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Bachillerato en ciencias
Proyecto de grado
Estudio de caso tipo descriptivo
Cuidado de la naturaleza
PROTECCIÒN DE LA NATURALEZA Y SU INCIDENCIA EN LA CONDUCTA
DE LOS NIÑOS DE LA COMUNIDAD “EL CHURO”
1.1. INTRODUCCIÓN
El cuidado del entorno es algo fundamental que debe empezar a inculcarse desde edades
tempranas. Esto redundará en adultos más responsables en el futuro y con una mayor
conciencia ecológica. No se trata de hablarles del cambio climático o de la extinción de
ciertas especies, pero sí de enseñarles el respeto por la vida animal y vegetal, y de
demostrarles las grandes sorpresas que se esconden en los bosques o en el mismo fondo del
mar.
“Los niños son aprendices activos, investigadores, y la naturaleza ofrece una experiencia
sensorial completa: se puede tocar, oler, ver, oír, probar, así que es más fácil aprender allí que
atado a un pupitre”, resumen los expertos. Y subrayan que las vacaciones pueden ser un buen
momento para que los padres brinden a sus hijos experiencias naturales: excursiones a la playa
o al campo, enseñarles a pescar, a observar las aves, las hojas o los insectos, reciclar. La
motivación es una característica del ser humano, quien nace con ganas de aprender. El niño
intenta descubrir todo aquello que le rodea y por eso experimenta con todo lo que encuentra
y continuamente se plantea interrogantes que formula de forma constante, sobre todo en
edades tempranas. Esta necesidad persevera en edades posteriores, si las condiciones que se
precisan para estar motivado no se eliminan. (Salguero, 2011).
Podemos decir que la meta de la investigación es que los niños y niñas vayan adquiriendo
una conciencia ambiental. Si los niños y niñas de la Comunidad “Cañaveral” incorporan este
mensaje, lo convertirán en un estilo de vida, aprenderán a respetar el medio ambiente y serán
conscientes de que todos y todas somos responsables de cuidarlo.
1.2. ANTECEDENTES
El Ministerio del Ambiente (MAE), en colaboración con el Servicio Civil Ciudadano (SCC),
realiza proyectos de educación ambiental en Manabí. Animales y árboles típicos de los
bosques manabitas, seres mágicos de cuentos de hadas, niños que protegen la naturaleza y
más personajes integran una obra de títeres, iniciativa de los jóvenes del SCC. Los títeres y
su escenografía son elaborados en gran parte con desechos reutilizados. La obra forma parte
de las novedosas estrategias de educación y concienciación ambiental que despliegan estos
voluntarios, con el fin de difundir un mensaje de conservación de los ecosistemas.
“Buscamos llevar un mensaje claro, diferente, y que comprometa a niños, jóvenes, adultos
y a toda la familia con el cuidado de los bosques. Debemos mostrar alternativas válidas para
que se reconozcan todos los beneficios que nos da nuestra cobertura vegetal”. Entre los
mensajes que se difundirán con la obra está el programa Socio Bosque. Este proyecto estrella
del Gobierno Nacional entrega beneficios económicos a personas individuales y
comunidades por su compromiso a largo plazo de mantener en pie e inalterados bosques
primarios. (Macias, Roddy, 2019)
Podemos decir que la educación ecuatoriana ha sido marcada históricamente por ejes del
modelo de desarrollo en vigencia, no importa si este se agotó o quedó inconcluso. En los
inicios de siglo, la educación jugó un papel protagónico en la construcción del Estado y
nación que pugnaba por encontrar identidad. Desde los años cincuenta la educación, en
cambio, apuntaló modelos desarrollistas con un importante papel del Estado. Desde los
ochenta no fue ajena a las tendencias neoliberales que buscaron funcionalidad del aparato
educativo a los requerimientos de recursos humanos para la producción, con claros intentos
de mercantilizar todos los espacios. Estos modelos, en menor medida que hoy, se alineaban
con coordenadas de nivel mundial y están encaminados en integrar a los niños de toda una
comunidad como es “El Churo”; que comprendan y manifiestan la importancia del contacto
directo con la naturaleza que existe en su entorno.
