REVISTA DE EDUCACIÓN POPULAR Y PEDAGOGÍAS CRÍTICAS

Segunda etapa / Año 2 / N°4 / Septiembre de 2014

JUVENTUDES Y LA POLÍTICA EN LA
EXPERIENCIAS DE ESCUELA
PARTICIPACIÓN PEDRO NUÑEZ
DEMOCRATIZACIÓN
SECCIÓN ESPECIAL: DEL GOBIERNO
RED ESPACIOS DE JÓVENES ESCOLAR
GUSTAVO GALLI
RELATO DE
FÉLIX BOMBAROLO

Publicación de distribución gratuita / ISSN 2347-0348

 Por qué
El nombre de la revista que hacemos se inspira en Juanito
Laguna, personaje creado por el pintor rosarino Antonio
Berni en la década del `60.

Evocar la historia y el espíritu del Juanito de Berni nos

devuelve al centro desde el que queremos vivir tarea
como educadores y educadoras, y qué mejor que hacerlo
evocando la voz de su creador: “Juanito Laguna es un
niño de extramuros de Buenos Aires o de cualquier
capital de América Latina. Es un chico pobre, pero no un
pobre chico. No es un vencido por las circunstancias, sino
un ser lleno de vida y esperanzas que supera su miseria
circunstancial porque intuye vivir en un mundo cargado
de porvenir. Juanito Laguna forma parte de una narrativa
hecha con elementos de su propio ámbito. Los materiales
con que hago mi obra no los busco muy lejos de su barrio:
en los baldíos, en los senderos encuentro los cajones y
cajas vacías, las latas y los plásticos de rezago de la gran
industria que son recuperados por esa población aledaña
de inmigrados del interior argentino, o de los hermanos
de países vecinos”1.

¿Y por qué ese “para” Juanito en medio de otras preposi-

ciones como “con”, “por”, “desde”? La elección del para
pretende remarcar la disposición de los/as educadores
para ser, sentir, pensar, hacer, crear, innovar con otros
para que muchos Juanitos y Juanitas gocen su vida en
medio de una sociedad justa. Creemos que el sentido
profundo del ser docente se constituye en la relación con
este y otros alumnos que tienen nombre, historia, familia,
condiciones de vida… Es necesario aclarar que la elección
de tal preposición no supone renegar de las otras. Bien
podríamos decir que los docentes resistimos y persisti-
mos por Juanito, que aprendemos con Juanito, que solo
desde la realidad de Juanito ampliamos el mundo…

Cuando decimos para Juanito, nos estamos refiriendo a la

hermosa metáfora de Berni quien sintetiza, denuncia,
expresa, grita, en Juanito, las vivencias de la niñez maltra-
tada. Los y las Juanitos/Juanitas nos convocan en este
proceso de sistematizar, estudiar y reflexionar sobre
nuestras prácticas docentes. Nuestras búsquedas tienen
como horizonte final trabajar por esta dignidad pisoteada,
con la esperanza –como dice Berni- de que vivimos en un
mundo cargado de porvenir.

1
Estas palabras pueden ser oidas en la voz de Berni
accediendo a:
http://coleccion.educ.ar/coleccion/CD5/contenidos/bernic
hicos/hablaberni/index.html

FOTO DE
TAPA: Victoria Gesualdi es Licenciada en
Comunicación Social en la Universidad
de Buenos Aires, realizó una investiga-
Victoria Gesualdi / ción fotográfica sobre la problemática
Revista Anfibia. de vivienda la Traza de la ex Autopista
3 en la Ciudad de Buenos Aires. Por ese
http://revistaanfibia.- trabajo recibió el premio FELIFA-DOT
com/cronica/el-de- 2013. Trabajó durante siete años como
but-politico-de-los-na- fotógrafa del staff del diario Perfil y
tivos-digitales/ colaboró en la realización del Encuentro
Nacional de Reporteros Gráficos I y II.
Más trabajos en: Realizó un Posgrado en FLACSO y un
victoriagesualdi.com taller de Investigación en Fotografía con
revistaanfibia.com Silvia Pérez Fernández.
 [ sumario ]
2 [ TRAMAS Y TIEMPOS ]

4 pedro núñez / Haciendo

política en la escuela /
jóvenes y experiencias de
participación

presentación /
12 gustavo galli / Políticas,
formación y ciudadanía /
participación y procesos de
Ser parte: de la escuela, democratización del gobierno
del barrio, de la sociedad escolar: una mirada desde la
Ser joven educación popular
Ser ciudadano/a

19 Red Espacios de Jóvenes

[ (re)citar experiencias ] 28 Casa de los Jóvenes / Barrio

Malvinas Argentinas (Córdoba)
A la vida le basta el espacio de
una grieta para renacer
Haciendo radio desde el
Centro de Estudiantes /
Juntar las voces y organizar
el grito 30 Villa Hidalgo, San Martín (Bs.
As.) / La manada, un camino, mil
sueños

REVISTA DE EDUCACIÓN POPULAR

32 Barrio La Costilla, Tigre (Bs. As.)
Construyendo colectivamente
una propuesta de Inserción
Y PEDAGOGÍAS CRÍTICAS barrial
Segunda etapa /Año 2
Número 4 / Septiembre 2014

CONSEJO EDITORIAL
34 Espacio Joven Jujuy /
Construcción de un sistema
democrático en el colegio La
Virginia Rodriguez / Patricio Bolton / Javier Castag- Salle Jujuyescuela
nola / Gabriel Brener /
Gustavo Galli / Alejandro Rezzónico

DISEÑO GRÁFICO E ILUSTRACIONES

Sebastián Prevotel
40 Casa Joven, González Catán
(Bs. As.) / Mirá lo Que Escucho /
Participar empieza tomando la
palabra
EDITOR RESPONSABLE

42
Tucumán 1961 - CP. C1050AAM
Una mirada sobre las miradas a
los jóvenes / Tu palabra vale

Fundación La Salle
Argentina

Ciudad de Buenos Aires

011-4374-9046
parajuanito@fls.org.ar / www.fls.org.ar
46 [ vividores de relatos ]

Félix Bombarolo /
IMPRESIÓN / minigraf@speedy.com.ar La toma

ISSN 2347-0348

Mirá y descargá todas las revistas en http://www.fls.org.ar/online/juanito/

PARAJUANITO 1
Foto: Victoria Gesualdi. En: http://revistaanfibia.com/nueva/cronica/el-debut-politico-de-los-nativos-digitales/
 [ PRESENTACIÓN ]

Ser parte
de la escuela, del barrio
de la sociedad
Ser joven
Ser ciudadano/a

P
articipar es ser parte. Es asumir una posición dialógica y enunciar la palabra propia
en espacios constituidos junto con otros y otras. A la vez participar es una res-
puesta a un interés, a una necesidad, a la búsqueda de ser junto a otros, porque
nadie participa en aquello que no le interesa, en un espacio que no lo seduce, ni como
respuesta a algo que no necesita. Por tanto la condición previa a participar es sentirse
convidado, invitado, seducido, por el objetivo que se persigue, por las personas, por la
organización.

La participación popular y la trama que ésta construye son el sostén de cualquier de-
mocracia. Es imposible pensar la democracia sin organización y participación. La partici-
pación construye poder popular, es decir, construye la posibilidad de que otros puedan
más. Pensar la participación en las escuelas, implica pensar la distribución del poder, su
circulación, su ejercicio, su concentración.

Como no hay democracia sin participación popular, tampoco puede haber escuela de-
mocrática sin participación. Y aquí una salvedad: escuela democrática no es una escue-
la gobernada por los estudiantes, una escuela democrática es aquella que busca que
circule la palabra, que se incorporen la diversas culturas, que no restringe el acceso
con exámenes elitistas, que no persigue la meritocracia sino la igualdad, que propone la
organización y no la individualidad, que escucha y dialoga.

En este número de la revista queremos abrir preguntas sobre el desafío de construir es-
cuelas y organizaciones cada vez más democráticas. Como recorrido les proponemos
visitar las artículos de Pedro Nuñez y de Gustavo Galli que los pueden ayudar a discutir
en con sus compañeros y compañeras algunos enfoques referidos a la participación.
Como siempre además les proponemos la lectura de experiencias que buscan la par-
ticipación juvenil, como las propuestas de la Red Espacios de Jóvenes, la Comisión de
Radio del Centro de Estudiantes de la Escuela Carlos Pellegrini, y el testimonio de los
compañeros del Programa Envión de González Catán. Y por último, un cuento de Félix
Bombarolo que aborda el universo de motivaciones, dilemas y expectativas de un gru-
po de jóvenes que participa de un Centro de Estudiantes. |J|

PARAJUANITO 3
 [ TRAMAS Y TIEMPOS ]

Haciendo política en la escuela

jóvenes y
experiencias de
participación

4 PARAJUANITO
 [ TRAMAS Y TIEMPOS ]

El autor, dedicado a la
investigación en temas de
juventud y ciudadanía, recorre
las principales líneas de reflexión
desarrolladas en su libro “La
política en la escuela. Jóvenes,
justicia y derechos en el espacio
escolar” 1
Pedro Núñez

Introducción

Un par de años atrás las tomas de es-

cuelas en la Ciudad de Buenos Aires así
como las que ocurrieron antes en Cór-
doba y Neuquén catapultaron al primer
plano de las noticias la difusión de estos
hechos. Estos episodios, sumados a una
mayor visibilidad de sectores juveniles
de partidos políticos (principalmente la
agrupación La Cámpora por la difusión
en los medios de comunicación, pero
también de jóvenes socialistas, del Par-
tido Obrero o la Juventud del PRO) lla-
maron la atención de amplias capas de
la población. Los hechos contrastaban
con la supuesta “apatía” de la juven-
tud, tal como solía ser caracterizada
la relación jóvenes-política. De este
modo, se saludó el carácter transgresor
y rebelde de jóvenes “inherentemente”
transformadores de la realidad, o se los
calificó de “vagos” que harían mejor en
interesarse sólo por estudiar sin plan-
tear reclamos “políticos”.
Tal como es fácil de apreciar, la mirada
sobre la participación política organi-
zada a partir de puntos de vista dicotó-
micos –apáticos/idealistas o rebeldes/
vagos- responde más a las represen-
taciones predominantes en el mundo
adulto que a las propias adscripciones
y experiencias juveniles. La persisten-
cia de una mirada adultocéntrica para
dar cuenta de la relación jóvenes-po-
lítica -y, agregamos, escuela- no sólo
entraña la nostalgia por formas de
participación propias de generaciones
precedentes, sino que puede obturar
la aparición de maneras novedosas de
vincularse con la vida en común prota-
gonizadas por las y los jóvenes.
La intención del libro La política en la
escuela. Jóvenes, justicia y derechos en
el espacio escolar fue la de examinar
las tensiones existentes actualmente
en las instituciones escolares, indagar
en los procesos de convivencia escolar
y, principalmente, presentar diversas
situaciones en las cuales las y los jóve-
nes participan en sus escuelas. Me in-
teresaba conocer, a partir de las voces
y experiencias de las y los jóvenes, sus 1. Reseña del libro: NÚÑEZ, P. (2013) La
percepciones sobre la participación, la política en la escuela. Buenos Aires, La
política, sus derechos y los sentidos de Crujía.

PARAJUANITO 5
 [ TRAMAS Y TIEMPOS ]
Cuando pensamos en la
relación entre jóvenes,
escuela y participación
precisamos de nuevos
abordajes antes
que de miradas de
ensoñación hacia el
pasado. Hoy los jóvenes
tienen características
diferentes a cuando
nosotros éramos
jóvenes porque la
sociedad ya no es cómo
veinte o treinta años
atrás.
2. Se trata del Proyecto PAV (Agencia
Nacional de Promoción Científica y Tec-
nológica) “Intersecciones entre desigual-
dad y escuela media: Un análisis de las
dinámicas de producción y reproducción
de la desigualdad escolar y social” que se
realizó entre 2006 y 2009 -junto a equi-
pos locales- en Salta, Neuquén, Provincia
de Buenos Aires y Ciudad de Buenos Aires
bajo la coordinación del Área de Educa-
ción de la primera institución señalada y
del Proyecto PIP/CONICET “La reconfi-
guración de los vínculos entre jóvenes y
adultos en la escuela media. Experiencias
del orden de lo común y producción de
desigualdades” que se desarrolla actual-
mente en el Área Educación de la FLACSO
y contempló el trabajo de campo en
cuatro escuelas de la Provincia de Buenos
Aires; ambos dirigidos por Inés Dussel.
6 PARAJUANITO
la escuela media. El trabajo fue rea-
lizado gracias al financiamiento del
CONICET de diferentes investigacio-
nes realizadas en el Área Educación de
Flacso Argentina donde se realizaron
encuestas, entrevistas con docentes y
estudiantes, observaciones del cotidia-
no escolar y análisis de fuentes secun-
darias.1
Cada capítulo fue pensado a partir de
la reflexión en torno a algún interro-
gante particular. Las preguntas que
funcionaron como organizadoras de
las reflexiones que aquí se presentan
se vinculaban a tres temáticas: las ca-
racterística que adquiere la relación
entre la propuesta escolar y las actua-
les formas de ser joven; las cuestiones
sobre la convivencia, la construcción
del orden escolar y las demandas de
“respeto” y, finalmente, acerca de las
acciones políticas de los y las jóvenes.
En este artículo se presentan dos cues-
tiones que se abordan en mayor pro-
fundidad en el libro.
La crisis de la escuela o la
presencia de otros sentidos
y experiencias juveniles
En los diagnósticos desde los cuales
suele pensarse a la escuela secundaria
pareciera predominar una mirada que
enfatiza en la “pérdida” antes que en el
surgimiento de innovaciones en su for-
mato y en sus funciones. Por lo general
se señala que se trata de una institu-
ción con contenidos perimidos e inca-
pacitada para formar de acuerdo a los
actuales requisitos del mundo laboral,
muchos otros –con amplia resonancia
en los medios de comunicación- refi-
rieron a la preocupación por la con-
vivencia en las aulas, los niveles de
violencia entre los alumnos y de ellos
hacia sus profesores, y los problemas
de aprendizaje, como elementos de fe-
nómenos que “antes no pasaban”. Se
señala que los alumnos no valoran su
paso por ella, que la encuentran caren-
te de sentido, vacía, o que no respetan
a sus docentes.
Estas inquietudes muchas veces ope-
ran como obstaculizadores de la cons-
trucción de relaciones de confianza
entre jóvenes y adultos. Sin embargo,
también existen otros diagnósticos,
múltiples experiencias, proyectos de
los más diversos que cuentan con me-
nor visibilidad. En muchas escuelas, de
distintas localidades del país, tienen
lugar procesos de enseñanza y apren-
dizaje novedosos, modos innovadores
de abordar los conflictos, prácticas
cotidianas que vinculan a estudiantes
y docentes, jóvenes y adultos de una
manera tal que transforma a la expe-
riencia educativa de unos y otros en
una instancia gratificante.
Cuando pensamos en la relación entre
jóvenes, escuela y participación preci-
samos de nuevos abordajes antes que
de miradas de ensoñación hacia el pa-
sado. Hoy los jóvenes tienen caracte-
rísticas diferentes a cuando nosotros
éramos jóvenes, no por alguna parti-
cularidad intrínseca a sus cuerpos sino
porque la sociedad ya no es cómo vein-
te o treinta años atrás. Al modificarse
las características de las instituciones
así como los marcos de socialización y
consumos culturales también surgen
otras formas de producir la juventud,
y con ellas, diferentes posibilidades de
ser jóvenes.
En el caso de la escuela secundaria, el
paulatino proceso de masificación del
nivel provocó una democratización del
espacio, al menos en lo referido a las
posibilidades de acceder al mismo por
parte de sectores que históricamen-
te transitaban otras instituciones. Por
otra parte, encontramos otro fenóme-
no de carácter inédito como es la con-
solidación de un entramado legislativo
que enuncia los derechos de los y las
jóvenes, muchos de ellos referidos a la
educación o planteando su concreción
en el espacio escolar.
Este escenario ha llevado a la necesi-
dad de repensar las características de
la propuesta escolar, o lo que algunas
autoras han señalado como una diver-
gencia de época entre los cuerpos y
subjetividades juveniles y aquellos que
la escuela pretende moldear (Sibilia,
2009). De acuerdo a este diagnóstico
las subjetividades juveniles confron-
tan con un contexto educativo carac-
terizado por un profundo cambio de
sentido en relación al destino escolar

