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AMPARO DIRECTO PENAL 53/2016.

QUEJOSO:
***

MAGISTRADO RELATOR:
FROYLÁN MUÑOZ ALVARADO.

SECRETARIO:
RAÚL VALLEJO MEDINA.

Morelia, Michoacán. Acuerdo del Tribunal Colegiado


en Materia Penal del Décimo Primer Circuito, correspondiente a
la sesión pública de trece de octubre de dos mil dieciséis.

V I S T O S; para resolver, los autos del amparo


directo penal número 53/2016; y,

R E S U L T A N D O:

PRIMERO. Presentación de la demanda de


amparo. **, por propio derecho, mediante escrito presentado
ante la autoridad responsable el dieciocho de enero de dos mil
dieciséis, del que correspondió conocer a este Tribunal
Colegiado en Materia Penal del Décimo Primer Circuito, solicitó
la protección de la Justicia Federal contra el acto del magistrado
de la Tercera Sala Penal del Supremo Tribunal de Justicia del
Estado de Michoacán, con residencia en esta ciudad,
consistente en la sentencia definitiva de dieciocho de diciembre
de dos mil quince, dictada en el toca penal 331/2015 y su
ejecución atribuida a la jueza Segundo de Primera Instancia en
2

Materia Penal, así como al Juez de Ejecución de Sanciones


Penales, ambos con residencia en Zitácuaro, Michoacán, esto
por estimar que dicho acto es violatorio de sus derechos
fundamentales, previstos en los artículos 14, 16 y 19 de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos; y, bajo
protesta de decir verdad, narró los antecedentes del caso.

SEGUNDO. Antecedentes del asunto. ** fue


procesado por el delito de abuso sexual, en agravio de ** ***, en
el proceso penal 6/2014, del índice del Juzgado Segundo de
Primera Instancia en Materia Penal de Zitácuaro, Michoacán.

A. Sentencia de primera instancia. La jueza


Segundo de Primera Instancia en Materia Penal de Zitácuaro,
Michoacán, emitió sentencia definitiva el veintidós de
septiembre de dos mil quince, que concluyó con los
siguientes puntos resolutivos:

"…PRIMERO. Este Juzgado Segundo de Primera


Instancia en Materia Penal del Distrito Judicial de
Zitácuaro, Michoacán, es competente para conocer y
resolver en definitiva el presente proceso penal. - - -
SEGUNDO. Se acreditaron plenamente en autos, los
elementos constitutivos del delito del delito de abuso
sexual, cometido en perjuicio de **, así como la
culpabilidad jurídico penal del encartado **, en su
comisión. - - - TERCERO. En consecuencia, se condena a
*, a sufrir la pena de 1 UN AÑO DE PRIVACIÓN DE SU
LIBERTAD Y A PAGAR UNA MULTA POR LA CANTIDAD
DE $6,138.00 SEIS MIL CIENTO TREINTA Y OCHO
PESOS 00/100 M.N., la cual en caso de impago podrá
substituirse por 10 diez días más de reclusión. - - -
CUARTO. Sujétese a la ofendida ** y al acusado * a
tratamiento psicológico especializado, en los términos que
precisados quedaron en el apartado respectivo. - - -
QUINTO. Se condena al sentenciado **, del pago de la
reparación del daño en los términos indicados en el
considerando respectivo. - - - SEXTO. Se concede al
sentenciado **, el beneficio de conmutación de la sanción,
en términos del considerando relativo. - - - SÉPTIMO.
Amonéstese al sentenciado *, en diligencia pública y
formal a efecto de prevenir y evitar su reincidencia. - - -
OCTAVO. Se inhabilita al sentenciado **, en ejercicio de
sus derechos políticos en términos del considerando
respectivo. - - -NOVENO. Notifíquese personalmente a las
partes…".1
3

B. Sentencia que constituye el acto reclamado.


Inconforme con la anterior resolución, el aquí quejoso **,
interpuso recurso de apelación, del que tocó conocer al
magistrado de la Tercera Sala Penal del Supremo Tribunal de
Justicia del Estado, con sede en esta ciudad, quien lo registró
bajo el número 331/2015 y el dieciocho de diciembre de dos mil
quince dictó sentencia, cuyos resolutivos son del tenor
siguiente:

“…PRIMERO. Esta Tercera Sala Penal Unitaria del


Supremo Tribunal de Justicia del Estado, es competente
para conocer y resolver en definitiva el presente recurso
de apelación. - - - SEGUNDO. Resultaron procedentes
(sic) los agravios formulados por el defensor oficial de la
adscripción supliéndose sus deficiencias. - - - TERCERO.
En consecuencia, se confirma la resolución recurrida,
pronunciada el veintidós de septiembre de dos mil quince,
por la Jueza Segunda de Primera Instancia en Materia
Penal del distrito judicial de Zitácuaro, Michoacán, dentro
del proceso penal número 6/2014, instruido a *, por la
comisión del delito de abuso sexual, en agravio de * cuyos
puntos resolutivos quedaron insertos en el resultando
único de la presente ejecutoria. - - - CUARTO. Se ordena
notificar…".2

TERCERO. Juicio de amparo directo. El


sentenciado *, promovió demanda de amparo directo contra la
sentencia de dieciocho de diciembre de dos mil quince, la
cual fue admitida mediante proveído de veintinueve de enero de
dos mil dieciséis, y registrada como juicio de amparo directo
penal 53/2016, asimismo se tuvo como terceros interesados a
***** y a la Agente del Ministerio Público adscrita a la Sala
oficiante; dio vista a las partes para que dentro del término legal
presentaran sus alegatos o promovieran amparo adhesivo con
fundamento en el artículo 181 de la Ley de Amparo, sin que
ninguna se haya manifestado al respecto; ordenó notificar a la

1 Foja 656 del proceso penal.


2 Foja 62 del toca de apelación.
4

agente del Ministerio Público de la Federación adscrita, quien


formuló el alegato ministerial 68/2016.

CUARTO. Auto de turno. Encontrándose los autos


en estado de resolución, por acuerdo de diez de marzo de dos
mil dieciséis, fueron turnados al magistrado Froylán Muñoz
Alvarado, para la formulación del proyecto de resolución
respectivo, en términos del artículo 183 de la Ley de Amparo y
41, fracción II, de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la
Federación; y,

C O N S I D E R A N D O:

PRIMERO. Competencia. Este Tribunal Colegiado


en Materia Penal del Décimo Primer Circuito es legalmente
competente para resolver del juicio de amparo promovido
por **, de conformidad con los artículos 103 fracción I, 107
fracción V, inciso a), de la Constitución Federal, en relación con
los 34 y 170 fracción I, de la Ley de Amparo, en vigor a partir
del tres de abril de dos mil trece, y 37 fracción I, inciso a), de la
Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, y el Acuerdo
General 3/2013 emitido por el Pleno del Consejo de la
Judicatura Federal, publicado en el Diario Oficial de la
Federación el quince de febrero del indicado año relativo a la
determinación del número y límites territoriales de los circuitos
judiciales en que se divide la República Mexicana; y al número,
a la jurisdicción territorial y especialización por materia de los
Tribunales de Circuito y de los Juzgados de Distrito, porque se
promovió contra una sentencia definitiva en materia penal,
dictada por el Magistrado de la Tercera Sala Penal del Supremo
Tribunal de Justicia del Estado de Michoacán, con residencia en
esta ciudad, donde este órgano colegiado ejerce jurisdicción
especializada en la materia.

SEGUNDO. Certeza del acto reclamado. Es cierto el


5

acto reclamado al Magistrado de la Tercera Sala Penal del


Supremo Tribunal de Justicia del Estado y su ejecución
atribuida a la jueza Segundo de Primera Instancia en Materia
Penal, así como al Juez de Ejecución de Sanciones Penales,
ambos con residencia en Zitácuaro, Michoacán, porque lo
admitieron al rendir sus informes justificados3 y se constata con
los autos del proceso 6/2014, así como el toca penal 331/2015,
en que se advierte la sentencia definitiva señalada como acto
reclamado, y el cuaderno de ejecución respectivo que
remitieron.

TERCERO. Procedencia, legitimación y oportunidad


en la presentación de la demanda de amparo.

A. Procedencia. Este juicio de amparo directo se


promovió en contra de la sentencia de dieciocho de diciembre
de dos mil quince, dictada por el Magistrado de la Tercera
Sala Penal del Supremo Tribunal de Justicia en Michoacán, en
la que confirmó la resolución dictada por la Jueza Segundo de
Primera Instancia en Materia Penal de Zitácuaro, Michoacán,
que impuso al sentenciado *una pena de un año de prisión y
multa de $6,138.00 seis mil ciento treinta y ocho pesos.