“La naturaleza ofrece una cantidad tan elevada de estímulos que el contacto con ella hace que
el niño se encuentre en un espacio abierto, con sensación de libertad, con capacidad de moverse
libremente, de observar los procesos que ocurren, y eso es fundamental para el desarrollo de
sus habilidades de movimiento pero también un estímulo para sus neuronas, para sus
emociones y para su aprendizaje; es una experiencia vital que permite al niño sentir y medirse
a sí mismo de forma diferente a como lo hace en la ciudad. (Los derechos de la naturaleza en
la constitucion ecuatoriana, 2017)
En las zonas rurales, en las que vive más o menos el 37 % de la población del país, se estima
que el 45 % de los habitantes de dicha fracción subsiste en condiciones de necesidad. Gran
parte de los casos fueron producto de no haber sido considerados por décadas al momento de
hacer inversión en educación y de obras de infraestructura, como carecer de tierras
adecuadas, regadíos suficientes y falta de vías de acceso en buen estado. Aunque se ha notado
un progreso notable en revertir esta situación en los últimos años, desarrollando significativas
inversiones en educación e infraestructura, junto con créditos de los de las cuales ha mejorado
la vida del campesinado ecuatoriano y ha logrado detener la migración hacia las ciudades lo
cual se reflejó en el censo de 2010 donde la población rural llegó al 37.23 % frente al
62.77 %. (INEC, 2020)
El principal motivo de este tema se centra en que tanto animales como plantas suscitan un
gran interés y motivación en los más pequeños de la Comunidad “El Churo”, principalmente
porque poseen unos conocimientos y aprendizajes previos que les vinculan afectivamente
con ellos y les aportan conocimientos muy amplios sobre ellos. El contacto directo con la
naturaleza en la infancia es realmente importante para el desarrollo de la personalidad de los
más pequeños y todas las actividades que se realizan en un entorno natural resultan muy
estimulantes para ellos. Las experiencias con la naturaleza en la primera infancia aportan
además numerosos beneficios; desde respeto por el entorno, hasta el incremento de la
actividad física o una mejor salud mental y emocional, todo ese contacto con la naturaleza
permite a los más pequeños entender mejor el mundo en el que viven y les rodea. El cuidado
del entorno y el respeto por la naturaleza y los animales es algo que debe empezar a inculcarse
desde los primeros años de vida. Se trata de enseñarles el respecto por la vida animal y
vegetal. Es muy importante que el niño o niña experimente la satisfacción que produce cuidar
a unos seres vivos para que sigan viviendo y creciendo, concienciarlos de que las plantas y
animales son seres vivos y necesitan cuidado y respeto, así mismo, que conozcan cómo
empieza la vida de una planta empezando con una semilla.
También es definida como «la acción educativa de permanente por la cual la comunidad
comprende dichas relaciones y sus causas profundas. Ésta se desarrolla mediante una práctica
que vincula al educando con la comunidad, valores y actitudes que promueven un
comportamiento dirigido hacia la transformación superadora de esa realidad, tanto en sus
aspectos naturales como sociales, desarrollando en el educando las posibles habilidades y
actitudes necesarias para dicha transformación así como también hace uso de elementos
didácticos para poder cubrir necesidades ambientales y mejorar el entorno». Las actividades
al aire libre, la interpretación del patrimonio natural y la observación de fauna silvestre
favorecen la incorporación de la esencia de los problemas ambientales. (Gomera Martìnez,
2011).
Mejora la salud física de nuestros hijos, ya que los espacios naturales invitan a correr,
saltar y moverse libremente.
Potencia sus habilidades motrices y los convierte en niños más equilibrados.
Respiran aire limpio que ayuda a protegerles de posibles enfermedades respiratorias.
Les permite recuperar rápidamente la energía física perdida, en plena naturaleza se
recargan más rápidamente las pilas.
Pasar tiempo en entornos abiertos mejora la visión a distancia y disminuye la
posibilidad de tener miopía en los niños.
2.1.2.2. Para la mente.
Es muy importante aprovechar los espacios naturales con nuestros hijos. Aunque sea dando
un pequeño paseo, y así nos podemos fijar en las hojas verdes de los árboles, como nacen las
flores en los parterres de las aceras, mirar el cielo estrellado y escuchar la cantidad de pájaros
que nos dan sus mejores conciertos. Y si aún queremos más aquí proponemos varias ideas
que nos pueden ayudar a recuperar la conexión de nuestros hijos con la naturaleza.
