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En lo Principal: Interpone incidente de Abandono del Procedimiento, previo desarchivo de

ser necesario.

I Otrosí: Opone excepciones a la ejecución.

II otrosí: Señala medios de prueba.

III Otrosí: Atendido el tiempo inactivo de estos autos, solicita alzamiento de medida
precautoria que indica, oficiando a la Tesorería General de la República.

IV Otrosí: Acredita personería, acompaña mandato judicial y asume patrocinio y mandato.

V Otrosí: Solicita notificación por correo electrónico.

S. J. L. DEL TRABAJO DE ANTOFAGASTA

(COBRANZA)

CARLOS ZEPEDA YÁÑEZ, Abogado, domiciliado en Antofagasta, calle Los


Inmigrantes N°720, Oficina N°3, actuando a nombre y en representación, según se
acreditará, de doña MARIELA ARENAS GUERRA, ejecutado en estos autos caratulados
“AFP PROVIDA S.A. CON ARENAS GUERRA MARIELA”, causa RIT P-2385-
2009, de este Juzgado de Letras del Trabajo de Antofagasta, a US., con el debido respeto
digo:

Que, por esta presentación, y previo desarchivo de la causa de ser


necesario, vengo en interponer incidente de abandono del procedimiento atendido que esta
causa se encuentra archivada y sin movimiento por más de 10 años, desde el 21 de
diciembre de 2012 hasta la fecha, cumpliéndose con creces el plazo para declarar
abandonado el procedimiento de conformidad a los artículos 152 y 153 del Código de
Procedimiento Civil, cuya aplicación es procedente por remisión del artículo 432 del
Código del Trabajo.

Consta en autos que mi representada fue notificada de la demanda


ejecutiva el 05 de junio de 2010 y requerida de pago el 07 de junio de 2010, sin que luego
de esa fecha conste en el cuaderno de apremio alguna gestión útil que haya realizado la
demandante. Atendida su inactividad, esta causa fue archivada el 21 de diciembre de 2012.

El artículo 432 del Código del Trabajo en su inciso primero dispone


que “En todo lo no regulado en este Código o en leyes especiales, serán aplicables
supletoriamente las normas contenidas en los Libros I y II del Código de Procedimiento
Civil, a menos que ellas sean contrarias a los principios que informan este procedimiento.
En tal caso, el tribunal dispondrá la forma en que se practicará la actuación respectiva”.
Por su parte, el artículo 152 del Código de Procedimiento Civil,
aplicable al caso por remisión del citado art. 432 del Código del Trabajo, señala que “El
procedimiento se entiende abandonado cuando todas las partes que figuran en el juicio
han cesado en su prosecución durante seis meses, contados desde la fecha de la última
resolución recaída en alguna gestión útil para dar curso progresivo a los autos.” A
continuación, el artículo 153 en su inciso segundo dispone que “En los procedimientos
ejecutivos el ejecutado podrá, además, solicitar el abandono del procedimiento, después de
ejecutoriada la sentencia definitiva o en el caso del artículo 472. En estos casos, el plazo
para declarar el abandono del procedimiento será de tres años contados desde la fecha de
la última gestión útil, hecha en el procedimiento de apremio, destinado a obtener el
cumplimiento forzado de la obligación, luego de ejecutoriada la sentencia definitiva o
vencido el plazo para oponer excepciones, en su caso. En el evento que la última diligencia
útil sea de fecha anterior, el plazo se contará desde la fecha en que quedó ejecutoriada la
sentencia definitiva o venció el plazo para oponer excepciones. En estos casos, si se
declara el abandono del procedimiento sin que medie oposición del ejecutante, éste no será
condenado en costas.”