Sentencia señalada como acto reclamado por el quejoso


y que, en términos de lo dispuesto en el artículo 170, fracción I,
de la Ley de Amparo, debe considerarse definitiva, atento a que
deriva del recurso de apelación hecho valer contra la sentencia
de primera instancia, emitida por el tribunal de alzada que no
admite recurso alguno por derivar precisamente del medio
ordinario de impugnación previsto para la impugnación de
resoluciones de primer grado.

B. Legitimación. El juicio de amparo se promovió por


3 Fojas 1 a la 2, 14 y 15 del cuaderno de amparo directo.
6

parte legítima, pues la demanda respectiva la formuló *, por


propio derecho, en su carácter de sentenciado dentro del
proceso penal 6/2014, del cual deriva la sentencia reclamada.

C. Oportunidad. Previo a efectuar el cómputo


respectivo para determinar la oportunidad en la presentación de
la demanda de amparo, debe señalarse que la sentencia
reclamada se emitió el dieciocho de diciembre de dos mil
quince, por lo que el plazo de su presentación se rige de
conformidad con lo dispuesto en el artículo 17 fracción II4, de la
Ley de Amparo, esto es, en el lapso de ocho años consecutivos
a que surta efectos la notificación de la sentencia definitiva
reclamada.

En consecuencia, atentos a que la demanda de


amparo origen de este asunto se promovió el dieciocho de
enero de dos mil dieciséis, es patente que ello fue oportuno,
al encontrarse dentro del plazo de ocho años que señala la Ley
de Amparo, los cuales vencerían el once de enero de dos mil
veinticuatro, toda vez que la notificación al quejoso se realizó el
siete de enero de dos mil dieciséis.

CUARTO. Resguardo de la identidad y datos


personales de la víctima. Previo a realizar el análisis de lo que
constituirá materia del amparo directo, se estima necesario
destacar que en el presente asunto, el acto reclamado deriva de
causa penal seguida en contra del ahora quejoso ** por su
responsabilidad en la comisión del delito de abuso sexual,
ejecutado en agravio de *

En mérito de lo anterior, dada la naturaleza del


ilícito que se imputa al quejoso, es obligación de este órgano
colegiado velar puntual y eficazmente por la tutela de los
4 Artículo
17. El plazo para presentar la demanda de amparo es de quince días, salvo:
(…)
II. Cuando se reclame la sentencia definitiva condenatoria en un proceso penal, que imponga pena de prisión, podrá
interponerse en un plazo de hasta ocho años; (…)
7

derechos de quien tiene el carácter de víctima del citado


antijurídico en aquél proceso penal, aquí tercero interesada.

Por tanto, en acatamiento de lo dispuesto por el


artículo 20, apartado C, sub apartado V, párrafo primero , de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos vigente
a partir del diecinueve de junio de dos mil ocho, cuyo texto
refiere a la protección de derechos fundamentales de las
víctimas, en particular, a la protección de su identidad y datos
personales, cuando tengan ese carácter, entre otros supuestos,
en asuntos de violación o sean menores de edad.

Así, la referencia que se haga del nombre de la


víctima tercera interesada que se ubica en dicha hipótesis, en el
desarrollo de la presente ejecutoria, será únicamente con las
iniciales *, correspondientes a su nombres y apellidos.

QUINTO. Innecesaria transcripción de la sentencia


reclamada y de los conceptos de violación. En este
considerando se tienen íntegramente reproducidas las
consideraciones torales de la sentencia reclamada, así como lo
expresado en los conceptos de violación; sin que sea necesaria
su transcripción literal, pues inexiste disposición legal que
obligue formalmente a su reproducción en la sentencia,

inclusive el artículo 745 de la Ley de Amparo nada dispone al


respecto, con tal de que se resuelvan las cuestiones
efectivamente planteadas, además, se han entregado junto con
5 ARTÍCULO 74.- Las sentencias debe contener:
I.- La fijación clara y precisa del acto reclamado;
II.-El análisis sistemático de todos los conceptos de violación o en su caso de todos los agravios;
III.- La valoración de las pruebas admitidas y desahogadas en el juicio;
IV.- Las consideraciones y fundamentos legales en que se apoye para conceder, negar o sobreseer;
V.- Los efectos o medidas en que se traduce la concesión del amparo, y en caso de amparos directos, el pronunciamiento
respecto de todas las violaciones procesales que se hicieron valer y aquellas que, cuando proceda, el órgano jurisdiccional
advierta en suplencia de la queja, además de los términos precisos en que deba pronunciarse la nueva resolución; y
VI.- Los puntos resolutivos en los que se exprese el acto, norma u omisión por el que se conceda, niegue o sobresea el
amparo y, cuando sea el caso, los efectos de la concesión en congruencia con la parte considerativa.
El órgano jurisdiccional, de oficio podrá aclarar la sentencia ejecutoriada, solamente para corregir los posibles errores del
documento a fin de que concuerde con la sentencia, acto jurídico decisorio, sin alterar las consideraciones esenciales de la
misma.
8

esta resolución copias respectivas a los magistrados


integrantes de este cuerpo colegiado; y se dejará un legajo para
constancia al final del engrose. En apoyo se invoca la
jurisprudencia siguiente: "CONCEPTOS DE VIOLACIÓN O
AGRAVIOS. PARA CUMPLIR CON LOS PRINCIPIOS DE
CONGRUENCIA Y EXHAUSTIVIDAD EN LAS SENTENCIAS
DE AMPARO ES INNECESARIA SU TRANSCRIPCIÓN."6

Pese a lo anterior, los conceptos de violación


propuestos por el quejoso son del siguiente tenor:

a) La autoridad responsable no dio una valoración


jurídica a las pruebas y que servían para acreditar su inocencia,
pues con cada una de ellas se demostraba que no existían los
elementos constitutivos del delito de abuso sexual.

b) La sentencia rebatida carece de fundamentación


y motivación, pues la responsable sin valorar las pruebas dictó
una sentencia condenatoria, cuando de haberlas ponderado
hubiese emitido una sentencia absolutoria, por lo que el tribunal
colegiado deberá valorar las pruebas y conceder la protección
federal.

SEXTO. Estudio. En cuanto al principio de


suplencia de la queja deficiente debe decirse que de
conformidad con lo dispuesto en el inciso a), de la fracción III,
del artículo 79, de la Ley de Amparo, por tratarse de un asunto
en materia penal en el que un quejoso tiene la calidad de
sentenciado, en virtud de haber sido declarado penalmente
responsable en la sentencia que constituye el acto reclamado,
el análisis del disenso se hará desde la perspectiva de resolver
6 Novena Época,
Registro: 164618,
Instancia: Segunda Sala,
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta,
XXXI, mayo de 2010,
Tesis: 2ª./J 58/2010,
Materia(s): Común,
Página: 830
9

lo que constitucional y legalmente proceda aún en el caso de


que los argumentos expuestos en los conceptos de violación no
lograren demostrar frontalmente la existencia de alguna
transgresión a sus garantías o incluso en algún aspecto no se
hubiese expresado razonamiento alguno para demostrar tal
violación, pues este órgano de control constitucional lo hará
valer de oficio, esto es, a pesar de la omisión en su
planteamiento, siempre que ello se traduzca en un beneficio
para la situación jurídica del quejoso , como es el caso.

En ese tenor, se examinan las formalidades


esenciales del procedimiento, y en ese contexto, el imperativo
legal establecido en el artículo 1º, de la Constitución Política de
los Estados Unidos Mexicanos en última reforma sobre
derechos humanos, encuentra plena atención en el dictado del
fallo reclamado, según se advierte del debido cumplimiento a
las formalidades esenciales del procedimiento.