y la enseñanza media. En contraste
con esta perspectiva, otras investiga-
ciones mostraron que hoy se ponen
en juego otros “significados” sobre la
escolarización. Trabajos recientes se-
ñalaron que la escuela se convierte,
para muchos jóvenes, en una etapa
“ordenadora” de la vida, pero también
–y quizás este sentido tenga una pon-
deración mayor- en un buen lugar para
estar (Dussel, Brito y Nuñez, 2007). Los
autores muestran que los y las jóvenes
rescatan a la escuela como espacio de
reconocimiento de derechos, de desa-
rrollo personal y de tiempo vital impor-
tante. En su trabajo señalan que los y
las jóvenes definían a la escuela fun-
damentalmente de dos maneras: como
una etapa de transición y construcción
identitaria y como un espacio de so-
ciabilidad y aprendizaje de la relación
con los otros.
A nuestro entender atravesamos un
proceso de dislocación entre la pro-
puesta de la escuela media y las ac-
tuales formas de ser joven que se ma-
nifiesta de múltiples maneras aunque
quizá se plasme de modo más claro
las disputas por los significados sobre
las “funciones de la escuela”. Jóvenes
y adultos cuentan con percepciones
[ TRAMAS Y TIEMPOS ]
discordantes entre sí acerca de lo con- Atravesamos un
siderado valioso como saber digno de
ser transmitido, distintos usos y valo- proceso de dislocación
raciones de las netbooks, celulares y entre la propuesta de
otros dispositivos móviles, sensacio-
nes disímiles acerca de la justicia de
la escuela media y
las reglas escolares, significados di- las actuales formas
vergentes sobre el modo de entender de ser joven que se
al respeto o de interpretar diferentes
momentos de la vida escolar; cuestio- manifiesta de múltiples
nes todas que profundizan la distancia maneras aunque quizá
entre docentes/cuerpo directivo y es-
tudiantes y redunda en tensiones inter
se plasme de modo más
e intra generacionales. Por otra parte, claro las disputas por
al disminuir la confianza en que la ad- los significados sobre
quisición de saberes y conocimientos
y distintos aprendizajes de pretensión las “funciones de la
moralizadora implicarán una garantía escuela”.
de mejoramiento personal se reducen
las expectativas en cuanto al porvenir.
Si la educación poseía la premisa de
gratificación diferida, a partir de cum-
plir con lo que la escuela demandaba
se adquiría un bien intercambiable a
futuro que además conllevaba la po-
sibilidad de mejorar las perspectivas de
inserción social y laboral y de mejorar
la posición social de partida hoy el
punto de llegada se presenta con ma-
yor incertidumbre.
PARAJUANITO 7
 [ TRAMAS Y TIEMPOS ]
La preocupación por Estas cuestiones producen una serie
de efectos en las experiencias en el
generar una “buena espacio escolar de las cuales aquí nos
convivencia” al interior detendremos en dos: la visibilización
de la escuela media progresiva de las estéticas juveniles y
las formas de participación política. En
intenta dejar de lado cuanto a la primera cuestión, es plau-
una idea restringida que sible señalar que diversos modos de
transitar por las escuelas “muestran”
entiende la disciplina la presencia de “las juventudes” en la
básicamente como una institución escolar: inscripciones, pei-
conducta posible de nados, mochilas, saberes, usos de espa-
cios, reclamos, entre otras cuestiones.
ser categorizada como De más está decir que dicho proceso se
buena o mala, correcta expresa de manera diferente de acuer-
do a las instituciones, las regiones del
o incorrecta y se país, los cursos en los que estudiantes
intenta incorporar una asistan e incluso de acuerdo al género,
concepción más amplia ya que por lo general los cuerpos de las
mujeres continúan siendo más regula-
que hace referencia a dos que los de los varones, pero halla-
los modos de estar junto mos una mayor presencia de distintas
formas de ser joven en la escuela que
con otros. interpelan las formas de construcción
de autoridad y también de organiza-
ción de tiempos y espacios escolares
(Feixa, 2010).
En segundo lugar, intenté dar cuenta
de otras formas políticas que emergen
en el espacio escolar, así como de las
diferencias en las tradiciones, culturas
políticas locales y marcos organizacio-
nales que favorecen o dificultan la pro-
ducción de ciertas prácticas en el es-
pacio escolar. Dada la heterogeneidad
de formas de ser joven existen múlti-
ples maneras a través de las cuales la
política se hace presente en la escuela.
El repertorio de acciones que encon-
tramos es por demás heterogéneo; en
algunos casos de trata de modos más
explosivos, con alta visibilidad, en
otros de pequeñas resistencias, con
fuerte peso simbólico como un grafiti
en la puerta de la escuela hasta la ape-
lación a la mediación de los docentes
para que el reclamo sea resuelto por
la figura directiva. En algunos casos se
trata de participación en espacios más
tradicionales o, al menos, con fuer-
te impronta en el sistema educativo,
como son los centros de estudiantes.
En otros de experiencias donde cobra
relevancia el lugar de las estéticas y del
consumo en la participación.
8 PARAJUANITO
Repensando la ciudadanía:
convivencia escolar y
formas de participación
En el libro abordé las formas de cons-
trucción de la ciudadanía a través del
estudio de los Acuerdos de Convivencia
Escolar y explorando en las formas de
participación protagonizadas por los
jóvenes. Como es ampliamente cono-
cido, la preocupación por generar una
“buena convivencia” al interior de la
escuela media intenta dejar de lado
una idea restringida que entiende la
disciplina básicamente como una con-
ducta posible de ser categorizada como
buena o mala, correcta o incorrecta y
se intenta incorporar una concepción
más amplia que hace referencia a los
modos de estar junto con otros y a la
manera en la que es transitada esta
experiencia (Litichever y Nuñez, 2005).
En ese capítulo me interesaba analizar
cómo se conceptualizan los conflic-
tos así como en las cuestiones que los
Reglamentos regulan y si incorporan
referencias a los derechos de las y los
jóvenes. Recuperando ideas planteadas
junto a otros colegas organicé una ti-
pología de reglamentos, caracterizán-
dolos en reglamentos tradicionales
-donde las normas propuestas hacen
referencia, básicamente, a la apa-
riencia, la puntualidad y la higiene-,
los que denominamos reglamentos en
contexto porque renovaron su estilo y
además de hacer referencia a las cues-
tiones tradicionalmente reguladas por
la escuelas e especifican cuestiones
vinculadas a neo transgresiones (in-
tentando regular cuestiones como las
violencias, pero también la discrimi-
nación), finalmente, también hallamos
“modelos de reglamentos” donde más
que hacer hincapié en las cuestiones a
regular se pretenden incorporar en el
texto los derechos de los jóvenes, dar
visibilidad al conflicto o contemplar la
necesidad de respeto recíproco y la no
discriminación entre los actores edu-
cativos, por lo que podría ser caracte-
rizado como un modelo de derechos. En
este último caso, las normas de con-
vivencia suelen destacar el objetivo de
favorecer la convivencia democrática,
el rechazo a la discriminación, la de-
fensa de los derechos y el cumplimien-
to de los deberes por parte de los es-

tudiantes, el cuidado de la limpieza y
del estado de las instalaciones, la pro-
moción de una relación prolífica con el
conocimiento (Litichever et al, 2008).
A lo largo del capítulo abordé el estu-
dio de la noción de respeto –presente
en los acuerdos de convivencia, pero
también en las voces de los estudian-
tes que dicen “respetar a quien los
respeta”. Busqué comprender sus acti-
tudes enfocando el análisis en aquello
que piensan y sienten respecto al trato
que se dispensan entre sí, siguiendo el
planteo de Sennett (2007) acerca del
carácter relacional del respeto y cómo
la ausencia del mismo puede ser tan
hiriente como un insulto y cómo en-
tiende a la reciprocidad, como el fun-
damento del respeto mutuo. Allí mos-
tré que los estudiantes respetan por
temor, pero también porque los docen-
tes saben, argumentan bien o sienten
que los respetan. También indagué en
las percepciones juveniles sobre las
injusticias en sus escuelas con la in-
tención de contar con una perspectiva
más amplia para pensar los fenómenos
contemporáneos. Los y las jóvenes hi-
cieron hincapié tanto en las condicio-
nes de la infraestructura escolar como
en la sensación de que las normas no
[ TRAMAS Y TIEMPOS ]
son igualitarias, cuestión que apare- En relación a la
ce en todas las escuelas, más allá del
estrato socio-económico al que perte- participación política en
nezcan sus estudiantes. la escuela consideramos
En relación a la participación política
que la presencia o
en la escuela consideramos que la pre- ausencia de Centros
sencia o ausencia de Centros de Estu- de Estudiantes en
diantes en las escuelas implica modos
de transitar la experiencia educativa las escuelas implica
con notorias disparidades. En el caso modos de transitar
que hubiera existido, o que se encuen-
tre vigente, funciona como una especie
la experiencia
de catálogo disponible de los modos de educativa con notorias
participación que fue sedimentándose disparidades.
a lo largo de los años, en momentos
de auge y decaimiento, pero que siem-
pre “enseña” subrepticiamente cómo
participar, de qué modo encauzar sus
reclamos, los repertorios considerados
legítimos en el espacio escolar. Brinda,
en definitiva, un espacio institucional
que podrá o no ser aprovechado.
Ahora bien, también constatamos que
su mera presencia o ausencia –al igual
que podemos señalar en relación a
la existencia de Acuerdos de Convi-
vencia- no nos indica claramente los
niveles de politicidad juvenil en esas
instituciones. El mapa del tipo de ins-
tituciones que los jóvenes organizan
PARAJUANITO 9
 [ TRAMAS Y TIEMPOS ]
en sus escuelas varía entre este tipo
de instancias hasta la presencia de
grupos informales, cuerpo de delega-
dos, asambleas anuales y/o mensuales.
Incluso la misma instancia “Centro de
Estudiantes” adquiere otras connota-
ciones. Para muchos jóvenes, partici-
par en el Centro de Estudiantes puede
ser fruto de una consecuencia azarosa,
la búsqueda por conformar un espacio
con cierta autonomía respecto de los
adultos, en el cual encontrarse con
otros jóvenes en base a adscripciones
estéticas similares o un paso que se
vincula más con la historia familiar y
a una lógica del afecto que a una es-
trategia política. En la mayoría de las
escuelas las y los jóvenes recurren a
otro tipo de mecanismos de interven-
ción pública. El repertorio de acciones
es por demás heterogéneo; en algunos
casos de trata de modos más explo-
sivos, con alta visibilidad, en otros de
pequeñas resistencias, con fuerte peso
simbólico como un graffiti en la puerta
de la escuela hasta la apelación a la
mediación de los docentes para que el
reclamo sea resuelto por la figura di-
rectiva.
El planteo aquí esbozado nos presenta
una paradoja: solemos toparnos con
mayor movilización política en las es-
cuelas de gestión pública que reciben
a los sectores medios que en aquellas
donde estudian jóvenes de sectores
populares, aún cuando la magnitud de
la injusticia es bien distinta –. Asimis-
mo, tal vez parte de la explicación del
por qué en las escuelas donde estudia
masivamente la juventud de sectores
populares existan menos reclamos se
deba a que son jóvenes que valoran el
tiempo en la escuela por, entre muchas
otras razones, la posibilidad de vivir la
moratoria social que supone transitar
por la experiencia educativa antes ve-
dada – y hasta poco tiempo atrás ex-
clusiva de las clases medias y clases al-
tas -. Lo dicho no implica que en ellos
exista una ausencia de politicidad sino
que la misma adquiere importancia en
otros espacios antes que en la escuela,
como el caso de una chica a quien lla-
mé Gabriela. Gabriela estudiaba en una
escuela de gestión pública en Ensena-
da y cómo militaba en una organiza-
ción social los docentes le pidieron que
10 PARAJUANITO
organizara el Centro de Estudiantes.
Ella se negó, porque la escuela implica-
ba otras cuestiones, tal como señalaba:
“en la escuela puedo hablar con quien
quiera, me llevo bien con todos y le
digo las cosas al director”. En su caso,
como para muchos jóvenes, la institu-
ción escolar funciona como una esfera
cuyos principios son más justos que los
vigentes en otros espacios con los que
toman contacto – basta pensar en sus
experiencias en el espacio público o en
el mercado de trabajo -.
A partir del trabajo desarrollado, es
preciso dar cuenta de la relación entre
emociones y política, pensando parti-
cularmente en los modos de transmi-
En el libro busqué
comprender las formas
de participación
juvenil en las escuelas
poniendo en cuestión
los parámetros
utilizados por
muchos adultos para
conceptualizar la vida
política.
sión intergeneracional del interés por
la política. La gran mayoría de las y los
jóvenes que reconocieron participar
activamente en distintas agrupaciones
contaban con familiares que habían
militado durante los setenta u ochenta
o lo hacían en el momento de la entre-
vista. Asimismo, también hallamos ca-
sos en los que la “llegada” al Centro de
Estudiantes había sido a través de una
amiga o pareja, y no únicamente como
una cuestión ideológica. Encontramos
ejemplos de grupos de jóvenes que
buscaban conformar un Centro de Es-
tudiantes y convocaban a sus compa-
ñeros apelando a afiches con las figu-
ras del Che Guevara, pero también de
Bart Simpson o que las agrupaciones
a veces tenían vínculos con partidos
políticos pero que mayoritariamen-
te eran grupalidades juveniles que se
identificaban sólo con números o con
nombres como Spiderman –como otra
referencia a los consumos culturales-.
A manera de cierre: nuevas
miradas para otras formas
de participación política
En definitiva, en el libro busqué com-
prender las formas de participación
juvenil en las escuelas poniendo en
cuestión los parámetros utilizados por
muchos adultos para conceptualizar
la vida política. De esta formas, inten-
té dar cuenta tanto de las instancias
formales de participación así como de
los indicios, de las producciones de las
personas en lugares para convertirlos
en espacios – siguiendo la terminolo-
gía de De Certeau - para preguntarse
menos quiénes son estos jóvenes y
conceptualizar su vínculo con la políti-
ca organizada en torno al interrogante
acerca de los espacios donde pueden
ser, en los cuales pueden ser cómo
ellos y ellas quieren (Adams y Bettis,
2005).
En las páginas que componen este li-
bro encontrarán situaciones donde es
posible observar la vigencia de orga-
nizaciones políticas ya asentadas en
la escuela secundaria -como el Centro
de Estudiantes-, pero también otras
que muestran cambios en el reperto-
rio de acciones al que los estudiantes
apelan así como la presencia de “otros”
modos de significar a la política. Estos
ejemplos nos alertan sobre la tenta-
ción de percibir de manera homogénea
a la juventud – creyendo por ejemplo
que “todos” participan en los centros
de estudiantes o “toman la escuela”- a
fin de dar cuenta de lo heterogéneo y
diverso, de aquello que precisa de otras
rupturas para ser considerado “parte”.
La presencia de estas lógicas políticas
interpela a la “forma escuela”, que se
ve rebasada tanto por quienes se apro-
pian expresivamente de sus instala-
ciones como por quienes descreen de
los espacios tradicionales y expresan
maneras de vivir la política diferentes.
Iniciando una nueva década, la apro-
piación expresiva - cuasi festiva - del
espacio escolar por parte de algunos
grupos de jóvenes tanto como el silen-
cio, las quejas, el tedio ante algunas
acciones de sus compañeros, los gra-
ffitis, ropas, lenguajes de otros grupos
de jóvenes nos recuerdan la necesidad

de producir otros diálogos entre la
matriz de la escuela secundaria y las
actuales formas de ser joven, no ya
creyendo que los estudiantes debie-
Bibliografía
ADAMS, N. y BETTIS, P. (2005)
Geographies of girlhood. Identi-
ties in-between, New Jersey:
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avenido o pareja de hecho?.
Revista Educación y Ciudad,
18, 5-18.
LITICHEVER, L y NUÑEZ, P
“Acerca de lo justo, lo legal y
lo legítimo. Cultura política en
la escuela media”, en Revista
[ TRAMAS Y TIEMPOS ]
ran expresar las ideas que sostene-
*
mos los adultos, sino a partir del diá-
logo y la confrontación cuando fuere Pedro Nuñez
necesario. |J|
Doctor en Ciencias Sociales
(UNGS/IDES) e Investigador
Asistente del CONICET con
sede en el Área Educación
de la FLACSO Argentina.
Es docente de grado en
Última Década, Nº 23,
la Universidad de Buenos
diciembre, Valparaíso:
Aires y de Posgrado en
CIDPA. 2005.
el Programa UNGS/IDES.
Fue consultor del PNUD
LITICHEVER, L.; MACHADO,
en temas de juventud y
L., NÚÑEZ, P.; ROLDÁN, S.
de la Dirección Gral. de
y STAGNO, L. (2008) “Nue-
Cultura y Educación de la
vas y viejas regulaciones: Un
Provincia de Buenos Aires,
análisis de los reglamentos de
donde además participó en
convivencia en la escuela me-
la redacción del Prediseño
dia”, en Revista Última Década,
de la materia Construcción
Nº 28, julio, Valparaíso: CIDPA.
de Ciudadanía. Es co-autor,
junto a Inés Dussel y Andrea
SENNETT, R. (2003) El Respe-
Brito, del libro Más allá de
to. Sobre la dignidad del hom-
la crisis. Visión de alumnos
bre en un mundo de desigual-
y profesores de la escuela
dad, Barcelona: Alfaguara.
secundaria argentina
(Santillana, 2007) y autor
SIBILIA, P (2009) La intimi-
del libro La política en la
dad como espectáculo Buenos
escuela (La Crujía, 2013).
Aires: Fondo de Cultura Econó-
mica
PARAJUANITO 11
 Política
[ TRAMAS Y TIEMPOS ]

formaci s,
ón y
ciudada
democrá nía
tica

pa rt ic ipac ió n y lo s pr o ce sos de
La
no escolar:
democratización del gobier
a d es d e la ed u ca ci ó n po pular
una mirad
Gustavo Galli