Si bien el artículo 429 del Código del Trabajo señala que en los
procedimientos laborales no será aplicable el abandono del procedimiento, nuestros
tribunales han acogido este incidente en numerosas ocasiones, uniformando en el último
tiempo el criterio respecto a su procedencia en los casos de excesiva dilación e inactividad
de la causa. Para ello, se ha sostenido que la norma del artículo 429 del Código del Trabajo
resultaría aplicable únicamente a los juicios declarativos, no a los de cobranza. Así, por
ejemplo, la Iltma. Corte de Apelaciones de Temuco en fallo del 07 de enero de 2021,
dictado en los autos Rol Corte N.º 310-2020, ha sostenido que:

“SEGUNDO: Que, es un hecho pacífico que, en este caso, se trata de


un procedimiento de cobranza laboral y, que éste estuvo paralizado
por más de tres años.

TERCERO: Por lo anterior, la discusión se centra en dilucidar si la


institución del abandono del procedimiento, no obstante, lo
preceptuado en el artículo 429 del Código del Trabajo, tiene lugar y
puede ser aplicada en los procedimientos ejecutivos de cobranza
laboral.

A estos efectos, se debe tener presente que, la demandada cumplió en


su oportunidad, pagando íntegramente la liquidación que practicó el
mismo tribunal en la etapa de cumplimiento de la sentencia, lo que
claramente satisfizo a la parte demandante, tal que no prosiguió
acción alguna.

Por otra parte, estima esta Corte que la norma contenida en el artículo
429 del Código del Trabajo, disposición que forma parte del Libro V,
Capítulo II “De los principios formativos del proceso y del procedimiento del
juicio del trabajo” de acuerdo con la cual, no es aplicable el abandono
del procedimiento, está referida a los procedimientos declarativos
laborales, lo que se puede claramente concluir, tanto del título del
citado Capítulo “… del procedimiento del juicio del trabajo”, como del
mismo artículo, el que se refiere precisamente a actuaciones propias de
dichos procedimientos.

Que, en el mismo sentido se debe concluir del texto del artículo 465
del mismo cuerpo legal el que, dispone expresamente que, tratándose
de los procedimientos de cumplimiento laboral, se aplicarán
supletoriamente las disposiciones del Código de Procedimiento Civil,
entre las cuales se encuentra precisamente el artículo 152, que regula el
abandono del procedimiento.

Por último, no es lógico entender que el legislador pretenda amparar


la prolongación indefinida de los procedimientos ejecutivos de
cobranza laboral, alternativa que se encuentra en abierta contradicción
con la necesidad de consolidar situaciones de hecho que, de
prolongarse indefinidamente el tiempo, pueden llegar a constituirse
en injustos procesales. Por estas consideraciones y visto, además, lo
dispuesto en los artículos 429 y 465 del Código del Trabajo y, artículos
188 y siguientes del Código de Procedimiento Civil, se declara que SE
REVOCA la sentencia apelada de 2 de octubre 2020 dictada en
procedimiento ejecutivo laboral R.I.T. C-234-2016 R.U.C. 15-4-0025284-
7 del Juzgado de Letras del Trabajo de Temuco y, en su lugar, se
resuelve que SE ACOGE incidente de abandono del procedimiento
ejecutivo de cobranza laboral promovido por la ejecutada con fecha 7
de septiembre de 2020.”

Por lo demás, de no aceptarse el abandono del procedimiento en estos


autos se estarían vulnerando garantías constituciones de mi representada referidas al
Debido Proceso, la Igualdad ante la Ley, su derecho a ser juzgada en un plazo razonable, la
Seguridad y Certeza Jurídica y el Principio de la Primacía Constitucional. En este sentido,
el Juzgado de Letras del Trabajo de Iquique, mediante sentencia del 12 de enero de 2022
dictada en los autos RIT C-15-2009, acogió el incidente de abandono del procedimiento
solicitado por la parte ejecutada en un juicio ejecutivo de cobranza previsional, sosteniendo
que:

“TERCERO: Que, en materia laboral el Código del ramo establece en


su artículo 429 incisos 1° y 2°: “El tribunal, una vez reclamada su
intervención en forma legal, actuará de oficio.

