su división
celular es mucho más lenta que en éstos. Las velocidades de reproducción de los
procariotes son enormes. Una bacteria puede fácilmente dividirse cada 15
minutos. Las mayores velocidades observadas en eucariotes se miden, por el
contrario, en horas.
e) La totalidad de organismos pluricelulares (animales, plantas y hongos), así como
todos los Protistas (protozoos) son eucariotes.
Las diferencias fundamentales entre los tres dominios, son las siguientes (Tabla 1):

CARACTERÍSTICA EUBACTERIA ARCHEA EUKARYA


Núcleo rodeado por Ausente Ausente Presente
membrana.
Orgánelos Ausente Ausente Presente
membranosos
Peptodoglicano en Presente Ausente Ausente
pared celular.

Lípidos de membrana. Ligados a éster no Ligados a éster Ligados a éster no


ramificados ramificados ramificados
Ribosomas. 70S 70S 80S
tRNA iniciador Formilmetionina Metionina Metionina
Operones SI Si No
CARACTERÍSTICA EUBACTERIA ARCHEA EUKARYA
Plásmidos Si Si No
RNA polimerasas Una Varias Tres
Sensibilidad al Si No No
cloranfenicol
Algunos son No Si No
metanógenos
Algunos fijan Si Si No
nitrógeno
Algunos hacen Si No Si
fotosíntesis basada en
clorofila.

Tabla 1. Diferencias entre los dominios Eubacteria, Archea y Eukarya.

• Dominio Eubacteria.
Las bacterias forman uno de los 3 dominios en los que se dividen los seres vivos.
En los antiguos sistemas taxonómicos, las bacterias formaban un subreino del Reino
Monera. El término bacteria también se emplea para denominar a todos los organismos
unicelulares sin núcleo diferenciado que constituyen el nivel de organización
procarionte.

Las bacterias son organismos microscópicos y relativamente sencillos. Carecen


de núcleo y de los orgánulos de las células más complejas o eucariotas. Sin embargo, al
igual que las células de las plantas, la mayoría posee una pared celular a base de
carbohidratos. Algunas presentan cápsula y otras son capaces de evolucionar a esporas,
formas viables capaces de resistir condiciones extremas. Sus dimensiones son muy
reducidas, unas 2 micras de ancho por 7-8 de longitud en la de forma cilíndrica de
tamaño medio; aunque son muy frecuentes las especies de 0,5-1,5 micras. Aún
careciendo de núcleo, presentan estructuras elementales (un único cromosoma
bacteriano) que realizan las funciones propias de este. El cromosoma bacteriano está
situado en la zona media o nucleoide, y está formado por una única gran molécula de
ADN, sin embargo puede presentarse como pequeñas moléculas de ADN o plásmidos.
La pared celular está compuesta generalmente por hidratos de carbono, entre los que
destaca la mureína un polisacárido complejo, lípidos y aminoácidos, esta pared se puede
teñir de forma selectiva con la tinción de Gram, lo cual da lugar a la división de dos
grupos de bacterias, las grampositivas y las gramnegativas, según se tiñan de azul
violeta o rosa, respectivamente. En el citoplasma de las bacterias, no se aprecian
orgánulos ni formaciones protoplasmáticas. La forma de las bacterias no es constante y,
a menudo, una misma especie adopta distintos tipos morfológicos, es lo que se conoce
como pleomorfismo. Hay unos tipos fundamentales:

a) Los cocos o formas esféricas:


• en grupo de dos: Diplococos
• en cadena: Estreptococos
• agrupaciones irregulares: Estafilococos

b) En forma de bastoncillo, son los bacilos

c) Formas helicoidales:
• espiroquetas
• espirilos
• vibrios

De las formaciones propias de la célula bacteriana destacan los flagelos y las


cápsulas.

La clasificación tradicional de las bacterias se basa en los caracteres


morfológicos. Los estudios moleculares han cambiado la clasificación de las bacterias,
pero no hay acuerdo común de cómo esta clasificación debería ser. Una de las más
recientes, contempla los siguientes reinos:

• Proteobacterias alfa (Rhizobium, Agrobacterim y mitocondrias).


• Proteobacterias beta (Rhodocyclus).
• Proteobacterias gamma (Escherichia).
• Proteobacterias delta (Bdellovibrio).
• Proteobacterias epsilon (Campylobacter).
• Planctomices y Chlamydiae (Chlamydia).
• Spirochaetes
(espiroquetas: Lestospira, Treponema).
• Bacteroides y Flavobacterias (Flavobacter).
• Bacterias verdes del azufre.
• Bacterias Gram-positivas con G-C alto
• (Actinomyces, Frankia).
• Bacterias Gram-positivas con G-C bajo
• (Thermoactinomyces, Ruminococcus).
• Cianobacterias y cloroplastos (Anabaena).
• Bacterias verdes no del azufre (Chloroflexus).
• Thermotogales (Termotoga).
• Hydrogenobacter/Aquifex

• Dominio Archea.
Las arquebacterias, muy a menudo, habitan en condiciones extremas de pH,
temperatura, concentración salina, etc. (extremófilos), lo que las hace particularmente
adecuadas para muchas aplicaciones biotecnológicas. Así, la flora microbiana de las
fuentes termales (alta temperatura y bajo pH) suele estar constituida por arquebacterias.
Igualmente hay multitud de arquebacterias en los fondos oceánicos, al lado de fuentes
termales volcánicas, en condiciones extremas de temperatura y salinidad.

• Dominio Eukaria.
El Dominio Eukarya incluye cinco reinos del grupo Protista, un reino Plantae, un
reino Fungi y un reino Animalia.

El reino Protista incluye organismos Eucariotas, unicelulares o multicelulares


(que forman colonias), heterótrofos (Ingestivos como los Protozoarios o absorbentes
como los Mycetozoides), autótrofos (algas), ó mixótrofos (que son tanto autótrofos y
heterótrofos (por ejemplo, Euglena). La mayoría de ellos son móviles, pero algunas
especies son sésiles. Los Protistas son los más diversificados de todos los eucariotas.
Los Protistas se han dividido en tres phyla (Filos):

A. Protozoarios, o protistas parecidos a los animales. Tales como, Amoeba proteus,


Entamoeba histolytica, Paramecium caudatum, Plasmodium vivax, Spirillina
vivipara (foraminíferos), etc.
B. Algas, o protistas parecidos a plantas. Por ejemplo Euglena viridis, Ulva
lactuca,Spirogyra, Diatomeas (como Navicula monilifera), Dinoflagelados (ej.
Noctiluca scintillans), etc.
C. Mycetozoida, o protistas semejantes a hongos. Por ejemplo, Badhamia
utricularis, Plasmodiophora brassicae, Trichia affinis, etc.

Los protozoarios son protistas eucariotas unicelulares heterótrofos. Las células


eucarióticas son las que poseen una membrana nuclear que contiene el material genético
(ADN). Heterótrofo significa que no puede elaborar su propio alimento, debiendo
adquirirlo ya elaborado. Algo sorprendente es que la célula de los protozoarios contiene
organelos con funciones equivalentes a las de los órganos de los Metazoarios (animales
multicelulares).

Es evidente que el significado de “protista” es muy complicado. Por esta razón,


últimamente se han dividido en cinco reinos "tentativos":
a) Archaezoa (tres phyla: Diplomonada, Trichomonada y Microsporidia).
b) Euglenozoa (dos Phyla: Euglenoidea y Kinetoplastida).
c) Alveolata (tres phyla: Dinoflagellata, Ciliata, y Apicomplexa).
d) Stramenopila (cuatro phyla: Mohos Acuáticos, Algas Cafés, Diatomeas,
y Algas Doradas).
e) Rhodophyta (Algas Rojas).

El reino Plantae (Plantas), son productores multicelulares y fotosintéticos.


Fabrican sus propios alimentos por medio de la fotosíntesis, utilizando la energía solar y
materia prima simple. Presentan tuberías celulares, para transporte de agua y sustancias,
que se extienden a través de raíces, tallos y hojas. Los grupos que se incluyen en este
reino son: briofitos, pteridofitos, gimnospermas y angiospermas.
En el reino Fungi; la mayoría de los hongos, constituyen organismos
degradadores multicelulares parásitos que se alimentan de diferentes maneras. Secretan
enzimas que digieren los alimentos fuera del cuerpo fúngico, después las células
individuales absorben las partes digeridas. Su pared celular puede estar compuesta de
celulosa, pero en algunas ocasiones está constituida por quitina, una sustancia que se
encuentra en el exoesqueleto de ciertos insectos y artrópodos. Este reino incluye a los
hongos y a los mohos.

El reino Animalia (Animales), son consumidores multicelulares que ingieren los


tejidos de otros organismos; este grupo incluye los herbívoros, que se alimentan de
organismos fotosintéticos, los carnívoros, los parásitos carroñeros. Todos ellos se
desarrollan a través de una serie de etapas embrionarias y se mueven activamente por lo
menos durante cierta parte de su vida. Este reino incluye: esponjas, equinodermos,
anélidos, moluscos, artrópodos, peces, anfibios, reptiles, aves y mamíferos.

Por otro lado, es importante señalar el rol de ciertos agentes infecciosos como
residuos peligrosos. La NOM-052-SEMARNAT-1993, establece: un residuo con
características biológico infecciosas se considera peligroso cuando presenta cualquiera
de las siguientes propiedades:
• Cuando el residuo contiene bacterias, virus u otros microorganismos con
capacidad de infección.
• Cuando contiene toxinas producidas por microorganismos que causen efectos
nocivos a seres vivos.
• La mezcla de un residuo peligroso conforme a esta norma con un residuo no
peligroso será considerada residuo peligroso.

4. Medio Sociocultural
El ambiente social incluye todos los factores de carácter social, psicológico y
económico que actúan en forma permanente sobre el estado de salud del individuo.
Unas veces pueden ser independientes unos de otros y, en ocasiones, no ser
independientes. A modo de ejemplo se pueden citar: hacinamiento, calidad de la
vivienda o de las instalaciones (disposición de excretas, agua, iluminación, ventilación,
etc.), pobreza, ignorancia, condiciones de trabajo, riesgos ocupacionales, desempleo,
estado sanitario de la población, escuelas, fabricas, centros de recreación, asistencia
médica, disponibilidad de alimentos, poder adquisitivo, salario o renta, distribución de
la riqueza y de los medios de producción y trabajo; en fin, innumerables factores
sociales y económicos, además de los inherentes al temperamento y mentalidad del
individuo y aquellos que afectan su comportamiento y conducta.

Entre los factores del medio ambiente cultural que pueden tener relación con el
estado de salud del hombre y de los animales, se pueden mencionar: hábitos y
costumbres, hábitos alimentarios, nivel educativo, educación sexual, condición social de
los dos sexos y de los diferentes grupos de edad, organización del núcleo familiar, status
social, prejuicios, creencias e ideologías, valores y logros, y otros factores culturales.

Sin embargo, producto de la sobrepoblación, la industrialización y la lucha de


clases; es importante, señalar las siguientes:
a) Pérdida de tierras vírgenes.
La técnica de deforestación por tala y quema, muy utilizada para despejar
grandes áreas de bosque con fines agrícolas y otros, es muy dañina para el medio
ambiente. La gran cantidad de dióxido de carbono desprendida contribuye al efecto
invernadero. La desaparición de los árboles y la cubierta vegetal destruyen hábitats,
acelera la erosión y multiplica la carga de sedimentos de los ríos, haciendo que las
inundaciones estacionales sean mucho más graves.