12 PARAJUANITO

El presente artículo pretende ser una
contribución para el análisis de la re-
lación juventud – participación – es-
cuela secundaria, inserta en la realidad
argentina y en perspectiva de concep-
tualizaciones aportadas por la educa-
ción popular.
Atravesamos un tiempo histórico don-
de la juventud se ha volcado a la parti-
cipación política como nunca antes en
estos 30 años de democracia. La am-
pliación de derechos acontecida en la
última década interroga el lugar de la
escuela, el sentido común de quienes
la conforman, al menos para comenzar
a pensar en nuevas formas de nombrar
lo controvertido, lo polémico, lo com-
plejo.
Se presenta el desafío de incorporar a
la vida cotidiana de las escuelas esos
derechos conquistados. De hacerlos
efectivos en las aulas y en los patios,
que la ley atraviese las subjetividades.
Sabemos que toda ley es un marco que
marca la cancha de lo discutible, del
mismo modo también sabemos que si
no hay voluntad política de poner en
juego lo dispuesto es probable que cai-
ga en letra muerta.
Darle corporeidad desde la escuela a la
ley de matrimonio igualitario es pen-
sar nuevos modos de nombrar las rela-
ciones familiares y de construir nuevo
modos de interactuar entre la escuela y
las familias. En el mismo sentido hacer
efectiva la ley de identidad de género
invita a las escuela a repensar la or-
ganización de las clases de educación
física, el diseño de los listados de cla-
ses o tener un criterio definido sobre la
utilización de los baños en relación a la
identidad de género.
Estos ejemplos no son más que una
introducción para visibilizar cómo
los avances políticos en relación a la
conquista de nuevos derechos tienen
su correlato en los sentidos comunes
construidos socialmente y también en
la vida cotidiana de las escuelas. La
tensión que provocan los nuevos dere-
[ TRAMAS Y TIEMPOS ]
chos interpela los habitus conformados En una historia de
en torno a lo que puede y debe suceder
en una escuela. Los “habitus” expresan escuelas secundarias,
la forma en que nos relacionamos con elitistas, meritocráticas,
el mundo, en que entendemos los pro-
blemas del mundo, los modos en que
selectivas y entendidas
nos vestimos, las valoraciones estéti- desde el paradigma
cas que hacemos, las formas de hablar, disciplinario, no es
de caminar, etc.
tarea sencilla modificar
En una historia de escuelas secunda- los habitus de modo
rias, elitistas, meritocráticas, selecti-
vas y entendidas desde el paradigma
de poder construir
disciplinario, no es tarea sencilla mo- una escuela más
dificar los habitus de modo de poder participativa y
construir una escuela más participati-
va y democrática. Una sociedad cada democrática.
vez más plural (o para ser más cautos,
con más derechos conquistados por las
minorías y las mayorías) necesita una
escuela cada vez más democrática.
Un desafío mayúsculo que enfrenta la
escuela en este tiempo es la ampliación
del derecho al voto desde los 16 años.
Como sostiene Carina Kaplan: “Exten-
derles el derecho de opción al voto des-
de edades más tempranas representa
un cambio de mirada respecto del apor-
te que pueden dar los adolescentes y jó-
venes a la ciudadanía. Tal vez pueda ser
otra oportunidad democrática. Pero lo
cierto es que los jóvenes históricamente
han sido atravesados por su condición
de subalternidad.”(Kaplan;2012) 1
Oportunidad democrática que la es-
cuela no puede ni debe dejar pasar,
porque la escuela secundaria está lla-
mada a la construcción de ciudadanía
democrática, porque en ella deben
construirse y pronunciarse los discur-
sos que signifiquen una posición políti-
ca plural, no neutral, de defensa de los
1. Kaplan, Carina. Entrevista: “Asistimos
a un tiempo en que los estudiantes
derechos humanos, de búsqueda de un secundarios y universitarios han vuelto a
país cada vez más justo. reivindicar protagonismo como expresión
del descontento del mundo juvenil frente
Durante el año 2013 se sancionó la a los adultos”
Ley de Centros de Estudiantes, que bá-
http://www.feduba.org.ar/asisti-
sicamente garantiza el derecho de los mos-a-un-tiempo-en-que-los-estu-
estudiantes secundarios a organizarse, diantes-secundarios-y-universita-
a ser escuchados, a tener a disposi- rios-han-vuelto-a-reivindicar-protagonis-
ción adultos que en la escuela puedan mo-como-expresion-del-descontento-de-
acompañarlos y orientarlos en esta l-mundo-juvenil-frente-a-los-adultos/
PARAJUANITO 13
 [ TRAMAS Y TIEMPOS ]

Cuanto más se haga
circular la palabra en
la escuela, más justa
será la educación que
se brinde y cuanta
más justicia haya, más
se estará haciendo
para la formación
de ciudadanos y
ciudadanas con más
compromiso para
enfrentar la desigualdad
y la injusticia.
2. Foucault. M. (2001) “Defender la
Sociedad”. Fondo de Cultura Económica.
Argentina.
tarea. Hay instituciones que tienen
historia en este tipo de organización,
otras que incipientemente van dando
pasos. Lo que tracciona este nuevo
derecho en aquellas escuelas que se
oponen o no le dan trascendencia, es
que otorga legalidad y legitimidad a la
organización y hace que no sea discu-
tible la pertinencia de estos ámbitos
de participación. Además establece la
obligación del Estado para acompañar
su desarrollo desde las políticas públi-
cas y de los directivos y profesores de
disponer de los espacios y tiempos ins-
titucionales que lo hagan posible.
Sin pretender minimizar ni correr de la
discusión la organización estudiantil
a través de centros de estudiantes, en
este texto se pretende ampliar la mira-
da acerca de la participación estudian-
til y poder explicitar la importancia del
lugar de la palabra, donde sea que fue-
se pronunciada, en el acto educativo.
Al hablar de educación popular en la
escuela, se habla de construcción co-
munitaria, colectiva, de autoridades
que asumen las responsabilidades y
que a su vez se abren a un proceso
de diálogo y de participación para la
realización de un proyecto cada vez
más democrático, más dialógico y
más inclusivo.
Entendiendo que las voces de todos son
válidas, necesarias, que se aprende en
la construcción de acuerdos, pero tam-
bién en el disenso, en la confrontación
y en los desacuerdos. Asumir esta tarea
es comprender que por naturaleza es
más costosa y conflictiva, pero que a
su vez permite crecer como comunidad
que aprende y se aprende.
Cuanto más se haga circular la palabra
en la escuela, más justa será la educa-
ción que se brinde y cuanta más justi-
cia haya, más se estará haciendo para
la formación de ciudadanos y ciudada-
nas con más compromiso para enfren-
tar la desigualdad y la injusticia.
Hablar de democracia y participación
no implica resignar derechos, deberes
y obligaciones de las autoridades, ni
tampoco desdibujar las fronteras entre
los adultos y los jóvenes. No son igua-
les (en cuanto a roles que desempeñan,
por supuesto), y justamente en esa
asimetría reside la posibilidad de que
acontezca el hecho educativo.
Esta concepción exige democratizar no
sólo el modelo de gobierno sino hacer
que los vínculos y las relaciones se
vuelvan profundamente democráticas
para aceptar la crítica y la palabra de
un otro.
El límite ético que se debe trazar es el
respeto por la persona y el respeto por
los derechos humanos. No todo se pue-
de, no todo es válido en nombre de la
democracia.
Se utiliza la categoría “gobierno es-
colar”, diferenciándolo del concepto
comúnmente utilizado de “gestión es-
colar”, concepto éste que penetró en
el discurso pedagógico desde la lógica
empresarial, desde la retórica de la ca-
lidad total como emblema del neoli-
beralismo y las políticas educativas en
muchos países de América Latina.
En este sentido nombrar la conduc-
ción escolar como “gobierno” posibilita
recuperar la dimensión política de la
educación, habilita pensar en lo políti-
co y en el carácter político de la toma
de decisiones, y también en la conflic-
tividad que acarrean las decisiones to-
madas.
En síntesis, trabajar en función de una
escuela construida colectivamente, es
hacer que la palabra se distribuya y
adquiera poder en quienes la enuncian,
quiénes a su vez asumen un lugar de
poder en esa enunciación. Es la cons-
trucción de un ejercicio de poder más
democrático para una escuela más de-
mocrática a través de un gobierno que
da la palabra.
Siguiendo a Foucault, si “el individuo
no es quién está enfrente al poder, es
creo uno de sus efectos primeros. El
individuo es un efecto del poder y, al
mismo tiempo, en la medida misma que
lo es, es su relevo: el poder transita por
el individuo que ha constituido”2 (Fou-
cault.2001:38), entonces el individuo
como efecto del poder puede ser tam-

14 PARAJUANITO

bién efecto de la manera de concebir el
poder que tienen las instituciones.
Dar la palabra desde una posición de
gobierno escolar, es dársela a quién
quiera pronunciarla. Dar la palabra es
otorgarle entidad a lo que tienen para
decir todos aquellos que conviven en la
escuela cotidianamente, es ofrecerle a
los jóvenes un ámbito de participación
apropiado e institucionalizar un lugar
desde donde puedan pensarse como
alumnos, pensar la escuela, pensar su
relación con la comunidad, ejercer su
derecho a elegir a sus representantes,
su derecho a postularse para represen-
tar a sus compañeros, de realizar cam-
pañas y debatir con otras opciones, de
financiar acciones, proyectos, de tener
un lugar físico para reunirse, conversar,
planificar, hacer.
La escuela dialógica comprende que
esta dialogicidad no se pone solamente
en juego en la creación de ámbitos de
participación formales como pueden
ser los Centros de Estudiantes o los
Consejos de Nivel, sino que se experi-
menta en la cotidianidad, en los gestos
y las relaciones que se establecen en-
[ TRAMAS Y TIEMPOS ]
tre generaciones, en la posibilidad de Los alumnos que no
construir clases con múltiples voces,
en la escucha por parte de los adultos
están en una clase
a los problemas de los jóvenes, en el porque están trabajando
compartir espacios de celebración con junto al centro de
los estudiantes. Por tanto, la escuela
dialógica se construye en el día a día estudiantes están en un
con la palabra como lugar de encuen- espacio educativo, no
tro entre las generaciones.
deberían ser observados
La puesta en práctica de los procesos como alumnos que no
de democratización del poder es com- desean trabajar en las
pleja. La escuela desde su estructura
organizativa contempla pocos tiempos clases.
de construcción colectiva. Las reunio-
nes se tornan difíciles de realizar, por lo
que dependen en gran parte del com-
promiso de las autoridades con el tema
y con la priorización de estos espacios.
Así mismo dependen en gran medida
del compromiso del colectivo docente
que no estando afectado directamente
colabora cubriendo actividades, clases
o espacios que quedan libres por la
realización de estas reuniones.
Otro modo de comprometerse con
estos espacios es el convencimiento
acerca de que estos son espacios nece-
sarios y altamente formativos para los
PARAJUANITO 15
 [ TRAMAS Y TIEMPOS ]

estudiantes. Los alumnos que no están cer el poder y de construir relaciones

Plantear una escuela
secundaria obligatoria
implica centrarla en
los sujetos; en primer
lugar en los jóvenes,
entendiéndolos como
actores sociales con
capacidad de acción,
tomando distancia
de las miradas
estigmatizantes y
hegemónicas que leen a
las juventudes en clave
de incapacidades.
3. Sirvent. M.T. (1998) Poder, participa-
ción y múltiples pobrezas: la formación
del ciudadano en un contexto de neo-
conservadurismo, políticas de ajuste y
pobreza. Mimeo.
4. Bracchi, C. y Seoane, V. (2010) Nuevas
juventudes : Acerca de trayectorias ju-
veniles, educación secundaria e inclusión
social. Entrevista a Claudia Bracchi y
Viviana Seoane [En línea] Archivos de
Ciencias de la Educación, 4a. época, 4(4).
Disponible en Memoria Académica: http://
www.memoria.fahce.unlp.edu.ar/art_re-
vistas/pr.4772/pr.4772.pdf
en una clase porque están trabajando
junto al centro de estudiantes están en
un espacio educativo, formativo, que si
bien deben ponerse al día con lo que
se trabaja en cada clase, no deberían
ser observados como alumnos que no
desean trabajar en las clases.
En la trama de actividades y propues-
tas curriculares las convocatorias a la
participación algunas veces no tienen
el lugar destacado que deberían tener
si entendemos que en la participación
activa se aprende a intervenir polí-
ticamente construyendo ciudadanía.
Sin embargo las propuestas escolares
en relación a la participación de los
alumnos y docentes a menudo son más
declamatorias que empíricas. En las
escuelas se habla de participación, de
democratización pero al momento de
llevar a la práctica espacios institucio-
nales surgen obstáculos como la orga-
nización horaria, la disponibilidad de
los docentes y hasta los alcances reales
de la participación. Podemos decir que
la participación real ocurre cuando los
miembros de una institución o grupo, a
través de sus acciones inciden efectiva-
mente en todos los procesos de la vida
institucional y en la naturaleza de las
decisiones3.(Sirvent 1988:6).
Por lo tanto, promover espacios de par-
ticipación no sólo implica la posibilidad
organizativa de llevarlos adelante, sino
que la pregunta que debe responder la
conducción de la escuela es el grado
de relevancia que tendrá en el gobier-
no escolar lo discutido y decidido en
esos ámbitos de participación. Cómo se
distribuye el poder en la escuela y qué
influencia en esa distribución del poder
tendrán las instancias de participación
Una escuela que se gobierna a par-
tir de un ejercicio de participación
real pone de manifiesto la necesidad
de la construcción colectiva y gesta
“una movilización permanente” (Rigal,
1995:183) que tensiona las prácticas
naturalizadas y cristalizadas que im-
plican una concepción autoritaria en
el ejercicio del poder. Si una escuela
pretende desarrollar un proyecto de
educación popular tiene el deber de
buscar modos democráticos de ejer-
dialógicas entre quienes integran
esa comunidad.
Dar la palabra, tomar la
palabra
La pretensión de construir una escuela
democrática necesariamente pone en
juego la circulación de la palabra, dar
la palabra y tomar la palabra inten-
cionadamente son actos políticos de-
mocratizadores de las relaciones y que
favorecen la distribución del poder.
La escuela secundaria puede desde di-
versos proyectos institucionales tomar
y dar la palabra. Pero por sobre todo
buscar que esta relación dialógica se
produzca en lo cotidiano, en las aulas,
en los pasillos, en los patios y entre
generaciones. Hay proyectos y disposi-
tivos que institucionalizan y direccio-
nan la circulación de la palabra, su de-
mocratización, pero los mismos están
pensados para que en su desarrollo los
jóvenes se apropien de estrategias lin-
güísticas, discursivas y políticas que los
subjetiven como sujetos productores
de discursos desde los cuáles puedan
enunciar su propia historia, sueños,
utopías, dirimir conflictos y denunciar
injusticias, desigualdades, vulneración
de derechos.
La palabra siempre es con “otros” y es
la que posibilita de generar un “noso-
tros”, una idea de lo colectivo. Ese “no-
sotros” indispensable en la construc-
ción política.
Jóvenes que van a la escuela pero que
no son parte, que no “participan”, es-
cuelas secundarias que aún no com-
prenden que la obligatoriedad no es
una opción sino un deber y un dere-
cho. Dar la palabra es convocarlos a ser
parte, Plantear una escuela secundaria
obligatoria para todos los adolescen-
tes, jóvenes y adultos implica centrarla
en los sujetos; en primer lugar en los
jóvenes entendiéndolos como acto-
res sociales con capacidad de acción,
como sujetos, tomando distancia de las
miradas estigmatizantes y hegemóni-
cas que leen a las juventudes en clave
de incapacidades. (Bracchi – Seoane
2010: 76)4