Decretará las pruebas que estime necesarias, aun cuando no las hayan
ofrecido las partes y rechazará mediante resolución fundada aquellas
que considere inconducentes. De esta resolución se podrá deducir
recurso de reposición en la misma audiencia. Adoptará, asimismo, las
medidas tendientes a evitar la paralización del proceso y su
prolongación indebida y, en consecuencia, no será aplicable el
abandono del procedimiento”.

Sin perjuicio de lo anterior, es menester estimar ciertos principios,


normas y derechos de carácter constitucional – tales como el debido
proceso, la igualdad ante la ley y la certeza jurídica – que han de
tenerse en consideración para resolver la solicitud de abandono de la
parte ejecutada.

Nuestro ordenamiento jurídico reconoce el derecho al debido proceso


en el inciso 5° del numeral 3 del artículo 19 de la Constitución Política,
el que contiene numerosas garantías y principios previstos por los
Tratados Internacionales, la Constitución y las leyes específicas con el
fin de que toda persona tenga una justa, normal, pronta y razonable
actuación judicial. En tal sentido es que el plazo razonable se erige
como una garantía y presupuesto imprescindible del debido proceso a
efectos de obtener de la sede judicial una pronta y justa respuesta y/o
resolución, como en su ejecución.

En este mismo sentido se ha pronunciado el Tribunal Constitucional,


indicando que un proceso judicial no puede continuar
indefinidamente y carente de límites sin afectar la eficacia y el
prestigio de la administración de justicia, así como el derecho al
juzgamiento dentro de un plazo razonable (STC 3338-17-INA). Y en
cuanto a la prohibición de abandono en los procedimientos laborales
establecida en el artículo 429 del Código del Trabajo, ha manifestado
que aquella infringe garantías de igualdad ante la ley y de justo y
racional procedimiento, por cuanto puede resultar abusiva al no
impedir las dilaciones y no garantizar el juzgamiento en plazos
razonables, con lo cual se vulnera también la seguridad jurídica (STC
5151-18-INA y STC 5152-18-INA).

La doctrina ha indicado que el concepto de plazo razonable ha de


aplicarse en dos esferas, primeramente, a la solución jurisdiccional de
una controversia – lo que a su vez significa que haya razonabilidad en
el trámite y la conclusión de las diversas etapas del procedimiento que
llevarán a la sentencia definitiva –, y en segundo lugar, en la ejecución
de los fallos judiciales, eslabón final de la cadena que principia y se
desarrolla en el proceso.
En el caso sub lite, se observa que el procedimiento se ha extendido
por alrededor de 12 años, una dilación indebida que ciertamente
afecta a la parte ejecutada al ir incrementándose el monto del crédito
perseguido en su contra, pues si bien el citado artículo 429 dispone el
proceder de oficio del tribunal, en la práctica, en los procedimientos
de cobranza laboral, atendida a su forma de tramitación, se hace
indispensable la acción de las partes, especialmente de la ejecutante, a
fin de dar curso progresivo a los autos, cuestión que en el caso de
marras no ocurre desde el año 2009, cuando tras verificarse el giro de
dineros embargados a la demandada solidaria, el ejecutante cesa por
completo en su actividad procesal hasta el año 2021, todo lo cual limita
la actuación que a este respecto puede desarrollar oficiosamente el
tribunal para velar por la continuidad del proceso, y provocándose un
eventual abuso de la norma establecida en el artículo 162 inciso 7° del
Código del Trabajo.

Junto a lo anterior, esta magistratura comparte el criterio manifestado


por el Tribunal Constitucional en su sentencia de inaplicabilidad Rol
8995¬2020, que en su considerando sexto se refiere al artículo 429 del
Código laboral, señalando:

“(…) cabe indicar que resulta claro que la disposición cuya


inaplicabilidad se solicita en esta oportunidad establece una limitación
en comparación a la generalidad de los procedimientos ejecutivos, al
impedir que se declare el abandono del mismo, instituto de aplicación
general en nuestro ordenamiento jurídico. Y si bien, la misma
disposición legal contempla una regulación que busca compensar esta
restricción cuando indica que el tribunal adoptará “las medidas
tendientes a evitar la paralización del proceso y su prolongación
indebida”, lo cierto es que atendidas las circunstancias del caso
concreto tal equilibrio entre la restricción para solicitar el abandono
del procedimiento y el impulso del tribunal para evitar dilaciones
excesivas, no se aprecia en la especie, desde que estamos frente a la
ejecución de una sentencia dictada el año 2014, como resultado de una
acción ejercida un año antes, sin que hasta la fecha el asunto se haya
resuelto debidamente el asunto, pese a haber sido fallado”.

