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Justificación

La presencia de la agresividad en las diferentes instituciones encargadas del cuidado y enseñanza


de niñas, niños y adolescentes, se ha convertido en un fenómeno que cada día toma más fuerza y
es representado y ejercido como acoso escolar o Bullying en donde conductas como las
agresiones, intimidaciones, burlas, acoso e insultos son más frecuentes entre los estudiantes, lo
que ha generado un índice alto de deserción estudiantil, ausentismo escolar y creación de
pandillas o grupos que terminan en enfrentamientos violentos entre las niñas, niños y
adolescentes de las diferentes instituciones educativas, por tal motivo nace la necesidad de
enseñar a los estudiantes diferentes estrategias que les ayuden a tener vínculos saludables entre
pares por medio de la sensibilización grupal, inculcando en los estudiantes actitudes, valores y
normas de convivencia positivas y fomentando relaciones interpersonales cordiales y mutuamente
satisfactorias a través de la lúdica y el aprovechamiento de tiempo libre, para así poder mitigar la
aparición de este tipo de conductas agresivas en los estudiantes.

El argumento global, para trabajar con la agresividad en niños es que la agresividad puede tener un
impacto negativo en su desarrollo físico, emocional y social. Aquí hay algunos argumentos más
detallados:

Mejora la salud emocional y física: La agresividad puede causar un estrés emocional significativo
en los niños, lo que puede llevar a problemas de salud mental como la ansiedad y la depresión.
Además, el estrés también puede tener un impacto negativo en la salud física de los niños. Trabajar
con la agresividad puede ayudar a reducir el estrés y mejorar la salud emocional y física de los
niños.

Fortalecer las habilidades sociales: La agresividad puede afectar negativamente las relaciones
sociales de los niños y limitar sus habilidades para interactuar con otros. Al trabajar con la
agresividad, se pueden enseñar habilidades sociales efectivas para manejar situaciones de
conflicto y fomentar relaciones saludables con los demás.

Mejora el rendimiento académico: La agresividad puede distraer a los niños y dificultar su


capacidad para concentrarse y aprender en la escuela. Trabajar con la agresividad puede ayudar a
mejorar la atención y la concentración de los niños, lo que puede llevar a un mejor rendimiento
académico.

Previene la violencia: La agresividad puede ser un precursor de la violencia en la vida adulta.


Trabajar con la agresividad en los niños puede prevenir futuros comportamientos violentos y
fomentar una sociedad más pacífica y segura.

Se debe comprender las situaciones en las cuales los niños se encuentran a diario, teniendo en
base los recursos disponibles, conocimientos, maneras de vivir entre otras situaciones que se
presentan. Así mismo debemos de conocer las actividades y recursos que le brinda la Fundación
Ana Valentina a cada uno de los niños de acuerdo a las necesidades, capacidades y edades. Con
base a esta información se realizará diferentes actividades para mejorar el manejo de emociones y
reconocimiento personal; se trabajará conjuntamente de acuerdo a las edades para el
fortalecimiento de las relaciones interpersonales, en donde se tenga en cuenta la percepción de
los niños y niñas, voluntarios de la fundación y los padres de familia, realizando un apoyo
colaborativo entre las partes antes descritas, permitiendo a cada uno de los niños y niñas realizar
actividades de manera lúdica y actividades extracurriculares de aprendizaje. Cada uno de los niños
reconocerá la importancia de cómo se deben identificar, manejar y controlar las emociones,
posteriormente se enfocará en el proceso de mejorar el autoestima tanto físico, emocional, social y
personal. De esta manera se le dará a entender a los niños que estos temas son indispensables
para el diario vivir de cada uno de ellos, esto se debe manejar de forma responsable para tener un
gran éxito durante el crecimiento personal.

Para concluir, trabajar con la agresividad en los niños puede mejorar su salud emocional y física,
fortalecer sus habilidades sociales, mejorar su rendimiento académico y prevenir futuros
comportamientos violentos. La importancia de esta intervención permitirá a los niños y niñas
identificar los puntos débiles de acuerdo a la autoestima en sus diferentes ámbitos y así mismo
fortalecer mediante las diferentes actividades lúdicas y extracurriculares de acuerdo a las edades
del desarrollo.

En resumen, trabajar en la prevención y tratamiento de la agresividad en los niños es esencial para


su desarrollo saludable y su capacidad para establecer relaciones positivas y constructivas con los
demás. Al proporcionarles herramientas prácticas para manejar situaciones conflictivas y promover
un ambiente seguro y positivo, se les brinda la oportunidad de crecer y desarrollarse de manera
saludable, y de convertirse en adultos responsables y bien adaptados en el futuro.

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