16 PARAJUANITO

Ser parte es convocar al otro por sus
capacidades, sus posibilidades, su po-
sibilidad de transformar su biografía.
En la educación popular, en especial
desde la obra de Paulo Freire, la palabra
es la generadora de los aprendizajes, la
que posibilita y media nuestra relación
con el mundo del que formamos par-
te, la que nos pronuncia y da cuenta
de nuestra forma de comprender el
mundo, de posicionarnos en él. Pero
sobre todo, en educación popular, la
apropiación de la palabra por parte
del sujeto es lo que nos transforma
y lo que permite que nosotros trans-
formados, transformemos el mundo.
Por eso la palabra verdadera5 para
Paulo Freire es praxis, acción y re-
flexión, que se imbrican y se mani-
fiestan en forma relacional.
La palabra hace del individuo un sujeto
con historia, presente y posibilidad de
soñar otros mundos.
[ TRAMAS Y TIEMPOS ]
Para cerrar algunas preguntas que si-
guen abiertas:
¿Son los centros de estudiantes esas
organizaciones estudiantiles que
convocan a la participación de los
y las jóvenes o tienen el significado
persistente de lo que antaño
significaron para los adultos?
*
Siguiendo a Pedro Nuñez6, ¿es posi- Gustavo Galli
ble producir otros modos de significar
Profesor. Especialista en
la política en la escuela?
Curriculum (FLACSO).
Magister en Educación,
¿Es posible plantear la participación
pedagogías críticas
estudiantil desde el formato de
y problemáticas
los centros de estudiantes sin la
socioeducativas (Filosofía y
orientación o el acompañamiento de
Letras, UBA). Coordinador
los adultos educadores que brindan las
de Programas para la
condiciones de posibilidad? |J|
Inclusión Democrática en
las Escuelas (Ministerio de
5. Ob. Citado Freire, P. (1971) pág.103 Educación de la Nación)
6. Núñez, Pedro: “La política en la escue-
la”, Bs. As., La Crujía, 2013
PARAJUANITO 17
 [ TRAMAS Y TIEMPOS ]
Bibliografía
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18 PARAJUANITO
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Kaplan, C. (2012) Entrevista: “Asisti-
mos a un tiempo en que los estudiantes
secundarios y universitarios han vuelto
a reivindicar protagonismo como ex-
presión del descontento del mundo ju-
venil frente a los adultos ”http://www.
feduba.org.ar/asistimos-a-un-tiem-
po-en-que-los-estudiantes-secunda-
rios-y-universitarios-han-vuelto-a-rei-
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Sirvent. M.T. (1998) Poder, participa-
ción y múltiples pobrezas: la forma-
ción del ciudadano en un contexto
de neoconservadurismo, políticas de
ajuste y pobreza. Mimeo.
 [ (re)citar experiencias ]

Haciendo radio desde el

Centro de Estudiantes

Juntar las
voces y
organizar
el grito
PARAJUANITO 19
 [ (re)citar experiencias ]
Un diálogo con estudiantes de
la Escuela de Comercio Carlos
Pellegrini que participan del Centro
de Estudiantes produciendo un
programa de radio, es oportunidad
para conversar acerca del sentido
de hacer cosas con otros,
las dificultades, los
aprendizajes y las
satisfacciones que ello
conlleva.
Por Alejandro Rezzonico
Me gustan los estudiantes
porque son la levadura
del pan que saldrá del horno
con toda su sabrosura
para la boca del pobre
que come con amargura.
Caramba y zamba la cosa,
viva la literatura.
Me gustan los estudiantes
porque levantan el pecho
cuando les dicen harina
sabiéndose que es afrecho,
y no hacen el sordomudo
cuando se presenta el hecho
(Fragmentos de “Me gustan los
estudiantes” de Violeta Parra)
En los últimos años, las y los estudian-
tes de las escuelas secundarias estata-
les de la Ciudad de Buenos Aires han
pasado a formar parte de la agenda
pública, al visibilizarse mediáticamen-
te conflictos en torno a diversas reivin-
20 PARAJUANITO
dicaciones del movimiento estudiantil.
Por lo general, el tratamiento que reci-
ben de parte de comunicadores y for-
madores de opinión es despectivo y los
diálogos -cuando se les abre un espacio
para expresar su parecer- son en tono
de increpación, regaño o desaproba-
ción. Por otra parte, la primacía de las
reivindicaciones vinculadas a déficits
edilicios, presupuestarios o a reformas
curriculares (reivindicaciones por de-
más legítimas), y el foco puesto en sus
metodologías de intervención política
(marchas, tomas de escuelas, cortes de
calles) han impedido poner la mirada
en otros modos de participación sobre
los que vale la pena detenerse. Proce-
sos que no están desconectados de los
repertorios más tradicionales de parti-
cipación política estudiantil, pero que
a la vez muestran aspectos novedosos.
El diálogo con cuatro estudiantes de la
Escuela Superior de Comercio Carlos
Pellegrini (“el Pelle”) integrantes de
la Comisión de Radio del Centro de
Estudiantes, nos permite contrastar
1. Paula Camien, Lucía Molaguero, Catalina Insúa y Julia Piasek
estos imaginarios cristalizados sobre
los jóvenes “politizados” (como si
esto fuera algo malo), o “vagos”, con
relatos en primera persona acerca
del por qué, el cómo y el para qué
de la organización y participación
estudiantil. También nos invita a
entrever algunos desplazamientos
y transformaciones en relación a lo
que entendemos por participación
política en el marco de un Centro de
Estudiantes, y más ampliamente a
abrir el juego hacia una comprensión
más profunda de los sentidos que
buena parte de los jóvenes atribuyen a
participar en la actualidad.
La radio Pelle
Paula, Lucía, Catalina y Julia1 tienen
16 años y cursan el 4º año de la
secundaria en el Pellegrini. Junto
con otros compañeros/as integran
la comisión de radio del centro de
estudiantes de ese colegio y llevan
adelante “La radio Pelle”, un programa
que se emite semanalmente, en vivo a

través de Internet (tanto audio como
video) y lleva casi un año en el aire.
En 2013, en una de las tantas
reuniones en las que fueron amasando
ese sueño del programa propio, surgió
la inquietud por adquirir herramientas
para la producción y realización de
radio, y participaron de un ciclo de
talleres coordinado conjuntamente
por la AFSCA2, FARCO3 y el Centro
Nueva Tierra. En el marco de ese taller
grabaron su primer programa, que
venían produciendo hacía tiempo y
que incluyó entre otros segmentos una
hermosa entrevista nada más ni nada
menos que a Eduardo Galeano.
Construir desde lo plural
Comenzamos la entrevista conversando
acerca de la particularidad de participar
del Centro desde una comisión
en relación a las alternativas más
tradicionales, como las agrupaciones
ligadas a partidos o corrientes políticas.
La primera en tomar la palabra es Paula,
quien integra también “Cambalache”,
una agrupación vinculada a la Nueva
[ (re)citar experiencias ]
Izquierda Independiente: “A pesar de Lo que hay que
que yo milito en una agrupación con
una posición política definida, acá en la
celebrar es que por
comisión de radio no vengo a imponer suerte en nuestro
mi pensamiento a los demás o a buscar colegio existen
que todos estemos de acuerdo con esa
posición. La idea es llegar a los pibes muchas agrupaciones
de otra manera, distinta a la de las y muchas comisiones
agrupaciones, donde hay una ideología
política única, se baja línea, donde
entonces los pibes
todos tengamos que estar de acuerdo. que tienen ganas
La idea de la comisión es que todos de participar tienen
somos muy distintos, que traemos ideas
muy distintas a la radio”. varias alternativas
para elegir donde se
A lo que Julia agrega: “en la comisión
decidimos no tener una única ideología
sientan cómodos.
política porque queremos que sea
abierta, que haya pluralidad. La idea
de las comisiones es que haya espacios
de discusión y expresión con otros
lenguajes, como el arte, el deporte o la
comunicación como en nuestro caso.
Son alternativas donde se ve que hay
otras formas de hacer política además
de las tradicionales y que están buenas. 2. Autoridad Federal de Comunicación
Audiovisual, órgano de aplicación de la
Eso hace que a veces no podamos tomar Ley 26522 en reemplazo del COMFER.
posición como comisión porque entre
3. Foro Argentino de Radios Comunitarias
PARAJUANITO 21
 [ (re)citar experiencias ]
Primero nos nosotros hay varias posiciones, entonces
las expresamos en el programa”.
focalizamos en algo
que nos gusta, nos Paula: “A veces no hay temas que nos
divierte y nos reúne; y atraen. Todo el tiempo se está hablando
del rector, de Macri, no digo que no
después en qué hacer sean cosas importantes pero se torna
con eso, en el sentido un poco repetitivo. Nosotros queremos
llegar a los pibes de otra manera,
que queríamos darle, construir de otra manera. A veces en las
tratamos de hacer agrupaciones no está la preocupación
un programa que a por llegar mejor a los pibes”.
nosotros nos gustaría Julia: “las comisiones son una forma
escuchar. de aportar al Centro de Estudiantes
desde otro lado. Las comisiones y las
agrupaciones conviven. Lo que hay que
celebrar es que por suerte en nuestro
colegio existen muchas agrupaciones y
muchas comisiones entonces los pibes
que tienen ganas de participar tienen
varias alternativas para elegir donde se
sientan cómodos”.
Catalina: “desde que estoy en la radio
considero que ese es mi aporte de
militancia. En su momento no quise
participar de ninguna lista porque no
me veía en ninguna, y siento que la
radio me da la posibilidad de hablar y
debatir con más libertad de las cosas
que queremos sin tener que tomar una
posición firme de antemano”
Lucía: “lo lindo de las comisiones es
que hay mucha diversidad adentro, hay
pibes del kirchnerismo, de la izquierda
independiente, y se puede convivir y
hacer cosas juntos”.
La amistad y los vínculos
afectivos como semilla
De a poco, la charla va derivando
en el origen de esta experiencia de
trabajo colectivo y la pregunta apunta
hacia las motivaciones iniciales.
Catalina evoca esos comienzos y da
el puntapié para ir reconstruyendo
la historia: “al principio fue algo muy
entre amigas, veníamos hablando de
que estaría bueno hacer radio. Cuando
decidimos formar la comisión hicimos
una primera reunión en el patio de la
escuela y de repente se sentó gente que
no conocíamos y eso nos motivó más”.
22 PARAJUANITO
Lucía: “Creo que lo que hizo que
surgiera la comisión fue que a todos
nos gusta la radio. Después eso ayudó a
que pensáramos el para qué de la radio
y ahí vimos que queríamos llegar a los
pibes y pibas de la escuela y comunicar
cosas del centro de estudiantes de otra
forma”.
Julia: “de repente nos pareció muy
importante que existiera una programa
de radio en nuestro colegio, cuando no
existía no nos dábamos cuenta pero
después pensamos que es muy difícil
que les llegue la información a todos, las
cosas que se discuten en las asambleas.
Una alternativa a las pasadas por los
cursos de las agrupaciones y a “La bola”,
(revista del Centro de Estudiantes) que
no sale con tanta frecuencia. Lo veíamos
como un espacio para que los pibes
y pibas del Pelle de todos los años nos
unamos, y un lugar para divertirnos”.
Catalina: “para mí lo bueno tiene que
ver con que primero nos focalizamos
en algo que nos gusta, nos divierte y
nos reúne; y después en qué hacer con
eso, en el sentido que queríamos darle,
tratamos de hacer un programa que a
nosotros nos gustaría escuchar”.
¿Qué aprendieron en estos dos años
de trabajo colectivo?
Julia: “Aprendimos a trabajar en equipo.
Se genera algo de compromiso grupal
que es muy zarpado. Eso de poder estar
enojado con tus compañeros cuando
hacen algo mal, poder estar triste,
tener autocrítica, poder alegrarse por
cómo salen las cosas… se genera una
responsabilidad y un compañerismo,
un sentido de lo colectivo, el programa
no funcionaría hoy como funciona si no
fuera por el trabajo de todos/as, por lo
que nos costó”.
Catalina: “la radio empezó siendo algo
extracurricular y cuando se estaba
formando era muy necesario que
estuviéramos todos en las reuniones
y que nos hiciéramos cargo de lo que
queríamos hacer. Al principio era
estar un día entero reunidos y hacer el
programa en dos horas, boludeábamos
un montón… Lo otro que aprendí es
que, por más que me gustó la radio

siempre, al principio me ponía nerviosa
y ahora no me pasa eso, ponerme los
auriculares es algo normal”
Lucía: “escuchás un programa viejo
y decís ‘¡mirá lo que hacíamos!’ Y
escuchando los más recientes se nota
que aprendimos un montón. Nos dimos
cuenta de que a nosotros nadie nos
obligó a hacer esto y es muy lindo el
compromiso que tenemos”.
¿Cómo es el diálogo con el mundo
adulto (familiares, docentes, …) en
relación a esta iniciativa?
Paula: “nuestros familiares no están
acostumbrados y se sorprenden de que
sus hijos hagan radio a los 16 años, por
eso siempre nos escuchan y apoyan”.
Catalina: “hay docentes que cuando
se enteran de la radio sienten mucha
curiosidad y se interesan por escuchar,
en cambio hay más indiferencia de
parte de las autoridades. Y otra cosa
de los padres es que más allá de que
estén orgullosos de nosotros, respetan
mucho esa responsabilidad que
[ (re)citar experiencias ]
sentimos en relación a los tiempos que Hubo épocas muy
le dedicamos”.
nefastas en donde la
Lucía: “yo creo que todo lo que juventud fue pisada y
logramos le tapa la boca a un millón callada y por suerte
de adultos que dicen ‘la juventud está
perdida’ y no pueden ver la cantidad de ahora se le está dando
jóvenes que se movilizan día a día”. espacio, y la juventud
Julia: “me gusta hablar con mi papá
cuando le dan espacio
y que me cuente de su experiencia crece.
de militancia cuando era joven y qué
distinta es hoy por suerte la nuestra,
cuántas libertades tenemos nosotros
ahora, es muy lindo saberlo”.
Paula: “Cuando nadie en la familia
tuvo la experiencia de militar, eso
juega en contra porque no estuvieron
en mi lugar y a veces no entienden
cuando tengo muchas cosas, reuniones,
actividades y la angustia de que algo
sale mal o hay algo que no puedo
resolver”.
Catalina: “nuestros padres y abuelos
vivieron una época que hace que
respeten mucho el hecho de que
nosotros podamos hacer la radio, que 4. Coordinadora de Estudiantes de Base
PARAJUANITO 23
 [ (re)citar experiencias ]
Creo que todo lo que tengamos el espacio tan abierto. Por
ejemplo, mi mamá en su momento
logramos le tapa la tuvo que exiliarse mucho tiempo, no
boca a un millón de pudo dar tanto la cara, meterse tanto
como hubiera querido y creo que todos
adultos que dicen ‘la nuestros padres admiran mucho que
juventud está perdida’ para nosotros sean tan distinto”
y no pueden ver la
Muchas personas coinciden en
cantidad de jóvenes afirmar que los/as jóvenes, del 2001
que se movilizan día a a esta parte, se han involucrado
masivamente en espacios diversos
día. de participación, y en especial en los
vinculados a la política. ¿Cómo lo ven
ustedes? ¿Cuáles son las cuestiones
que más los movilizan?
Paula: “creo que en estos años la
juventud creció y eso tiene que ver con
cómo creció el país, es una cuestión
generacional, no creo que esto tenga que
ver con un gobierno sino que es somos
una generación que está buscando
un aire de cambio en la sociedad. Es
cierto que puede compararse con
otras generaciones pero hoy es mucho
más fácil movilizarse y salir a la calle
a decir lo que uno piensa. Nosotras
participamos de la CEB4 y vemos que
esto no pasa solamente en nuestra
escuela”.
Julia: “Yo veo que claramente hay más
movilización de la juventud, que somos
protagonistas y no sé si tiene que ver
con un gobierno, aunque en cierto
punto podría ser así, pero hubo épocas
muy nefastas en donde la juventud fue
pisada y callada y por suerte ahora se
le está dando espacio a los jóvenes y la
juventud cuando le dan espacio crece,
y eso se nota. Se nota que hay jóvenes
que no están de acuerdo con cómo se
maneja el sistema, que tienen ganas de
cambiarlo y salen a la calle”.
Catalina: “pasamos muchos años
complicados y esta última década fue
una época de mucha estabilidad en
relación a la militancia y eso da más
confianza a la hora de animarse a
militar”.
Julia: “Desde que empecé la secundaria
veo que las marchas del 16 de
septiembre y del 24 de marzo convocan
mucho, van hasta los que no van nunca
24 PARAJUANITO
a las asambleas ni se involucran en
nada, aunque a mí me parece que las
luchas hay que sostenerlas no sólo
cuando estamos en esas fechas”.
Paula: “nos movilizan las cosas que nos
tocan. Por ejemplo cada 4 años en el
caso del Pelle está el cambio del rector
y eso convoca a movilizarse. También se
sale a denunciar o recriminar y a veces
cuesta pensar en la militancia como
algo para poder construir. Para mi
tenemos que encontrar nuevas formas
de construir que no sean siempre
cortando la calle o haciendo marchas,
hacer crecer a la escuela pública
con distintos métodos a los que hoy
tenemos. Y la sociedad está en contra
de que los estudiantes cuando tienen
algún problema hagan una marcha,
cuando ven en la televisión que hay un
corte y la gente se enoja, no se pregunta
qué está pasando. Y esto también aleja
a los pibes”.
Catalina: “Las tomas también son
momentos en los que un pibe que nunca
le da bola a algo y va a la escuela quizás
a boludear, termina enterándose de
algo y entendiendo más el conflicto.
Tomar una escuela es una medida
extrema porque los jóvenes tenemos un
lugar en la sociedad que si no hacemos
algo extremo no se nos da bola. Varias
veces nos pasó de pelearnos en la
puerta de la escuela con alguien que nos
criticaba enojado por la toma y después
de charlar un rato nos terminaba
dando la razón, porque en realidad no
tenía información sobre los motivos del
conflicto”.
Julia: “estaría bueno que los docentes
nos bancaran más en nuestras medidas
de lucha, todos tienen sus intereses y a
los docentes quizás les cuesta un poco
más que a nosotros dejarlos de lado”.
Catalina: “quizás porque en el fondo lo
que se piensa es que nuestra función es
ir al colegio, aprender, aprobar e irnos.
Y siento que valoran más sus logros que
los nuestros”.
En estos años se sancionaron dos
leyes nacionales que se refieren
específicamente a la participación
política juvenil: la La ley de centros

