Señala la necesidad de acompañamiento que tienen para la realización de
las actividades de la institución y qué instrucciones se pueden facilitar.
El/la profesional en atención sociosanitaria deberá ser capaz de reconocer y
valorar la forma más adecuada de efectuar el acompañamiento a las personas residentes en las actividades de la vida diaria. Teniendo en cuenta las características e intereses de cada persona para la realización de dichas actividades de la vida diaria, con el objetivo de dar una correcta respuesta individualizada centrada en la persona.
Como profesionales debemos tener en cuenta que una tarea de gran
importancia para el profesional en atención sociosanitaria durante su labor de acompañamiento es descubrir los aspectos más estimulantes para cada persona, de forma que éste mantenga una actitud activa y participativa. Y para ello es fundamental tener en cuenta aspectos de su biografía, y preservar sus gustos, intereses y preferencias. Sobre todo tener en cuenta que la asistencia del/de la profesional sociosanitario debe de ser de realización de la actividad cuando el/la usuario/a no pueda llevarla a cabo por sí mismo (asistencia física máxima), de apoyo en la realización de la actividad cuando el usuario precise ayuda para llevarla a cabo (asistencia física parcial) y de supervisión en la realización de la actividad cuando el usuario pueda realizarla por sí mismo (supervisión-preparación). El/la profesional de referencia encargado de cada persona residente deberá instruirle acerca de cada una de las actividades de la vida diaria (aseo, alimentación, vestido, uso del retrete ...) a realizar adaptando sus recursos comunicativos a las necesidades especiales de comunicación que sobre todo presenta Antonia con demencia senil. En aquellas actividades de la vida diaria en las que la persona tenga total autonomía se le dejará que las haga por sí sola. Las actividades básicas de la vida diaria en las que las personas no dispongan de la suficiente autonomía para realizarlas por sí solo se le prestarán ayuda. Estos apoyos pueden ser de baja intensidad: supervisión, a la preparación de los materiales; o de más intensidad; asistencia física parcial o sustitución. En general, antes de pasar a realizar a la actividad se le explicará a la persona lo que se va a hacer. Se debe fijar un objetivo, que va a ser el restablecer dentro de sus posibilidades la autonomía para poder realizar la actividad por sí solo o bien realizarla con nuestra mínima ayuda. Una vez fijado el objetivo se le pedirá su colaboración para realizar la actividad y se le explicará el procedimiento que se va a seguir. Una vez que se termine se debe reforzar positivamente a la persona para que siga motivada en la realización de las actividades de autocuidado. Durante la realización de la actividad no se debería dejar sin supervisión a la persona si de esta manera se sentirá más segura. • Ángel de 75 años, hay muchas actividades que puede realizar solo, se le darán las instrucciones correspondientes y los sistemas alternativos necesarios (por ejemplo: platos y cucharas especiales) para realizar las actividades de alimentación e higiene. Habrá que darle instrucciones sobre cómo utilizar los distintos productos de apoyo. Utilizaremos técnicas de modificación de conducta (refuerzo positivo y economía de fichas). Utilizaremos el refuerzo positivo para incrementar estas conductas y cuando le observemos motivado y más alegre o participativo. No necesita apoyos para tomar decisiones y es continente. Así que de ninguna manera tomaremos decisiones por él y respetaremos sus gustos y decisiones.
• Antonia de 80 años, presenta una dependencia que requiere la asistencia
continua de un profesional para realizar las actividades de la institución. En todo momento se le indicará lo que se está haciendo, pero tendremos en cuenta su biografía e intereses previos: cómo le gustaba peinarse o vestirse, entre otros. Si no quiere colaborar o rechaza los cuidados tendremos que utilizar la empatía y validar su estado emocional como respuesta a algo que no se está adaptando a sus necesidades y capacidad de compresión en ese momento
• Enrique de 70 años, se fomentará la realización de actividades de forma
autónoma y se trabajará la motivación. Reforzaremos positivamente que realice las actividades de la vida diaria de forma autónoma, motivándole sin sobreproteger o infantilizar el trato. Preservando sus gustos, preferencias e inquietudes, explicándole los beneficios que le supondrá su participación en ellas. Tendremos que ser constantes y reforzar cualquier esfuerzo que haga por colaborar. Se podría involucrar a la familia en este aspecto.