Un número cada vez mayor de seres humanos empieza a cercar las tierras
vírgenes que quedan, incluso en áreas consideradas más o menos a salvo de la
explotación. La insaciable demanda de energía ha impuesto la necesidad de explotar el
gas y el petróleo de las regiones árticas, poniendo en peligro el delicado equilibrio
ecológico de los ecosistemas de tundra y su vida silvestre. La pluvisilva y los bosques
tropicales, sobre todo en el Sureste asiático y en la Amazonia, están siendo destruidos a
un ritmo alarmante para obtener madera, despejar suelo para pastos y cultivos, para
plantaciones de pinos y para asentamientos humanos. En la década de 1980 se llegó a
estimar que las masas forestales estaban siendo destruidas a un ritmo de 20 ha por
minuto. Otra estimación daba una tasa de destrucción de más de 200.000 km2 al año.
En 1993, los datos obtenidos vía satélite permitieron determinar un ritmo de destrucción
de casi 15.000 km2 al año, sólo en la cuenca amazónica. Esta deforestación tropical
podría llevar a la extinción de hasta 750.000 especies, lo que representaría la pérdida de
toda una multiplicidad de productos: alimentos, fibras, fármacos, tintes, gomas y
resinas. Además, la expansión de las tierras de cultivo y de pastoreo para ganado
doméstico en África, así como el comercio ilegal de especies amenazadas y productos
animales podría representar el fin de los grandes mamíferos africanos.

b) Erosión del suelo.


Formación de cárcavas por efecto de la erosión La formación de cárcavas, una
forma grave de erosión del suelo, es un proceso geológico natural que puede verse
acelerado por actividades del hombre como la deforestación, el sobrepastoreo y la
explotación agrícola. La erosión afecta a la capacidad de absorción del suelo y añade
sedimentos a las corrientes de agua. Estos procesos se dan en todos los continentes
debido a la superpoblación y la industrialización.

La erosión del suelo se está acelerando en todos los continentes y está


degradando unos 2.000 millones de hectáreas de tierra de cultivo y de pastoreo, lo que
representa una seria amenaza para el abastecimiento global de víveres. Cada año la
erosión de los suelos y otras formas de degradación de las tierras provocan una pérdida
de entre 5 y 7 millones de hectáreas de tierras cultivables. En el Tercer Mundo, la
creciente necesidad de alimentos y leña han tenido como resultado la deforestación y
cultivo de laderas con mucha pendiente, lo que ha producido una severa erosión de las
mismas. Para complicar aún más el problema, hay que tener en cuenta la pérdida de
tierras de cultivo de primera calidad debido a la industria, los pantanos, la expansión de
las ciudades y las carreteras. La erosión del suelo y la pérdida de las tierras de cultivo y
los bosques reducen además la capacidad de conservación de la humedad de los suelos y
añade sedimentos a las corrientes de agua, los lagos y los embalses.

c) Demanda de agua y aire.


Los problemas de erosión descritos más arriba están agravando el creciente
problema mundial del abastecimiento de agua. La mayoría de los problemas en este
campo se dan en las regiones semiáridas y costeras del mundo. Las poblaciones
humanas en expansión requieren sistemas de irrigación y agua para la industria; esto
está agotando hasta tal punto los acuíferos subterráneos que empieza a penetrar en ellos
agua salada a lo largo de las áreas costeras en Estados Unidos, Israel, Siria, los estados
árabes del golfo Pérsico y algunas áreas de los países que bordean el mar Mediterráneo
(España, Italia y Grecia principalmente). Algunas de las mayores ciudades del mundo
están agotando sus suministros de agua y en metrópolis como Nueva Delhi o México
D.F. se está bombeando agua de lugares cada vez más alejados. En áreas tierra adentro,
las rocas porosas y los sedimentos se compactan al perder el agua, ocasionando
problemas por el progresivo hundimiento de la superficie; este fenómeno es ya un grave
problema en Texas, Florida y California.

El mundo experimenta también un progresivo descenso en la calidad y


disponibilidad del agua. En el año 2000, 508 millones de personas vivían en 31 países
afectados por escasez de agua y, según estimaciones de la Organización Mundial de la
Salud (OMS), aproximadamente 1.100 millones de personas carecían de acceso a agua
no contaminada. En muchas regiones, las reservas de agua están contaminadas con
productos químicos tóxicos y nitratos. Las enfermedades transmitidas por el agua
afectan a un tercio de la humanidad y matan a 10 millones de personas al año.

El agotamiento de los acuíferos en muchas partes del mundo y la creciente


demanda de agua producirá conflictos entre el uso agrícola, industrial y doméstico de
ésta. La escasez impondrá restricciones en el uso del agua y aumentará el costo de su
consumo. El agua podría convertirse en la crisis energética de comienzos del siglo XXI.
La contaminación de las aguas dulces y costeras, junto con la sobreexplotación, ha
mermado hasta tal punto los recursos de los caladeros piscícolas que sería necesario
suspender la pesca durante un periodo de cinco a diez años para que las especies se
recuperaran. Si no se desarrollan esfuerzos coordinados para salvar hábitats y reducir el
furtivismo y el tráfico internacional ilegal de especies salvajes, muchas de ellas se
extinguirán. A pesar de nuestros conocimientos sobre cómo reducir la erosión del suelo,
éste continúa siendo un problema de alcance mundial. Esto se debe, en gran medida a
que muchos agrónomos y urbanistas muestran un escaso interés por controlarla. Por
último, la destrucción de tierras vírgenes, tanto en las regiones templadas como en las
tropicales, puede producir una extinción masiva de formas de vida vegetales y animales.

Durante la década de 1980 y a comienzos de la de 1990, algunos países


industrializados mejoraron la calidad de su aire reduciendo la cantidad de partículas en
suspensión así como la de productos químicos tóxicos como el plomo, pero las
emisiones de dióxido de azufre y de óxidos nitrosos, precursores de la deposición ácida,
aún son importantes.

Para reducir la degradación medioambiental, las sociedades deben reconocer que


el medio ambiente es finito. Los especialistas creen que, al ir creciendo las poblaciones
y sus demandas, la idea del crecimiento continuado debe abrir paso a un uso más
racional del medio ambiente, pero que esto sólo puede lograrse con un espectacular
cambio de actitud por parte de la especie humana. El impacto de la especie humana
sobre el medio ambiente ha sido comparado con las grandes catástrofes del pasado
geológico de la Tierra; independientemente de la actitud de la sociedad respecto al
crecimiento continuo, la humanidad debe reconocer que atacar el medio ambiente pone
en peligro la supervivencia de su propia especie.

d) La guerra química y biológica


Se entiende por guerra química y biológica, al método de guerra en el que se
utilizan agentes biológicos o químicos tóxicos o incapacitantes para ampliar los
objetivos de los combatientes. Hasta el siglo XX ese tipo de guerra estuvo limitada
sobre todo a los incendios, los pozos de agua envenenados, la distribución de artículos
infectados de viruela y el uso de humo para diezmar o confundir al enemigo.

Gases como el gas lacrimógeno, el gas cloro y fosgeno (irritantes de los


pulmones) y el gas mostaza (que produce graves quemaduras) se utilizaron por primera
vez en la I Guerra Mundial para romper el prolongado estancamiento de la guerra de
trincheras; también se intentó utilizar el lanzallamas, pero en principio resultaron
ineficaces por su corto alcance. Los adelantos técnicos y el desarrollo del napalm
(compuesto de ácidos de nafta y palmíticos), una espesa gasolina que se adhiere a las
superficies, condujo a un uso más amplio de armas flamígeras durante la II Guerra
Mundial.

Al final de la I Guerra Mundial la mayoría de las potencias europeas habían


incorporado la guerra de gases en algún departamento de sus ejércitos, y Alemania
había desarrollado en el periodo de entreguerras gases nerviosos como el sarín, que
puede causar muerte o parálisis aplicado en pequeñas cantidades. A pesar de su
disponibilidad, sólo Japón utilizó gases —en China— al producirse la globalización de
la contienda. Después de la II Guerra Mundial el conocimiento de la producción de
gases se hizo extensivo.

Desde la II Guerra Mundial se han utilizado gases como el lacrimógeno en


guerras limitadas, por ejemplo en la guerra de Vietnam; también es empleado por la
policía para reprimir motines. El uso de agentes más mortíferos, como el gas mostaza o
nervioso, ha sido condenado por la mayoría de los países, aunque semejantes armas
permanecen en arsenales y se cuenta con evidencias de que fueron utilizadas por Irak
durante la Guerra Irano-iraquí, en la década de 1980, así como contra los kurdos del
norte de su territorio.

Varios compuestos químicos que alteran el metabolismo de las plantas y causan


defoliación, como el agente naranja, se han utilizado en la guerra moderna en la jungla
para reducir la cobertura del enemigo o privar a la población civil de las cosechas
necesarias para su alimento. Tales agentes químicos, que se suelen lanzar desde el aire,
pueden contaminar también el agua y los peces; su efecto a largo plazo sobre todo el
ecosistema hace que resulten devastadores.

Varios países han desarrollado trabajos de diferente categoría sobre agentes


biológicos para que fueran utilizados en la guerra. Seleccionados o adaptados a partir de
microbios patógenos causantes de diversas enfermedades que atacan al hombre, a los
animales domésticos o a las cosechas de alimentos vitales, tales agentes comprenden
bacterias, hongos y virus o diversas toxinas. Los microbios patógenos que causan el
botulismo, la peste, la fiebre aftosa y el añublo del trigo se cuentan entre los muchos
que pueden ser utilizados contra los ejércitos enemigos o las actividades económicas
que les sirven de sustento. La ingeniería genética también ofrece la posibilidad de
desarrollar nuevos virus contra los que se carece de medios para establecer una defensa
previa.

La guerra biológica a larga escala se ha mantenido en un estado teórico, si bien


en la década de 1980 se supo que Japón había utilizado agentes biológicos en China en
las décadas de 1930 y 1940. Al comienzo de la década de 1980 surgieron controvertidas
acusaciones de que la Unión Soviética en Afganistán, y Vietnam en Laos y Kampuchea
(hoy Camboya) estaban usando toxinas fungicidas —en una forma llamada lluvia
amarilla— como armas biológicas.

Las armas biológicas o químicas utilizadas en la guerra convencional o nuclear


pueden desempeñar también un destacado papel en las futuras guerras de guerrillas o en
acciones de sabotaje. En tales situaciones se acude a materiales tóxicos inertes —
polvos, por ejemplo, que se activan al entrar en contacto con superficies húmedas como
los pulmones— lanzados de forma subrepticia al aire de la ciudad desde vehículos en
movimiento o desde buques en alta mar. Otra posible táctica es la de introducir toxinas
solubles en las redes urbanas de suministro de agua.

Los agentes químicos y biológicos pueden ser utilizados en guerras limitadas. El


hecho de que la producción de agentes químicos letales no exija una infraestructura
industrial muy refinada los convierte en medios bélicos asequibles a los países del
Tercer Mundo. El uso de armas químicas por Irak y la capacidad de guerra química por
parte de Libia en 1988, incrementan el peligro que semejantes armas pueden originar.
Es también materia de alta preocupación que ese tipo de armas caiga en poder de grupos
terroristas, habida cuenta de que cantidades mínimas de toxinas disueltas en agua o aire
pueden dar lugar a una catástrofe de muy amplias dimensiones, como ocurrió en la
década de 1990 en el metro de Tokyo.

e) Agricultura biológica.
Por otro lado, es importante señalar la importancia actual de la Agricultura
biológica, sistema de producción que rechaza o excluye en gran medida el uso de los
fertilizantes sintéticos, los pesticidas, los reguladores del crecimiento y los aditivos para
el pienso (alimento) del ganado. En la medida de lo posible, recurre a la rotación de los
cultivos, los residuos de las cosechas, el estiércol animal, las leguminosas, el estiércol
verde, los residuos orgánicos y el control de plagas por medios biológicos para
mantener la productividad y labrar el suelo, aportar nutrientes para las plantas y
controlar los insectos, las malas hierbas y otras plagas.

Los sistemas de agricultura biológica son muy utilizados en los países


subdesarrollados y en vías de desarrollo, en gran medida debido a problemas
económicos y a la falta de productos químicos. No obstante, cada vez son más
ampliamente aceptados en los países desarrollados como reacción a los sistemas de
explotación intensiva o industrial.

La agricultura biológica es conocida con diferentes nombres en diferentes países,


y los aproximadamente 16 términos que se emplean para hacer referencia a ella
incluyen agricultura biológica, agricultura regenerativa y agricultura sostenible.
Agricultura biológica es el término más utilizado en Europa, mientras que Estados
Unidos y el Reino Unido prefieren el de agricultura orgánica. También recibe el nombre
de agricultura biodinámica aunque, en sentido estricto, ésta forma parte de toda una
filosofía que abarca la educación, el arte, la nutrición y la religión, además de la
agricultura.

Aunque se emplea en la mayoría de los países del mundo, los métodos de la


agricultura biológica donde más se han desarrollado ha sido en el norte de Europa; sin
embargo, Austria dedica cerca del 6% de sus tierras productivas a los cultivos
biológicos, y la siguen Alemania, Países Bajos y Dinamarca.

Ecosistemas – bioclimatografía

En otro sentido, desde hace mucho tiempo se ha estudiado a los ecosistemas


como determinantes del proceso salud enfermedad. El estudio de la enfermedad en las
poblaciones, requiere un conocimiento de las relaciones existentes entre los organismos
(hospedadores y agentes) y su medio ambiente. Estas relaciones determinan la aparición
de la enfermedad en el espacio y en el tiempo. El clima por ejemplo, afecta la
supervivencia del hospedador y los agentes infecciosos y a la distribución de los
vectores de estos últimos, ya sea directamente o de forma más sutil ejerciendo un efecto
regulador sobre la presencia de las plantas que constituyen el sustento de los
organismos. Igualmente, el tipo de plantas existentes puede afectar a la disponibilidad
de los de minerales y oligoelementos y por lo tanto provocar la aparición de
enfermedades asociadas con carencias, excesos o desequilibrios de estos componentes
químicos. Por ejemplo, el trébol blanco (Tribolium repens) absorbe pequeñas cantidades
de selenio, mientras que el agrostis (Agrostis tenuis) absorbe grandes cantidades de éste.
Por lo tanto, cuando se abonan pastizales con sales de selenio con el fin de prevenir las
carencias del mismo en los animales, el riesgo de toxicidad es mucho mayor si
predominan estas últimas plantas.

Los dos factores que determinan principalmente la existencia de una enfermedad


son la distribución y el tamaño de las poblaciones animales. La primera depende de la
distribución de una alimentación apropiada y la segunda, de la disponibilidad de
alimento, individuos del sexo contrario y potencial reproductivo de las especies.

La distribución de las poblaciones tiene una intima relación con las zonas de
vegetación. Los botánicos fueron los primeros en darse cuenta de la división de la tierra
en diferentes zonas de vegetación. En algunas partes del mundo esta división es clara,
por ejemplo el límite entre los bosques y la tundra en las regiones septentrionales y la
delimitación de zonas que aparecen según se asciende una montaña, sin embargo, en
otras áreas el cambio es más gradual, por ejemplo, el paso de los desiertos a las llanuras.
El primer intento serio de explicar la delimitación, aparentemente tan clara, de estas
formaciones, fue hecho por Candolle (1874), el cual mantenía que el clima,
particularmente la temperatura, imponía la vegetación. Como consecuencia de esto,
trazó los primeros mapas de vegetación basados en las isotermas. De esta forma, los
bosques húmedos fueron calificados como formaciones de megatermos, los bosques
caducifolios como mesotermos y los desiertos como xerófilos. A principios del siglo
XX, Koppen utilizó la clasificación de Candolle como base el sistema actual, el cual
proporciona una buena correlación entre regiones climáticas y las de vegetación.
El clima puede delimitar fronteras, pero de una forma más compleja que lo
meramente relacionado con los cambios de temperatura y precipitaciones a nivel del
suelo. Sin embargo, trabajos metereológicos recientes utilizando satélites y estudios a
largo plazo de la composición térmica de masas de aire, sugieren que la posición media
de los frentes atmosféricos sobre la tierra, coinciden aproximadamente con los tipos de
vegetación.

En el siglo XIX los zoólogos observaron que amplias divisiones de la tierra


estaban pobladas por animales similares y que incluso si las divisiones eran
discontinuas (por ejemplo, África y Sudamérica) algunos animales, especialmente aves,
presentaban características similares. Los zoólogos intentaron clasificar diferentes áreas
del mundo según los tipos de animales y plantas presentes en ellas, ya que la
distribución de los animales parecía estar relacionada con la vegetación. Una de ellas
fue el americano Merrian (1893), el cual definió las zonas de vida en Norteamérica
después de haber estudiado la distribución de animales y plantas a diversas altitudes en
las montañas de América del Norte

Merrian propuso cuatro zonas de vida principales:


1. Boreal (Septentrional), comprendiendo el Ártico canadiense, hudsoniano y
alpino.
2. Transición, conteniendo animales y plantas de la zona Boreal y de la de
Sonora
3. Zona de sonora (recibe el nombre de un estado de México) comprendiendo la
superior y la inferior
4. Tropical

Más tarde se integró la 5ª zona de menor importancia (la Baja California). Es


importante resaltar que hay una transición gradual de una zona a otra. Aunque no se
tienen razones válidas para explicar la transición de una zona de vida a otra la existencia
de estas; es evidente. Estas se denominan comúnmente hoy en día con el nombre de
Biomas, este término se aplica a las comunidades animales, vegetales y de
microorganismos que son características de cada región climática. La interacción del
clima regional con el sustrato y con dichas comunidades produce unidades amplias, los
biomas, que se definen en función de la vegetación predominante. Entre un bioma y otro
no hay un límite definido, sino una gradación progresiva, y aunque en la actualidad
todavía no se ha llegado a un acuerdo exacto sobre el número de biomas que hay en el
mundo, se pueden mencionar los siguientes: tundra, con una vegetación en la que
dominan plantas herbáceas, musgos y líquenes; taiga o bosque de coníferas boreal;
bosques de la zona templada, con mezcla de árboles de hoja caduca y coníferas; bosques
de la zona mediterránea y subtropical, pluvisilva tropical, con una vegetación
exuberante debido a la abundancia de precipitaciones, y el desierto, caracterizado por la
escasez de lluvias y con una vegetación casi inexistente.

La distribución de los agentes infecciosos y sus vectores, y por lo tanto de las


enfermedades producidas por los primeros, puede ser limitada por las condiciones
ambientales de las biomasas (abreviatura de masa biológica, cantidad de materia viva
producida en un área determinada de la superficie terrestre, o por organismos de un tipo
específico). Así por ejemplo el hongo Coccidioides inmmitis, el cual infecta de forma
sistemática al hombre, perros, ganado vacuno y cerdos, produciendo primariamente
síntomas respiratorios en el hombre y perro, parece estar localizado endémicamente en
la parte baja de la zona de vida de Sonora. Esta zona se caracteriza por veranos cálidos,
inviernos suaves, vegetación escasa, una precipitación anual de 6 – 8 pulgadas, pH del
suelo alcalino y condiciones de viento apropiadas que conducen al mantenimiento y
diseminación del hongo. La distribución de la fiebre del Valle del Rift, está asociada a
las zonas ecológicas húmedas de África y esto puede estar relacionado con la
abundancia del mosquito vector en estas zonas.

El bioma de la estepa rusa ha sido hábitat de grandes plagas, tales como la peste
bovina. Muchas infecciones transmitidas por artrópodos presentes en las estepas han
estado también limitadas a distintas áreas geográficas. Estos nidos han sido habitats
naturales de estas enfermedades y han sido llamados focos (Latín: nidus = nido, foco).

La presencia de un foco depende de su limitación a unos ecosistemas


particulares. Un área que posee las condiciones sociales, ecológicas y ambientales
adecuadas para poder mantener una enfermedad es un territorio nasogénico (Griego
noso = enfermedad; gen = producir, ocasionar). Una nosoárea, es un territorio
nosogénico en el cual esta presente una enfermedad en particular. Así, Gran Bretaña
constituye un territorio nosogénico para la rabia y fiebre aftosa, pero no es una nosoárea
para estas enfermedades, debido a que se evita la entrada de los agentes víricos en el
país mediante la aplicación de medidas de cuarentena en los animales de importación.
Las enfermedades que presentan unas fronteras geográficas precisas dentro de
un ecosistema o serie de ecosistemas, son focales, ya que están confinadas a un foco
específico. La salmonelosis es endémica en la mayor parte del mundo, ya que
prácticamente todos los vertebrados y algunos invertebrados pueden actuar como
hospedadores de las diversas especies de Salmonella. La rabia, cuando se mantiene en
zorros, es endémica en una amplia zona del hemisferio norte, debido a que ésta gran
área sustenta una población de zorros de una alta densidad.

Cuando las enfermedades se transmiten mediante vectores, a menudo suelen


estar restringidas a unos límites geográficos más precisos que otras enfermedades
infecciosas. Esto es debido a que el ecosistema debe satisfacer los requerimientos, tanto
del hospedador vertebrado como del artrópodo vector. Así, la fiebre exantemática de las
Montañas Rocosas, una enfermedad causada por rickettsias, que afecta a los roedores y
es transmitida por las garrapatas, está esencialmente restringida a unas áreas en
particular de Norteamérica, como el nombre de la enfermedad indica.

En el extremo opuesto de las enfermedades con una amplia distribución, se


tienen aquellas que pueden estar confinadas a áreas relativamente pequeñas dentro de
una población o granja. Un grupo de árboles aislados que sean utilizados como
dormidero por los estornidos, puede constituir el único reservorio de la infección por
histoplamosis dentro de una amplia zona. Las heces de estas aves proporcionan un
medio ideal, en el cual el hongo puede sobrevivir y multiplicarse. A menudo pueden
identificarse pequeños focos. Por ejemplo en una casa de Londres, se identificó un foco
de infestación por la garrapata del perro, Rhipicephalus sanguineus; las condiciones
calurosas de la casa, proporcionaban el medio ambiente adecuado para la garrapata. El
perro afectado, no había sido importado, pero probablemente la infestación la contrajo
de una perrera de cuarentena donde estuvo guardado.
Cada bioma, posee diferentes tipos de animales y plantas. Algunas son comunes
y otras pocos comunes (raras), algunas son grandes y otras pequeñas. Los estudios
ecológicos han aportado razones para estas variaciones. Los animales tienden a
desplazarse de un sitio a otro más o menos en masa y por ello es difícil estudiar a todos
simultáneamente. No obstante los ecólogos eligen una de las especie para observarla en
detalle y en las condiciones adecuadas que permitan su observación. Charles Elton
(1927) visito las Islas Bear cerca de Spintzgergen realizando una observación de los
zorros árticos, con particular referencia a sus hábitos alimenticios. Las islas Bear son
esencialmente un biomas de tundra, por lo tanto los zorros fueron fácilmente
observados.

Elton advirtió que los zorros se alimentaban en verano e invierno. En el verano


comían aves (por ejemplo, logópodos = urogallo, lavanderas). Las aves comían bayas,
tundra, hojas e insectos. Los insectos comían también hojas. De esta forma Elton
demostró que existía una cadena alimenticia: tundra - insecto – aves – zorros. Además,
los zorros comían aves marinas, las cuales a su vez comían pequeños animales marinos,
los cuales a su vez se alimentaban de plantas. Así pues, había otra cadena alimenticia:
plantas marinas – animales marinos – aves marinas – zorros.