Seguro que a poco menos de una hora de nuestra casa hay algún pequeño monte o ruta de
senderismo fácil que podamos hacer con vuestros hijos. Una buena excursión para hacer en
familia el fin de semana. Solo tenemos que prepararla bien sobre el mapa e ir bien equipados.
La naturaleza tiene muchas cosas bellas que enseñarnos como su flora. Un divertido juego es
el de recoger hojas y flores en la montaña o en el parque y reconocerlas en casa. Incluso
podemos hacer una prensa, secarlas y hacer nuestro propio herbario. Si no queremos
estropearlas también hay la posibilidad de sacarles fotos.
Otra de las maravillas de la naturaleza es su fauna, observar los animales salvajes en libertad
es siempre hipnotizador. Para un niño, la mejor manera de conocer a un animal: cómo es, qué
come, dónde vive, etc.
Mirar el cielo y contemplar las estrellas puede ser muy entretenido. Los más pequeños
aprenderán sus primeros conceptos de astronomía. También les servirá para que se den cuenta
de la inmensidad del universo y para relajarlos antes de ir a la cama.
A menudo la naturaleza no está a nuestro alcance cada día. Si queremos que nuestros hijos
aprendan el proceso de crecimiento de las plantas y/o los árboles siempre podemos plantar
semillas en vuestro jardín o balcón. Y porque no, hacer un pequeño huerto urbano.
Si somos amantes de las manualidades con material reciclado aprovechar las salidas a la
naturaleza para recolectar piedras, hojas secas, flores o troncos para luego hacer una creación
artística en casa.
A cualquier niño le gusta jugar al aire libre, correr y explorar sin límites es pura felicidad
para ellos. Aún se lo pasarán mejor si además tienen un juego de pistas o gincana.
Ir de camping es una propuesta que enamora a todos los niños/as. Vivir en familia la
experiencia de montar una tienda de camping, preparar los sacos y pasar la noche fuera de
casa es toda una aventura.
Uno de los complementos perfectos a una gran experiencia en la naturaleza es un libro. Con
la lectura podemos descubrir y valorar mucho mejor la importancia del medio natural y el
papel que tenemos. Un buen libro ilustrado nos puede ayudar a preparar una salida a la
naturaleza, o a recordar o reflexionar sobre todo aquello que hemos visto y experimentado
en nuestras aulas de clases. (htt31)
2.1.4. Hábitos que deberíamos inculcar a los niños para la protección de la naturaleza
Algunos de los hábitos básicos que debemos poner en práctica para proteger la naturaleza, y
aportar nuestro pequeño granito de arena, así como ayudar a que la Tierra sea un lugar más
sano y sostenible para todos, son:
2.1.4.2. Reciclar
Tenemos que enseñar a los niños que todos los residuos deben ir a la basura, ya que si los
tiramos en cualquier entorno natural, no solo contaminaremos sino que tardará muchísimos
años en desaparecer. Además, deben ir al contenedor correspondiente (vidrio; plásticos;
orgánicos o papel y cartón) para que en un futuro ese material pueda ser reutilizado. Como
cada uno va a asociado a un color diferente, podemos inculcarles a nuestros hijos la acción
de separar los diferentes residuos mediante algún juego, de esta manera, no solo estarán
contribuyendo a la mejora del medio ambiente, sino que también se divertirán.
Es nuestro bien más preciado, aunque a veces se nos olvide. Hay que conservar el mar, los
ríos, los lagos o las fuentes, por lo que nunca debemos arrojar desperdicios ni productos
contaminantes en ellos. Por supuesto, tampoco hay que derrocharla por lo que siempre será
mejor ducharse que bañarse, asegurarse de que todos los grifos estén bien cerrados y
aprovecharla siempre que sea posible.