En efecto, el derecho humano de debido proceso,


establecido en el artículo 8.1 de la Convención Americana
sobre Derechos Humanos, incorporado en los preceptos 14, 16
y 20 de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, fue debidamente atendido al dictar el fallo
reclamado, lo anterior por las siguientes consideraciones:

a) En la averiguación previa. De las constancias


que integran el proceso penal del que emana el acto reclamado,
las cuales son merecedoras de valor probatorio pleno, en
términos de los numerales 129 y 202 del Código Federal de
Procedimientos Civiles, de aplicación supletoria de la Ley de
Amparo, por disposición expresa del precepto 2°, de esta
última, se advierte que con motivo de la denuncia presentada el
catorce de octubre de dos mil trece por **, ante el agente Quinto
del Ministerio Público Investigador especializado en Delitos
10

Sexuales y Violencia Familiar, de Zitácuaro, Michoacán, dio


inicio a la averiguación previa penal 88/2013 y ordenó realizar
las pesquisas correspondientes.

b) Una vez que el fiscal estimó integrada su


investigación, el veinticuatro de enero de dos mil catorce
consignó sin detenido la indagatoria y peticionó al juez el
obsequió de orden de aprehensión en contra de **, por su
probable responsabilidad en la comisión del delito de abuso
sexual en perjuicio de *, radicándose la causa a través el auto
de inicio de veintisiete siguiente.

c) El tres de abril de dos mil catorce, el juez


Segundo de Primera Instancia en Materia Penal del Distrito
Judicial de Zitácuaro, Michoacán, expidió la orden de
aprehensión solicitada; la que se cumplimentó el ocho del mes
y año en mención, sujetándose al inodado a plazo
constitucional.

d) El propio ocho del mes y año en cita, el imputado


rindió declaración preparatoria; en ese acto, el encausado
estuvo asistido por defensor particular designado por él,
nombramiento que fue discernido a *, con cédula profesional
federal 5691519, como se constata en la página oficial de la
Secretaría de Educación Pública.

e) Diligencia en la que se le hicieron saber la


naturaleza y causa de las imputaciones realizadas en su contra,
el nombre de su acusador; y, que podía solicitar el beneficio de
la libertad provisional bajo caución, siempre que éste
procediera, le fue explicada la naturaleza y alcance legal de la
diligencia en cual compareció, su derecho a que se le recibieran
las pruebas que ofreciera, ayudándole a obtener la
comparecencia de los personas que solicitara, así como que le
serían proporcionados todos los datos necesarios para su
11

defensa; y, a petición de su defensor se decretó la duplicidad


del término constitucional.

f) Precisa en esta parte, acotar que una vez


sustanciado en su totalidad el proceso, en la resolución dictada
el nueve de marzo de dos mil quince en el toca de apelación I-
498/2014, interpuesto en contra de la sentencia definitiva de
veintinueve de octubre de dos mil catorce, la Tercera Sala
Penal del Supremo Tribunal de Justicia del Estado, estimó
necesario reponer el procedimiento de primera instancia a
partir del dictado del auto de formal prisión; ello, bajo el
argumento de que no se advertía que la secretaria encargada
del despacho que emitió el auto de plazo constitucional,
hubiese contado con facultades legales para ello, y que no
se precisó el número de oficio a través del cual el Pleno del
Consejo del Poder Judicial del Estado, otorgó licencia al titular
del juzgado para ausentarse temporalmente de sus funciones;
merced a lo cual, ordenó que se dejara insubsistente el auto de
formal prisión de catorce de abril de dos mil catorce, así como
todo lo actuado con posterioridad.

g) En cumplimiento a lo ordenado por el tribunal de


alzada, el dieciocho de abril de dos mil quince (fojas 435 a 458),
se resolvió la situación jurídica del inculpado, al ser dictado en
su contra auto de formal prisión, al haberse acreditado su
probable responsabilidad penal en la comisión del delito de
abuso sexual en agravio de *.

h) Instrucción. En el momento oportuno se decretó


la apertura de la vía ordinaria en el proceso. Cabe hacer notar,
que durante el juicio, el ahora quejoso estuvo asistido por los
abogados * con cédula profesional número 5691519 y **, quien
no exhibió cédula profesional y respecto de lo cual se emitirá el
argumento atinente en líneas subsecuentes.
12

i) Verificada que fue la audiencia de ofrecimiento de


pruebas y seguidos los trámites en todas sus etapas, se
ofrecieron, admitieron y desahogaron los medios de convicción
que las partes estimaron conducentes; el siete de agosto de
dos mil quince, se declaró agotada la instrucción y, se pusieron
los autos a la vista de las partes por el plazo de tres días a fin
de que manifestaran si tenían más pruebas que ofertar; el
catorce siguiente fue cerrada la instrucción; mientras que la
audiencia de derecho se celebró el cuatro de septiembre de dos
mil quince.

j) Luego, el veintidós de septiembre de dos mil


quince, el juzgador de primer grado emitió sentencia contra el
inculpado, por los delitos de abuso sexual en agravio de **;
determinación que fue impugnada por el sentenciado y su
defensor a través del recurso de apelación, tocando su
conocimiento al titular de la Tercera Sala Penal, quien en
resolución de dieciocho de diciembre de dos mil quince,
confirmó la impugnada.

En esas condiciones, la resolución reclamada


deriva de juicio en el que se cumplieron los requisitos
esenciales exigidos por la ley para el proceso penal; además,
este tribunal no advierte que al sentenciado le hubiesen sido
violadas las leyes del procedimiento que trascendieran al
resultado de aquel fallo, en términos del artículo 173 de la Ley
de Amparo, y amerite suplir la deficiencia de la queja. Resulta
aplicable a lo anterior la jurisprudencia que en seguida se
invoca:

“FORMALIDADES ESENCIALES DEL


PROCEDIMIENTO. SON LAS QUE GARANTIZAN UNA
ADECUADA Y OPORTUNA DEFENSA PREVIA AL
ACTO PRIVATIVO.- La garantía de audiencia establecida
por el artículo 14 constitucional consiste en otorgar al
gobernado la oportunidad de defensa previamente al acto
13

privativo de la vida, libertad, propiedad, posesiones o


derechos, y su debido respeto impone a las autoridades,
entre otras obligaciones, la de que en el juicio que se siga
"se cumplan las formalidades esenciales del
procedimiento". Estas son las que resultan necesarias
para garantizar la defensa adecuada antes del acto de
privación y que, de manera genérica, se traducen en los
siguientes requisitos: 1) La notificación del inicio del
procedimiento y sus consecuencias; 2) La oportunidad de
ofrecer y desahogar las pruebas en que se finque la
defensa; 3) La oportunidad de alegar; y 4) El dictado de
una resolución que dirima las cuestiones debatidas. De no
respetarse estos requisitos, se dejaría de cumplir con el fin
de la garantía de audiencia, que es evitar la indefensión
del afectado.”7

DEFENSA ADECUADA.

Una vez acotado lo que antecede, se debe precisar


que deviene trascendente, la designación de * como defensor
particular del quejoso, puesto que lo asistió el momento de la
audiencia de ofrecimiento de pruebas celebrada el nueve de
abril de dos mil quince; intervención que se realizó sin que
dicha persona acreditara contar con título o cédula
profesional, que lo facultara para ejercer la profesión de
licenciado en Derecho.

En este tópico, conviene traer a colación que la


Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación
sostiene que dentro del derecho al debido proceso se identifica
un núcleo duro conformado por un lado, por las formalidades
esenciales del procedimiento y, por el otro, por el conjunto de
derechos que garantizan a toda persona afectada por la
actividad punitiva del Estado, una defensa adecuada.

En torno a esto último, el primer derecho que se

7 No. Registro: 200,234


Jurisprudencia
Materia(s): Constitucional, Común
Novena Época
Instancia: Pleno
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
II, Diciembre de 1995
Tesis: P./J. 47/95
Página: 133
14

identifica es el que corresponde a toda persona, sin distinción, a


contar con un abogado, a no declarar contra sí mismo y a
conocer la causa del procedimiento.

Afirmaciones que derivan de los siguientes criterios:

“DERECHO AL DEBIDO PROCESO. SU


CONTENIDO. Dentro de las garantías del debido
proceso existe un "núcleo duro", que debe observarse
inexcusablemente en todo procedimiento
jurisdiccional, y otro de garantías que son aplicables
en los procesos que impliquen un ejercicio de la
potestad punitiva del Estado. Así, en cuanto al "núcleo
duro", las garantías del debido proceso que aplican a
cualquier procedimiento de naturaleza jurisdiccional
son las que esta Suprema Corte de Justicia de la
Nación ha identificado como formalidades esenciales
del procedimiento, cuyo conjunto integra la "garantía
de audiencia", las cuales permiten que los gobernados
ejerzan sus defensas antes de que las autoridades
modifiquen su esfera jurídica definitivamente. Al
respecto, el Tribunal en Pleno de esta Suprema Corte
de Justicia de la Nación, en la jurisprudencia P./J.
47/95, publicada en el Semanario Judicial de la
Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo II,
diciembre de 1995, página 133, de rubro:
"FORMALIDADES ESENCIALES DEL
PROCEDIMIENTO. SON LAS QUE GARANTIZAN
UNA ADECUADA Y OPORTUNA DEFENSA PREVIA
AL ACTO PRIVATIVO.", sostuvo que las formalidades
esenciales del procedimiento son: (i) la notificación del
inicio del procedimiento; (ii) la oportunidad de ofrecer y
desahogar las pruebas en que se finque la defensa;
(iii) la oportunidad de alegar; y, (iv) una resolución que
dirima las cuestiones debatidas y cuya impugnación
ha sido considerada por esta Primera Sala como parte
de esta formalidad. Ahora bien, el otro núcleo es
identificado comúnmente con el elenco de garantías
mínimo que debe tener toda persona cuya esfera
jurídica pretenda modificarse mediante la actividad
punitiva del Estado, como ocurre, por ejemplo, con el
derecho penal, migratorio, fiscal o administrativo, en
donde se exigirá que se hagan compatibles las
15

garantías con la materia específica del asunto. Por


tanto, dentro de esta categoría de garantías del
debido proceso, se identifican dos especies: la
primera, que corresponde a todas las personas
independientemente de su condición, nacionalidad,
género, edad, etcétera, dentro de las que están, por
ejemplo, el derecho a contar con un abogado, a no
declarar contra sí mismo o a conocer la causa del
procedimiento sancionatorio; y la segunda, que es la
combinación del elenco mínimo de garantías con el
derecho de igualdad ante la ley, y que protege a
aquellas personas que pueden encontrarse en una
situación de desventaja frente al ordenamiento
jurídico, por pertenecer a algún grupo vulnerable, por
ejemplo, el derecho a la notificación y asistencia
consular, el derecho a contar con un traductor o
intérprete, el derecho de las niñas y los niños a que su
detención sea notificada a quienes ejerzan su patria
potestad y tutela, entre otras de igual naturaleza.”.8

