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vertidas en éstos son responsabilidad exclusiva de los autores.
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Navegando Revista electrónica semestral de ciencias, política y cultura, junio de 2009.
Editado por José Pantoja Reyes, calle Joaquín Beltrán, Núm. 82, Col. Granjas Valle de
Guadalupe, Ecatepec de Morelos, Estado de México, CP. 55270, Tel. (55) 50963815;
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de Licitud de Titulo y Certificado de Licitud de Contenidos en trámite. Registro de ISSN en
trámite ante la dirección General del Derecho de Autor de la SEP, México. Prohibida la
reproducción parcial o total en cualquier medio
resentación
PRESENTACIÓN
Alejandro Pinet P.
ARTÍCULOS
¿Industria inexistente? (“cine de ficheras” en los ochenta) 4
Jesús Ramírez Ferreiro
PALABRAS DE PAPEL
RESEÑA
.
Artículos
Imagen en:http://quenpompo.com/2013/07/las-siete-nuevas-
Imagen: http://www.surtidoradonbatiz.mx/mauricio-garces-el-galan-de-galanes/ peliculas-de-cine-de-ficheras/ Imagen en: http://enfilme.com/notas-del-dia/el-cine-de-ficheras
A finales de los ochenta el panorama de la industria fílmica nacional era para muchos
desolador, la mayoría de las películas que se producían eran demasiado pobres en contenido
estético e intelectual. Como lo señala Raúl Miranda López (2002), clasificar las películas de
esos años es sumamente complicado, porque los conceptos y las categorías que existen en
los géneros cinematográficos tienden a poner énfasis en los logros estéticos y técnicos que
las películas ofrecen.
La historia del cine es, para la mayoría de los críticos, el de las películas que logran
trascender por la excelente factura de su fondo y de su forma. Las demás películas quedan al
margen y fuera de los estudios “serios”; las excluidas no merecen ningún tipo de
conceptualización, sirven como un parámetro o referente para destacar a las que
consiguieron traspasar las fronteras de su tiempo y se convirtieron en piezas genuinas de
arte.
La historia oficial del cine sigue dejando de lado las películas de “ficheras”,
estigmatizadas por su pobre factura estética e intelectual. Los críticos, cinéfilos e
historiadores que las consideran no siempre están preocupados por profundizar en ellas. Si
las películas marginadas “carentes de fondo y contenido”, que atendían las exigencias de un
público que sólo buscaba entretenimiento, no merecen la atención por la aparente sencillez y
vulgaridad de su enunciación, ¿por qué no tenemos libros que nos puedan hablar de sus
características simples? Entrar al universo de estas películas parece sencillo, pero no lo es, a
pesar de que los críticos se fijan en las películas que gozan de un prestigio y un discurso
elaborado y en las estéticas cinematográficas que marcan nuevos paradigmas. Las películas
rechazadas por la historia oficial tienen en su contenido una tendencia estética, que responde
a diversos factores como los bajos costos de producción, poco tiempo para ser filmadas y a
una lógica de mercado en el que se invertía poco para obtener cuantiosas ganancias.
El cine de ficheras tomó su estilo del teatro. El actor Eduardo de la Peña (Lalo, “el
mimo”) convenció al productor Guillermo Calderón, quien venía de un rotundo
fracaso con una película sobre la Virgen de Guadalupe, de incursionar en un
mercado totalmente inédito para el cine mexicano. Fue así que el actor llevó al
productor a ver la comedia “Las Ficheras” de Víctor Manuel Castro Arozamena
(“El Güero” Castro) al Teatro Principal; había sido un éxito teatral con 2 mil 500
representaciones consecutivas. Algunas autoridades impidieron que la película
tuviera el mismo título que la obra de teatro, así que la cinta se exhibió como Bellas
de noche en el cine Roble; fue un éxito y tal fue el aforo que se decidió exhibirla en
34 salas (López).
Su origen teatral es innegable, la mayoría de los cuadros que se ven en las películas son
tomas fijas y abiertas. La películas fueron exitosas y rentables, como La pulquería, de
Víctor Ugalde, que recaudó en taquilla cien veces más de su costó original (Fernández,
2008). Pero más allá de la estadística curiosa, se debe reparar en la significación de este
fenómeno.
La mayoría de las secuencias de la película La pulquería se llevan a cabo en este lugar;
no se construyó ningún set para recrear la atmósfera del barrio, sino que se filmó en una
locación que ya existía, debido a una razón que responde a los costos de producción:
desaparecer la creación de un set porque es costosa, tardada y requiere un minucioso tiempo
de pre-producción; en cambio, una locación elimina esos gastos. En la película las
secuencias se llevan a cabo en este mismo lugar o en exteriores. La cámara se mantiene fija
una buena parte de la escena, los actores se están moviendo dentro de cuadro y se cuida que
el resto de los actores no se pierdan; el corte de edición llega cuando un actor con un foco
Conclusiones
Si el cine de ficheras o sexycomedias hizo daño al limitar la creatividad de los directores y
productores al poner el cine al servicio de la trampa de la oferta y la demanda, también es
cierto que permitió que la industria del cine (en los términos comerciales y económicos, con
el que se debe entender el término) tuviera una continuidad, que no se diera por perdida. La
recriminación al cine de ficheras viene de aquellos críticos y directores que esperaban que el
cine tuviera un papel cultural y social, pero en el fondo, el período es una continuación del
considerable número de volúmenes de películas producidas desde finales de los cuarenta.
Ayala Blanco, Jorge. 2000. La fugacidad del cine mexicano. Océano. México.
Ciuk, Perla. 2000. Diccionario del cine mexicano. CONACULTA-Cineteca Nacional.
México.
Fernández, José Antonio. 2005. Telemundo, en “Entrevista con Rafael Inclán”. No. 82, 14
de abril.
2008. Telemundo, en “Entrevista a Víctor Ugalde”. No. 99, febrero-marzo.
Fernández Violante, Marcela. 1998. Estudios cinematográficos, en “Lágrimas y risas: la ley
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García Arriera, Emilio. 1998. Breve historia del cine mexicano. Map. México.
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García Tsao, Leonardo. 1989. Dicine, en “Los ochentas. Poco sexo, muchas mentiras, todo
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López Hernández, Francisco. http://www.tva.com.mx/detalle1249.html. Consultado el 21 de
julio 2011.
