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PORCELANAS DENTALES
CÁTEDRA:
MATERIALES DENTALES
DOCENTE:
DRA. XIMENA MORÁN
INTEGRANTES:
● ALEJANDRA ALAY
● AMY BADILLO
● JOYCET ALCÍVAR
● ROMINA BERRUZ
● MELANIE BAQUE
● DANIELA BOADA
CICLO:
II
PARALELO: A
SEMESTRE B 2023-2024
¿Qué son las porcelanas?
Las porcelanas dentales pueden estar formadas fundamentalmente por cristales, cerámicas,
vitrocerámicas o estructuras altamente cristalinas. Tienen unas propiedades químicas,
mecánicas, físicas y térmicas que las diferencian de otros materiales, como los metales o las
resinas acrílicas. Las propiedades de las porcelanas están diseñadas a medida para las
aplicaciones dentales con un control preciso del tipo y cantidad de los componentes usados en
su fabricación.
Son más resistentes a la corrosión que los plásticos, y los metales son mucho más duros que
los plásticos o las porcelanas. Además, generalmente las porcelanas no reaccionan con la
mayoría de los líquidos, gases, álcalis y ácidos. También pueden permanecer estables durante
largos períodos de tiempo. Su resistencia a la flexión y a la fractura es de buena a excelente.
Una de las porcelanas más fuertes es el “Dióxido de Zirconio”, este presenta una resistencia a
la flexión similar a la del acero, aunque la resistencia a la fractura del acero es mucho mayor
que la del zirconio.
La mayoría de las porcelanas dentales son compuestos de oxígeno con metales ligeros o
seudometales (metaloides) que comparten algunas propiedades de los metales y no metales,
pero son generalmente de naturaleza no metálica. Muchas porcelanas dentales contienen una
fase cristalina y otra de vidrio según la estructura del sílice. Esa estructura se caracteriza por
un tetraedro de Si-O en el que un catión (Si) se ubica en el centro de un tetraedro con aniones
(O) en cada una de las cuatro esquinas. La estructura resultante no está muy empaquetada y
tiene características iónicas y covalentes.
Los odontólogos han buscado durante años el material de restauración ideal. Aunque se han
usado materiales de restauración directa (amalgamas, composites y cementos) durante las
décadas pasadas con un éxito razonable, no hay materiales ideales para largas restauraciones o
para prótesis fijas (PPF). La estética resulta ser especialmente importante cuando se consideran
múltiples restauraciones unitarias. Por ello, el material de restauración debe mantener su
calidad superficial y sus características estéticas a lo largo de un extenso período de tiempo,
preferiblemente durante toda la vida del paciente. Las porcelanas dentales son atractivas por su
biocompatibilidad, su estabilidad de color a largo plazo, su resistencia al desgaste y su
capacidad de ser conformadas de distintas formas, aunque requieren, en algunos casos,
equipamientos costosos y un entrenamiento especializado para su procesamiento.
Durante la Edad de Piedra, hace más de 10.000 años, las porcelanas eran consideradas
materiales importantes y esa importancia dentro de las sociedades humanas se ha mantenido
desde entonces. Los artesanos de entonces usaban rocas que podían ser talladas para obtener
herramientas y objetos mediante un proceso llamado tallado, en el cual se eliminaban las lascas
de la superficie de la piedra dura, de grano fino o de rocas amorfas, incluidas silex, pedernal,
esquisito endurecido, lava, obsidiana, cuarzo y caliza convertida en sílice. Aproximadamente
en el año 700 a. C., los etruscos hacían dientes de mármol y hueso que colocaban sobre
estructuras de oro. Durante muchos años se usaron tanto el hueso de animales como el mármol
de los colmillos de los hipopótamos o elefantes. Más tarde, se emplearon los dientes humanos
de personas pobres que los vendían o de los cadáveres, aunque esta opción disgustaba a los
dentistas de la época.