de estudiantes (Nº 26877 de 2013) y
la Ley del voto a los 16 años (Ley N°
26.774 de 2012). ¿Cuál es su mirada
acerca de ellas?
Paula: “para mí la de los centros de
estudiantes es una ley importante
porque es fundamental que existan en
los colegios, aunque es difícil que se
cumpla porque formar un centro de
estudiantes no es algo que se hace de
un día para el otro. Puede ser que el
centro nos sea el que genera la mayor
participación dentro de un colegio,
pero es un espacio más que hace crecer
a los pibes”.
Julia: “además el Centro es un lugar
de contención, el centro es de los
pibes, somos los pibes. Es el lugar de
participación, de representación. En
nuestra escuela si tenés un problema
primero vas al centro de estudiantes,
no a las autoridades. Yo creo que
en las escuelas que no tienen centro
de estudiantes los pibes son más
vulnerables, porque el centro es
un refugio hecho por tus propios
compañeros, y ahí se genera algo
[ (re)citar experiencias ]
muy lindo, los valores que te da la Creo que en las
militancia: el compañerismo, el respeto, escuelas que no tienen
la solidaridad, …”
centro de estudiantes
Lucía: “Sobre el voto a los 16, creo que los pibes son más
pibes que no tenían idea de nada se
pusieron a ver qué onda, a investigar
vulnerables, porque el
a quién votar. Yo el día de votar me centro es un refugio
sentí muy bien, me pareció que eso que hecho por tus propios
estaba haciendo estaba bueno”.
compañeros, y ahí
Catalina: “la ley del voto a los 16 años se genera algo muy
es irrefutablemente buena para mí, me
sorprende mucho cómo la sociedad
lindo, los valores que
no estaba preparada, porque se te da la militancia:
escuchaban comentarios como que ‘un el compañerismo, el
pibe a los 16 años no tiene cabeza para
votar’. Es una ley que aporta mucho a respeto, la solidaridad.
la sociedad, y más allá del trasfondo
político que tenga y de quién la haya
hecho es una ley que aporta y hay que
aprovecharla”.
Paula: “cuando salió la ley decían que
era una movida para que los pibes
voten a cierto partido político, pero
no se daban cuenta de que al ser una
ley perdura por sobre los gobiernos
y los partidos políticos, para mí no se
PARAJUANITO 25
 [ (re)citar experiencias ]
hablaba con un conocimiento de la
ley. Implica que toda una generación
empiece a interesarse por quiénes
van a ser sus representantes, es un
crecimiento”.
Julia: “yo estoy de acuerdo con la ley,
pero tengo un dilema con el tema de
que sea optativo el voto porque siento
que nos siguen distinguiendo con los
que tienen de 18 para arriba. O es
obligatorio para todos u optativo para
todos.”
Volver sobre nuestra
mirada
Es mucho lo que nos dicen estas
voces, en las que creemos leer
también las de muchos y muchas
jóvenes más, que en la actualidad
buscan y encuentran caminos de
expresión y participación. No se trata
de poner en boca de todos ellos estas
palabras, teniendo en cuenta que
lógicamente existe una multiplicidad
de factores que intervienen en estos
procesos, como las tradiciones de las
instituciones educativas en relación
a la participación/movilización
estudiantil, los recursos y expectativas
al pertenecer a cierto sector social, los
antecedentes y valoraciones familiares,
por citar apenas unos pocos. Pero
sí creemos valioso resaltar algunas
tendencias que emergen de estos
relatos, no con el fin de interpretar
lo dicho sino para volcarlo hacia
la mirada que como educadores/as
tenemos sobre estos procesos.
En primer lugar, contrariamente a la
palabra adulta dominante que circula
cuando se aborda mediáticamente la
participación estudiantil, las familias y
docentes de las entrevistadas valoran
y acompañan sus iniciativas. Tanto
en el caso de quienes transitaron por
experiencias similares en su juventud
como quienes no. Teniendo en cuenta
esto, consideramos necesario escapar
de los binarismos en los que solemos
caer los adultos cuando hablamos
de los/as jóvenes, que oscilan entre
la estigmatización y la idealización
acrítica. Más bien interesa poner en
relieve las búsquedas, motivaciones
y aprendizajes que conviven con las
26 PARAJUANITO
contradicciones, sabiendo que los Es necesario escapar
pibes aciertan y se equivocan, como
cualquiera. de los binarismos
en los que solemos
Por otra parte, es notoria la insistencia
en la necesidad de construir ámbitos
caer los adultos
donde puedan convivir diversos cuando hablamos
pensamientos, posicionamientos y de los/as jóvenes,
miradas sobre los temas que interesan
a los/as jóvenes, frente a los formatos que oscilan entre la
más cercanos a la institucionalidad estigmatización y la
política, que –sin dejar de ser
convocantes ni valorados- parecieran
idealización acrítica.
encorsetar en cierta medida.
Otro dato destacable es la valoración
positiva del tiempo histórico presente,
como contexto que habilita y favorece,
lo cual se evidencia cuando se
contrastan los relatos actuales con los
de sus padres o abuelos y también al
reconocer los adelantos en materia
jurídica respecto de los derechos y
la participación de los/as jóvenes.
Estas jóvenes (junto con tantos otros)
se sienten protagonistas de este
tiempo sin cargar sobre sus espaldas
(subjetividades) la pesada mochila de
“ser el futuro”.
La oportunidad de reconstruir esta
trayectoria desde la voz de sus
protagonistas, de habilitar espacios para
que pongan en palabras sus propios
recorridos y búsquedas, de dialogar
con sus intereses y expectativas, es
un ejercicio que a los educadores nos
permite conectar con esas experiencias
vitales y comprender mejor los sentidos
que adquieren para los y las pibas con
los que compartimos cotidianamente
la escuela. Una escucha que además
nos interroga y compromete acerca
de cómo acompañamos, suscitamos
y contribuimos a fortalecer estas
experiencias tan fundamentales de hacer
“La radio Pelle” puede
cosas con otros. Un primer paso, necesario
pero no suficiente, seguramente sea el escucharse en vivo los
de escuchar y dialogar con lo que está sábados a las 18.00
aconteciendo. |J| por www.radiowu.
com. Y accediendo a
*
http://www.mixcloud.
Alejandro com/LaRadioPelle/ se
Rezzonico encuentran disponibles
Comunicador social. todos los programas
Docente de Nivel Medio. emitidos hasta ahora.
 Red
A comienzos de este año desde
la Fundación La Salle invitamos
a un grupo de organizaciones
e instituciones educativas que
trabajan con jóvenes en con-

Espacios
textos de vulnerabilidad social
a conformar una red1. Algunos
de los puntos de esta red tie-
nen una historia y pertenencia
compartida, incluso en muchos

de
casos experiencias de trabajo
conjunto. Desde FLS queremos
ampliar ese mapa, invitando
también a otras organizaciones
con otras pertenencias y tradi-

Jóvenes
ciones. La idea es potenciar lo
que existe y aportar para que
crezca.

Pensarse en red implica una

mayor comunicación, un ma-
yor intercambio de recursos y
conocimientos, una articulación.
Uno de los ejes sobre los que
acordamos trabajar en este
2014 ha sido el de la formación,
entendiendo que si bien desde
las prácticas y reflexiones que
se van desplegando en estos
ámbitos se va produciendo un
saber y una experiencia que es
valioso compartir y registrar, el
hecho de sumar nuevos aportes
enriquece ese conocimiento
y nos permite fortalecer los
procesos que venimos desarro-
llando.

En esta oportunidad hemos invi-

tado a algunos de estos ámbi-
tos juveniles a compartir con los
y las lectoras de
textos que narren los modos
en los que se involucran, se
apropian y se proyectan los/as
jóvenes que transitan por ellos.
Los invitamos a adentrarse en
estos relatos que nos hablan
desde la esperanza sobre el an-
dar cotidiano de los/as jóvenes
en estos territorios. ESPACIOS QUE INTEGRAN LA RED
1. Espacio de recreación juvenil, en Asunción (Paraguay)
2. Casa de los jóvenes, en Malvinas Argentinas, Córdoba
3. Espacio Joven, Jujuy
4. Casa Joven, González Catán
5. Espacio Joven San Martín de Porres (Villa Hidalgo ) Buenos Aires
6. Grupos recreativos y culturales, La Costilla, Tigre
7. Propuestas solidarias Barrio San Agustín, Santa Fe
 Red Espacios de Jóvenes
Casa de los Jóvenes
Barrio Malvinas Argentinas (Córdoba)
A la vida le basta el espacio de
una grieta para renacer
Por: Fátima García, Priscila Rodríguez, Lisandro Carrizo, Brenda Brizuela, Jonathan Oliva,
Martin Oliva, Maximiliano Carrizo, Sabrina Larsen, José María Reyes
Desde hace 5 años, La casa de los Jóve-
nes (parte del Centro Educativo La Salle
Malvinas Argentinas) se proyecta como
un espacio que quiere proponerles a
los/as jóvenes del territorio la vivencia
de experiencias alternativas y diver-
sas para que, a partir de ellas, puedan
re-significar algunos imaginarios, sus
percepciones sobre los que se supone
de los jóvenes en el barrio, y algunas
condiciones objetivas y estructurales
de sus vidas. Creemos que a partir de
allí, ellxs podrán renombrar sus pro-
blemáticas, sus proyectos, sus vínculos,
para que siempre tengan que ver con la
vida. Queremos ser un espacio de par-
ticipación juvenil, donde los jóvenes del
barrio hagan experiencia comunitaria y
de organización colectiva.
En esta clave, todas las actividades y
espacios propuestos son planificadas
desde las palabras, deseos y necesida-
des de lxs jóvenes; promoviendo ins-
tancias cotidianas a través de las cua-
les posicionarse como protagonistas
activos en la toma de decisiones para
acciones concretas; y habilitando espa-
cios de encuentro, planificación, diálo-
go, toma de decisiones y participación
colectiva. Con tres objetivos generales:
Ofrecer experiencias alternativas a los
jóvenes de la zona, que les permitan
construir y proyectarse en nuevos ca-
minos de vida, nombrarse y re-nom-
brarse en nuevas claves de mayor hu-
manización, vida, ciudadanía, justicia,
inclusión, crítica, democracia y Reino1.
28 PARAJUANITO
Suscitar procesos que permitan crear ran de aquellos lugares donde, a su
dinamismos comunitarios, de organi- vez, les exigen participar. “Ser parte”,
zación comunitaria, de hacer grupo, de entonces, se convierte en identificarse
crear alianzas, de asociarse, de juntar- con un grupo de pares, formar parte
se con otros y otras por el bien común de un colectivo, construir y compartir
y la defensa de los derechos. valores, miradas, proyectos; compartir
la vida y organizarse para la defensa
Colaborar en los procesos de transfor- de sus derechos y los derechos de los
mación social de los barrios donde nos demás. Es decir, participar, genera
vinculamos y de la sociedad en su con- un fuerte sentido de pertenencia,
junto, desde nuestro ser jóvenes, desde de estar incluido, de ser acompa-
lo que podemos hacer como jóvenes ñado por otrxs en la vida; de
organizados, y desde las representa- no estar solx.
ciones que podemos modificar en tor-
no a quiénes son los jóvenes en nues- Desde este punto de
tro entorno y qué pueden hacer ellos vista, “ser parte”
(des-demonizando, desnaturalizando). empodera: saber
Desde esta clave, y con mirada siste- que puedo decir,
mática e integral, miramos problemá- expresarme y
ticas como la droga, el robo, la falta de decidir con otr-
trabajo, etc.2 xs. Que la pa-
labra de cada
Lo que sigue, son reflexiones que reali- uno es valo-
zaron algunos de los jóvenes del barrio rada. Que
que participan en la Casa (algunos de pode-
ellos también educadores y coordina-
dores de actividades), junto al equipo
de animación de la misma sobre la par- mos nombrar
ticipación juvenil en el espacio. juntos lo que nos
pasa y proyectarnos
Pensar en participación juvenil, tiene con otros. Lxs jóvenes se
que ver, para nosotrxs, fundamen- sienten reconocidos y va-
talmente con “ser parte”, es pensar lorados por otrxs; capaces
la inclusión. Especialmente en estos de hacer y decir.
contextos, donde generalmente las
instituciones y estructuras sociales, En las palabras de lxs
económicas, culturales y políticas (es- jóvenes- educadores de la
cuelas, mercados laborales, calles y Casa:
lugares públicos de las ciudades...),
expulsan a lxs jóvenes, lxs sepa- ¿Qué significa participar para vos?

Tener
la posibili-
dad de involucrarse
en las cosas cotidianas
que se viven en el espacio.
Ser parte de algo... unirse a
una propuesta... compartir, tener
un espacio para mí, conocer y hacer
amigos... divertirse, opinar, compartir,
expresarse... ser parte de algo que te
impulsa a seguir adelante, luchar por
los mismos ideales, conformar una co-
munidad, una familia... convivir juntos
como grupo, divertirse...
Cuando participamos, nos encontra-
mos en comunidad, se generan vín-
culos afectivos fuertes y compromisos
compartidos. Nos contamos la vida y
miramos críticamente la vida de nues-
tro barrio. Nos enojamos por lo que les
toca vivir a algunas personas, por las
injusticias. Entonces nos organizamos
y nos sentimos comprometidos para
transformar algunas realidades. Par-
ticipamos cuando discutimos, dialo-
gamos, reflexionamos; y participamos
cuando nos organizamos en alguna
acción concreta.
En las palabras de lxs jóvenes-
educadorxs de la Casa:
¿Por qué crees que está bueno parti-
cipar?
Me gusta compartir momentos con
otras personas, que los niños y niñas
Red Espacios de Jóvenes
tienen un espacio de disfrute (kerme-
ses de juegos didácticos para niños y
niñas en espacios públicos organizadas
por uno de los grupos juveniles), para
divertirse y jugar sin preocupaciones
que tengan que ver con cosas de adul-
tos; que aprovechen el tiempo solo para
ellos. Disfrutando con los más niños...
porque me gusta ayudar y unirme a
las distintas actividades que hay... por-
que me hace bien, en lo personal, y
me gusta trabajar con otros jóvenes...
porque salgo un poco de mi casa, me
gusta divertirme, aprender cosas nue-
vas y estar con gente distinta... porque
en estos espacios nos encontramos con
otros y pasamos momentos geniales...
Me encanta participar! Y más si es con
otrxs jóvenes!... porque es un espacio de
formación, me hace ver la realidad y
porque me gusta ayudar y trabajar con
otros jóvenes. Es mi cable tierra, son mi
segunda familia...porque lxs ayuda a
integrarse y a sentirse personas “útiles”
en la sociedad...
Por otro lado, participar nos re-en-
cuentra con la posibilidad de proyectar
nuestras propias vidas, a partir de na-
rrar a otros nuestras historias, nuestros
problemas personales y alegrías.
En las palabras de lxs jóvenes-edu-
cadorxs de la Casa:
¿Por qué crees que lxs jóvenes del ba-
rrio participan en las actividades?
Porque el encuentro con otrxs ha-
cen que no estén tanto al vicio, andar
deambulando en las calles, para sacar-
se los malos momentos de sus cabezas...
porque a pesar de muchos problemas
que tengo, me distraigo un poco... para
poder despejarse, cambiar un poco la
rutina, para aprender cosas nuevas...
porque la Casa de los Jóvenes nos ofre-
ce cosas distintas a nuestro cotidiano...
porque quieren salir de la calle, y quie-
ren sumarse a los distintos espacios
que hay... por la posibilidad que se les
brinda , tener el tiempo y espacio para
vincularse. Todo tiene su forma y tiem-
po para arrancar con el proyecto que se
arma y eso ayuda al joven a sumarse de
una forma u otra; siempre se termina
comprometiendo con alguna activi-
dad... porque es un espacio para encon-
trarse con uno mismo y hacer amigos...
Creemos que “... a la Vida le basta el
espacio de una grieta para renacer...”.
Pues entonces, es tarea nuestra, pro-
fundizar y multiplicar los espacios de
participación juvenil; crear y aprove-
char cada grieta creada para que por
allí se cuele más vida: más jóvenes par-
ticipando, siendo parte, involucrándo-
se, encontrándose, proyectándose. Más
vida pujando por salir... |J|
1. Desde una lectura crítica del tiempo
presente y situándose como sujeto históri-
co y hacedor cristiano comprometido.
2. Hasta aquí, son palabras extraídas del
Proyecto Pedagógico, Político y Pastoral
de la Casa de los Jóvenes (Abril de 2013).
PARAJUANITO 29
 Red Espacios de Jóvenes
Villa Hidalgo, San Martín (Bs.As.)
La manada, un camino,
mil sueños
Por Espacio Joven, San Martin de Porres
“Ser joven y no ser revolucionario, es
una contradicción hasta biológica
(citado en El arte de hablar y escribir:
Experiencias y recomendaciones).”
Salvador Allende
Hace algún tiempo que desde la
comunidad de Porres venimos re-
pensando las propuestas juveniles,
redefiniendo lógicas, saliendo de
viejas matrices, pensadas para otras
épocas y otros contextos totalmen-
te distintos. Por lo que pasamos de
la pastoral juvenil a un espacio más
amplio y así nace “Espacio Joven”,
un espacio donde conviven talle-
res (teatro, radio, recreación, vóley,
básquet y taekwondo) con espacios
de reflexión, donde no solo partici-
pan estudiantes de la escuela sino
todos aquellos que quieran hacerlo
(“pibes de afuera de la escuela”),
cruzados por distintas problemáti-
cas, funcionando así como no solo
un lugar de referencia no escolar
sino barrial. Pensemos que los días
sábados hay pocas o mejor dicho
casi ninguna propuesta para los pi-
bes en el barrio.
Este es un espacio donde los/as
jóvenes participan en distintos
talleres, partiendo de sus intereses
y sus saberes previos, partiendo
de la idea que todos ellos vienen
con saberes previos (tocan
instrumentos, pintan, cantan, etc.).
El objetivo principal de esos talleres
30 PARAJUANITO
es motorizarlos para que ellos creen
nuevos talleres para los más chicos.
“La manada” es el grupo que mo-
toriza las actividades de los días
sábados, partimos de un trabajo
colectivo pero dentro de una lógica
totalmente distinta a la de grupo
estable. Por decisión colectiva hoy
la Manada se encuentra realizando
un trayecto formativo, que comen-
zó allá por mayo y que termina en
noviembre. El mismo tiene como
eje: lo vocacional, lo recreativo, lo
teológico, lo político y lo celebra-
tivo.
Algunas Voces…
Julián Almirón (16), de la manada,
estudiante de 4° año de la secunda-
ria:
¿Qué hacen en la manada?
Nosotros hacemos una gran varie-
dad de actividades para los chicos
como cocinar, organizar, compartir,
etc.
¿De que actividades participaste en la
manada?
Participé en la cocina, como “profe”
de los chicos de la secundaria bá-
sica, también preparando afiches,
etc.
¿Cómo piensan las actividades de la
manada?
Las pensamos en las reuniones
donde todos compartimos ideas so-
bre eventos que vamos a organizar.
¿Cuál es el objetivo de esos espacios?
Pasarla bien y compartir.
Emanuel Pelatti (18), Estudiante de
1° año de Adultos:
¿Qué hacen en la manda?
Bueno básicamente lo que hacemos
en la manada es divertirnos, com-
partir, experimentar cosas nuevas,
conocer más a nuestros chicos tan-
to como son en su vida como en la
escuela san Martin de Porres
Tenés una gran habilidad con lo artís-
tico ¿Cómo lo expresás en la manada?
Mi idea siempre fue ser feliz ha-
ciendo lo que me gusta sanamente,
en la manada lo expreso siendo ac-
tor, enseñando guitarra con el pro-
fe Maxi y el profe Nico y jugando
basquetball. |J|
Si no canto lo que siento
me voy a morir por dentro.
He de gritarle a los vientos hasta re-
ventar
aunque solo quede tiempo en mi lugar.
Barro Tal vez, Luis Alberto Spinetta
 La manada con los chicos de 1° y 2° año de la secundaria Básica
en la pernoctada de Abril de 2014