La naturaleza también nos regala muchos momentos de diversión en familia, y es algo que
debemos aprender a valorar. Estar en contacto con los animales, en la montaña, en el mar, o
en cualquier espacio de estas características, es la mejor forma de disfrutar de nuestra libertad
y dar rienda suelta a la imaginación. El juego y la actividad física al aire libre potencian la
creatividad y permiten que los niños sean más sociables y cooperativos, además de ser muy
estimulantes para ellos. Estas experiencias aportan además numerosos beneficios más allá de
aprender a respetar medio ambiente, como una mejor salud mental y emocional. Todo ello
nos permite entender el mundo en el que vivimos y hacer del mismo, uno mejor. (htt30)
Con estas estrategia metodológica pretendemos que los cambios de conducta conlleven unos
comportamientos que desarrollen “competencias para actuar”, es decir, que no sólo se
encuentren soluciones para problemas ambientales específicos, pues su remedio se puede
desconocer en la actualidad o puedan variar en un futuro, sino que comprendan la las causas
de la problemática ambiental y sean capaces de utilizar esos conocimientos en otros
contextos, decidir soluciones (éstas no son únicas y deben contemplar todos los factores y
sus interrelaciones), y actuar tanto individualmente como con el resto de la sociedad).
Es muy importante tener en cuenta que las problemáticas ambientales de la Comunidad “EL
Churo”, sobre todo las relacionadas con los aspectos socioeconómicos, pueden presentar
cierta conflictividad y crear en el alumnado una cierta inseguridad y ansiedad inicial; si bien,
hemos podido comprobar que las superan cuando se muestra eficaz y además es viable.
El tema de discusión de protección hacia la naturaleza siguió diferentes caminos en los tres
grupos focales realizados. El grupo de las niñas y el grupo mixto pasaron más tiempo
discutiendo sobre las preocupaciones con la naturaleza, las actitudes y comportamientos
ambientales y sus críticas y percepciones sobre lo que está bien o mal hacer y pensar en este
contexto. Principalmente el grupo de los niños se planteó como punto de charla el rol del
ambiente, de la naturaleza y de los espacios abiertos para sus juegos y su bienestar. Aunque
la relación del ambiente con el bienestar sea un aspecto relevante, no es el foco de esta
investigación y así no fue desarrollada en el análisis de datos que siguen. En la primera
categoría, los niños mencionaron actitudes propias favorables a la naturaleza. En la
subcategoría actitudes ambientales cotidianas, las actitudes citadas con mayor frecuencia se
refieren al ahorro de agua, el ahorro de energía, el reciclaje, la reutilización de objetos y la
eliminación de basura en locales apropiados. La clasificación como actitudes relacionadas a
lo cotidiano ocurrió porque contenidos descriptos que se suelen hacer diariamente de modo
automático
Como se observa en los ejemplos presentados, gran parte de las actitudes de activismo
mencionadas por los niños se refieren a la solicitación a otras personas tengan las actitudes
cotidianas reportadas en la subcategoría anterior, como la eliminación de basura en local
apropiado. Además, aunque las actitudes de activismo hayan sido reportadas por algunos
niños, estos reportes fueron menos frecuentes que los que hicieron mención a actitudes
cotidianas.
Por otra parte, la mayoría de las críticas fueron hechas a actitudes de personas menos cercanas
a los niños o no identificadas, por ejemplo: "El año pasado algunas de mis antiguas
compañeras de clase arrancaron flores del parque para regalarle a nuestra profesora. Pienso
que esto está mal, pues el hombre destruye la naturaleza" (Niña, 9 años, grupo de niñas).
Muchas veces, tales actitudes (no favorables al medio) fueron generalizadas al resto de la
población, por ejemplo: "La persona tira la basura y dice 'no pasa nada', no percibe lo que ha
hecho ni tampoco que otras personas hacen lo mismo. Entonces llueve y se obstruyen los
desagües. Después esa persona va a reclamar a la municipalidad" (Niña, 10 años, grupo de
niñas) y "Mira lo que los humanos hacen con el planeta, ellos destruyen las florestas, matan
las flores, contaminan los ríos" (Niño, 11 años, grupo de niños).
Un punto interesante planteado en uno de los grupos focales (niñas), fue cuando las
participantes se pusieron de acuerdo respecto a las conductas de los alumnos mayores
(adolescentes) de su escuela: "Los mayores no están atentos a los contenedores de reciclaje.
Ellos sencillamente comen y echan al suelo la basura" (Niña, 11 años, grupo de niñas) y
"Ellos también aprendieron que no se puede hacer eso, pero igual lo hacen" (Niña, 10 años,
grupo de niñas).