La primera porcelana usada como material dental fue patentada en 1789 por un dentista francés
(de Chemant) en colaboración con un farmacéutico también francés (Duchateau). El producto,
una versión mejorada de una «pasta de dientes mineral» que Duchateau fabricó en 1774, fue
introducida en Inglaterra por Chemant poco después. Sin embargo, este compuesto cocido no
fue utilizado para fabricar dientes unitarios, puesto que no se conocía en aquella época un modo
efectivo de unir el diente a la base de la dentadura.
En 1808, Fonzi, un dentista italiano, inventó la porcelana «terrometálica» para fabricar dientes
que eran colocados por medio de un pin o un marco de platino. Planteau, un dentista francés,
introdujo la porcelana para dientes en Estados Unidos en 1817 y Peale, un artista, desarrolló
un proceso de cocido para estos dientes cinco años más tarde en Filadelfia. Stockton comenzó
la producción comercial de estos dientes en 1825. En Inglaterra, Ash realizó una versión
mejorada de la porcelana dental en 1837. En Alemania, Pfaff desarrolló una técnica para
realizar impresiones dentales mediante la utilización de yeso de París en 1756, pero no fue
hasta 1839 cuando la invención de la goma vulcanizada permitió la unión eficaz de los dientes
de porcelana a la base de la dentadura. En 1844, el sobrino de Stockton fundó la S.S. White
Company, y esto permitió un diseño más refinado y la producción en masa de dientes de
porcelana para dentaduras.
El Dr. Charles Land introdujo una de las primeras coronas cerámicas en odontología en 1903.
Land, que fue abuelo del aviador Charles Lindbergh, describió una técnica para la fabricación
de coronas de porcelana usando una matriz de papel de platino y porcelana feldespática de alta
fusión. Estas coronas tenían una estética excelente pero una resistencia a la flexión baja, lo que
daba lugar al fracaso en bastantes ocasiones. Desde entonces se han utilizado porcelanas
feldespáticas con una unión química óptima para las prótesis metal-cerámicas durante más de
35 años. Desgraciadamente, las porcelanas feldespáticas han sido demasiado frágiles para
emplearlas en la confección de coronas totalmente cerámicas sin una cofia de metal colado o
una lámina metálica como núcleo. Además, la contracción de horneado provoca discrepancias
significativas en el ajuste y adaptación de los márgenes, a menos que se hagan correcciones.
Dos de los más importantes avances responsables de que las restauraciones de me-tal-cerámica
mantengan una estética excepcional durante largo tiempo, así como su supervivencia clínica,
son las patentes de Weinstein y Weinstein (1962) y Weinstein y cols. (1962). Una de estas
patentes describía la fórmula de la porcelana feldespática que permitía un control sistemático
de la temperatura de sinterizado y del coeficiente, de expansión térmica. La otra patente
describía los componentes que debían usarse para fabricar aleaciones que se unían
químicamente y eran térmicamente compatibles con las porcelanas feldespáticas. La primera
porcelana comercial fue desarrollada por Vita Zahnfabrik alrededor de 1963. A pesar de que
los primeros productos de porcelana Vita eran conocidos por sus propiedades estéticas, la
introducción de la porcelana Ceramco, que era más versátil, permitió un mejor comportamiento
de la expansión térmica, lo que permitió que esta porcelana fuese utilizada con una gran
variedad de aleaciones.
McLean (1979) publicó un porcentaje de fractura a los 5 años de tan sólo el 2% para las coronas
anteriores, pero un índice de fractura altísimo -en torno al 15%- cuando se usaba porcelana
aluminosa para las coronas de molares. Además, debido a la gran contracción por sinterización
(aproximadamente el 15-20%) del material de núcleo a partir de porcelana aluminosa, a su alta
temperatura de horneado y al uso de una lámina de platino con un grosor de 20 a 25 um, era
difícil obtener una adaptación marginal excelente, a no ser que los técnicos de laboratorio
tuviesen una gran experiencia en la materia. Debido a su relativamente alta probabilidad de
fractura en los sectores posteriores, la principal indicación para las coronas de porcelana
aluminosa es la rehabilitación del sector anterior maxilar cuando la estética es tremendamente
importante o cuando no hay otra cerámica disponible.