Miranda López, Raúl. 2002. Del quinto poder al séptimo arte. Cineteca Nacional,
CONACULTA. México.
Ah que viejas canciones tan calientes. Dirección: Víctor Manuel Castro. Guión: Oscar
Fentanés. Producción: Cinematográfica Filmes y Zyanya Producciones. México, 1985.
Bellas de noche. Dirección: Miguel M. Delgado. Guión: Víctor Manuel Castro y Francisco
Cavazos. Producción: Cinematográfica Calderón. México, 1974.
Chile Picante. Dirección: René Cardona Jr. Guión: René Cardona Jr. Producción:
Cinematográfica Filmex y Productora Fílmica Real. México, 1983.
El día de los albañiles. Dirección: Adolfo Martínez Solares. Guión: Adolfo Martínez
Solares y Gilberto Martínez Solares. Producción: Frontera Films. México, 1984.
El sexo me divierte. Dirección: Alfonso Zayas. Guión: Alfonso Zayas. Producción: Frontera
Films. México, 1986.
La pulquería. Dirección: Víctor Manuel Castro. Guión: Víctor Manuel Castro, Francisco
Contreras y Guillermo Contreras. Producción: Guillermo Calderon Stell. México,
1981.
Las novias del lechero. Dirección: Víctor Manuel Castro. Guión: Víctor Manuel Castro.
Producción: Rafael Rosales Durán. México, 1989.
Macho que ladra no muerde. Dirección: Víctor Manuel Castro y Damián Acosta Esparza.
Guión: Víctor Manuel Castro. Producción: Cinematográfica Calderon. México, 1984.
Nocaut. Dirección: José Luis García Agraz. Guión: José Luis García Agraz. Producción:
Cooperativa Kinam y asociados y Estudios Churubusco Azteca. México, 1984.
Tres lancheros muy picudos. Dirección: Adolfo Martínez Solares. Guión: Adolfo Martínez
Solares y Gilberto Martínez Solares. Producción: Frontera Films. México, 1989.
La imitación, como podrán haber notado, es obvia. En ambos textos hay más
coincidencias que diferencias. Es “evidente [según Lethem, 2007] que la apropiación y la
imitación […] forman una especie de sine qua non del acto creativo y atraviesan todas las
formas y géneros en el ámbito de la [creación]”.
Otro ejemplo de imitación es la que llevó a cabo Lope de Vega cuando, en 1631,
escribió unos de sus mejores versos —los más líricos, a decir de algunos críticos— en El
castigo sin venganza (1993: 318-321), tomando como modelo el soneto de Balbuena,
titulado “Perdido ando, señora, entre la gente” (1998):
Lope escribió su famosa tragedia cuando Balbuena ya había muerto, así que es fácil ver
cuál de las dos obras apareció primero, es decir, quién imitó a quién. Además, Lope
escribió unos versos en memoria del de Valdepeñas (1981: 44), con lo que se muestra el
aprecio que por su ingenio tenía. El mismo Balbuena, como apunta Manuel Fernández
Juncos, se inspira en sus predecesores, al escribir El siglo de oro, cuyo mayor mérito según
el mismo Fernández, es la inclusión de doce églogas, algunas de las cuales son “son felices
imitaciones de Virgilio, Teócrito, Sanazaro y otros bucólicos de fama” (1884: 37).
En este verso encontramos una gradación, es decir, una serie de conceptos ordenados
de más a menos. Ese verso llamó la atención de poetas posteriores y lo incluyeron en sus
Por supuesto, no han sido los únicos que han reutilizado tan famoso verso. En la
actualidad todavía se recurre a él, un ejemplo de ello es el texto que ustedes pueden
encontrar en un blog,1 publicado recientemente (junio del 2011) por Aníbal García.
Otro ejemplo, y muy divertido, de intertextualidad es el relato de José F. Elizondo,
titulado “Si hubiera sido de acá…” (1979: 39-43). Este es el texto:
—[…] un gachupín echador y papero que dice que es la divina garza y nos resulta
pato, si bien se mira. ¿No opina usted eso, compadre?
Así hablaba al salir del teatro, la noche del martes, Salermo Cuevas, mexicano
inconfundible, muy hombre y muy fogueado que fue a ver “Don Juan Tenorio”,
acompañado de su compadre El Meco, otro mexicano fronterizo, altote y callado,
como un poste con sombrero texano. Salieron los dos hombrotes, algo disgustados de
la representación y haciendo comentarios, a su modo, de la psicología de [don Juan].
Salermo era el comentarista; El Meco, el oyente. Caminaban a paso largo y por no
perder la costumbre se metieron en la primera cantina que hallaron abierta,
instalándose en ella frente a una mesa de piedra gris, donde se hicieron servir unos
coñaques.
—Pos sí, compadre —insistió Cuevas—. Ese Don Juan habrá sido muy diablo allá
en su tierra; pero si es de por acá y se mete en la bola no nos sirve ni para comenzar.
—Acordes —respondió lacónicamente El Meco, sin una sola contracción en la
cara hosca.
—Comienza usté desde por el vestido. ¿Usté cree que se puede ser muy hombre
como dicen que era ese Don Juan, y andar en la calle con medias de mujer? ¡Diónde!
¡Démelo usté con chaparreras o con bota fuerte y hasta de charro si usté quiere, y
1
http://poemasdeanibal.blogspot.com/2011/06/en-tierra-en-humo-en-polvo-en-sombra-en.html
2
Aunque no hay interrupciones, se pueden destacar tres secciones que corresponderían a la distribución de un
concierto para piano clásico: el primer movimiento abarcaría hasta la variación 11, el segundo, entre las 12 y
18, y el final, las demás. La parte más destacada de la obra ha sido la variación XVIII que es una inversión del
tema original de Paganini.
3
Picasso trabajó en la serie de Las Meninas desde el 17 de agosto al 30 de diciembre de 1957. Finalmente
donó los cuadros al Museo Picasso de Barcelona en 1968. “Picasso se va a permitir además de la
reinterpretación de la obra, la introducción de algunos elementos nuevos en el cuadro como palomas, retratos
de Jacqueline. Entre otras licencias hay un elemento que destaca: la disposición del cuadro, Picasso opta por
un formato horizontal, en lugar del vertical que uso Velázquez, este formato es más narrativo, se ve así
obligado a extender la imagen, bajar los techos y destacar la figura del pintor casi gigantesco”. Claustre Rafart
Planas, Las Meninas de Picasso. Barcelona, Editorial Meteora, 2001.