Red Espacios de Jóvenes

La manada en una convivencia de 2° Grado, agosto de 2014

Los chicos de la manada, deleitándonos con su música en la

pernoctada de abril de 2014

PARAJUANITO 31
La bandera para el torneo Padre Carlos Mujica, diseñada
por Lucas Labanca, Mayo 2014
 Red Espacios de Jóvenes
Barrio La Costilla, Tigre (Bs. As.)

Construyendo colectivamente una propuesta de

Inserción barrial
Experiencia del Grupo de Egresados de la Pastoral Juvenil de La Salle
Florida en conjunto con la asociación P.I.B.E.S.
(Proyecto de Inclusión Barrial Educativo y Sociocultural)
Por Federico Shahbenderian

Nuestra historia comienza en el La Salle
Florida, siendo un grupo de exalumnos
que se reunía los viernes por la noche,
movilizados al sentirnos incómodos
por la injusticia social que vemos día
a día, que escuchamos, que sentimos.
Con muchos ideales, mucha reflexión y
muchas ganas, se nos acercó una pro-
puesta de conocer un barrio; un barrio
de la zona de Tigre en el que se rea-
lizaban muchas actividades recreativas
para chicos pero en donde se sentía que
faltaba algo: conocer a los adultos y jó-
venes que poco se veían, y que estaban
atravesados por una serie de problemas
sociales que nos afectan a todos pero
que pegan más cuando no se tiene una
educación o un sostén social que apoye
y sepa acompañar estas problemáticas.
Hablamos de embarazos adolescentes,
hablamos de problemas de salud que
los profesionales de la zona no saben
acompañar, hablamos de la ausencia de
alguien que quiera compartir un mate,
una charla. Si a esto le sumamos la pre-
cariedad de las viviendas y de los recur-
sos básicos como agua o gas, nos po-
demos imaginar el panorama bastante
chocante con el que nos encontramos
hace tan solo un año.
Apenas pisamos el barrio, “La Costilla”,
nos sobrepasaron las ideas y la emo-
ción de poder actuar desde esta “inco-
modidad” que nombraba al comienzo.
Planteamos una serie de talleres para
realizar en el barrio con el fin de co-
nocer a la gente y poder juntos llegar a
construir algo que sea útil para todos,
pero luego de varias experiencias, re-
uniones y la madurez que todo grupo
de trabajo necesita, entendimos que
no hay nada mejor para conocer a al-
guien, que acercarse y conversar. Así
fuimos, puerta por puerta, a conocer
a cada integrante de las 54 casas que
componen el barrio. Paralelamente, co-
menzamos a crear una Asociación sin
fines de lucro con un grupo de amigos.
Sabemos que recién estamos empe-
zando un largo camino. Hace solo un
año conocemos el barrio; hace pocos
meses comenzamos un apoyo escolar,
luego de conocer a todas las familias

32 PARAJUANITO
 Red Espacios de Jóvenes

y encontrarnos con la reiterada nece-
sidad de acompañar el proceso escolar
de los más chicos. Realizamos un “ba-
ratillo” en el cual vendimos ropa a un
precio simbólico, convencidos de que
todos tenemos algo para dar y algo que
recibir, y que es mejor generar un inter-
cambio antes que realizar donaciones.
La plata recaudada la vamos a utilizar
modos de trabajar y de organizarnos,
pero de algo estamos seguros: aprendi-
mos a escuchar, a sacarnos la vergüen-
za y golpearle la puerta a un descono-
cido. A cambio recibimos aprendizajes,
cariño, abrazos, miradas, cosas que
estamos felices de haber vivido y que
nos están formando como personas.
Compartir un asado, un bautismo, una
neo desde las experiencias e ideologías,
pero tenemos algo en común: las ganas
de construir un camino que nos acer-
que un poquito al mundo con el que so-
ñamos, a una sociedad que nos permita
creer que el cambio es posible si todos
nos comprometemos. |J|

para algo que el barrio necesite y pida:
nuevamente estamos yendo casa por
casa preguntando qué piensan que po-
demos hacer con esa plata, que es de
todos.
Todavía no sabemos si estamos llevando
a cabo proyectos útiles para el barrio, y
tenemos muchas dudas sobre nuestros
*
comunión, domingos en familia… pero
allá, en Costilla, con nenes, pibes y
Federico
adultos que hoy nos llaman “amigos”,
que nos esperan sábado a sábado y que Shahbenderian
apenas nos ven, ponen la pava al fue-
Integrante del grupo juvenil
go. No llevamos banderas políticas, nos
de exalumnos de La Salle
respaldamos económicamente gracias
Florida
a una Asociación que nosotros mismos
formamos, y somos un grupo heterogé-

PARAJUANITO 33
 Red de
Espacios
Espacios
de de
Jóvenes
Jóvenes

Espacio Joven Jujuy

Construcción de un
sistema democrático
en el colegio La Salle Jujuy
Emanuel, Yamila y Patricio

34 PARAJUANITO

Queremos compartir una experiencia.
No es ni más ni menos que una expe-
riencia, con todo lo que una experien-
cia significa y puede significar.
Durante el 2013 armamos el Consejo
Estudiantil. Dicho organismo estuvo
conformado por un representante de
cada curso que sería elegido por sus
propios compañeros. Para hacer esto
era necesario que los adultos (educa-
dores, preceptores, profesores) pudié-
ramos concientizar a los estudiantes
sobre la necesidad de un consejo
estudiantil y sobre las características
que debería tener un delegado titular
y uno suplente por curso en dicho
organismo. Las características de es-
tos estudiantes, fundamentalmente
RedRed
de Espacios de Jóvenes
deberían poder ser representar la voz
del curso, tener capacidad de llevar la
palabra, y de traer al curso las deci-
siones del consejo estudiantil. Muchas
otras características fuimos constru-
yendo sobre la figura del representan-
te del curso en el consejo estudiantil,
fundamentalmente la capacidad de
liderazgo. Sobre cada capacidad que
reconocíamos necesaria, fuimos re-
flexionando y formándonos.
Lo primero que hicimos fue confec-
cionar un temario que era necesario
trabajar: uniforme, llegadas tardes,
internet para los estudiantes, merien-
da en el recreo, la carroza, dificultades
en algunas áreas curriculares, la du-
ración del recreo, la falta de pintura y
arreglos en algunas aulas, el cuidado
del edificio, el cuaderno de comuni-
caciones, el ingreso a la universidad
y las dificultades de los exámenes, el
código de convivencia, fueron algu-
nos de los muchos temas que fuimos
trabajando en este consejo estudiantil
durante el 2013.
La dinámica de funcionamiento era
que cada uno traía su inquietud, con-
formábamos el temario, discutíamos
un tema, decidíamos por consenso o
votación un tema, lo comunicábamos
a la dirección y en el caso de ser apro-
bado, lo comunicábamos a docentes
y estudiantes de toda la institución.
Lo más trabajoso de este tiempo, fue
educarnos en el uso de la palabra:
PARAJUANITO 35
 Red de
Espacios
Espacios
de de
Jóvenes
Jóvenes
escuchar a los otros, pronunciar la
propia palabra, discutir ideas, opinar,
votar, llevar una comunicación a los
otros, hacer respetar las palabras y las
decisiones. Lo más complejo es insta-
lar prácticas y sentidos democráticos
en una cultura y en una sociedad que
muchas veces descree de las prácticas
y sentidos democráticos. Educadores
y estudiantes deslegitimando el espa-
cio, no pudiendo sostener acuerdos,
desmereciendo lo que se construye de
este modo, boicoteando decisiones,…
Pero tiempo al tiempo. Lo bueno es
estar haciendo las cosas con la con-
vicción de que tienen sentido que se
hagan de este modo.
Este consejo estudiantil se ha juntado
durante todo el 2013, una vez por
semana, en distintos horarios, durante
el horario de clases, una reunión para
los delegados del turno de la mañana
y otra reunión para los del turno de la
tarde. Algunas reuniones las hicimos
36 PARAJUANITO
con directivos, otras con preceptores,
otras con algunos educadores.
Al comienzo de este 2014 lo que hi-
cimos fue volver a elegir nuevos dele-
gados para este ciclo lectivo, construir
un temario y armar el estatuto del
Centro de estudiantes. Para confeccio-
nar dicho estatuto leímos la ley nacio-
nal de centros de estudiantes para el
nivel secundario, leímos la reglamen-
tación provincial y leímos distintos
estatutos de otras instituciones. En
función de eso, y en un encuentro que
duró dos días en la ciudad de Huma-
huaca confeccionamos el Estatuto
que les compartimos al final de esta
nota. Luego de armar el Estatuto, lo
aprobamos y se dio apertura a la pre-
sentación de las listas; hubo dos: lista
roja y lista verde.
Además en el consejo estudiantil
elegimos la Junta Electoral, confor-
mada, según estatuto, por un directivo
(Jacinta), dos docentes (Patricia y
Claudia) y cuatro estudiantes (Gua-
dalupe, Emanuel, Emilce y Agustín).
Se lanzaron las campañas y el día 15
de Agosto se realizaron las votacio-
nes de todos los estudiantes del nivel
secundario con total normalidad, en
un clima de mucha seriedad y respeto.
Los docentes y directivos elegidos por
el consejo estudiantil, fueron elegidos
por lo que estos adultos representan
a los estudiantes: capacidad demo-
crática, apertura a la participación,
vivencia profunda de lo político, parti-
cipación política en la vida ciudadana,
significatividad en la enseñanza de
los valores democráticos en el aula,
cercanía, etc.
Al finalizar todo el acto electoral, en-
tre los fiscales de las dos listas, los dos
estudiantes que se postulaban de pre-
sidentes del Centro de Estudiante y la
Junta Electoral, evaluamos la jornada.
Sigue en página 39 u
 RedRed
de Espacios de Jóvenes
Estatuto de Centro de estudiantes
Establecimiento Educativo: Colegio Juan Bautista de La Salle
Versión aprobada el 14 de Agosto de 2014
Preámbulo
Este centro de estudiantes tendrá como objeto
mejorar las condiciones de los alumnos, ya sea
solidaria, cultural, social, religiosa e intelectual-
mente, así como también las condiciones de la
comunidad toda. Así mismo, deberá defender
los derechos de los estudiantes en particular
y en su conjunto; fomentar la fraternidad entre
los estudiantes y con los demás actores de la
institución. También estará informado de todo
lo referente a los demás centros de estudian-
tes de otras obras educativas, de sus deman-
das, necesidades, luchas y reivindicaciones.
Este Centro de Estudiantes debe mantener
obligatoriamente su total independencia de
principios, de crítica, de resolución y de organi-
zación.
TÍTULO 1
DENOMINACIÓN
Con el nombre de Centro de Estudiantes del
Colegio Juan Bautista de La Salle de la ciudad
de San Salvador de Jujuy, se constituye con
carácter permanente y con domicilio legal en
esta Institución Educativa, una simple Asocia-
ción Civil conforme al Artículo número 46 y de-
más del Código Civil, integrada por alumnos de
dicha institución, y según lo estipulado en este
Estatuto.
FINES Y OBJETIVOS
Artículo 1: Este centro de estudiantes perse-
guirá los siguientes fines y objetivos:
a. Defender y asegurar el pleno ejercicio de los
derechos estudiantiles, creando este espacio
de acción y propuesta.
b. Participar en las soluciones a problemáticas
estudiantiles y de la comunidad educativa
toda.
c. Fomentar el debate, la participación, el espí-
ritu crítico, la vida democrática y el respeto y
valoración de la ciudadanía activa.
d. Velar por el mejoramiento continuo de la ta-
rea académica de calidad y calidez.
e. Representar a los estudiantes ante distintas
cuestiones
f. Fomentar la participación de alumnos en
cuestiones que sean de su preocupación
e interés, realizando actividades de carác-
ter cultural, artística, recreativa, de esparci-
miento, académicas, pastorales, deportivas
y sociales, en pos de la consecución de los
ideales de igualdad, solidaridad, libertad, de-
mocracia, justicia, no discriminación.
g. Suscitar espacios de debate público, infor-
mación y decisión en torno a problemáticas
de la comunidad educativa y de la comuni-
dad barrial, de la realidad de la ciudad, de la
provincia, el país y el mundo; sobre todo en
temáticas que afecten directamente a los de-
rechos de los niños, niñas y adolescentes.
h. Apelar a la responsabilidad de los alumnos y
a sus capacidades para el mejoramiento de la
comunidad toda: el mejoramiento relacional,
edilicio, ambiental, académico, cultural, de
propuestas.
i. Fomentar intercambio con otras instituciones
educativas y demás de la sociedad civil y del
Estado.
Artículo 2: Podrán ser integrantes de este
Centro de Estudiantes aquellas personas que
acrediten ser estudiantes regulares de este
establecimiento. Estará conformado por los
delegados elegidos por cada curso a principio
de cada ciclo lectivo y la comisión directiva
elegida por todos los estudiantes de la institu-
ción, en Agosto de 2014, en Octubre de 2015 y
en Marzo de 2017.
PARAJUANITO 37
 Red de
Espacios
Espacios
de de
Jóvenes
Jóvenes
CONFORMACIÓN
Artículo 3: El Centro de Estudiantes estará con-
formado por un delegado titular y un delegado
suplente de cada uno de los cursos del nivel
secundario. Dichos delegados serán elegidos
por el conjunto de los estudiantes de cada cur-
so que estén presentes al momento de la elec-
ción. La elección será comunicada con una se-
mana de antelación y será promovida tanto por
los estudiantes, como por tutores, preceptores
y demás miembros de la comunidad educativa.
Artículo 4: Este cuerpo de delegados será el
órgano estable del centro de estudiantes y será
animado por una comisión directiva que es ele-
gida por el conjunto de los estudiantes. Dicha
comisión directiva tendrá la tarea de convocar
al cuerpo de delegados ya sea de modo se-
manal o quincenal, de fijar agenda en función
de los intereses del conjunto, de animar las
reuniones, de proponer acciones, de ejecutar
de modo participativo las decisiones del con-
junto. La comisión directiva estará conformada
por un mínimo de 7 alumnos de ambos turnos
de la institución, de distintos sexos de modo
más o menos similar en número, ocupando los
siguientes cargos: presidente, vicepresidente,
secretario, tesorero, 3 vocales. Los miembros
de la comisión directiva pueden ser miem-
bros delegados por los cursos. Las funciones
de cada uno de los miembros del Centro de
Estudiantes estarán estipulada en el libro de
actas del mismo. En el mismo libro de actas se
especificará los modos de reemplazo de los
miembros de la comisión directiva, ya sea por
abandono o por egreso. También se especifica-
rá los reemplazos de delegados de curso.
COMISIONES DE TRABAJO
Artículo 5: Tanto la comisión directiva, como
el conjunto de los delegados de curso, que
integran el centro de estudiantes, podrán orga-
nizarse en comisiones de trabajo. Dichas comi-
siones deberán ser aprobadas por la mayoría
simple de los votos del centro de estudiantes.
CONSEJERO DOCENTE
Artículo 6: La institución, a través del consejo
directivo de nivel secundario, designará un do-
cente consejero que acompañará con voz y sin
38 PARAJUANITO
voto las reuniones del Centro de Estudiantes.
La función de este consejero docente estará
estipulada en el libro de actas.
RÉGIMEN ELECTORAL
Artículo 7: A principio de año se designarán los
delegados de cada curso. Estos fijarán cada
año el procedimiento y fecha para la elección
de la comisión directiva del Centro de Estu-
diantes. Participarán de ambas elecciones
todos los alumnos regulares. Se estudiará e
implementará los modos de concientizar sobre
esta cuestión, para que dicho proceso sea vi-
vido del modo más educativo posible. Ambas
elecciones ser realizarán con un mínimo de 7
días de anticipación desde que es comunicada
hasta que es efectivizada.
Para la elección de la comisión directiva, se
presentarán las listas al cuerpo de delegados
que estos deberán aprobarlas y oficializarlas,
siempre y cuando estén dentro del marco del
presente estatuto.
Los alumnos del establecimiento educativo
participarán de la elección mediante la emisión
de su voto en forma directa, el cual es de ca-
rácter secreto.
Las elecciones deberán ser fiscalizadas por una
Junta electoral, la cual estará facultada para
resolver cualquier situación correspondiente
al acto eleccionario que no esté debidamente
contemplada en el presente estatuto. Dicha
Junta electoral estará compuesta por cuatro
estudiantes delegados de este centro de es-
tudiantes: un presidente, un vocal y dos secre-
tarios. Estas personas no deberán ser parte de
las listas y deberán ser elegidos por el cuerpo
de delegados. Además, integrará la Junta elec-
toral un docente titular, un docente suplente y
un miembro del consejo de nivel secundario,
elegidos también por el cuerpo de delegados.
Resultará ganadora la lista que obtenga la ma-
yoría simple del total de votos que se presen-
ten. Todos los cargos de la comisión directiva
serán para la lista ganadora. Dicha comisión
directiva durará desde ese momento y hasta
la siguiente elección. La Junta electoral orga-
nizará el modo de fiscalizar las mesas y el acto
eleccionario.