Los avances que recientemente han aparecido sobre las restauraciones metal-cerámicas, como
la porcelana opalescente, las técnicas especializadas de tinción interna, las cerámicas con
resistencia al enverdecido y los márgenes en hombro, han mejorado significativamente la
apariencia de las coronas y puentes metal-cerámicos y la supervivencia clínica de los mismos.
Adair y Grossman (1984) demostraron las mejoras en todos los sistemas cerámicos a partir de
la cristalización controlada del cristal (Dicor). Este cristal era fundido y colado dentro de un
molde refractario, y cristalizado después para formar un cristal-cerámico Dicor que contenía
cristales de fluormica-tetrasilícica que ocupaban el 70% del volumen, aproximadamente.
Estas mejoras, tanto en la composición de las cerámicas como en el método de fabricación del
núcleo de una corona totalmente cerámica, han permitido la fabricación de coronas cerámicas
más precisas y resistentes a la fractura hechas enteramente de porcelana. También ha habido
un progreso importante para el desarrollo de facetas de porcelanas menos abrasivas. En 1992
se comercializó Duceram LFC (porcelana de baja fusión) como una porcelana de fusión
ultrabaja con tres características únicas. Primera, Duceram LFC es un vidrio hidrotérmico en
el cual el agua es incorporada dentro de la estructura de cristal de silicato para dar lugar a
grupos hidroxilo no puntuales que rompen la red cristalina, lo que disminuye la temperatura de
transición del vidrio, la viscosidad y la temperatura de cocción e incrementa el coeficiente de
expansión térmica para permitir su uso como facetas para metales de expansión baja. Segunda,
estos tipos de porcelanas son también designadas como de «autocurado» a través del proceso
de formación de una capa hidrotérmica de 1 um de grosor a lo largo de la superficie cerámica.
Tercera, el tamaño extremadamente pequeño de las partículas de cristal (400 a 500 nm) mejora
la opalescencia de la porcelana mediante la reflexión de matices azulados desde la superficie y
amarillos desde el interior de la cerámica.
Otras porcelanas de fusión ultrabaja (con temperatura de sinterización por debajo de los 850
°C), llamadas ahora comúnmente porcelanas de baja fusión, han sido incorporadas como
cristales de recubrimiento. Se considera que algunas de estas porcelanas de recubrimiento son
compatibles con el esmalte del diente antagonista, debido a que son materiales de fase cristalina
predominantemente o porque contienen unas partículas de cristal muy pequeñas.
Este capítulo describe las porcelanas utilizadas para las prótesis metal-cerámicas; la nueva
generación de porcelanas, incluidas Cercon, Lava, In-Ceram Zirconia, IPS Empress2 y Procera
AllCeram, usadas para prótesis cerámicas; e incluso algunos de los productos empleados
previamente que los odontólogos deben tener en cuenta en sus consultas dentales. Poco después
de que se introdujese la IPS Empress2, se desarrollaron porcelanas con mayor resistencia a la
fractura, más fuertes y duras, incluidas la Procera AllCeram, una porcelana con un núcleo de
aluminio sinterizado, molido y prensado en seco; Alumina In-Ceram, una porcelana de núcleo
de aluminio con cristal infiltrado; In-Ceram Zirconia, una porcelana con núcleo de aluminio y
zirconio con cristal infiltrado; Lava, con un núcleo de lingotes de zirconio total o parcialmente
sinterizado formado por un proceso CAD-CAM (por escaneado de troqueles sin necesidad de
un patrón de cera), y Cercon, una porcelana de zirconio presinterizado que es moldeado a un
tamaño mayor en el estado verde, basado en el escaneado del patrón de cera.
Existe también la posibilidad de escanear dientes ya preparados y fabricar una prótesis usando
un sistema Cerec (Sirona Corporation). El sistema Cerec 1 fue incorporado a mediados de la
década de 1980, y gracias a la mejora en el software y hardware los sistemas Cerec 2 y 3
permiten la fabricación de incrustaciones, restauraciones extracoronarias y facetas de
porcelana.