De pronto, me siento perseguido por la buena suerte. Todo me sale bien. Disfruto
de salud, de amor y de dinero. ¿Qué hice?, ¿qué debo hacer para merecerlo? ¿Es
una más de tus pruebas, Dios mío? (1997, 73)
4
Sobre esto puede verse el artículo de mi autoría titulado “Tras las huellas de Polifemo” publicado en la
revista anual Border Senses en el volumen 17, de junio del 2011, pp. 73-81.
el oro llueve:
en polvo por los cabellos
por brillos dispersivos enturbiándose
de su castaña-rubia puesta de sol
El comienzo oculto
Un día de verano del 2011 en la comunidad ñomdaa' de Suljaa',5 encontré por azar en la
biblioteca del pueblo un libro de León-Portilla titulado Códices, los antiguos libros del
Nuevo Mundo. En los primeros capítulos se comentan distintas reacciones ante el papel y la
palabra escrita en el Nuevo Mundo. De los tres ejemplos hubo uno que me llamó la
atención: el encuentro estaba fechado en 1514, decía (palabras más, palabras menos) que un
nahua había visto un libro español, y se sorprendió de que los europeos también tuvieran
libros.
¿Un encuentro entre nahuas y españoles en 1514? ¿No fue hasta 1519 que llegó Hernán
Cortés a estas tierras mesoamericanas? Algo no me cuadraba: el vacío en la historia
mexicana de 1492 a 1517-1521, y la existencia de un encuentro entre mesoamericanos y
españoles anterior a 1517 me llevó a preguntarme: ¿hubo más encuentros de este tipo? Y si
los hubo, ¿desde hace cuánto tiempo? Y sobre todo, ¿qué papel jugaron en la llamada
“conquista de México”? El caso de 1514 me obsesionó por varias semanas y, aprovechando
la oportunidad para presentar este artículo, decidí indagar sobre las dudas que me invadían.
El papel tradicional del habitante de Mesoamérica ante la conquista española ha sido el
de un retrasado, paciente e ingenuo espectador de su propia desgracia. Resignados caen
cientos de pueblos y reinos originarios. En la Historia general de México se lee: “Las
masas campesinas estaban acostumbradas a obedecer y pagar tributo [...] Mesoamérica, en
las condiciones del siglo XVI, era un país eminentemente conquistable para los europeos”
(Carrasco, 2007: 233). Hay una visión paralizante del mundo prehispánico, como si 30,000
años de humanidad americana se hubieran fraguado para una gran y única conflagración.
Líneas abajo se comenta que los mesoamericanos no estaban “lo bastante avanzado[s] en la
técnica militar y la organización política para poder oponer una resistencia como la de los
5
En la costa-montaña de Guerrero. El municipio recibe oficialmente el nombre náhuatl de Xochistlahuaca.
6
¡Una edición de nada menos que 30 mil ejemplares!
7
En 2006 se anunció el descubrimiento de los epigramas más antiguos de Mesoamérica: el bloque olmeca de
Cascajal, fechado en el primer milenio a. C. Lo anterior nos deja una deuda de 2,500 años en el horizonte de
historicidad prehispánico. Las limitaciones técnico-científicas son otra cosa: los textos, los epigramas, los
códices y las estelas, llevan milenos aguardando. Si hacemos historia muy reciente argumentan que estamos
haciendo periodismo; si hacemos historia muy pasada, nos dicen que es arqueología. Véase Skidmore, “The
Cascajal Block”.
8
Esta frontera se diluye lentamente hacia el sur. Vargas nos informa de tradiciones líticas Clovis (típicamente
norteñas) y Cola de pescado (sureñas) en la región desde el Pleistoceno, así como presencia olmeca desde el
Formativo. La existencia de tecnología orfebre en Monte Albán, Oaxaca, tiene su origen en Sudamérica,
pasando por Costa Rica. Nahuas-pipiles poblaron Salvador, Nicaragua y Costa-Rica en periodos post-clásicos,
mayas el occidente de Honduras.
9
La alianza Culhuacan, Tula y Otumba antecede a la fórmula Azcapotzalco, Culhuacan y Coatlinchan, que a
su vez precede a la “Triple Alianza” entre Tenochtitlan, Textoco y Tlacopan. También los valles de Oaxaca y
la Mixteca Alta se unieron para invadir Tehuantepec.
10
¿Podemos seguir pensando que las masas campesinas estaban acostumbradas a obedecer y gustosas
pagaban tributo?
Derrotas y derroteros
El amoxtli11 de 1514 y su acertijo me llevaron a buscar la respuesta en Centroamérica, más
concretamente en el inexpugnable Darién, actual frontera de Panamá y Colombia. Poco a
poco fui rascando hasta encontrarme en los viajes colombinos, en donde una serie de
encuentros y sobre todo desencuentros habían llevado a sus continuadores y a Colón, a
probar mejor suerte en otras tierras.
En 1493 llegan más de mil pasajeros en 17 naves. Las intenciones de colonia y
conquista son claras: mujeres y un contingente militar acompañan al Almirante Colón
(Varela, 1986: 12, 17, 19-20).12 Sólo hay promesas. Los conquistadores encuentran
Navidad —el primer asentamiento español— arrasado y asesinados sus 39 pobladores. Los
fracasos se suceden uno tras otro. Cristóbal Colón abandona a su suerte a la primera ciudad
en América, La Isabela, de la que en menos de cinco años quedan únicamente los fantasmas
de sus habitantes (Bernand y Gruzinski, 1996: 228). En su tercer viaje la expectativa
disminuye, sólo viajan 226 pasajeros en ocho carabelas, pierde la exclusividad y son
organizados varios “viajes menores” (Varela, 1986: 23-27), toca el norte de Sudamérica y
sufre la rebelión de Francisco Roldán. Colón, “Almirante de mosquitos”, como lo llamaban
sus detractores, es devuelto a España encadenado (Bernand y Gruzinski, 1996: 222).