Preocupación con los elementos naturales. La categoría preocupación con los elementos
naturales incluye las menciones de preocupación con la conservación de los recursos
naturales y preocupación con los animales. En relación a los recursos naturales, los niños
manifestaron preocupación por el agua, por los árboles y por la contaminación del aire. Por
ejemplo: "Creo que un buen entorno es así, un entorno el cual la gente no modificó, pues los
árboles y la naturaleza son importantes" (Niño, 11 años, grupo de los niños).
La preocupación con los animales fue un punto bastante frecuente en los grupos. Los niños
demostraron empatía con el malestar de los animales, como se puede ver a partir de las
conversaciones: "A mí me gustaría que dejasen de contaminar la playa, pues lo único que he
visto allí fueron botellas, vidrios y almohadas. He visto, también, una jeringa. Hay que tener
cuidado con los plásticos, por el bien de las tortugas", (niña, 9 años, grupo mixto) y "La
contaminación del aire puede afectar a los animales y nuestras mascotas pueden ponerse
tristes." (Niña, 10 años, grupo de niñas).
Fueron representantes del sexo femenino las que más han expresado opiniones acerca de
actitudes ambientales y acerca de otras cuestiones relacionadas, como la educación ambiental
y las preocupaciones por los recursos naturales y animales. En un grupo focal con
representantes del sexo femenino y masculino, después de que varias niñas reportaron sus
preocupaciones acerca de los problemas ambientales, la entrevistadora preguntó a los niños
si ellos también tenían estas preocupaciones, a lo que uno de los niños (9 años) contestó: "Es
que todavía no he sufrido demasiado por esto. Ahora sí me preocupo, pero no mucho". Ya el
grupo sólo de niños, como se mencionó anteriormente, mantuvo más la discusión en torno a
actividades que les gusta desarrollar en contacto la naturaleza, lo que no constituye el foco
de esta investigación. Además, el grupo de los niños se mostró más disperso y, con mucha
frecuencia, la discusión dejaba de tener el foco en la cuestión ambiental dentro de la
Comunidad “El Churo”
Se observó que los promedios más altos de actitudes favorables al medio ambiente fueron
observados en niños de escuelas públicas, así como en niños que viven en ciudades del
interior. También se observó la disminución de los promedios con el aumento de la edad. No
se observaron diferencias significativas para la variable sexo, aunque las niñas hayan
presentado promedios más altos. Todavía, estos datos merecen seguir siendo estudiados en
investigaciones futuras con el público infantil.
Los resultados de la etapa cualitativa demostraron que los niños se preocupan con la crisis
ambiental y tienen conocimiento sobre actitudes y conductas favorables al medio ambiente,
así como cuales son perjudiciales. Sobre todo los niños mencionaron actitudes referidas a lo
cotidiano, que parecen ser casi automáticas. Actitudes activistas, intentando involucrar otras
personas a tener conductas ambientales fueron mencionadas por los niños y señalan que la
educación ambiental (sea en la escuela o en casa) ya demuestra resultados.
Una posible limitación del presente estudio, común a los auto informes, es la interferencia de
la deseabilidad social. Este aspecto puede haber influido no sólo en los resultados
cuantitativos como también en los cualitativos, a la vez que los contextos grupales pueden
reforzar que uno afirme sus cualidades.
El papel de los niños en el futuro del planeta es esencial, puesto que van a enfrentar los
problemas ambientales de las próximas décadas. A ello se debe la importancia del esfuerzo
y el empeño dedicados a la investigación y a la búsqueda de un mejor conocimiento de la
relación de este público con el ambiente a través de sus actitudes, comportamientos y
creencias.
SECCIÓN III: Conclusiones y recomendaciones
3.1. CONCLUSIONES
3.2. RECOMENDACIONES
4.1. REFERENCIAS
(s.f.). Obtenido de https://ayudaenaccion.org/ong/blog/educacion/educacion-ambiental-
ninos/
Proyecto Tini. (2017). Tini, una metodologia de educacion ambiental en Ecuador . Ecuador
. Obtenido de https://elproductor.com/2017/12/tini-una-metodologia-de-educacion-
ambiental-que-ecuador-asume/
Salguero, C. (2011). La importancia de un rincon de observacion y experimentacion-
naturaleza interaccion. Barcelona: Pedagogia magna.