“DEFENSA ADECUADA EN MATERIA


PENAL. ALCANCES Y MOMENTO A PARTIR DEL
CUAL SE ACTUALIZA ESTE DERECHO
FUNDAMENTAL. El derecho a una defensa
adecuada, contenido en el artículo 20, apartado A,
fracción IX, de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos (en su texto anterior a la reforma
publicada en el Diario Oficial de la Federación el 18 de
junio de 2008), consiste en que el inculpado tendrá
derecho a una defensa, por medio de su abogado y a
que éste comparezca en todos los actos del proceso,
quien tendrá la obligación de hacerlo cuantas veces
se le requiera, lo que se actualiza desde que aquél es
puesto a disposición del Ministerio Público; esto es,
desde la etapa ministerial deberá contar con la
asistencia efectiva del profesional, entendiéndose
como tal, la presencia física y la ayuda efectiva del
asesor legal, quien deberá velar porque el proceso se
siga con apego a los principios del debido proceso, y
éste no sea viciado, asegurando a la postre el dictado
de una sentencia que cumpla con los requisitos,

8Jurisprudencia 1a./J. 11/2014 (10a.), de la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, a
consulta en la Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, Décima Época, Libro 3, Febrero de 2014,
Tomo I, página 396, con registro 2005716.
16

valores y principios legales y constitucionales que


permean en el debido proceso penal; lo que deberá
observarse en todas aquellas diligencias o
actuaciones y etapas procesales en las cuales es
eminentemente necesaria la presencia del inculpado,
en las que activa, directa y físicamente participe o
deba participar, así como en aquellas en las que de no
estar presente, se cuestionarían o pondrían
gravemente en duda la certeza jurídica y el debido
proceso. Esto es así, porque la defensa adecuada
representa un derecho instrumental cuya finalidad es
asegurar que el poder punitivo del Estado se
desplegará a través de un proceso justo, lo que
además busca asegurar que pueda tener garantizados
en su integridad sus derechos fundamentales, como lo
es no declarar, no autoincriminarse, no ser
incomunicado, no sufrir tortura alguna, ni ser detenido
arbitrariamente, así como ser informado de las causas
de su detención, entre otras.”.9

Pues bien, el ejercicio de esta prerrogativa se


materializa desde el momento en que la persona imputada
designa a su defensor, o ante tal omisión, le es designado por
el Estado, siendo el defensor la persona que lo asiste mediante
su comparecencia en todos los actos del proceso, desde que es
puesto a disposición del Ministerio Público.

Por tanto, el defensor está obligado a prestar de


manera personal orientación, asesoría y vigilancia, así como a
realizar todos los actos necesarios para representar y proteger
los intereses de su defendido.

Aunado a ello, la Primera Sala de la Suprema Corte


de Justicia de la Nación, en la ejecutoria que dio origen a la
jurisprudencia P. XII/2014 (10a.), determinó que la adecuada
defensa sólo se garantiza si se ejerce por conducto de un
defensor licenciado en derecho.

9Tesis 1a. CCXXVI/2013 (10a.), de la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Décima
Época del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Libro XXII, Julio de 2013, Tomo 1, página 554,
con registro 2003959.
17

Lo anterior lo sostuvo partiendo de la interpretación


literal del artículo 20, apartado A, fracción IX, de la Constitución
Federal, en su texto anterior a la reforma publicada en el Diario
Oficial de la Federación el dieciocho de junio de dos mil ocho,
del que se advierte que el ejercicio de la defensa adecuada, en
la modalidad de asistencia, puede ejercerla el inculpado por sí,
por abogado o persona de su confianza.

Empero, ese concepto cambió con motivo de la


reforma penal constitucional de aquella fecha, a partir de la cual
la citada disposición fue totalmente reconstruido a fin de dar
apertura al reconocimiento e instauración del sistema procesal
penal de carácter acusatorio y oral, además de reiterar y
fortalecer el reconocimiento de los derechos del imputado y de
la víctima en el proceso penal.

A partir de dicha reforma, el legislador permanente


estableció que el ejercicio de la defensa adecuada en materia
penal, por parte del imputado, debe realizarse con la asistencia
de un abogado, que podrá elegir libremente desde el momento
de su detención.

En ese contexto, el contenido del derecho humano


a una defensa adecuada en materia penal a favor del imputado,
debe interpretarse en el sentido de que su eficaz ejercicio
implica que el gobernado esté asistido, en todas las etapas
del procedimiento, incluso de ser posible desde su detención,
por un abogado profesional en Derecho, pues ello garantiza
contar con una defensa técnica adecuada.

La jurisprudencia aludida es del contenido siguiente:

“DEFENSA ADECUADA DEL


18

INCULPADO EN UN PROCESO PENAL. SE


GARANTIZA CUANDO LA PROPORCIONA UNA
PERSONA CON CONOCIMIENTOS TÉCNICOS EN
DERECHO, SUFICIENTES PARA ACTUAR
DILIGENTEMENTE CON EL FIN DE PROTEGER
LAS GARANTÍAS PROCESALES DEL ACUSADO Y
EVITAR QUE SUS DERECHOS SE VEAN
LESIONADOS. De la interpretación armónica y pro
persona del artículo 20, apartado A, fracción IX, de la
Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, en su texto anterior a la reforma publicada
en el Diario Oficial de la Federación el 18 de junio de
2008, en relación con los diversos 8, numeral 2,
incisos d) y e), de la Convención Americana sobre
Derechos Humanos y 14, numeral 3, inciso d), del
Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, se
concluye que la defensa adecuada dentro de un
proceso penal se garantiza cuando la proporciona una
persona con conocimientos técnicos en derecho,
máxime que de la normativa internacional citada no
deriva la posibilidad de que sea efectuada por un
tercero que no sea perito en dicha materia y, por el
contrario, permite inferir que la defensa que el Estado
deba garantizar será lo más adecuada y efectiva
posible, lo cual implica un elemento formal,
consistente en que el defensor acredite ser perito en
derecho, y uno material, relativo a que, además de
dicha acreditación, actúe diligentemente con el fin de
proteger las garantías procesales del acusado y evitar
que sus derechos se vean lesionados, lo que significa,
inclusive, que la defensa proporcionada por persona
de confianza debe cumplir con estas especificaciones
para garantizar que el procesado pueda defenderse
adecuadamente. Lo anterior, sin que se llegue al
extremo de imponer al juzgador la carga de evaluar
los métodos que el defensor emplea para lograr su
cometido de representación, toda vez que escapa a la
función jurisdiccional el examen sobre si éste
efectivamente llevará a cabo la estrategia más afín a
los intereses del inculpado, máxime que los órganos
jurisdiccionales no pueden constituirse en Juez y parte
para revisar la actividad o inactividad del defensor e
impulsar el procedimiento, y más aún, para declarar la
nulidad de lo actuado sin el debido impulso del
defensor.”10.
19

Lo expuesto hasta este momento permite concluir


que en el caso a estudio, no se observó el derecho
fundamental a una defensa adecuada, en virtud de que, se
reitera, ** fungió con carácter de defensor particular del quejoso
durante la audiencia de ofrecimiento de pruebas celebrada el
nueve de abril de dos mil quince, así como el desahogo de las
ahí admitidas y de la audiencia final del proceso llevada a cabo
el cuatro de septiembre de dos mil quince, persona que carece
de documento que acredite su condición de técnico del
Derecho.