Los españoles se matan entre ellos, se amotinan. El viaje es tan largo que uno de cada
tres pasajeros no llega jamás a Las Indias (Bernand y Gruzinski, 1996: 229); las selvas y
sus caníbales tragan expediciones enteras. Hay fiebres desconocidas, trampas y bichos que
atacan no sólo a los hombres: la broma —un molusco parásito de la madera— corroe los
barcos. Derrota tras derrota se va descubriendo el Nuevo Mundo. Empujado por la
11
Libro en lengua náhuatl.
12
Es el segundo viaje de Colón, el que más expectativas causó.
[…] navíos [que] recibían de la mar y de los vientos grandes golpes y combates,
[...] de los grandes trabajos y vigilias y en mares tan nuevas, enfermaron casi
todos, y el mismo almirante de desvelado y angustiado, enfermó casi a la muerte.
Al cabo, con grandes dificultades, peligros y trabajos inefables, llegó y descubrió
una isla pequeña, que los indios llamaban Guanaja (Las Casas, 1956a: 80).
Una canoa con techo de palma tejida, tan grande “como una galera” transporta
productos antes desconocidos: cacao, hachas de cobre, cascabeles, espadas de madera con
obsidiana, crisoles para fundir metal, entre otros. Reconocen un desarrollo cultural distinto,
Colón ve la prueba irrefutable que cerca se encontrará un reino, alguna provincia del Gran
Kan. Cree que los mayas que intercepta son sus súbditos. Es así como a finales de
septiembre de 1502 se abre por primera vez Mesoamérica a los españoles, Guanaja es la
puerta (Las Casas, 1956a: 80-82). Más adelante tendrá noticia de “indios que montan
animales” (Maguidóvich, 1965: 91).13
Colón secuestra indígenas para que les sirvan de guía y de intérpretes (Mártir de
Anglería, 1964: 319, 321), se dirige al oriente, donde toma el norte de Honduras en nombre
de los Reyes. En enero de 1503 funda la primera población española en el continente: Santa
María del Belén, Veragua, que es diezmada por los descontentos indígenas, a medio camino
pierde una nave y tiene las otras muy dañadas por la broma. Al llegar a Jamaica naufraga,
permanece meses a su suerte y al fin en septiembre de 1504 regresa a España, en donde
morirá tan sólo dos años después en medio de la miseria. El saldo de su último viaje es
13
Se trata de los incas, que usan llamas como animales de carga.
14
En Tierra Firme el hambre ha obligado a los españoles a comerse a un indígena
15
Éstos y otros elementos forman parte del eje de ese interesante trabajo.
16
Recordar el episodio de Colón en Veragua en 1502, mencionado en la p. 8.
17
Diez mil hidalgos se ofrecieron para colonizar Darién.
Armas y canoas
Las conquistas se dan años después de que se descubre algún lugar, nunca de manera
inmediata. Fue necesaria una acumulación de experiencia por parte de los españoles para
lograr la victoria, experiencia adquirida en una sucesión de derrotas y asimilación de
diversos patrones culturales locales.
18
La carta está dirigida al Papa León X y fue escrita en 1516. El texto en cuestión es citado por León-Portilla
y señalado en Códices para la página 395 del mismo Décadas que estoy citando, lo cual es equivocado y me
causó mucha frustración, pues no se haya sino en las 381-382. Llegué incluso a pensar en una falsificación
por parte de León-Portilla, hasta que logré no sin varios intentos localizar la paginación correcta.
19
Es un viaje de varios kilómetros en altamar.
20
Pues había llegado con Pedrarias al Darién en esa fecha.
En los libros de las Décadas anteriores [...] ha podido leerse que ciertos fugitivos
llegados a las cercanías del Darién, habiéndose admirado de los libros que usaban
los nuestros, dijeron que habían estado alguna vez en ciertas tierras cuyos
habitantes usaban instrumentos parecidos, vivían civilmente obedeciendo leyes y
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Hay una expedición pequeña al mando de Cristobal de Olid, enviado a buscar a Grijalva.
Navegantes de Occidente
En la tercera batalla de Champotón (o cerca de ahí), se aparece el Apóstol Santiago para
conducir la cabalgada. Los caballos son sólo trece, cinco son heridos en este combate
¿Temen los mayas a los gigantescos venados? No. Tampoco temen a estos hombres
venidos de lejos, —no son dioses— los combaten por tierra y agua. Flechas, lanzas,
macanas, espadas de obsidiana, lanza dardos, hondas y hachas son su arsenal.
La turquesa del área maya viene de lugares lejanos como Nuevo México. No hay
océano, pero en México-Tenochtitlán aparecen corales y espinas de manta raya. ¿De dónde
llegaron las hachas de cobre que vio Colón en 1502? ¿Cómo llegaron a la huasteca, donde
atacan a los barcos de Grijalva? América es un mundo vivo, las hachas de cobre y la técnica
metalúrgica llegaron por mar, y lo hicieron desde el lejano mundo andino (Holser, 1997),
superando una travesía de miles de kilómetros desde el norte del Perú hasta el occidente
Mesoamericano, la franja —que por el Pacífico— recorre desde Sinaloa hasta Guerrero.
El Darién fue la plataforma común para la conquista mesoamericana y la andina. A lo
largo de nuestra educación se insiste en ver a la historia desde una perspectiva nacionalista.
Se pretende hacer creer que lo acontecido en Florida, en Panamá o en Perú poco tiene que
ver con nuestra realidad y menos aún con nuestro pasado. La dimensión histórica está
enajenada también por el colonialismo, la participación indígena está limitada a un papel
secundario, anecdótico, prehistórico. La arqueología y la historia no tienen punto de
encuentro, visión especialista que niega la impresionante complejidad humana del
continente. La conquista es un hecho absoluto, sin “presecuelas”, innegable, incuestionable,
aun cuando hubo áreas del continente que tardaron en sucumbir al empuje europeo, como la
Gran Chichimeca; también hay otras áreas que derrotaron a los españoles, aunque cayeran
con potencias posteriores, como La Florida y el Wall-Mapu, la llamada Araucanía. Incluso
Lucía Rivadeneyra
A Manuel, su adjunto eterno
Nunca dictó un concepto ni solicitó trabajos con márgenes de colores; no pidió recortar
notas de periódicos, jamás hizo un examen. Sin embargo, abrió ventanas y puertas. Llevaba
al salón el aroma de la calle, la montaña y el mar e invitaba a vivirlos. Se le han hecho
muchos homenajes y en ellos siempre se habla de su trabajo periodístico y literario, de su
labor como fundador de los suplementos culturales, de sus anécdotas en viajes y cantinas,
pero de su trabajo académico se dice poco. Él era, es, Fernando Benítez, Maestro de la
Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM.