t Viene de página 36
Esto son algunas de las expresiones
que compartimos:
„„ “Estuvo muy buena una jornada
en donde se estimula el valor de
los estudiantes en la institución, la
importancia de su palabra y de su
protagonismo”
„„ “Es un espacio que invita a compro-
meterse, servir, jugarse por los otros
y lo mejor para todos”
„„ “Hay que concientizar más a los es-
tudiantes y a los educadores sobre
el valor de la conciencia política, de
la vida democrática y de las prácti-
cas democráticas. Hay que concien-
tizar más sobre el valor del centro
de estudiantes”
„„ “Se nota la diferencia entre los cur-
sos en donde los educadores con-
cientizaron bien a los estudiantes
y en aquellos en donde lo hicieron
con poco entusiasmo o pocas me-
diaciones. Los adolescentes y jóve-
nes vamos a valorar aquello que los
adultos nos enseñen a valorar, gus-
tar, defender, vivir”.
„„ “Notamos en los chicos y chicas, un
gran problema para elegir: muchí-
simos no sabían qué elegir, les pre-
guntaban a otros, o no valoraban la
posibilidad de elegir. Frente a esto
nos preguntábamos cómo enseña la
escuela a elegir”
„„ “Aparecían expresiones que los
adultos manejan en la vida social y
que aquí se repiten:
„„ “Si yo te voto, ¿qué me das?”
„„ “¿Para qué sirve votar si nada va a
cambiar?”
„„ “¿Qué sentido tiene votar si total
luego van a hacer otra cosa, y no lo
que dijeron en la campaña?”
RedRed
de Espacios de Jóvenes
„„ “Muy bueno y de mucha seriedad el
trabajo de la junta electoral y de los
fiscales de mesa. El acto elecciona-
rio se hizo lo más parecido a un acto
eleccionario de nuestra sociedad
para que todos aprendamos”
„„ “Falta trabajar más las cuestiones
de formación cívica y democrática.
El nuevo centro de estudiantes, tie-
ne que trabajar más la cuestión de
la concientización”
„„ “Se vivió un clima muy tranquilo,
de mucho cariño y responsabilidad.
Muy buena experiencia”
„„ “Es fundamental que los chicos sean
protagonistas de sus propias deci-
siones, esto significa más democra-
cia en un país donde de a poco los
chicos y chicas se están posicionado
en espacios de construcción de ciu-
dadanía”
„„ “Fue un tiempo y un día de mucho
aprendizaje de educación cívica.
Aprender entre todos que significan
listas, propuestas, padrón electo-
ral, estatuto, procedimiento de vo-
tación, escrutinio, junta electoral,
etc”.
En este año de experiencia, la
articulación con la Fundación SES,
con el Centro de Actividades Ju-
veniles, con el programa nacional
Parlamento Juvenil del Mercosur
en sus instancias local y nacional y
con el Espacio de la Semana por los
derechos de la Juventud, han en-
riquecido mucho nuestro caminar.
Esto nos ha permitido participar de
encuentros en Buenos Aires (No-
viembre 2013), La Plata (Diciembre
2013), en la Quebrada (Enero 2014),
en San Pedro de Jujuy (Agosto 2014)
y otros encuentros aquí en la ciudad
de San Salvador de Jujuy. Ahora
estamos buscando los fondos para
poder ir todos juntos, como centro
de estudiantes, a la Semana por los
Derechos de la Juventud, en Octubre
en Chapadmalal.
Este año 2014, el Centro de Estudian-
tes, desde Marzo hasta la fecha, nos
venimos juntando, tanto los delega-
dos de la mañana como los delega-
dos de la tarde, los jueves al medio-
día. Almorzamos juntos y llevamos
adelante la reunión entre los dos
turnos, buscando mayor unidad de
la Escuela. Somos aproximadamente
25 estudiantes por semana que mi-
ramos el conjunto de la institución
y decidimos lo que consideramos lo
mejor. La directora y los docentes
que nos acompañan, nos sirven la
comida y atienden, mientras noso-
tros, los estudiantes, vamos llevando
adelante la reunión.
Bueno, esto es lo que vamos cami-
nando, en el gozo de sabernos cons-
tructores de presente y futuro, de
modo democrático. |J|
*
Emanuel López
alumno de tercer año de
Humanidades, consejero
estudiantil y miembro de la
Junta Electoral.
*
Yamila Chaile
coordinadora del CAJ
(Centro de Actividades
Juveniles). Co-coordinadora
de Espacio Jóven.
*
Patricio Bolton
animador del consejo
estudiantil. Co-coordinador
de Espacio Joven.
PARAJUANITO 39
 Red Espacios de Jóvenes
Casa Joven, González Catán (Bs. As.)

Participar empieza tomando la palabra

Por Miriam Leites

40 PARAJUANITO

Casa Joven La Salle funciona en
González Catán desde hace ocho
años, y a partir de las experiencias
que fuimos transitando en este
período, comenzamos a preguntarnos
de qué manera podríamos ayudar
a que los y las jóvenes que asisten
pudieran tener un rol más activo en las
decisiones referidas al funcionamiento
y a la convivencia cotidiana; nos
preguntábamos (y aún hoy lo seguimos
haciendo) qué estrategias iban a ser
válidas para que estos jóvenes se
animaran, tuvieran ganas, de tomar
la palabra, de ser escuchados, de
descubrir todo lo que tienen para decir
y enseñar.
Muchos de los pibes y las pibas que
asisten a la Casa llegan con sus vidas
lastimadas, violentadas de muchas
maneras; una de esas maneras es que no
han tenido la posibilidad de expresarse,
la oportunidad de manifestarse y de
nombrar el mundo, de nombrarse a sí
mismos, de poder decir lo que piensan,
lo que sienten.
De alguna manera lograron encontrar
algunas herramientas que los
ayudaron a enfrentar esa violencia de
la que fueron y son receptores; traen
consigo un lenguaje corporal que nos
desafía, que desafía a todo lo que se le
interpone; cuerpos que parecieran estar
gritando, exigiendo algo que les fue
arrebatado. Esos cuerpos pertenecen
a personas, a niños y niñas, a jóvenes
que necesitan aprender a romper el
silencio, pero a romperlo con sus voces,
con sus tímidos balbuceos, tienen que
aprender a encontrar sus palabras. Son
esos silencios los que nos interpelan,
los que hacen que pensemos en la
importancia que tiene la mediación
de la palabra, porque creemos en esos
jóvenes, en sus palabras, y también
creemos en eso que dijo alguna vez
el maestro Rodari, que “todos los
usos de las palabras para todos me
parece un buen lema, tiene un bello
sonido democrático. No para que todos
Red Espacios de Jóvenes
seamos artistas, sino para que ninguno
sea esclavo1.”
EL MOMENTO DEL
“INTERCAMBIO”
Una de las actividades que llevamos
adelante todos los días, antes de
empezar a trabajar en las unidades
productivas2 y después de recibir a los
jóvenes, es el espacio de intercambio.
En este espacio, nos sentamos en
ronda, nos miramos, nos saludamos,
dejamos por un rato los celulares
y conversamos, o, al menos, esa es
la idea, que conversemos. Pero, de
una u otra manera los que siempre
terminábamos hablando éramos
los educadores: porque era difícil el
silencio (tal vez más para nosotros
que para ellos), porque el espacio
terminaba convirtiéndose en un lugar
para transmitir informaciones, avisos,
recordatorios de fechas y listo.
Esta situación nos quedaba dando
vueltas en la cabeza, y pudimos
conectarla con una idea que comenzó
a llevarse a cabo los días viernes: como
el viernes es nuestro día de limpieza
de la casa, empezamos a poner
música para que escucháramos todos;
primero la elegimos los educadores,
pero enseguida los chicos empezaron
a pedir que pusiéramos canciones o
bandas que por diferentes motivos
tenían ganas de escuchar ese día. Y
nos enseñaron. Los educadores no
solo aprendimos los nombres de las
bandas y de las canciones que ellos
habitualmente frecuentan sino que
aprendimos una nueva forma de
escuchar, de escucharlos.
Dejamos en la cartelera una hoja
que decía: “canciones que queremos
escuchar los viernes en el intercambio”;
poco a poco los chicos fueron
anotando los nombres de las canciones
y los educadores nos encargábamos de
imprimir la letra y preparar el audio
de la canción para poder escucharla,
además de leer la letra. La condición
para elegir la canción era que ellos
sintieran que esa letra les transmitía
algo, que para ellos tuviera, por alguna
razón, un contenido significativo. De
esta manera, después de escuchar y
leer la letra, el o la joven que la había
pedido nos contaba por qué había
elegido esa canción; se apropiaba,
no solo de esa letra en la que se veía
reflejado/a, sino también del rol de
coordinador/a del “intercambio”.
Decidimos, en esta oportunidad, no
transcribir parte de esas canciones,
ni mencionar los motivos por los que
fueron elegidas, ya que lo que nos
interesa aquí no es analizar ni las letras
de estas canciones ni a los jóvenes que
las eligieron, simplemente queremos
contar una experiencia, una de las
maneras (entre muchísimas otras que
seguimos buscando) que estos jóvenes
encontraron para animarse a decir,
para contar, para llorar y compartir,
para exorcizar un poco sus miedos,
sus angustias, sus ganas de escuchar
y ser escuchados, de apropiarse de las
palabras (propias, ajenas, de todos).
Ellos fueron encontrando sus palabras.
Nosotros, los adultos, aprendimos a
escucharlas. Y en esto estamos, y a
esto queremos seguir apostando. |J|
1. Rodari, Gianni; Gramática de la fantasía.
Introducción al arte de inventar historias.
2. U.P.A.S: unidades productivas de
aprendizaje
*
Miriam Leites
Profesora de Literatura.
Integra el equipo de
Coordinación de Casa
Joven La Salle
PARAJUANITO 41
 Red Espacios de Jóvenes

Una mirada sobre las miradas a los jóvenes

42 PARAJUANITO
 Red Espacios de Jóvenes

¿Cómo vemos a los pibes? ¿Cómo se ven? ¿Qué ecos tienen

nuestras miradas sobre cómo se perciben a sí mismos?
¿Qué escuchamos de ellos? Reflexiones provocadas por el
recorrido de un educador en el Programa Envión con sede
en la Escuela La Salle de González Catán

Por Gastón Nuñez

Este relato nace desde mi experien-
cia en el programa Envión que trabaja
con jóvenes en situación de derechos
vulnerados, inserto en Gonzalez Catán
(Pcia. de Bs. As.) dentro de la Funda-
ción Armstrong.
Al tratarse de un tema que impacta
emocionalmente, que produce temor,
rechazo, angustia, curiosidad, nuestra
percepción de él se tiñe de todos estos
elementos y resulta difícil acercarse
objetivamente. Así lo que pensamos,
lo que sentimos y por ende, cómo ac-
tuamos, está guiado por las represen-
taciones que socialmente se van con-
figurando y sobre las que construimos
nuestras opiniones. Todos tenemos al-
guna opinión formada sobre este tema,
no importa cuál sea nuestro nivel
educativo, nuestra extracción social.
Decimos “adolescentes” y esta palabra
nos resuena de manera particular, nos
evoca distintas imágenes.
Una de las cosas que pensábamos,
que nos interpelaba cuando nacía este
proyecto de tener una sede de Envión
en la Fundación Armstrong, era cómo
hacer que el mismo tenga sentido en
la vida de los pibes del/los barrios que
debíamos atender. Sabiendo que nos
estábamos embarcando en una tarea
difícil, pero con la absoluta convicción
de que lo queríamos hacer a concien-
cia, queríamos asumir esa pregunta en
el armado del diseño del proyecto, en
su puesta en marcha y en nuestra me-
diación de educadores: que lo que hi-
ciéramos tuviera sentido en sus vidas.
Los jóvenes con los que comenzamos
a trabajar eran aquellos a los cuales
por diferentes cuestiones ya las insti-
tuciones no estaban pudiendo aten-
der, entonces, y como dije antes, nos
preguntábamos, ¿Cómo hacerlo? ¿Qué
hacer? ¿De qué manera? ¿Cómo pensar
“institucionalidades” que los pudieran
atender significativamente?
Empezamos a ver que estos jóvenes
estaban encasillados arbitrariamente
por la sociedad adulta, como los cho-
rritos, los drogones, los que ya estaban
perdidos y no se podía hacer más nada
con ellos. Y nadie se había detenido a
ver qué pensaban ellos, qué querían
ellos, qué esperaban ellos. Es por eso
que hablo de arbitrariedad de parte de
los adultos, como si la vida de los jóve-
nes se tratase de una mera reproduc-
ción social. Sí es verdad que un pibe
que vive dentro de una familia frag-
mentada, en un barrio muy humilde,
sin acceso a las necesidades básicas de
alimentación, educación, amor, puede
tener lamentablemente más posibili-
dades de caer en reproducir lo vivido,
que en vivir de otra manera.
Es por todo esto que empezamos a
pensar un proyecto donde lo central
fuera la palabra del pibe, para que ellos
pudieran comenzar a decir qué les pasa
con estas cuestiones que están vivien-
do en sus cotidianos. De esta forma
dejarían de ser objetos, para ser lo que
nunca debieron dejar de ser: sujetos.
Los pibes comenzaron a venir a la sede
de diferentes maneras, algunos venían
de otra sede del Programa Envión,
otros mandados por el juzgado, y otros
son los del barrio, los que paraban en
la esquina y supuestamente ya no se
podía hacer nada con ellos. Sus vidas
me interrogaban sobre los lugares que
como sociedad les asignamos: lugares
en los discursos, en los programas, en