La posibilidad de que un proceso pueda extenderse indefinidamente


afecta a su vez el principio de seguridad o certeza jurídica, por cuanto
impide la consolidación de una solución al conflicto jurídico que
mantienen las partes, provocando incertidumbre de su resultado e
imposibilidad de dar término al mismo.
Así las cosas y teniendo en vista el principio de supremacía
constitucional, el que se encuentra íntimamente asociado al carácter
jurídico – normativo de la Constitución, por lo que ésta encuentra
aplicabilidad directa por parte del órgano jurisdiccional, será menester
la consideración de las normas y principios relativos al debido proceso
e igualdad reconocidos en la carta fundamental para resolver el
abandono planteado, de conformidad a lo dispuesto en los artículos
152 y siguientes del Código de Procedimiento Civil.

CUARTO: Que conforme al razonamiento precedente, cabe realizar


análisis de los requisitos para la procedencia del abandono alegado.

El artículo 153 del Código de Procedimiento Civil dispone en su inciso


segundo: “En los procedimientos ejecutivos el ejecutado podrá,
además, solicitar el abandono del procedimiento, después de
ejecutoriada la sentencia definitiva o en el caso del artículo 472. En
estos casos, el plazo para declarar el abandono del procedimiento será
de tres años contados desde la fecha de la última gestión útil, hecha en
el procedimiento de apremio, destinado a obtener el cumplimiento
forzado de la obligación, luego de ejecutoriada la sentencia definitiva
o vencido el plazo para oponer excepciones, en su caso (…)”. Se
entiende por “gestión útil” toda presentación que tenga por objeto
llevar a cabo cualquier trámite o diligencia del proceso que sirva para
dar curso progresivo a los autos, impulsándolo hacia la sentencia
definitiva o la obtención del cumplimiento forzado de una obligación.
Conforme a este entendimiento una gestión tendrá utilidad en la
medida que signifique un avance concreto en la secuencia
procedimental diseñada por el legislador, en contraposición a aquellas
que consistan en meras presentaciones inocuas o que terminan
abortadas sin conseguir el efecto necesario de dar curso progresivo a
los autos.

QUINTO: Que del análisis de los antecedentes que obran en autos, se


advierte que la última resolución reca da en una gestión útil de la
ejecutante en los presentes autos se dictó con fecha 27 de abril de 2009,
al resolver presentación de fecha 22 de abril del mismo año, y
mediante la cual se ordenó el giro de cheque en favor de la parte
ejecutante, respecto de los montos consignados por la ejecutada
solidaria, a quien previamente se le embargó dineros de su cuenta
corriente. Por tanto, han transcurrido más de 12 años en que la
presente causa se ha mantenido paralizada, verificándose en
consecuencia los presupuestos establecidos en el artículo 153 del
Código de Procedimiento Civil, por lo que será forzoso acoger la
solicitud de la parte ejecutada.

Por estas consideraciones y vistos, además, lo dispuesto en los


artículos 153 y siguientes del Código de Procedimiento Civil; los
artículos 429 y 432 del Código del Trabajo; el artículo 19 N°2 y 3 de la
Constitución Política y demás normas y principios pertinentes, SE
DECLARA:

I. Que se ACOGE la incidencia de abandono del procedimiento


alegada por la parte ejecutada solidaria, actualmente CLARO CHILE
S.A, con fecha 07 de diciembre de 2021.