Quien esto escribe fue su alumna tres semestres, en los años setenta, dos por
cuestiones formales y uno como oyente, por el puro placer. Él fundó la llamada “sala de
redacción”, que era un salón lleno de luz, en el sentido más lato de la palabra, donde
chocaban los pájaros contra los cristales y donde se podía calcular la fuerza del viento.
Benítez llegaba en punto de las cuatro de la tarde, siempre de traje y corbata, paraguas
o portafolios en mano, pulcro y elegante a decir basta. Una vez apareció de riguroso luto.
Le comentó a su adjunto que estaban velando a su hermana en una funeraria. Éste le pidió,
casi le suplicó, que regresara, que él se haría cargo de la clase, a lo que Benítez se negaba:
“pero, cómo dejo a los muchachos”. Finalmente, logró convencerlo y se fue.
Muchas de sus enseñanzas eran anécdotas de su propio aprendizaje. Por ejemplo,
relataba cuando fue a la Selva Lacandona. Ahí lo dejó una avioneta; llevaba víveres
diversos, pan, refrescos, jamones. Cuando se disponía a comer se sintió observado. Al mirar
a su alrededor se dio cuenta de que decenas de ojos lo contemplaban. Ofreció su comida, la
cual fue aceptada. Minutos más tarde se dio cuenta de que las provisiones que eran para una
semana o más se le habían terminado. “¿Y ahora qué voy a hacer? Esa fue mi primera
lección de antropología”, contaba.
Las manifestaciones en contra y a favor del sistema de gobierno establecido por Porfirio
Díaz se intensificaron al iniciar el siglo XX: los opositores al régimen abanderaron las
necesidades de los trabajadores urbanos y rurales; y los correligionarios realizaron protestas
a favor de Díaz. Esta situación se vislumbró aún más en los procesos electorales para elegir
diputados estatales y federales, gobernadores de los estados y para presidente de la
República en el transcurso de 1910.
Este siglo se inició con cierta inestabilidad política y social, que en el transcurso de la
segunda década fue en aumento, al grado de suscitarse varias insurrecciones y movimientos
armados en el sur, norte y centro del país. Lo anterior ocasionó que los mexicanos se vieran
envueltos en una serie de eventos políticos y militares que agudizaron la crisis económica,
política y social; los poderes en los estados reflejaron esa inestabilidad con los
enfrentamientos políticos que sucedieron entre ellos y sus integrantes, como fueron los
casos de los diputados de los congresos estatales y de los magistrados de los tribunales de
justicia de los estados.
Ante esta problemática, en el presente ensayo se analizan las circunstancias en las que
los diputados de la XXIV Legislatura se desenvolvieron en su relación con el Ejecutivo del
Estado, en un período de inestabilidad política y social que marcó la Revolución mexicana.
Se plantea que, en el transcurso de 1910 a 1912, los poderes estatales de Campeche no
fueron ajenos a la sucesos nacionales, principalmente en los primeros años de la segunda
década: el Poder Ejecutivo estuvo sujeto a los cambios políticos de los líderes
revolucionarios que ocuparon la presidencia de la República y su permanencia dependió de
la relación que mantuvieron con el grupo de poder nacional. Por consiguiente, junto con el
Legislativo del Estado, buscaron estar unidos ante la problemática militar y política en la
que se encontraba el país, al grado que, en algunos casos, los gobernadores campechanos se
arrogaban funciones extraordinarias y desaparecía el legislativo; y otros, en su mayoría,
A manera de conclusión
Los poderes del estado de Campeche estuvieron sujetos a los vaivenes políticos de un
periodo de inestabilidad, con el inicio de la Revolución mexicana. Los que participaron
activamente aprovecharon el momento para mantener la supremacía del grupo al que
pertenecían, tal fue el caso de los que asumieron el Ejecutivo local en el periodo de
transición del porfirismo al maderismo.
A pesar de que Madero había triunfado y Díaz había renunciado a la presidencia, los
porfiristas en Campeche se afanaron por no cambiar la situación en la que se encontraban e
intentaron que los gobernantes, nombrados por el Legislativo, establecieran los
lineamientos políticos y sociales para mantenerse en el Poder. Los diputados de la XXIV
Legislatura, quienes asumieron el cargo de acuerdo con los científicos, apoyaron desde el
primer momento a Porfirio Díaz, pero al dejar éste el poder nacional quedaron sin un líder,
permitiendo que el Ejecutivo fuera el que marcara los pasos que debían seguir.
Fuerzas externas tuvieron que asumir la dirigencia estatal para que se diera el cambio
político local, cuando los diputados nombraron a Susarte Campos, quien realizó su carrera
política a favor de Madero en el vecino estado de Yucatán. Desde este momento, el
maderismo que encabezó Castilla Brito asumió el poder local y varios diputados se
afiliaron a esta nueva corriente revolucionaria, aunque con una participación moderada. Es
Castilla quien logra el triunfo electoral como gobernador del Estado y marca la pauta para
Bibliografía
Durante el periodo conocido como el porfiriato fue evidente el privilegio que gozó un
pequeño grupo: los beneficios generados por el llamado progreso únicamente atendieron
las necesidades de una parte muy reducida de la sociedad. La educación no estuvo fuera de
ese contexto, pues a pesar de que representaba uno de los medios más importante para el
logro del desarrollo de la población, ésta se caracterizó por su atención elitista (García,
1999: 40). Así, durante el gobierno de Porfirio Díaz se registró el mayor índice de
analfabetismo en todo el territorio nacional y las políticas educativas implementadas sólo
alcanzaron a la zona urbana, específicamente a una clase seleccionada e identificada con el
poder económico y político.