En el invierno los zorros migraban hacia el sur disponiendo solamente de


excrementos de osos y restos de canales de focas muertas por los osos polares. Por lo
tanto, en invierno había una cadena alimenticia diferente: animales marinos – foca – oso
polar – zorro. En las comunidades animales se han desarrollado por lo tanto unos
sistemas complejos con cadenas alimenticias que unen animales.

La red alimenticia de un animal puede determinar, el tipo de agentes infecciosos


transmitidos por vía oral para los cuales puede actuar como hospedador y a que tipo de
alimentos tóxicos, puede estar sujeto a riesgo. Las enfermedades helmínticas, las cuales
tienen un hospedador definitivo y uno intermedio, son transmitidas frecuentemente vía
redes alimenticias. Por ejemplo, el cestodo Echinococcus granulosus, incluye a la oveja
como hospedador intermedio y al perro como hospedador definitivo. Los quistes
hidatídicos presentes en el hígado y pulmón de hospedador intermedio, son transmitidos
a los perros cuando éstos comen despojos de ovejas; de aquí las recomendaciones de no
dar despojos crudos de ovejas a los perros.

La ingestión de estadios evolutivos de los parásitos, a veces puede, más que


transmitir, controlar una infección. Se ha demostrado, por ejemplo, que miembros del
género Utricularia, se alimentan de miracidios y cercarias de Shistosoma mansoni.
Esto, hace pensar que la ausencia de esquistosomiasis en Cuba, en la cual están
presentes 17 especies de Utricularia, pudiera estar relacionada con esta actividad.

Con relación a la regulación del tamaño de las poblaciones, están involucrados


una serie de factores como son: la competencia, dispersión, depredación, rango de
hábitat territorialidad, dominación social etc. Merece resaltar el rango de hábitat; ciertos
animales tienes una restricción natural al área sobre la cual ellos viven, éste es su rango
de hábitat. Este puede controlar la población y tiene implicaciones para la transmisión
de las enfermedades infecciosas, los animales infectados pueden transmitir la infección
dentro de su hábitat pero no más allá. Por ejemplo, las ratas son los reservorios de una
enfermedad rickettsial, el tifus exantemático. Los ácaros trombicúlidos (niguas) son los
vectores, los cuales parasitan a mamíferos y aves. El reducido hábitat natural de las
ratas, da como resultado que el ciclo evolutivo de los ácaros esté restringido a pequeñas
áreas, denominadas islas de ácaros. Cuando los ácaros están infectados con rickettsias,
aparecen áreas endémicas localizadas de tifus exantemático, las cuales están asociadas
con las islas de ácaros. La propagación de la infección tiene lugar solamente en la
dispersión de los ácaros infectados mediante hospedadores secundarios de amplio
rango, tales como aves y el hombre, en los cuales la infección provoca una enfermedad
grave.

La distribución, el rango de hábitat de los animales y otras actividades del


comportamiento de los hospedadores de los agentes infecciosos, afectan a su
transmisión posterior Un ejemplo es la rabia en los zorros. La rabia en Europa se
mantiene en los zorros. El comportamiento de los zorros durante el año modifica su
asociación, así pueden ser solitarios, estar en parejas o formar parte de de una unidad
familiar. Del mismo modo el comportamiento de los zorros rabiosos depende del tipo de
rabia que presentan; los zorros con rabia muda pueden buscar una existencia solitaria,
mientras que la rabia furiosa puede inducir a los zorros a aproximarse fácilmente a otros
animales.

El incremento en el tipo de rangos de hábitat, puede provocar un aumento en la


difusión de la infección. Así por ejemplo, durante los meses de verano la rabia puede
estar confinada en zorros de la parte septentrional de la tundra y bosques de Canadá,
pero en invierno cuando el alimento disponible se vuelve escaso, los zorros infectados
pueden invadir zonas meridionales e introducir la rabia en tales regiones.

Las relaciones entre los animales unidos por cadenas alimenticias, determinan la
variedad de animales en un área particular. Del mismo modo, el clima y la vegetación
gobiernan la distribución de plantas y en consecuencia de los animales que viven en
ellas. Estas áreas están caracterizadas por los animales y plantas que las ocupan y por
sus características físicas y climáticas. Este complejo único que se interacciona se
denomina ecosistema. Los componentes de un ecosistema pueden ser considerados por
separado y los ecosistemas pueden variar de tamaño. Se han ideado diferentes términos
para describir estos componentes, entre los que se incluyen biotopo y biocenosis.

Biotopo, es la unidad espacial más pequeña capaz de proporcionar condiciones


de vida uniformes. Por lo tanto, el biotopo de un organismo describe su localización, en
contraste con un nicho, el cual describe la posición funcional de una comunidad. El
biotopo puede ser de tamaño variable. Por ejemplo, puede ser el ciego de un pollo para
Eimeria tenella o un área de tierra encharcada para Fasciola hepática.

Una biocenosis es el conjunto de organismos vivos que existen en un biotopo. El


término organismos vivos, incluye a las plantas, animales y microorganismos que están
en el biotopo. A veces se usa el término comunidad biótica como sinónimo de
biocenosis. En otras ocasiones comunidad biótica, se refiere a grandes biocenosis. Las
mayores comunidades bióticas son los biomas.

Según su origen pueden distinguirse tres tipos de ecosistemas: autóctonos,


antropúrgicos y sinantrópicos.
• Autóctono, deriva del adjetivo griego autos, que significa “uno mismo” o “el
mismo”, el nombre ehthon, que significa “la tierra”, “tierra, suelo, país” y el
sufijo adjetival ous, que significa “derivado de”. Por lo tanto, un ecosistema
autóctono es aquel “que proviene de la tierra”. Ejemplos de esto, se encuentran
en los biomas, tales como el bosque tropical húmedo y los desiertos.

• Antropúrgico, proviene del nombre griego anthropo, que significa “hombre” y


de la raíz del verbo griego erg, que significa “trabajar en” “presentar, mostrar,
producir, ocasionar” “crear”. Por lo tanto, un ecosistema antropúrgico, es aquel
creado por el hombre (en sentido estricto significaría “creación del hombre”).
Ejemplos son aquellos que se encuentran en pastos cultivados y ciudades.

• Sinantrópico, proviene de la preposición griega syn, que significa “unión con” o


“simultaneidad” y del nombre griego anthropos, que significa hombre. Por lo
tanto, un ecosistema sinantrópico es aquél que está en contacto con el hombre.
Un ejemplo, lo constituye un vertedero de basura que hospeda una cierta
variedad de animales (ratas ratones, etc.). resulta que algunos ecosistemas
sinantrópicos, tales como los vertederos de basuras, también son antropúrgicos.
Los ecosistemas sinantrópicos facilitan la transmisión de las infecciones
zoonóticas de sus hospedadores inferiores al hombre. Por ejemplo, la rata negra,
Rattus norvegicus, que habita en basureros y puede estar infectada en forma
inaparente con Leptospira serovariedad ballum. Los hombres que habitan zonas
próximas a los basureros en los cuales se encuentran ratas, pueden resultar
infectados por este germen.

Se dice que ha tenido lugar un clímax ecológico cuando animales, plantas y


microorganismos, han llegado a una relación de equilibrio estable. Característicamente,
cuando está presente una infección y se ha llegado a un equilibrio demasiado estable,
ésta es generalmente es endémica. Además, el equilibrio entre el hospedador y el
parásito habitualmente da lugar a infecciones inaparentes. Tales situaciones estables
pueden ser alteradas por el hombre, dando lugar a epidemias. Por ejemplo la lengua
azul, una enfermedad vírica de la oveja, fue reconocida solamente a finales del siglo
XIX, después de realizar importaciones en rebaños de ovejas a Sudáfrica desde Europa.
Sin embargo, el virus estaba presente en las ovejas autóctonas antes de esto, pero era
parte de un clímax ecológico en el cual solamente producía infecciones inaparentes. La
introducción de ovejas extrañas al ecosistema provocó una alteración del clímax estable.

Un clímax comprende agentes infecciosos endémicos, indica la presencia de


todos los factores necesarios para el mantenimiento y la transmisión del agente. A
veces, cambios en la ecología local puede inclinar el equilibrio a favor de los parásitos,
incrementándose de esta forma la incidencia de la enfermedad. Por ejemplo, la
periodicidad estacional de la fiebre aftosa en Sudamérica, puede deberse a los aumentos
estacionales de las poblaciones de ganado vacuno susceptibles, cuando se llevan a
pastar los animales a áreas endémicas.

Por otro lado, las superficies de contacto ecológicas son la unión o juntura de
dos ecosistemas,. Las enfermedades infecciosas pueden transmitirse a través de estas
superficies de contacto. Un ejemplo lo constituye la transmisión de la fiebre amarilla,
una enfermedad humana causada por un arborvirus. En África, el virus se mantiene en
los monos, en un ecosistema boscoso autóctono en el dosel del bosque. Los mosquitos
que viven en el dosel del bosque, Aedes africanus, transmite el virus entre los monos. El
mosquito A. simpsoni, enlaza las superficies de contacto entre los ecosistemas boscoso
autóctono y las sabanas antropúrgicas cultivadas. Por lo tanto este mosquito mantiene
un ciclo de plantación, en el hombre. Por último, el mosquito urbano A aegypti puede
mantener el ciclo urbano en el hombre. Las personas que penetren en el bosque también
pueden contraer la infección a través de A. africanus.

Un mosaico ecológico es una parcela de vegetación modificada, creada por el


hombre dentro de un bioma. En tales circunstancias, las infecciones pueden propagarse
de los animales silvestres al hombre. Por ejemplo, en el hombre, la loasis (una infección
helmíntica por Loa loa) es transmitida por un artrópodo que vive en pequeños claros del
bosque y el cual también puede hacer entre los monos que habitan el dosel. De forma
similar, los claros en el dosel del bosque fomentan la formación de una gruesa cubierta
de vegetación herbácea sobre el suelo, creando de esta forma unas condiciones que son
favorables para la incursión de ratas de campo con ácaros infectados con tifus
exantemático, los cuales forman islas de ácaros y como resultado áreas localizadas de
tifus exantemático endémico.

Sin embargo, la transmisión no siempre tiene lugar en mosaicos, ya que no


siempre están disponibles los vectores adecuados. Así por ejemplo, en Malasia, el
hombre vive indemne en bosques en mosaicos con monos infectados con una variedad
de especies de Plasmodium (un protozoario) que son patógenas para el hombre. La
transmisión del hombre a los monos no tiene lugar ya que los vectores que pican a
ambos tipos de primates no están presentes en el ecosistema

Desde hace tiempo se ha utilizado la bioclimatografía la cual consiste en la


utilización de pares de elementos climáticos de significación biológica.

En general, la importancia de esta metodología naturalista, además de sus


implicaciones estrictamente científicas, se fundamenta en la consideración de que, sin
un preciso conocimiento de las regiones naturales del país y de su situación ecológica y
biogeográfica, no es posible una planificación de las actividades agropecuarias y una
explotación de los recursos naturales que se apoyen en principios básicos racionales.

Cabe destacar que estos trabajos bioclimáticos corresponden en gran parte a la


línea propiciada por la FAO (1962) como complemento de los estudios sobre
producción pecuaria y sanidad animal y por la UNESCO (1958) en su Proyecto Mayor
sobre zonas áridas. En la actualidad, este estudio puede servir de base para la
investigación que se realice dentro de los marcos del Programa "El Hombre y la
Biosfera" de UNESCO.