II. Que se pone término al presente procedimiento de cobranza.

III. Que no se condena en costas a la parte ejecutante por haber tenido


motivo plausible para litigar.

Este fallo fue confirmado por la Iltma. Corte de Apelaciones de


Iquique en Rol Corte N°9-2022 (Cobranza Laboral). La demandante interpuso un Recurso
de Queja en contra de los ministros de la Corte de Apelaciones de Iquique, el cual fue
rechazado por la Excma. Corte Suprema en causa Rol 8.337-2022.

Por su parte, el Excmo. Tribunal Constitucional, en sentencia de 12


de abril de 2022, recaído en los autos Rol 11.521-2021-INA, declaró la inaplicabilidad por
inconstitucionalidad de los artículos 429 inciso primero, frase final del Código del Trabajo.
y del artículo 4 bis inciso segundo de la Ley N.° 17.322 Que Establece Normas para la
Cobranza Judicial de Cotizaciones, Aportes y Multas de las Instituciones de Seguridad
Social, por las razones expuestas en los considerandos décimo y siguientes:

DÉCIMO: Que, la impugnación a los artículos 429 del Código del


Trabajo y 4 bis de la Ley N°17.322, será acogida. Se resolverá así
porque la aplicación al caso concreto del artículo 429 del mencionado
código, vulnera la garantía de proceso racional y justo, en atención a
que entraba el derecho a defensa y, la seguridad jurídica, debido a la
creación de un estado jurídico de incerteza, al imposibilitar alegar el
abandono del procedimiento en el juicio ejecutivo laboral respectivo.

De la misma forma, el artículo 4 bis de la Ley N°17.322 infringe la


garantía de igualdad ante la ley, al establecer una discriminación
arbitraria en materia de cobros de cotizaciones previsionales y, la igual
protección de la ley en el ejercicio de sus derechos, al no cumplir con
los objetivos de celeridad y efectividad en la tutela efectiva;

La igualdad ante la ley


DECIMOPRIMERO: Que, resulta evidente que la institución del
abandono del procedimiento contemplado en el artículo 429 del
Código del Trabajo, al posibilitar las dilaciones abusivas por las partes
y el juzgamiento en plazos razonables a fin de dar certeza y seguridad
jurídicas, vulnera el principio constitucional de igualdad y no
discriminación arbitraria. Más aún, el largo lapso de tiempo que
transcurre entre el archivo de la causa, por haberse cumplido la
obligación que ordena la sentencia, su posterior desarchivo, que
constituye en la realidad un verdadero renacimiento de un proceso
fenecido, la reliquidación que efectúa el tribunal de cobranza laboral y
previsional, en que vuelve a configurarse una prestación en dinero, y
en el cual se impide al deudor vuelto a ejecutar, alegar, precisamente,
el abandono del procedimiento, da lugar a una situación jurídica
anómala, que permite un exceso jurídico, que en términos
constitucionales se torna intolerable (STC Rol N°8907 c.19);

DECIMOSEGUNDO: Que, la situación descrita en un considerando


anterior no sólo implica una desigualdad desde la perspectiva formal,
sino que afecta el principio de igualdad material en cuanto la
Constitución impone la obligación al Estado de asegurar el derecho a
las personas de participar con igualdad de oportunidades en la vida
nacional, lo que se infringe por las disposiciones censuradas al coartar
al ejecutado que ya ha dado cumplimiento a lo ordenado por la
sentencia judicial, de paralizar la renovación de la ejecución, que lo
afecta patrimonialmente en forma indebida, tornándose tales
disposiciones legales, en cuanto a su aplicación, en irracionales;

El Proceso Racional y Justo

DECIMOTERCERO: Que, un proceso se estimará racional y justo si las


reglas procesales que lo contienen permiten la defensa amplia en el
juicio, tanto del actor como del demandado, en que puedan presentar
e impugnar pruebas, promover incidentes, interponer recursos contra
las resoluciones que les causen agravios, entre otros actos procesales.
El proceso para que se ajuste a la exigencia constitucional tiene que
respetar las garantías constitucionales, y el derecho a defensa
constituye un elemento esencial en todo juicio;