A efecto de dilucidar cabalmente ese aspecto, se


tiene en consideración que el juez de la causa previo
requerimiento efectuado a *, éste a través del ocurso
presentado el diecinueve de mayo de dos mil quince, exhibió
autorización provisional para ejercer la profesión de licenciado
en derecho, expedida por el Departamento de Profesiones de la
Secretaria de Educación del Estado de Michoacán (foja 538), la
que posee plasmada la siguiente leyenda: “toda vez que ha
acreditado su capacidad con acta de examen recepcional
expedida por Centro de Estudios Superiores del Oriente de
Michoacán”; sin embargo, ha sido criterio reiterado por este
tribunal que tal autorización no puede estimarse como la idónea
para demostrar la calidad de técnico del derecho;
demostrándose que no existe, a la fecha de su intervención en
el proceso, cédula profesional legalmente expedida, ya que la
que aparece en la página oficial de internet de la consulta de
profesiones, es del año dos mil quince, empero, no se precisa el
mes.

10Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, Décima Época, Libro 5, Abril de 2014, Tomo I, página
413, con registro 2006152.
20

De ese modo, si el citado defensor particular carece


de documento vigente que lo acredite debidamente como
técnico en derecho, es infactible afirmar que el procesado y
aquí quejoso ** tuvo defensa adecuada por abogado o
profesional en Derecho, acorde a lo establecido por el Máximo
Tribunal del País.

Sirve de apoyo a lo expuesto la jurisprudencia 1a./J.


27/2015 (10a.), de título y texto siguientes:

“DEFENSA ADECUADA EN MATERIA


PENAL. LA ILICITUD DE LA DECLARACIÓN
RENDIDA POR EL IMPUTADO SIN LA ASISTENCIA
TÉCNICO-JURÍDICA DE UN DEFENSOR
PROFESIONAL EN DERECHO, NO ADMITE
CONVALIDACIÓN. Esta Primera Sala de la Suprema
Corte de la Justicia de la Nación ha determinado que
la violación al derecho humano de defensa adecuada,
que se actualiza cuando el imputado (lato sensu)
declara sin la asistencia jurídica de un defensor que
tenga el carácter de profesional en derecho (abogado
particular o defensor público), no puede concurrir con
circunstancias que en apariencia la convaliden, de
manera que transformen la realidad jurídicamente
observable como si no hubiera acontecido. Lo cual
implica que la declaratoria de ilicitud de la diligencia
21

no debe supeditarse a actos posteriores que puedan


interpretarse como el consentimiento o superación de
la actuación que se realizó de forma contraria a
derecho y que dejó en estado de indefensión al
imputado. En consecuencia, la diligencia practicada
en los términos resaltados, no deberá considerarse
para efectos de valoración al dictar cualquier
resolución por la que se determine la situación jurídica
de la persona sujeta a un procedimiento penal, sino
que tendrá que excluirse como medio de prueba, con
independencia de su contenido. Por tanto, las
autoridades no requieren realizar una evaluación a
priori de la declaración del imputado para determinar
si tiene efectos perjudiciales hacia la defensa o si
vierte elementos de exculpación que pudieran
beneficiarle, como para estimar que puede
convalidarse la actuación si posteriormente es
ratificada. Incluso, aun en el supuesto de que el
imputado aportara elementos de exculpación, esta
circunstancia de ninguna manera tiene el alcance de
validar la ilicitud de la diligencia que se practicó en
contravención al derecho humano de defensa
adecuada.”.11

RATIFICACIÓN DICTÁMENES PERICIALES.

La autoridad judicial responsable pasó por alto


ordenar la ratificación en sede judicial de dictámenes emitidos
durante la fase de averiguación previa y que constituye una
violación a las leyes del procedimiento, cuya naturaleza
trascendental y grave amerita la reposición del procedimiento,
de conformidad con lo dispuesto en el artículo 173, fracción XIII12
, de la Ley de Amparo, en tanto preceptúa que en los juicios del
orden penal se considerarán violadas las leyes del

11 Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Gaceta del Semanario Judicial de la
Federación, Décima Época, Libro 18, Mayo de 2015, Tomo I, página 242, con registro 2009006.
12 Artículo 173. En los juicios del orden penal se considerarán violadas las leyes del procedimiento con trascendencia a
las defensas del quejoso, cuando:
(…)
XIII. No se respete al imputado el derecho a contar con una defensa adecuada por abogado que elija
libremente desde el momento de su detención, o en caso de que no quiera o no pueda hacerlo, el juez no le
nombre un defensor público, o cuando se impida, restrinja o intervenga la comunicación con su defensor;
cuando el imputado sea indígena no se le proporcione la asistencia de un defensor que tenga conocimiento
de su lengua y cultura, así como cuando el defensor no comparezca a todos los actos del proceso; (…)
22

procedimiento, con trascendencia a las defensas del quejoso,


cuando no se le respete su derecho a contar con una defensa
adecuada.

Como se adelantó al inicio de la presente


resolución, este órgano colegiado, en suplencia de la queja,
advierte la actualización de una violación procesal que trastocó
los derechos fundamentales del quejoso de legalidad e igualdad
procesal que debe existir entre las partes, conforme a lo
previsto en el artículo artículo 20, apartado A, fracción V,
actualmente 20, apartado B, fracción IV de la Constitución
General de la República, en relación con el diverso 173,
fracción XIV, de la ley de amparo.

Numerales de los que se obtiene, que en los juicios


del orden penal se consideran transgredidas las leyes del
procedimiento en perjuicio de la parte quejosa, cuando exista
un desequilibrio procesal entre las partes; o, en casos análogos,
es decir, que los medios de convicción existentes se
desahoguen ilegalmente.

En relación al principio de igualdad procesal, la


Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, ha
puntualizado que en el proceso penal el equilibrio de los sujetos
procesales es de suma importancia, pues deben concedérseles
iguales condiciones, de manera que ninguno quede en estado
de indefensión; y si bien es cierto que el citado principio no está
previsto expresamente en algún numeral en concreto del
Código Federal de Procedimientos Penales, también lo es que
se consigna en el artículo 206, en cuanto prevé que todo
aquello que se ofrezca como prueba, debe admitirse, siempre y
cuando sea conducente y no vaya contra el derecho a juicio del
juez o del tribunal, lo que se relaciona con el contenido del
artículo 20, Constitucional precitado, lo que significa que los
medios probatorios ofrecidos por ambas partes procesales
23

deben valorarse con el mismo estándar o idénticas exigencias


de juicio para generar convicción.

Criterio de igualdad procesal que quedó plasmado


en la tesis de jurisprudencia de rubro y texto siguiente:

“PRINCIPIO DE IGUALDAD EN EL PROCESO


PENAL. SU ALCANCE. En el proceso penal, el
equilibrio de los sujetos procesales es de suma
importancia, pues deben concedérseles iguales
condiciones, de manera que ninguno quede en
estado de indefensión; y si bien es cierto que este
principio no está previsto expresamente en algún
numeral concreto del Código Federal de
Procedimientos Penales, también lo es que se
consigna implícitamente en su artículo 206, en
cuanto prevé que todo aquello que se ofrezca como
prueba -en términos del artículo, en su texto anterior
a la reforma publicada en el Diario Oficial de la
Federación el 18 de junio de 2008- debe admitirse,
siempre y cuando sea conducente y no vaya contra
el derecho a juicio del juez o del tribunal, lo que
significa que los medios probatorios ofrecidos por
ambas partes procesales deben valorarse con el
mismo estándar o idénticas exigencias de juicio
para generar convicción. Así, cuando la información
que brinda un medio probatorio es imprecisa,
parcial o genera duda porque adolece de claridad y
da lugar a que el juez le reste valor, no es válido
que tal estándar sólo aplique para una de las
partes, ya que el mérito o valor de convicción del
medio probatorio está sujeto a la libre apreciación
del juez, pero es inadmisible que los medios de
prueba de la misma índole -ofrecidos por ambas
partes- tengan un estándar de valoración distinto,
según se trate del actor o del demandado, del
órgano ministerial o del acusado, pues ello atentaría
contra las garantías de justicia imparcial, de
equidad procesal y de correcta fundamentación y
motivación”.

En el caso analizado, la autoridad responsable


omitió ordenar la ratificación del contenido de los dictámenes en
materia de psicología y de inspección en el lugar de los hechos,
suscritos respectivamente y, en su orden, por los peritos en la
24

especialidad Nancy Gómez Alva y José Nelson Bedolla


Pantaleón, adscritos a la Subprocuraduría Regional de
Zitácuaro, Michoacán, con base en los que la autoridad
responsable tuvo por acreditado el delito de abuso sexual, cuya
comisión se imputa al quejoso; por ende, es claro que se
transgredieron en su perjuicio las normas que rigen el
procedimiento penal, que amerita sea subsanada en sede
constitucional.