La representación conjunta de pares climáticos es una técnica que ha tenido gran


difusión, especialmente en los últimos años, ya que permite configurar en forma gráfica
y con mucha claridad las tendencias climáticas y facilita las comparaciones a nivel
regional. Sin embargo, es necesario destacar, que el estudio por separado de un solo
elemento climático es de escaso significado biológico; según una cita anónima (en
Bodenheimer 1958) "el estudio de las variaciones de la influencia de un solo factor
climático no permite conocer una situación, sino en la proporción del 10% a lo sumo, en
lo que concierne a los organismos vivientes". Además, muchas veces el verdadero
factor limitante para la vida animal o vegetal no es sino una combinación de factores.
Sobre todo la influencia combinada de temperatura y humedad (o precipitaciones) es de
importancia fundamental en la distribución y en el crecimiento de las plantas, como
también en la repartición y en las fluctuaciones estacionales de los animales.

La mayoría de las representaciones gráficas del clima puede agruparse, bajo el


simple punto de vista de su elaboración, en dos grandes categorías:

a) La que emplea un sistema de coordenadas cartesianas simples, colocando por lo


general en la ordenada la temperatura y en la abscisa las precipitaciones o la
humedad relativa. El ejemplo clásico de este tipo está dado por climógrafos e
hiterógrafos.
b) La que utiliza un sistema de coordenadas cartesianas con dos ejes de ordenadas,
destinados a dos elementos climáticos de naturaleza y escala variable según los
autores, y disponiendo en la abscisa los doce meses del año.
a) Sistema de coordenadas cartesianas con escala en una ordenada
Los gráficos de este tipo se utilizan sobre todo para representar las relaciones de
la temperatura con las precipitaciones o la humedad, pero pueden servir también para
analizar una serie de otros factores ecológicos pareados (insolación, salinidad, ciclos
lunares, porcentaje de cubierta vegetal, etc.).

Los climógrafos (= termohigrogramas) que oponen la humedad relativa a la


temperatura, y los hiterógrafos, llamados también hyetérgrafos o ermohidrogramas, que
relacionan la temperatura con las lluvias. Algunos autores engloban estos dos gráficos
bajo la denominación única de climógrafos o climogramas.

La técnica de confección de ambos es por lo demás sencilla: en un sistema de


coordenadas cartesianas se colocan las temperaturas medias mensuales en el eje de las
ordenadas, trazando en el de las abscisas las humedades relativas mensuales tratándose
de los climógrafos, o las precipitaciones mensuales en el caso de los hiterógrafos. Cada
punto representa así las condiciones medias de cada mes en cuanto a los factores
analizados. La unión de estos puntos constituye un polígono cuya ubicación,
inclinación, forma y extensión en el diagrama exteriorizan visualmente las
características esenciales del clima de una Estación.

Además de ser utilizados para esquematizar el clima de una zona, estos gráficos
se han empleado frecuentemente en trabajos de fisiología ambiental o ecología
experimental, en especial, referentes a aspectos entomológicos para predecir la
aparición e incidencia de plagas de insectos, al considerar la combinación de
temperatura y humedad como el principal factor limitante.

Su uso se ha popularizado notablemente en ecología pecuaria y agraria para


circunscribir las áreas climáticas optimales de una especie y, sobre todo, como método
para detectar ambientes homoclimáticos (homoclimas, análogos climáticos), vale decir,
como base de comparación para seleccionar zonas de condiciones climáticas
semejantes. El fin perseguido con esto es establecer el grado de adaptabilidad que una
especie o raza determinada podría presentar al ser introducida desde su área de origen a
una nueva región; su significado es de indudable importancia para proyectos de
colonización y para el mejoramiento de la productividad agropecuaria, especialmente en
ambientes poco favorables. No está demás recalcar que la evidenciación de climas
símiles no permite por cierto efectuar una simple copia de los métodos agropecuarios de
otra región ni justifica la importación indiscriminada de las razas allí existentes; se trata
de un elemento de juicio más en el aspecto de la adecuación ambiental, con el fin de
limitar el estudio a ciertas áreas de afinidad ecológica más probable.

En lo que se refiere a la ecología pecuaria, los climógrafos se han utilizado


especialmente para estudios sobre ganado vacuno, mientras los hiterógrafos se han
aplicado sobre todo en trabajos referentes a los ovinos y, en general, a toda explotación
extensiva, debido a la influencia determinante de las lluvias y de la temperatura sobre el
forraje natural.

Para la caracterización de grandes grupos climáticos a partir de los hiterógrafos,


Dansereau (1957) define algunas tendencias generales que corresponden bastante
estrechamente a los principales tipos de formación vegetal: los climas constantes
(oceánicos o ecuatoriales) se evidencian por hiterógrafos irregularmente redondeados,
sin marcadas variaciones de temperatura o precipitaciones; la tendencia tropical se
reconoce por hiterógrafos situados en la parte superior del diagrama y alargados
horizontalmente, debido a las fuertes fluctuaciones pluviométricas estacionales (lluvias
en verano) junto a una relativa constancia térmica; la tendencia mediterránea se
exterioriza por hiterógrafos inclinados hacia la posición derecha e inferior del diagrama,
dado que las precipitaciones se concentran en el período frío o invernal; la tendencia
continental se revela por un hiterógrafo muy extendido verticalmente por las grandes
fluctuaciones térmicas, registrándose una relativa constancia pluviométrica o bien cierta
concentración de las lluvias en verano; en este último sentido, hay ciertos nexos entre
tendencia tropical y continental. Finalmente, las tendencias polares y desérticas
muestran también hiterógrafos verticales, pero en este caso adosados al lado izquierdo
del diagrama, en la parte superior para los desiertos cálidos y en la inferior para los
desiertos fríos o polares. Naturalmente, no hay delimitaciones marcadas entre estas
tendencias, verificándose frecuentemente situaciones transicionales.

b) Sistema de coordenadas cartesianas con escala en dos ordenadas


Este sistema de representación climática consiste en utilizar el eje de las abscisas
para los doce meses del año, en orden progresivo de enero a diciembre para el
hemisferio boreal y de julio a junio para el austral, con lo cual se mantiene la
correspondencia de las estaciones y se permite la comparabilidad entre localidades
situadas en los dos hemisferios; los dos ejes opuestos de las ordenadas consignan datos
a escalas convencionales de dos elementos climáticos. Estos gráficos se emplean en
climatología desde muchos años, sobre todo para representar al mismo tiempo las
tendencias térmicas y pluviométricas. Gaussen y Bagnouls en 1953 plantearon la
posibilidad de ilustrar con estos diagramas las relaciones entre temperatura y
precipitaciones en forma tal de poder establecer períodos áridos y húmedos sobre la
base de la proporción P 2T. De acuerdo a esto, "un mes seco es aquel en que el total
mensual de las precipitaciones, expresado en milímetros, es igual o inferior al doble de
la temperatura media mensual, expresada en grados centígrados".

El método de Gaussen y Bagnouls fue modificado en parte por Walter en 1955,


quien con los cambios propuestos mejoró la representabilidad de los diagramas,
reduciendo a 1/10 la escala de las precipitaciones sobre los 100 mm; considera además
en el gráfico una serie de otros elementos climáticos. La modificación tal vez más
interesante cuya existencia puede efectivamente comprobarse en el terreno desde un
punto de vista biológico.

Una pequeña diferencia entre el gráfico de Gaussen y el de Walter, todavía no


señalada, es que en el primero se consideran los meses en el hemisferio sur de junio a
julio, mientras que en el de Walter esta secuencia va de julio a julio.

En el diagrama de Walter, el período húmedo se representa convencionalmente


por líneas verticales, salvo lo que excede los 100 mm. de precipitaciones que se llena en
negro; el período seco se evidencia mediante una superficie punteada. Se pueden incluir
a lo largo de la abscisa los períodos desfavorables por el frío, señalar la cantidad media
de días sin heladas, además de dar cifras sobre altitud, número de años de observación,
precipitaciones, temperatura media anual, mínima media del mes más frío, mínima
absoluta, máxima media del mes más cálido, máxima absoluta y oscilación media de la
temperatura.

El ábaco hidrotérmico, utilizado con menos frecuencia que los dos anteriores a
nivel internacional, emplea escala logarítmica para las precipitaciones y aritmética para
la temperatura media. Este ábaco se basa en el principio de que las necesidades de agua
de las plantas siguen una progresión exponencial, en tal forma que por un aumento de la
temperatura mensual de 6 °C los requerimientos de agua se duplican; en este diagrama,
es la escala de las precipitaciones la que reemplaza en cierto modo la estimación de
evapotranspiración.

Un breve análisis comparativo de estos tres diagramas destaca los siguientes


hechos:
1. La mayor sencillez del diagrama de Gaussen.
2. La mejor representabilidad del climodiagrama de Walter, que reduce las
figuras a dimensiones más estables
3. La mayor sensibilidad del ábaco hidrotérmico para detectar la aridez.

Por otro lado, un método usual de representación de la distribución geográfica


(espacial) de la enfermedad consiste en la realización de mapas. Esto es de gran valor,
no solo para la identificación de áreas donde existen las enfermedades, sino también en
la investigación de la forma y dirección de la transmisión de las enfermedades
infecciosas. Por ejemplo, la distribución espacial de casos de fiebre aftosa durante el
brote Británico de 1967, sugirió que la infección podría haber sido diseminada por el
viento. Investigaciones posteriores han apoyado esta idea.

Los mapas también pueden sugerir posibles causas de enfermedades de etiología


desconocida. La cartografía, indicó como los tumores de la oveja (principalmente a
nivel de la mandíbula) en Yokshire se agrupaban en áreas donde eran comunes los
helechos. Esto condujo a formular la hipótesis de que los helechos causaban tumores.
Posteriormente la hipótesis fue corroborada por investigaciones experimentales. De
igual forma la comparación de un mapa de distribución de la hipocupremia en ganado
vacuno ha demostrado áreas de Inglaterra y Gales donde la carencia de cobre en los
bóvidos pudiera ser debida a un exceso de molibdeno en la dieta.
A pesar de su sencillez, los mapas pueden ser cualitativos, indicando la
localización sin especificar la cantidad de enfermedad. También pueden ser
cuantitativos, mostrando el número de casos de enfermedad (el numerador en
proporciones, tasas y razones), la población en riesgo (el denominador) y la prevalencia
e incidencia (es decir, incluyendo tanto el numerador como el denominador). Los mapas
pueden ser trazados según el tamaño de un país o una región, en cuyo caso a menudo se
hacen mapas geográficos base (mudos). Por el contrario, pueden ser trazados para
representar el tamaño de la población afectada. Estos últimos, menos familiares, se
hacen como mapas demográficos base.

La mayoría de los atlas se componen de mapas geográficos base. Existen


diferentes tipos de mapas geográficos base, cada uno de los cuales tiene una utilidad
diferente y muestran información de detalles variables. Se pueden mencionar los
siguientes:

a) Mapas puntuales.- Ilustran brotes de enfermedad en distintas localizaciones


mediante círculos, cuadrados, puntos u otros símbolos. Los mapas puntuales son
cualitativos, no indican la extensión de los brotes y por lo tanto cada uno de ellos puede
implicar un número cualquiera de individuos. Los mapas puntuales se pueden
perfeccionar utilizando flechas para indicar la dirección de propagación de la
enfermedad. Una serie de mapas puntuales, representando la aparición en diferentes
épocas, puede indicar la dirección de propagación de un brote de enfermedad.

b) Mapas de distribución.- Un mapa de distribución está construido para mostrar


el área sobre la cual aparece la enfermedad.

c) Mapas coropléticos.- es posible representar informaciones cuantitativas, tales


como densidad, morbilidad y mortalidad animal en términos de unidades discretas de
áreas. Generalmente, estas unidades son áreas administrativas, tales como municipios,
condados, territorios o estados. Los mapas que representan información de esta forma
de denominan coropléticos (del griego: choros = un área, una región; y plethos = una
multitud, un gentío; la población). Los mapas coropléticos representan datos
cuantitativos, sin embargo los límites entre los diferentes valores registrados son algo
artificiales. Por ejemplo, no hay unos límites entre prevalencia alta y baja, son
simplemente los límites administrativos de las áreas para las cuales se han calculado los
valores medios representados.

d) Mapas isopléticos.- Los verdaderos límites entre diferentes valores pueden ser
representados mediante la unión de todos los puntos de igual valor por una línea, tal
como se unen los puntos de igual altitud para hacer los conocidos mapas topográficos.
Los mapas realizados de esta forma se denominan isopléticos (del griego: iso = igual).
Las líneas que unen los puntos de igual morbilidad se llaman isomorbas y aquellas que
unen los puntos de igual mortalidad isomorts. Si hay que trazar estas líneas sobre un
área, se deben conocer estimaciones seguras tanto del número de casos de enfermedad
(numerador9 como del tamaño de la población en riesgo (denominador). Los mapas
isopléticos en medicina veterinaria no son muy frecuentes ya que generalmente falta
este tipo de información.

e) Mapas demográficos base.- Un medio alternativo de presentar información de


morbilidad y mortalidad es en relación con el tamaño de la población. Los mapas que
representan información de esta manera están basados por lo tanto en la demografía.
Tienen la ventaja de relacionar la morbilidad y mortalidad con el tamaño de la
población en riesgo. Los mapas requieren información segura en áreas determinadas,
tanto del numerador como del denominador, en proporciones, tasas y razones. No son
muy frecuentes en medicina veterinaria ya que ha menudo falta esta información.

La principal aplicación de los mapas en epidemiología veterinaria ha sido para


demostrar datos cualitativos, generalmente utilizando mapas puntuales y de
distribución. Sin embargo, según se va teniendo más datos demográficos animales
disponibles e información sobre la morbilidad de las enfermedades, los mapas
cuantitativos van siendo más frecuentes, esto también se ve facilitado por las modernas
técnicas para gráficos de las computadoras.

II. Componentes de la Cadena Epidemiológica.


Para las enfermedades transmisibles, los eslabones de la cadena epidemiológica
son los siguientes:
a) Agente infeccioso.
b) Reservorio
c) Puerta de salida del agente causal del reservorio
d) Modos de transmisión
d) Puertas de entrada del agente causal al hospedero sano y susceptible.

a) Agente infeccioso: Son organismos, principalmente microscópicos (bacterias,


protozoos, espiroquetas, hongos, virus, rickettsias y otros), pero inclusive
helmintos, capaces de producir infección o enfermedades infecciosas.

b) Reservorio: Se denomina reservorio a los hombres, animales, suelo o materia


orgánica inanimada, en los que al agente causal vive y se multiplica (replica), y
de los que depende principalmente para su subsistencia, reproduciéndose de
manera que pueda ser transmitido a un hospedero susceptible. En otras palabras,
reservorio es el hábitat natural del agente causal.

Los reservorios se dividen en: humanos, animales y el suelo o materia orgánica


inanimada.

• Reservorios humanos: el hombre es el reservorio y a la vez la fuente principal de


infección, representada por los casos clínicos, subclínicos o inaparentes y por los
portadores.

El caso clínico reconocido o enfermedad real y aparente es de menor peligro para la


comunidad ya que por lo general esta hospitalizado o en reposo absoluto en el hogar; y
por tanto fácil de controlar.

Los casos subclínicos o inaparentes, son los pacientes que presentan pocos e
imprecisos síntomas o signos clínicos, que raramente son diagnosticados y por tanto
difícilmente se les mantienen aislados de la comunidad. Son los más peligrosos, desde
el punto de vista epidemiológico, que los casos clínicos aparentes, pues son los que más
contribuyen a diseminar el agente causal en la colectividad.

Este grupo incluye los casos abortivos y los ambulatorios, diferenciándose ambos en
la mayor o menor, incluso a veces casi imperceptible, indisposición que presentan estos
pacientes que por otra parte les permite atender sus obligaciones diarias normalmente.

Los portadores son las personas o animales que albergan un agente infeccioso
específico, sin presentar signos o síntomas específicos de enfermedad, y puede ser
reservorio y fuente de la infección para otras personas o animales, son los más
importantes propagadores de la enfermedad en las poblaciones y tienen gran
significación epidemiológica.

• Reservorios animales: son los animales enfermos y portadores. Los principales son
los animales que conviven con el hombre, domésticos y salvajes. El agente causal
puede ser transmitido a partir de un animal enfermo, por contacto directo con éste,
como en el caso de la rabia, tuberculosis bovina a través de la ingestión de leche de
de ganado infectado.

• Suelo o materia orgánica inanimada: actúa como reservorio del agente causal en el
caso de gérmenes que viven en él. Es por tanto fuente del agente causal, por
ejemplo, de muchos parásitos intestinales, bacilo botulínico, gérmenes esporulados
como el bacilo tetánico, entre otros.

c) Puerta de salida del agente causal del reservorio: Lo más importante del
reservorio es la parte del mismo por la cual escapa el agente causal, es decir, la
puerta de salida. La facilidad de salida del agente del reservorio condiciona la
peligrosidad y la forma como lo haga, determinará, en parte, la vía de
transmisión hasta el hospedero sano.

Las puertas de salida generalmente son las siguientes:


• Respiratoria
• Intestinal.
• Genito - urinaria
• Ciertas lesiones abiertas de las enfermedades infecciosas.

• Respiratorias: tal vez, una de las puertas de salida más frecuentes de los agentes
causales del reservorio sea la porción superior del aparto respiratorio (boca, nariz,
garganta). Al toser, estornudar o hablar, las personas y los animales expulsan gotitas
de saliva que contienen al agente causal. Es de esta forma como salen y se propagan
los gérmenes de las enfermedades infecciosas de las vías respiratorias altas,
tuberculosis e influenza, entre otras.

• Intestinal: La puerta intestinal es la salida que utilizan algunos agentes causales


para abandonar el reservorio. No es una forma de salida permanente, como la
respiratoria, sino intermitente, puesto que en las heces de un enfermo o un portador
no necesariamente se van a encontrar siempre agentes de la enfermedad. Utilizan esta
puerta los gérmenes del grupo entérico, como son las salmonelas, huevos de
parásitos y los parásitos mismos.
• Genito-urinaria: Menos frecuente que la respiratoria y que la intestinal; esta
puerta es utilizada por E. coli, Brucelas, etc.

• Ciertas lesiones abiertas de las enfermedades infecciosas: Algunas


enfermedades infecciosas presentan lesiones abiertas por las cuales los agentes
patógenos abandonan el reservorio; por ejemplo, las supuraciones de un oído;
eliminan estreptococos.

d) Mecanismos de transmisión: son los mecanismos por medio de los cuales un


agente infeccioso pasa del reservorio al hospedero susceptible; existen dos
clasificaciones:

1. Directa e indirecta
2. Vertical y horizontal.

La transmisión directa a su vez se subdivide en:


Contacto directo
Diseminación de gotitas.

Contacto directo: Existen agentes que requieren una vía de transmisión rápida,
directa, con el fin de pasar inmediatamente del reservorio al nuevo hospedero. Es el
caso de gérmenes frágiles que utilizan el contacto físico directo (intimidad) entre el
reservorio y el hospedero para transmitir al agente.

Diseminación de gotitas: Al caer en las conjuntivas y la cara o en la nariz o la


boca las gotillas rociadas por una persona o animal infectado al estornudar, toser, cantar
y hablar (humano). Esas gotillas generalmente no se diseminan a más de un metro de la
fuente de infección. La transmisión de la infección por medio de gotillas se considera
una forma de infección por contacto, puesto que requiere una proximidad relativamente
estrecha entre dos o más individuos.

La vía de transmisión indirecta es utilizada por aquellos agentes causales que


pueden mantenerse fuera del reservorio, por los que se valen de intermediarios para
llegar al hospedero como son los:
Vectores
Vehículos

Vectores: son seres animados, es decir, un intermediario vivo de transmisión,


generalmente artrópodos u otros invertebrados, quienes pueden transportar los gérmenes
patógenos mecánicamente, por picadura, o después de sufrir un proceso biológico en el
organismo del vector.

Transmisión mecánica: es el vector que transporta físicamente un agente


infeccioso a su hospedador. El agente infeccioso no se multiplica ni se desarrolla en el
vector. Por ejemplo, los mosquitos y las moscas que transmiten el virus de la
mixomatosis entre los conejos.
La mosca, vector principal en esta modalidad de transmisión, se posa sobre la
materia contaminada, secreciones, heridas o lesiones, etc., y en sus patas, cuerpo o alas,
transporta el agente patógeno hasta el hombre sano, alimentos u otros artículos o
utensilios usados por éste; así es como transporta el bacilo del ántrax, y otros más.

Transmisión por picadura: En esta variedad de transmisión el insecto pica a


una persona o animal enfermo, ingiere el germen y después lo inocula al picar de nuevo
a un individuo sano o bien lo deposita con sus propias heces sobre la piel de la persona.
o animal.

Transmisión biológica: Se denomina transmisión biológica debido a que el


agente infeccioso realiza una parte necesaria de su ciclo biológico o bien se multiplica o
replica, antes de trasmitirse al hospedador.

Existen tres tipos de transmisión biológica:


• Transmisión evolutiva: cuando en el vector tiene lugar una fase esencial del
desarrollo ( ejemplo: Dirofilaria inmitis en mosquitos)

• Transmisión propagadora: cuando el agente se multiplica en el vector


(ejemplo: el virus de louping-ill en garrapatas)

• Transmisión ciclo – propagadora: combinación de las dos anteriores (ejemplo:


Babesia spp. en garrapatas)

La evolución en el vector comprende la migración del agente infeccioso. Así, en


los ciclos biológicos de los protozoos del género Tripanosoma se han identificado dos
tipos de transmisión. Los tripanosomas de África que parasitan la sangre y los tejidos de
los animales infectados, son ingeridos por insectos del género Glossina, en los cuales
experimentan un ciclo evolutivo que implica la migración desde el foco inicial de la
infección en el intestino medio y su regreso a las glándulas salivales, desde las que se
liberan las formas infectantes; se trata de una transmisión salivar. Por el contrario, los
miembros de la especie Tripanosoma cruzi (que produce la enfermedad de Chagas en el
hombre en Sudamérica, interviniendo perros, gatos y algunos animales salvajes como
reservorios) son ingeridos por chinches de la familia Reduviidae, los cuales eliminan las
formas infectantes con las heces, produciéndose la infección humana por contaminación
de heridas y de los ojos; se trata de una transmisión fecal.
Los vectores biológicos suelen ser hospedadores definitivos o intermediarios;
por ejemplo, los mosquitos son vectores biológicos y hospedadores definitivos de
Plasmodium spp. (la causa de la malaria)

Vehículos: se conoce por vehículo de enfermedad a un intermediario inanimado


de transmisión, es decir, a un ente no viviente, como el agua, la leche, los alimentos, el
aire, el suelo, los objetos de uso personal, etc.

• Agua: es un de los vehículos de transmisión más importante de los agentes


causales de las llamadas enfermedades hídricas, parasitarias intestinales, etc.

• Leche: Además de tener una capacidad de transmisión muy similar a la del agua,
es un medio extraordinario, pues los gérmenes que la contaminan pueden vivir en ella
por largos períodos de tiempo, mucho mayores que en el agua. La leche es vehículo de
enfermedades del animal productor (brucelosis, tuberculosis bovina, etc.).

• Alimentos: Cualquier alimento puede ser vehículo del agente causal de


enfermedad, por supuesto que algunos más que otros, de acuerdo a sus características.
Ellos son la vía de transmisión de infecciones e intoxicaciones alimentarias.

• Aire: Es también un vehículo de agentes patógenos al recibir las gotitas


expelidas por una persona o animal al toser o estornudar. Dichas gotitas, que pueden
permanecer suspendidas en el aire por largos períodos de tiempo, están constituidas por
un núcleo formado por el agente causal cubierto por una fina capa de humedad o moco.
Por consiguiente, el aire es un vehículo de transmisión de algunos gérmenes productores
de enfermedades infecciosas del árbol respiratorio y de algunas fungósis
(histoplasmosis).

• Fomites: Bajo esta denominación se agrupan una serie de objetos inanimados,


incluyendo los de uso personal, como termómetros, vendajes, apósitos, jeringas, agujas,
etc. En este sentido es importante resaltar el término iatrogénico, significa literalmente
“creado por un doctor”. Así pues, una enfermedad transmitida iatrogénicamente es
aquella que tiene lugar durante la práctica médica y quirúrgica. Existen dos tipos
principales, en los que interviene:
• La introducción de agentes patógenos a través de instrumentos sucios,
por ejemplo, durante la cirugía y el tatuaje no asépticos o a partir de
superficies corporales contaminadas.
• La introducción de agentes patógenos como contaminantes de productos
profilácticos o terapéuticos, por ejemplo, Pseudomona aeruginosa en
preparaciones antibióticas utilizadas en el secado de vacas por vía
intramamaria.

Transmisión vertical y horizontal:


La transmisión vertical puede ser de dos tipos: hereditaria y congénita. Las
enfermedades de transmisión hereditaria son aportadas por el genoma de alguno de los
progenitores. Así, los retrovirus, que han integrado copias del ADN vírico en el genoma
del hospedador, se transmiten hereditariamente.

Las enfermedades de transmisión congénita son, literalmente, aquellas que


aparecen desde el momento del nacimiento. Según el sentido etimológico estricto, las
enfermedades hereditarias forman parte de este grupo. Sin embargo, en lenguaje vulgar,
el término “congénito” se refiere a las enfermedades adquiridas in útero o in ovo más
que las heredadas.

La transmisión puede producirse en varios períodos del desarrollo embrionario.


Como consecuencia de la misma, pueden aparecer abortos, si es incompatible con la
vida, o teratomas literalmente monstruos. Por otro lado, pueden instaurarse infecciones
inaparentes e inmediatas al nacimiento (infecciones innatas). En este sentido se pueden
plantear lo siguiente:
Transmisión germinativa: supone la infección de las capas superficiales del
ovario o bien del propio óvulo. Como ejemplos pueden citarse la leucosis vírica aviar,
las leucemias linfoides espontáneas del ratón, la coriomeningitis linfocitaria murina y la
salmonelosis aviar.

Transmisión al embrión: esta tiene lugar a través de la placenta (vía


transplacentaria) o a través de la circulación fetal, traspasando la placenta, hasta llegar
al feto. Por ejemplo, los gatitos pueden resultar infectados transplacentariamente por el
virus de la panleucopenia felina. Los virus, por ser de menor tamaño, atraviesan la
placenta con mayor facilidad y en etapas más precoces de la gestación que los microbios
más grandes. Sin embargo, la circulación fetal puede ser portadora de un gran número
de gérmenes. La infección de la placenta no siempre desemboca en la infección del feto.
Por ejemplo, puede encontrarse gran cantidad de ricketsias causantes de la fiebre Q en
la placenta de vacas sin existir infección de los terneros en desarrollo.

Infección ascendente: es la infección que se transmite desde el tracto genital


inferior hasta el amnios y la placenta, por ejemplo, estafilococos y estreptococos.

Infección durante el parto: es la infección adquirida a partir del tracto inferior en


el momento del parto, por ejemplo, herpes simple humano

Es importante resaltar la transmisión transovárica y transestadial, en algunos


artrópodos, principalmente garrapatas y ácaros, transmiten bacterias, virus y protozoos
de una generación a la siguiente a través de los huevos; este tipo de transmisión se
denomina transovárica. Como ejemplos pueden citarse la piroplasmosis bovina y la
babesiosis canina. Por el contrario, algunos artrópodos sólo transmiten la infección de
un estadio evolutivo a otro, por ejemplo, en garrapatas; de larvas a ninfa, de ninfa a
adulto; se denomina transmisión transestadial. Un ejemplo de ello es la theilerosis,
producida por protozoos del género Theileria, que afecta a vacas, ovejas y cabras y que
se transmite por garrapatas del género Rhipicephalus.

Algunas infecciones se transmiten por vía transovárica y transestadial al mismo


tiempo, como por ejemplo la enfermedad de Nairobi del ganado ovino, una infección
vírica transmitida por la garrapata marrón Rhipicephalus appendiculatus.

Por otro lado, la transmisión horizontal se divide en directa o indirecta tal como
se trato anteriormente.

e) Puertas de entrada del agente causal al hospedero sano y susceptible:


Usualmente es la misma que la utilizada para salir del reservorio. Puede haber
una o varias. En el caso de más de una, la forma de la enfermedad indicará qué
puerta ha sido utilizada por el agente causal para entrar al hospedero. Ahora
bien, no siempre la parte afectada del organismo del hospedero indica o coincide
con la puerta de entrada del agente. Este es un concepto importante en
epidemiología para evitar las ideas erróneas sobre la propagación de la
enfermedad en una población.

Es necesario mencionar que las mucosas sirven de puerta de entrada de


gérmenes patógenos responsables de enfermedades propias de este tipo de tejidos, por
ejemplo, conjuntivitis infecciosa, enfermedades venéreas. Por otro lado, existen agentes
causales que utilizan la piel como puerta de entrada del hospedero sano, al existir una
solución de continuidad como es el caso de los estafilococos, estreptococos, virus de la
rabia.

III. Periodo Patogénico


La compleja interacción de múltiples factores o variables de cada uno de los
elementos de la tríada ecológica puede ocasionar una pérdida del equilibrio del
sistema ecológico. Si dicho equilibrio es desfavorable al hospedero, se producirá
la enfermedad. Por lo tanto, como efecto de dicha interacción y del desequilibrio
resultante, se produce el estímulo (Fig. 1) de enfermedad que hará que se inicie
el verdadero proceso patológico en el hombre o en los animales, cuando dicho
estímulo entre en interacción con éstos. Es importante recordar que una
enfermedad aparece como consecuencia de una cadena de acontecimientos que
enlazan los elementos de la tríada ecológica, agente-ambiente-hospedero,
fácilmente se deduce que parte la cadena epidemiológica forma parte del período
prepatogénico de la historia natural de la enfermedad.

El estímulo representa la multiplicidad causal o conjunto causal y no la única


causa, que desencadenará el proceso de enfermedad en los animales y en el hombre. El
período de patogénesis representa la evolución de la enfermedad en los animales.

El período de la patogénesis o curso normal de la enfermedad, representa la


evolución de la misma, desde su inicio, como resultado de la interacción con el
estímulo, hasta el fin de la reacción la cual puede ser: recuperación, incapacidad, estado
crónico o muerte.

La respuesta o reacción del hospedero ante el estímulo se traduce en cambios


orgánicos y funcionales a través de todo el período, constituyendo las etapas evolutivas
del curso natural de la enfermedad.

El hospedero reacciona con cambios en los tejidos, alteraciones bioquímicas,


fisiológicas, etc.; en general se manifiestan cambios tisulares. Estos cambios iniciales
no pueden ser demostrados con lo métodos y técnicas actuales de diagnóstico. Para
entender mejor esta situación, se le ha dado el nombre de etapa preclínica al curso
natural de la enfermedad hasta este momento. Dicha etapa, representa el período de
incubación, período de latencia, período de acumulación o de exposición a agentes no
vivos, etc.; varía según el tipo de enfermedad.

La evolución de una enfermedad infecciosa en un individuo implica una serie de


interacciones complejas entre el microorganismo y el hospedero. Los acontecimientos
más relevantes son:

• Entrada del agente infeccioso, invasión y colonización de los tejidos del


hospedero.
• Supervivencia o no del microorganismo según su resistencia a los
mecanismos de defensa.
• Posible daño tisular y deterioro funcional, inducidos por el agente infeccioso
o la propia respuesta del hospedero.
La capacidad de resistir la infección depende del correcto funcionamiento e
interdependencia de una serie de sistemas, que actúan coordinadamente como un
conjunto integral de defensa. Los mecanismos de defensa pueden ser inespecíficos o
específicos; los inespecíficos, como su nombre lo indica, no poseen efectores
particulares y diferenciales para cada elemento extraño, y carecen, además, de memoria,
evidenciada por el hecho de que no se modifica cualitativamente la reacción ante
exposiciones ulteriores del mismo agente.

La piel y las membranas mucosas constituyen la primera línea de defensa


inespecífica, éstas impiden la penetración de los microorganismos al establecer reales
barreras físicas, incluyendo el adecuado funcionamiento de los epitelios ciliados y la
presencia del mucus que atrapa las partículas y evita se acerquen a las membranas;
además mediante barreras químicas, tales como la presencia de ácidos grasos en la piel,
enzimas como la lisozima en mucosas, un bajo pH, y la presencia de una flora normal
que interfiere con el crecimiento de agentes patógenos.

Aquellos microorganismos que superan la primera línea de defensa tienen que


enfrentar la respuesta inflamatoria, segunda línea de defensa inespecífica, que incluye
fenómenos vasculares y celulares. Los fagocitos, fundamentalmente neutrófilos y
macrófagos, desempeñan un papel vital en la destrucción de los microorganismos. Las
células naturales asesinas son capaces de reconocer las alteraciones de membrana
producidas por la infección y proceder a la destrucción celular. Además de estas
defensas celulares, existen factores solubles, entre los que se destacan los mecanismos
mediados por los interferones tipo I, las proteínas de fase aguda, como la proteína C
reactiva que facilita el proceso de opsonización y ulterior fagocitosis, así como la
activación de la vía alterna del complemento.

Los mecanismos de defensa específicos, forman la tercera y última línea


defensiva, es decir, la inmunidad. No todos los microorganismos son iguales, difieren
entre otros aspectos en su estructura, en la forma y lugar de multiplicación o replicación,
así como en la resistencia contra los mecanismos inespecíficos de defensa. Con
frecuencia los microorganismos son capaces de sobrevivir a dichos mecanismos, por lo
que el sistema inmune durante su desarrollo filogenético, adquirió la capacidad de
responder contra estos agentes de diferentes formas especializadas, con el objetivo de
combatirlos más eficazmente.

En las enfermedades transmisibles, es importante recordar el concepto de


período de incubación y el período de transmisibilidad. Se denomina período de
incubación, al intervalo entre la exposición, infección o infestación, y el inicio de signos
y síntomas clínicos de la enfermedad. Período de transmisibilidad es el período o
períodos durante el cual o los cuales pueden transferir directa o indirectamente el agente
infeccioso de la persona infectada a otra persona, de un animal infectado al hombre, o
de un hombre infectado a los animales.

Es evidente que en el periodo de incubación la interacción entre el agente


infeccioso y el hospedero se lleva a cabo a nivel celular, de tejidos, órganos, aparatos y
sistemas.
En los signos y síntomas se inicia la etapa clínica, con la aparición de algo
anormal que llama la atención. Los cambios titulares o la alteración de forma y función
dan lugar, frecuentemente a signos y síntomas y a un curso evolutivo de la enfermedad
más o menos típico. Estas alteraciones que pueden ser clínicamente diagnosticadas
aparecen sobre el horizonte clínico (Fig. 1), línea imaginaria que separa la etapa clínica
de la etapa preclínica, es decir, la parte mejor conocida del curso de la enfermedad de la
otra cuyo conocimiento es insuficiente y constituye la gran laguna de la medicina
moderna. Si el proceso de enfermedad no ha sido interrumpido por un tratamiento
adecuado y prosigue su curso natural en el tiempo, se presentarán lesiones funcionales y
orgánicas, es decir, se producirá defecto o daño en el organismo del hospedero.

La evolución natural de la enfermedad puede finalizar por acción del tiempo,


llevando al individuo al estado crónico, dejando incapacidad, produciendo la muerte o la
recuperación espontánea del hospedero.

IV. Niveles de Prevención.


Al esquema de la historia natural de la enfermedad es posible adaptarle otro,
para explicar la aplicación de medidas preventivas. Así, en el período prepatogénico
será de gran valor conocer la multiplicidad de factores causales de la tríada, con el fin
de interceptar la interacción o romper el eslabón más débil o el más accesible de la
cadena epidemiológica y evitar se produzca el estímulo de enfermedad; en el período
patogénico se tratará de interrumpir el curso de la enfermedad en cualquier etapa de su
evolución y prevenir su desarrollo; en este sentido el tratamiento clínico o quirúrgico de
una enfermedad es considerado como una medida de prevención, puesto que interrumpe
el curso del proceso. Por consiguiente, la interferencia en el desarrollo de la enfermedad
se reduce a interponer barreras en distintos momentos de su ciclo evolutivo.

Cuanto mayor conocimiento se tenga de la historia natural de la enfermedad,


mayor será el éxito alcanzado en la prevención, puesto que permitirá anticipar medidas
que dificulten el inicio o el progreso de la enfermedad.

Pueden distinguirse tres niveles (Fig. 1):

• Prevención primaria: Con las medidas de prevención primaria, en el período


prepatogénico se persigue promover un estado óptimo de salud, proteger
específicamente al hombre contra los agentes de enfermedad y establecer
barreras contra los agentes ambientales.

• Prevención secundaria: Cuando la enfermedad es detectada en los primeros


momentos del período de patogénico, las medidas de prevención consisten en un
diagnóstico temprano y tratamiento adecuado y precoz. Pero si el proceso es
detectado tardíamente, un tratamiento adecuado puede prevenir las secuelas y
limitar el daño.

• Prevención terciaria: se aplican cuando la enfermedad ha progresado hasta los


últimos estadios de la patogénesis y se ha llegado al defecto o incapacidad. La
rehabilitación puede evitar una inutilidad completa y absoluta y del derrumbe
moral.

Leavell y Clark subdividen estos tres niveles de prevención en cinco, a las que
denominan áreas de aplicación de medidas preventivas (Tabla 2)

Niveles. Áreas de aplicación. Período de acción.

Prevención primaria Fomento de la salud Prepatogénesis


Protección específica.
Prevención secundaria. Diagnóstico precoz y Patogénesis
tratamiento inmediato
Limitación del daño.
Prevención terciaria Rehabilitación. Patogénesis.

Tabla 2. Niveles de prevención y áreas de aplicación por periodo de acción

En cada uno de estas áreas pueden aplicarse una serie de medidas preventivas de
acuerdo con el conocimiento que se tenga de la historia natural de la enfermedad
específica.

Prevención primaria
Las medidas de prevención primaria que se aplican en el período de la
prepatogénesis, es decir, antes de que el hombre o el animal estén infectados, se pueden
agrupar en dos áreas de aplicación. El primero, denominado fomento de la salud, reúne
las medidas de carácter general y el segundo, protección específica, las específicas.

a. Fomento de la salud (1er área).


En este primer nivel de prevención, se trata de aplicar medidas generales para
mantener o mejorar la salud en general y el bienestar del individuo, la población o la
comunidad. La labor no es específica contra ninguna enfermedad.

Tiene los siguientes objetivos:


• Crear las condiciones más favorables para resistir el ataque de las enfermedades.
• Aumentar la resistencia y crear un ambiente favorable a la salud.
• Crear un ambiente desfavorable a la enfermedad.

Como ejemplo se pueden aplicar las siguientes medidas:


• Educación higiénica y sanitaria
• Alimentación y estado nutricional adecuados a las fases del crecimiento y
desarrollo del individuo y a otros estados fisiológicos
• Vivienda o instalaciones adecuadas
• Exámenes de salud periódicos en grupos aparentemente sanos

b. Protección específica (2ª área).


Este nivel congrega aquellas medidas que persiguen proteger al individuo contra
una o un grupo de enfermedades antes de que sea atacado. Es decir, el establecimiento
de medidas específicas contra el agente, protección del hospedero y mejoramiento del
ambiente.

Contempla los siguientes objetivos:


• Proteger específicamente contra determinada enfermedad.
• Proteger con métodos positivos, comprobados y de eficacia mensurable.

Por ejemplo, a través del establecimiento de las siguientes medidas:


• Inmunizaciones específicas para proteger al hospedero de ciertas
enfermedades transmisibles.
• Lavado y el uso de desinfectantes para eliminar ciertos agentes infecciosos
• Establecimiento de medidas para mejorar el ambiente como pueden ser el
drenado de charcas para evitar la proliferación de mosquitos en caso de
algunas enfermedades en donde los vectores tienen un papel fundamental

Por otro lado, es importante mencionar las medidas de segregación para evitar la
diseminación de enfermedades, las cuales se pueden aplicar en el nivel de prevención
primario o secundario y son: cuarentena, aislamiento y sacrificio.

Cuarentena: Es la restricción de la libertad de movimiento de las personas o


animales domésticos aparentemente sanos que han estado expuestos a una enfermedad
transmisible, durante un periodo de tiempo igual al periodo más largo de incubación
habitual de la enfermedad a la cual se han expuesto, en tal forma que se evite que los
mismos entren en contacto con personas o animales que no estuvieron expuestos al
contagio.

Aislamiento: La separación de las personas o animales enfermos durante el


periodo de transmisibilidad, en lugares y bajo condiciones que eviten la transmisión
directa e indirecta del agente infeccioso, de las personas infectadas a personas que sean
susceptibles o que a su vez puedan transmitir la enfermedad a otras.

Sacrificio: Acto que provoca la muerte de los animales por medio de métodos
físicos o químicos.

Sacrificio humanitario: Acto que provoca la muerte sin sufrimiento de los


animales por métodos físicos o químicos.

Sacrificio zoosanitario: Sacrificio humanitario que se realiza en uno o varios


animales como medida profiláctica.

Prevención secundaria
La enfermedad ya se ha originado; es el período de la patogénesis. El hombre o
los animales han reaccionado ante el estímulo. Por ello, las medidas de prevención están
dirigidas a interrumpir el curso del proceso en el hospedero. De ahí, que dichas medidas
tienden a diagnosticar y tratar precozmente la enfermedad (tercer área) y evitar que la
misma avance y continúe deteriorando al individuo (cuarta área)
a. Diagnóstico precoz y tratamiento inmediato (3er. área).
A este nivel, la prevención consiste en identificar y tratar lo más pronto posible
las enfermedades que no fueron evitadas, debido a que no existen medidas para actuar
en el nivel anterior y porque no fueron aplicadas las existentes.

En este nivel se pretende:


• Curar y detener el proceso de la enfermedad.
• Prevenir la propagación de enfermedades transmisibles.
• Prevenir las complicaciones y secuelas.
• Prevenir una incapacidad prolongada.

A través de la aplicación de las siguientes medidas:


• Detección de casos de enfermedad en los primeros estadios (en individuos).
• Detección de casos individuales en grupos de población.
• Estudio de grupos para detectar enfermedad.
• Exámenes periódicos selectivos a ciertos grupos de población.
• Tratamiento inmediato y adecuado de los casos detectados.

b. Limitación del daño (4a Área)


Este nivel se diferencia del anterior, en que el diagnóstico se ha hecho
tardíamente por falta de conocimiento sobre la enfermedad o a que el paciente ha
recibido asistencia cuando el proceso estaba bastante avanzado. Al fallar en la
aplicación de medidas en los niveles anteriores, se debe procurar cualquiera que sea el
estadío en que se encuentre el proceso, limitar el daño que está causando la enfermedad
en el organismo.

Plantea los siguientes objetivos:


• Evitar un mal mayor
• Prevenir o demorar las consecuencias de una enfermedad clínicamente
avanzada.

Las medidas van encaminadas a:


• Tratamiento adecuado para impedir un estadío más avanzado de la enfermedad y
para prevenir más complicaciones y secuelas.
• Proveer facilidades para limitar el daño y prevenir la muerte.

Prevención terciaria
Cuando la enfermedad ha evolucionado hasta las últimos estadíos del período de
patogénesis, aún es posible aplicar algunas medidas de prevención para evitar la
incapacidad total o la muerte. La única forma de actuar es a través de la rehabilitación.

Rehabilitación (5º área).


En este momento del curso natural de la enfermedad la prevención persigue más
que frenar el proceso, impedir la incapacidad completa una vez que se han presentado
lesiones anatómicas y funcionales.
La enfermedad evolucionó hasta su estadío final. Es un hecho consumado. El
individuo está lesionado por la enfermedad, con secuelas y con incapacidad parcial o
total. Es cierto que contra ciertas enfermedades no existen medidas para actuar a niveles
anteriores; otras veces no se han aplicado. Pues bien, ante un cuadro tan desalentador,
aún pueden aplicarse medidas preventivas con el fin de rehabilitar al individuo física,
mental y socialmente.

Objetivos:
• Reintegrar al individuo como factor útil a la sociedad.
• Obtener el máximo uso de sus capacidades residuales.
• Evitar que el individuo se convierta en una carga permanente, tanto para sí
mismo como para la familia y para la sociedad.

Medidas:
• Facilidades en hospitales, comunidad e industria, para el reentrenamiento y
educación del incapacitado, con el fin de obtener el máximo uso de las
capacidades remanentes.
• Educación al público y a la industria para que utilicen al rehabilitado.
• Máximas facilidades de empleo para el rehabilitado.
• Ubicación selectiva del rehabilitado, tratando de aprovechar sus capacidades
remanentes al máximo.
• Terapia ocupacional en hospitales.

Cabe señalar que la prevención secundaria se utiliza en medicina humana; en


medicina veterinaria se aplica solo en algunos animales de compañía de alta estima o
ejemplares muy costosos.

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Figura 1: Esquema de la Historia Natural de Enfermedad


y Niveles de Prevención
ANTES QUE EL INDIVIDUO ESTE CURSO DE LA ENFERMEDAD EN EL INDIVIDUO MUERTE
ENFERMO

ESTADO
DEFECTO O CRÓNICO
INTERACCIÓN DE: DAÑO

HORIZONTE SIGNOS Y
CLÏNICO SÍNTOMAS INCAPACIDAD

AGENTE HOSPEDERO

RECUPERACIÖN

CAMBIOS
AMBIENTE TISULARES

PRODUCE EL INTERACCIÓN DEL


ESTÍMULO REACCIÓN DEL
ESTÍMULO HOSPEDERO HOSPEDERO

PERIODO PREPATOGÉNICO ESTÍMULO HOSPEDERO


PERIODO REACCIÓN DEL HOSPEDERO
PATOGÉNICO

FOMENTO DE
LA SALUD

PROTECCIÓN
ESPECÍFICA
DIAGNÖSTICO PRECOZ Y
TRATAMIENTO INMEDIATO REHABILITACIÓN

LIMITACIÓN DEL
DAÑO

PREVENCIÓN PRIMARIA PREVENCIÓN SECUNDARIA PREVENCIÓN


TERCIARIA

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