El panorama en Campeche no pudo ser otro, pues la educación no tuvo el impulso
necesario para solucionar los problemas que interesaban a la sociedad y que afectaban a un
porcentaje mayor de los mexicanos que vivían en las zonas rurales, entre haciendas y
rancherías. Se contaba con muy pocas oportunidades para obtener una educación, que
permitiera combatir el grave problema del analfabetismo, que crecía aún más si se
considera que la mayor parte de la gente adulta que vivía en el campo no sabía leer ni
escribir.1
Lamentablemente los avances en educación sólo alcanzaron a una población mínima,
ubicada en la capital del estado y Ciudad del Carmen. Las atenciones a la clase más
numerosa y necesitada eran nulas, la población rural aún no contaba con una educación que
los rescatara de la ignorancia que prevalecía en los campos del estado.
1
En Estadísticas sociales del Porfiriato 1877-1910 se reconoce que la población escolar era
aproximadamente de 33,896 menores de 15 años y únicamente 4,256 figuraban como alumnos de alguna
escuela oficial, atendidos por un total de 123 maestros en 1910 (1956: 27, 19 y 23); de estos estudiantes —
según Álvarez— sólo aprobaron la mitad de ellos, es decir, 2,184 (1969: p. 67). Se inspeccionaban 80
escuelas en total, 4 de ellas llevaban un sistema completo de seis años, 6 eran de cuatro años y las restantes de
sólo uno, dos o tres años.
2
El gobierno fue ocupado por Manuel Rojas Morano, quien a escasos días de gobierno (1-3 de julio), dejó el
lugar a Manuel Rivera (4 julio de 1913-14 de febrero de 1914). Le siguió Eduardo Hurtado Aubry (5-9 de
septiembre de 1914).
3
A.G.E.C., Boletín de Obreros y Campesinos, Gobernación, Partidos políticos, s.a.
4
Archivo Municipal de Campeche, año 1935: exp. 125.
5
Diario de Yucatán, n. 3091, Mérida, 11 de abril de 1936, p. 4.
6
Archivo Municipal de Campeche, año 1934: exp. 110. La Liga de Campesinos de Nohakal mencionó que
“[…] existen poco o menos de 26 niños de ambos sexos en edad escolar que no concurren a educarse a alguna
escuela civil, porque no la hay en ésta [Nohakal], proponiendo dirigirse a la Liga Central, para gestionar la
implantación de un plantel educacional con el objeto de que los aludidos niños no caigan en las garras de la
ignorancia, que es la fuente de todos los males: y [a] que [es] una de las principales miras del Plan sexenal del
Gobierno en nuestra República la culturización de sus habitantes [...]”.
7
Archivo Municipal de Campeche, Acta de Sesiones del H. Ayuntamiento, 1935.
8
Diario de Yucatán, n. 1750, Mérida, 26 de febrero de 1935: p. 5: “[...] ondeó en los edificios de las escuelas
de Ciudad del Carmen la bandera, durante 48 horas. [Además…] en Campeche, en la escuela federal mixta
No. 3 del barrio de San Román, se reunieron profesores federales de la capital y algunos del pueblo del
camino real donde no aceptaron el paro de 48 horas”.
9
Ibid, n. 2005, Mérida, 9 de octubre de 1935: p. 6: “[...] que las escuelas municipales se incorporen para que
la educación sea uniforme, y que en caso de que no se incorporen y funcionen de manera clandestina sean
clausurados de acuerdo con la ley”.
10
Diario Oficial de la Federación, 1934: p. 849: el Decreto que reformó el artículo 3º y la fracción XXV del
73 Constitucionales señala “[…] además de excluir toda doctrina religiosa, combatiera el fanatismo y los
prejuicios para lo cual organizará sus enseñanzas y actividades en forma que permita crear en la juventud un
concepto racional y exacto del universo y de la vida social”.
11
Cf. Archivo Municipal de Campeche, 1936; exp. 130.
FUENTES DOCUMENTALES
Archivo General del Estado de Campeche
Archivo Municipal de Campeche.
HEMEROGRAFÍA
La voz de la revolución. 1916.
Diario de Yucatán, 1935 y 1936.
Diario Oficial de la Federación. 1934.
Introducción
1
Fondo Reservado Biblioteca Campeche (FRBC). Informe que rinde ante el ciudadano Primer Jefe del
Ejército Constitucionalista, encargado del Poder Ejecutivo de la Nación, el ciudadano general Joaquín
Mucel, Gobernador y Comandante militar del Estado de Campeche. Imprenta del Gobierno del Estado. 1916.
p. 5.
2
FRBC. Informe que rinde […]. pp. 8 y 10.
3
El más importante fue el diario Los sucesos de Campeche. Semanario liberal independiente, que llevaba por
eslogan “De oposición intransigente con todo lo malo”, dirigido en un primer momento por Francisco Duarte
Cicero y después por Ramón Santamaría. Este periódico representó, más bien, a quienes en algún tiempo
detentaron privilegios políticos y económicos sustentados en el usufructo de la tierra y más adelante pudo
ganarse las simpatías de los comerciantes en desacuerdo con el monopolio de las actividades económicas de
Joaquín Mucel.
4
Archivo General del Estado de Campeche (AGEC) Los sucesos de Campeche. Semanario liberal
independiente, Campeche, 8 de septiembre de 1918, no. 8, pp. 1 y 2.
5
Hemeroteca Enrique Hernández Carvajal. Universidad Autónoma de Campeche (HEHC/UAC). Claridades.
Periódico independiente de combate e información general. Mérida, Yucatán, 30 de agosto de 1919, no, 78,
p. 1.
6
Informe que rinde […]. p. 9 y 10.
7
Los sucesos […]. p. 2.
8
Los sucesos de Campeche. Semanario liberal independiente. Campeche, 15 septiembre de 1918, no. 9, p. 3.
9
Los detractores argumentaban que al verificarse en zona marítima y no tierra adentro, no había delito que
perseguir. (AGEC). Los sucesos de Campeche. Semanario liberal independiente. Campeche, septiembre 22 de
1918, no. 10, p. 2.
10
(AGEC) Los sucesos de Campeche. Semanario liberal independiente. Campeche, septiembre 29 de 1918,
no. 11, p. 1.