En efecto, al resolver el amparo directo en revisión


250/2016, relativo al juicio de amparo directo 259/2015, del
índice de este órgano colegiado, la Primera Sala de la Suprema
Corte de Justicia de la Nación, determinó, entre otras
cuestiones, que la opinión pericial que no sea ratificada es una
prueba imperfecta, en virtud de que para otorgarle certeza y
seguridad jurídica al acto contenido en el mismo, es
indispensable que sea ratificado por el perito que la formuló,
pues sin la ratificación no es dable otorgar a los dictámenes
emitidos, tanto por los peritos oficiales como por el propuesto
por las partes, valor alguno.

En apoyo a las anteriores consideraciones se


invoca la jurisprudencia y tesis del contenido siguiente:

"DICTÁMENES PERICIALES. PARA SU VALIDEZ


DEBEN SER RATIFICADOS POR QUIENES LOS
EMITEN, INCLUSO POR LOS PERITOS
OFICIALES (LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE
TLAXCALA). El artículo 150 del Código de
Procedimientos Penales para el Estado de Tlaxcala
establece expresamente que "El perito emitirá su
dictamen por escrito y lo ratificará en diligencia
especial", sin hacer distinción respecto a si dicha
disposición se dirige al oficial, al designado por las
partes o al tercero en discordia. La referida
obligación tiene por objeto establecer la
autenticidad de la prueba mediante el
perfeccionamiento formal que exige la ley, pues
tratándose de una prueba constituida fuera de la
intervención directa del juzgador, resulta
25

indispensable que quien la elabora la confirme


personal y expresamente para hacer indubitable su
valor, esto es, la ratificación de los dictámenes
periciales impuesta por la ley hace que la prueba
sea digna de crédito y, consecuentemente,
susceptible de ser analizada y valorada; máxime si
se toma en cuenta que el peritaje puede emitirse
por una persona distinta de la designada, o puede
ser sustituido o alterado sin conocimiento del perito
nombrado, además de que también es admisible su
modificación parcial o total en el momento de
ratificarse. Es indudable que la opinión pericial no
ratificada es una prueba imperfecta porque no
cumple con la condición formal que la ley le impone
para otorgarle certeza y seguridad jurídica, es decir,
que quien la suscribe es efectivamente la persona
designada para ello y que su opinión es verdadera,
por lo que sin el mencionado requisito no es dable
otorgar validez probatoria a los dictámenes
emitidos, incluso los que provengan de peritos
oficiales. Sin que obste a lo anterior el hecho de que
el artículo 142 del citado código exceptúe al perito
oficial que acepte el cargo de protestar su fiel
desempeño ante el funcionario que practique las
diligencias, pues tal disposición únicamente lo
exime de rendir dicha protesta, pero no de ratificar
su opinión." .

"DICTÁMENES PERICIALES. EL ARTÍCULO 235


DEL CÓDIGO FEDERAL DE PROCEDIMIENTOS
PENALES, AL EXIMIR A LOS PERITOS
OFICIALES DE RATIFICARLOS, VULNERA EL
DERECHO FUNDAMENTAL DE IGUALDAD
PROCESAL. El precepto citado, al eximir a los
peritos oficiales de ratificar sus dictámenes y obligar
a los de las demás partes del juicio a hacerlo,
vulnera el derecho fundamental de igualdad
procesal, toda vez que si la prueba pericial se
constituye fuera del alcance o de la intervención
directa del juzgador, es indispensable que quien la
elabora la confirme personal y expresamente, a fin
de hacer indubitable su valor; ello, en concordancia
con el criterio establecido por esta Primera Sala de
la Suprema Corte de Justicia de la Nación al
resolver la contradicción de tesis 2/2004-PS, de la
que derivó la tesis jurisprudencial 1a./J. 7/2005 (1).
En efecto, la ratificación de los dictámenes
periciales hace digna de crédito la prueba y,
consecuentemente, susceptible de analizarla y
valorarla, pues existe la posibilidad de que el juicio
26

pericial se emita por una persona distinta de la


designada o que pueda sustituirse o alterarse sin
que tenga conocimiento el perito nombrado.
Además, si la finalidad de las formalidades es dotar
de certeza y seguridad jurídica a las actuaciones
judiciales, es una exigencia válida para cualquier
perito que ratifique su dictamen, sin que se advierta
una razonabilidad lógico-jurídica que lleve a
establecer de "innecesaria" dicha ratificación por
parte del perito oficial, pues de aceptarse esta
excepción se originaría un desequilibrio procesal, ya
que las partes no se encontrarían en igualdad de
condiciones procesales, en cuanto a la exigencia de
ratificación de los peritajes exhibidos por el
inculpado; de ahí que la opinión pericial que no sea
ratificada constituye una prueba imperfecta, en
virtud de que para otorgar certeza y seguridad
jurídica al acto contenido en el dictamen, es
indispensable que lo ratifique el perito oficial que lo
formuló."

Bajo el anterior panorama, es evidente que el


Máximo Tribunal del País a través de la Primera Sala, prescribió
la necesidad de que los dictámenes emitidos por los peritos
oficiales sean ratificados ante la autoridad, al igual que
cualquier otro especialista que intervenga en el proceso, ello a
fin de estar en condiciones de otorgarles valor probatorio.

Como se estableció, en el caso que nos ocupa se


advierte que no se verificó la ratificación del contenido de los
dictámenes en materia de psicología y de inspección en el lugar
de los hechos, suscritos respectivamente y, en su orden, por los
peritos en la especialidad Nancy Gómez Alva y José Nelson
Bedolla Pantaleón, no obstante que surgía el deber del juzgador
de proveer lo necesario para que fueran ratificados por sus
emitentes, a fin de cumplir con los requisitos de validez formal o
legal, para que estuviera en posibilidad de valorarlos
debidamente.

Pues como lo ha establecido el Pleno de la


Suprema Corte de Justicia de la Nación, para garantizar que la
27

defensa sea adecuada y oportuna deben verificarse las


formalidades esenciales del procedimiento, en el caso de las
periciales, las relativas a su ofrecimiento, desahogo (que abarca
la ratificación) y objeción, lo que otorgará certeza y seguridad
jurídica respecto del acto contenido en el dictamen,
cumpliéndose así con las con las formalidades previstas en la
ley que lo hacen susceptible de valoración.

Omisión del juzgador que evidentemente transgrede


el principio de igualdad procesal, que trascendió a las defensas
del quejoso, en cuanto a que las opiniones periciales de que se
trata, fueron tomadas en cuenta por el juzgador para acreditar
el delito y su responsabilidad penal en su comisión; por lo que
al no darse oportunidad al inculpado y su defensa de cuestionar
al experto en comento, se les privó del derecho de controvertir
—en igualdad de condiciones— una de las pruebas en que se
funda la acusación y su posterior condena.

Conviene precisar, que la ratificación de los


dictámenes debe, en principio, realizarse por los expertos que
los rindieron, empero, no se soslaya que pudieren concurrir
eventualidades que hagan imposible el desahogo de dicha
ratificación; ante ello, por tratarse de un dictamen pericial
emitido por peritos oficiales, puede excepcionalmente ser
ratificado por un perito diverso al que los emitió, pues tal
proceder significa que está de acuerdo con los términos en que
el dictamen fue formulado, de manera que a partir de ese
momento es responsable, profesionalmente, de su contenido y,
por ello, puede ser controvertido en la persona del nuevo perito
oficial.

Además, proceder en tal forma bajo el caso


excepcional indicado, hace prevalecer los principios de
economía y celeridad en el proceso penal y, por ende, tiende a
28

que la impartición de la justicia sea pronta y expedita.

RETROACTIVIDAD MULTA Y PENALIDAD.

Sobre el particular, se advierte que la responsable


impuso al quejoso multa de seis mil ciento treinta y ocho
pesos, equivalente a cien días de salario vigente en el
momento y lugar de los hechos, a razón de sesenta y un
pesos, treinta y ocho centavos, por el delito de abuso sexual,
que resulta ser la mínima prevista en el artículo 245, párrafo
segundo, del Código Penal del Estado vigente –2013-; sin
embargo, analizada la nueva legislación penal, vigente a partir
del siete de marzo de dos mil quince en esta capital, se advierte
que el artículo 166 que prevé el delito de abuso sexual ya no
sanciona con multa tal conducta, esto es, se suprimió
dejando vigente únicamente sanción corporal; aunado a ello, la
pena de prisión al igual tuvo una reducción, pues paso de uno a
seis años de prisión, a seis meses cuatro años de cárcel, lo que
también redundaría en beneficio del impetrante; por ende, en
términos de lo dispuesto por el artículo 14 Constitucional,
aplicado a contrario sensu, 9 de la Convención Americana de
Derechos Humanos y 12 del Código Penal vigente, la autoridad
responsable al momento de emitir nuevo fallo, deberá aplicar a
favor del quejoso la legislación sustantiva vigente, por ser la
que le depara mayor beneficio y, por ende deberá suprimir la
multa que por el delito de abuso sexual le impuso, sumado a
adecuar la sanción corporal a la nueva penalidad.