PARAJUANITO 43
 Red Espacios de Jóvenes
los sentimientos, en los intereses, en
los espacios públicos, en las institucio-
nes. Los que empezaron a venir, venían
retaceados de posibilidades. Para mu-
chos los pibes que venían son los dro-
gones, son los chorritos, los que cada
día están peor. Se ocupan de hablar de
ellos, no con ellos ni junto a ellos.
Aquí hay un gran error desde mi pun-
to de vista. Porque muchos no se to-
man el trabajo y la responsabilidad de
hablar con los pibes. Ellos tienen voz:
su palabra debe tener valor y debe ser
respetada. Entonces, ¿por qué no per-
demos el/los miedos y nos damos unos
segundos para hablar con los jóvenes?
Entenderíamos de esta forma, que
nada está perdido, y que los pibes por
más que estén pasando por momentos
duros, son capaces de diferenciar entre
lo que está mal y lo que está bien. De
esta manera por lo menos hablaríamos
de los temas que nos preocupan y a los
cuales no sabemos cómo atender. De
esta manera comenzamos a darle va-
lor a lo que hacen, y estamos haciendo
que comiencen a hacerse y a hacernos
cargo de lo que están haciendo. Si los
44 PARAJUANITO
pibes están así (y con esto no hago
ningún descubrimiento), es porque
hubo/hay una sociedad adulta que no
se ocupó, que hizo la vista gorda (como
decían los abuelos), que no inició, que
no escuchó, que no quiso atender esta
situación por la que estaban y están
transitando nuestros jóvenes. A veces
caemos en el error de creer que de lo
que no se habla no existe, lo que no
se dice desaparece y esto no es así. La
gente ve a los pibes en una esquina y
tiene miedo, aprietan sus carteras, sus
billeteras, bajan sus miradas en señal
de invisibilidad, tratando de no “ser ro-
bados”, pensando que están drogados.
Todos estos miedos se desarmarían si
uno se sentase a hablar con los pibes
para ver qué está pasando.
Una vez uno de los pibes me dijo:
—Yo estoy en la esquina porque es
el único lugar donde me escuchan,
donde tengo un momento con pibes
de mi edad, con los cuales puedo ha-
blar de cosas que no puedo charlar
en mi casa, porque mis viejos están
en otra, porque cada día intento es-
tar ahí para salir un rato de mi casa,
para no ver las peleas continuas que
se desatan día a día con mis padres.
Este lugar pequeño que les dejamos a
los jóvenes: la esquina. Lugar de con-
finamiento, exclusión, señalamiento,
enjuiciamiento y condena.
Uno mira los medios masivos de comu-
nicación y sólo ve muerte; o ve que se
está tratando un proyecto de ley para
la baja de edad de imputabilidad; o que
pibes chorros roban un supermercado;
o que la droga los está matando como
moscas. Al mismo tiempo nos bombar-
dean con imágenes tan irreales como
un pibe, que para poder ser el mejor
en lo suyo, debe tener zapatillas Nike.
Muestran a los mejores modelos con
las mejores pilchas. Jamás mostrarán
a una persona trigueña en una propa-
ganda. Es por eso que los pibes quieren
tener las zapatillas más caras, las ropas
que usan los polistas. Por intentar per-
tenecer. Jamás hablarán de las cosas
lindas que suceden y que son realiza-
das por jóvenes de este país, y menos

por cosas lindas que suceden y que son
realizadas en las esquinas.
Hablando con un alumno al cual yo le
daba clases y quien no podía llegar con
mis propuestas de ninguna manera,
para el cual todos los días preparaba
diferentes estrategias y ninguna pare-
cía llegarle e interesarle, un día y luego
de que en toda la mañana y como era
habitual no había trabajado, le pre-
gunte:
—¿Vos por qué no trabajás?, ¿por
qué no llevás un cuaderno con lindos
dibujos a tu casa, con buenas notas,
para que tus viejos se pongan con-
tentos, te feliciten?
La respuesta del alumno de 9 años fue:
—Para qué voy a trabajar si mis vie-
jos ni miran mi cuaderno, si mis vie-
jos viven conmigo y casi no los veo.
Le respondo:
—Bueno para que tu hermano cuan-
do te mire el cuaderno se ponga
Red Espacios de Jóvenes
contento al ver que tus notas han
mejorado, que tu cuaderno está más
prolijo, y que estás trabajando a la
par de tus compañeros.
La respuesta fue:
—A mi hermano no le importa nada.
Desde ese día me di cuenta de que yo
debía ser quien revalorizara su cuader-
no día a día, incentivándolo, con pala-
bras de aliento, escuchándolo, tratan-
do de aportar a su vida algo que para
él ya no existía. Pero siendo claro con
las cosas que no se podían hacer den-
tro del aula, ayudándolo a ser parte de
un entramado social al cual se debía
poder insertar y pertenecer.
Hablando con un amigo el otro día
caíamos en que las subjetividades de
los pibes están bastante desgastadas.
¿Y cómo queremos que estén estas
subjetividades si nosotros los “adultos”
quienes en teoría debemos hacernos
cargo de brindarles educación, amor,
bienestar físico y psicológico, no lo es-
tamos haciendo?
El joven necesita de un apoyo, de un
palenque donde rascarse, donde re-
currir cuando las cosas ya no están
funcionando, cuando los horizontes
parecen cerrarse, donde ya no quedan
motivos porque avanzar. Tampoco de-
bemos caer en el mero discurso que in-
tenta aliviar males. Junto con los pibes
d ebemos construir una mirada colec-
tiva a una misma “problemática”, para
juntos encontrarle una mejor salida.
Freire plantea, que la palabra dice y
transforma mundo. La palabra viva es
diálogo existencial. Expresa y elabora
el mundo en comunicación y colabora-
ción. El diálogo auténtico es reconoci-
miento del otro y reconocimiento de sí
en el otro. Es decisión y compromiso en
la construcción del mundo común. |J|
*
Gastón Nuñez
Maestro. Referente del
Programa Envión (Sede
Escuela La Salle, González
Catán)
PARAJUANITO 45
 [ TRAMAS Y TIEMPOS ]
E
l Laucha dice que no hay que de-
jarse pasar por arriba. Que Saler-
no y la Gorda Galíndez son dos
reverendos hijos de puta. Que si pasa
esta, pasarán otras. Que en otros tiem-
pos, a otros compañeros, se los lleva-
ron puestos; que ya no más. Lo mismo
dijo cuando fue lo de la marcha por
la modificación del plan de estudios;
lo mismo, casi, cuando fue la senta-
da en el patio para que reincorporen
a los pibes de quinto. Dice que tene-
mos que luchar. Que si estamos uni-
dos nadie nos va a joder, que si vamos
juntos podemos conseguir más cosas y
hacer valer nuestros derechos; nadie
logra nada de a uno, dice. Y la verdad
que desde que el Laucha ganó la con-
ducción del Centro andamos mejor: el
bar está más barato, la fotocopiadora
está bien, los profes nos dan más bola,
tenemos más fiestas, campeonatos de
fútbol, actividades piolas. Se ve que el
pibe la mueve. O quizás sea el partido
el que le da cabida y entonces consi-
gue cosas. Quién sabe. A veces no se
le entiende mucho lo que dice, pero es
porque está por terminar y sabe más;
mas cosas, más palabras. A la novia se
le entiende más; es más chica, está en
46 PARAJUANITO
tercero, pero le mete al Centro tanto
como el Laucha. Linda la Sofi, un poco
machona, pero está buena, buena. Casi
tanto como la Domínguez, pero menos
arregladita.
Carla Domínguez es de esas pibas de
las que no te olvidás así nomás. Ella se
encarga de que no te olvides. O bien
porque se te acerca y te chamuya y te
confunde y te creés que te tiene ganas
y caés como un boludo, o bien porque
ni te mira en todo el secundario, ni te
registra y ya, aunque te sientes en el
banco de al lado. Carla dice que lo de la
toma es una pelotudez, que van a ter-
minar echándonos a todos a patadas.
Dice que Salerno es un director serio,
que hace las cosas bien, un tipo bien,
y dice que nosotros somos unos pen-
dejos agrandados que no sabemos un
carajo y que alguien nos tiene que po-
ner en nuestro lugar; en cambio Galín-
dez no le gusta tanto, quizá porque es
mina, no se. Repite siempre lo que su
viejo nos dice cada vez que vamos a la
casa a hacer algún trabajo para el cole:
a la escuela se va a estudiar. Ella dice,
además, que no podemos seguir per-
diendo días de clase y que, si cada uno
se esfuerza, va a andar bien, que todo
es cuestión de dedicarse y no hacer
quilombo. Cuando lo dice se pone tier-
na, pone cara de chica buena, aunque
la verdad que mucho parece que no le
funciona lo que propone porque anda
para el culo en casi todas las materias.
Hay un grupo de pibes y chicas que la
siguen; las chicas, porque me parece
que les gusta juntarse con la más linda,
y los compañeros, ya sabemos por qué:
en algún punto guardan la esperanza
de que la pendeja les dé cabida. A la
Carla no se le conoce novio ni amigo
ni nada; al menos en la escuela. Solo
se la vio un rato con Fideo, pero hace
más de un año; nada más. Y la verdad
que algo de razón tiene la Carla con

eso de las horas de clase; ya pasamos
agosto y, entre paros docentes, feria-
dos, sentadas, faltazos…, nos pasamos
más de la mitad de los días de clase,
sin clases. Increíble que Carla y Sofía
sean amigas, tan diferentes, pero más
increíble aún es que Fideo y el Laucha
sean hermanos.
Fideo maneja el bar con tanta delica-
deza y eficacia como elude rivales en
una cancha de fútbol. Nadie le quita
la pelota a Fideo Mansilla, no si antes
no lo bajan de un planchazo o de un
empujón. Qué habilidad que tiene ese
flaco, la puta. Mansilla, el menor de los
Mansilla, el de cuarto, Fideo, dice que
el asunto es grave, que no se puede
prohibir a los alumnos usar el patio del
colegio para los campeonatos de fútbol
y las fiestas de graduados. Dice que el
director y la vice son dos fachos, así los
llama, fachos, y en eso coincide con el
hermano; en realidad coinciden en casi
todo, aunque no en todo. Dice que hay
que hacer algo, sí, pero que la toma es
demasiado; dice que con una toma lo
único que hacemos es empeorar las
cosas, que ese no es el camino, que hay
que pensar otras alternativas menos
violentas. Y dice además que lo que
hagamos lo tenemos que decidir entre
nosotros, los alumnos, sin que se metan
los partidos, dice Fideo mientras juega
con su pañuelo rolinga gastadísimo. Y
ahí se agarra a las trompadas con el
Laucha. Le pone huevos el pendejo, no
se queda quieto un minuto; hubiera
ganado la conducción del Centro de no
ser por el apoyo que le dieron a su her-
mano; se quedó solo remando contra
los afiches, las banderas, los discursos,
las reuniones, los invitados, las fiestas,
las charlas y los regalitos que llegaban
desde las agrupaciones que apoyaban
al Laucha. Raro lo que pasó, porque él
[ TRAMAS Y TIEMPOS ]
y su grupo laburan a full por el colegio,
pero los que ganaron fueron los otros. Al
menos les dieron el bar, aunque creo que
se lo dieron porque Fideo es el hermano
del Laucha, nada más que por eso. Fideo
habla poco y bastante más fácil que el
Laucha; desde atrás de la barra conversa
lo mínimo y putea porque dice que los pi-
bes prefieren comprar morfi afuera, o se
traen boludeces de la casa, aún sabiendo
que en el bar las consiguen más baratas.
Ese es el caso de Mancuello, que prefie-
re morirse de hambre antes que comprar
algo en el bar el Centro de Estudiantes.
Lo que dice Mancuello es que le chupa un
huevo lo que pase en el cole. Dice que lo
único que le interesa es terminar lo an-
tes posible y no le importa cómo; tiene al
viejo viviendo afuera y entonces se quiere
rajar y ya. Y a la mierda con las tomas, las
sentadas, el Centro, las asambleas y todo
lo demás. Me chupa un huevo, repite con
una cara de nada que asusta. Y no es el
único. Quizá sean los ‘mancuellistas’ la
mayoría silenciosa del colegio, militantes
no declarados, aunque tremendamente
activos. Él y los que son como él prefie-
ren no estar en las discusiones; putean
PARAJUANITO 47
 [ vividores de relatos ]
cuando las asambleas copan el patio
y no tienen lugar para sentarse tran-
quilos. El Mancue dice: estoy harto de
perderme los recreos con giladas que
no tienen nada que ver con nosotros;
no entiende cómo algunos profesores
se prestan a esas movidas. Cuando fue
lo de la sentada simplemente faltaron
a clase ese día sin explicación alguna.
Mancuello dice que todo lo que pasa
en el cole es política y que a él la po-
lítica no le interesa para nada y que si
se trata de hacer amigos él ya tiene
suficientes y no necesita hacerse más
en el colegio. Y dice que le da lo mismo
si echan a dos o tres compañeros, o si
se puede jugar a la pelota en el patio
los sábados a la mañana o no, o si Sa-
lerno y Galíndez deciden suspender los
recreos o prohibir lo que sea. Yo quiero
terminar e irme al carajo, dice. Y no es
mal pibe el Mancue. Si puede pasar-
te data en medio de una prueba, te la
pasa; y además es una masa cuando lo
llaman a dar lección al frente, chamu-
ya como el mejor, lo profes lo aprecian.
Nadie habla demasiado con él ni de
cosas demasiado importantes; lo único
que se sabe de su familia es que el vie-
jo vive afuera, no más. En las reunio-
nes de padres tampoco han visto a su
mamá; algunos dicen que murió. No se
le conocen hermanos. Él hace la suya y
no jode a nadie: ese es Mancuello.
Y este soy yo: viendo si voy a la toma
o qué. Tironeado por todos lados. Mis
amigos cercanos no van a ir. Los viejos
no los dejan. Aunque no sé cuántos de
48 PARAJUANITO
Foto original: Victoria Gesualdi.
En: http://revistaanfibia.com
ellos irían si los dejasen; la verdad que
no sé. Mi viejo dice que decida yo. Y
entonces le agradezco y lo puteo a la
vez, porque me mete en un quilom-
bo: tener que decidir. Él me cuenta
que cuando tenía mi edad se prendía
en todas, pasaba la vida en el colegio,
participaba de cuanta boludez se ar-
maba con los pibes. Pero también me
dice que eran otros tiempos, que no se
puede comparar, y entonces me deja
de nuevo en pelotas. La vieja no se
mete, pero sé que va a estar feliz de
la vida si me quedo esa noche en mi
cuarto viendo una peli, no hay dudas. A
mí el Laucha me cae rebien. Me parece
de diez lo que propone, aunque no le
entienda todo lo que dice. Me parece
que hay que estar ahí, con los pibes,
que va a estar bueno pasar la noche
en el colegio. Le tengo un poco de ca-
gazo a Salerno, que es un hijo de puta
en serio; pero si somos bocha los que
vamos: ¿qué nos va a hacer?, ¿nos va a
echar a todos? Pero también es cierto
lo que dice Domínguez: ¿cuándo carajo
vamos a estudiar?, porque los quilom-
bos van a seguir; ahora es lo del patio,
pero se habla que la semana que viene
hay un par de marchas al Ministerio en
conmemoración de no sé qué cosa, y
después vienen las elecciones del Cen-
tro, y después quién sabe. Y la verdad
que a mí no me va lo de hacerme el
pelotudo como el Mancue. Hace casi
tres años que estoy en el colegio, mu-
cho tiempo; tengo a mis amigos, me
divierto, veo cosas que me interesan.
Y me quiero recibir lo antes posible,
claro, pero mientras tanto quiero ser
parte de lo que pasa; me gusta. Lo que
no sé muy bien es cómo ser parte, ni
cuándo, ni en qué medida meterme; si
mucho, si poco, hasta dónde. Un ver-
dadero quilombo. Si voy a la toma la
mitad de mis amigos me va a empezar
a mirar raro, si no voy, la otra mitad, la
que sí va, me va a tomar por cagón, o
por rati. Y la verdad es que tengo ami-
gos de los dos lados, y entonces tengo
que decidir. Y no es tan fácil sumarse
a una movida de estas. Hay que tener
huevos, poner en cuerpo, hay que ex-
ponerse, hay que jugarse. Pero a mí me
parece que vale la pena estar con los
pibes, hacer por un ratito como si la
escuela fuera nuestra, defender lo que
nos parece que está bien. ¿Pero será
que es nuestra, en realidad, la escue-
la?, ¿será que está bien lo que estamos
defendiendo, la forma de hacerlo?, ¿o
será cualquiera esto de la toma?
Qué quilombo. La puta. |J|
*
Félix Bombarolo
Argentino, arquitecto, sociólogo y
especialista en diseño, gestión y
evaluación de políticas y programas
sociales. Estudió y se dedicó a la
narrativa de ficción. Ha diseñado
y coordinado diversos programas
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