11
El dueño del “Tranvía Dondé” era el comerciante Salvador Dónde, a quien Joaquín Mucel le confiscó todas
sus propiedades por negarse a pagar la cantidad de 40 mil pesos por contribución de guerra. Así, plantíos de
henequén comenzaron a ser administrados por el gobierno estatal y, peor aún, el ganado de sus fincas fue
sacrificado, además de las mulas que jalaban el tranvía. Teniendo este antecedente, no debe descartarse que,
en una acción conjunta con Eduardo Berrón Mucel, el propio Dondé estuviera detrás de esta acusación, en el
cual sus trabajadores aseguraron haber visto un cargamento de alcohol con dirección a la ciudad. Archivo
Histórico de la Casa de la Cultura Jurídica “Ministro Pedro Guerrero Martínez.” (AH/CCJ/MPGM) Juzgado
1º. de Distrito. Serie Penal. Caja 1. fs. 107.
12
(AH/CCJ/MPGM) Expediente instruido en averiguación del delito de robo con violencia, denunciado por
Eduardo Berrón Mucel. Serie Penal. Caja 207. Expediente 50. Año 1918. f. 12.
13
De acuerdo con los afectados, los culpables del hurto violento eran Luis Cárdenas, José Mercedes González
y Alfonso Navarro, quienes fueron puestos en libertad bajo protesta. Ídem. f. 186.
14
Ídem. f. 182.
19
(AGEC) Los sucesos de Campeche. Semanario liberal independiente. Campeche, 27 de octubre de 1918,
no. 15, p. 2.
20
(AH/CCJ/MPGM) Juicio de amparo promovido por Rogerio Silva, contra actos del Juez de lo Criminal del
1er. Distrito Judicial del Estado, por violación de los artículos 14 y 16 constitucionales. Serie Amparos. Caja
209. Expediente 76. Año 1918. f. 1.
21
Ídem, fs. 8, 9, 10 y 11.
22
Este controvertido personaje también fue diputado en la XXVI Legislatura con carácter constituyente
representando al II distrito que correspondía a El Carmen. Rodríguez Herrera, Emilio. Legislaturas […], p.
128.
23
Según los detractores del mucelismo, en el famoso hotel se ejercía la prostitución, además de que un
“invertido” —homosexual—, ofrecía sus favores a quienes lo solicitaran, el lugar estaba lleno de personas
desnudas y había toda clase de juegos de azar. Los sucesos […], no. 16, p. 2.
24
Los sucesos […], no. 10, p. 3.
25
(HEHC/UAC) Claridades. Periódico Independiente de Combate e Información General. Mérida, Yucatán,
16 de agosto de 1919, no. 66, p. 2.
26
(HEHC/UAC) Claridades. Periódico Independiente de Combate e Información General. Mérida, Yucatán,
16 de agosto de 1919, no. 66, p. 2.
27
(HEHC/UAC) Claridades. Bi Semanario Independiente de Combate e Información General. Mérida,
Yucatán, 25 de mayo de 1919, no. 33, p. 2.
28
Uno de los ejemplos le ocurrió a habitante de origen chino, Manuel Won; éste fue duramente estropeado y
resolvió dirigirse a la capital del estado para exponer su queja ante la autoridad competente. (HEHC/UAC)
Claridades. Periódico Independiente de Combate e Información General. Mérida, Yucatán, 21 de agosto de
1919, no. 70, p. 3.
29
Claridades […], no. 78, p. 2.
Por todos es bien sabido que actualmente existe en Campeche, una sociedad
bien organizada, que explota descaradamente el nefasto comercio del alcohol, por
medio de una verdadera red de empleados que encubiertos con credenciales de
Inspectores de alcoholes atropellan y despojan a cualquiera que en manera alguna
pretenda dedicarse a cualquier rama del comercio, no importa cuál sea.
El empleado de esa negociación D. Jacinto Zapata cuenta con un numeroso
contingente de empleados, y todos ellos con el carácter de Inspectores de
30
(AH/CCJ/MPGM) Expediente abierto en averiguación del delito de robo de (50) latas de alcohol,
denunciado por Manuel Sales Díaz. Serie Penal. Caja 210. Expediente 89. Año 1918, fs. 4 y 5.
31
Ídem. f. 22.
32
Ídem. fs. 34, 37 y 38.
33
Ídem. f. 43.
34
Ídem. f. 45.
35
(AH/CCJ/MPMG) Juicio de amparo promovido por Jacinto Zapata contra actos del Juez de Distrito en el
Estado de Yucatán por violación del Artículo 16 Constitucional. Libro Auxiliar. Caja 1. Expediente 8. Año
1919. f. 1.
36
Ídem. f. 7.
37
Ídem. f. 13.
38
Expediente abierto en averiguación del delito de robo […], op. cit. f. 50.
39
Ídem. f. 70.
40
Ídem. p. 93.
[…] el Gral. Mucel como Gobernador del Estado de Campeche, comenzó por
decretar el “ESTADO SECO” en complicidad con los diputados locales e
inmediatamente puso expendios de alcohol en todas las ciudades, villas, pueblos,
rancherías y fincas rústicas del Estado, siendo gerentes de esta oprobiosa
negociación el C. Jacinto Zapata y luego el C. Leocadio Burgos.44
Consideraciones finales
El contrabando de alcohol durante el gobierno del general carrancista Joaquín Mucel
Acereto es un episodio apenas mencionado en los libros de historia de Campeche. El
estudio a fondo del enfrentamiento entre los grupos por el negocio revela su nula
preocupación por una genuina renovación moral, tan constante en los gobiernos
revolucionarios, y demuestran que el gobernador campechano formó parte de esa élite que
sólo buscó su beneficio personal tras el derrumbe del antiguo régimen porfirista.
En este ensayo saltan a la vista varias líneas de investigación que, sin duda, serán
materia para un futuro análisis, como por ejemplo, las relaciones familiares entre las
principales partes en conflicto y cuál era la situación real del comercio y consumo de
alcohol en un contexto previo a la llegada de Mucel a Campeche. Sin embargo, este breve
estudio espera despertar el interés y la inquietud por adentrarnos todavía más en la rica
historia campechana.
45
Ídem.
Abud Flores, José Alberto. 1992. Campeche: revolución y movimiento social (1911-1923).
Instituto Nacional de Estudios Históricos de la Revolución (INEHRM)-Universidad
Autónoma de Campeche. México.
Gantús, Fausta. 2003. El discurso político en Campeche (1905-1919). Del porfiriato al
constitucionalismo, en “Revista Mexicana del Caribe”, Año VIII. No. 16. Chetumal,
Quintana Roo.
Méndez Reyes, Jesús. 2004. De crudas y moralidad: campañas antialcohólicas en los
gobiernos de la postrevolución (1916-1931). Ponencia del II Congreso de Historia
Económica de México, octubre de 2004.
Pasos Palma, Gerardo. 2010. Joaquín Mucel y el constitucionalismo en Campeche.
Gobierno del Estado de Campeche (Colección Bicentenario-Campeche Solidario).
Rodríguez Herrera, Emilio. 2006. Legislaturas campechanas. Compendio histórico (1861-
2006). LVIII Legislatura San Francisco de Campeche. México.
2010. Campeche en la posrevolución. LX Legislatura. Bi-centenario Independencia-
Revolución.
La historia de las mujeres ha cobrado importancia con el paso del tiempo. La historiografía
contemporánea nos ofrece una gran variedad de temas que incumben a las mujeres, al
tiempo que también nos muestra múltiples ópticas para abordar su historia. Mujeres en
Veracruz. Fragmentos de una historia es un buen ejemplo de la reciente historiografía
sobre mujeres, además de que nos permite observar lo que se puede lograr al respecto en el
medio mexicano.
Mujeres en Veracruz. Fragmentos de una historia nos presenta a las mujeres como
actores sociales que han logrado la conquista de lugares y de espacios públicos en diversos
terrenos de la vida social y política de Veracruz. En esta historia las mujeres son
consideradas como personas capaces de tomar las riendas de su propia vida y de formar
parte de las transformaciones de la vida social y política.
En este libro, las mujeres aparecen como sujetos que luchan por lograr un equilibrio
entre la vida pública y la privada; que buscan consolidarse como seres individuales; que se
esfuerzan por dejar de lado el papel de víctimas; que ya no quieren ser consideradas como
inferiores a los hombres; y que marcan nuevos estilos creando sus propios proyectos de
vida social.
Esta historia es un atisbo al mundo de las mujeres, oculto por el discurso político —
patriarcal y machista— e historiográfico que lo acompaña. Es una mirada que escudriña en
la prensa, en el discurso religioso y en el educativo, a fin de revelar el esfuerzo que han
llevado a cabo las mujeres por romper con aquellas normas establecidas que las marginan y
encierran en cánones que pretenden suprimir su especificidad genérica.
Mujeres en Veracruz. Fragmentos de una historia es una compilación de doce ensayos
a cargo de David Carbajal, Guy Rozat, Adriana Gil, Mayabel Ranero, Hubonor Ayala,
María Luisa González, Rosa María Spinoso, Fernanda Núñez, Elissa Rashkin, Andrew
Navegando, Número 6. Junio de 2017 Página 90
Grant Wood, Leticia Mora y Ester Hernández Palacios y Victoria Chenaut, quienes abordan
distintos ámbitos de la vida de las mujeres en un periodo que va de mediados del siglo
XVIII hasta finales del XX. A lo largo de estos siglos podemos hacer un recorrido por
espacios diversos: la religiosidad, la educación, los negocios, la prensa, el cine; espacios en
los que la participación femenina va transformando su propia historia.
De esta obra sólo referiré algunos de los artículos que a mi criterio pueden ilustrar esta
forma de hacer historia.
David Carbajal, en su ensayo Las devotas a debate: mujeres, prácticas religiosas y
opinión pública en Orizaba, 1750-1834, nos presenta la manera y las condiciones en que
las mujeres formaban parte de la vida religiosa. Se trata de un momento en el que se
arraigan tanto las prácticas religiosas como la forma en que las mujeres serán recibidas por
la opinión pública. En este ensayo queda de manifiesto el relevante papel que desempeñaba
la institución religiosa en la vida de las mujeres, quienes podían ser consideradas devotas
por el vestido que portaban, el cual les daba un reconocimiento como miembros de las
corporaciones. La institución religiosa asignaba a las mujeres la tarea de cuidar el vestido
de las vírgenes y de los santos, tanto en la práctica diaria como en los lugares públicos.
Asimismo, la Iglesia encargó a las mujeres la creación de obras pías que fueran
beneficiosas para su alma; también les marcó la frecuencia en que con la que debían
ocuparse de los sacramentos. La institución religiosa también estableció la relación que la
mujeres debían mantener con los sacerdotes, quienes se volvían parte fundamental de su
vida al establecer los criterios de una vida correcta que no atentara contra las normas que
dictaba la fe. En aquellos años, esta intromisión era considerada como algo normal y era
tolerada tanto en espacios públicos como en el ámbito privado.
La transformación de estas prácticas puede ser observada en la medida en que, a
principios del siglo XIX, impactaron de forma negativa en la imagen de Orizaba,
justamente cuando la opinión pública empezó a descalificar y relacionar estas prácticas
devotas en el género femenino. Dentro de las organizaciones, las mujeres tenían un
limitado acceso a los cargos, ya que sólo podían acceder una o dos veces a cargos; sin
embargo algunas lograban tener un papel más sobresaliente y, al tener acceso a un cargo,
como el de vicaria, permanecían en él durante muchos años. De esta manera se puede
observar cómo las mujeres, dentro de una forma de vida en la que permeaba la religiosidad
1. Los autores deberán entregar original del artículo debe presentarse en archivo electrónico
adjunto, en procesador de textos MS-Word o compatible. La entrega de los materiales
electrónicos se enviarán al correo de la revista: navegandonuevaepoca@gmail.com
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si es el caso, su grado académico, adscripción institucional y los títulos de sus
publicaciones recientes. Esta información aparecerá en una sección específica de la
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colaboración una hoja que contenga los siguientes datos:
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b) grado académico
c) institución donde labora y posición del autor en la institución
d) dirección postal,
e) teléfono
f) correo electrónico
g) direcciones de páginas en internet en lo que contengan semblanzas curriculares,
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colocación en el texto se indicará claramente.
7. En las citas textuales de hasta dos líneas, se mencionará al autor, se transcribirá entre
comillas y enseguida se insertará la llamada a nota de pie de página. Si la cita abarca más
de dos líneas, se transcribirá el párrafo o párrafos con una sangría izquierda de 1 cm a
partir de la configuración ya establecida, sin encomillar.
14. No se aceptarán cambios en el texto una vez que éste haya sido aprobado para su
publicación.