Lo anterior, con apoyo en la tesis de la Primera Sala


de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, consultable en la
página 50, del Volumen CI, Segunda Parte, del Semanario
Judicial de la Federación, Sexta Época, Registro: 259203, del
siguiente contenido:

"RETROACTIVIDAD DE LA LEY PENAL MÁS


29

BENÉFICA. Si bien es cierto que de acuerdo con el


principio de irretroactividad de la ley que consagra el
artículo 14 constitucional, la ley sustantiva penal sólo es
aplicable durante su vigencia temporal, también lo es que
la no retroactividad de la ley tiene una excepción en el
principio de aplicación de la ley posterior más benigna,
entendiéndose por ésta, la más favorable en sus efectos al
delincuente".

A la que se suma, el contenido de la jurisprudencia


de la Primera Sala del Alto Tribunal de la Nación, consultable
en la página 124, del Tomo I, Mayo de 1995, del Semanario
Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, Registro:
200487, cuyo epígrafe y texto rezan:

“RETROACTIVIDAD. APLICACION DE LA LEY PENAL


MÁS FAVORABLE. DEBE HACERSE EN EL PROCESO
PENAL POR LA AUTORIDAD JURISDICCIONAL
ORDINARIA COMPETENTE Y NO EN EL JUICIO DE
GARANTÍAS. El juicio de amparo es un medio de
protección del orden constitucional contra todo acto de
autoridad que agravie a cualquier gobernado; la teleología
que persigue es la de proteger y preservar el régimen
constitucional. Jurídicamente la acción constitucional de
amparo no es un derecho de acción procesal ordinaria
penal, civil, laboral o administrativa, sino que es
puramente constitucional, nace directamente de la
Constitución (artículos 103 y 107); va encaminada a
controlar el acto de autoridad que se estima violatorio de
garantías y no la ley común; no tutela los intereses que en
el acto jurisdiccional ordinario se han dejado a los
tribunales comunes, sino que va dirigida a hacer respetar
la Ley Suprema cuando la autoridad ha rebasado sus
límites. Con el amparo judicial los tribunales de la
Federación, al conocer de los respectivos juicios, amplían
su esfera de competencia hasta el grado de convertirse en
revisores de los actos de todas las autoridades ordinarias
judiciales, sin que ello implique que pueden sustituirse en
funciones propias de estas últimas sino sólo hasta el límite
de analizar las violaciones de procedimiento o de fondo
que en su caso ellas hubieran cometido, por lo que
propiamente deben estudiar el problema jurídico planteado
ante este tipo de autoridades de acuerdo con las normas
que rijan la materia y resulten ser las aplicables en el
tiempo y en el espacio, estableciendo así el consiguiente
control constitucional previsto en los artículos 14 y 16
constitucionales; por ende, el juicio de amparo, además de
ser un medio de impugnación constitucional (lato sensu),
es también un medio de control de legalidad. Así las
cosas, atendiendo a su naturaleza, las sentencias de
amparo sólo deben decidir sobre la constitucionalidad del
acto que se reclama y nunca sobre cuestiones cuya
30

decisión compete a los tribunales ordinarios, sean del


fuero común o del fuero federal. Así, cuando un órgano
jurisdiccional de amparo conoce de un acto reclamado que
proviene de un proceso penal, no puede sustituirse en
funciones propias de la autoridad responsable, a saber: en
determinar de manera directa si una conducta es
constitutiva de delito o no, declarar sobre la
responsabilidad o irresponsabilidad del acusado o imponer
las penas y medidas de seguridad establecidas en las
leyes respectivas, pues lo único que debe de analizar es la
legalidad y consecuente constitucionalidad del acto
reclamado en cuanto a la aplicación exacta y puntual de
las leyes adjetiva y sustantiva correspondientes por
razones de materia, ámbito territorial y tiempo, en relación
con las garantías de seguridad jurídica y legalidad
previstas en los artículos 14, 16, 19 y 20 de la Carta
Magna. Luego, como el juicio de garantías no es una
instancia más en el proceso penal y como al juzgador
constitucional de amparo no corresponde calificar ni
sancionar en su caso la conducta del acusado, procesado
o sentenciado, él no debe, al estudiar la constitucionalidad
del acto reclamado, aplicar una ley diferente a la que
estuvo en vigor al emitir dicho acto, pues de esta manera
ya no estaría juzgando la conducta de la autoridad
responsable, que se estima violatoria de garantías, sino
sustituyéndose en funciones específicas de ésta y, por
ende, creando una instancia más dentro del proceso
penal, con el consecuente quebrantamiento del orden
jurídico y la tergiversación de la esencia y los fines del
juicio de amparo. No obsta a lo anterior, el que, en
términos del artículo 14 constitucional y de diversas leyes
sustantivas, esté permitida la aplicación retroactiva de la
ley penal cuando ésta beneficie al quejoso y no se
lesionen derechos de tercero, pues la aplicación de tal ley
debe hacerse siempre por autoridad competente y dentro
del proceso penal, o el procedimiento de ejecución, según
corresponda, pero nunca en el juicio de garantías; lo cual
no implica dejar en estado de indefensión al interesado,
porque en caso de que hubiera concluido la segunda
instancia, la autoridad competente de la ejecución de las
penas y medidas de seguridad, aun de oficio, deberá
aplicar la ley más favorable al sentenciados.”.

OTORGAMIENTO DE BENEFICIOS.

Idéntica consideración se debe hacer respecto del


otorgamiento de beneficios, puesto que la autoridad
responsable se concretó a otorgar el previsto en el artículo 72
del Código Penal del Estado vigente en la época de los hechos
(2013), referente al beneficio de la conmutación de la pena por
una multa de mil pesos, puesto que la penalidad no era
superior a dos años.
31

Sin embargo, se advierte que en beneficio del


quejoso, la autoridad responsable estaría en condiciones de
proveer respecto de la procedencia de los beneficios de
sustitución y suspensión de la ejecución de las penas, acorde
al contenido del artículo 76 y correlativos del Código Penal
vigente en esta entidad a partir del siete de marzo de dos mil
quince.

SÉPTIMO. Medida preventiva para garantizar el


derecho a la intimidad de las personas. Del proceso penal que
se revisa 6/2014, del índice de registro de la autoridad
responsable señalada como ejecutora Juez Segundo de Primera
Instancia en Materia Penal del Distrito Judicial de Zitácuaro,
Michoacán, instruido al aquí quejoso y, que fue enviado a este
tribunal como sustento al informe justificado, se advierte que a
fojas 67 a 194, obran insertas copias de la credencial para votar
con fotografía de la persona ofendida, por ende, a fin de
garantizar la protección a su derecho a la intimidad, se precisa:

Con fundamento en lo dispuesto por los artículos 1°


de la constitución federal, que salvaguarda y proscribe cualquier
acto que atente contra la dignidad de las personas; 11.2 de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos, que estipula
que nadie puede ser objeto de injerencias arbitrarias o abusivas
en su vida privada, en la de su familia, en su domicilio o en su
correspondencia, ni de ataques ilegales a su honra o reputación;
5°, de Ley General de Víctimas, que señala a la dignidad como un
principio rector de todos los mecanismos, medidas y
procedimientos en que se vinculen victimas u ofendidos de
delitos, definiéndola como: "La dignidad humana es un valor,
principio y derecho fundamental base y condición de todos los
demás. Implica la comprensión de la persona como titular y sujeto
de derechos y a no ser objeto de violencia o arbitrariedades por
32

parte del Estado o de los particulares. En virtud de la dignidad


humana de la víctima, todas las autoridades del Estado están
obligadas en todo momento a respetar su autonomía, a
considerarla y tratarla como fin de su actuación. Igualmente,
todas las autoridades del Estado están obligadas a garantizar que
no se vea disminuido el mínimo existencial al que la víctima tiene
derecho, ni sea afectado el núcleo esencial de sus derechos", se
ordena a la a autoridad responsable, magistrada de la Octava
Sala Penal del Supremo Tribunal de Justicia del Estado, que
como medida preventiva, atendiendo a que la exhibición de las
fotografías referidas, son susceptibles de vulnerar la intimidad y
dignidad de la persona que aparece en ellas, debido al acceso
que eventualmente tendrán las partes y personal de los órganos
encargados de su tramitación, conservación y archivo, proceda a
lo siguiente:

a) Que las páginas 67 a 194 del original del


proceso que contiene dichas copias de la credencial para votar
con fotografía sean, previo su cotejo y certificación, separadas del
expediente en comento e incorporadas a un sobre sellado y
lacrado que, nuevamente, será glosado al mismo, con la leyenda
respectiva;

b) Además ordene al juez de los autos que


proceda de igual manera en el duplicado del proceso de existir
copia de las referidas copias; y,

c) En el supuesto de que se considere necesario


el acceso a dicho documento, bien directamente o a solicitud de
las partes, determine previamente, con la debida fundamentación
y motivación, la pertinencia de la medida; y, concluido el análisis
correspondiente, vuelva a resguardar en la forma indicada, tal
pieza procesal.