DECIMOCUARTO: Que, las normas jurídicas impugnadas, al prohibir


en los juicios ejecutivos laborales promover el incidente de abandono
del procedimiento, entraban el derecho a defensa, y con ello tal
procedimiento adolece de la característica de justicia que
constitucionalmente debe contener. En este sentido, aunque el
legislador pudo tener motivos plausibles para no permitir esgrimir a
las partes el abandono de la acción, el tiempo ha demostrado que esta
regla procesal se ha convertido en un impedimento perjudicial que
lesiona la existencia de un proceso de las características señaladas por
la Constitución, y delimitado, en sus contornos y contenido, por una
extensa jurisprudencia de esta Magistratura Constitucional acerca de
la materia;

DECIMOQUINTO: Que, en relación al derecho a defensa “atingente


resulta señalar que la esencia de tal derecho radica en evitar toda
forma de “indefensión”, entendiéndose por tal -según el Diccionario
Jurídico Español- aquella “situación en que se coloca a quien se
impide o se limita indebidamente la defensa de su derecho en un
procedimiento administrativo o judicial, anulando o restringiendo,
total o parcialmente, sus oportunidades de defensa” (STC Rol N°8696,
c.7);

DECIMOSEXTO: Que, en el caso considerado se hace palmario la


vulneración de las disposiciones legales objetadas a lo dispuesto en el
inciso sexto, del numeral tercero, del artículo 19 de la Carta
Fundamental, teniendo lugar una prolongación indebida de una
situación jurídica que debe tenerse por afinada para las partes del
litigio;

La Seguridad Jurídica

DECIMOSEPTIMO: Que, los preceptos legales forman parte de un


sistema jurídico que responden a los valores que el derecho contiene, y
que constituyen su objeto. Uno de esos valores es la seguridad
jurídica. Sobre ella cabe resaltar la doctrina sustentada por el Tribunal
Constitucional de España que distingue un doble aspecto, uno relativa
a la certeza del precepto legal, que constituiría su parte objetiva y
aquella relacionada con la previsibilidad de los efectos de su
aplicación, que es la parte subjetiva (STCE 273/2000 c.9). Ambas
dimensiones se entrelazan al tener las personas a quienes les afectan lo
normado, la confianza de lo que se expresa en la ley se cumplirá
indefectiblemente, y que la consecuencia de su aplicación no provoque
efectos confusos;

DECIMOCTAVO: Que, en mérito de lo anteriormente considerado, los


preceptos legales impugnados resultan contrarios a la Constitución,
pues la aplicación de ellos en la gestión judicial pendiente crea una
situación reñida con un procedimiento racional y justo, vulnerándose
también el principio de la seguridad jurídica, en cuya virtud se
procederá a acoger el presente requerimiento de inaplicabilidad;

DECIMONOVENO: Que, la jurisdicción constitucional se erige como


una garantía fundamental para la existencia de un Estado
Constitucional de Derecho, por lo cual las sentencias que emanen de
su seno producen en todas las autoridades públicas la obligación de
cumplirlas y hacerlas cumplir. De modo contrario, tal autoridad
vulnera lo dispuesto en el artículo 6° de la Carta Fundamental”.

Por las razones expuestas anteriormente, habiendo estado esta causa


archivada por más de años sin que la ejecutante haya efectuado gestión útil alguna en esta
causa, y atendida la primacía de las garantías consagradas por el artículo 19 N.°2, 3, 24 y
26 de la Constitución Política de la República, es que vengo en interponer el presente
incidente de abandono del procedimiento, de conformidad a lo señalado en los artículos 152
y 152 del Código de Procedimiento Civil, en relación con el artículo 432 del Código del
Trabajo, a fin que dicho incidente sea acogido en todas sus partes y, en consecuencia, se
declare abandonado el presente procedimiento ejecutivo seguido en contra de mi
representada.