La tecnología de las porcelanas dentales es una de las áreas dentro de los materiales dentales
con un crecimiento más rápido en lo que respecta a la investigación y el desarrollo. Durante las
últimas dos décadas se han introducido numerosos tipos de porcelanas y métodos de
procesamiento. Algunos de estos materiales pueden ser usados para la fabricación de
restauraciones extracoronarias, incrustaciones, facetas, coronas y prótesis parciales fijas. El
futuro de las porcelanas dentales es brillante, puesto que está aumentando la demanda de
materiales de restauración que imiten el color del diente, lo que llevará -a su vez- a una mayor
demanda de las restauraciones de porcelana y polímeros y a un menor uso de la amalgama y
los metales colados tradicionales.
Clasificación de las porcelanas dentales
Una corona unitaria puede ser metal-cerámica (también llamada corona de porcelana fundida
a metal), de porcelana aluminosa tradicional con un núcleo de porcelana aluminosa, o una de
las nuevas coronas de porcelana basada en un núcleo de porcelana de leucita reforzada, una
porcelana basada en leucita moldeada por presión o inyección, una vitrocerámica, una
porcelana de aluminio sinterizado, de óxido de aluminio sinterizado o una vitrocerámica
procesada con un cristal colado.
La calidad de la prótesis cerámica final depende de cada paso dentro del proceso de fabricación.
Es importante el mecanizado o desgaste del núcleo de la estructura, ya que los desperfectos o
las grietas que pueden aparecer pueden propagarse hacia el punto de fractura durante los ciclos
de tensiones intraorales.
Los métodos de fabricación asistidos por ordenador (CAM) tienden a inducir esos daños, a
pesar de que las porcelanas con mayor resistencia a la fractura tienen menos tendencia a sufrir
desperfectos. Es posible que los procedimientos de sinterizado o recubrimiento puedan reducir
el potencial de propagación de grietas en las prótesis mientras estén en funcionamiento. Sin
embargo, no hay suficientes estudios clínicos sobre porcelanas que nos aporten datos
contundentes.
Los métodos de procesamiento para estas porcelanas son los siguientes. La porcelana
feldespática para las restauraciones tradicionales de PPE, algunas porcelanas aluminosas
(Vitadur-N, Hi-Ceram) y la porcelana de aluminio puro (Procera AllCeram) son condensadas
por vibración o prensadas en seco (Procera) y sinterizadas a altas temperaturas. Las porcelanas
prensadas (p. ej., IPS Empress, IPS Empress2, Finesse All-Ceramic, OPC y OPC-3G) fluyen
dentro de un molde cuando se calientan y se someten a presiones hidrostáticas, y después son
recubiertas en superficie. Las coronas coladas y ceramizadas, como la obsoleta Dicor, son
fabricadas usando la técnica a la cera perdida. El cristal fundido es colado dentro de un molde,
tratado por calor para formar una vitrocerámica y
coloreado y glaseado más tarde.
Para las porcelanas de colados en barbotina (In-Ceram, In-Ceram Spinell e In-Ceram Zirconia)
se deposita una lechada de líquido y partículas de aluminio, silicato de aluminio y magnesio
(espinela) o de zirconio sobre un troquel refractario seco que elimina el agua de la lechada. El
depósito por el colado en barbotina es sinterizado dentro de ese troquel y luego rellenado por
una lechada de una capa de fase cristalina. Durante el horneado, el cristal se derrite y se infiltra
por los poros del núcleo de cerámica. Después se colocan facetas de porcelana translúcida sobre
el núcleo para configurar el contorno y color finales.
Para los procesos CAD-CAM, los bloques de porcelana (Dicor MGC, Vita Cerec Mk 1, y Vita
Cerec Mk II) son dados con forma de incrustaciones o coronas usando el sistema CAD-CAM
(Cerec). CAM se refiere a la manipulación o fabricación asistida por ordenador. Este proceso
se conoce también como proceso CAD-CIM, donde CIM se refiere al mecanizado o fabricación
integrado por ordenador. Estos bloques también pueden usarse en los dispositivos de fresado-
copiado (Celay), en los que la máquina modela los bloques dándoles la forma deseada, como
una llave es duplicada a partir de la llave maestra, mediante la utilización de un troquel con la
forma a duplicar.