OCTAVO. Efectos de la concesión del amparo.


33

Por las razones expuestas en el considerando que antecede, y


toda vez que la resolución reclamada, resulta violatoria de los
derechos fundamentales del quejoso, con fundamento en el
artículo 77 de la Ley de Amparo, lo procedente es conceder la
protección de la Justicia Federal, para el efecto de que el
magistrado responsable:

1. Deje insubsistente la sentencia dictada el dieciocho


de diciembre de dos mil quince;

2. Ordene de la reposición del proceso, a partir


de la diligencia inmediata anterior al auto de nueve de abril de
dos mil quince.

3. Bajo su más estricta responsabilidad, proceda a


realizar la investigación correspondiente a fin de conocer si al
día nueve de abril de dos mil quince en que se celebró la
audiencia de ofrecimiento de pruebas en el proceso penal de
origen, ** contaba o no con título profesional que lo autorice a
ejercer la profesión de licenciado en Derecho.

3. a. De obtener resultados negativos en esa


investigación, decrete la reposición del procedimiento a partir
de la diligencia de ofrecimiento de pruebas de nueve de
abril de dos mil quince; a efecto de garantizar al quejoso una
defensa adecuada mediante abogado, para lo cual, en caso de
que *** no quiera o no pueda nombrar defensor con tal cualidad,
le asigne a uno de oficio, con independencia de que el
inculpado también designe persona de su confianza, dado que
ambas figuras no se excluyen; en la inteligencia de que en caso
de que la nueva defensa ofrezca alguna de las pruebas ya
desahogadas, cuya repetición sea imposible, considere si las
mismas deben prevalecer, a fin de no causar perjuicio alguno al
inculpado. Hecho lo anterior, continúe con la secuela
34

procedimental en términos de ley.

3. b. Para el caso de que el resultado de la


investigación sea positivo, continúe el procedimiento en lo
que corresponda y dicte una nueva resolución.

4. Provea lo conducente a fin de que se lleve a


cabo la ratificación de los dictámenes en materia de psicología
e inspección ocular en el lugar de los hechos, suscritos por los
peritos oficiales Nancy Gómez Alva y José Nelson Bedolla
Pantaleón, respectivamente; cuya ratificación estará a cargo de
los especialistas en comento.

4. a. Dictámenes, que excepcionalmente podrán


ser ratificados por otros peritos oficiales en la materia de que se
trata, designados por el Ministerio Público, ello una vez
agotadas las medidas necesarias para obtener la
comparecencia de Nancy Gómez Alva y José Nelson Bedolla
Pantaleón, sin que se hubiera logrado; o, para el caso de que
alguno de éstos o ambos ya no laboren en la institución
ministerial o hubieren fallecido.

5. En su caso, suprima la multa de cien días de


salario y adecue la penalidad corporal impuesta al accionante
de amparo, por el delito de abuso sexual, atendiendo a que la
legislación sustantiva vigente ya no la prevé y redujo la
punición; aunado a que de existir alguna modificación que
beneficie al sentenciado en relación con procedencia de los
beneficios de sustitución y suspensión de la ejecución de
las penas, lo aplique en su favor. En el supuesto contrario,
decida como en derecho corresponda.

Concesión de amparo que se hace extensiva al


acto de ejecución reclamado, dado que éste no se reclama por
vicios propios. En apoyo de tal postura, se invoca la
35

jurisprudencia número 88, sostenida por la anterior Tercera


Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, visible en el
Apéndice al Semanario Judicial de la Federación 1917-2000,
Tomo VI, Materia Común, Primera Parte, página 70, que dice:

“AUTORIDADES EJECUTORAS, ACTOS DE, NO


RECLAMADOS POR VICIOS PROPIOS. Si la sentencia
de amparo considera violatoria de garantías la resolución
que ejecutan, igual declaración debe hacerse respecto de
los actos de ejecución si no se reclaman, especialmente,
vicios de ésta.”.

Conviene señalar en este apartado, que las


jurisprudencias que se invocan, en cuanto corresponden a
lapsos del Semanario Judicial de la Federación anteriores a la
Décima Época, son vigentes y aplicables, pues no transgreden
las actuales disposiciones de la Ley de Amparo; esto acorde a
lo dispuesto en el artículo Sexto Transitorio del Decreto por el
cual se expide la Ley de Amparo, publicado en el Diario Oficial
de la Federación el dos de abril de dos mil trece, así como lo
señalado en la jurisprudencia de la Segunda Sala de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación, visible en la página
705, del Libro 27, Febrero de 2016, Tomo I, de la Gaceta del
Semanario Judicial de la Federación, Décima Época, Registro:
2010982, cuyo contenido dice:

"JURISPRUDENCIA DE LA SUPREMA CORTE DE


JUSTICIA DE LA NACIÓN Y DE LOS TRIBUNALES
COLEGIADOS DE CIRCUITO. LA REFORMA AL
ARTÍCULO 1º DE LA CONSTITUCIÓN POLITICA DE
LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS, PUBLICADA EN
EL DIARIO OFICIAL DE LA FEDERACIÓN EL 10 DE
JUNIO DE 2011, NO IMPLICA QUE LA EMITIDA CON
ANTERIORIDAD A AQUÉLLA SE TORNE OBSOLETA.
La citada reforma que dio origen a la Décima Época del
Semanario Judicial de la Federación, no implica que la
jurisprudencia emitida en términos de los artículos 192 y
193 de la Ley de Amparo abrogada, con anterioridad a
aquélla, se torne obsoleta, por el contrario, sigue vigente y
es obligatoria. No obsta a lo anterior, el hecho de que
tomando como sustento el cambio de parámetros que
originó el nuevo contenido del artículo 1o. constitucional,
los órganos autorizados para integrar jurisprudencia
36

puedan variar algunos de los criterios sostenidos


tradicionalmente, atendiendo para ello a las
particularidades de cada asunto."

Por lo expuesto y fundado se,

RESUELVE

ÚNICO. La Justicia de la Unión AMPARA Y


PROTEGE a *, contra la sentencia dictada el dieciocho de
diciembre de dos mil quince, en el toca penal I-331/2015, del
índice de la Tercera Sala Penal del Supremo Tribunal de
Justicia de Estado y su ejecución. Para los efectos precisados
en el considerando octavo de este fallo.

Notifíquese; publíquese; con testimonio de la


presente resolución, remítanse los autos al lugar de su origen,
háganse las anotaciones en los libros de gobierno respectivos
y, en su oportunidad, archívese este asunto como concluido.

Así, por unanimidad de votos, lo resolvieron los


magistrados integrantes del Tribunal Colegiado en Materia
Penal del Décimo Primer Circuito, presidente Gilberto
Romero Guzmán, Froylán Muñoz Alvarado y Omar Liévanos
Ruiz, siendo ponente el segundo de los mencionados,
quienes firman en términos del artículo 184, segundo párrafo,
de la Ley de Amparo, ante el secretario de acuerdos
licenciado Raúl Vallejo Medina, que da fe. RÚBRICAS."

"EN TÉRMINOS DE LO PREVISTO EN LOS ARTÍCULOS 18 Y 19 DE


LA LEY FEDERAL DE TRANSPARENCIA Y ACCESO A LA
INFORMACIÓN PÚBLICA GUBERNAMENTAL, EN ESTA VERSIÓN
PÚBLICA SE SUPRIME LA INFORMACIÓN CONSIDERADA
LEGALMENTE COMO RESERVADA O CONFIDENCIAL QUE
ENCUADRA EN ESOS SUPUESTOS NORMATIVOS."
37
El licenciado(a) Ral Vallejo Medina, hago constar y certifico que en términos de lo
previsto en los artículos 8, 13, 14, 18 y demás conducentes en lo relativo de la
Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental,
en esta versión pública se suprime la información considerada legalmente como
reservada o confidencial que encuadra en el ordenamiento mencionado. Conste.

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