POR TANTO, atendido lo expuesto en el cuerpo del presente escrito


y lo dispuesto en el artículo 432 del Código del Trabajo, Artículo 152 y 153 del Código de
Procedimiento Civil, Artículo 19N°2, 3, 24 y 26 de la Constitución Política de la República
y demás disposiciones aplicables a la materia,

SÍRVASE SS., tener por interpuesto incidente de abandono del procedimiento, admitirlo a
tramitación y, en definitiva, acogerlo en todas sus partes, con costas, declarando
abandonado el presente juicio ejecutivo.

PRIMER OTROSÍ: CARLOS ZEPEDA YÁÑEZ, Abogado, domiciliado en


Antofagasta, calle Los Inmigrantes N°720, Oficina N°3, actuando a nombre y en
representación, según se acreditará, de doña MARIELA ARENAS GUERRA, ejecutado en
estos autos caratulados “AFP PROVIDA S.A. CON ARENAS GUERRA MARIELA”,
causa RIT P-2385-2009, de este Juzgado de Letras del Trabajo de Antofagasta, a US., con
el debido respeto digo:

Sin perjuicio de lo principal, vengo por este acto en oponer las


siguientes excepciones a la ejecución seguida en contra de mi representada:

I.- EXCEPCIÓN DE PRESCRIPCIÓN.

La demanda de autos fue interpuesta


SEGUNDO OROSÍ: MEDIOS DE PRUEBA

Consta en autos que con fecha 15 de septiembre de 2009, se acogió la medida cautelar
solicitada por la ejecutante en el tercer otrosí de su demanda, oficiándose a la Tesorería
General de la República para los efectos de proceder a la retención a que se refiere el inciso
primero del artículo 25 bis de la Ley 17.322, por la suma demandada.

Conforme lo dispone el artículo 444 inciso tercero del Código del


Trabajo, “Las medidas cautelares podrán llevarse a efecto antes de notificarse a la persona
contra quien se dicten, siempre que existan razones graves para ello y el tribunal así lo
ordene. Transcurridos cinco días sin que la notificación se efectúe, quedarán sin valor
las diligencias practicadas”. (El énfasis con negrilla y subrayado es nuestro)

Consta en autos que la notificación de la demanda de autos no se


efectuó dentro del plazo de 5 días desde que fue decretada la medida cautelar, ya que la
demanda fue notificada a mi representada el 25 de junio de 2010, más de 9 meses después
de haber sido decretada la retención, por lo que debe entenderse que dicha cautelar ha
quedado sin valor por el solo ministerio de la ley.

Pese a lo anterior y a que esta causa ha estado archivada por más de


10 años, hasta hoy mi representada sufre las consecuencias de la retención de dineros que la
Tesorería General de la República practicó con motivo de esta medida cautelar, la cual se
ha extendido por tiempo no razonable.

Por lo anterior, solicito a US., se sirva dejar sin efecto la medida


cautelar del inciso primero del artículo 25 bis de la Ley 17.322 decretada en autos con
fecha 15 de septiembre de 2009, oficiando al efecto a la Tesorería General de la República
para que haga devolución a mi representada de todos los montos que mantenga retenidos en
virtud de esta cautelar.

POR TANTO,

SÍRVASE SS., acceder a lo solicitado y dejar sin efecto la medida cautelar de retención
decretada en autos en contra de mi mandante.

SEGUNDO OTROSÍ: SÍRVASE SS., tener presente que mi personería para actuar a
nombre y en representación de doña Mariela Arenas Guerra consta de la escritura pública
de mandato judicial de fecha 07 de noviembre de 2022 ante el Notario Público de
Antofagasta don Julio Abasolo Aravena, cuya copia acompaño por este acto. Asimismo,
solicito tener presente que en mi calidad de abogado habilitado para el ejercicio de la
profesión, asumo personalmente el patrocinio y la representación judicial de mi
representada.

TERCER OTROSÍ: SÍRVASE SS., disponer que las notificaciones que deben efectuarse
a este apoderado sean remitidas al correo electrónico carloszepeday@gmail.com

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