Es una prótesis que combina unas pequeñas piezas de metal con una capa de cerámica que se
adapta para la preparación del diente. La corona de metal-cerámica es la más solicitada por los
clientes y al mismo tiempo recomendada por los dentistas. Ya desde su nombre podemos
deducir que esta corona se compone de metal y porcelana. La parte interior de la corona está
realizada en metal, en cambio la parte externa está revestida con porcelana dando un aspecto
más natural al nuevo diente.
VENTAJAS - DESVENTAJAS
VENTAJAS
Resistencia: Las coronas de metal-cerámica son muy resistentes y por eso los
dentistas las recomiendan para los dientes molares y premolares, donde se ejerce
una fuerza más intensa sobre los dientes
Aspecto natural del diente: La corona dental de metal-cerámica confiere un aspecto natural
al diente (incluso si la corona de porcelana libre de metal tiene un aspecto más natural)
Estética: La capa de cerámica permite una apariencia natural y estética, ya que puede imitar
las características de los dientes naturales.
DESVENTAJAS
Pueden existir reacciones alérgicas: Es más común que la aleación de Cromo-Níquel cause
reacciones alérgicas.
Efecto Sombra: La luz que pasa a través de la porcelana se refleja por el metal creando un
efecto sombra por lo que no se recomienda para los dientes frontales.
Desgaste: A lo largo del tiempo, la fricción entre la capa de cerámica y los dientes opuestos
puede causar desgaste, lo que puede requerir reparaciones o reemplazos con el tiempo.
Transmisión de calor y frío: La conductividad térmica de la estructura metálica puede hacer
que los pacientes sean más sensibles al calor y al frío, especialmente si la restauración es
grande.
Las porcelanas opacas contienen también una gran cantidad de opacificadores de óxido
metálico para enmascarar el metal subyacente y minimizar el volumen de la capa de
opacificador.
Las porcelanas que sufren una gran contracción tienden a desvitrificarse debido a su gran
contenido en álcalis, por lo que no deberían volver a hornearse debido a que podría
incrementarse el riesgo de ensombrecimiento en la porcelana, además de cambios en la
contracción térmica.
Las porcelanas dentales convencionales son cerámicas vitreas a partir de una red de slice (SO)
y feldespato potásico (K,O-Al,O,-6SiO,), feldespato de sodio (Na,O-AO-6SiO2) o ambos. Se
añaden pigmentos, opacificadores y cristales para con trolar la temperatura de fusión, la
temperatura de sinterizado, el coeficiente de contrac ción térmica y la solubilidad. Los
feldespatos usados para las porcelanas dentales son los lativamente puros e incoloros. Además,
deben añadirse pigmentos para reproducir los matices de los dientes naturales o la apariencia
del color de los dientes adyacentes que pueden estar, a su vez, restaurados.
El silice (SiO) puede existir en cuatro formas diferentes: cuarzo cristalino, cristobali- ta
cristalina, tridimita cristalina o silice fundido no cristalino. El silice fundido es un ma terial al
que se atribuye una altísima temperatura de fusión debido a su red tridimen sional de uniones
covalentes entre el silice tetraédrico, que son las unidades estructurales básicas de la red del
cristal. Se incluyen normalmente fundentes (vidrios de baja fusión) para disminuir la
temperatura requerida para sinterizar las partículas del polvo de por celana a una temperatura
lo suficientemente baja para que la aleación a la que se une no se derrita o sufra deformación
(fluencia de flexión).
Los fabricantes emplean modificadores del vidrio para obtener porcelanas dentales con
diferentes temperaturas de cocción. Las porcelanas dentales se clasifican de acuerdo con sus
temperaturas de cocción. La siguiente es una clasificación típica: